Miguel Hernández es ejemplo y paradigma de todos los presos republicanos en la
represión franquista de posguerra. Miguel como gran poeta supo espresar el sufrimiento
dolor, soledad y asuencia que todos y casa unos de los presos sentían, y tomamos
la palabra y la voz de Miguel para empresar como nadie estos sufrimiento individuales.
estos bellos y tristes poelas son poco conoidos.
POEMAS TACHADO EN CANCIONERO DE AUSENCIAS
[1]
Duérmete, pena.
Déjame
dormir.
Pena de
marzo.
Dolor
de abril.
Ansia de mayo.
De no tenerte aquí.
[2]
El hijo muerto no cierra las puertas.
El marido ausente, sí.
Ausentes del corazón,
Ausentes de mí.
[3]
Yo solo.
Entre estas cuatro paredes
yo solo y un volcán,
Nadie nos apagará.
Yo
solo
Yo
solo sobre este lecho
escarcha, y mi volcán,
Nadie
nos apagará.
Ausente, ausente,
Ausente lejano.
Dame desde lejos
carta de tu mano,
sangre de tu puño y letra,
calor de tu cuerpo humano.
[5]
MI CUERPO
Mi cuerpo sin tu cuerpo,
canal que un palo seco,
rendido en uan sábana
de mármoles y desiertos
¡Qué triste un cuerpo solo!
Mi cuerpo sin el tuyo,
como un ojo sin otro,
brumoso de rocío,
temblando siempre otoño.
¡Qué triste un cuerpo solo!
[6]
Encadena mis ojos,
clávame las manos
que detrás de tu sombra
se van clamando.
Átame con tu pelo,
clávame con los clavos
suaves de tus pestañas,
distantes que no alcanzo.
[7]
¿Cuándo vas a volver?
¡Cuando sena gusanos
las manzanas de ayer!
[8]
El hijo primero,
primera alegría.
primer desengaño.
primer ataúd
que estrecho en mis brazos,
que deja mi casa
sangrando.
[9]
Se puso el sol.
pero tu temprano vientre
de nuevo se levantó
por el Oriente.
[10]
Te escribo y el sol
palpita en la tinta.
¿Ausencia viva!
Te espero….La lluvia
se ciñe a mi espera.
¡Ausencia muerta!
[11]
Nadie se da cuenta
De estos zapatos,
Junto a los que corro
Y caigo.
Nadie se da cuenta
de estas ropas
junto a las que vela
y llora.
[12]
¿Qué aguardas, mesa?
¿Qué esperas, silla?
¿para quién seguís en pie?
para aquella lejanía.
[13]
El sol y la luna quieren
que nunca nos separemos.
Nunca. Pero el tiempo.
¿Y de qué está el tiempo hecho
si no de soles y lunas?
Pero el tiempo…Nunca.
[14]
Este molino donde
el árabe molía
parece un recuerdo
de la sangre mía,
dorado en la noche,
dorado en el día.
[15]
Sobre el cuerpo de la luna
Nadie pone su calor.
frente a frente sol y luna
entre la luna y el sol
que se bsuca y no se hallan
tú y yo.
pero por fin se hallarán
Tú y yo.
Pero por fin se hallarán
nos halaremos, amor,
y el mundo será redondo
hacia nuestro corazón.
[16]
Me tendí en la arena
para que el mar me enterrara,
me dejara, me cogiera,
¡ay de la ausencia!
Miguel Hernández, Obras Completas RBA, 2005, páginas 759-764
Se publicarán en mi próximo libro: "Miguel Hernández: poeta de las tres heridas", para Amazon.es
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