Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

domingo, 10 de julio de 2011

MONÓLOGO: “Por la libertad sangro”



Por Ramón Fernández Palmeral

Escena I y única

Escenificación de la vida y tragedia de Miguel Hernández. Está asido a los barrotes de la verja de la cárcel del Reformatorio de Adultos de Alicante.


-¡Josefina!, me muero, estos cabrones franquitas me quieren matar, tengo un gato salvaje en el pecho que me devora y me araña, la próxima semana tráeme a mi hijo, quiero ver a mi hijo, qué desgracias eres, Josefina …
(pausa en pieza a recordar)

Yo nací en Orihuela, un pueblo de la Vega Baja de Alicante el 30 de octubre de 1910. Mi padre era tratante de ganado, y mi madre Concheta, mi gitana morena.
Allí aprendí mis primera letras en el Ave María, luego como un bachiller en el Colegio de Santo Domingo, iba para cura, para jesuita. Pero un día tenía yo más de 14 años, mi padre me dio la peor noticai de mi infancia: Miguelón se ha muerto el tío Corro, y tu a cuidar las cabras. Qué culpa tenía yo que se hubiera muerto el tío Corro en Barcelona. Pero padre si yo quiero estudiar, quiero ser escritor, quiero ser poeta. Nada, de padre pastor, hijo pastor, a trabajar como tu hermano Vicente, al monte, que hay muchas bocas que alimentar, Un hombre se hace trabando no estudios que es cosa de señorito y mariquitas..., A y como te vea con un libro en las manos te doy con la correa.
Así, leyendo de noche, y a escondidas en el huerto, bajo la higuera, seguí leyendo libro, libro que me hay prohibido.
Tenía que salir de mi casa, fui pastor durante 7 largos años en el monte, pastor a bofetadas limpias y entre horas escribía poesías. Empecé publicar en revistas oriolana, mi nombre en letra impresa en “Actualidad”, gracias Carlos Fenoll Cuando me llegó la mayoría de edad los 21 años me largué a Madrid, hay Madrid, que ilusión le escribí una carta a mi admirado porta Juan Ramón Jiménez para que me recibida, ¿me respondió?, no me respondió, algún día se tragaría esa ofensa porque yo voy a ser grande, grande, grande.

En Madrid llevaba una carta de recomendación para Concha de Albornoz, pero nada, un par de entrevista burlona de el chulo de Ernesto Giménez Caballero, “El abominable”, otra del yeclano Paco Martínez Corbalán, tuve que mendigar, dormir bajo un puente, enfermé u regresé a Orihuela, repo esta vez no iba a trabajar con mi padre. ¡Vago, Vago, me gritaba, y ya nombre me hablo, ni yo le hablé. Escribir era mi oficio.
Tenía que sacar un poemario que asombrada al mundo de las letras a los estirados del 27, a García Lorca, el señorito andaluz. Gracia mi amigo del alma Ramón Sijé y a sus contactos de Murcia…, saque, o mi libro “Perito en lunas”, con la 425 cochinas pesetas que me presto mi vecino don Luis Almarcha. Que fue de aquel “Gallo Crisis” de corta vida y de kikiriquí celestial en el huerto de Getsemaní donde Jesús oró por última vez.
El verano del 33 conocí a mi novia y luego mi mujer, y madre de mi hijos, a Josefina Manresa, hija de un severo guardia civil de bigote retorcido.
Con mi auto sacramental “Quien et ha visto y quien te ve…” bajo el brazo, volví a Madrid a buscarme la vida de escritor ante José Bergamín el d “Cruz y raya”. Menuda cruz. Mi “Perito en Lunas” no tuvo éxito editorial, nos e vendía, porque nadie hizo nada por él. Un libro que nadie entendió. “Federico, amigo “No quiero que me compadezcas, quieren que me comprendas. Maldita sean las putas hora que te di a leer este libro en cas de Raimundo de los Reyes”. Pero nada aun recuerdo las caras bobas de María Zambrano, de Pablo Neruda, de Enrique Azcoaga que me dijo que podía ganar una pesetas en Misiones Pedagógica. Conocía Maruja Mallo, muerte estuve cobre Mayo. Y al fin salió “El rayo que no cesa”, gracias a Manuel Altolaguirre y Concha Méndez. Estos sonetos eran otra cosa, buena crítica recibí del Juan Ramón en la revista “Occidente”, aquí estaba un carnívoro cuchillo de ala dulce y homicida, ¿No cesará este rayo que me habita el corazón/ de exasperadas fieras/ de fraguas coléricas y herreras/ hacia mi corazón que mujer y grita?
Yo quería una mujer moderna, a la que pudiera besar y amar hasta lo más profundo del arado, Josefina no quería, un beso era para ella un delito, pecado, y un deshonor . Se me moría de casta y de sencilla. En el verano del 35 le dije que no quería casarme y dejamos de escribirnos. Fui para, Maruja un cuadro más surrealista, al final me dejó y quedé burlado como el toro. Volví con la cabeza gacha ante la mi novia del pueblo

En agosto del 36 fusilaron Federico en Granada, en Víznar. En septiembre estaba yo ya otra vez en Madrid, en la cola de voluntarios para filiarme al 5º Regimiento, del Partido comunista, a los frentes de Madrid, a cavar trincheras. Los de la Alianza Antifascistas me vinieron a buscar, con Rafael Aberti y Teresa León. Mi vida de soldado cambio en el Batallón del Talento, y Alcalá de Henares conocí al periodista cubana, Pablo de la Torriente Brau, que me hizo Delegado de Cultura.
Me quedaré en España, compañero/ me dijiste con gesto enamorado.
Por que te pegaron un tiro en Majadahonda en diciembre del 36.
Me casé el 9 de marzo del 37 con Josefina Manresa en Orihuela, mis padrinos, Carlos Fenoll y Jesús Poveda, m i madre hizo arroz con costra. Y Vicente Alexandre me regaló un reloj de oro de pulsera. Dos días después estábamos en Jaén en calle la Llana, en el Frente Sur, que me encargo forma Carlos Vidali, el comandante Carlos: Estuve al santuario con Cartón. Luego Valencia, el II Congreso Internacional de Escritores y la publicación masiva de “Viento del pueblo”. Por mi buen comportamiento en los frente, me llamaron par el viaje a París y Rusia , en avión y en trenes poseídos de una pasión errante por el carbón y el hierro que los provoca y muere. Entonces yo era dramaturgo: “El torero más valiente”, “El pastor de la muerte”, “El labrador de más aire.
Toso con un tos perruna… viene el en enfermero con sus algodones, tengo una acceso de pus en el pecho, no tengo cura… Ha venido el Dr. Barbero con Miguel Abad, me ha hecho una placa con el aparato de rayos x, portátil. Don Luis Almarcha quiere que tenga un gesto hacia los Nacionalistas, que me arrepienta. No le he dicho que no “Yo soy el autor de Viento del pueblo”, es que no lo entienden. En la guerra ha muerto muchos milicianos defendido lo ideales que yo proclame en este poemario de lucha y libertad... Lo mismo me pito Jose María Cossío y sus falangistas en conde Toreno, y tuvo mi misma repuesta. ¿Es que no tienen principios, los principios, los ideales no se pueden cambiar. Lucho para la libertad. “Nacerá nuestro hijo con el mucho cerrado /envuelto en un clamor de victoria y guitarras, y dejaré a tu puerta mi vida de soldado…

Me mandaron a Castura en Extremadura, Valencia, Teruel 1938, y el frío congelado de Teruel, y el nacimiento de mi hijo, esperanza Manuel Ramón. Me sentí muy contento de mi descendencia y maduro esposo soldado: “Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado,/envuelto en un clamor de victoria y guitarras,/y dejaré a tu puerta mi vida de soldado/sin colmillos ni garras”.
Lloro. “Muerto niño, muerto mío/ Nadie nos siente en la tierra/ donde haces caliente frío.
“El hombre acecha al hombre”, “Para l libertad lucho sangro, lucho pervivo..” “Retoñarán aladas de savia sin otoño, /reliquias que pierdo en cada herida, /porque soy como el árbol talado que aun tiene al vida”
Después el Golpe de Casado la desbandaba republicana, huida a Andalucía, Sevilla, Cádiz y Portugal, y preso y vuelto Rosal de la Frontera, donde los Agentes de Vigilancia de Fronteras me hicieron echar sangre por la boca, sobreviví gracias al Manuel la mujer del contrabandista compañero preso.
“Las cárceles se arrastra por la humedad del mundo,/ van por la tenebrosa vía de los juzgados:/buscando a un hombre, buscan a un pueblo, lo persiguen,/ lo absorben, se lo tragan./”

-¡Josefina, tráeme a ami hijo!, que desgraciada eres… Ha venido el traslado al Sanatorio de valencia, pero yo no me puedo moverme del camastro de la enfermería…

(Miguel Hernández murió de tuberculosos a las 5.30 horas de la mañana del 28 de marzo de 1942, sábado Santo, día anterior al Domingo de Ramos)

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