Este año de 2007 se cumple el XXX
aniversario de la concesión del Premio
Nobel de Literatura 1977 al poeta sevillano Vicente Aleixandre (1898-1984).
También es oportuno en esta efemérides literaria apoyar la iniciativa de la
Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre, creada en 1995, cuyo portavoz es
Alejandro Sanz, que intenta rescatar la casa de Vicente
Aleixandre, de las garras de la
especulación, situada en la que fue calle Velintonia [[i]],
número 3 de Madrid, y que hoy lleva del nombre el poeta. Se ha creado una
comisión técnica formada por el Ministerio de Cultura, la Comunidad de Madrid y
el Ayuntamiento de la capital, con la intención de realizar una oferta conjunta
a los herederos del poeta y adquirir dicha
casa, que pasaría a formar parte del Patrimonio Público. Estamos hablando
de unos 3 ó 4 millones de €, cantidad
muy inferior a la de comprar un cuadro de Picasso, si saliera a subasta para el
Museo Nacional Centro Reina Sofía, por ejemplo.
Las últimas malas noticias que tenemos de
mediados de mayo actual, son que el director general del Libro, Rogelio Blanco,
representante del Ministerio de Cultura en esta negociación, explicó a Europa
Press, que Cultura se ha retirado de la posible compra de la casa del Premio
Nobel porque el «gasto era desproporcionado para los logros» y recordó que Cultura y las dos Administraciones ofrecieron
a los herederos 2´8 millones de euros, un millón más de la oferta presentada
tras la tasación legal del municipio sólo por el valor "simbólico"
del inmueble, mientras que los propietarios del edificio y herederos del poeta
solicitan casi 7 millones de euros. Además en la de Velintonia, 3 no hay nada de Aleixandre,
"ni muebles, ni archivos, ni documentos, ni primeras ediciones, por lo
tanto el contenido de este centro cultural tendríamos que inventarlo",
alegó Blanco.
Estos generalizados vandalismos a nuestra
cultura literaria hispanoamericana nos deberían servir como ejemplo a la hora
de salvar lo salvable en casos oportunos y puntuales, y que no ocurran casos
lamentables como este de Vicente Aleixandre donde se va a perder la casa, sus
libros, su correspondencia. Y estamos hablando de un Premio Nobel, ¿qué será
entonces de un autor nacional o poco conocido?
Por esta casa pasaron todos los poetas de la Generación del
27, y los más importantes poetas contemporáneos; es, sin duda, un emblema de
nuestra cultura, pero parece que a semejanza de lo que hacen en otros países
civilizados de nuestro entorno, rescatar los vestigios de su patrimonio
cultural, aquí en España y en Madrid, preferimos la picota y la espada a la
pluma. Se ha llegado tarde, la especulación de los terrenos en Madrid es
desorbitada, sólo una ley de expropiación sería viable.
Entre los ilustres poetas que visitaron la
casa de Aleixandre, uno fue Miguel Hernández.
Con este motivo hagamos una breve introducción a la amistad entre ambos
autores, el primero autor de La
destrucción o el amor, y el segundo de El rayo que no cesa. Vicente Aleixandre
dijo de Miguel que era como un hermano menor para él y además que «era un alma
libre que miraba con clara mirada a los hombres». Esta amistad fue larga y leal, veamos algunos
encuentros.
[i]] El nombre de su calle Velintonia se
debe que la anglófila Wellingtonia, nombrada así por las abundantes secoyas o
meliosmas que antiguamente crecían en el lugar, apareciera en el diccionario
hispano como Velintonia, aunque el Ayuntamiento se empeñara en ignorarlo. Hoy
la calle se llama Vicente Aleixandre, en honor del poeta que la bautizó dos
veces.
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Artículo completo está en el articulo 21 de mi libro "Miguel Hernández, el poeta del pueblo", publicado por Amazon.es
Por Ramón Fernández Palmera
FOTOGRAFIAS DEL ACTO DEL 19 DE JUNIO
Por Ramón Fernández Palmera
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