HOMEJAJE DE PPdM EN TIERRAS ALICANTINAS A MIGUEL HERNANDEZ. Por María Ángeles Fernández Jordán*
ESPAÑA-Alicante: El llanto contenido y la emoción formaba parte del aire y del ambiente en el cementerio de Alicante, [España], en la mañana del sábado 12 de junio pasado, en medio de un día apacible y soleado en la costera y mediterránea ciudad ibérica.
Difícil es poder describir aún después de haberlo vivido la intensidad de sentimientos compartidos que podía cortarse en la atmósfera, y que apretaba el pecho de los presentes. Más de 40 personas, venidas de diferentes partes del planeta, algunas, residentes en la península por diversas razones, otras, venidas desde muy lejos, como el norte de Francia, Suecia, Argentina, Méjico, Egipto… expresamente al Homenaje que se celebraba en diferentes actos entre los días 9 y 13 pasados en honor a la memoria del poeta de Orihuela [Alicante] Miguel Hernández caminábamos a un lugar triste, pero por otra parte llenos de alegría, como quien se dirige a un lugar sagrado para su Fe. A lo largo de esos días, pudimos leer y recitar su obra, deleitarnos con el dolor inherente a la descripción poética y documental de su vida, especialmente de las horas en que vivió cárcel como represaliado político de la dictadura franquista, y ya en la cárcel, enfermedad, falta de cuidados médicos, abandono y muerte.
El día de la visita al lugar donde el gran poeta está enterrado, fue en mi opinión el culmen de la emoción de todos los encuentros. El cementerio parecía adornado para el acto, por la multitud de flores de colores, pero su tumba sobria contrastaba con el vigor, vitalidad y fervor poético de los presentes.
(Ramón Fernández Palmeral, subido en un bordillo y dirigiéndose a los poetas asistentes).
Junto a su tumba de piedra de granito, un buzón con el estribillo de uno de sus poemas:
“Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.”
[“Carta”- Miguel Hernández]
E íbamos, uno a uno, recitando aquello que hubiéramos querido decirle, aquello que queríamos decirle para que todos lo escucháramos, y dejando en el buzón, que interpreté era el buzón de los deseos, nuestra aspiración legítima de libertad, de paz, de conciencia, de saber. Muchas veces se ha dicho que los pueblos que olvidan su pasado están condenados a repetirlo. La violencia ha sido el sello de identidad de la denominada “humanidad” a lo largo de los siglos, recordar la violencia, auque, valga la redundancia violente y duela, es un hábito imprescindible para rechazarla, para que no se vuelva a repetir. Ese dolor nos hacía a muchos, a casi todos, enjugar lágrimas con más o menos disimulo. Todos andábamos abultados, como una esponja, por la humedad de ellas. Después de recitar y de depositar en el buzón todas las cartas o poemas, recordamos en nuestro fuero interno, la respuesta con la que acababa el poema de Miguel “Carta”:
Cartas que se quedan vivas
hablando para los muertos:
papel anhelante, humano,
sin ojos que puedan serlo.
Mientras los colmillos crecen,
cada vez más cerca siento
la leve voz de tu carta
igual que un clamor inmenso.
La recibiré dormido,
si no es posible despierto.
Y mis heridas serán
los derramados tinteros,
las bocas estremecidas
de rememorar tus besos,
y con su inaudita voz
han de repetir: te quiero.
MIGUEL HERNÁNDEZ [Carta]
El “Te quiero” dirigido a las almas afines, a los amigos y compañeros amados, de esta tierra o de otra, de este tiempo u otro tiempo, porque para las almas la distancia y el tiempo rompe su barrera. De hecho, la llave del buzón, pertenece a la Asociación de Amigos de Miguel Hernández. Todos los presentes éramos sus amigos y podíamos, después de conocerlo más en profundidad responder por él. La respuesta de casi todos nosotros, fue acto seguido dirigirnos al campo donde reposan en fosas comunes otros represaliados y fusilados por sus ideas políticas en Alicante, víctimas de la violencia franquista en la época de lo que ellos denominaron “la paz honrosa”, más propiamente una guerra contra desarmados, amordazados, explotados y humillados durante 40 años en España, por parte de aquellos que dieron un golpe de estado para imponer su violencia.
La voz del poeta es la voz del que transcribe aquello que otros sienten y no saben expresar, o no saben con ese arte e intenso sentimiento. La voz del poeta es necesaria para estar informado, porque el derecho a la información no reside solo en hechos objetivos y narrables, sino en sentimientos, que son también hechos objetivos para el que los siente y tiene derecho a sentirlos. Nunca podremos conocernos como humanos sin conocer nuestros sentimientos. Nunca podremos amarnos si no nos conocemos. Hace ya muchos años, allá por 1981, cuando era una estudiante de bachillerato, y estudiaba, entre otras, la poesía de Miguel Hernández, tras un debate con un compañero de estudios [hoy periodista] acerca de la poesía escribí:
“Tras de chispas de bula en tu mirada,
me sonríes y dices satisfecho:
los versos son absurdos, no son nada
pues nadan sobre nada, no me entero.
Y yo te miro a ti del mismo modo,
y no se que pensar, luego transcribo;
porque en tus ojos nadan sobre nada
los versos que en ti encierras y yo escribo”.
De modo que el poeta transcribe la realidad del mundo, como un reportero gráfico, plasmando no solo la narrativa de los hechos, sino las escenas, y los sentimientos que los envuelven. Durante el homenaje a Miguel, más de 40 reporteros del verso eran testigos de la tumba de Miguel, y también de que su poesía está mas viva que nunca, con todo aquello que representa: ese mensaje de acción y dignidad dirigido a todos los hombres, mujeres y niños del planeta. Nos sentimos con fuerzas para no rendirnos, y ante tal hecho, no pude en estos días reprimir este poema, dirigido a todos los poetas que han tomado su dirección y se han encontrado en ella:
A LOS POETAS QUE NO SE RINDEN
Se lucha con las armas de los besos,
con las caricias rotas de la ausencia,
se lucha con la paz, con la paciencia
con la palabra hirviente sobre el viento.
Se lucha con las lágrimas del preso
en terribles corduras de vivencia,
con lágrimas cargadas de sapiencia
del que vaga sin prisa, y sin un techo.
Se lucha sin luchar, sin una bala,
sin pena, sin castigo y sin indulto,
sin elevar el tono en la palabra,
con la belleza frágil, sin insulto.
Lloramos, en ese llanto oculto
del verso que rezuma de las llagas.
Escrito en Alicante, Homenaje a M. H. Junio de 2010
Gracias a todos los poetas vivos, que no se rinden a los impulsos de su corazón de transcribir el mundo con palabras. Inmensas gracias a los Poetas del Mundo.
17 de Junio de 2010
María Ángeles Fernández Jordán*, PPdM:
http://www.poetasdelmundo.com/verInfo_europa.asp?ID=6051
