1.- ELEGIA PRIMERA (A Federico García Lorca).
Miguel Hernández, Viento del pueblo 1937
"Elegía Primera" no es,
cronológicamente, la primera de las composiciones de Viento del pueblo, quizás, pienso con atrevimiento, que fue de los
últimos, a la vez que se escribió la dedicatoria a Vicente Aleixandre, por la
exposición de las proposiciones líricas coincidentes, como ya he comentado en
el apartado propuesto a la dedicatoria a Vicente Aleixandre.
Es indudable que la muerte de Federico
García Lorca conmovió y preocupó a Miguel Hernández. El 12 de septiembre desde
Orihuela preguntó a Cossío, si es cierto que a Lorca le han fusilado. Hecho
criminal que ocurrió en la carretera entre Víznar y Alfacar provincia de Granada, cerca de la Fuente Grande, en la madrugada del 18-19 de agosto de 1936.
Si Miguel hubiera escrito la elegía a
Federico inmediatamente, la hubiera dado a la publicación tal y como hizo con
el poema “Sentado sobre los muertos”, además la revista El Mono Azul, no se la hubiera rechazado, porque Rafael Alberti era
el secretario de publicaciones.
Miguel se lo piensa, al parecer no le sale
nada espontáneamente tal y como ocurriera con la Elegía a la muerte de RamónSijé que se publicó en el número de diciembre del 35 en la Revista de Occidente. Miguel tiene la obligación literaria de
escribir una “Elegía”, puesto que otros poetas ya habían dedicado poemas como
el de Antonio Machado “El crimen fue en Granada”, publicado en Ayuda el 17-10-36, y en Poesía en la España Leal, 1937. Emilio
Prados “Llegada”, publicado en Romancero
de la Guerra civil Española, en noviembre de 1936. Francisco Salinas, poeta
de Callosa de Segura (Alicante), ganó el Premio Madrid en 1937, con un poema
dedicado a la muerte de García Lorca “Por qué mataron al ruiseñor”.
Leyendo detenidamente, las primeras siete estrofas, vemos que son como un comodín que vale para cualquier amigo muerto.
Atraviesa la muerte con herrumbrosas
lanzas,
y en traje de cañón, las parameras
donde cultiva el hombre raíces y esperanzas,
y llueve sal, y esparce calaveras.
Verdura de las eras,
¿qué tiempo prevalece la alegría?
El sol pudre la sangre, la cubre de asechanzas
y hace brotar la sombra más sombría.
y en traje de cañón, las parameras
donde cultiva el hombre raíces y esperanzas,
y llueve sal, y esparce calaveras.
Verdura de las eras,
¿qué tiempo prevalece la alegría?
El sol pudre la sangre, la cubre de asechanzas
y hace brotar la sombra más sombría.
He puesto en negrita lo de "herrumbrosas lanzas", para resaltar que Juan Benet lo tomó como título para uno de sus libros homónimo “Herrumbrosas lanzas”, Premio de narrativa Castellana 1983. Obra concebida a partir de una historia militar de la guerra civil; Juan Benet traslada al mítico territorio de Región el acontecimiento más importante de la historia española de este siglo. Este evento nos demuestra que Juan Benet leyó a Miguel.
Miguel Hernández y Federico se habían
conocido en Murcia, el 2 de enero de 1933, en Murcia se lo presentó Raimundo de
los Reyes, en su casa cuando Miguel fue a corregir pruebas de su Perito en lunas. (“Federico García Lorca con la Barraca en
Alicante” de Gaspar Peral Baeza, revista
Perito, nº 9, octubre 2006). José Luis
Ferris ha comentado, recientemente, que Raimundo de los Reyes pagó la edición
de Perito en lunas, y no el vicario
Luis Almarcha.
Miguel le escribió cuatro cartas, en cuyo
discurso se nota el reproche. Federico le escribió una, compadeciéndole, ya que
Miguel se había situado al borde de la mendicidad junto a sus padres, e incluso
le insulta. Como escribe Eutimio Martín “… mete la pata hasta el corvejón
tratándole de «calorré [gitanismo de gitano] de nacimiento» (carta de fecha
30-05-33). Si algo detestaba Lorca era que lo consideraran o lo trataran de
gitano. En realidad el medio gitano era Hernández, puesto que su madre
pertenecía a la familia de los “Mansebos”.
En Madrid se vieron unas cuantas veces.
Aunque las simpatías entre Federico y Miguel no era para ir cogidos del brazo,
como le gustaba a Lorca fotografiarse con sus amigos, si vemos las fotos con
Dalí, Buñuel o con Oscar Esplá. Miguel
reconoce que recordar a Lorca era necesario y oportuno para el éxito del
libro. Puesto que su asesinato estaba en
el recuerdo de los poetas y milicianos.
Dijo María Zambrano que el autor de Bodas de Sangre, le tenía
"alergia" a Miguel, y desde luego que tenía sus motivos, pues en una
de las cartas que le escribiera Miguel le insultó de una forma descarada, le increpó con arrogancia "la tarde
aquella murciana, que he maldecido las putas horas y malas en que le di a leer
un verso a nadie" (carta de fecha 10-04-1933). Y luego le acosaba con
reproches para que le estrenara El torero más valiente.
Miguel
volverá a nombrar a Federico en el poema “Llamo a los poetas” de El hombre acecha, 1939.
Fusilaron al poeta de Fuente Vaqueros en la
madrugada del 18 al 19 de agosto de 1936 en el Barranco de Víznar: Los Pozos,
(Granada), donde también fusilaron a
otros muchos granadinos, entre ellos, a los banderilleros de la CNT Joaquín Arcollas
y Francisco Galadí Melgar; aquí en Los Pozos se cree que hay un millar de
muertos. A pesar de las excavaciones que se han hecho en Víznar y Alfacar, de
acuerdo a la Ley de Recuperación de la Memoria Histórica, sus huesos no han
sido hallados. ¿Por qué no le perdonaron la vida a Federico durante los
días que estuvo preso en el gobierno civil de Granada entre los días 16 y 18 de
agosto, a pesar de las insistentes peticiones de indulto por parte de
influyentes amigos falangistas y familiares?, ¿acaso le interrogaron, le
torturaron y tan mal lo dejaron que ya no le podían ponerle en libertad?
Lo más seguro es que le sometieran a un duro interrogatorio, preguntas tales
como dónde estaban sus amigos, entre ellos Fernando de los Ríos a quien los
falangistas y cedistas odiaban a muerte. Si Angelina Cordobilla, la mujer
que le llevaba la comida al gobierno civil y le vio vivo, en la entrevista que
se le hizo el equipo de Ideal, en marzo de 1975, no dijo nada de esta
hipótesis, ella sólo vio encima de una mesa un tintero, papel y una
pluma, pruebas que confirman que lo tenían allí para que denunciara a otros
camaradas o amigos, hacer "la lista negra" y además para que
escribiera de puño y letra su propia confesión, es la única explicación lógica
al recado de escribir, y si esta lista de nombres, siempre sacados bajo
amenazas y presión, y si los datos no eran satisfactorios, lo más seguro es que
le torturaran como hicieron con otros muchos detenidos. Lo mismo que
hacen hoy en día con los prisioneros en Guantánamo o en otras cárceles secretas.
Ahora hay que preguntarse ¿quién torturó a Federico, dónde está su
confesión?
“Elegía primera” consta de 114 versos. No aprecio un llanto como aquella
elegía a la muerte de su amigo del alma Ramón Sijé. En esta “Elegía primera”,
aprecio abundante retórica metafórica en las primeras siete estrofas. Es en la
octava estrofa cuando empieza a nombrar a Federico, sin
lágrimas, cuando se aprecian ciertos
aires de reproches en: ¡Tanto fue! ¡Tanto
fuiste y ya no eres! (v. 36). Miguel no puede olvidar ciertos desplantes de
Federico, en casa de Vicente Aleixandre y otros codazos, como el comentado por
María Zambrano. La estrofa siguiente suena a desquite y regaño.
¡Tanto fue! ¡Tanto fuiste y ya no eres!
Tu agitada alegría,
que agitaba columnas y alfileres,
de tus dientes arrancas y sacudes,
y ya te pones triste, y sólo quieres
ya el paraíso de los ataúdes.
En la nota a pie de página 79, del Tomo I,
estudio de José Carlos Rovira y Carmen Alemany, comentan que hay semejanzas de Coplas de Jorge Manrique, y rasgos
quevedescos, según el estudio de José María Balcells “De Quevedo a Miguel
Hernández”, Revista del I.E.A., núm.
36, 1982. por los versos finales “Tú
sabes Federico García Lorca,/ que soy de los que gozan una muerte diaria”.
La muerte es un recurso muy usado en el
Barroco. Vemos el verso de
Quevedo “las grandes almas que la muerte ausenta” (v.9 “Gustoso el autor con la
soledad y sus estudios”). Miguel leyó con fruición a Quevedo, Góngora, y a los
dos Vega (Garcilaso y Lope).
Juan Cano Ballesta en el estudio de Viento del pueblo, Edición Cátedra, 308,
página 57, nos recuerda: “Así fue la evocación del amigo que hizo Miguel en las
palabras que pronunció en [21] agosto de 1937 en el Ateneo de Alicante: “La
desaparición de F.G. Lorca es la pérdida más grande que sufre el pueblo de
España. Él solo era una nación de poesía. Es su sombra… la que me empuja
irresistiblemente contra sus asesinos en un violento deseo de venganza” (Ramos,
41). Cano Ballesta se refiere al libro de Vicente Ramos y Manuel Molina Miguel Hernández en Alicante, Colección
Ifach, 1976.
Palabras que tienen relación con los versos
(75-76):
Muere
un poeta y la creación se siente
herida y
moribunda en las entrañas.
Miguel había leído poemas de F. G. Lorca, en
el Ateneo de Alicante, el 29 de abril de 1933, cuando vino con Ramón Sijé a
presentar su libro Perito en lunas, y
recitó “Elegía media del toro” con el cartel de Paco de Díe, porque el primer
cartel que le hizo Rafael González Sáez para la Universidad Popular de Cartagena el 28 de enero de
1933, se perdió en el tren. El cartel de Paco de Díe, parece ser que se
lo dejó en Madrid, en carta a José Bergamín de fecha junio de 1934 leemos: “En la siesta de ayer tarde y en mi rinconcito de mi huerto junto a la
sierra achicharrada, lo leímos Sijé, Díe (el del cartel ese que me dejé ahí) y
yo mismo…” Leyeron los últimos
capítulos de Auto sacramental.
Para tener un mayor acercamiento a la
relación entre ambos poemas debemos consultar
el artículo “Miguel Hernández y Federico García Lorca”, Francisco
Esteve, revista Perito, número 9, de
octubre 2006, (págs. 6-7).
Dibujo que ilustra este poema. La lámina se
divide en cuatro viñetas, presento una silueta del poeta granadino. Abajo las
herrumbrosas lanzas, aquí rotas. Calaveras y granadas rotas y sangrantes,
rociadas bajo una llorosa guitarra.
Porque dos veces nombra el poeta la guitarra.
(Articulo de Ramón Fernández Palmeral, pertenece al libro "Simbología secreta de Viento del pueblo".
Formará parte de mi conferencia-recital "Los poetas del sacrificio de mi carpeta roja". Ámbito Cultural de El Corte Inglés, 2015)
Libro editado en LULU
Formará parte de mi conferencia-recital "Los poetas del sacrificio de mi carpeta roja". Ámbito Cultural de El Corte Inglés, 2015)
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