jueves, 19 de marzo de 2020

"Una siesta en Ocaña", por Manuel-Roberto Leonís Ruiz


Una siesta en Ocaña:
¡Oh Señor!. Alivia a aquéllos
que sus rotas espaldas no les dejan trabajar.
Amén.
Padre Nuestro cárgalas con pan y vida, para
ellos y familia.
Amén.
No les dejes caer en la esclavitud, compénsales
con lo que les corresponde.
Amén.
Enséñales tu misericordia, pero en especial,
tu justicia.
Amén.
No permitas que los poderosos abusen de ellos.
Amén.
Hazlos más iguales y dignos.
Amén.
Tú Señor que estás en los Cielos, cuida de los
que están aquí.
Amén.
Se despierta empujado por estos versos:
La muerte y la vida
son estados correspondientes
dispuestos a la aventura,
evidentemente.
¡El imprescindible poeta de sacrificio es imprescindible!.

©Manuel-Roberto Leonís, marzo 2020.