Miguel Hernández, Comunista
20 04 2010 EL INSOLENTE
Valientemente se esconden,
gallardamente se escapan
del campo de los peligros
estas fugitivas cacas,
que me duelen hace tiempo
en los cojones del alma.
[…]
Ocupad los tristes puestos
de la triste telaraña.
Sustituid a la escoba,
y barred con vuestras nalgas
la mierda que vais dejando
donde colocáis la planta.
Cobardes. Vientos del Pueblo. 1937.
Así describía el poeta desde las trincheras del pueblo, sin saberlo, a los que cien años después le quieren robar el alma y el fuego. Miguel Hernández era de pluma poeta y de sangre comunista. Por eso cuando Miguel escribía, escribía para que le leyera el pueblo. Y cuando el pueblo leía a Miguel le leía para rebelarse, junto a él, contra la tiranía.
Y hoy la tiranía, muy bien revestida, nos quiere disfrazar a nuestro Miguel, el comunista. Alfonso Guerra, con plumón de oro, garrapatea a un Miguel afiliado a la Juventud Socialista, diluyendo su real militancia en la JSU, unión verdadera de verdaderos socialistas (de los de Largo Caballero y no Zapatero) y comunistas. Y mi bien oído Serrat, desde el rincón de la SGAE y la progresía, desideologiza al comunista, nos lo desnuda como si siguiera preso en Palencia o Toledo.
Miguel Hernández militaría en el PCE de Líster, Alberti y José Díaz; en el 36, fusil al hombro, ingresa como voluntario en el ejército republicano, al Quinto Regimiento de Zapadores, participando heroicamente en la defensa de Madrid, Andalucía, Extremadura y Teruel. Una vez los fascistas en el poder, Miguel continúa luchando como mejor lo sabía hacer, desde el verso. Es detenido y encarcelado. Su amigo Cossío, junto a intelectuales falangistas, intenta sacar a Miguel de la cárcel a golpe del indigno arrepentimiento del que sabe que tiene la razón, y no el pundonor. Y Miguel sabía muy bien quien tenía la razón y quien no, así ilustró a su amigo Cossío de lo “lamentable” de lo ocurrido, aún sabiendo que actuaron desde la “pasión” y lamentando que no hubieran actuado “desde la razón”.
Miguel Hernández nos deja de escribir poemas a los 31 años de edad abarrotado de esperanza, tifus y tuberculosis, aferrado a unos barrotes que no le permitían besar a Josefina, su amada mujer y musa, inspiración de tantos magnánimos poemas.
Cien años después del nacimiento de Miguel Hernández nuestra obligación es reivindicar al poeta comunista, al comunista poeta. Miguel Hernández, voz del pueblo.
A las aladas almas de las rosas…
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Elegía a Ramón Sijé. (10 de enero de 1936)