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Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

martes, 5 de febrero de 2013

Las cartas inéditas de Aleixandre a Miguel Hernández y Josefina


Jesucristo Riquelme trabaja en la primera edición del epistolario del premio Nobel con el poeta oriolano y su viuda

 Vicente Aleixandre y Miguel Hernández: una leal amistad

 

05.02.2013 | 10:12
(Foto de Vicente Aleixandre en su casa de Madrid, con una dedicatoria del escritor a Miguel, tomada en 1935.
"He visto su libro La destrucción o el amor, que acaba de aparecer... No me es posible adquirirlo. Yo le quedaría muy reconocido si pudiera usted proporcionarme un ejemplar... Voy a vivir ahora en Madrid, donde estoy". Con esta carta, hoy desaparecida, Miguel Hernández estableció su primer contacto con Vicente Aleixandre. Corría el año 35, cuando el poeta pidió al más tarde premio Nobel un ejemplar de su último libro. Y fue Pablo Neruda el que habló a Aleixandre de un joven escritor que, además, acudió a la presentación de La destrucción o el amor en Madrid ese mismo año.
A partir de ahí se inició una relación que se extendió más allá de la muerte del poeta, ya que tras su desaparición Vicente Aleixandre se convirtió en una especie de tutor o mentor de su viuda, Josefina Manresa. De todo ello ha quedado constancia en las 312 cartas que el autor sevillano escribió, primero a Miguel y después a Josefina. Y estos testimonios, que se encuentran en el legado del poeta, verán la luz por primera vez gracias a la labor del profesor Jesucristo Riquelme que va a reunir en un volumen este material inédito.
Si hasta el momento eran cerca de 300 cartas de las que se tenía constancia, la apertura en la nueva sede del legado, el Centro de Estudios Giennenses de la Diputación de Jaén, de las nueve cajas cedidas por la viuda del poeta que aún permanecían selladas ha sacado a la luz alrededor de una veintena más de epístolas escritas por Aleixandre que no estaban ni clasificadas ni inventariadas.
"De esta manera podemos hacer una semblanza de la relación que Miguel con Aleixandre y, sobre todo, poner de relieve que este escritor fue una persona íntegra que mostró su amistad más allá de la muerte del poeta", asegura Riquelme, que resalta la influencia que tuvo en el Miguel Hernández de hasta El rayo que no cesa "como mínimo".
Según los últimos datos recabados, el especialista hernandiano cifra en 26 las cartas de Vicente a Miguel y en 284, la de Vicente a Josefina, además de una dirigida a Manuel Hernández -"que no sabemos si se refiere al hermano de Josefina en realidad"- y a Francisco Gambín Maruenda -amigo de Cox donde tenía familia Josefina.
La explicación de que haya tantas epístolas de Aleixandre a la viuda del poeta está en que "tras la muerte de Miguel, se convirtió un poco en tutor de Josefina en la distancia; le mandaba dinero y le controló mucho las ediciones de las obras que se iban haciendo, también si le pagaban los derechos... Es muy bonita esta relación que demuestra que además de un gran escritor era una gran persona porque tuvo un comportamiento ejemplar y movió a mucha gente para que ayudara a Josefina".
Sin embargo, solo hay conocimiento de cuatro cartas conservadas escritas todas en 1941 por Miguel y dirigidas a Vicente, que se publicaron en las obras completas. Y en ellas se refiere al poeta sevillano como "Querido Vicente" o "Hola Vicente querido".
La pretensión es que este libro se publique ya con el sello editorial que se quiere poner en marcha bajo el paraguas de la nueva fundación que está en vías de creación en Jaén. De momento, el primer paso es ir a Jaén "para transcribirlas" y luego preparar una edición que incluirá también fotografías y manuscritos. "La publicación se quiere hacer de la mano de la persona que tiene a su cargo el legado del poeta sevillano, Alejandro Sanz, secretario de la parte literaria del Ateneo de Madrid".
Para Jesucristo Riquelme, "el gran valor y la virtud de Aleixandre es que él siempre dio la cara, lo hizo con su nombre, apoyando y defendiendo a Josefina, a pesar de que pertenecía a una familia acomodada y tenía familiares que eran militares".
Años después, el Nobel de Literatura recordaba a Miguel Hernández en Los encuentros. "Yo le evoco en aquella primera temporada como una fuerza de primavera metida en la primavera: abril, mayo, junio. Primavera de campo".