Elogio de la alpargata. Un presidente en espadeñas
La alpargata, las abarcas desiertas de Miguel Hernández, las esparteñas castellanas o espardenyas catalanas, el esparto, el cáñamo o el yute, todas esas fibras textiles naturales a la reconquista de mercados y conciencias, pueden ser hoy, y afortunadamente, un signo de distinción, una manera informal de bien calzar. Tan es así que, a veces y acompañadas de la firma de grandes diseñadores, cotizan a unos precios al alcance de muy pocos. No siempre fue así, bien que lo sabemos. Más bien justo al contrario. Eran todas ellas símbolos precarios y calzado de sumisión, de pobreza, de derrota, de futuro en manos de otros. Es esta una realidad de contraste que es fácil de ver, de entender, pero que a algunos sospechosamente tanto les cuesta comprender...
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