Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

sábado, 16 de enero de 2010

La inspiración de Miguel Hernández

La inspiración de Miguel Hernández
16.01.10 - 01:30 -
ÁNGEL MARÍA DE PABLOS /Norte de Castilla

¿Dónde se ocultaba la musa poética de Miguel?... ¿Dónde se escondía esa inspiración que al poeta le llegaba como un fluido sentimiento que traspasaba el papel?... ¿Acaso dormía en el mismo redil donde se encerraba a las cabras, o transitaba en silencio por las callejuelas estrechas del barrio donde nació el 30 de octubre de 1910?... ¿Tal vez se dio de bruces con ella en la calle Arriba, allí, en el hogar familiar, más amplio, más soleado, que el padre buscó para albergar a los siete hijos del matrimonio?

¿Siete?... Siete, sí, aunque de todos ellos tan solo sobrevivieran Vicente, Elvira, Miguel y Encarnación&hellip Siete, sí&hellip Siete vástagos del tronco central que formaron Miguel Hernández Sánchez y Concepción Gilabert Giner, cabezas de una familia dedicada en cuerpo y alma al pastoreo. Oficio éste que el poeta aprende de su hermano Vicente desde los siete años, infancia aquélla en la que el niño Miguel juega cuando puede o, por mejor decirlo, juega cuando se lo permite el trabajo. Cada día, muy de mañana, cruzaba con el ganado aquellas calles recoletas buscando los pastos frescos de los prados cercanos. Le acompañaba el aroma agudo del azahar y el intenso tono de los naranjos, de los limoneros en flor.

Pero, a los nueve años, toca acudir a la escuela, a las Escuelas del Ave María. En sus aulas conoce los números, en sus clases aprende las letras y, desde entonces, la lectura se convierte en su gran pasión&hellip Lee, lee y vuelve a leer&hellip Es una afición compulsiva que, luego, en el Colegio de Santo Domingo, compartiría con José Marín Gutiérrez que, posteriormente, adoptaría el seudónimo de Ramón Sijé, su gran amigo y compañero futuro de aventuras literarias hasta la muerte.

Es un excelente estudiante y sus notas son más que brillantes, "pero la economía familiar atraviesa una profunda crisis" ¿Crisis?... ¿De qué me suena la palabra?... Miguel debe regresar a la sierra con sus cabras, debe atravesar de nuevo los huertos y los campos en la Vega Baja del río Segura. Pero el joven que ya es aprovecha el tiempo. La biblioteca del sacerdote Luis Almarcha, canónigo de la catedral oriolana, ejerce sobre él una extraña influencia y, mientras las cabras pastan, va descubriendo a los clásicos de la lengua española pero, además, va conociendo a los clásicos griegos y latinos. Incluso, va asomándose al mundo del teatro que recoge en sus publicaciones "La Farsa"&hellip En la Casa del Pueblo y en el Círculo Católico pudo verse al Miguel Hernández actor. Pero en el campo abierto, en el palmeral, sobre la brisa que La Pedrera enviaba hasta la Sierra del Cristo, entre los aromas salobres que el viento arrastraba desde las salinas de Torrevieja o de la Mata, a quien se descubría era al enamorado de la tierra y de la naturaleza.

Todo lo que le rodea le sirve de inspiración. ¿Sería allí donde estaba oculta la musa del verso?... Empieza a escribir, pese a su padre. Y escribe sobre el viento y la montaña, describe su patio y la huerta, habla del río y del sendero. Y comienza a publicar en el periódico local,'El pueblo de Orihuela', también en 'Voluntad', en 'El Día', en 'La Verdad' Y forma el llamado 'Grupo de Orihuela', que comienza a reunirse en la tahona de la familia Fenoll y del que forman parte los dos hermanos Fenoll, Carlos y Efrén, Manuel de Molina y, por supuesto, Ramón Sijé. Movido por estas inquietudes literarias, en 1931 Miguel Hernández viaja a Madrid pero, como nadie le ayuda (¿ayer como hoy?), regresa a su tierra para publicar, dos años después, su primer libro, "Perito en lunas".


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