El pasado viernes 21 de marzo de 2014, y con motivo de la celebración del Día
Internacional de la Poesía, el Museo Ramón Gaya de Murcia organizó una
jornada de lectura para conmemorar esa fecha, que este año ha tenido
como protagonista a la escritora unionense María Cegarra Salcedo.
La jornada se inició con la lectura de un poema de nuestra escritora
más universal por parte de la Concejal de Interior del Ayuntamiento,
María Dolores Barrionuevo, a la que siguió la lectura de otros
ciudadanos, anónimos y personalidades, que rindieron su homenaje a la
autora unionense leyendo sus poemas durante todo el día.
A continuación, acompañamos una reseña de la vida y obra de esta unionense ilustre.
MARÍA CEGARRA SALCEDO
En La Unión, el 28 de Noviembre de 1899, nació María Cegarra Salcedo,
la gran poeta de la Región, hija de Ginés Cegarra, comerciante, y de
Filomena Salcedo.
Sus hermanos, Andrés (1894), Ginés y Pepita. Estudió María con las
Hermanas Carmelitas de la Caridad en el Asilo de Huérfanas de Mineros y
cursó estudios superiores de Perito de Minas. De hecho, fue la primera
mujer perito químico de España (luego obtendría la licenciatura en
Ciencias Químicas).
Aquí, en la ciudad minera, tuvo María una infancia y juventud
señaladas por la crisis de la minería en la Sierra, así como por la
enfermedad de su hermano, el escritor Andrés Cegarra Salcedo. Impedido
por sus dolencias, María se convirtió durante años en su secretaria
personal hasta su muerte, acaecida en 1928.
Durante algún tiempo, María mantuvo una estrecha amistad con el
escritor Miguel Hernández. Según la crítica, muchos de los sonetos de
“El rayo que no cesa” están dedicados a ella.
Volcada en favor de su pueblo, la actividad política de María
consistió en su mandato como concejal del Ayuntamiento de La Unión. En
1980 fue otorgado el nombre de María Cegarra al Instituto de Enseñanza
Secundaria de La Unión.
María Cegarra no fue autora prolífica: apenas cuatro libros de poemas
sencillos, tremendamente humanos, llenos de emoción. A pesar de los
años que los separan, constatamos la unidad temática y formal del
conjunto de su obra y la concepción de su mundo poético como un todo
armónico: “Cristales míos” (1935), “Desvarío y fórmulas” (1978), “Cada
día conmigo” (1986) y “Poemas para un silencio” (póstumo, 1999).
En 1992, el Excmo. Ayuntamiento de La Unión acordó su nombramiento
como Hija Predilecta del municipio. Su muerte, el 26 de Marzo de 1993,
fue sentidísima en toda la Región. En los funerales, emocionantísimos y
solemnes, se cantaron los versos del famoso soneto donde ella misma
glosaba su muerte. En la Caja de Ahorros del Mediterráneo se le tributó
un homenaje entre los días 18 y 22 de Octubre de 1993. Allí estuvieron
poetas, filósofos, cantantes, profesores y críticos como Antonio Gala,
José Agustín Goytisolo, Jaime Siles, Carlos Bousoño, Amancio Prada,
Asensio Sáez, entre otros… En 1999 el Ayuntamiento de La Unión levantó
un busto de la poeta en la Plaza del Liceo, frente al centro donde
enseñó su hermano Andrés.
Poesía plena de verdad desnuda, falta de embellecimiento gratuito,
llena de hondura, pureza de sentimiento y humildad. Una especie de Emily
Dickinson a la española por su alejamiento de los circuitos literarios.
Sin embargo, conviene situar su obra, salvada de todo localismo, en el
ámbito de la gran poesía española contemporánea.