Un libro [El canto de cisne] presentado como parte del homenaje de Orihuela (“su pueblo y el mío”, escribió en el inolvidable arranque de su Elegía en recuerdo a su amigo Ramón Sijé) a Miguel Hernández por su centenario ha sido el motivo de una notable polémica. He aquí que el volumen, obra de un autor por mí desconocido hasta ahora llamado Miguel Barcala, incluye unos poemas en los que se ensalzan las figuras de la alcaldesa local y de Esperanza Aguirre, y se critica a Rodríguez Zapatero y Ruiz Gallardón. Un ejemplo de los versos del excelso vate: «Esperanza no te rindas y planta cara / a cualquiera que nos lleve a la derrota / a Gallardón y al leonés que nos gobierna / de una forma suicida y manirrota».
Esto me recuerda la anécdota del juicio por escándalo público al que fue sometido Oscar Wilde por su homosexualidad. En un momento de la vista oral, el fiscal leyó una carta que un amante del autor irlandés había enviado a éste y en la que se detallaban episodios eróticos vividos por ambos. “¿No es vergonzoso el contenido de esta carta?”, preguntó el juez a Wilde. Y éste contesto con una de las suyas: “Mucho peor, señoría. Está muy mal escrita”.
Pues eso. Que no entiendo las protestas de los concejales socialistas de Orihuela. No entiendo por qué dedican tanta atención a alguien que escribe tan mal. Lo peor no son las críticas a Zapatero. Lo verdaderamente malo es que el tal Barcala es un poetastro de ínfima categoría al que han editado un libro, cuando hay gente que escribe muy bien y no tiene quien la edite.
CESAR COCA