Breve reseña bibliográfic:
Miguel Ángel Gómez fue un escritor argentino del siglo XX que, aunque lamentablemente no es muy recordado, supo dejar una poesía auténtica y delicada.
Nació en la ciudad de Buenos Aires a finales de diciembre del año 1911. Fue un autor dedicado fundamentalmente a la poesía.
Además colaboró con diversos medios dedicados exclusivamente a las
letras como lo fue la revista Caballo verde para la poesía, dirigida por
el poeta chileno Pablo Neruda.
En su juventud supo entablar amistad con poetas de tamaño renombre, como lo fue Miguel Hernández,
con quien se hicieron muy amigos y mantuvieron una larga amistad por
correspondencia. A su vez, Gómez fue uno de los fundadores del grupo
Canto, donde conoció a muchos compatriotas suyos que cultivaban la
poesía, como Olga Orozco, Castiñeira de Dios, Basilio Uribe y Enrique Molina.
Entre sus obras más importantes se destacan "La rosa sobre los vientos", "Tierra melancólica" y "Aurora". En nuestra web podrás leer algunos de sus poemas, tales como "País del llano", "Escucha que es la niebla" y "Vengo de un pueblo anónimo".
De su muerte no se sabe demasiado, tan sólo que fue asesinado de una forma inexplicable en Buenos Aires en el año 1959.
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Año III, n" 4,1995, páf^. 73-75. Epístola recogida Integramente en Juan Gil-Albert, fuentes de una constancia, de Aitor L. Larrabide, Orihuela, Fundación Cultural Miguel Hernández, 2005, págs. 32-33. El contenido de la carta referido a Tuflón es el siguiente:
"He pasado cerca de un mes en mi pueblo -Orihuela- con mi novia y ahora me encuentro aquí un poco desesperanzado como tantas veces. Se me presentan los días que espero bastante oscuros y Madrid me tiene harto por ahora. Es posible que me veas aparecer de pronto por tu Buenos Aires y es posible que no me vaya nunca. Me daría una alegría inmensa saber que las gestiones de Tuñón, de los que espero directas desde una carta vieja mía, acaben favorablemente para mí y entonces creo que se despejarían algunos horizontes y pasaría a donde sé que me esperáis varios amigos de verdad Di a Tuñón que les mandé mi libro por Pablo y que supongo lo habrán recibido. He sabido de algún homenaje a Raúl, de lecturas suyas. Echo muy de menos su compañía y la de Amparitos [sic], que siempre me guardaba una sonrisa, la mejor, para mí [ ]. Supe nuevamente de los Tuñón por Detía, y estoy siempre muy agradecido a sus diligencias para conseguir estrenar mi obra. Luis La Casa [sic] lo recuerda mucho también, y el gran Alberto, que ha hecho una exposición monstruo y sólo ha provocado indiferencias o leves comentarios, Pablo y yo hemos escrito sobre tan enorme escultor. Lo de Pablo ha salido en El Sol, y volverá a salir, y lo mío, una cosa de Alberti, y otra de Bergantín, en un número de Cruz y Raya con reproducciones de las esculturas de Alberto».
EL COMPROMISO MILITANTE DE MIGUEL HERNANDEZ ENTRE 1935 Y 1939 ) 191
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Miguel Ángel Gómez, un poeta que vuelve del olvido
- Por
El sábado 5 de octubre, en la sala "Enrique Tubán" de "Los Pioneros", la Biblioteca Pública Popular "Edgar Morisoli" organizó un acto de recordación y homenaje al poeta Miguel Ángel Gómez, como parte del ciclo "De poetas y poesía".
Publicada en noviembre de 2013
Su presidente, José Higinio Álvarez, hizo referencia al ciclo y dio lectura a un emotivo mensaje de Sergio Rafael Gómez Sordi, hijo del poeta, quien saludó y agradeció el homenaje. En la disertación y lectura de poemas participaron la artista Hilda Alvarado y los escritores Myriam Lucero, Emilia Moroni, Eugenio Conchez, Armando Lagarejo y Edgar Morisoli.
¿Pero quién fue este poeta que vuelve del olvido? Nació en Buenos Aires en 1911 aunque se crió en General Pico y especialmente en Anguil, acompañando el destino de sus padres docentes. Entre sus maestras se contaron Lucía Petrelli de Pereyra Cabral (Gral. Pico), con quien mantuvo luego una larga correspondencia, y la Sra. De Médici en Anguil. En Capital Federal, se graduó de maestro normal y de abogado, profesión que ejerció hasta su trágica muerte.
Si bien en La Pampa vivió sólo su infancia, el ámbito físico y humano de la llanura del Noreste provincial (uno de los rostros de nuestra tierra que pese a abarcar sólo un cuarto de su territorio es el más conocido para la mayoría de los argentinos), caló tan hondo en su formación espiritual que luego se transformaría en uno de los ejes de su obra poética. Esta circunstancia muestra un notable paralelismo con el caso de Olga Orozco, primera esposa de Miguel Ángel Gómez.
En su corta vida (murió asesinado antes de cumplir los 50 años), alcanzó a publicar cuatro libros “La rosa sobre los vientos"(1934);"Amora"(1941); "Tierra melancólica"(1943) que mereciera el Primer Premio Municipal de Poesía de Buenos Aires; y "Cancionero"(1953). En nuestro medio, se han ocupado de su obra los tres títulos clásicos que historian la literatura pampeana: "Plumas y Pinceles de la Pampa" de Rosa Blanca G. de Morán, "Estudios de literatura pampeana" de Teresa Girbal y "Selección de textos de autores pampeanos" de Doris Gonzalo y Norma Durango.
Perteneció a la "Generación del 40", que tantos excelentes poetas diera a las letras argentinas, donde se lo identifica como integrante de la revista "Canto", que fundara junto a otros creadores en 1940. En España se vinculó con Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Miguel Hernández, entre otros. Con el último, especialmente, mantuvo una valiosa correspondencia que custodian los familiares del poeta.
En virtud de esos contactos colaboró con prestigiosas revistas como "Caballo verde para la Poesía", fundada y dirigida por Pablo Neruda (en cuyo número 4, el último distribuido, publicó su poema "Costa mortal"); "Cuadernos Americanos", de México, “Capítulo" y otras. Igualmente lo hizo en diarios como La Nación, La Prensa (cuando el suplemento literario estuvo a cargo de César Tiempo), Tribuna, Democracia, etc. En ellas figuran muchos poemas no recogidos en libro, en particular algunos de índole religiosa y política, como el soneto "Dolor del pueblo en la muerte de Eva Perón", que fuera trasmitido en copias manuscritas, de mano en mano como especie de "contraseña" en tiempos de resistencia política durante la dictadura. Esa producción dispersa requerirá, si alguna vez se emprende el rescate y reedición integral de su obra, un prolijo rastreo que incluya archivos familiares y periodísticos.
Murió asesinado en 1959, sus asesinos no fueron nunca identificados y el crimen permanece inmune. El cadáver apareció en un descampado del Bajo Belgrano, con los parietales hundidos a golpes por un hierro y la boca llena de piedras. Su hijo vincula el crimen a la denuncia pública que proyectaba hacer por Radio Rivadavia, de un intento de estafa en gran escala con planes inmobiliarios, al que se encontraban vinculadas algunas figuras de la política y de la jerarquía confesional. Su compromiso ético con la verdad lo impulsó a decidir la denuncia que no llegó a concretar.
Sus libros son inencontrables en librerías, pues las ediciones originales de corto tiraje se agotaron hace muchos años y no ha habido ninguna reedición. Tampoco se encuentran en nuestras bibliotecas públicas, con la excepción de algunos que posee la Casa Museo "Olga Orozco" de Toay. Por esas razones, el grupo de trabajadores de la cultura que ofreció el homenaje entregará copia de todo el material recopilado a la Biblioteca Pública auspiciante para que allí pueda ser consultado.