"Perseguidos" rescata el periplo de Miguel Hernández por cárceles de Huelva
El 30 de abril de 1939, Miguel
Hernández fue detenido en Moura (Portugal) y tres días más tarde las
autoridades franquistas lo condujeron al depósito carcelario de Rosal de
la Frontera (Huelva) [4 de mayo], el inicio de un periplo de 11 días por cárceles
onubenses, que ahora rescata el libro "Perseguidos".
Obra
del periodista onubense Rafael Moreno, el libro, apoyado en abundante
material gráfico y documental, revela información sobre los
interrogatorios y las torturas de las que el poeta fue objeto en estas
cárceles y que él ocultó en las cartas que desde ellas escribió a su
mujer Josefina pidiéndole que informara y que solicitara ayuda a gente
cercana para que lo reclamaran en Orihuela.
Fue un joyero portugués el que le denunció a la policía
de fronteras, cuando Hernández trataba de vender un reloj de oro [de pulseara dice Josefina Manresa] que le
había regalado Vicente Aleixandre, al haberse quedado sin dinero en su
huida hacia Portugal para lograr alcanzar, desde allí, América, ha
explicado Moreno en la rueda de prensa de presentación del libro,
editado por la CGT y en el que colabora la Junta de Andalucía.
Los
soldados que lo apresaron, ha apuntado, recibieron cinco pesetas [veinte duros], y en
Rosal permaneció hasta el 9 de mayo, día en que fue trasladado hasta la
Prisión Provincial de Huelva, un centro que abandonaría dos días más
tarde para ingresar en el de Madrid.
Fueron "once días
agitados, repletos de miedos, acechanzas, traiciones, que abrieron la
puerta de un rosario de traslados a presidio que tiene 2.300 kilómetros
de recorrido por los cerrojos de media España, hasta que muere el 28 de
marzo de 1942 en la enfermería del Reformatorio para Adultos de
Alicante", relata el autor.
Moreno, a través de
testimonios de personas que vivieron de cerca la realidad del poeta,
traza la historia de Miguel Hernández tras su detención, además de otras
que se recogen en el libro".
Dos de ellas son las de
Tomás Gento y Emilio Fernández Seisdedos, quienes en primera persona
vivieron los "horrores" del campo de concentración en el que en 1939,
tras la caída de Cataluña, se convirtió la isla Saltés, una zona de
marismas ubicada frente a Punta Umbría (Huelva).
Y una
última repasa la biografía del republicano José Domínguez "El Sastre",
cuyo testimonio, recogido en un manuscrito, ayuda a "arrojar luz" sobre
el asesinato de 15 mujeres en la Puebla de Guzmán, que han pasado a la
historia como "Las Rosas de Guzmán".
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El escritor onubense Augusto Thasio (Isla Cristina, 1950) ha efectuado una importante investigación sobre el recorrido, en su huida, del poeta Miguel Hernández por Andalucía y ha recuperado el expediente carcelario portugués. Este interesante trabajo lo recoge en su libro Miguel Hernández, su perdición encontrada, que se publicará próximamente dentro del 75 aniversario de la muerte del poeta. Es una edición internacional bilingüe, en español y portugués, con la colaboración de la Cámara Portuguesa como desagravio.
Estas aportaciones modifican motivos, fechas y lugares del recorrido y de las detenciones sufridas por el poeta oriolano. Thasio señala que el poeta sale del bello pueblo andaluz de Aroche cruzando la frontera portuguesa por la ribera del río Chanza y por el paso de Puerto Nogal, Cumbre el Cedro y Barranco, sierras que le recuerdan las de Orihuela y su época pastoril, que estuvo en la hacienda de Heredade do Machado y confirma que en el pueblo de Moura es denunciado, detenido y esposado el domingo 30 de abril de 1939 por dos guardinhas, por indocumentado dentro de «una taberna que también es comercio», lugar al que va el poeta para vender el reloj que le había regalado, por su boda con Josefina Manresa, su amigo Vicente Aleixandre.
Lo suben a un camión y es trasladado al cuartel de Sobral de Adiça, pueblo de «casas humildes, blancas y pequeñas». Al día siguiente, el 1 de mayo, «en el mismo camión», «es llevado al puesto fronterizo de Vila Verde de Ficalho, un pueblo dulce, de miel de romero y jara», nos cuenta en su bello libro en prosa poética Augusto Thasio. Este municipio está «separado del pueblo onubense de Rosal de la Frontera por una raya artificial trazada a lo largo de la sierra, sus respectivos habitantes de ambos lados se casan entre sí sin importarles idiomas y costumbres», en «la casa-palacio de los condes de Ficalho, transformada en prisión, Miguel es asateado por preguntas sobre el lugar por donde cruzó a Portugal, intenciones y motivos de pasar la raya indocumentado, pareceres sobre las afinidades de Franco y Salazar, e ideas políticas y revolucionarias». El 3 de mayo, nos confirma Thasio, apoyado en el expediente carcelario portugués que él ha recuperado y que llega ahora por primera vez al público hernandiano, es esposado, conducido a Rosal de la Frontera y encerrado en el depósito municipal, «humillado y sometido a un durísimo interrogatorio y golpeado con una vara y abofeteado». [El 4 de mayo el Cuerpo de Investiganci y Vigilancia de Fronteras le interroga le instruye un atestado que da inicio a l Sumaro 21.001].
Incluye en su libro la entrevista que hizo en 1983 a la rosaleña Dña. Manuela, mujer de Francisco Guapo que compartía celda con el oriolano. Esta mujer le lavó la ropa y le llevó comida hasta el traslado del poeta a la prisión provincial de Huelva el día 9 de mayo de 1939 a las 6 de la madrugada y Miguel le regaló el manuscrito en papel de estraza del poema Hombre encarcelado, con un dibujo del barco que pensaba coger en Lisboa. Ese poema jamás fue encontrado.
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Miguel Hernández, detenido por «indocumentado»
El escritor onubense Augusto Thasio saca a la luz el expediente carcelario portugués del poeta
joan pamies 28.09.2017 | 01:02 /Diario Información
https://www.eldiario.es/fotos/Extracto-expediente-rellenado-fronterizo-Huelva-Portugal_EDIIMA20170919_0684_19.jpg
Miguel Hernández, detenido por «indocumentado»
En el documento figura que la causa de la detención fue no tener papeles y aparecen sus huellas dactilares.
El escritor onubense Augusto Thasio (Isla Cristina, 1950) ha efectuado una importante investigación sobre el recorrido, en su huida, del poeta Miguel Hernández por Andalucía y ha recuperado el expediente carcelario portugués. Este interesante trabajo lo recoge en su libro Miguel Hernández, su perdición encontrada, que se publicará próximamente dentro del 75 aniversario de la muerte del poeta. Es una edición internacional bilingüe, en español y portugués, con la colaboración de la Cámara Portuguesa como desagravio.
Estas aportaciones modifican motivos, fechas y lugares del recorrido y de las detenciones sufridas por el poeta oriolano. Thasio señala que el poeta sale del bello pueblo andaluz de Aroche cruzando la frontera portuguesa por la ribera del río Chanza y por el paso de Puerto Nogal, Cumbre el Cedro y Barranco, sierras que le recuerdan las de Orihuela y su época pastoril, que estuvo en la hacienda de Heredade do Machado y confirma que en el pueblo de Moura es denunciado, detenido y esposado el domingo 30 de abril de 1939 por dos guardinhas, por indocumentado dentro de «una taberna que también es comercio», lugar al que va el poeta para vender el reloj que le había regalado, por su boda con Josefina Manresa, su amigo Vicente Aleixandre.
Lo suben a un camión y es trasladado al cuartel de Sobral de Adiça, pueblo de «casas humildes, blancas y pequeñas». Al día siguiente, el 1 de mayo, «en el mismo camión», «es llevado al puesto fronterizo de Vila Verde de Ficalho, un pueblo dulce, de miel de romero y jara», nos cuenta en su bello libro en prosa poética Augusto Thasio. Este municipio está «separado del pueblo onubense de Rosal de la Frontera por una raya artificial trazada a lo largo de la sierra, sus respectivos habitantes de ambos lados se casan entre sí sin importarles idiomas y costumbres», en «la casa-palacio de los condes de Ficalho, transformada en prisión, Miguel es asateado por preguntas sobre el lugar por donde cruzó a Portugal, intenciones y motivos de pasar la raya indocumentado, pareceres sobre las afinidades de Franco y Salazar, e ideas políticas y revolucionarias». El 3 de mayo, nos confirma Thasio, apoyado en el expediente carcelario portugués que él ha recuperado y que llega ahora por primera vez al público hernandiano, es esposado, conducido a Rosal de la Frontera y encerrado en el depósito municipal, «humillado y sometido a un durísimo interrogatorio y golpeado con una vara y abofeteado». [El 4 de mayo el Cuerpo de Investiganci y Vigilancia de Fronteras le interroga le instruye un atestado que da inicio a l Sumaro 21.001].
Incluye en su libro la entrevista que hizo en 1983 a la rosaleña Dña. Manuela, mujer de Francisco Guapo que compartía celda con el oriolano. Esta mujer le lavó la ropa y le llevó comida hasta el traslado del poeta a la prisión provincial de Huelva el día 9 de mayo de 1939 a las 6 de la madrugada y Miguel le regaló el manuscrito en papel de estraza del poema Hombre encarcelado, con un dibujo del barco que pensaba coger en Lisboa. Ese poema jamás fue encontrado.
La aportación de Augusto del expediente carcelario portugués es muy importante. En él aparecen las fechas y lugares de detención y las huellas dactilares del poeta. Esta publicación afirma rotundamente sin lugar a dudas, que efectivamente como decía Miguel, el único cargo que pesaba sobre él era el haber cruzado indocumentado y sin autorización la raya.
En la actualidad, Miguel Hernández ha recibido homenajes en aquellos pueblos onubenses y portugueses. En Moura hay un olivar formando una estrella con el poema de Aceituneros; en Ficalho un monumento y un paseo con su nombre; en Santo Aleixo un parque; en Rosal de la Frontera, su huella permanece y constantemente hay actividades educativas y culturales hernandianas. Y además de un busto, está la celda que se ha reproducido tal y como fue.
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El poeta acababa de ser liberado, el
15 de septiembre 1939 de la cárcel de Torrijos. El 28 de septiembre de 1939, Miguel Hernández había salido de comer
de casa de José Marín y Presentación Gutiérrez, padres de Ramón Sijé, y
caminaba tranquilamente, con Justino Marín, por la calle Mayor de «tu
pueblo y el mío», Orihuela, cuando fue denunciado por José María
Martínez Pacheco El Patagorda y detenido en la puerta de la
casa de Eusebio Escolano. Fue encerrado en el retén policial por el
inspector Manuel Morell Roger y esposado por todo el pueblo fue
trasladado al día siguiente a los sótanos del seminario
oriolano de san Miguel, habilitado como prisión desde la república.