El pensamiento
de Ramón Sijé en “La decadencia de la flauta”
Buenos días, primero quiero agradecer a Aitor Larrabide las palabras que
ha dicho sobre mí, a Paco Estevez por invitarme a esta mesa redonda, y a Gaspar
Peral al que considero además de buen amigo, mi maestro en temas hernandianos y
sijeanos o sijenianos, los libros que he escrito no hubieran sido posible sin
su oceánico Archivo sobre Miguel
Hernández y de otros muchos escritores y poetas alicantinos.
He elegido un tema complicado para mí de
explicar, porque Ramón Sijé no es fácil de leer a la primera, tuve años atrás
una batalla de lecturas de sus escritos, artículos, y publicaciones que me
desalentaban que me hacían rendir. Lo tomé como un reto, y hoy día, que he entendido
más o menos los símbolos de sus pensamientos, hasta lo disfruto. Hoy pasados
los años mi opinión sobre la prosa y pensamiento ha cambiado. Soy admirador de
su inteligencia, capacidad d trabajo y su talento a la hora de resolver y
plasmar su pensamiento.
He traído a la mesa tres libros,
el primero La decadencia de la flauta y
el reinado de los fantasmas, en 1973, para que veáis que no es una entelequia, algo irreal, sino que
es un libro real y raro, y lo digo como entrada para lo que os voy a comentar.
Y dos libros más sobre Ramón Sijé de los que soy autor Simbología secreta de La decadencia de la flauta y el reinado de los
fantasmas 2005 y Ramón Sijé, el
Estigmatizado, que he publicado este año del centenario. Esto es recuperar
a Ramón Sijé. Edité una serie numerada y limitada para amigos y estudiosos
hernandianos, porque estos libros de ensayo. Sin embargo, estos dos libros se
encuentran en Internet, el primero publicado en la Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes de la Universidad de Alicante, y el otro en un PDF. Que en definitiva, y tengo que decir la verdad,
se consulta y se estudia mejor en un pdf, con las posibilidades que tiene de
buscar palabras concretas en el índice electrónico. Como veréis, mi interés no
es económico, sino divulgativo. Porque mi adicción al hernandismo es altruista
y vocacional.
Bien, “La decadencia de la flauta…” es uno de los libros
más complejos, críptico, hermético y conceptual que he leído jamás, me lo tomé como un reto en ocasión del 70º
aniversario de su muerte en el año 2005, me lo leí, de cabo a rabo, y escribí
este ensayo, en cuyo estudio, preparación y escritura me costo unos dos años, tiene
un prólogo del profesor José Antonio
Sáez Fernández de Albox (Almería), autor de una tesis sobre Ramón Sijé, me escribió
el prólogo. He leído un libro fundamental Vida
y obra de Ramón Sijé de José Muñoz Garrigós,
y todo la bibliografía que recopilé sobre Sijé en el Archivo de Gaspar y
conversaciones y correspondencia que tuve con Manuel Martínez Galiano (me ayudó a tomar una posición positiva
respecto a La decadencia, pues no estaba escrita pensando en los lectores) y
con Antonio García Molina, Archivo de Maruja Varó, viuda de Manuel Molina, y el historiador Vicente Ramos que me clarificó
múltiples ideas. Hice unos dibujos de fantasmas de poetas y escritores del
romanticismo, y uní unos manuscritos de Sijé, que me facilitó Aitor.
No se puede hablar del libro de Ramón
Sijé, sin explicar previamente el significado del título del libro que nos
muestra en símbolos La decadencia de la
flauta y el reinado de los fantasmas. Ensayo sobre el romanticismo histórico en
España (1830-Bécquer).
Primero hemos de situar a Ramón Sijé cuando
escribe este libro en su contexto histórico,
años 1935, tiempos de la II Republica laica con la supresión de las órdenes
religiosas, con prohibición del comercio y de la enseñanza, así como la
nacionalización de sus bienes…Y con la edad de 21 años.
“La decadencia de la flauta…” se compone
de VII capítulos no es un ensayo al uso
académico, no es tesis doctoral, es un libro que no está escrito para ser
entendido a la primera de cambio, sino que ha de ser releído y disfrutar con la
belleza de sus imágenes, filosofía-teológica de su tiempo, derecho natural y
político. Es muy difícil estar siempre a su altura para comprender los
conceptos que nos muestra, ya que su escritura es barroca. Manuel Martínez Galiano me ayudó mucho al orientarme por el camino
de la lectura y argumentarlo desde el concepto.
Al principio me desalentaba, quería tirar la tolla, pero era porque me
superaba, ya que somete a las palabras a tensión, usa la bisemia, usa
laberintos oracionales, palabras homónima, metáforas originalísimas sinestesias,
antítesis, juega con la inteligencia del lector y te reta a saber más que tú.
Para un mismo pensamiento te ofrece varios puntos de vistas, es decir varias
perspectivas para lo mimso. Leerlo es como jugar una partida de ajedrez entre
escritor y lector, y te puede, cuando por ejemplo dice “voluntad edipa” vocablo
que se inventa que te evoca el complejo de Edipo, te suelta frases en latín, te obliga a buscar
en el diccionario. Hemos de tener en cuenta que escribe en clave propia de un
lenguaje que ha creado, es desbordante. Teniendo en cuenta siempre el contexto
histórico y su educación religiosa machista de la época. Por sus sentidos de
derecho natural diferencias entre el hombre y la persona, definiciones propias
del Derecho Romano.
Yo lo leo en clave de prosa-poética
buscando sus hallazgos. Cuanto más lo leo más me gusta. Fue mi libro de
cabecera casi durante dos años. Me obliga a abandonar. Hasta que a “fuerza de
golpes fuertes” me familiaricé con su lenguaje criptográfico, hasta que
comprendí entre líneas lo que quería decir, y me dije: “¡te cacé, tocayo, ya
eres mío!” como en el ajedrez. Y es lo que más o menos os voy a comentar. Si no
me hubiera interesado, hubiera sido imposible escribir un ensayo descifrando su
simbología secreta.
Resuelvo que es un intelectual
honesto, impactante, incordiante en sus proposiciones dialécticas, es profundo
y conceptista. Previamente de obliga a digerir que son los fantasmas de
romanticismo, los ángeles dormido, la cristalización de un poema, la estatua,
fantasmas despiertos, el ruido, el temblor, el romanticismo eterno y el
romanticismo histórico, y algunos otros términos.
Como he comentado Sijé no escribe para ser entendido, para dar acomodo
al lector, sino que él es un artista de
la palabra plástica, muestra lo que hace, pero el problema pasa al espectador:
lector. O sea, suelta su discurso y allá tú te compongas. Y para entenderlo has
de hacer una primera, una segunda y hasta una tercera lectura hasta
familiarizarte con su forma de expresarse y darte ideas. Te habla de novelas
clásicas y románticas, de poesía, de teatro, de músicos. Por ello para seguirle
has de estar muy atento y formando intelectualmente.
Escrito con precipitación lo finaliza en
día de Todos los Santos (1º de noviembre 1035) para presentarlo al Premio
Nacional de Literatura. Enviado por Correo, presentado y que no ganó. Ganó el
trabajo de Guillermo Díaz Plaja con Introducción
al estudio del Romanticismo español (Madrid, Espasa Calpe, 1936), he leído
el libro y fue digno ganador. El original lo recogió Miguel Hernández de el
Ministerio de Instrucción Pública. Se lo
leyó en una noche. Intentó publicarlo sin éxito.
En Sijé, que se murió de inteligentes, según algunos amigos. Escribía
con abundante retórico, conceptos, símbolos y uso de la sinestesia como por
ejemplo “color jurídico”, pues así es casi todo el libro. Abunda el lenguaje
creativo de la prosa poética. Lo que os voy a comentar es la conclusión global
del libro, una sinopsis, pues hablar del libro se necesitaría un par de horas.
La idea global es que Sijé está en contra del Romanticismo, al que llama
histórico entre 1830 y 1870. Está dedicado a sus padres y a J.F. (Josefina
Fenoll, la novia panadera, hermana de Carlos Fenoll), que por el prefacio nos comentará y ampliará la dedicatoria
sobre el canario que se le escapó a Josefina y a un clavel que le dio ella y puso en un búcaro.
Contiene un índice, y consta de 308 páginas.
El pensamiento neocatólico de Sijé viene
reflejada en los artículos de El Gallo
Crisis y revistas como Cruz y Raya
de José Bergamín, e Isla de Cádiz, y
otras oriolanas: Actualidad, Voluntad,
Destellos. La Verdad de Murcia, el Día de Alicante, y otros periódicos.
Para
concretar y definir:
1).- ¿Qué significa “La
decadencia de la flauta”? La flauta es el hombre, la persona creadora de
símbolos, también dice “el hombre liberado al crear la flauta como imitación
del pájaro-libro”. Concretando, porque
el tiempo abrevia, “La decadencia de la flauta” es la decadencia del hombre por
la continuidad del romanticismo liberal y revolucionario y la perdida de
Cristo, o la perdida de la fe en Cristo o lo que es lo mismo los principios de
la religión católica. Porque habían
perdido el inmutable orden de Dios.
¿Cual es el significado de romanticismo? Es un movimiento
revolucionario suyo lema es la libertad. Hubo dos corrientes: el tradicional y
el revolucionario liberal.
¿Qué significa revolución? Suena peyorativo. Es el cambio radical en el orden
social, político, económico y moral. En cuanto pedimos cambios ya somos
revolucionarios.
¿Qué significa liberal o liberalismo? Doctrina política que aspira a garantizar las libertades individuales, la
libre empresa, se opone a la forma de gobernar del despotismo y el absolutismo
de los monarcas del Antiguo Régimen. Proclama los principios de la república.
¿Qué significa republica? Significa gobierno
democrático cuya soberanía depende del pueblo. Va más allá de un gobierno sin
rey, sino el gobierno de la Ley, sometida a los preceptos de una Constitución o
Carta Magna de las libertades. Donde todos lo cargos, incluso el Jefe de la Repúbica, todos son electos.
¿Qué es la Constitución? Es el contrato social que la soberanía del pueblo, los ciudadanos,
firmamos a través de nuestro voto para que se respeten las Leyes (Derechos
Fundamentales; división de poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial; la
libertad, la igualdad y el Estado de derecho) en ella prescritas. Se impuso a través de la evolución
pensamiento liberal contra el despotismo, la tiranía, el absolutismo, y por
entre contra la corrupción.
2).-¿Qué
significa “El reinado de los fantasmas”? El demonio es el príncipe de los fantasmas. De aquí
deducimos que los fantasmas son los hombres irracionales sometidos a las
pasiones que carecen de libertad espiritual, léase religiosa.
Además del periodo de romanticismo
liberal, se prolonga en el tiempo histórico, volvemos al contexto en que vivió Sijé, el de la II República democrática de los
trabajadores, en la Constitución
aprobada el 9 de diciembre de 1931 querían modernizar España con una Constitución
muy avanzada, cambios muy radicales que no fueron aceptados. El artículo 3º dice “El Estado español no tiene
religión oficial”, que se desarrollará en el polémico artículo 26 que provocó
al dimisión del presidente el Gobierno Provisional Aniceto Alcalá-Zamora. Con la proclamación de la Segunda República
Española, el nuevo orden constitucional
debía amparar la libertad de conciencia y desarrollar
un proceso de secularización que permitiera superar la
tradicional identificación entre el Estado y la Iglesia Católica, uno de los elementos clave de
legitimación de la monarquía (hereditaria con origen en el poder divino).
"Los republicanos anunciaron su determinación de crear un sistema de
escuelas laicas,
introducir el divorcio,
secularizar los cementerios y los hospitales
y reducir en gran medida, si no eliminar, el número de órdenes religiosas establecidas en España,
reducción drástica del Ejército, reforma agrcia…". Y le sustituyó Manuel Azaña y unos de los
intelectuales más
preclaros y avanzados de España, dijo “España ya no es católica”. (Os
recomiendo ver un vídeo en You Tube de Dolores
Rivas Cheriff, esposa de Añaza y hermana de Cipriano, el director teatral
que estuvo en Rusia con Miguel Hernández en el V festival de Teatro).
La quema de conventos e iglesias fue en mayo
de 1931, antes de la firma de la Constitución. Sobre todo cometidos por anarquistas de la CNT, para presionar la
Gobierno Provisional en el anticlericismo.
Hechos que habían indignado, evidentemente a
los católicos a Iglesia. En Orihuela cerraron el Colegio de Santo Domingo,
expulsaron a los jesuitas en 1932 y abrieron un Instituto Nacional de Enseñanza
Media y en la Guerra Civil una Academia de Carabineros, y a Sijé, por supuesto, católico romano y
además panteísta, filosofía que identifica al universo y a la naturaleza con
Dios creador.
Sijé
defendía la teocracia, y la monarquía-católica porque suponía paz y
tranquilidad. Aunque se dice que estaba afiliado al Partido Radical de Emilio
Costa, de derechas.
3).-¿Qué es romanticismo
histórico? Sijé distingues dos tipos de romanticismo: el eterno (los romances, Siglo de Oro, Garcilaso,
neoclasicismo y el Barroco) –el inmutable orden de Dios- y el romanticismo histórico o tradicional, él lo sitúa entre (1830 y
Bécquer, muerto en 1870). Comienza con Hernani,
la obra de Víctor Hugo. Sin apreciar que
el romanticismo, que significa revolución, sed de libertad, tuvo dos corrientes: el romanticismo tradicional
y romanticismo revolucionario o liberal. Tiene influencia de los pensadores de La Ilustración, S. XVII, Siglo de las Luces,
S. XVIII la razón humana puede combatir la ignorancia, que le sumía en el abuso
de las monarquías con su despotismo ilustrado, absolutismo, propio del Antiguo
Régimen, que finaliza en Francia con la revolución francesa de 1789, cuyo
destacado precursor son las idea del “El contrato social” del ginebrino
Rousseau, y que a su vez desemboca la primera constitución, la libertad y la
igualdad, y la justicia, sin privilegios para la oligarquía.
El
Romanticismo tradicional que tras la guerra de Independencia de (1808-1814)
derrota y expulsión de los franceses (España afrancesada), y el advenimiento
del absolutismo de Fernando VII. Los súbditos partidarios de la monarquía
tradicional (la monarquía subordinada a las leyes divinas) quieren volver a
recuperar los valores nacionales representados en la Iglesia y la monarquía borbónica,
pero con la variante de la Constitución de Cádiz de 1812, de 19 de marzo día de
San José, era una monarquía constitucional. Establecía la soberanía Nacional en
todos los territorios coloniales de España en el Mundo. Y qué
significa la Constitución o Carta Magna de las libertades, el contrato social
que vota el pueblo, la soberanía popular para controlar al Estado, al Poder se
ajuste a sus preceptos y proteja los derechos, libertades de los ciudadanos
convivencia posible por los mecanismos el Estado de Derecho. Y esto fue uno de
los principios constitucionales que
abolió Fernando VII, al llegar del exilio a Valencia el 4 de mayo de 1814, el
mismo día que regresó del exilio. (Ya que toda Constitución es el clavo del
Poder, que se niega cumplir y respetar, como hoy día).
La
corriente del romanticismo revolucionario o liberal se apoyaba en la
Constitución de Cádiz, división de poderes, todo los hombres son iguales ante
la Ley, más libertad de expresión, de imprenta, libertad de circulación, de
pensamiento, libertades civiles, de aquí que el siglo XIX fue tan convulso, con
las guerra carlistas, convergiendo estos pensamientos aperturistas de libertad
civil en el fracaso de la I República, y 70 años después en la II República que
lo que quería era dar más derechos civiles, educación laica y libertades
ciudadanas, y separación Iglesia-Estado.
Comiza Sijé su libro hablando del
El Werther, de 1774,
de Goethe, uno de las novelas precursoras del romanticismo. En cambio,
Sijé,
no comenta nada de “El contrato de
Social” de
1762, de ginebrino Rousseau,
que es precursor del romanticismo revolucionario (cambio radical en el orden
social, económico y moral), donde se proclama
todos los hombres nacen libres e iguales por naturaleza. El
individuo dentro de la sociedad y reclama un estado de derecho para convivir:
UNA Carta Magna o Constitución. Fue uno de los muchos incitadores de la
Revolución francesa 1789 por sus ideas
políticas y del romanticismo como revolución o libertada. Y unos de sus
principios
“cuanto más crece el Estado
más disminuye la Libertad”.
Es reconocido por los intelectuales y
filósofos el retraso que la Iglesia
católica mantuvo a España, porque la enseñanza estaba bajo su control, y
siempre ha querido controlarla. Aquí en la Orihuela levítica, hablar contra la
Iglesia suena a pecado. Ella siempre está en contra de todo avance científico,
cultural novedoso, renovación. Porque defienden, por lógica el PANTEISMO, -Dios
creador del Universo, cielo y tierra- y se olvidan de la evolución de Darwin,
de los dinosaurios y de fósiles de miles de años. Es decir lo suyo es pastorear
alma y vender el Reino de los Cielos, que no sabemos donde está, desde un punto
de vista racional y lógico. Un asunto es Dios, y otra el Dios de las Escrituras,
el de la Iglesia, y el folklore festivo-turístico de la Semana Santa, Navidad y
Reyes, u otras fiestas de guardar…
Por Ramón Fernández Palmeral
Mesa redonda Curso de Verano “Ramón Sijé y Miguel Hernández compañeros
del alma”.
Aula 2.4 de las Salesas. Universidad Miguel Hernández de Orihuela