Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

lunes, 1 de febrero de 2010

Tensión amorosa entre Miguel y Josefina

Por otra parte, el prestigioso hispanista Gabriele Morelli, uno de los más grandes estudiosos de la literatura española, aporta a ABC la correspondencia de Josefina Manresa, esposa de Miguel Hernández, con el hispanista romano Dario Puccini (parte de la cual presentará en el congreso de Burgos), hallada en el archivo de la casa de Puccini, donde el pasado año, como ya publicó ABC, descubrió otro epitolario inédito de Rafael Alberti. En el caso de Josefina Manresa, se trata de 27 cartas, cuyo argumento gira alrededor de la publicación de la obra de Hernández Introducción y antología bilingüe, que Puccini estaba preparando en Italia y que se publica en 1962 con el título Miguel Hernández. Poesie. (Milan, Feltrinelli,).
Gran parte de la correspondencia discurre sobre los derechos de autor, la protesta por los pocos ejemplares enviados por parte de Feltrinelli, la queja por los escasos ejemplares vendidos, el retraso del pago, el envío de algunos sonetos inéditos (lo que, sucesivamente crea la reacción de Puccini en cuanto descubre que se anticipan en una revista suramericana), la protesta de ella sobre algunos datos del libro de Puccini, en que el hispanista (de fe marxista) explica la poesía de Miguel como reflejo de su biografía.

Explica el profesor Morelli que Josefina Manresa protesta enérgicamente ante Puccini por presentar a Miguel Hernández como «poeta empeñado políticamente». E invita a eliminar de un libro de María de Gracia Ifach la historia del romance que tuvo Hernández con Maruja Mallo («la pintora») y otros datos equivocados sobre su familia. En otra carta, Josefina pide a Puccini que elimine la alusión al beso que aparece en el soneto de El rayo que no cesa. «Un beso furtivo debió de pasar entre los dos enamorados durante estos encuentros, como documenta el conocido soneto, que Manresa niega, y del que se siente ofendida («Para mí, un beso del novio era perder el honor y en esa actitud siempre fui dura, además que yo quería demasiado y procuré tenerlo siempre con la misma ilusión para nuestra felicidad») aludiendo al episodio que suaviza hablando de un «beso que le dio al aire»», desvela Gabrielle Morelli.
El poema, además de la extraordinaria belleza de sus versos y su capacidad narrativa, traduce el momento de efusión amorosa que el ardoroso poeta literalmente robó a la mejilla de la amada forzando su dura resistencia. Reza así el soneto:
«Te me mueres de casta y de sencilla: / Estoy convicto, amor, estoy confeso / De que, raptor, intrépido de un beso, / Yo te libé la flor de la mejilla. / Yo te libé la flor de la mejilla, / Y desde aquella gloria, aquel suceso, / Tu mejilla, de escrúpulo y de peso, / Se te cae deshojada y amarilla. / El fantasma del beso delincuente / El pómulo te tiene perseguido, / Cada vez más patente, negro y grande. / Y sin dormir estás, celosamente, / Vigilando mi boca ¡con qué cuido! / Para que no se vicie y se desmande.»

Sobre el carácter reservado y la fuerte educación virtuosa y religiosa de esta costurera de provincia mucho se ha insistido y además el propio poeta, en su periodo de trasformación ideológica y consiguiente distanciamiento de Josefina ocurrido durante su estancia en Madrid en 1935, lo ha hecho notar directamente a la amada, como escribe en su carta de comienzos de julio, subrayando la diversidad de su vida ligada al pueblo con la de Madrid en que él vive y piensa realizar su aspiraciones de poeta. Escribe Miguel Hernández: «No es que me haya engañado contigo, Josefina; la que tal vez se haya engañado eres tú; esto te lo digo no como reproche a ti, sino a mí mismo; me parece que no soy el hombre que necesitas yo tengo mi vida aquí en Madrid, me sería imposible vivir en Orihuela ya; tengo amistades que me comprenden perfectamente, ahí ni me comprende nadie ni a nadie le importa nada lo que hago».

ABC.es