Dibujo de Ramón Palmeral
Por Ramón Fernández Palmeral.
Ha sido Cuba, en la segunda quincena de febrero 2010, la primera y diligente en homenajear al universal poeta Miguel Hernández en el I Centenario de su nacimiento, con la “II Jornadas sobre Miguel Hernández”, con ocasión de la 19 Feria Internacional del Libro, la Habana Cuba, y la asistencia de la dirección de la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela. Donde además se ha presentado el libro de José Luis Ferris Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta También debemos de recordar y agradecer que fue en Cuba donde se homenajeó por primera vez a nuestro poeta en el Palacio Municipal de La Habana el 20 de enero de 1943, diez meses después de su muerte. Que fue el periodista cubano Nicolás Guillén, en Valencia, quien publicó una de las primeras entrevistas «Un poeta en esparteñas», en la revista Mediodía, La Habana, el 25 de octubre de 1937. Y que antes, en noviembre del 36 había conocido al periodista también cubano, quien nombró a Miguel Jefe de Departamento de Cultura del Batallón del Talento del 5º Regimiento del Partido Comunista. Por todo ello, creo necesario recordar brevemente la amistad entre Pablo de la Torriente y Miguel Hernández. Pablo de la Torriente en España El 28 de agosto de 936 logra embarcar en el buque Ile de France y viaja como corresponsal de las revistas New Masses (Nueva York) y El Machete (México). Pasa por Bruselas donde asiste al Congreso Por la Paz. A su llegada a España comienza en Barcelona y luego en Madrid a recoger testimonios y escribir crónicas memorables. A fin de cuentas se salió con la suya y está allí mirando lo que sus ojos tienen la misión de contar. Pablo de la Torriente Brau es conocido en España como el periodista cubano amigo de Miguel Hernández que le recomendó o rescató como comisario cultural. Vino Pablo a España en defensa de la II República para incorporarse a la 1ª Brigada Móvil, del Quinto Regimiento, del Batallón de El Campesino (Valentín González), donde fue nombrado Comisario Político aunque Pablo se lamentara desde el punto de vista periodístico (11 de noviembre), porque le mantenía alejado de Madrid. En Majadahonda murió en combate a los 35 años de edad el 19 de diciembre del 36. Creo que es hora de recordar ciertos detalles puntuales de la breve amistad entre Pablo y Miguel que se conocieron una noche en Madrid en la sede de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, sita calle Marqués del Duero nº 5, Palacio de los Heredia-Spínola, mientras Miguel esperaba a María Teresa León. Pablo y Miguel se volvieron a encontrar varios meses después en Alcalá de Henares, aunque antes de reunirse en Alcalá habían coincidido, sin verse, en Pozuelo de Alarcón; ambos estaban destinados en el batallón conocido por El Batallón del Talento. Pablo de la Torriente nombró a Miguel jefe del Departamento de Cultura, o más bien agregado cultural. En dicho batallón estaba también al sevillano Antonio Aparicio, José Herrera Petere, Sánchez Vázquez, Pedro Mateo Merino, el malagueño Emilio Prados Such, Justino Frutos, al mando estaba el teniente Perea. Después de Alcalá pasaron juntos al frente de Majadahonda. Pablo de la Torriente publica el 28 de noviembre de 1936 en Ayuda, el artículo «Campesino y sus hombres» donde habla sobre Miguel cuya labor era publicar periódicos, organizar la biblioteca, alfabetizar a la tropa y elevar su moral y repartir prensa. Estos comentarios fueron escritos por Pablo en su artículo Peleando con milicianos, La Habana, 1962, que pertenece al libro, Cartas y crónicas de España. Otros autores como Juan Cano Ballesta comentan (Cátedra,1991,13) que fue el malagueño Emilio Prados quien le recomendó para la 1º Compañía del Cuartel General de caballería como Comisario de Cultura. Durante las primeras semanas de noviembre de 1936, están los dos personajes en Pozuelo de Alarcón y Boadilla del Monte. El 28 de noviembre de 1936 Pablo da cuenta de que conoce a Miguel Hernández, y escribe «un poeta en el batallón, un muchacho considerado como uno de los mejores poetas españoles». Participan en el festival de Alcalá con Alberti y María Teresa León. Referencias de Miguel sobre Pablo: Miguel escribió a Josefina Manresa en carta 26-11-1936, en esta carta le dice que había sido nombrado comisario-político (...) ahora comisario de guerra. Juan Guerrero Zamora, anota (1990,39) que Miguel no llegó a tanto, sino que fue comisario agregado a Pablo de la Torriente. En la entrevista que le hizo Nicolás Guillén a Miguel en Valencia, con motivo del II Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura, publicada en la revista cubana Mediodía (25-10-1937), dijo Miguel sobre Pablo de la Torriente «...que el sentido de humor de Pablo era verdaderamente irresistible». En la reseña de lo que dijo Miguel en el homenaje que se le dio en el Ateneo de Alicante, se publicó en el diario «Nuestra Bandera», del día 22 de agosto de 1937. Tomado del libro de Vicente Ramos y Manuel Molina, Miguel Hernández en Alicante, Colección Ifach, Alicante, 1976,p.44: «Cinco meses estuve con el Campesino. He tenido grandes compañeros en su tropa: el Algabeño, Pablo de la Torriente, José Aliaga (...) A primeros de febrero marché a Andalucía con el comandante Carisa (Sic). [Debe decir: Carlos (Vittorio Vidali)...». En la obra de teatro Pastor de la muerte, es un drama en cuatro actos, con rasgos biográficos posiblemente de la experiencia de cuando Miguel y Pablo estuvieron reclutando a campesinos de Castilla en el frente de Guadarrama, crea un personaje llamado El Cubano, y donde Pablo dio cuenta en carta del 10 de octubre de 1936 (cuyo fragmento recogeremos más adelante). Tomo la cita de un especialista en el teatro de Miguel, la de Jesucristo Riquelme: «Los personajes, como dijimos, son trasuntos directos (incluso con sus nombres) de héroes o amigos en la batalla. El Cubano es Pablo de la Torriente; José, el capitán José Aliaga; el Campesino, Valentín González; el Comandante, el comandante Carlos (Carlos Contreras) y Pedro, probablemente, Pedro Martínez Cartón»... Josefina Manresa estaba al tanto de cada paso de Miguel, porque le escribía constantemente, ella cuenta en Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández (1980,164), escribe: «Otra tengo en la mano [se refiere a una fotografía] que está en compañía de dos amigos y tres dedicatorias al dorso: “Al amigo Miguel Hernández. Juan Arroyo. Recuerdo de nuestra amistad y de nuestra despedida a Torriente [se refiere a Pablo de la] (...) Barcelona, 3 de enero de 1936. El año está equivocado, era en 1937». En la foto reproducida en el mencionado libro de Josefina se ve a Miguel escoltado por Juan Arroyo a su derecha y a Antonio Aparicio a su izquierda, con cazadora y jersey blanco de los llamados de cuello de cisne. Lino Novás Calvo, periodista cubano, también estuvo en el entierro. Pablo de la Torriente fue herido el día 18 de diciembre, en plena batalla de Majadahonda, y murió el 19, siete días después de cumplir los 35. Miguel asiste al entierro, y según anota José Luis Ferris (2002,356), Pablo vestía la zamarra de piel de cordero que Miguel [Hernández] le había regalado semanas antes. Delante de su fosa, posiblemente en Barcelona, el poeta leyó la «Elegía segunda» escrita en su recuerdo», que luego se incluiría en el libro Viento del pueblo, (1937): empieza con el primer serventesio: «Me quedaré en España compañero» me dijiste con gesto enamorado. Y al fin sin tu edificio tronante de guerrero en la hierba de España te has quedado. (Miguel Hernández). Esta elegía, fue ampliamente comentada en la edición facsímil de Viento del Pueblo, José Carlos Rovira y Carmen Alemany Bay, Ediciones de la Torre, Madrid, e Inst. de Cultura Juan Gil-Albert, Alicante 1992. Nos comentan los autores que se incluyó una reseña de la muerte de Pablo en Milicia Popular núm, 138, 23-12-1936): «Un héroe. Al frente de los hombres del campesino ha caído herido de muerte Pablo de la Torriente, periodista y luchador americano...». Se publicó en Ayuda, núm 41, el 6-II-1937. De la entradilla recojo una frase «El día 19 de diciembre ha caído, dentro del fuego del combate, Pablo de la Torriente-Brau, comisario político que, de su patria, vino a defender la nuestra sobre tierra libre de Castilla. Hijo de un pueblo tiranizado, él representa la sangre oprimida que se entrega por la libertad de todos los pueblos. La sombra que en vida dejaba bajo el sol, con su muerte asciende, cada vez mayor, hacia la luz». Comentan los autores de la edición que el impacto de esta amistad entre Miguel y Pablo debió de ser muy grande. Pablo de la Torriente sabía muy bien qué era sufrir una dictadura en carnes propias, fue herido, encarcelado 2 veces en la dictadura de Gerardo Machado 1930, donde escribió 105 días preso y La isla de los 500 asesinatos, la segunda detención escribió Presidio Modelo, sale de la cárcel y se tienen que exiliar en Nueva York donde realizó varios oficios y el periodismo, regresa en 1933 por el derrocamiento de Machado, y el golpe de estado del sargento Fulgencio Batista en 1935, le obligan a su segundo exilio.