Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

jueves, 13 de septiembre de 2018

EL MUCHACHO DRAMATURGO -VIRGILIO SOLER, por Gaspar Peral Baeza



EL MUCHACHO DRAMATURGO -VIRGILIO  SOLER- QUE COMPARTIÓ PÁGINA CON EL CABRERO POETA -MIGUEL HERNÁNDEZ-.

 Por Gaspar Peral Baeza


   En la revista semanal madrileña ESTAMPA, año V, nº 215,  del sábado 20 de febrero de 1932, se publicó un reportaje titulado “Dos jóvenes escritores levantinos: el cabrero poeta y el muchacho dramaturgo”. Su autor lo firmaba con las iniciales F.M.C.,  que pertenecían al redactor de dicho semanario F. Martínez  Corbalán. 
   El cabrero poeta entrevistado era Miguel Hernández. El muchacho dramaturgo del que se hacía una semblanza era Virgilio Soler Pérez.
   El renombre universal que con posterioridad  alcanzó el poeta orcelitano  provocó que tal reportaje  -que ocupaba toda una página- haya venido apareciendo, regularmente, en gran parte de los trabajos que se han dedicado a estudiar su vida y su obra, siendo  sólo citado, trascrito en parte o reproduciéndose, incluso, la página entera. Y, por tanto, acompañando al nombre de Miguel Hernández se cita, a menudo, también,  el nombre del otro joven escritor, el muchacho dramaturgo, Virgilio Soler, del que apenas se conoce  el desenlace de su precoz empeño teatral ni cualquier otra vicisitud literaria o personal.
   En la revista madrileña, su redactor entrevista al pastor poeta, quien responde a sus preguntas, y figura la conocida y extraña fotografía, firmada por Llompart, de Miguel con gabán, chaqueta, corbata mal ajustada y zapatos, sosteniendo en su mano izquierda la carpeta de sus poemas, además de otra del poeta en la huerta oriholana [sic] rodeado de su rebaño, sin firma. Pero del muchacho dramaturgo sólo aporta datos de su personalidad y del estreno de dos de sus obras (aunque sin dar los títulos de las mismas ni otros detalles) y sin que  le formule cuestión alguna, por lo que parece que el redactor se limita a transmitir una información que le ha sido facilitada y a reproducir la foto, sin firma, del joven autor teatral que le han proporcionado (cabeza, cuello, hombros, y jersey oscuro sobre el que se destaca el amplio cuello blanco de la camisa).
   Los datos que se ofrecen de Virgilio Soler Pérez  en ESTAMPA son los siguientes: autor de comedias más o menos astracanescas y en verso; que tiene quince años; que ha estrenado dos comedias, con éxito, en su tierra natal, que es Alicante, y que tiene escritas cuatro más; que le premiaron un cuento en un concurso de un diario madrileño, siendo, pues, su primer éxito literario; que, desgraciadamente, padece de paraplejia, lo que le impide salir con la frecuencia deseada de su cuarto de estudio y trabajo, por lo que sólo ha podido presenciar cinco o seis representaciones teatrales, y, con esta experiencia, nada profunda, le ha bastado para escribir, con soltura y gracia, dos comedias en verso, que han sido calurosamente aplaudidas por el público.
   Nada más se refleja en esta nota informativa sobre la vida y obra de Virgilio Soler Pérez.
   En los biógrafos de Miguel Hernández solamente he encontrado en uno de ellos, con referencia a Virgilio Soler, algo más que una simple cita. Concretamente: en el libro Yo, Miguel, de Francisco Martínez Marín (Editorial Félix, Orihuela, 1972, p. 67) se insinúa, a propósito del primer viaje de Miguel a Madrid, que “En el andén, una gran multitud espera. Miguel, solo o con un amigo de viaje -tal vez, Virgilio Soler Pérez- su compañero de la entrevista de “Estampa” del 20 de febrero, 1932, de Alicante- coge su maleta y se adentra...”.No resulta verosímil esa amistad de viaje entre ambos jóvenes: por las circunstancias personales de uno (paraplejia) y  por el silencio del otro sobre tan peculiar acompañante en las cartas que remitía a sus amigos de Orihuela tras su llegada a Madrid ni, tampoco,  en las de dos meses después, cuando apareció el reportaje.
   En otros estudios distintos a los relacionados con Miguel Hernández solamente encontré, hace ya algún tiempo,  referencias a Virgilio Soler en el libro Alicante, 1931, de Fernando Gil, Francisco Aldeguer, Raúl Álvarez y Miguel Martínez-Mena (Alicante, 1981), donde en la parte que firma este último se dice que estrenó “En el Salón España, el 9 de diciembre, Virgilio Soler (hijo), en valenciano, No es aixó lo que vull yo”, que, como se verá, es una cita incorrecta en la fecha y en el título de la obra.                       Más recientemente he vuelto a encontrarme con noticias sobre el joven autor en tres libros dedicados al arte escénico en Alicante, escritos por Jaume Lloret i Esquerdo, El teatre a Alacant. 1833-1936 (Valencia, Consell Valencia de Cultura, 1997, pp. 266-267), Cent anys de teatre valencià a Alacant (1854-1962) (Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, 1999, p. 243) y  Personajes de la escena alicantina (Alicante, Patronato Municipal de Cultura, Ayuntamiento de Alicante, 2002, p. 184), en los que, sin mencionar el segundo apellido del joven, que “sembla ser alacantí”, y sin hacer referencia alguna al reportaje de la revista madrileña ESTAMPA y a Miguel Hernández, se  da cuenta que con catorce años el 8 de marzo de 1931 estrenó su primera comedia, en valenciano, en el “Salón España”, S’ha perdut el foraster y que el 20 de diciembre de ese mismo año, 1931, puso en escena también en el “Salón España”, otro sainete, No es aixó lo que yo vullc, y que se publicaron en la revista  de Ediciones Carceller, Valencia, “Nostre Teatro” nº 49 y nº 81, en 1931 y 1932, respectivamente, donde explica su deseo de contribuir al progreso de la región y del teatro valenciano, siendo el argumento de estas obras muy sencillo, que sólo persigue poder intercalar situaciones cómicas y diálogos plagados de chistes, muchas veces cogidos por los pelos. En nota, añade Lloret i Esquerdo en Cent anys..., que  sabe que escribió una poesía a la “Bellesa del Foc” publicada en el diario EL LUCHADOR el 24 de abril de 1934.
   Por mi parte, he de señalar que en la portada de los dos números de “Nostre Teatro” aparece idéntica fotografía de Virgilio Soler, la misma que salió en ESTAMPA, pero recortada, ya que sólo figura la cabeza del joven autor. Aclaro que el título correcto de su primera comedia lleva signos de admiración (¡S´ha perdut el foraster!), escrita en valenciano, en un acto y en verso, estando firmada por Virgilio Soler (Hijo). Fue estrenada en el lugar y fecha arriba citados por la Compañía de Paco Hernández y Ángel Mas con la primera actriz Lolita Millá. En las páginas iniciales de su texto editado se hace constar lo siguiente, una vez traducido: “La presente comedia que publica “NOSTRE TEATRO” es la primera que escribe el joven autor novel, Virgilio Soler, natural de Alicante, nuestra provincia hermana. Virgilio Soler cuenta 14 años de edad y eso es  suficiente para apreciar sus notables condiciones de autor que esperamos sabrá aprovechar para hacer una labor teatral progresiva dando sin tardanza una obra definitiva que le consagre”. Asimismo, en ellas,  se le hace una pregunta acerca de cuál sea su propósito al escribir esta obra y responde  que  “...em proposi seguir l’eixemple d’alguns autors moderns, posantli una pinsellá de superrealisme, per a vore d’introduir este nou chénero en lo teatro valensiá, en el meu desix de contribuir al progrés de la regió”. La dedicatoria dice así: “A mon pare vollgut, en un apretat abrás, per ser ma primera comedia, en proba del entrañable cariño de son fill. VIRGILIN”. En la crítica del estreno aparecida en el diario EL LUCHADOR de 9 de marzo  de 1931, sin firma, leemos que el joven autor “Airoso ha salido en esta primera prueba, y, siguiendo esa afición, lo que le aconsejamos, le afianzará en esa noble modalidad de teatro regional, porque ello sirve para ensalzar la patria chica. El diálogo bien llevado y vivo demuestra que Virgilio Soler puede conseguir éxitos más destacados”.
   En cuanto a su segunda pieza teatral (No es aixó lo que yo vullc) he de aclarar que la denomina comedia – y no sainete-, en un acto y escrita en prosa –y no en verso-. Firmada por Virgili Soler (fill). Estrenada, con gran éxito, en la fecha y escenario antes mencionados, por la Compañía de Ángel Mas y Manolo Álvarez. También se le hace por el editor una pregunta al autor sobre su propósito al escribir esta obra  y éste responde que  “...fou escríurela-que ya es prou ferla un poquet millor que l’anterior, per lo manco sense tantes faltes; y, per últim, que fora del agrado del públic, per a que este, al vórela representar pase el rato lo millor posible. A asó se reduixen les meues aspirasións; sols me falta saber si hu he conseguit. El públic dirá...”. La obra está dedicada  así: “A mon chermá idolatrat.Yas, ahí tens esta comedia. Poc val, pero es una obreta de ton gust y perqué no dedicártela? Prenla, qu’en ella va tot l’inmens cariño de VIRGILI”. En la crítica del diario EL LUCHADOR, 21 diciembre 1931, además de decir que la comedia “agradó algo al público que la aplaudió en varios pasajes de la misma” y que “todas las partes que integran la compañía, se lucieron en sus papeles” se reseña la anécdota luctuosa de que “El conocido actor Antulio Sanjuán no pudo trabajar debido al fallecimiento de su madre acaecido en este día, habiéndose notado su falta”.
   Agradezco a don César Moreno, Director de la Biblioteca Pública Fernando de Loazes, de Orihuela, sus indicaciones acerca de Virgilio Soler y los  fondos que sobre el mismo se conservan en dicha Biblioteca, a los que he tenido acceso: los dos textos teatrales editados y unos folios mecanoescritos, sin numerar, donde se recogen un conjunto de poesías, tanto en valenciano como en castellano, fechadas unas en Alicante (o Alacant), otras en Litero (topónimo que supongo se trata del barranco del pueblo alicantino de Benigembla), y las dos últimas sin fecha ni lugar, en los años que van de 1932 a 1935, y sin firma, aunque no cabe duda alguna acerca de su autoría, ya que  en una  de ellas (la titulada “Nit sanjuanera”, fechada el 17 maig 1932) se hace constar que fue “Publicada en  EL TIO CUC d’Alacant, el 18 de Juny de 1932”, y otra (la que lleva por título  “La Bellea del Fòc”, en dos partes ,‘Preludi’ y ‘A la Bellea del Fòc’, fechada el 22 abril 1934), se publicó, firmada por VIRGILI SOLER (fill), en el diario EL LUCHADOR dos días después.
   Estos folios, apaisados, llaman la atención por el  exquisito cuidado, la destreza y el gusto que tuvo el mecanógrafo que pasó a limpio los poemas. Con las letras y demás signos de la máquina de escribir realizó una serie de dibujos, cenefas y otros alardes,   que son un verdadero primor. Es de suponer que el mecanógrafo-artista fue, asimismo, el adolescente autor teatral y poeta.
   Las composiciones poéticas incluidas en los sesenta y tres folios mecanoescritos son inéditas, que se sepa, salvo las dos citadas antes. Llevan los siguientes títulos: “Pregaria a la Verge de la Soletat”, “Nit sanjuanera”, “Amad a los niños”, “Poesía”, “Al Hércules”, “Fogueres...”, “La Bellea del Fòc”, “La rialla”, “Fòc y carn”, “¿¡Felicidades!?”, “A...” y “Pasodoble”. La dedicada al equipo de fútbol alicantino, un soneto, fechada en Alicante el 28 de enero de 1933, creo que la compuso con motivo de que el  “Hércules F.C.” quedó campeón del Sexto Grupo de la Tercera División.
   He respetado la ortografía de los originales de Virgilio Soler. La normalización del valenciano todavía no había comenzado.
   Confío en que alguien se interese por seguir investigando sobre aquel joven, casi un niño, dramaturgo y poeta, que sigue siendo un desconocido, Virgilio Soler Pérez,  y que en febrero de 1932 apareció ante los lectores españoles compartiendo toda una página del semanario madrileño ESTAMPA con otro joven poeta, Miguel Hernández,  pastor de cabras, que  sí alcanzó, al correr del tiempo, proyección universal  con su obra poética y dramatúrgica, de desgraciada vida  y  muerte temprana y trágica.
    
                        
                                                       Gaspar Peral Baeza – Alicante, marzo 2005