AMIGOS DE RAMÓN SIJÉ Y MIGUEL HERNÁNDEZ
José Marín Gutiérrez, - Ramón Sijé-, (Orihuela, 1913-1935), se
vio rodeado de grandes y buenos amigos. Amigos que también lo fueron de Miguel
Hernández.
Orihuela, es una ciudad, que, entre otras cosas, puede decirse
que es “tertuliana”, esto es de personas amantes de la tertulia, entendida esta,
conforme la define el Diccionario Ideológico de la Lengua española de Don Julio
Casares, como “reunión de personas que se juntan habitualmente para conversar
amigablemente o para algún pasatiempo honesto”. Y estas tertulias oriolanas, por
tradición, no solamente lo eran o fueron, digamos en lugares públicos o locales
para tomar café, sino también en forma, de algún modo peripatética, esto es
paseando formando grupos de amigos, como en la famosa “vuelta a los puentes”,
bajo el gris de la noche, de la que ya tuve ocasión de referirme en mi
biografía “Ramón Sijé, Semblanza”.
Como contrapunto a la llamada “Tertulia de la Tahona”, de Carlos
Fenoll, José Luis Ferrís, el más completo biógrafo de Miguel Hernández, (“Miguel
Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta”, Ediciones Temas de Hoy, S.A.,
Madrid, primera edición, año 2002), nos refiere la tertulia del Hotel Palace de
Orihuela, “a la que si asistía con cierta asiduidad José Marín y en la que
era frecuente encontrar otros, al juez Don José Olmedo Almeida, Juan Bellod,
Mariano Cremades, Augusto Pescador, José Mª Pina, Placido Gilabert y Tomas López
Galindo” (pág. 74).
En otro lugar de su libro, José Luis Ferrís, nos dirá, cuando se
promovió la colocación de un busto a Gabriel Miro en la Glorieta de Orihuela,
como homenaje al mismo, que “Al parecer, la idea de dicho homenaje se acabó
de gestar en la tertulia del Hotel Palace de Orihuela, donde se reunían Sijé,
Juan Bellod, Mariano Cremades, Tomas López Galindo, Placido Gilabert, Augusto
Pescador, el juez Olmedo, José María Pina y Alfredo Serna, cuando su trabajo en
Madrid se lo permitía” (pág. 131).
Yo he conocido a mas de uno de estos señores, amigos por otra
parte de mi tío José Calvet, y de mi padre Julio Calvet, pero con quien sin duda
he tenido mayor trato, amistad, y cariño ha sido con Don Mariano Cremades Olmos.
Yo no tendría palabras para describir a Don Mariano. No he
conocido Señor, y lo digo así, Señor, más bueno, más honrado, más simpático, mas
cariñoso, más querido por todos los que le conocieron, y también mas oriolano
que él. Sobrino del Canónigo Olmos; y primo hermano de Don José María Olmos
Cárceles, (oriolano, que fue del Cuerpo Jurídico Militar, Notario y Registrador
de la Propiedad, y que escribiera un artículo, “Un aspecto de Sijé”, en
el Semanario “Acción”, de 30/12/1935, en homenaje al amigo muerto), casó con
Doña Carmela Casinello Campos, hija del Ilustrísimo Señor Don Indalecio
Casinello López, que fuera Abogado y Secretario de la Sala Primera del Tribunal
Supremo, quien tuvo casa en Orihuela, y cuyo edificio, hoy, es conocido como la
“casa Casinello”, y hermana de quien fuera ilustre Abogado de
Orihuela, Don Indalecio Casinello Campos.
Don Mariano Cremades Olmos, nacido en Orihuela el día 8 de
diciembre de 1912, perteneció a la Carrera Judicial con la Categoría de
Magistrado, prestando sus servicios judiciales, largos años en la Ciudad de
Murcia, y mereció ser condecorado con la Cruz de Honor de San Raimundo de
Peñafort al mérito en la Justicia.
Siempre lo tengo en mi recuerdo, pues no en vano, me acompañó al
Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de La Roda, (Albacete), mi primer
destino como Secretario de dicho Juzgado, allá por el año 1971, en mi toma de
posesión, poniéndome la toga de Secretario, y años más tarde acompañándome
también al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número Dos de Orihuela, mi
primer destino como Magistrado Juez de dicho Juzgado, en el año 1990, para
ponerme también allí, la toga de Magistrado.
Don Mariano fue así, para mí, como un gran apoyo ante la falta de
mi padre, fallecido prematuramente, antes de aquellas situaciones, cuya
ausencia llenó con su cariño y gran categoría este gran hombre.
Y Don Mariano Cremades, perteneció a aquella generación de
oriolanos que conoció a Sijé y a Miguel Hernández. Respecto de Miguel, el propio
Ferris en su indicada biografía nos relata como Don Mariano, pasó, seguro, por
una amarga situación.
Nos dice en la página 489 del libro, y en el ultimo capitulo tras
el epígrafe, “El Sueño Vulnerado”: “La contrastada realidad, en toda su
extensión, se ajusta únicamente a la soledad de un hombre que supo esperar,
hasta el ultimo momento, la gran promesa que fue para él la vida; una criatura
atravesada por un rotundo amor hacia las cosas que vio con entera amargura cómo
se vulneraban cada uno de sus sueños; un hombre generoso que no recibió mayor
pago que la inclemente maza del desamor y la impiedad.
Ni tan siquiera su padre, a quién visitaron al día siguiente de ser enterrado
sus viejos compañeros Eladio Belda, Mariano Cremades y Justino Marín para darle
la triste noticia, tuvo mejores palabras hacia su memoria que aquellas que
pronunció en la puerta de su casa: “Él se lo ha buscado”.
Mariano Cremades Olmos, amigo de Ramón Sijé, y “viejo
compañero” de Miguel Hernández.
María del Carmen Cremades Casinello, es hija de Don Mariano.
Catedrática de Lengua francesa y amiga mía desde la infancia. Le he pedido me
refiera lo que oyó decir a su padre a propósito de su amistad y relación con
José Marín, pues además de amigos, tengo constancia de que también fueron
compañeros de carrera, pues ambos estudiaron la Licenciatura en Derecho, como
alumnos libres, en una academia de Orihuela, yendo a examinarse a Murcia, donde
ambos la terminaron.
Y María del Carmen, gentilmente me ha enviado una carta
manuscrita, que transcribo literalmente:
“Mariano Cremades Olmos. Fecha de nacimiento 8 diciembre 1912.
No sabemos si coincide con Ramón Sijé en el Colegio de Santo Domingo. Coincide
con él en una academia que preparaba a los chicos que se examinaban como alumnos
libres en la Facultad de Derecho de Murcia. Al cerrar la academia (desconocemos
la fecha), mi padre comenta con Ramón Sijé la dificultad que le supone el cierre
para continuar con sus estudios de Derecho y su decisión de abandonar la
carrera. Ramón Sijé le propone entonces preparar los exámenes juntos y venir a
Murcia a examinarse. A mi padre le imponía la asignatura de “Filosofía del
Derecho” y nos comentaba la preclara inteligencia de su amigo, que le ayudaba a
desentrañar los entresijos de tal materia. Todas las tardes acudía a casa de
Pepito Marín a estudiar y allí coincidía a veces con Miguel Hernández, que
esperaba que terminaran de estudiar; mi padre se marchaba, y ellos se dedicaban
a sus quehaceres literarios. Espero que te sirva de algo; esta anécdota la
contaba mi padre muchas veces y añadía que Ramón Sijé se había “muerto de
listo”, un diagnóstico poco científico, pero que él subrayaba con un tono de
admiración tremenda. Un abrazo. M. Carmen”.
Mariano Cremades Olmos, tertuliano, amigo y hasta alumno de Sijé.
Cuantas veces en la vida, lamenta uno, no haber tenido ocasión de haber
aprovechado para conversar “de tantas cosas”, con personas, a las que luego de
mayor se admiran. Como es este mi caso respecto de Pepito Marín, y también de
Don Mariano Cremades. Pero es que siempre, la edad va por delante de los hechos
del pasado, y solo es luego de mayor, cuando te reencuentras con el perdido
recuerdo, sin poder ya remediarlo.
Por la transcripción y notas
JULIO CALVET BOTELLA
(Publicado en la revista de Fiesta de Moros y Cristianos de
Orihuela, 2013)
Homenaje a Ramón Sijé en el centenario de su nacimiento