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ANÁLISIS SEMÁNTICO-TEXTUAL DE UN
SONETO DE MIGUEL HERNÁNDEZ
Mª de los Ángeles García Quijada
(IES “Ribera de los
Molinos”. Mula. Murcia)
Resumen:
Este trabajo consiste
en un análisis semántico del soneto de Miguel Hernández “Como el toro he nacido
para el luto...”. Se estudian las estructuras semánticas que subyacen a los
versos y se muestras las metáforas que relacionan “toro” y “hombre”, trazando
así las principales líneas de significación. Asimismo, se incluyen unos apuntes
básicos sobre sintaxis, esquemas rítmicos, y modelos actanciales. Este estudio
tiene como objetivo sacar a la luz los elementos que consiguen que hasta el más
pequeño de los contenidos tenga su papel en la conformación del sentido global [específico].
Palabras clave:
Análisis,
estructuras semánticas, Miguel Hernández, metáfora, significado, soneto,
sintaxis, toro.
Abstract:
This
paper deals with an analysis of the Miguel Hernández's sonnet “Como el toro nacido para
el luto...”. Semantics structures underlying the poem and metaphores linking “bull”
and “man” are showed in this essay, so the main lines of the meaning are drawn.
Besides, approaches to syntax, rhythm patterns, and actant models are included.
This essay aims to bring out to the light all the elements which make possible
that even the littlest of the meanings plays its role in the global sense.
Key words:
Analysis,
bull, meaning, metaphore, Miguel Hernández, semantic structures, sonnet,
syntax.
1. Texto
Como
el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.
Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.
Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.
Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.
Miguel Hernández, El rayo que no
cesa. 1936
2. Introducción
Este soneto es
uno de los más representativos del mundo poético hernandiano. Forma parte de la
obra El rayo que no cesa, publicada en 1936. Su estilo ha sido
calificado de “vigoroso, arrebatado, y humanísimo.” Su palabra procede
directamente del sentimiento (“La lengua en corazón tengo bañada”). Acopla su
fuerza expresiva a la rígida forma de un soneto y ésta, en vez de limitar,
potencia. Consigue el equilibrio entre la emoción y la disciplina formal.
En la obra de Miguel Hernández hay tres
grandes temas universales: la vida, el amor y la muerte. En este soneto los
tres aparecen estrechamente relacionados. Estaríamos ante el amor vivido como
sentimiento trágico, las grandes ansias del autor van chocando contra las
barreras que se alzan a su paso. De esa contradicción surge una tremenda pena
(“Umbrío por la pena…”) y un fatalismo reflejado en los primeros versos (“Como
el toro he nacido para el luto/y el dolor…”).
En algunos de estos poemas el amor
aparece en un contexto particular: el amor aldeano con el horizonte campesino
como fondo, rodeado de fuertes
convencionalismos.
Desde estas circunstancias concretas, se
eleva el poeta a una dimensión universal: el tema del amor imposible, de la
vida imposible.
En toda la obra se percibe el aliento de
un poderoso vitalismo, aunque sea trágico.
3. Análisis semántico
En este texto, lo primero que destaca es la comparación directa entre el
toro y el hombre, lo taurino y lo humano. El autor utiliza la imagen de la
lidia, en la que el toro es dominado y engañado continuamente por el torero,
hasta que finalmente lo mata; de igual forma, la amada juega con el hombre
hasta que termina burlándolo. Estamos ante un símil muy evidente:
TORO=HOMBRE
Entre
ambos actores del soneto, se va estableciendo una comparación de igualdad y se
van presentando cualidades y acciones comunes a los dos. Se habla del toro y,
por extensión, de una situación en la que el hombre se comporta, y se siente
como ese animal.
Para
captar el contenido con toda su fuerza, hay que contar con un lector que posea
una cultura muy concreta; es distinta la lectura que puede hacer alguien que
conozca la lidia, de la lectura de un profano en tauromaquia. Es un soneto
dirigido a un receptor que haya conocido las corridas, el comportamiento de los
toros bravos, el mito, la leyenda, la tradición… Si el receptor desconociese
todo esto, sería incapaz de captar el contenido del texto de un modo total y
perfecto, se le escaparían muchos matices, no llegaría a recibir todo lo que el
poeta quiere transmitir. Nos moveríamos en el terreno de la connotación
(recuérdense las teorías de M. Arrivé y J. Culler) al decir que el grado de
objetividad no sólo es variable, sino que incluso la localización de ciertas
isotopías solamente puede ser realizada por los lectores que tengan un cierto
conocimiento del mundo.
Estaríamos
ante lo que Greimas denomina la existencia de un “retículo cultural”.
Comprobamos, por tanto, la importancia de la competencia del lector a la hora
de descubrir isotopías en un texto (en este soneto concretamente la competencia
relativa a la tauromaquia).
Otro
elemento destacable es el concepto de “inter-textualidad”, aportado por M. Arrivé, intertextualidad
referida, sobre todo, a las relaciones entre los textos de un mismo autor para
dotar de condiciones de legibilidad a las isotopías connotativas. Al intentar
desentrañar las isotopías, hay que recordar que el concepto de “isotopía
sémica” descansa sobre el funcionamiento del sentido. Greimas señala que el
lexema es una constelación de sentido en la que se puede distinguir siempre una
invariante o núcleo sémico, compuesto por semas nucleares, y una variable
constituida por los semas contextuales. Todo ello determina un efecto de
sentido y son estos efectos los que es preciso seleccionar para constituir una
isotopía, por lo que cada una de ellas puede, o bien ser actualizada, o bien
permanecer implícita. Greimas denomina “isotopías connotadas” a las no
actualizadas, quizás esta connotación ponga excesiva limitación al lexema. Sin
embargo Arrivé señala que las isotopías connotadas pueden estar actualizadas,
él las sitúa en el inter-texto (ya Kristeva y Barthes habían tocado este tema
señalando que toda lectura nos transporta a otras lecturas anteriores,
podríamos ampliar esta idea incluyendo, además de lecturas, cualquier otro
conocimiento del mundo).
Posiblemente
en el soneto que nos ocupa, la intertextualidad no descubre ninguna isotopía
totalmente oculta, pero sí puede aportar intensidad a las que aparecen
actualizadas. Así, por el conocimiento del resto de la obra de Miguel Hernández
conocemos que es frecuente en su producción la comparación entre el hombre y el
toro. Percibimos mejor la intensidad del décimo verso (“La lengua en corazón
tengo bañada”) porque conocemos otros del mismo autor que dice : “Ya es corazón
mi lengua lenta y larga,/mi corazón ya es lengua larga y lenta.”
Sobre
todo, lo que podemos afirmar, gracias a esta competencia intertextual, es que
el mayor “topic” (U. Eco) en El rayo que
no cesa, el gran tema que actúa como marco de las isotopías, como elemento
que fija los límites de un texto y su coherencia, es precisamente el amor unido
a la tragedia, el amor vivido como pasión grandiosa que choca con las
limitaciones que le pone la realidad, de ahí el tono desesperado y los
presagios de muerte que llenan el libro.
Hay
otras tesis de U. Eco muy útiles para realizar el análisis de un texto. Para él
“isotopía” y “lectura” son dos fenómenos interdependientes. El lector conserva
como virtuales ciertos rasgos o propiedades del semema que no necesita
actualizar, y va sólo explicitando aquellas que necesita a lo largo del texto
(idea próxima a las teorías de Greimas, antes expuestas, sobre semas nucleares y semas contextuales).
En
este sentido,por ejemplo, vemos que se comparan /toro/ y /hombre/, pero del
primero tomamos únicamente los rasgos que nos son útiles para intensificar la
expresividad de la situación en la que se encuentra el protagonista humano de
este poema. Así, se habla de /toro/:
-Nacido para el luto y el
dolor.
-Marcado por un hierro
infernal en el costado.
-Todo lo encuentra
diminuto.
-Disputa.
-Se crece en el castigo.
-La lengua en corazón
tiene bañada.
-Lleva al cuello un
vendaval sonoro.
-Sigue y persigue.
-Se deja su deseo en una
espada.
-Burlado.
Son
estos los rasgos que al poeta le interesa destacar del animal y serán, por
tanto, los que el lector actualice. Hay otros muchos rasgos del toro en la
competencia del lector, algunos objetivos (pasta, bebe, tiene defensas...) y
otros subjetivos. También será una gran influencia en la lectura la actitud del
lector hacia la lidia. Recordemos que hay muchas lecturas de un mismo texto,
tantas como lectores, incluso más, ya que un mismo lector puede realizar
distintas interpretaciones (dependiendo de factores como la edad, el estado de
ánimo, el entorno...).
En
este soneto aparecen claramente dos isotopías clasemáticas basadas en los
rasgos [+humano], [-humano]. Pero lo animal y lo humano no están situados en
antítesis, sino en comparación de igualdad, ambos se enfrentan a un mismo
destino fatídico, a un mismo juego cruel.
El
actor que representa a la clase [-humano] es /toro/, y el que representa a la
clase [+humano] es /hombre/. Serían los dos clasemas que determinan cada una de
las clases mencionadas.
/Toro/
aparece nombrado expresamente en el poema, por el contrario, /hombre/ no se
cita, pero el soneto es una voz, un texto directo escrito en primera persona
del singular, es la voz de un ser animado y humano, por tanto no aparece el
todo (“hombre”), pero sí una parte de él (“voz”), creándose así una relación
aproximada a la metonimia.
Nos
encontramos a lo largo de estos versos con una serie de predicaciones que son
comunes a los dos actores del texto (/hombre/ y /toro/) sin necesidad de
proceso metafórico alguno:
PREDICACIONES CLASE
1 /TORO/ CLASE2/HOMBRE/ [-HUMANO] [+HUMANO]
A) Nacer para el luto y
el dolor. + +
B) Disputar. + +
C) Crecerse en el castigo + +
D) Tener la lengua bañada
en corazón. + +
E) Seguir y perseguir. + +
F) Terminar burlado. + +
La
predicación “C” resulta más intensa en /toro/, no por la presencia del sema
[-humano], sino por la de otro sema [+bravura]. Esta predicación se puede dar
en /hombre/ sin necesidad de metáfora, si bien es verdad que su presencia no es
tan automática (no olvidemos que al lexema “toro” frecuentemente se une
“bravo”).
Analizando
la predicación “D” observamos que su contenido semántico no es el mismo para
cada uno de los actores del poema. Para /toro/ es una imagen plástica, muy
visual, en la que nos hallamos en el ámbito [+físico], de la unidad léxica
“corazón” se actualizaría el sema [+sangre]. Sin embargo, respecto al actor
/hombre/, se entendería actualizado el sema [+sentimiento], estaríamos en un
ámbito [-físico ]. Aunque puede sentirse que tanto la sangre como el
sentimiento están presentes y cruzándose en la lectura para conseguir esa
fuerza expresiva que late en todo el poema, así:
[+FÍSICO]
[+SENTIMIENTO]
Lengua (boca) · · · · · · · · · · · LENGUA
· · · · · · · · · · · · · · Palabra
Sangre · · · · · · · · · · · · · · · · CORAZÓN
· · · · · · · · · · Sentimiento
Estas
dos palabras (“lengua” y “corazón”) posibilitan dos lecturas diferentes, según
nos encontremos en una u otra de las isotopías clasemáticas enumeradas
anteriormente.
Podemos señalar otras
predicaciones no comunes a ambos actores:
1)
Predicaciones
privativas del actor /toro/:
A) Estar marcado por un
hierro infernal en el costado.
B) Llevar al cuello un
vendaval sonoro (ciñéndonos exclusivamente a la metáfora cuyo término real
sería “mugido”).
Tanto
“A”, como “B”, serían predicaciones caracterizadas por el rasgo [+físico], por
tanto pierden ese rasgo para poder ser aplicadas al actor /hombre/; han de
metaforizarse, pasando, en el caso de “A” a ser el término real el destino
fatídico del hombre, y en el caso de “B” (que ya era metafórica en /toro/), el
término real sería el grito de rebeldía, de dolor, que el poeta lleva en su
garganta.
2)
Predicaciones
privativas del actor /hombre/:
A) Tener por varón un
fruto en la ingle.
B) Encontrarlo todo
diminuto.
En
este segundo bloque, para que "A" pueda aplicarse a /toro/ hay que
abstraer del lexema "varón" su esencia de género (masculino), su
carga de sexo, asociándolo al habitual para animales: "macho".
En
el caso de "B" tendríamos que realizar un proceso de personificación
para poder aplicársela a toro.
Vemos
que todas estas predicaciones van cambiando su significado, van sufriendo
procesos metafóricos en ambas direcciones, de /hombre/ a /toro/ y viceversa,
esto remarca la identificación de ambos actores que constituye el eje semántico
de todo el texto.
Estas
predicaciones presentes en el texto van señalando un ámbito semántico dentro
del cual podemos encontrar dos isotopías semémicas que establecen la dicotomía
deseo/frustración. Para llegar desde el punto de origen (deseo) al de destino
(frustración, muerte) es preciso pasar por una lucha denodada, un intento de
evitar ese final, ya descrito en los premonitorios versos iniciales: “Nacido
para el luto y el dolor” y ”Marcado por un hierro infernal en el costado.”
Esquematizando,
las isotopías semémicas (horizontales) analizadas quedarían como sigue:
ISOTOPÍA 1: DESEO
-Deseo del rastro del
beso enamorado.
-Deseo (amoroso).
ISOTOPÍA INTERMEDIA
-Diminuto/desmesurado
(oposición entre lo exiguo de la vida frente a lo gigantesco del deseo).
-Disputa (la lucha
por evitar llegar desde la isotopía 1 a la isotopía 2).
ISOTOPÍA 2: FRUSTACIÓN
DEL DESEO. MUERTE.
-Luto y dolor (anticipa,
desde los primeros versos, el dolor).
-Infernal (adjetivo
aplicado a “marca” que incide en lo fatal).
-Castigo.
-Espada (metáfora taurina
de la muerte).
-Burlado.
La
presencia del actor /toro/ en la isotopía 1 es nula, pero es por lo taurino por
donde la viene la fuerza expresiva a las isotopías intermedia y 2.
Estas
isotopías sémicas constituyen el desdoblamiento del eje macrosémico del poema:
un sentimiento de rebeldía y de lucha entre el deseo amoroso y el final trágico
de ese deseo inalcanzable.
Está
muy destacado el eje marcado por lexemas como: “dolor”, “corazón”, “enamorado”
y “deseo”, que nos abren la línea semántica del sentimiento, siendo ésta la
columna central del texto.
Al
realizar la lectura y el análisis de este soneto, percibimos ciertos contenidos
referentes a aspectos sexuales, más connotados que denotados; aparecen
implícitos en expresiones como: “Por varón en la ingle con un fruto” y “ Dejas
mi deseo en una espada.” (Hay quien ha querido ver, incluso, un símbolo fálico
en la espada. Sería, quizás, ir demasiado lejos, si recordamos que estamos
situados en una atmósfera taurina, donde la espada corresponde a la suerte de
matar). No se puede poner en duda que el animal “toro” aporta un alto contenido
de virilidad a esta composición y que el tema de la misma es el deseo amoroso,
un deseo amoroso bastante carnal.
Como
apunta Pozuelo (La lengua literaria. Cuadernos de lingüística.
Málaga: Librería Ágora, 1983), no es
menos informativo aquello que aparece de forma redundante, como se había
preconizado en la teoría de la información. Un contenido es más sorprendente,
más original, iniciador de información, cuando aparece por primera vez, pero
esta carga informativa puede ir completándose, matizándose, haciéndose más
exacta, o más expresiva... Quizás en un texto no literario pueda hablarse de
“redundancia” y de elementos superfluos, pero en un soneto todo suele ser
necesario donde está y como está; todo es imprescindible para transmitir el
sentido completo. Las informaciones suelen ser complejas y no centradas en lo
objetivo.
4. Análisis sintáctico y rítmico
El
objetivo de este análisis sintáctico es, exclusivamente, mostrar cómo sintaxis
y semántica aparecen ligadas, por lo tanto lo realizaremos a un nivel muy
esquemático y básico, evitando entrar en las complejidades propias de una sintaxis profunda.
Como el toro he nacido para el luto
Comparativo 2º
term. comparativo Predicado Aditamento (final)>
y el
dolor, como
el toro estoy marcado
por
un hierro infernal en
el costado
Aditamento
(instr.) Aditamento (lugar)
y por varón en la ingle con un fruto.
Nx Aditamento
(causal) Aditamento
(lugar) Aditamento
(instr.)
Como el toro lo encuentra diminuto
Comparativo 2º term. comparativo a2 Predicado Aditamento (modal)/a2
todo mi corazón desmesurado,
a2 a1
y del rostro del beso
enamorado,
nx a2
Adyacente
como el toro a tu amor se lo disputo.
Comparativo 2º term. Comparativo a3 a3 (reiterativo) a2
Predicado
Como el
toro me
crezco en el castigo,
Comparativo 2º term. Comparativo Predicado (pron.) Aditamento
(circuns.)
la
lengua en
corazón tengo bañada
a2 Aditamento (mat.) Predicado Aditamento
(modal)/a2
y llevo al cuello un vendaval sonoro.
nx Predicado Aditamento (lugar) a2
Como el toro te sigo y te persigo,
Comparativo 2º term. Comparativo a2 Predicado nx a2 Predicado
y dejas mi deseo en
una espada,
nx Predicado a2 Aditamento (lugar)
como el toro burlado, como el toro.
Comparativo 2º term. Comparat. a2 Comparativo 2º term. Comparativo
El
último verso del soneto es el que presenta una sintagmación menos concreta.
Podríamos hacer una reformulación del tipo “Como el toro quedo burlado, como el
toro soy.” Así entenderíamos que el texto termina con un verbo “ser”,
conjugando esencias y existencias.
Con
la repetición del sintagma “como el toro” se insiste en la comparación entre
toro y hombre que es captada por el lector como una igualdad casi absoluta. A
lo largo de la composición se van estableciendo similitudes, hasta llegar a la
identificación total, mucho más expresiva, con más fuerza por ir el sintagma
nominal “el toro” repetido en el verso final y colocado en una estructura
sintáctica incompleta: “como el toro”. Sintácticamente queda en suspenso, pero
no pragmática, ni semánticamente.
Podemos reducir a tres palabras el eje
clasemático-sémico del texto:
COMO ··················· Comparación.
TORO ···················· Actor con el que se compara.
VOZ EMISORA ········ El “yo” del poeta
que aparece en el texto.
El actor
comparado /hombre/.
Podemos
considerar que estamos ante una identificación, casi perfecta:
YO=TORO
YO SOY TORO.
Y
Miguel Hernández es “toro” en todo el ámbito sémico al que se ha ido haciendo
referencia en cada verso. Los dos actores se unifican quedando sólo uno:
/hombre-toro/.
Toda
la estructura sintáctica del poema es una comparación. “Como” y “toro” son los
dos signos lingüísticos con frecuencia de aparición más alta (“Como” 8/100;
“Toro” 8/100). Aparecen siempre unidos en un mismo sintagma aportando cierto
ritmo de estribillo y una insistencia semántica que hace patente la isotopía
comparativa desde la primera lectura.
“Toro”
es siempre segundo término de la comparación con el actante 1 (sujeto), lo cual
le iguala con la voz del emisor. Asímismo, los verbos se conjugan en primera
persona del singular (voz del poeta), salvo “dejas”, que es la única referencia
a un actor externo (la amada).
El
final es original, creativo y con mucho efecto. Un final no cerrado, que nos
permite prolongar su sentido más allá de lo escrito.
La
sintaxis es sencilla. Frases breves, correspondiendo generalmente cada unidad
sintáctica a una predicación. Como nexos aparecen el término comparativo
“como”, y la unión coordinante copulativa “y”.
La
estructura oracional del soneto es repetitiva, redundante. Los dos cuartetos y
los dos tercetos empiezan con “Como el toro”, es lo primero que aparece, lo
primero que se presenta, desde el principio; al fin y al cabo, es una isotopía
sintáctica de las que habla F. Rastier. Una iteración sintáctica apoyando a otra
iteración semántica.
Breve
análisis de la acentuación:
Como el toro
he nacido para el luto
y el
dolor, como el toro estoy marcado
por
un hierro infernal en el costado
y
por varón en la ingle con un fruto.
Como
el toro lo encuentra diminuto
todo
mi corazón desmesurado,
y
del rostro del beso enamorado,
como
el toro a tu amor se lo disputo.
Como
el toro me crezco en el castigo,
la lengua
en corazón tengo bañada
y llevo
al cuello un vendaval sonoro.
Como
el toro te sigo y te persigo,
y dejas
mi deseo en una espada,
como el toro burlado,
como el toro.
El
ritmo en la acentuación es bastante uniforme. Fónicamente es muy insistente,
como hemos visto que lo era también en el nivel semántico y en el sintáctico.
Todos los versos, salvo el decimoprimero, van acentuados en
la sexta y en la décima sílabas; la mayor parte son melódicos, seguidos de los
endecasílabos heróicos (hay sólo dos.)
Es
un poema de tiempo cadencial llano. El axis que marca el acento estrófico
primario se encuentra en sílaba par y determina el ritmo yámbico.
Estamos
ante un soneto de ritmo claro, marcado y sencillo, sin altibajos, con una
fuerza constante y mantenida.
5. Análisis actancial
Para
completar este análisis, sería útil observar el aspecto actancial del soneto y
cómo se desarrolla.
La
referencia de este poema es la existencia de un deseo muy fuerte, una pasión.
Está presente el actor /hombre/ (amante) que anhela conseguir a la amada, que
sería el TÚ interlocutor ( a ella se dirige la petición primera y después la
queja.) Un segundo interlocutor, sería, obviamente, el lector-receptor.
Aparecen
alusiones a las fuerzas opositoras. Al deseo del amante-poeta se opone el no
deseo de la amada. El resultado de esta oposición es la frustración.
Podríamos,
siguiendo las teorías actanciales greimasianas, establecer el siguiente
esquema:
1.
Destinador:
mujer deseada.
2.
Destinatario:
mujer o cualquiera que pueda comprender su queja.
3.
Adyuvante:
no ha habido, y si lo hubo, no ha tenido la fuerza suficiente como para vencer
al oponente (por eso es un texto de final trágico.) Podrían considerarse
adyuvantes del sujeto (Miguel Hernández), su capacidad de seducción, las armas
con las que él libra la batalla.
4.
Oponente:
la no coincidencia entre los deseos de la amada y los del poeta. La amada se
opone al poeta.
5.
Objeto:
realización de su deseo amoroso-pasional.
6.
Sujeto:
Miguel Hernández (hombre-amante.)
El
destinatario podría identificarse con el destinador al ser el texto una queja,
un profundo lamento de Miguel Hernández por no haber conseguido lo que buscaba.
El
poema plantea la lucha por prevalecer mantenida entre dos deseos diferentes y
opuestos:
A)
HOMBRE-AMANTE. Su objeto de deseo: conseguir a la amada.
B)
MUJER-AMADA. Su objeto de deseo: no dejarse arrollar por la pasión del hombre.
Oponerse al deseo de A.
Vencerá
el deseo de B y esa será la causa del lamento hernandiano del que surgen estos
versos.
6. Conclusión
Todas las líneas isotópicas que hemos descrito cruzando este
texto, intercambiando semas entre los distintos sememas, produciendo cambios
clasemáticos, descubriendo fuerzas oponentes y adyuvantes, etc. están
contribuyendo a crear una estructura semántica coherente; son el artificio de
la trabazón semántica del soneto.
Con
el análisis isotópico y semántico se van desgajando las piezas que en una lectura no analítica aparecen como un bloque
de significado.
Así,
intentamos sacar a la superficie los elementos que hacen que, hasta el más
pequeño de los contenidos, tenga su función en la conformación del sentido
total de una unidad textual.
El
material sémico de un texto suele captarse, primeramente, como un todo, como un
impacto general; pero estudiando los pequeños rasgos de significación y
sentido, puede concluirse que todo viene provocado por unidades sémicas que no
suelen detectarse a primera vista, aunque están ahí, contribuyendo a hacer del
texto lo que éste puede llegar a ser en cada lectura, para cada lector.
7.
Bibliografía básica
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semiología. Madrid: Alberto Corazón Editor, 1971.
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Lumen, 1981.
-GREIMAS,
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Gredos, 1987.
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A.J. y COURTÉS, J. Semiótica. Diccionario
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lenguaje. Madrid: Gredos,
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J.Mª. La lengua literaria. Cuadernos de
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TRIVES, E. Aspectos de semántica
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-RASTIER,
F. Semántica interpretativa. Madrid:
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-VAN
DIJK, T. A. La ciencia del texto.
Barcelona: Paidós, 1983.