Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

domingo, 14 de julio de 2013

"El hambre". Miguel Hernández. Poeta social.



Miguel Hernández pionero de la poesía social

    Este movimiento nace con este nombre en los años 1950 en España, cuando las cicatrices de la Guerra Civil Española (1936-1939) no se han cerrado. A resultas de aquel conflicto se instaura en el país una dictadura (1939-1977) regida por el general Francisco Franco hasta su muerte en 1975. Aunque el verdadero impulsor fue Miguel Hernández, con poemas relacionados con el hambre, el trabajo y la explotación de los más débiles, como en el poema "El niño yuntero", "Aceituneros" jornaleros explotados por el "terrateniente que os sepultará en la pobreza". El hambre", "Nanas de la cebolla",  con versos tremendos diluidos en dolor "En la cuna del hambre mi niño estaba/con sangre de cebolla de amamantaba".
   La poesía social es un compromiso con los seres más débiles de la sociedad a los que aluden los poemas para protegerlos, no olvidarlos, que se hable de ellos.
Hoy día más que nunca ante el abuso de los ricos y empresarios, o mejor dicho por su egoísmo y avaricia envía sus capitales a Suiza o aparaísos fiscales, para hundir al trabajor, jornaleros en la pobreza, y reducriles la cabeza. En españa está pasando éstos. Más ricos, más pobres, más parados, más Cáritas.
La poesía social convive con una Ley de prensa muy restrictiva, redactada en 1938 y vigente hasta 1966, ley que permite la censura previa. Todo lo escrito ha de pasar por un censor antes de su publicación. Las reivindicaciones de libertad de los integrantes del movimiento habrán de pasar por la mesa de los funcionarios del régimen, que no dudarán en mutilar o condenar a la no publicación las obras no afectas al régimen.
     La poesía social tendrá un importante peso sobre la cultura española tanto de finales del Franquismo como de la transición. Hemos vuelto al franquismo trasnochado de la censura, cuando un presidente de gobierno como Mariano Rajoy no quiere acudir al Congreso a dar explicaciones de los sobres a un PP que cobraba hasta la gaviota.
l poma de "El hambre" es del 1939, y es actual, porque la poesía de Miguel Hernández está vigente es estos tiempos de abusos de dolor y mis laurel con voz de luto. "Me duele este niño hambriento como una grandiosa espina" [clavada en el corazón o en la cabeza como una corona de espinas de Cristo].
La poesía social aflora el conocimiento directo de la realidad, del chabolismo, de la inmigración, del asalto de la frontera de melilla por los subsajarianos, por no decir hombres de color sin futuro. La poesía social es la voz prestada a los que no saben o no pueden hacerse oír.

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    En Miguel afloraba la sangre obrera, "sufría al ver el barbecho tan grande bajo su planta". Su poesía se dirige hacia la clases más desfavorecidas, para él la poesía era un NECESIDAD, lor los valores puros del pueblo y denuncia la falta de Justicia y Libertad, en una anticipada Teología de l Liberación.  Su poesía estaba dedicada al pueblo de una forma franca y noble. Este poeta del pueblo y de la revolución dio su vida por sus ideales, en la guerra estuvo al lado de la República de los trabajadores, por ello los que defiende a los trabajadores en España, no nos pueden defraudar en una democracia que cojea cada vez más por una mayoría al más puro absolutismo del Borbón Fernando VII, que abolió la Constitución de 1812.Esto quisieran muchos mudos y ciegos reyes, ya no luchan por un palmo más de tierra sino por unos euros en Suiza.




EL HAMBRE
I

Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.

El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.

Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.

Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.

Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.

Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas; señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.

Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.

No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros.

En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.

II

El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende.

Uno no es tan humano que no estrangule un día
pájaros sin sentir herida en la conciencia:
que no sea capaz de ahogar en nieve fría
palomas que no saben si no es de la inocencia.

El animal influye sobre mí con extremo,
la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones.
A veces, he de hacer un esfuerzo supremo
para acallar en mí la voz de los leones.

Me enorgullece el título de animal en mi vida,
pero en el animal humano persevero.
Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida,
bajo tanta maleza, con su valor primero.

Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos
donde la vida habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.

Arroja sus estudios y la sabiduría,
y se quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura.

Entonces solo sabe del mal, del exterminio.
Inventa gases, lanza motivos destructores,
regresa a la pezuña, retrocede al dominio
del colmillo, y avanza sobre los comedores.

Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara
dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa.
Entonces sólo veo sobre el mundo una piara
de tigres, y en mis ojos la visión duele y pesa.

Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido,
tanto chacal prohijado, que el vino que me toca,
el pan, el día, el hambre no tenga compartido
con otras hambres puestas noblemente en la boca.

Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera
hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente.
Yo, animal familiar, con esta sangre obrera
os doy la humanidad que mi canción presiente.

 MIGUEL HERNÁNEZ
(De ‘El hombre acecha’, 1939, edición destruida por los fascistas a su entrada en Valencia)

sábado, 13 de julio de 2013

Noticias sobre Miguel Hernández, por Manuel Altolaguirre



Manuel  Altolaguirre

Su vida completa, desde su niñez campesina de Orihuela hasta su fallecimiento, desprende como el mar o como el río nubes para las lluvias del hombre, sudario para ocultar su muerte. Ningún poeta como él tan rodeado de exaltación, fo­mentada desde su prodigiosa niñez, allá en su pueblo, por el entusiasmo de su viejo amigo, un canónigo, el que le diera sus primeras lecturas (Calderón, Cervantes, Lope), el que reci­biera sus primeros versos.
En Orihuela se le murió otro amigo, Ramón Sijé; con él publicó una revista católica El Gallo Crisis, impopular y culta; amigo que le dejó al morir su obra, larga, ambiciosa, repeti­dora de Zubiri, de Ortega, de Bergamín, de Ors. Con aquellos manuscritos, por fidelidad amistosa, vino a mi imprenta, pero yo preferí publicarle sus versos El rayo que no cesa, colec­ción de sonetos admirables. En Madrid trabajaba con José María de Cossío en una Enciclopedia del toreo que iba a publi­car Espasa-Calpe. Su oficina estaba cerca de mi casa, y al ter­minar su trabajo venía a verme, entrando por la ventana abierta; tenía facilidad para subirse a los árboles, cosa que ha­cía cuando paseábamos por alguna alameda.
Giménez Caballero le publicó en La Gaceta Literaria sus primeros versos, y Bergamín, en Cruz y Raya, su auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve. También colaboró en va­rios números de la Revista de Occidente…


(Fragmento del libro El caballo griego, de Manuel Altolaguirre, Diario Público, 2010. Edición Gracias a la gentileza de Paloma Altolaguirrre Méndez).

miércoles, 10 de julio de 2013

"Aceituneros", himno oficial de la provincia de Jaén

ACEITUNEROS
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,

decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,

sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,

los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.

Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,

decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador

que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,

que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día

eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,

sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,

pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,

no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,

indican tu libertad
la libertad de tus lomas.

Miguel Hernández. Viento del pueblo, 1937

viernes, 5 de julio de 2013

Manuel Antolaguirre y Juan Gil-Albert, más Hernández al fondo



(Manuel Antolaguirre y Juan Gil-Albert Monasterio de Gualter (Lerida), verano de 1938)

Parece que fue hacia el mes de junio del año 1935, a la vuelta de la estancia de Manuel Altolaguirre en londinense, cuando Altolaguirre vio por vez primera al poeta alcoyano Juan Gil-Albert, que llevaba tiempo en Madrid. Juan publicó Misteriosa presencia en la editorial Heroe de Altolaguirre y Concha Méndez. Coindidió a Miguel Hernández casa de los Altolaguirre, donde Hernández publicaría El rayo que no cesa enero de1936. Por esas fechas Juan cocerá a la filósofa veleña María Zambrano, a  la que le unirá larga a mistad  epistolar. Es aconsejable leer El caballo griego, memorias de Altolaguierre Editorial Istmo, 1986. Memorabilia memorias de Juan Gil Albert. Hernández también participa es la tertulia de  los domingos las hermanas Zambrano y Araceli en su piso de la plaza Conde de Barajas. A esta tertulias también iba Juan. Miguel y Juan se conocieron en Madrid en abril de 1936.

Hernández y Zambrano se conocian antes en la tertulia de la revista Cruz y raya de José Bergamín.
Juan Gil-Albert fue secretario de la revista Hora de España, publicada primero en Valencia desde abril de 1937, donde publicaría también María Zambrano a su regreso de Chile (donde había ido con us esposo Alfonso Rodríguez Aldave), el impresor Manuel Altolagierre. Los tres poetas: Altolaguirre, Juan Gil-Albert y Hernández coinciden en Valencia en el II Congreso Internacional en Defensa de la Cutlura.  La revista Hora de España, en el repliegue republicano,  pasará a publicarse en Barcelona a partir de diciembre de 1937. Antonio Machado que también estaba en Rocaford (Valencia), Villa Amparo, recibiño la viviata de Juan Gil-Alber para colaborar en Hora de España, se ve obligado a replegarse hacia Cataluña con su madre enferma.
Durante la guerra, aparte de lo ya mencionado, hay que destacar la notable actividad editorial que desempeñan Altolaguirre y Emilio Prados, sobre cuyos hombros descansó también la responsabilidad de las ediciones del Ministerio de Instrucción Pública. De esta labor resultarían España, aparte de mí este cáliz de César Vallejo, España en el corazón, de Pablo Neruda.
En el verano de 1938 Manuel Altolaguirre y Juan Gil Albert  fueron reclutados por el XI Cuerpo de Ejercito, coinciden en el Monasterio de Gualter en La Baronio de Rialb (Lerida) y por encargo de la República crean el boletín Granada de las letras y de las armas  del XI Cuerpo de Ejército. Altolaguirre como impresor
Juan Gil-Albert se incorpora a finalmente al XI Cuerpo de Ejército, colabora con Manuel Altolaguirre y Ramón Gaya en la hoja/boletín “Granada de las letras y las armas” con dos significados en homenaje a García Lorca y  el fruto de la granada pues estaba en esa época en flor. La idea según la editorial era conseguir una comunicación con los soldados.  Publica Juan: “La Caballería”, “Cancioncilla de la Victoria”, “Crítica literaria. El hombre y el trabajo, poemas de Arturo Serrano Plaja”.


Notas:-
James Valender, del Colegio de México ha publicado en un excelente trabajo sobre esta amistad en “El Manquinista de la Generación”, números 22-23
Referencias a Auca de la

s letras y las artes de Alicante, nº 28, julio 2013

jueves, 4 de julio de 2013

"Robinson por Alicante", de Ramón Fernández Palmeral. Un libro sobre Alicante que te sorprenderá.



Prólogo

    La guía de un Robinson por Alicante me ha sorprendido gratamente. Era muy necesaria una guía  de este tipo dado el carácter cosmopolita de la ciudad y los innumerables turistas que cada año nos visitan, atraídos por su maravilloso clima, sus bellos paisajes y su colorido.
    Ramón Fernández "Palmeral", escritor, poeta y pintor, ha sabido llenar este vacío que existía en cuanto a un estudio profundo y exhaustivo de la ciudad, aportando una excepcional información y numerosos datos sobre muchos aspectos históricos, sociales, humanos y artísticos desconocidos.
    Esta guía para mí es un libro-joya por el lirismo poético con que va describiendo los monumentos, las calles y las plazas de la ciudad, por medio de un realismo mágico que me recuerda a los escritores hispanoamericanos.
    Ramón a través de su "amigo Algazel" personaje  inspirado en un filósofo árabe va explicando y descubriéndonos, a modo de cicerone, unas historias desconocidas para muchos que constituyen la raíz y el origen de Alicante. 
    Una ciudad sin historia es como un barco sin timón, Ramón sabe descubrir y mostrarnos de una forma magistral los orígenes más genuinos de esta tierra, que como una inmensa palmera se abre para acoger a todos bajo sus hermosas y amplias hojas protectoras.
      A través de estas páginas descubriremos unos rincones inundados por esa luz levantina que Ramón nos describe como un rayo luminoso y vivificador que infunde calor y alegría a nuestros corazones, empleando unas metáforas con claras reminiscencias hernandianas y de otros poetas conocidos.
     En el recorrido por la ciudad aparecen descripciones costumbristas al más puro estilo azoriniano y mironiano, descritas con una pluma concisa y penetrante; en otras páginas nos describe situaciones con la mordaz ironía de un Gómez de la Serna utilizando ingeniosas greguerías que hacen aflorar una sonrisa irónica a nuestros labios.
      Por otra parte, acompañado de la mano experta de un mentor literario: Algazel, sabe adentrarse en la vida cultural y artística de Alicante mostrando un panorama de geniales artistas, de escritores y poetas llenos de sensibilidad y emociones.
     También nos sabe hablar del mar, como una amante caprichosa que acaricia con sus aguas las orillas de la ciudad mostrándonos unas imágenes surrealistas llenas de ingenio y genialidad.
     En otras ocasiones nos acerca a la belleza de sus fiestas mostrándonos su esencia, en la que el "foc" se convierte en arte que hace arder la ciudad en la noche de San Juan, descubriéndonos el simbolismo  ancestral de estas fiestas que son una catarsis espiritual que nos renueva cada año.
     Para finalizar, esta guía es un canto epistolar a la ciudad de Alicante  que aparece exultante, bella y seductora, invitándonos a ser visitada para perdernos en ella.  A todos los Robinsones que se pierden al llegar a la ciudad, les sugiero buscar en cualquier librería esta guía, les aseguró que encontrarán en ella el mapa del tesoro que les descubrirá los maravillosos secretos ocultos en la ciudad.

   Pilar Galán
   Profesora de Literatura, escritora y poeta.

Contiene múltiples referencias a la poesía de Miguel Hernádez.

Versión pdf de un "Robinson por Alicante"

martes, 25 de junio de 2013

Buscando a Miguel Hernández por Cartagena, La Unión y Cabo de Palos.

Por Ramón Fernández Palmeral.

En junio de 2013 me acerqué por unos días a La Manga del Mar Menor (Murcia), aquí monté mi campamento de viajes literarios Hotel Spark. Y desde aquí fui a Cabo de Palos, La Unión y Cartagena buscando vestigios de Miguel Hernández. Me quedé sorprendido de la belleza del lugar entre dos mares como el propio Miguel debió quedar enmudecido, sobre todo en el ocaso, cuando el sol se pone sobre el Mar Menor. Y disfruté al comtemplar los mismo lugares que había visto y pisado nuestro poeta. Hernández hacía los viajes en tren desde Orihuela, Murcia, Cartagena y La Unión, en uno de ellos perdió el famoso cartelón que he había hecho Rafael González Sáenz donde a modo de auca recitaba sus poemas. Para la "Elegia media del toro",  éste lo pedió en el tren de regreso a orihuela, Paco Díez le hizo otro..
 Miguel Hernández era un gran usuario de trenes para sus desplazamientos. En estre breve trabajo pretendo buscar e identificar las estaciones y lugares de Miguel en Cartagena, La Unión y Cabo de Palos.
(Estación del tren de Cartagena)
                  

            (Estación del tren de Murcia)
                      (Estación del tren en la Unión)                   

  (Miguel Hernández en Cartagena con dos amigas). Cartagena le dedicó el Paseo Miguel Hernández, una importante artería junto a la costa.

El ferrocarril era el medio de transporte que utilizado por Miguel Hernández y Ramón Sijé para trasldarse a Murcia y a Cartagena. Fue a Murcia para visitar a Raimundo de los Reyes en 2 de enero de 1933 conoció a Federico García Lorca en casa de éste. Y a Cartagena para visitar a Carmen Conde y Antonio Oliver fundadores de la Universiad Popular y dar a allí sus conferencias. En Cartagena en el Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy, se hizo una reproducción de la casa de Carmen Conde Abellán de Madrid.

                        (En el Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy)


Historia del ferrocarril en esta zona.-
  La estación de Cartagena es una estación de ferrocarril de carácter terminal situada en la ciudad española de Cartagena. El ferrocarril llegó a Cartagena de la mano de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (M.Z.A.) el 24 de octubre de 1862 cuando la Reina Isabel II realizó un viaje inaugural entre Cartagena y Murcia.2 A pesar de ello el ferrocarril no se puso realmente en funcionamiento hasta el 1 de febrero de 1863 dando los primeros pasos de un trazado que pretendía enlazar en Albacete con la línea Madrid-Alicante. Cuenta con servicios de media y larga distancia operados por Renfe. El edificio para viajeros, de estilo modernista fue construido entre los años 1906 y 1907 por el arquitecto Víctor Beltrí, bajo planos del ingeniero civil Ramón Peironcely  con la colaboración del ceramista Daniel Zuloaga. Situación ferroviaria La estación se encuentra en el punto kilométrico 524,6 de la línea férrea 320 de la red ferroviaria española que une Chinchilla con Cartagena,1 a 5,22 metros de altitud. El elevado kilometraje se debe a que es Madrid la que se toma como kilómetro cero de la línea y no Chinchilla.
   No me caben dudas de que Miguel Hernández fue a La Unión en tren desde Cartagena, después de haber visitado de Carmen Conde y Antonio Oliver a finales de agosto de 1935, para ver a María Cegarra (según se desprende de las cartas).

Romería de los amigos de Cartagena a Orihuela

(Romería literaria a Oleza 2 de octubre 1932. En el centro vemos a María Cegarra, (vestida de negro) a su lado izquierdo Carmen Conde y Antonio Oliver)  Vinieron invitados por Ramón Sijé para la inauguración del busto dedicado a Gabriel Miro.



El tren de Cartagena a la Unión, llamado el tren Minero.

Con todo su inauguración fue posible el día 14 de Octubre de 1874,   aunque fueron suprimidos del proyecto inicial los ramales  a Escombreras y Portmán. La estacion de Cartagena se hizo en lugar cercano a las Puertas de San José, para salir por la muralla que rodeaba Cartagena.
El  proyecto inicial se hizo con un recorrido de 8.700 metros, distancia existente entre  la estación de Cartagena y la de "Herrerías" (estación Vieja de La Unión), que estaba situada al entrar a la ciudad minera, precisamente en el mismo lugar que actualmente ocupa el Parque de Educación Vial del Ayuntamiento de La Unión. La estación Vieja disponia de un edificio,de planta baja y techo plano. y otros servicios.


                  (Calle Miguel Hernández en La Unión)

Es muy posible, aunque no hay documentación, que la excursión o romería cultural de los amigos de  Miguel Hernández en Cartagena tomaran este tren para ir hasta La Unión, el pueblo de nacimiento de María Cegarra para aperase aquí, y luego tomar algún omnibus para diriguirse por carretera hasta el faro de Cabo de Palos, donde se hieron una fotografía. El 28 de agosto de 1935, con motivo del tricentenario de Lope de Vega. Leyeron "El caracol del faro" de Gabriel Miró.
 

Leer un trabajo sobre Miguel Hernández en Cartagena.

Breve reseña biográfica de MARÍA CEGARRA:


    b) Tres cartas a María Cegarra

    María Cegarra Salcedo (Ana María Otilia), nació en La Unión (Murcia) en 28 de noviembre 1899, en calle Mayor de la Unión. Tuvo dos hermanos Pepita y Andrés. Fue la primera mujer perito químico de España, ejerció la docencia durante 40 años en Cartagena, obtuvo la cátedra de Químicas en la Escuela de Peritos Industriales.  Además de poetisa, era amiga del matrimonio Antonio Oliver y Carmen Conde, fundadores de la Universidad Popular de Cartagena. María y Miguel se conocieron en el homenaje a Gabriel Miró Ferrer (Alicante,1879-Madrid, 1930) celebrado  en Orihuela el 2 de octubre 1932 y organizado por Ramón Sijé, alma del homenaje, cuyos primeros casos, según nos cuenta Vicente Ramos Pérez, se dieron en julio de 1931, el comité estuvo integrado por José María Olmedo, José María Pina Brotons, José María Ballesteros, a quienes se les unió más tarde Augusto Pescador, Miguel Hernández. Previamente Sijé le dedicó a María Cegarra su conferencia «Oleza, Pasional natividad estética de Gabriel Miró», que leyó el 30 de septiembre de 1932 en la Universidad Popular de Cartagena (antigua Escuela de Comercio).
      La vuelve a encontrar  a comienzos de 1933 cuando Miguel fue a la Universidad Popular de Cartagena a presentar Perito en lunas. María no le presta demasiada atención, no lo considera el hombre de su vida. María es unos años mayor que él. Hubo una amistad de tres años.
      Miguel, después de su ruptura sentimental con Josefina, se refugia en las cartas de María Cegarra, le hace una visita a La Unión, en tren desde Cartagena (26 y 27 de agosto 1935), donde le llevó unos sonetos ya escritos de El rayo que no cesa,  que da título al soneto número 2, «... con todo el fervor de Miguel».  En carta de primero de octubre de 1935, el vaije de Miguel a La Unión se confira en una frase donde escribe:  "Cuando me dijiste ahí [La Unión] que estabas contenta y eras feliz en ese reducido aire minero, no me lo creí. Adiviné que hablabas así porque sabías que yo venia de casa de Carmen [Conde] y me había dicho que llevabas una vida muy... no sé".
    Además Miguel le regaló  el manucristo de El rayo que no cesa a María.
    Por ello María Cegarra siempre creyó ser la destinataria de la dedicatoria del libro, y así se hace constar en algunas seudo-biografías.  Se inicia una relación epistolar o flirteo epistolar, ya que él necesita una musa donde desahogar sus pensamientos amorosos (el amor cortés). Jose´ Mª Rubio Paredes publicó tres cartas en 1988.  Ella es una mujer inteligente y comprensiva que le escucha, que le sabe entender.  María dejó de escribirle, y por ello se sintió muy dolido como se ve en la carta que escribiera al matrimonio Oliver en octubre de 1935: «Por lo visto, tampoco tiene interés conmigo...»
     Cuenta Pérez Álvarez (La Lucerna nº 29, 1994),  que  recibió una carta de María Cegarra de fecha 28 de enero 1979,  en la que le dice que poco puede aportar a la biografía de Miguel, «pues mi amistad fue breve, apenas iniciada la terminó la guerra, y ya no nos vimos más. Conservo de él el grato recuerdo de su inteligencia y bondad». Además le decía que guardaba sus cartas que eran para ella un gran tesoro pero decidió que no fueran del dominio público. Las cartas aparecieron a la muerte de María en la que había declaraciones de amor, un amor puro, y reproches de por qué ella no le contestaba a sus cartas.
 A María le agrada Miguel por su inteligencia pero no como posible enamorado o partido. María como poetisa pertenece  -como dice Carmelo Vera- a la llamada generación del 27, aunque por obra publicada a la del 36. Es autora de Cristales míos (1935), con prólogo de Ernesto Giménez Caballero, dedicados a su hermano Andrés (de larga y fatal muerte). En 1978 apareció su segundo libro Desvaríos y fórmulas, inspirado en sus años de docencia.  Y en 1987 publica  Cada día contigo.
      Tampoco creo en un amor platónico o petrarquista que se ha escrito, sino en una corta relación afectiva epistolar.
      Falleció el 26-03-93 en Cartagena. No hay constancia de que escribiera sus memorias, aunque la verdad ha sido una escritora injustamente olvidada.
Según leemos en la página web de la  Fundación Cultural Miguel hernández, encontrasmo las siguentes notas:

    EPISTOLARIO CEGARRIANO
   La escritora y química María Cegarra conservó tres cartas de Miguel Hernández, escritas con el membrete de Espasa-Calpe. Esto dio lugar a especulaciones sobre una posible relación sentimental entre Miguel y María, lo cual supuso una gran aportación a la biografía del poeta. Tres de estas cartas no fueron publciadas, se vendieron y las compró la Diputación de Alicante en 1997.
   Son unos textos que salieron en Madrid a subasta en dos millones y medio de pesetas. Posteriormente la Diputación Provincial de Alicante compró por un millón y medio de pesetas el Archivo completo de María Cegarra, de donde podemos destacar el legado epistolar que confirma la relación entre ambos poetas. Este archivo incluye el manuscrito inédito del soneto «El rayo que no cesa», que fue dedicado a María Cegarra en 1935. Ella también lo recordará en las últimas páginas de su libro de poemas «Cada día conmigo»:
  «Deseo que la lectura de este pequeño libro deje un grato recuerdo, terminándolo con los versos de ‘El rayo que no cesa’, en su versión original, a mí dedicada».
      Y en el colofón del citado poemario escribe:
«Si de pronto aparecieses...
El pasado tan lleno de ti estuvo
Que nunca fuiste ido».

Veamos fragmento de una carta manucrista de Miguel a María Cegarra de 7 de setiembre 1935, desde Madrid, mebrete de Espasa-Calpe, situada en Ríos Rosas, 26, Madrid.


Ana María Otilia nació en 1899. Su vida estuvo siempre ligada a la Ciudad Minera. Hermana del también escritor Andrés Cegarra. Fue profesora de Química siendo la primera mujer en España que obtuvo el título de Perito en dicha materia.
Gran aficionada a la pintura y a través de la poesía expresó sus sentimientos y emociones, como lo reflejan el gran número de obras que escribió.

Fue íntima amiga de Carmen Conde, la primera mujer que tomó asiento en la Real Academia de la Lengua Española, y de Miguel Hernández.
Entre sus nombramientos, distinciones y honores destacan:
  • Academia de la Real Academia de Alfonso X, el Sabio.
  • Primera concejala del Excmo. Ayuntamiento de La Unión.
  • Escritora 1991 del Gremio de Escritores de Murcia.
  • Hija Predilecta de La Unión.1992.

Muere en La Unión a los 94 años. La Capilla Ardiente fue instalada en el Instituto que lleva su nombre, declarándose dos días de luto oficial.

Colaboró en las revistas La Región, La Verdad, Tránsito, Levante Agrario, Títiro canta, Monteagudo, entre otras. Publicó su Poesía completa en 1987, con introducción de Santiago Delgado.

lunes, 24 de junio de 2013

Miguel Hernández ante el faro de Cabo de Palos (Murcia) verano de 1935


78 años depués de la visita de Miguel Hernández con un grupo de amigos en el verano de 1935. Ramón Palmeral se fotografió en el mismo lugar, ante el faro de Cabo de Palos.

 El 27 de agosto de 1935, con motivo del tricentenario de Lope de Vega, Miguel Hernández ofreció en el Ateneo de Cartagena un recital de versos escogidos del 'Fénix de los Ingenios', y al día siguiente acompañó a Carmen Conde y su marido en una excursión a Cabo de Palos, donde recordaron a Gabriel Miró con la lectura del poema de éste 'El caracol del faro', obra que está inspirada en las visitas nocturnas del escritor alicantino al faro de Cabo de Palos.

María Cegarra, buena amiga de Miguel Hernández de La Unión

(Busto a María Cerraga en La Unión, obra del escultor Galo Conesa Vargas. Fotos de Palmeral)


María Cegarra Salcedo. La Unión (Murcia), 1903 - Murcia, 26 de marzo de 1993.
 Poesía y química serán las dos aficiones que encuadran y protagonizan la biografía de María Cegarra Salcedo. Junto a ello, la unión de los hermanos Cegarra Salcedo es otro de los puntos de partida para entender la figura de esta unionense.
Nombrada Hija Predilecta del municipio el 24 de octubre de 1992. Un ambiente muy familiar De padre comerciante y madre maestra, no había en la familia Cegarra ningún precedente conocido de escritores ni poetas, siendo su hermano Andrés el que inicia la afición. Su madre, cordobesa, había venido a La Unión junto con unos familiares. El recuerdo que de ella tendrán siempre sus hijos será el de una mujer alegre y cantarina. Cuando llegó a la localidad murciana conocería al que se convertiría en su marido, persona reconocida en el municipio por hacer cambios en moneda extranjera. El matrimonio tuvo tres hijos, siendo María la segunda de ellos, y supieron crear un clima familiar muy cálido y cariñoso, manteniéndose todos muy unidos. María Cegarra nunca se casó.
ÇTuvo amores que no pudieron ser y se dedicó íntegramente a los suyos, acompañada de sus hermanos hasta que la trágica muerte los separara. La infancia de María transcurrió tranquila en las calles de su Unión natal, una infancia muy vinculada a su buen amigo Asensio Sáez, que compartirá además con ella su afición y posteriormente profesión por la escritura. Ambos desarrollaron sus vidas bajo el profundo respeto y devoción por su tierra, a la que dedicaron muchas de sus letras, a veces de forma conjunta. La figura siempre presente de Andrés y Pepita Las personas primordiales en la vida de María fueron sin duda las de sus hermanos, Andrés y Pepita. Él, adorado por María y convertido en el niño a quien dar su amor, su cariño y su apoyo. Luchaba junto a Andrés para que la enfermedad que le dejó postrado a una silla de ruedas durante catorce años no le mermara nunca la sonrisa. Pepita su segunda madre, su apoyo, su referencia más inmediata.
El sufrimiento y la pena de María en cada una de las pérdidas de sus hermanos, la de Andrés demasiado temprano, será el seno de su dolor pero también de su inspiración. Por la muerte de su hermano escribiría su primer poema publicado, Cristales Míos, y tras el fallecimiento de su hermana, muy cercano a su propia desaparición, surgiría su última obra, Poemas para un silencio. Con anterioridad al fallecimiento de su hermano en 1928 María nunca había escrito nada seriamente. Tras este suceso tan doloroso en su vida, se iniciará su camino poético, en primer lugar por la 'prolongación del recuerdo de Andrés, el deseo de mantener viva su memoria'. La Unión(Murcias).
Se conservan cuatro cartas de Miguel Hernández, que compró la Diputación de Alicante en una suabsta.


 LA SIERRA MINERA
 La Sierra Minera de La Unión-Cartagena se caracterizó por una fuerte actividad minera ya en tiempos de cartagineses y romanos. Sus yacimientos metálicos, principalmente de plomo y zinc, volvieron a ser explotados con el auge de la minería, en el siglo XIX y principios del XX, y a partir de 1950 la minería a cielo abierto provocó un brutal impacto sobre el paisaje, hasta el cierre definitivo de la actividad minera en 1991.
 Se ha configurado así un paisaje peculiar y único que hoy se encuentra salpicado de vestigios de aquellas épocas, con una gran riqueza y diversidad del patrimonio cultural y ambiental que hacen de la Sierra Minera, en su conjunto, un territorio-museo, que por su importancia y singularidad ha sido declarado como B.I.C. con categoría de Sitio Histórico. Una Sierra Minera que merece la pena visitar y conocer, a través de los recursos existentes para interpretar y disfrutar de su valioso patrimonio cultural, natural e inmaterial.

Presencia de Miguel
“Nadie,
-ni antes ni después de ti-
Supo, sabe
Pronunciar mi nombre.
Hacías una creación de la palabra,
Del tono, del sonido, del acento…
Entonces…
Te recuerdo en mi nombre
-aprendido de ti-
Que conmigo inseparable, llevo.
Inconsumible, ingrávido.
Sin muerte y sin dolor.”

martes, 18 de junio de 2013

Cita de dos artículos sobre Hernández y Lorca

(Fotocomposición de Palmeral, 2005)


En estos días he leído dos magníficos y documentados artículos sobre Miguel Hernández y Federico García Lorca que sacan a la luz la relación de amistad e intereses que hubo entre estos dos poetas del sacrificio.


A)
Uno es de Ángel Prieto de Paula titulado “¿Quiso Hernández ser Lorca?”, publicado en  Actas del III Congreso Internacional Miguel Hernández 1910-2010, celebrado con motivo del centenario de su nacimiento, páginas 33-43, edición del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil Albert, Alicante 2012. En un trabajo basado en cartas y documentos de actores tan fiables como Morla Lynch, Juan Ramón Jiménez, Zenobia Camprubí, Pablo Neruda, Rafael Alberti, Juan Guerrero Ruiz, Manuel Fernández-Montesinos García (sobrino de Federico), Manuel Altolaguirre más los estudios de Eutimio Martín y otras referencias biográficas, nos aproxima de una visión exacta de la relación de amistad entre Hernández y Lorca, donde desgrana, escudriña y argumento tras argumento, que efectivamente el pastor-poeta, quería emular el prestigio literario poético y el éxito teatral del granadino que ya se había  estrenado en Madrid, viajado a Buenos Aires, y ganado en Madrid del 27, y al que Hernández trató de emular en las tertulias y reuniones literarias como las tertulias nerudianas en Café Correos i en su casa de Miraflores.
Cita y recuerda Prieto de Paula, muy acertadamente, en la actitud temeraria e irrespetuosa de Miguel hacia Federico en la primera carta de 30 de abril de 1933 “dolido por la que considerada desatención” de su libro Perito en lunas. Federico le contesta educademnte para consolarle, sin pode “disimular la incomodidad que le había provocado el tono desabrido de las exigencias perentorias del joven, que en un solo libro reclamaba un puesto en el panteón (sic) [laurel o divinidades] de los nuevos poetas”. En la carta de 30 de mayo del 33, faltando el respeto de la misiva anterior es cuando logra vencer el rumbo de la posible cordial amistad cuando se direige a él como: “Dispensa, Lorca, amigo, calorré de nacimiento”… Lo de corralé de nacimiento, no debió gustarle a Lorca, pues no era gitano, carga que llevo siempre a su pesar por su Romancero Gitano de 1929, donde todos los  personajes de esta conjunto de poemas son gitanos. Quien de verdad era gitano por parte de madre en Hernández.
También advierte Prieto de Pala que esta vinculación Lorca-Miguel fue la que le salvó la vida al conmutarle Franco, peor mediación de los falangistas, la pena de muerte por la de treinta años de reclusión, pues deseba evitar el desprestigio internacional de régimen como ya había ocurrido en el “Caso Lorca”.
Por este trabajo tan certeramente argumentado deduzco que Hernández sí quiso ser Lorca, además a mediados de 1937, Hernández fue nombrado en Valencia directo de “La Barraca”, cargo que no llegó a ejercer, aunque sí acudió invitado por la República al Quinto Festival de Teatro Soviético en septiembre-octubre de ese mismo año. Lo cual evidencia que teóricamente para el Ministerio de Instrucción Pública era el sucesor de Lorca.


B)
El otro artículo es de Francisco Esteve Ramírez titulado “ Miguel Hernández y Federico García Lorca”,  publicado en el libro Huellas de Miguel Hernández, Ediciones de la Torre, Madrid, 2012, pp 39-43, donde también nos recuerda el primer encuentro de Hernández con Lorca el 2 de enero de 1933 en casa del periodista murciano Raimundo de los Reyes, a donde había ido Miguel a recoger la galeradas de Perito en lunas, que se publicaría en ediciones “Sureste”, de La Verdad de Murcia  20 en el ya aludido mes y año. Lorca se encontraba en Murcias representando con “La Barraca”, La vida es sueño de calderón de la Barca con el teatro universitario. La gira venía desde Elche y Alicante.
     Esteve nos reseña las cuatro cartas de Hernández a Lorca y la dos que este le contestó. También hace cita a su “Elegía Primera” publicada en Viento del pueblo de 1937. Además nos recuerda la cita que Miguel hizo de Federico con el poemas “Llamo a los poetas”, en el poemario El Hombre acecha, 1939 aunque ya Federico no podía responde a su llama poética pues había sido fusilado en 1936.
     Para concluir cita Esteve a Juan Chabás (1943:31) que son dos poetas caído por España y la poesía; y a Leopoldo  de Luis (2004:588), quien añade a Antonio Machado con los tres poetas de “muertes injustas extemporáneas e injustas”. Recuerda que fue Juan Ramón Jiménez quien reseña a los poetas más señalados muerto durante la guerra Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández.

En definitiva, con estos dos trabajos coincidentes y a la vez complementarios disponemos de una información y conocimiento actualizado de la relación amor-odio entre estos dos poetas universales.

Ramón Fernández Palmeral
Alicante, 18 de junio 2013 

miércoles, 12 de junio de 2013

Museo Carmen Conde y Antonio Oliver en Cartagena. Amistad con Miguel Hernández


Un poeta junto al mar [Cartagena]

11.04.10 - 02:03 -




La presencia de Miguel Hernández en la cultura cartagenera nace de la amistad con Carmen Conde y Antonio Oliver, que compartieron admiración por el también poeta oriolano Gabriel Miró. Su muerte en 1930 supuso una gran conmoción para los escritores cartageneros y poca gente sabe que fue en Cartagena donde se compusieron y publicaron las más bellas elegías en honor de este poeta.
Es indudable que una de las claves de la proyección nacional de los intelectuales cartageneros fue la estrecha amistad que unió a Miguel Hernández con Carmen Conde y su marido, Antonio Oliver, nacida por la común relación con Raimundo de los Reyes, la colaboración con el Ateneo de Alicante y el fervor hacia la figura de Gabriel Miró, compartida como sabemos con los hermanos Cegarra y Antonio Ros. Todos ellos se convierten en grandes amigos desde la aparición del número extra del periódico literario 'El Clamor de la Verdad de Orihuela' dedicado a la figura de Gabriel Miró, donde Miguel publicó su poema 'Limón'.
Su relación con la Región
La relación personal de Miguel Hernández con la Región de Murcia fue intensa desde comienzo de los años 30, llegando a tener una cierta proyección pública a partir del 10 de julio de 1932, cuando visitó el diario 'La Verdad'. En enero de 1933, gracias a la intervención de Raimundo de los Reyes, director de la sección literaria del diario, Miguel Hernández pudo conocer en Murcia a Federico García Lorca, que se encontraba realizando una gira con La Barraca. Aprovechando la ocasión Raimundo de los Reyes llamó a su amigo Miguel para que corrigiera en su propia casa las pruebas de su primer libro, publicado en Murcia, 'Perito en lunas'. Fue en aquella ocasión cuando se llevó a cabo la presentación y el encuentro.
Esta entrevista murciana sería el principio de una relación ciertamente curiosa y compleja entre estos dos grandes poetas, que quedarían unidos en nuestra mitología literaria por el común trágico destino de sus vidas. Miguel quedó profundamente emocionado por este encuentro con el ya consagrado poeta granadino, que mantenía una intensa relación con la región a través del Suplemento Literario de 'La Verdad' y la revista 'Verso y Prosa', donde aparecían sus colaboraciones. García Lorca vestía aquel día el mono de La Barraca y se dirigió por la murciana calle de la Trapería con Raimundo De los Reyes hasta la casa de éste. Con el texto de 'Perito en lunas' en manos de Federico, mantuvieron una animada conversación, que terminó con un largo y amistoso paseo por la orillas del río Segura en el que García Lorca acabó contagiándose del buen humor e ingenio de Hernández.
Su amistad con María Cegarra
Miguel Hernández conoció a María Cegarra el 2 de octubre de 1932 en Orihuela, con ocasión de la inauguración del busto de Gabriel Miró en la Glorieta de dicha ciudad. La casualidad del incidente entre Ernesto Giménez Caballero y Antonio Oliver propició este encuentro. Al acto de Orihuela había sido invitado Azorín, pero no contestó a la invitación ni fue al acto. Le sustituyó Ernesto Giménez Caballero, quien en su discurso comentó de forma irónica refiriéndose a los conservadores: «...nosotros los que hemos traído la República...»
Y Antonio Oliver, en medio de un gran nerviosismo, le increpó acusándole de mentiroso. Ante este hecho intervinieron los servicios de seguridad, que se llevaron detenido a Antonio Oliver. Mientras tanto, Carmen Conde y María Cegarra permanecieron en la cafetería del Hotel Palace, donde también acudió Miguel Hernández, que entregó a Carmen Conde, sin alterarse demasiado por lo sucedido, el texto autógrafo de 'Perito en Lunas', que ya estaba en imprenta aunque no saldría hasta el año 1933.
La vinculación de Miguel Hernández con Cartagena y María Cegarra se hace muy intensa desde aquel momento: existen unas cartas, poco conocidas a nivel nacional, en la que se vislumbra una intensa relación entre ellos, truncada en parte en 1935 cuando Miguel Hernández se comprometió con Josefina Manresa. A pesar de la indiferencia de María a los requerimientos del poeta oriolano, sin duda provocada por las profundas creencias religiosas y la estricta educación de María, en su obra poética es evidente la presencia de Miguel Hernández, especialmente en su obra 'Cristales míos'.
Carmen Conde y Antonio Oliver tenían un gran aprecio personal hacia Miguel, y le hacían partícipe de su labor cultural y pedagógica: el 28 de julio de 1933 el poeta oriolano recitó por mediación del matrimonio en la Universidad Popular (UP) varias de sus composiciones, aún inéditas.
Desde aquel verano la relación de Miguel Hernández con el círculo cultural cartagenero se ampliará, publicando en la prensa de la ciudad otros trabajos. Dos años después, el 27 de agosto de 1935, con motivo del tricentenario de Lope de Vega, Miguel Hernández ofreció en el Ateneo de Cartagena un recital de versos escogidos del 'Fénix de los Ingenios', y al día siguiente acompañó a Carmen Conde y su marido en una excursión a Cabo de Palos, donde recordaron a Gabriel Miró con la lectura del poema de éste 'El caracol del faro', obra que está inspirada en las visitas nocturnas del escritor alicantino al faro de Cabo de Palos.
Volviendo a la relación con María Cegarra, la investigadora Belén Pardo sostiene, basándose en la correspondencia publicada de Miguel Hernández, que 'El rayo que no cesa' está dedicado a María Cegarra y no a Josefina Manresa.
Según este testimonio, está demostrado que en julio de 1935 su relación con Josefina estaba deteriorada. Miguel residía entonces en Madrid e iba periódicamente a Orihuela a ver a sus seres queridos, pero escribió a Carmen Conde y a Antonio Oliver para que le invitasen a Cartagena y poder así estar con ellos y con María unos días, lo cual consiguió finalmente, no logrando, sin embargo, conquistar definitivamente el corazón de la escritora unionense.
En 1936 la relación de Miguel con Cartagena se centra en la publicación de sus artículos de prensa en homenaje a Ramón Sijé. Todos los intelectuales cartageneros se unieron a la iniciativa de crear una beca de estudios en honor a su memoria, lo cual les granjeó la estima de su íntimo amigo Miguel.
Tras aquella última colaboración, la vida de Miguel Hernández fue complicándose, y al mismo tiempo la situación política y social del país se hizo insostenible: la Guerra Civil Española, dividió e hizo tomar partido a muchas familias y a muchos amigos. Y fue efectivamente la Guerra lo que rompió estos lazos de amistad, amor y cultura entre los escritores murcianos y alicantinos, lo que destrozó los sueños forjados por una Generación irrepetible, de la que es uno de sus mayores exponentes Miguel Hernández, que conoció tras el conflicto la prisión y la muerte.
EPISTOLARIO CEGARRIANO La escritora y química María Cegarra conservó cuatro cartas de Miguel Hernández, escritas con el membrete de Espasa-Calpe. Esto dio lugar a especulaciones sobre una posible relación sentimental entre Miguel y María, lo cual supuso una gran aportación a la biografía del poeta. Son unos textos que salieron en Madrid a subasta en dos millones y medio de pesetas. Posteriormente la Diputación Provincial de Alicante compró por un millón y medio de pesetas el Archivo completo de María Cegarra, de donde podemos destacar el legado epistolar que confirma la relación entre ambos poetas. Este archivo incluye el manuscrito inédito del soneto «El rayo que no cesa», que fue dedicado a María Cegarra en 1935. Ella también lo recordará en las últimas páginas de su libro de poemas «Cada día conmigo»: «Deseo que la lectura de este pequeño libro deje un grato recuerdo, terminándolo con los versos de ‘El rayo que no cesa’, en su versión original, a mí dedicada». Y en el colofón del citado poemario escribe: «Si de pronto aparecieses... El pasado tan lleno de ti estuvo Que nunca fuiste ido».


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jueves, 6 de junio de 2013

Antología de retratos de Miguel Hernández

Creación de Ramón Fernández Palmeral .

Texto del vídeo:


   “Miguel era tan campesino que llevaba un aura de tierra en torno a él. Tenía una cara de terrón o de papa que se saca de entre las raíces y que conserva frescura subterránea. Dijo de él Pablo Neruda”.

  Miguel Hernández es el poeta español al que más retratos le han dedicado, según podemos ver en la iconografía existente. Son innumerables y no hay registro, que sepamos, de todos ellos. Esta muestra no es más que una  antología  de retratos donde aparece su rostro donde se han aplicado diversas técnicas, bien a lápiz, plumilla, caña con tinta china, óleos, acuarelas y técnicas mixtas. Muchos de ellos realizados por artistas de renombre nacional e internacional.

    Hemos descartado las esculturas, ilustraciones de libros y revistas, portadas de discos y los  murales que se encuentran dispersos por la geografía española.

   Esto es solo una muestra recopilatoria de lo que hemos encontrado en libros, revistas, prensa y antologías.   Creemos que es necesario hacer una clasificación y  archivo de toda la iconografía existente sobre nuestro poeta, dividido en:
a)      Dibujos realizados por Miguel Hernández
b)      Dibujos y pinturas de autores contemporáneos
c)      Dibujos y pinturas de autores posteriores a 1942
d)     Exposiciones, homenajes, carátulas de discos y murales

  Creemos que el primer retrato dedicado a Miguel es el de Rafael González Sáenz, el segundo el de Benjamín Palencia, luego el Buero Vallejo, el más imitado. Se podría nombrar a ilustradores como Eduardo Vicente, Paco Díe, Miguel Abad Miró, Ricardo Fuente, Adolfo Pérez, Miguel Prieto, Antonio López Monsalvo, a Eva Ruiz, a Palmeral, Pepe Botella, Eugenio Chicano, José Díaz Azorín, Dionisio Gázquez, Amalia Navarro, Toñi Bonmati, Juliana Javaloy, Lorenzo Fernández, Martigodi, Maria Dolores Barbeyto, Alejando Pertusa, Jordi Jordá, Roberto Fernández, Conde Corbal,  Javier Calvo… la lista sigue y sigue, cuyos nombre no caben es este documental.

   Este documental quiere afirmar lo comentado al principio:  Miguel es el poeta español más retratado por los artistas.