Miguel Hernández, en su poesía surrealistas del años 35 (Influencia de Neruda y Aleixandre), podría encuadrarse entre los literatos de la Escuela de Vallecas, vincualdcos al Cerro de Almodóvar.
Breve comentario del Génesis y desarrollo de la Escuela de Vallecas
Sobre el tema de Vallecas hemos mantenido opiniones distintas Francisco San José y yo. Sanjo, quien se mantuvo más tiempo junto a Palencia y fue el más leal a su singular magisterio, ha sostenido la idea de que aquel pequeño movimiento fue una realidad, y lo ha argumentado. Yo creo que no pasó de un entusiasmado proyecto. Que nunca tuvimos un programa serio y firme, ya que nuestras ideas cambiaban a medida que lo hacían nuestras lecturas. Y como éstas eran muy diversas y elegidas sin criterio, no podían servirnos para nada medianamente riguroso.
Teníamos en común una gran curiosidad, la capacidad de hablar andando mayor que se dio en aquellos tiempos, una gran avidez de leer sin rigor y la creencia de que pintar y vivir eran una misma cosa. También nos unía una fuerte pasión por El Greco.
Benjamín nos hizo conocer la paramera del este madrileño, que fue durante años motivo de nuestro trabajo, nos puso en la pista de la "divina proporción", que conocía elementalmente (Castellanos y San José se encargaron de informarnos del tema con más precisión) y que pasó a ser la trama armónica sobre la que componíamos nuestros dibujos y telas - y que, preciso, nunca nos quedaron muy bien -. También nos despertó el amor por los colores claros y las texturas magras.
Nos hizo asomarnos, a través de libros, a la pintura del Cuatrocientos italiano y en largas conversaciones aparecieron los nombres de Juan Ramón Jiménez, Alberti, Federico García Lorca, Maruja Mallo y el escultor Alberto, todos amigos suyos.
Tardaron algún tiempo en saber que en nuestro intento de formar un grupo en Vallecas alguno de ellos nos habían precedido, en particular, Alberto, quien al parecer fue el primer autor de la idea y el descubridor de aquel paisaje de mesetas de greda y cal. Esto lo supimos mucho más tarde...
Comentario de ALVARO DELGADO Madrid, noviembre de 1981
En aquel paraje, con una mezcla de filosofía platónica y poesía franciscana que convertimos en pauta de conducta moral a la que intentamos ajustarnos, nos lanzamos a la creación del proyecto de una manera nueva de trabajar, no de pintar, suponiendo que ello nos llevaría a encontrar nuevos caminos para nuestra pintura. He sostenido que no pasamos de ahí, de un proyecto que acabó como el rosario de la aurora al poco de nacer, que fue una estupenda, disparatada y confusa aspiración, de la que efectivamente sacamos algún aprendizaje.
Pero que tuvo más de pequeña y divertida aventura, próxima al Lazarillo de Tormes, que a la suma de las Florecillas de San Francisco y Escuela de Barbizón, que era a lo que aspirábamos.
MIEMBROS FUNDADORES:
Alberto Sánchez
Benjamín Palencia
Otros miembros:
Maruja Mallo
Juan Manuel Caneja
Luis Castellanos
Enrique Nuñez Castelo
Alvaro Delgado
Francisco San José
Carlos Pascual Lara
Gregorio Del Olmo