MIGUEL
HERNÁNDEZ, “LUX AETERNA”.
(
Insólitamente se elevó desde “el barro al cielo literario”)
En apenas diez
años, en su mayoría mal vividos, con incómodos asientos y duras camas.
Como dice en un
poema: Las cárceles se arrastran por la
humedad del mundo.
Miguel asumió –e
incluso llegó a superar- lo que había leído en su primer estadio: Darío, Campoamor, Villaespesa, J.Ramón,
Gabriel Miró, Azorín, Emilio Carrere, Alfonso Camín…Con el transcurso de su
breve vida Góngora, Cervantes, Calderón, Quevedo, Garcilaso, Lorca, Alberti,
Neruda, Aleixandre…
Era el poeta un
empedernido lector, devoraba cuanto encontraba. Todos influyeron en su poesía,
todos los estilos y tendencias se forjaron en el crisol de su portentosa mente
y su corazón de león. Miguel con sus composiciones musicales originales, y
sello de oro, a todos supera, es más, a horcajadas su poesía en su viento
conmueve al pueblo.
Muchas veces se
ha dicho y aun escrito que es el más grande poeta del siglo XX.
Para mi la
poesía hernandiana es, “tal una flor
arcoiris perfumada de inmensa pasión”.
Es muy difícil
elegir una composición hernandiana, pero si me obligo a decir un título:
(ANTES DEL ODIO).-Por
la gran extensión, las estrofas quinta y séptima:
Todo lo que significa
golondrinas, ascensión,
claridad, anchura, aire,
decidido espacio, sol,
horizonte aleteante,
sepultado en un rincón.
Esperanza, mar, desierto,
sangre, monte rodador:
libertades de mi alma
clamorosas de pasión,
desfilando por mi cuerpo,
donde no se quedan, no,
pero donde se despliegan,
sólo por amor.
No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme, no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?
A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo.
golondrinas, ascensión,
claridad, anchura, aire,
decidido espacio, sol,
horizonte aleteante,
sepultado en un rincón.
Esperanza, mar, desierto,
sangre, monte rodador:
libertades de mi alma
clamorosas de pasión,
desfilando por mi cuerpo,
donde no se quedan, no,
pero donde se despliegan,
sólo por amor.
No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme, no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?
A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo.
en tus brazos mi
prisión:
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy. Siénteme libre.
Sólo por amor.
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy. Siénteme libre.
Sólo por amor.
©Manuel-Roberto
Leonís, Orihuela, octubre 2012.