Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com
Martínez, de veintiséis años, forma parte de una banda y coedita una revista digital. LETRALIA
El escritor y músico español Xaime Martínez (Oviedo, 1993) obtuvo, con su libro Cuerpos perdidos en las morgues; una novela de detectives,
el Premio Nacional de Poesía Joven “Miguel Hernández” 2019, que concede
el Ministerio de Cultura y Deporte de España y está dotado con 20.000
euros, según la decisión emitida el 7 de noviembre.
El jurado seleccionó Cuerpos perdidos en las morgues… (Ultramarinos,
2018) “por la inteligencia poética manifiesta en el uso ficcional de la
poesía, así como una fascinante capacidad para proponer una lectura
innovadora del poema. La concepción del libro como arquitectura poética y
su apuesta por la tradición de la ruptura se combina con un humor audaz
y sorprendente”.
Graduado en Filología y realizando actualmente
estudios de doctorado en la Universidad de Oviedo, Martínez es autor de
los poemarios Fuego cruzado (2014), con el que ganó el XVII Premio de Poesía Joven “Antonio Carvajal”, e Hibernia (2017), escrito en asturiano. Participó en la “transcripción” del libro Principios organizativos del patarrealismo salvaje
(2016), rubricado con el heterónimo colectivo “Rinoceronte García”.
Forma parte del grupo musical La Bande, con el cual ha publicado los
discos La llamada del hombre ciervo (2015) y Un cadáver exquisito (2016).
También es coeditor de la revista digital Oculta Lit y ha colaborado en publicaciones como PlayGround, Tentaciones, La Nueva España, Rolling Stone o Anáfora.
El
jurado estuvo presidido por Begoña Cerro Prada, subdirectora general de
Promoción del Libro, la Lectura y las Letras, y los vocales fueron
Helena González Fernández, por la Real Academia Gallega/Real Academia
Galega; Koldobika Josu Bijuesca Basterretxea, por la Real Academia de la
Lengua Vasca/Euskaltzaindia; Vicenç Llorca i Berrocal, por el Instituto
de Estudios Catalanes/Institut d’Estudis Catalans; Nuria Barrios
Fernández, por la Asociación Colegial de Escritores (ACE); María
Consuelo Candel Vila, por la Asociación Española de Críticos Literarios;
Antonio Lucas Herrero, por la Federación de Asociaciones de Periodistas
de España (Fape); María do Cebreiro Rábade Villar, por la Conferencia
de Rectores de las Universidades Españolas (Crue); Rosa María Aradra
Sánchez, por el Centro de Estudios de Género de la Uned; Vicente Valero
Marí, designado por el Ministro de Cultura y Deporte, y Berta García
Faet, autora galardonada en 2018.
El libro Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández, de
Josefina Manresa Maruhenda (1916-1987), última noticia hernandiana que enriquece la copiosa
bibliografía existente con una visión entrañable de la personalidad del
«poeta de barro», publicado con este título por Ediciones de la Torre,
se presentó el martes pasado en el Ateneo de Madrid, con la intervención
de Concha Zardoya, Leopoldo de Luis, Francisco Esteve y otros
miguelhernandianos.«El libro de Josefina Manresa contiene matices que
sorprenden al biógrafo, imágenes y descripciones que ambientan el
trasfondo de la infancia y juventud de Miguel y que constituyen su
intrahistoria; lo que más le gustaba comer, cómo escribía apoyado en un
tronco, su difícil historia de amor trágico», dijo Concha Zardoya. «Es
un libro que hay que leer con extremo respeto, pues pese a la ingenuidad
del relato, a no ser literariamente una obra de arte, encierra todo el
valor de un documento vivencial conmovedor hasta las lágrimas».
Junto a los recuerdos personales de Josefina, que reconstruye con
memoria fiel las pequeñas anécdotas, costumbres y paisajes que fueron el
mundo cotidiano y familiar de Miguel, el libro incluye un álbum de
fotografías, muchas de ellas inéditas y algunos textos desconocidos
conservados celosamente por la única mujer que hubo en la vida del
poeta. Entre ellos, el impresionante discurso que pronunció Miguel ante
sus compañeros de la cárcel de Ocaña o la reproducción facsímil del
bello programa del homenaje que éstos le dedicaron.
Por otra parte, Josefina Manresa deshace ciertos errores aparecidos
en biografías y trabajos periodísticos, puntualiza y corrige algunos
textos. La edición del libro se completa con un álbum fotográfico y
fragmentos de cartas no publicadas.
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Un libo inprencindible para los estudios hernanadianos
Ediciones De La Torre de Madrid, 1980 y reeditado en 2010
En el capículo dedicado a Juan Ramón Jiménez (el dulcisimo republicacno de Moguer) "Muere un poeta y la creación se siente herida y moribunda en las entrañas"...
[Elegía Primera en Viento de pueblo, 1937] Versos son de Miguel Hernández en su planto por la muerte de Federico Garacía Lorca, aplicable a cuentos poetas fueron desposando del tiempo terrenal.
Carmen Conde, elegida en 1978 para ocupar la silla K de
la Real Academia Española, fue la primera mujer en ingresar como
académica de número en la corporación, en 1979, «rompiendo así el fuego y
saltando las barreras», como indica Alonso Zamora Vicente en su Historia de la Real Academia Española (1999, 2015).
«Exquisita poetisa
y profesora, delicada voz lírica», Carmen Conde nació en 1907 en
Cartagena. A los seis años se trasladó con su familia a Melilla, en
donde vivió hasta 1920. Los recuerdos de esta época están recogidos en
el libro Empezando la vida: memorias de una infancia en Marruecos. Al volver a su ciudad natal, empezó sus estudios de Magisterio y a colaborar en la prensa local.
En 1929, tal y como explica Neri Carmen Sánchez Gil en el Diccionario biográfico español (2011), publicó su primer libro de poemas, Brocal,
«en el que su prosa rítmica y brillante nos hace navegar por el
horizonte identificándonos con el viento, o discurrir como el agua
contemplando la ligereza de la tarde y a las muchachas que van camino de
la fuente […]. Algunos de sus poemas habían sido publicados
anteriormente por Juan Ramón Jiménez en las revistas Sí y Ley.
Carmen Conde será siempre una gran admiradora de este autor: “Por él
—dirá— entré en el fabuloso reino de la poesía y no lo he olvidado”».
Carmen Conde ejerció como maestra en la escuela rural de El Retén, experiencia que le sirvió para escribir Por la escuela renovada, libro que contiene once capítulos divulgadores. Fundó junto con Antonio Oliver Belmás la Universidad Popular de Cartagena,
«con la que intentan y consiguen elevar la formación y la cultura de
todas las clases sociales. Comenzó a funcionar en 10 de enero de 1932 y
la última conferencia se pronunció el 16 de julio de 1936. Cesó entonces
su actividad hasta 1981».
A principios de la década
de los años treinta, Carmen Conde cultivó la amistad de escritores como
Azorín, Juan Ramón Jiménez, Gabriel Miró, Miguel Hernández, María
Cegarra, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Leopoldo de Luis, Buero
Vallejo, Castillo-Puche, José Ballester y Antonio Crespo Pérez. En 1934
publicó Júbilos, libro de poemas prologado por Gabriela Mistral y
con dibujos de Norah Borges de Torre, hermana del escritor Jorge Luis
Borges.
Al estallar la Guerra Civil, en 1936, su
marido se unió al Ejército republicano. Ella, con veintinueve años,
vivía en Murcia y colaboraba en el periódico Nuestra Lucha y en
la emisora de la radio de la ciudad. A finales de 1937 inició sus
estudios de literatura en la Universidad de Valencia, siendo alumna de Dámaso Alonso. Como indica Zamora Vicente, los primeros libros de Conde —como Broncal y Júbilos—
«aún señalan el influjo de las vanguardias. Pero la guerra transformó
su lenguaje hacia el paisaje decididamente humano: el amor, los
sufrimientos ajenos, etc. A esta situación, característica plena de la
autora, corresponden Pasión del verbo (1944); Mujer sin Edén (1947) y Derribado arcángel (1960)».
Trabajó
para la editorial Alhambra y colaboró en la sección bibliográfica del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y en la sección
de publicaciones de la Universidad de Madrid. Bajo los seudónimos de
Magdalena Noguera o Florentina del Mar publicó diferentes obras de
poesía y otras en prosa, como Vidas contra su espejo (novela, 1944),Soplo que va y no vuelve (relatos, 1944) y Mi libro de El Escorial (meditaciones, 1949).
Carmen Conde continuó escribiendo: Mi fin en el viento (1947), en el que dedicó un poema a Vicente Aleixandre; En un mundo de fugitivos, Derribado arcángel y En la tierra de nadie (1960); Su voz le doy a la noche y Los poemas de Mar Menor(1962), y Jaguar puro inmarchito (1963). Todas estas obras en poesía las recopiló la editorial Biblioteca Nueva en Obra poética (1967).
Además de la poesía, Conde cultivó, entre otros géneros, la novela —La rambla (1977); Creció espesa la yerba(1979), Soy la madre (1980)—; la literatura infantil —Doña Centenito, gata salvaje: libro de su vida(1943), Los enredos de Chismecita (1943); el teatro —Aladino: teatro para niños, en dos actos (1944), A la estrella por la cometa (1961)—; y el ensayo —Juan Ramón Jiménez: ensayo crítico (1946)—.
Conde
también fue profesora de Poesía y Novela Española Contemporánea en el
Instituto de Estudios Europeos de Madrid, en la cátedra Mediterránea de
la Universidad de Valencia en Alicante.
Premio Elisenda de Montcada por Las oscuras raíces (1953), al año siguiente recibió el Premio Nacional Simón Bolívar de Siena por Vivientes de los siglos. En 1961, el matrimonio Oliver Conde fue distinguido con el Premio Doncel de Teatro Juvenil por A la estrella por la cometa. En 1967, Conde recibió el Premio Nacional de Poesía. El mismo año de su ingreso en la RAE, 1979 —acto que estuvo presidido
por los reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía—, obtuvo el
Premio Benito Pérez Galdós de Periodismo, el Premio Adelaide Ristori del
Centro Culturale Italiano y el título de almirante del estado de
Nebraska; además, fue nombrada académica correspondiente de la Academia
de Artes y Ciencias de Puerto Rico. En 1980 se le concedió el Premio
Ateneo de Sevilla por Soy la madre, y, en 1987, el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.
Hija
predilecta de la ciudad de Cartagena, hija adoptiva de La Unión,
poseedora de las llaves de la ciudad de Miami, así como de varias
adopciones por entidades culturales de Miami y de Nueva York, Carmen
Conde formalizó la donación del legado cultural
de Antonio Oliver y del suyo propio a su ciudad natal, Cartagena, en
1995 (el matrimonio se había encargado de gestionar, en 1956, la cesión
al Ministerio de Educación Nacional del archivo de Rubén Darío, en manos de Francisca Sánchez (1882-1963), compañera del poeta nicaragüense a partir de 1899).
Carmen Conde, quien «no dejó de escribir hasta casi el final de sus días», murió en Madrid el 8 de enero de 1996.
Articulo tomado de la Real Academia de la Lengua Española
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Artículo en El País
Carmen Conde: cuando en la RAE no había baño de señoras
Se cumplen 40 años del ingreso de la primera autora en la historia de la Real Academia
Carmen
Conde, entre Gonzalo Torrente Ballester (izquierda) y Manuel Terán, en
la sede de la RAE en su investidura como académica de la lengua el 28 de
enero de 1979.MARISA FLÓREZ
“¡Qué horror! Pues tendrán que hacer uno”, exclamó Carmen Conde Abellán a EL PAÍS cuando la periodista Rosa María Pereda le dijo que no había baño de señoras en la Real Academia Española (RAE).
Tampoco ambas sabían muy bien en qué consistía la etiqueta exigida en
el ingreso de los hombres –frac, para leer el discurso-, en el caso de
las mujeres. “Tendré que consultar con los modistas”, dijo la escritora.
Pero lo cierto es que si bien aquellas minucias de forma bien las
podían arreglar en un santiamén una cuadrilla de albañiles y algunos
diseñadores con gusto, no había comparación con la hazaña que conseguía
ella al ser la primera mujer que entraba en la institución que entonces
presidía su valedor, Dámaso Alonso:
“Los tiempos han cambiado y la misma Academia se ha dado cuenta. Ya no
estamos en los días en que doña Concepción Arenal decía que la mujer
sólo podía ser estanquera, reina o puta. Ahora también podemos ser
académicas, gracias a Dios”.
La de Carmen Conde (Cartagena, 1907-Madrid, 1996) fue una batalla
vencida con galones aquel 28 de enero de 1979, hace 40 años. Previamente
se habían producido muchas bajas en el asalto. Demasiadas… Las primeras
que aun hoy sonrojan son las de Gertrudis Gómez de Avellaneda y Emilia
Pardo Bazán, esta última cayó en tres ocasiones: 1889, 1892 y 1912. Pero
la que más cerca anda en la memoria previa al ingreso de Conde, es la
de la lexicógrafa María Moliner. Corrían los principios de los años
setenta y la creadora del diccionario de referencia con su nombre,
consciente del valor de las palabras y las expresiones, al enterarse de
las intrigas que se iban moviendo en su contra tuvo a bien saltarle a
los conspiradores: “Iros a tomar por el culo”. Como uno de los que más
se oponían era Camilo José Cela, seguro que lo entendió a la primera.
11 mujeres entre 483 miembros
Cuando Carmen Conde entró por primera vez a la Real Academia Española
acompañada de Gonzalo Torrente Ballester y Manuel Terán para leer su
discurso de ingreso empezaba un aun deficiente camino de mujeres en la
institución. La escritora sustituía en el sillón K a Miguel Mihura y en
su primera intervención titulada Poesía ante el tiempo y la inmortalidad, dijo: “Vuestra noble decisión pone fin a una tan injusta como vetusta discriminación literaria”.
La habían apoyado para su candidatura Antonio Buero Vallejo,
Guillermo Díaz-Plaja y el jurista Alfonso García Valdecasas, pero
contaba además con el empuje claro de Dámaso Alonso, entonces director.
Un aval que fue efectivo a la hora de vencer en la votación a otras dos
mujeres: la escritora Rosa Chacel y la médica Carmen Guirado. Tras
Conde, tan solo 10 académicas más han seguido su camino. Muy pocas y
apenas una gota de agua en la historia de la RAE. Desde que fue fundada
en 1713, sus sillones han estado ocupados por 483 miembros, de los que
apenas una decena han sido mujeres.
Después de Conde en el año 1979, Elena Quiroga, en 1984 y Ana María
Matute, en 1998 entraron tras ella en el siglo XX. La media aumentó
recién entrado el XXI con la historiadora Carmen Iglesias, la científica
Margarita Salas y la escritora Soledad Puértolas, pero se ha acelerado
un poco más en la última década, con la incorporación de la filóloga
Inés Fernández-Ordóñez –la más joven del pleno- la escritora Carme
Riera, la catedrática de literatura Aurora Egido, actual secretaria, la
poeta Clara Janés y la lexicógrafa Paz Battaner.
Atrás habían quedado también las candidaturas fallidas de, entre
otras, Blanca de los Ríos, Concha Espina o Rosa Chacel y Carmen Guirado,
que se enfrentaron en votación a la propia Conde y no volvieron a
contar con más oportunidades de postularse. Una vez dentro, Carmen Conde
dejó bien claras sus intenciones y marcó un debate que continúa hoy en
primera línea: “No pienso ir a la primera reunión con ese
volumen del diccionario, especialmente machista. Pero todo se andará. El
machismo evidente en la lengua castellana es triste consecuencia de la
historia que arrastramos las mujeres españolas”.
El feminismo fue algo que definio la biografía de Carmen Conde hasta
su muerte en 1996. Un rasgo que exacerbaba por otra parte a quien llegó a
ser su marido: el poeta Antonio Oliver Belmás. Ambos eran de Cartagena y
se conocieron en 1927, cuando la generación de sus coetáneos bullía
entre la tradición y la vanguardia, buscando sentido a la nueva poesía
española del siglo XX. A ella quedó adscrita Conde, que trabó amistad
con muchos de ellos y contrato de alquiler con Vicente Aleixandre, su
casero en la calle Velintonia. Aunque su maestro reconocido, como de
tantos otros, fue Juan Ramón Jiménez.
Pero en sus lazos generacionales, Conde alternaba y estableció
complicidades con las mujeres de rompe y rasga que marcaron tendencia de
modernidad antes de la guerra. Íntimas amigas suyas fueron la argentina
Berta Singerman, Concha Méndez, Maruja Mallo –“que no me sepa yo que te
vas con ella”, le escribía su novio en pleno ataque de celos mediante
carta-, Ernestina de Champourcin o también Gabriela Mistral y Norah
Borges.
Frecuentó el siempre excitante círculo cercano a la Institución Libre
de Enseñanza y la Residencia de Estudiantes, junto a quienes también
Conde y Oliver se embarcaron en las misiones pedagógicas. Una actitud
que define su carácter y sus múltiples vocaciones, porque aparte de
poeta, ensayista, novelista y autora de literatura infantil, Carmen
Conde se sentía profundamente maestra. “Es algo que me parece digno de
destacar en su biografía”, asegura Carme Riera, perteneciente a la RAE. “No era una poeta ensimismada, sino comprometida con la realidad y muy activa”.
Lo que siente Riera es que su obra haya quedado un tanto olvidada
tras el dato que todos recuerdan de su trayectoria. Ser la primera mujer
que entró en la Academia eclipsa casi todo lo demás. Pero nunca es
tarde para recuperar su legado poético y narrativo con cerca de cien
títulos. Una obra que incidió en la opresión sufrida por las mujeres y
que ella contribuyó a resquebrajar después de haber denunciado su estado
en poemas como Dominio: “¡Oh, mi alma suave y sometida, /dulce
fiera encerrándose en mi cuerpo! /Rayos, gritos, helor, y hasta
personas /acuciándola a salir. Y ella, oscura”.
Más de un centenar de expedientes sobre publicación,
representación o grabación de obras del poeta oriolano se recogen en un libro
de Aitor Larrabide y Sánchez Balaguer
Los
documentos, entre los años 50 y 70, incluyen borrados y eliminación de
estrofas.
«Ni las
obras como conjunto ni individualmente son autorizables. El auto sacramental
con el que comienza el tomo contiene ataques a la religión y a la Iglesia
Católica. En las otras se ataca a los generales que comenzaron el Alzamiento, a
la Guardia Civil, etc. (...) Muy especialmente la página 836, en la que se
recogen los versos: cuatro generales traidores de pura raza. DENEGABLE».
Este informe, fechado el 25 de febrero de 1971, es uno de los muchos realizados
por la censura en los años 60 y 70 contra la edición de la obra poética,
teatral o la grabación de versiones musicadas de los poemas de Miguel
Hernández. De expedientes como este conservados en el Archivo General de la
Administración, en Alcalá de Henares, se ha hecho acopio Aitor Larrabide,
presidente de la Fundación Miguel Hernández de Orihuela, y junto a Juan José
Sánchez Balaguer los ha reunido en un libro que se publicará a principios del
próximo año.
«Lo que se
ve con este trabajo de investigación es que básicamente el material es de los años
60 y 70, que son las décadas de florecimiento y auge de Miguel Hernández, y
también que los criterios de la censura van variando, de ser muy
restrictivos al principio hasta que van abriendo la mano», apunta Larrabide.
Son en total
111 expedientes los que se han conservado -muchos faltan porque se perdieron en
las transferencias de los documentos a Alcalá de Henares y por unas
inundaciones-, entre ediciones de la obra poética y la teatral, además de la
representaciones sobre un escenario de sus obras y la grabación de discos.
El primer
expediente es de1950, cuando Espasa Calpe quiere exportar a Argentina el libro El
rayo que no cesa y otros poemas. «El lector número 1 -censor- dice que es
una colección de versos muy malos y dadaístas, nada censurable». En 1951, la
petición de publicación partió de Alicante. «Me llama la atención que en el
libro Seis poemas inéditos y 9 más, fueron aceptados todos, pero gracias
a que Vicente Ramos (historiador y escritor alicantino) tenía contactos con la
censura en Madrid y entonces no hubo problemas para publicar».
Para este
experto en el poeta, resulta llamativo que en los años 70 hay peticiones de 12
ediciones de antologías poéticas y 18 expedientes, que son justamente los años
del mayor boom editorial de su obra; en los años 60 hay 5 ediciones y sin
embargo 30 expedientes, y en los 50, 3 ediciones y 9 expedientes. De
representaciones teatrales hubo 9 peticiones».
También
trabajan en los expedientes de censura para la grabación de discos con
sus poemas. «Entre ellos el de Serrat en el 72, que pasó sin problemas». No
obstante, la primera solicitud para hacer un disco con sus poesías es de 1967 y
la última de 1973. «De censura fonográfica hay 34 expedientes, el primero del
67 cuando discos Tempo solicitó autorización para grabar sus poemas, y el
último del 15 de enero del 73, de Luis Pastor».
Tachaduras y cortes
La censura actuaba prohibiendo el total de la publicación pero también
eliminando poemas o estrofas, e incluso dejando frases inacabadas. En este
sentido, resulta muy gráfico el caso de la solicitud de la editorial Cátedra en
1974, para publicar el libro El hombre y su poesía, de Juan Cano
Ballesta. En La canción del esposo soldado, el verso «Nacerá nuestro
hijo con el puño cerrado» se publicó eliminando «con el puño cerrado» y
aparecen en su lugar puntos suspensivos. En esa misma edición, en el poema
dedicado a García Lorca La elegía primera, hay una estrofa entera (la
16) que se suprime y se sustituye también por una línea de puntos
suspensivos («Caiga sobre tu alegre sangre de granado / somo un derrumbamiento
de martillos feroces, / sobre quien te detuvo mortalmente. / Salivazos y hoces
/ caigan sobre la ancha de su frente»). «Cano Ballesta no supo lo que le habían
cambiado hasta que lo vio editado».
La censura
se cebó en gran medida con el teatro de Miguel Hernández. Al antes citado, se
une un expediente del 15 de marzo de 1971 sobre la solicitud de la editorial
Escelicer para publicar Teatro selecto. «Diversas obras teatrales, en
las que hace aparición como en todas las del autor, la apología de la lucha de
clases, la de los mineros, la demagogia más barata, la irreligiosidad, los
ataques a los militares del 18 de julio que iniciaron el alzamiento, así como
el canto a las milicias populares, a las mujeres de los mineros, etc.
Particularmente aparece denigrada la Guardia Civil. DENEGABLE».
El 25 de
mayo hay un nuevo intento. «De las tres obras que componen esta selección, las
dos primeras son en principio inautorizables (...). Y aparece la nota : « Los
hijos de la piedra. Es una apología de la lucha de clases, presentando a un
dueño y su capataz, sencillamente abominables, pero amparados por la Guardia
Civil, a la que naturalmente presenta con un aspecto poco favorable. No
publicable».
Valoración crítica
Para Larrabide, aparte del valor en sí de los expedientes, estos documentos son
importantes porque «recoge a los funcionarios del Ministerio de Turismo que se
encargaban de valorar y eliminar partes de las obras. Los censores vamos».
Además, «no solo recogemos los expedientes sino que lo contrastamos con las
ediciones que finalmente salieron y hacemos una valoración de los prólogos y
estudios introductorios, cotejándolo con lo que los censores ponían».
«Este
trabajo no tiene sentido si no dices al lector qué significó esa edición, los
poemas que cogían de cada libro y hago un estudio de cada edición», además de
recoger algunas de las reseñas que se publicaron cuando el libro salió al
mercado.
«Lo valioso
es sacar a la luz cómo funcionaba el aparato represor franquista y cómo
se iba acomodando a las circunstancias históricas, ya que con el paso de los
años va abriendo más la mano». En este sentido, Aitor Larrabide asegura que las
antologías de bolsillo «son las que mayoritariamente aparecieron en los
expedientes porque son las que más éxito de público tuvieron y la censura sabía
que iban a tener gran repercusión».
"Mientras vivamos mi hermana y yo, el legado no volverá"
Los nietos y la nuera del poeta firmaron ayer
el protocolo por el que la Diputación de Jaén custodiará su fondo
documental - Las nueve cajas que aún permanecen precintadas después de
26 años se abrirán para conocer su contenido en septiembre
cristina martínez
15.08.2012 |
13:38
"Mientras vivamos mi hermana y yo, el legado no volverá"EFE
Lleva el nombre de su abuelo y asegura que eso «es un orgullo»,
aunque a veces también «una presión». Miguel Hernández Izquierdo firmó
ayer con pulso firme, junto a su hermana María José y su madre, Lucía
Izquierdo, el acuerdo por el que la Diputación de Jaén custodiará,
conservará y divulgará el legado del poeta oriolano que ya se encuentra
en la ciudad andaluza después de estar depositado en Elche durante 26
años y además creará un museo en Quesada, localidad natal de Josefina
Manresa, viuda del escritor. «Es una pena que no esté finalmente en
Elche o en Orihuela, pero viéndolo fríamente lo mejor es que esté en un
sitio donde se le quiere, algo que no han demostrado los ayuntamientos
de esas ciudades».
Reconoce
que «por supuesto hay mucha gente que respeta a mi abuelo en Elche y
Orihuela, pero los gobernantes han demostrado que no lo quieren y
mientras mi hermana y yo vivamos, el legado no volverá ni a Elche ni a
Orihuela; somos jóvenes y podemos aguantar los palos que nos vayan dando
a partir de ahora, pero aquí no vuelve seguro. Y no es cuestión de
dinero, sino de que el legado de mi abuelo esté en un lugar con gente
que tiene principios y que quiere potenciar la cultura».
La
nieta del poeta, María José Hernández, reconoció haberlo pasado mal
«por ver a mi madre todo lo que ha luchado y que no ha obtenido ningún
reconocimiento; por un lado es una lástima, pero por otro lado Quesada
es la tierra de mi abuela, cuya labor para poner a salvo el legado de mi
abuelo no se ha reconocido nunca».
Por
su parte, Lucía Izquierdo manifestó su satisfacción por el acuerdo y
destacó que la primera actividad, además de un proyecto didáctico en
escuelas, será la apertura de las 9 cajas que aún permanecen
precintadas, tal como las dejó Josefina Manresa, por lo que se desconoce
su contenido. «El acuerdo establece que no se puede tocar nada hasta
que no llegue Paco Escudero €director de la futura fundación por deseo
de la familia€ y será en septiembre cuando vaya y empiece a abrir las
cajas y a catalogar su contenido». De momento, ya está en Jaén «todo
el legado documental de Miguel, lo que corría más peligro, y en el
futuro llevaremos cuadros donados por artistas además de más de 1.000
libros».
En un periodo de 6 a 9
meses se constituirá la Fundación Cultural Miguel Hernández y Josefina
Manresa, según aseguró el presidente de la Diputación de Jaén, Francisco
Reyes, quien destacó que la familia no ha pedido dinero a cambio y que
el objetivo es «ir más allá del mero estudio de la obra hernandiana»,
una tarea que se realizará desde el Instituto de Estudios Giennenses.
María Gómez y Patiño: "Miguel Hernández es el único poeta universal que luchó, combatió y murió por lo que creía"
La periodista publica un libro con diez entrevistas que recuerdan la figura del poeta, reportero y activista republicano
ARAGÓN CULTURA /
La periodista María Gómez y Patiño destaca la integridad del poeta, reportero y activista republicano, Miguel Hernández
'Diez entrevistas imposibles en torno a Miguel Hernández" es el título del último libro de la periodista María Gómez y Patiño,
quien se acerca al poeta, reportero y activista republicano a través de
diferentes testimonios orales. La obra, publicada por Editorial
Comuniter, reúne a diferentes personalidades que convivieron con
él durante la Guerra Civil y los años siguientes de la posguerra antes
de su asesinato por el régimen franquista.
En una entrevista para el programa informativo 'Buenos Días', de Aragón TV,
María Gómez y Patiño apunta que "Miguel Hernández es posiblemente el
único poeta universal que no se marchó durante la Guerra Civil y
que luchó, combatió y murió por lo que creía". Precisamente la causa de su muerte fue por "sus escritos como periodista en los periódicos afines al bando republicano", añade.
A través de las diferentes entrevistas con Antonio Buero Vallejo, Enrique Líster, Leopoldo de Luis, Concha Zardoya, Santiago Alvarez y Rosario Sánchez Dinamitera, la periodista María Gómez y Patiño muestra que "Miguel Hernández era absolutamente íntegro con su forma de hacer, de pensar y de actuar".
"De haber tenido la oportunidad de entrevistar a Miguel Hernández durante la Guerra Civil, le habría preguntado por cómo veía la situación en esos momentos y si se imaginaba cuál iba a ser su final", comparte Gómez y Patiño.
‘Diez entrevistas imposibles en torno a Miguel Hernández’ es el título del último libro de la periodista María Gómez y Patiño. La obra literaria, que se presentará el miércoles 26 de junio en el Museo de Zaragoza, se acerca a la figura del poeta, cronista y comisario político a través de los testimonios de personas de sus círculos cercanos y conocidos durante la Guerra Civil y los años posteriores. Antonio Buero Vallejo, Enrique Líster o Leopoldo de Luis,
Concha Zardoya, Santiago Alvarez y Rosario Sánchez Dinamitera son
algunos de los nombres de los entrevistados, que arrojan cierta luz sobre la figura de Miguel Hernández y muestran algunos detalles no muy conocidos hasta el momento. Su papel en el Frente Republicano, durante la Batalla del Ebro, es uno de los hechos que rescata Gómez y Patiño en este libro,
un episodio que vincula al poeta con el territorio aragonés para la
eternidad. También recoge las vivencias de Hernández en los años de la
posguerra, hasta su muerte en 1942. María Gómez y Patiño, periodista y coordinadora del Grado en Periodismo de la Universidad de Zaragoza, presenta su libro acompañada por Manuel Baile, editor de Comuniter, y Herminio Lafoz, director de la colección ‘Es un decir’. Tendrá lugar en el Museo de Zaragoza, el miércoles 26 de junio, a partir de las 19 horas.
Diez entrevistas imposibles en torno a Miguel Hernández
Estas
entrevistas, que la autora denomina imposibles pues la mayoría de los
protagonistas han fallecido, las hizo María Gómez y Patiño hace unos
veinticinco años y forman parte de su tesis doctoral sobre Miguel
Hernández. Consciente de la importancia de esos testimonios decide
presentarlos al público en este libro y regalarnos las opiniones de dos
mujeres y ocho hombres quienes, además de conocer al poeta, tienen
interés por sí mismos. Ellas son Rosario Sánchez «Dinamitera», a la que
Miguel Hernández dedicó un poema, y Concha Zardoya, exiliada y profesora
de literatura española en Estados Unidos, con dos visiones del momento
histórico absolutamente distintas, aunque no contradictorias. Los
hombres son Luis Rodríguez Isern, compañero de prisión y de fatigas
carcelarias de Miguel Hernández; Enrique Líster Forján, dirigente del
Partido Comunista de España, que durante la guerra llegó a mandar el V
Cuerpo de Ejército republicano; Santiago Álvarez, dirigente del mismo
partido hasta su muerte y comisario político durante la guerra;
Bonifacio Méndez, maestro de vocación, cuya profesión seguía ejerciendo
en las mismas trincheras; Pedro Mateo Merino, un universitario serio y
responsable, absolutamente comprometido con la causa; Fernando Fernández
Revuelta, periodista, editor y traductor que, tras haber escrito para
El Socialista, ya no pudo escribir en prensa durante el franquismo en
España; Antonio Buero Vallejo, uno de los más grandes dramaturgos que
dio el siglo XX, y autor del dibujo más reproducido de Miguel Hernández y
Leopoldo (Urrutia) de Luis, Premio Nacional de las Letras Españolas en
2003. Todos los entrevistados tenían una característica común: habían
coincidido con Miguel Hernández en distintos momentos del periodo bélico
o posbélico.
Currículum de María Gómez Patiño:
María Gómez y Patiño (ph. d.) es Licenciada en
Ciencias de la Información, Universidad del País Vasco, y Doctora por la
Universidad Complutense de Madrid, Sociología VI: Programa Cultura y
Comunicación de Masas de la Fac. CC. Información (1996). En 1998 funda y
dirige el SEMINARIO PERMANENTE DE ESTUDIOS DE LA MUJER, en la
Universidad Europea de Madrid, con Proyectos de Investigación desde
1999. Tras trabajar como periodista (Coordinadora y Directora de
Redacción) ha impartido clases en distintas Universidades (Madrid,
Helsinki, Jena, Rotterdam, El Cairo, Roma, Milán). Actualmente es la
Coordinadora del Grado en Periodismo - Universidad de Zaragoza: mariagp@unizar.es.
Ha publicado varios libros: "Propaganda Poética en Miguel Hernández.
Un análisis de su discurso periodístico y político (1936-1939)" (1999), I.A.C.J.G., Alicante 1999.
"Calderón: una lectura desde el siglo XXI" (2000), "Paz: Femenino,
singular" (2005), "Las Huellas de la violencia invisible" (2005), "Los
intangibles del turismo" (2012), y traducido el libro de Irving Crespi
"El proceso de Opinión pública" (2000). En 2012 publicó el libro
"Escapistas de la realidad. Los intangibles del turismo".
Es miembro del equipo de investigación GICID (Grupo de Investigación
de Comunicación e Información Digital), y lo fue también de LISOSTUR, y
del Grupo de Investigación Consolidado S45 Sociedad del Riesgo del
Gobierno de Aragón, (2009-2012) de la Universidad de Zaragoza. Ha
coordinado y participado en distintos proyectos de Innovación Docente de
la Universidad de Zaragoza.
Los dos últimos proyectos:
1)
nacional: Las estrategias de campaña online de los partidos políticos
españoles: 2015-2016. Referencia: CS02013-44446-R. Modalidad 1:
Proyectos de I+D+I del programa estatal de investigación, desarrollo e
innovación orientada a los retos de a sociedad. Entidad financiadora:
Ministerio de Educación y Ciencia; y
2) Internacional: Proyecto de
Investigación Universidad de Benemérita de Puebla (México), ref. No.
088/SIEP-DIIE/2016, Red Educativa para el Desarrollo y Evaluación
Profesional Docente (REDEPD), Febrero, 2016.
Ha participado en 15 Proyectos de Innovación Docente UZ y coordinado:
Coordinación curricular por cuatrimestres y aplicación a las guías
docentes en el Grado de Periodismo” (Continuación) de la Universidad de
Zaragoza, con identificador PIIDUZ-14-543 (Programa de Incentivación de
la Innovación Docente).20/12/2014 hasta: 20/07/2015. Posee diversas
contribuciones científicas en journals (español e inglés) y ha ganado
algunos premios académicos Inst. Mujer Navarra; Literarios: ensayo,
relatos y de teatro y artísticos: de pintura.
Habla varios idiomas: Inglés, alemán, francés, italiano, ruso, y cursa 4º de árabe en CULM-UZ.