Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

domingo, 8 de febrero de 2015

Actividades de la Comisión Cívica de Alicante



Actividades de la Comisión Cívica de Alicante

La Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la Memoria Histórica se constituyó como tal en 2001 y ha tratado básicamente –aunque también ha desarrollado algunas actividades paralelas– de dar a conocer y recordar los momentos finales de la guerra civil en esos días de marzo y abril de 1939 en que Alicante se convirtió en la esperanza de salvación de muchos republicanos amenazados por la represión franquista.
Los antecedentes de la Comisión Cívica hay que ponerlos en relación con el Homenaje de los Pueblos de España a Miguel Hernández, celebrado en plena transición a la democracia, en 1976, y el Homenaje Internacional a los Tres Poetas del Sacrificio –Miguel Hernández, García Lorca y Antonio Machado– que se llevó a efecto en 1985 . Después de varios años de reuniones en la Librería Compas, el 17 de febrero de 1990 se redactó el Acta Fundacional de la Asociación de Estudios Miguel Hernández, que realizó una serie de actividades entre 1985 y 1990, como la concentración todos los años, a finales de cada mes de marzo, ante la tumba de Miguel Hernández en el cementerio alicantino, en la que se depositaban flores y se recitaban poemas; la recuperación del expediente judicial y carcelario del poeta, que dio lugar a la edición del libro Proceso y Expediente contra Miguel Hernández. Un Ensayo Jurídico sobre el Derecho Represor Franquista, del fiscal Miguel Gutiérrez Carbonell; el Homenaje a las Brigadas Internacionales celebrado en 1986; la inauguración de un monumento a Miguel Hernández, obra de Agar Blasco, en el lugar donde estuvo la enfermería de la cárcel, hoy Juzgados de Alicante, donde murió; las Jornadas Internacionales por un referéndum limpio para el Sahara, celebradas en 1998, con la edición y presentación de una biografía sobre el fundador del Frente POLISARIO y de la República Saharaui Democrática «Luali»: Ahora o nunca la libertad, escrita por varios autores, etc.
En marzo y abril de 2001, coincidiendo con el LXX aniversario de la República y el LXII del final de la Guerra Civil, esta Comisión, en colaboración con diversos partidos, sindicatos y asociaciones, organizó una serie de actividades en los meses de marzo y abril, con el título genérico de «Recuperar la Memoria Histórica»: se representó la obra Mar de Almendros, de José Luis Mira, interpretada por el grupo Jácara; hubo conferencias y exposiciones en distintas sedes de partidos, y de sindicatos y entidades cívicas, sobre temas como la enseñanza en la Segunda República, las Casas del Pueblo, el maquis o los campos de exterminio nazis. Además, se entregaron en el Ayuntamiento las firmas de los ciudadanos y ciudadanas que solicitaban se rotulasen nuevas calles en Alicante con los nombres del barco «Stanbrook», Manuel Azaña y varios republicanos alicantinos. Para finalizar el programa, se organizó un acto en la Explanada del Puerto de Alicante, donde Adolfo Celdrán interpretó la Canción del Esposo Soldado, de Miguel Hernández, y se celebró un concierto a cargo de la banda de música l’Illa de Benidorm, dirigida por Josep Cano y Juan Enrique Canet.
En 2003, la Comisión presentó en el Club Información los libros Una juventud truncada. Memorias de un comunista, de Luis Villagarcía Higueras, que recogía sus vivencias desde que fue encarcelado por su militancia en la JSU al término de la Guerra Civil hasta su salida de la cárcel y su instalación en Alicante; e Ici París. Memorias de una voz de libertad, memorias de Julián Antonio Ramírez, con los recuerdos, desde su infancia hasta sus años en las emisiones en lengua española de la Radio Televisión francesa, de quien fuera fundador y hombre fundamental en la Comisión Cívica alicantina.
A partir de 2004, la Comisión Cívica de Alicante por la Recuperación de la Memoria Histórica dio un mayor impulso a sus proyectos, tendentes a restablecer la verdad histórica y a recuperar la memoria de los logros de la Segunda República, que el franquismo trató de borrar. Pretendía, sobre todo, levantar en el puerto de Alicante un monumento que recordase a cuantos se vieron atrapados en este mismo lugar en marzo de 1939, así como instalar un monolito en algún lugar del entonces denominado «Campo de Almendros» en memoria de quienes fueron encarcelados, juzgados, condenados y ejecutados sin las mínimas garantías jurídicas. Para financiar estos proyectos se editaron unos bonos de 5, 10 y 20 euros, con el logotipo diseñado por Alberto Corazón para la Comisión.
En noviembre de ese año, dicha Comisión Cívica presentó al Ayuntamiento un escrito apoyado por miles de firmas, recogidas en Alicante y México, en que se solicitaba, entre otras cosas –incluido el cambio de denominación de algunas calles que todavía recuerdan a la dictadura franquista y honran a quienes sirvieron a las órdenes del nazismo, en la División Azul–, la colaboración municipal para llevar a cabo esos dos objetivos fundamentales de la Comisión. Al mes siguiente, el Pleno Municipal aprobó por unanimidad crear una Comisión propia para estudiar «las iniciativas de la Comisión Cívica por la Recuperación de la Memoria Histórica… en materia de monumentos, actividades de investigación y divulgación, denominación de vías y espacios públicos y cuantas otras sean oportunas a la finalidad pretendida». Esta Comisión municipal se reunió sólo en dos ocasiones y no llegó a convocar a la Comisión Cívica con la que, según el acuerdo del Pleno, tendría que haber colaborado: los partidos de la oposición acabaron por abandonar esa Comisión Municipal, que devino totalmente inoperante.
Mientras tanto, la Comisión continuó su andadura y organizó muchas actividades, con las que hemos conseguido que la historia oculta de Alicante sobre la Guerra Civil y la posterior dictadura sea ampliamente conocida:
En noviembre de 2004, presentación en el Club Información del libro de Rafael Torres, Los náufragos del Stanbrook, y en abril de 2006, un acto de homenaje, en la Casa del Pueblo de Alicante, a algunos supervivientes de la tragedia del puerto de Alicante: tomaron parte Marcos Ana y Gabriel Aguilera, Ignacio Muñiz, Ángel Rubio, José García Villaba y Ángeles Espí.
Actos, celebrados en abril y noviembre de 2005, en el cementerio alicantino para recordar a las víctimas del franquismo allí enterradas. Después de varias vicisitudes debido a la actitud obstruccionista del Ayuntamiento, tuvo lugar la colocación de una lápida dedicada a Etelvino Vega y otros 26 republicanos de la provincia, de diversa ideología, fusilados el 15 de noviembre de 1939 y enterrados en una fosa común, en un acto en el que tomaron la palabra Enrique Cerdán Tato y Miguel Gutiérrez Carbonell .
Presentación a la Autoridad Portuaria del proyecto de monumento, consistente en la reproducción de una obra de Eusebio Sempere, en un lugar muy destacado en la entrada misma del puerto, que recuerde a cuantos tuvieron que abandonar en marzo de 1939 su patria y a cuantos no lo consiguieron. Tras numerosas reuniones, escritos y quejas a la Síndic de Greuges, la Autoridad Portuaria denegó la construcción de este monumento en junio de 2008. Atendiendo a la «asepsia política» que debe, en su opinión, caracterizar a los puertos, se rechazaba el monumento y su leyenda, que era la siguiente: «Aquí en el puerto de Alicante se perdieron las libertades y esperanzas de la II República Española y se consumó su sacrificio. Fue el 31 de marzo de 1939. En su memoria y en la de todos los republicanos levanta de nuevo el vuelo esta paloma». Recientemente, en junio de 2012, y tras la petición unánime de la corporación municipal, la Autoridad Portuaria ha reconsiderado su posición y se ha mostrado dispuesta a autorizar la instalación de este monumento.

Conmemoración, desde 2005, del bombardeo del 25 de mayo de 1938 sobre el Mercado de Alicante, en el que se produjeron, como consecuencia de la actuación de la aviación fascista italiana, más de 300 muertos. En esa ocasión, la Comisión Cívica organizó un emotivo acto en que hablaron familiares de las víctimas y algunos de los alicantinos y alicantinas que sufrieron el bombardeo. Además, había presentado en el Ayuntamiento un escrito en el que solicitaba la instalación en la plaza del Mercado Central de una placa en recuerdo de «los que murieron durante aquel criminal bombardeo del 25 de mayo de 1938, que hizo la aviación franquista contra la población civil». La corporación municipal dio la callada por respuesta y la Comisión se vio sorprendida cuando el alcalde, Díaz Alperi, descubrió una lápida, en presencia de algunos concejales y escaso público, apenas dos horas antes de que comenzase el Homenaje convocado por la Comisión, al que asistieron muchísimos ciudadanos, que protestaron por el texto de la placa colocada, escasamente respetuosa con la verdad histórica, pues se limitaba a referirse a «las 311 victimas inocentes que perdieron la vida tras uno de los ataques que asolaron Alicante durante la guerra civil española», sin hacer la menor alusión a quienes fueron los agresores de la población civil alicantina.
La Comisión, a propuesta de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas, convocó posteriormente, en 2007, un concurso de ideas en «Homenaje a las víctimas del bombardeo del Mercado Central de Alicante». Resultó ganadora Elena Albajar, con su proyecto «Todos los días, a las doce». Hay que resaltar que en el jurado que decidió el concurso, compuesto por representantes de arquitectos y artistas plásticos, el Museo de la Universidad, la PIC y la Comisión, figuraba también un representante del Ayuntamiento. En 2008, la Comisión hizo llegar al Concejal de Cultura este proyecto y todo parecía indicar que se instalaría en el año 2010. Sin embargo, cuando ya estaban muy adelantadas las gestiones para ello, la alcaldesa de la ciudad, Sonia Castedo, se negó a que apareciese la palabra «fascista», en alusión a la aviación que bombardeó la ciudad en mayo de 1938, calificación totalmente respetuosa con la verdad histórica y que figuraba en el memorial aprobado. Sonia Castedo aseguraba no querer herir ninguna sensibilidad, suponemos que la de los autores de los bombardeos, pues con su actitud sí que hería la de los familiares de las víctimas.
Ante ello, la Comisión acusó a la alcaldesa de «censurar la historia y libertad de expresión» y celebró su acostumbrado homenaje, editando además un folleto con varios textos subrayando lo que realmente ocurrió en esa fecha. Poco después, el 25 de mayo de 2010, la alcaldesa inauguró la rotulación de la plaza como «Plaza del 25 de mayo», sin la menor alusión a lo que ocurrió en esa fecha en el Mercado alicantino: en su discurso, no se recató de citar a «la aviación fascista», pero siguió negándose a que figurase esa palabra en el Memorial realizado por Elena Albajar, que no se llevó a cabo.
Finalmente, el 25 de mayo de 2011 la alcaldesa de Alicante inauguró una lápida explicativa en la denominada «Plaza 25 de mayo», que decía: «El 25 de mayo de 1938, la ciudad de Alicante sufrió el bombardeo de la aviación fascista italiana con el resultado de más de 300 víctimas civiles. Esta plaza se dedica a su memoria». Y, contra toda evidencia, aseguró a la prensa que jamás el Grupo Popular del Ayuntamiento se había opuesto a incluir la palabra «fascista» en la lápida y habló de un posible monumento en la plaza, así como de otros en el Campo de los Almendros y en el Puerto, pero desligándose claramente de las propuestas de la Comisión Cívica, que celebró el 28 de mayo su acostumbrado homenaje a las víctimas del bombardeo.
En 2006 se presentó al Ayuntamiento, para su aprobación, el proyecto de «Memorial Campo de los Almendros», obra de Elena Albajar, Ruth Céspedes y Beatriz Candela. Se trataría de rebajar el terreno, plantar almendros y colocar alguna leyenda –tal vez las palabras de Max Aub– que recuerden ese lugar de la memoria. Este proyecto fue subvencionado con 28.950 euros por el Ministerio de la Presidencia, pero las dilaciones del consistorio municipal –revestidas de supuestos problemas técnicos– determinaron que se perdiese esa subvención. Es más, en diciembre de 2007 el Partido Popular rechazó en un Pleno Municipal debatir la propuesta de instalar este Memorial. En enero de 2008 se presentó la maqueta del Memorial a la prensa y se llevó a cabo un acto simbólico de plantar almendros en el Campo de los Almendros para reivindicar el Memorial que tendría que haberse levantado allí. De nuevo se plantó un almendro y se colocó un inscripción que decía: «En este lugar estuvo el “Campo de Almendros” y aquí estará su Memorial». La Comisión, además, presentó un recurso contra la decisión del Ayuntamiento de no entrar a debatir el tema, que fue elaborado por Miguel Gutiérrez. En febrero, fue arrancado el almendro plantado en enero y la inscripción cubierta con pintadas ultraderechistas y nazis.
Solicitud al Ayuntamiento para que se homenajease a José Jornet Navarro, el único alicantino superviviente del campo de exterminio de Mauthausen. El Pleno acordó por unanimidad de sus grupos, el PP, el PSOE y EU, hacerlo así en junio de 2005, cuando se cumplían sesenta años de su liberación del citado campo, y le dedicó una calle. Aunque no se nos invitó al acto, estuvimos presentes en el Pleno convocado a tal objeto y ofrecimos a Jornet nuestro reconocimiento y solidaridad, entre aplausos y un gran ramo de flores.
Organización, en la Sede de la Universidad, de una Semana de Recuperación de la Memoria Histórica, en el verano de 2005, titulada «Voces de la Memoria», con entrevistas a distintos protagonistas de los acontecimientos desarrollados durante la República, la Guerra Civil y el primer franquismo, con la intervención de Marina Olcina, concejala en el Ayuntamiento alicantino durante la Guerra Civil; el citado José Jornet; Julián Antonio Ramírez y Francisco Martínez, «Quico», que hablaron sobre sus experiencias con los maquis y guerrilleros antifranquistas; Francisco Navarro –uno de los «niños de la guerra» que marchó a la URSS desde Novelda en 1937– y Remedios Montero, que presentó su libro Historia de Celia. Recuerdos de una guerrillera antifranquista.
A través de Arcadio Blasco, que solicitó la colaboración de los artistas plásticos, conseguimos reunir obras donadas por más de 100 pintores y escultores. La exposición «Cien artistas solidarios», con obras de Andreu Alfaro, Arcadio Blasco, Juan Genovés, Toni Miró, Rafael Canogar, Mario Candela, Pepe Azorín, Sixto Marco, Alberto Corazón y otros muchos, trataba de recaudar fondos para erigir el monumento del puerto de Alicante. Mario Candela fue el comisario y quien se encargó de montar todas las exposiciones. La muestra se ha exhibido en el Colegio de Arquitectos de Alicante en noviembre de 2007, y después en Elx, Mutxamel, Petrer, Novelda, Altea, Calpe, San Isidro y Muro.
Celebración, en 2007 y 2008, de sendas Marchas Cívicas en recuerdo de los acontecimientos finales de la guerra civil en Alicante, como forma de denunciar la actitud del Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria que, con su silencio o sus respuestas dilatorias, hacían caso omiso a nuestra peticiones. La primera se llevó a cabo desde el puerto hasta el Campo de los Almendros; acudieron miles de alicantinos y alicantinas, y en los parlamentos finales intervinieron Miguel Gutiérrez, Francisco Moreno, Enrique Cerdán Tato, Mª Ángeles Espí y Rodolfo Llopis hijo, que recordó las gestiones de su padre para conseguir barcos que pudiesen evacuar a los republicanos amenazados por la represión franquista. Se recibieron más de cien adhesiones al acto, procedentes de España, Francia, Irlanda, Venezuela y México, y se recordaron las palabras escritas por Max Aub, en su famosa novela, Campo de Almendros: «Estos que ves ahora deshechos, maltrechos, furiosos, aplanados, sin afeitar, sin lavar, cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados, son, sin embargo, no lo olvides, hijo, no lo olvides nunca, pase lo que pase, lo mejor de España».

La segunda marcha, en «Homenaje a los republicanos víctimas del franquismo», discurrió entre la Plaza de Toros –lugar donde fueron encerrados muchos republicanos y republicanas en los primeros días de la victoria franquista– y el Puerto, deteniéndose la comitiva en algunos de los «lugares de la memoria» de la Guerra Civil: el Mercado Central, el cine Ideal –lugar de detención en los primeros días de abril de 1939–, el Gobierno Militar –desde el que se presidió el primer desfile de las tropas fascistas italianas y españolas– y el Ayuntamiento –para protestar de la actitud del Partido Popular–. Nos fue vetada la entrada al recinto portuario, en una decisión que Cerdán Tato calificó, en declaraciones a la prensa, de «indecente e inmoral». Terminamos el acto junto a la pancarta «Homenaje a los republicanos víctimas de franquismo en el puerto de Alicante. Campo de los Almendros» y con los acordes a ritmo de tabalet i dolçaina entre decenas de banderas tricolores.
El 15 de abril de 2008 se realizó en la Sala Rafael Altamira de la Sede de la Universidad de Alicante una jornada bajo el título «La Ley de represión de la masonería», organizada por la Comisión junto el departamento de Derecho Procesal de la Universidad de Alicante y la Logia Constante Alona (GODF).
En noviembre de 2008, la Comisión hizo pública su opinión sobre el proyecto de Ley de la Memoria Histórica, que valoraba como un paso adelante, aunque «manifiestamente insuficiente», y pedía en concreto que se hiciera constar en la exposición de motivos «la condena expresa del llamado Alzamiento Nacional» y se reconociera como un deber de justicia de la actual sociedad democrática española «auspiciar el valor de la memoria histórica colectiva»; que se declarase la nulidad de las sentencias y sanciones dictadas por los tribunales franquistas por motivos políticos o ideológicos; que no se contemplase la omisión de referencias a la identidad de quienes intervinieron en las actuaciones jurídicas que dieron lugar a esas condenas o sanciones, y que se regulase de manera clara y eficiente el acceso a los archivos públicos.
En 2009, al cumplirse setenta años del final de la Guerra Civil, la Comisión organizó numerosas actividades bajo el título genérico de «Hace setenta años… En el puerto de Alicante». Se trataba de unas Jornadas internacionales en torno al final de la Guerra Civil en el Puerto de Alicante y de la pérdida de la Democracia en España, que presentamos en el Ateneo de Madrid y en la Universidad de Sevilla en el mes de febrero. Desde el 1 de septiembre del 2008 hasta enero del 2009 se celebró un concurso de poemas, para publicarlos en nuestra página web, dirigido por Harmonie Botella, sobre estos temas: se publicaron más de cincuenta poemas y participaron una gran cantidad de poetas y poetisas.
Además de publicarse un número especial, de 48 páginas, del diario Información sobre el final de la guerra en Alicante, con abundantes fotografías y textos inéditos, tuvieron lugar los siguientes actos: el 27 de marzo, recorrido por los lugares históricos de los últimos días de la República: el Campo de Albatera, el Campo de los Almendros y el Castillo de Santa Bárbara, donde también hubo presos republicanos que dejaron escritos en las piedras del Castillo sus nombres. Por la tarde, en el Club Información, se presentó el libro Decidme como es un árbol con la intervención de su autor, Marcos Ana, y se homenajeó a familiares y testigos presentes en el acto, Vicente Chavarri y Helia González, entre otros. El 28, visita a la comarca del Vinalopó Medio, donde se encontraban la posición Yuste, la posición Dakar y el aeródromo desde el que salió el Gobierno de la Segunda República. Antes se visitó la Exposición sobre las «Brigadas Internacionales» en Petrer. Por la tarde, en el auditorio de la CAM, Julio Aróstegui, director de la Cátedra «Memoria del siglo XX», habló sobre «Represión y exilio».
Finalmente, el domingo 29, concentración en el puerto en el acto de homenaje a los republicanos que lucharon por la libertad y al capitán del «Stanbrook», Archibald Dickson, que con su tripulación consiguió sacar en el barco a varios miles de republicanos hacia el exilio, evitando así que cayeran en las manos de los fascistas españoles que de seguro habrían exterminado a muchos de ellos. Presentó el acto la periodista Menchu Illán, e intervinieron, entre otros, Arcadio Blasco; Cerdán Tato; Eligio Hernández Gutiérrez, vicepresidente de la Fundación Juan Negrín; Elena Aub Barjau, presidenta de la Fundación Max Aub (hija del escritor); Ian Gibson, periodista, escritor e hispanista; y Aime Battaglia, del Gran Oriente de Francia. Terminó el acto con la actuación musical del Quinteto Akra Leuka, colaboración prestada por el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la UA, y la actuación en directo de Adolfo Celdrán.
Los hijos del capitán Dickson y las nietas de José Giral, junto a cientos de alicantinos, asistieron a este acto, que culminó con el lanzamiento de flores rojas, amarillas y moradas al mar en recuerdo de los que salieron en el «Stanbrook». Para sufragar los gastos de estas actividades se editaron 150 carpetas de serigrafías con dibujos de Forges, Peridis, Romeo y El Roto.
En mayo de 2010, la Comisión organizó, en el momento más duro del proceso abierto por el Tribunal Supremo contra el juez Baltasar Garzón por su investigación sobre los crímenes del franquismo, una charla del fiscal Carlos Jiménez Villarejo sobre la Ley de la Memoria Histórica y sus deficiencias. En el mismo acto, el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alicante Glicerio Sánchez Recio informó sobre los trabajos de la Comisión Técnica creada por el Ministerio de Cultura para eliminar los vestigios de la dictadura franquista, comisión de la que formó parte. El acto se abrió con un sonoro aplauso al juez Garzón, suspendido cautelarmente por el Consejo general del Poder Judicial en «un día trágico para la democracia», en palabras de Jiménez Villarejo.
En el verano de 2009, la Comisión Cívica se puso en contacto con los herederos de Miguel Hernández para plantear, coincidiendo con el Año Hernandiano en 2010, el celebrar dos iniciativas conducentes a la reparación moral y reconocimiento personal de que habla la Ley de la Memoria Histórica y, sobre todo, la anulación de su condena a muerte, emitida por un Consejo de Guerra celebrado en enero de 1940. En octubre se presentó la documentación necesaria en la Subdelegación del Gobierno, al mismo tiempo que la Comisión procedía a la recogida de firmas e incitaba a centros de enseñanza, corporaciones municipales, entidades culturales y cívicas a adherirse a esa petición de nulidad de la sentencia contra el poeta oriolano. La Comisión entendió siempre que la anulación de la condena de Miguel Hernández era un primer paso para plantear la necesidad de anular todas las sentencias dictadas por los arbitrarios Consejos de Guerra franquistas.
Ya en 2010, Año Hernandiano, se dio el primer paso cuando el 26 de marzo el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, y la vicepresidenta del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, acudieron a Alicante a entregar a la familia de Miguel Hernández el documento de reparación moral del poeta en un acto que contó con la asistencia de Marcos Ana y en el que Lucía Izquierdo, nuera del poeta, agradeció los esfuerzos de la Comisión Cívica y recordó la necesidad de anular la sentencia dictada contra él, de manera que no acabase el Centenario de su nacimiento sin que se eliminase «esa losa tan grande» que pesaba sobre su memoria.
La Comisión no consideraba suficiente esa reparación moral y ya había comenzado la labor de búsqueda de documentación con la que argumentar la petición de nulidad de la sentencia contra Miguel Hernández. Trabajaron en esa búsqueda Enrique Cerdán Tato, Manuel Parra y Carlos Candela, que preparó un recurso en ese sentido ante la Sala Quinta del Tribunal Supremo, elaborado con la colaboración de varios juristas. En el mes de julio, la familia del poeta presentó ese recurso ante el Tribunal Supremo, junto a nuevas pruebas, entre ellas, la existencia de otro proceso sumarísimo de urgencia hasta ese momento desconocido, que sería recogido por Enrique Cerdán Tato en un libro titulado El otro sumarísimo contra Miguel Hernández. Esa presentación fue precedida de un acto celebrado en Madrid y organizado por la Asociación Internacional de la Prensa.
En diciembre, la Comisión presentó en la Subdelegación del Gobierno más de 1.400 firmas que solicitaban la anulación de la condena a Miguel Hernández; anulación que contó con el apoyo de las Cortes Valencianas, las Diputaciones de Alicante, Valencia y Almería, cerca de cuarenta ayuntamientos, y numerosos centros educativos y entidades cívicas.
En enero de 2011, la Fiscalía del Tribunal Supremo se opuso a la admisión a trámite de la petición de nulidad de la sentencia contra Miguel Hernández, aludiendo a la invalidez e inexistencia de la misma, de acuerdo con la Ley de la Memoria Histórica: en su opinión, no podía revocarse «una resolución inexistente». Y en marzo se conoció la sentencia de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo que, en efecto, no admitía a trámite esta petición. Solo uno, Javier Juliani, de los ocho magistrados que componían la Sala era partidario de admitir el recurso. El Tribunal Supremo reiteraba su opinión, según la cual la sentencia contra Miguel Hernández, como todas las dictadas por los Consejos de guerra franquistas, «carece actualmente de cualquier vigencia jurídica», por ser fruto de una normativa «radicalmente injusta e ilegítima», de acuerdo con la Ley de la Memoria Histórica. Contra esta decisión del Tribunal Supremo, y de acuerdo con los familiares de Miguel Hernández, de nuevo se presentó un recurso en abril de 2011 que fue de nuevo rechazado, por lo que ha presentado un recurso ante el Tribunal Constitucional en 2012.
En marzo y abril de 2011, la Comisión celebró varias actividades: en Orihuela, la Exposición en Homenaje a Miguel Hernández con motivo del primer centenario de su nacimiento, con participación de 58 artistas, exposición que no pudo exhibirse, como estaba previsto en un primer momento, en la sala de la Lonja de Alicante por la negativa de la corporación municipal alicantina a que apareciese en los títulos de créditos la Comisión que era precisamente la que –por medio de Arcadio Blasco y Mario Candela– había organizado la muestra.
En Alicante, el 25 de marzo tuvo lugar, en la sede de CCOO, un acto sobre la reparación a las víctimas del franquismo: Javier Moreno Díaz, presidente de la Asociación Foro por la Memoria, habló sobre los trabajos que se están realizando para descubrir las fosas del franquismo y dignificar a los republicanos allí enterrados, y el fiscal Carlos Jiménez Villarejo, sobre la situación actual de la Ley de la Memoria Histórica y los derechos de los represaliados por el franquismo.
El domingo 27 de marzo de 2011, tuvo lugar en el cementerio de Alicante la instalación de una estela –diseñada por Elena Albajar– con los nombres de los más de setecientos republicanos fusilados por los franquistas entre 1939 y 1945, acto en el que tomaron parte algunos de los familiares de los ejecutados, hijos, nietos y bisnietos. Fue un acto sencillo y emotivo, en el que destacaron las intervenciones de Carlos Vega, hijo de Etelvino Vega, el último comandante militar republicano de Alicante, y Lucía Izquierdo, la nuera de Miguel Hernández. La Comisión repartió un folleto con el listado de las víctimas, la mayoría de las cuales se encuentran sepultadas en las fosas comunes de las parcelas 12 y 19 del cementerio alicantino, y cumplió así su propósito de que aquellos que murieron por defender la libertad y la democracia no sufrieran una segunda muerte, aún más cruel que aquella a la que fueron condenados: la del olvido.
El 30 de marzo, en la sede de CCOO la Comisión colaboró con el Homenaje a las víctimas del franquismo, simbolizado en la persona de Marcos Ana, que organizó la Fundació Institut d’Estudis Polítics de EUPV. Y el 1 de abril, en la Casa del Pueblo de UGT, la Comisión y los partidos y sindicatos de izquierdas que la integran celebraron un acto de reconocimiento a los Artistas Plásticos de toda España que, desde los años de la transición, han colaborado generosamente en decenas de iniciativas para ayudar a diversas causas y que desde su fundación está colaborando muy activamente con las tareas de la Comisión.
Finalmente, de manera sorpresiva y sin la menor publicidad, la alcaldesa inauguró la calle dedicada al buque «Stanbrook» que, tiempo atrás, había solicitado la Comisión Cívica, cuyo representante en ese acto recordó las numerosas peticiones que la Comisión tenía planteadas ante el Ayuntamiento, sin obtener respuesta positiva.

En febrero de 2012, un año después de constituirse, se reunió la Comisión de Trabajo nombrada por la corporación municipal para estudiar la supresión de las calles alicantinas de los nombres de las personas relacionadas con la sublevación militar de 1936 y la dictadura franquista. Se acordó eliminar el nombre de seis calles dedicadas a los generales Millán Astray y Varela, al teniente coronel Chápuli, al teniente Robles y al capitán Meca, todos ellos golpistas en julio de 1936, y al 30 de marzo, fecha en que entraron en la ciudad las tropas franquistas. No se incluyó entre ellas la Plaza de la División Azul, por un voto de diferencia. Este acuerdo, sin embargo, no ha sido aún refrendado por el Pleno Municipal.
En mayo de 2012 se reunió de nuevo la Comisión de Trabajo y acordó levantar un monumento en recuerdo de las víctimas del bombardeo del 25 de mayo en el Mercado –aunque quedó pendiente, sin que hasta el momento se haya resuelto, dilucidar las características de este monumento– y colocar una plaza con el nombre de «Campo de los Almendros» en el lugar en que estuvo, dejando también para más delante de qué forma se recordaría lo allí sucedido. La placa se colocó el 11 de junio, en un acto en el que intervinieron la alcaldesa y un representante de la Comisión Cívica de Alicante.
La Comisión Cívica de Alicante por la Recuperación de la Memoria Histórica, desde sus comienzos, siempre ha estado formada por un grupo de personas individuales o en representantes de partidos, sindicatos y entidades cívicas, del cual surgían ideas y propuestas de actividades que eran discutidas, modificadas o matizadas por todos hasta llegar a un acuerdo. Siempre se ha trabajado por consenso, no tenemos presidencia ni cargos, y el portavoz de la Comisión puede ser cualquier miembro que se limita a comunicar lo acordado en las reuniones.
Francisco Moreno Sáez y Luis Pesquera Montalvo

Participan

  • Ministerio de presidencia
  • Universidad de Alicante
  • Comisión Cívica para la recuperación de la memoria histórica.