Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

martes, 31 de octubre de 2017

Los diez poemas imprescindibles de Miguel Hernández, según Lara Gómez Ruiz. La Vanguardia

Los diez poemas imprescindibles de Miguel Hernández

  • Repaso de la vida y obra del poeta, uno de los principales referentes de la cultura española

Los diez poemas imprescindibles de Miguel Hernández
El poeta de Orihuela Miguel Hernández (LVD)




Quien lo conoció destacaba su gentileza y su arte innato para expresar el máximo con las mínimas palabras. Hablamos de Miguel Hernández, uno de los poetas y dramaturgos de mayor relevancia que ha tenido la cultura española. Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36, el poeta mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como “genial epígono” de la generación del 27.
Hernández tuvo que abandonar el país tras tomar parte activa de la Guerra Civil. Por desgracia fue descubierto en la frontera con Portugal, donde fue detenido y sentenciado a muerte. Su condena fue conmutada por una pena de 30 años de prisión, pero jamás llegó a cumplirla ya que la tuberculosis acabó con el artista el 28 de marzo de 1942.
Este sábado se cumplen 75 años de la muerte del poeta, y por ello, hacemos un repaso de su vida y obra, con 10 de sus imprescindibles poemas centrados en un estilo que se denominó ‘poesía de guerra’ y del que es uno de los principales referentes.
Cancionero y romancero de ausencias
Por las calles voy dejando, algo que voy recogiendo: pedazos de vida mía, venidos desde muy lejos. Voy alado a la agonía, arrastrándome me veo, en el umbral, en el fundo, latente de nacimiento.
Llamo a la juventud
Sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florecen. Cuerpos que nacen vencidos, vencidos y grises mueren: vienen con la edad de un siglo, y son viejos cuando vienen.
Canción última
Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias. Regresará del llanto adonde fue llevada con su desierta mesa, con su ruinosa cama.
Florecerán los besos sobre las almohadas. Y en torno de los cuerpos elevará la sábana su intensa enredadera nocturna, perfumada. El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave. Dejadme la esperanza.
Tristes guerras
Tristes guerras, si no es amor la empresa. Tristes, tristes.
Tristes armas, si no son las palabras. Tristes, tristes.
Tristes hombres, si no mueren de amores. Tristes, tristes.
Jornaleros
Jornaleros que habéis cobrado en plomo sufrimientos, trabajos y dineros. Cuerpos de sometido y alto lomo: jornaleros.
Españoles que España habéis ganado labrándola entre lluvias y entre soles. Rabadanes del hambre y del arado: españoles.
Esta España que, nunca satisfecha de malograr la flor de la cizaña, de una cosecha pasa a otra cosecha: esta España.
El rayo que no cesa
¿No cesará este rayo que me habita el corazón de exasperadas fieras y de fraguas coléricas y herreras donde el metal más fresco se marchita?
¿No cesará esta terca estalactita de cultivar sus duras cabelleras como espadas y rígidas hogueras hacia mi corazón que muge y grita?
Vientos del pueblo me llevan
Si me muero, que me muera con la cabeza muy alta. Muerto y veinte veces muerto, la boca contra la grama, tendré apretados los dientes y decidida la barba. Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas.
Las manos
Dos especies de manos se enfrentan en la vida, brotan del corazón, irrumpen por los brazos, saltan, y desembocan sobre la luz herida a golpes, a zarpazos.
La mano es la herramienta del alma, su mensaje, y el cuerpo tiene en ella su rama combatiente. Alzad, moved las manos en un gran oleaje, hombres de mi simiente.
Escribí en el arenal
Escribí en el arenal los tres nombres de la vida: vida, muerte, amor.
Una ráfaga de mar, tantas claras veces ida, vino y los borró.
Sentado sobre los muertos
Sentado sobre los muertos que se han callado en dos meses, beso zapatos vacíos y empuño rabiosamente la mano del corazón y el alma que lo mantiene.
Que mi voz suba a los montes y baje a la tierra y truene, eso pide mi garganta desde ahora y desde siempre.

lunes, 30 de octubre de 2017

Hoy se cumplen los 107 años del nacimiento de Miguel Hernández



1.- MIGUEL HÉRNADEZ (Infancia y Juventud)

Miguel Hernández Gilabert nació a las seis de la mañana del domingo 30 de octubre de 1910 en la calle San Juan, números 72, 80 u 82, de Orihuela, según varios biógrafos, frente al convento de San Juan de la Penitencia de las Clarisa. En una fotografía de Manuel Muñoz Hidalgo aparece su casa con el número 80. María de Gracia Ifach dice que era el número 82. Con los años el número de la casa natal ha ido cambiando. En la partida de nacimiento no se nombra el número de la casa, conocemos la casa pero no el número que tenía en 1910, lo cual tampoco tiene gran importancia, pues la casa natal está localizada y rehabilitada.  Fue inscrito en el Registro Civil en la Sección 1ª, Tomo 60, folio 188.  Esta calle pasó a tomar el nombre del falangista Antonio Piniés (de segundo apellido Roca de Togores, barón de la Linde); actualmente, en 2012 y por decisión de la corporación municipal la calle ha pasado a recuperar su antiguo nombre, el de San Juan de la Penitencia.
 El 3 de abril 2008, en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana se publicó la licitación de la rehabilitación de la casa natal, lo cual fue un gran logro de la Fundación Cultural Miguel Hernández. Actualmente la casa se encuentra rehabilitada, pero cerrada y sin ninguna función, pendiente de alguna partida presupuestaria que la convierta en un espacio interactivo, como continuación a la actual Casa-Museo. En la acera de enfrente hay otra casa natal abandonada que se debería recuperar para la cultura oriolana, se trata de la casa natal del poeta Carlos Fenoll Felices, nacido el 8 de agosto de 1912. En la misma calle y mismo años nació el filósofo Augusto Pescador Sarget, siendo compañeros en el Colegio de Santo Domingo, y se iniciaron durante los años de juventud en las inquietudes literarias y políticas.

Era  Miguel hijo de Miguel Hernández Sánchez de apodo «Visenterre», guarda jurado y tratante de ganado, nacido en Redován el 24 de octubre de 1878 en la antigua Travesía Mayor (Actual Calle Colón), falleció 26 de diciembre de 1952 (según investigaciones de Julio Calvet), a quien los negocios no le iban del todo mal, casado en segundas nupcias con  Concepción Gilabert Giner (Concheta) nacida en Orihuela en 1879, que falleció el 16 de diciembre de 1942. Se ocupaba de las tareas de la casa y del cuidado de sus hijos. Tres días después de nacer fue bautizado en la Parroquia de El Salvador con los nombres de Miguel-Domingo, por haber nacido un domingo, aunque otros dicen que el coadjutor se llamaba don Domingo Aparicio, y les ponía su nombre como segundo nombre a todos los  niños que bautizaba. 
 Fueron siete hermanos: Vicente (1906-1979), Elvira (1908-1994), Miguel, Concha, Josefina, Monse y Encarnación (1917-1993). Concha, Josefina y Monse fallecieron en la infancia.
 El apodo de la familia, como es de costumbre nombrar a las familias en los pueblos era el de los Visenterre, (los abuelos paternos se llamaban Vicente y Vicenta, y un tío, hermano del padre también  Vicente). Una familia no pobre, sino humilde y trabajadora, propietario de un rebaño de cabras, leche y cabritos de carne, además era quien comerciaba casi todo el ganado caprino de la Vega Baja que enviaba a su hermano Francisco, el Corro, en tren a Barcelona, que era donde vivía éste.  Al fallecer el Corro cambió la vida de Miguel, pues fue sacado del colegio de Santo Domingo el 25 de marzo  de 1925 donde estudiaba Bachiller.
 El abuelo materno, Antonio Gilabert Berná era tratante de caballos, posiblemente surtía de caballos a las plazas de toros para la suerte de varas, esta actividad de tratante de caballerías era propia de gitanos, a esta familia la conocían por el apodo de los Mansebos, de etnia gitana, es decir que nuestro poeta tenía más sangre gitana que el autor del Romancero gitano, que por el contrario, no tenía ninguna.
 El padre de Miguel, según José Luis Ferris Miguel Hernández. Proceso y muerte de un poeta, (2008, p. 28), tenía cierto capital y  era un hombre «duro y autoritario, tozudo y conservador, intransigente y de carácter fuerte, marcó siempre las distancias entre él y sus vástagos sin que le temblara el pulso». Mi parecer es que era un padre propio de su época, donde los hijos llaman a sus progenitores de usted, de origen labrador hecho así mismo por el trabajo, nacido en el último tercio del siglo XIX, tiempos confusos en la política y en la economía con mentalidad práctica de subsistencia.
                            
 Orihuela era una población de economía agrícola, industria del cáñamo y cría del gusano de seda, comercio local y sede de numerosas órdenes religiosas con 33 iglesias, bautizada literariamente como Oleza por Gabriel Miró. Pero antes se llamó Orcelis, Tudmir, Aurariola... Tierra de oro, que este es su verdadera etimología, aunque no consta que hubiera minas de oro, quizás más por el Pájaro Oriol (pájaro de oro con espada) que es símbolo de la ciudad. También es sede de “La Diablesa” un paso de Semana Santa que no puede entrar en la catedral. 
 Ciudad protegida de los fríos del Norte por la Sierra de La Muela (464,1 m, de altitud),  donde se alza una gigantesca cruz de hierro que desapareció durante la guerra civil y vuelta a levantar en 1942. Sobre un cerro de menor cota se encuentra el monte de San Miguel  los almorávides coronaron un castillo fortaleza, actualmente en ruinas, y en cuya falta se eleva el Seminario de San Miguel del siglo XVIII, por eso se dice popularmente que Orihuela es el demonio porque está a los pies de San Miguel. De la conquista de este castillo por los cristianos nació la leyenda, más que historia, de la heroína Hermenegilda-Eugenia, la Armengola, que se celebra cada 17 de julio,  de Moros y Cristianos.
   La situación política en España de 1910, era la siguiente: Reinado de Alfonso XIII. Presidente del Gobierno don José Canalejas y Méndez desde el 9 de febrero, hasta el gobierno provisional de don Manuel García Prieto el 12 de noviembre de 1912. El conflicto más importante era la guerra de Marruecos, en el verano de 1909, la movilización de reservistas provocó la Semana Trágica de Barcelona. En 1913 había sesenta y cinco mil soldados destinados en Marruecos, con considerables bajas del Ejército español. La política local hasta aproximadamente el año 1911  se dio una situación de dominio indiscutido de uno de los partidos turnantes: El Partido Liberal.

 Volviendo a la infancia de  Hernández, a los cuatro años se trasladó la familia a la calle Arriba, 73 (hoy calle Miguel Hernández donde se sitúa su Casa-Museo), en un altozano colindando con el monte en la parte de arriba de la ciudad, a espaldas de la capilla y colegio de Santo Domingo.  Hoy convertida en Casa-Museo  desde 1981, adquirida por el Ayuntamiento de Orihuela, podemos comprobar que tiene tres dormitorios, cocina, patio interior con pozo de agua, corral y huerta con higueras y limoneros.    De párvulo estuvo en Nuestra Señora de Monserrate. A los ocho años empieza a asistir a la escuela del Ave María, como alumno pobre,  bajo la tutela del seglar granadino don Ignacio Gutiérrez Tienda, que dependía también de los jesuitas. Iba al colegio y también ayudaba en cuidar el ganado junto a su hermano mayor Vicente, aprende a ordeñar y las particularidades de este; hoy día, al oficio de cabreros se llaman: empresarios caprinos.
Existe una foto de niño bien vestido en la portada de Breve biografía poética, de Miguel Hernández edición de José Luis Ferris, (F.C.M.H., 2000), que nos muestra a un niño regordete bien alimentado, con camisa de pañuelo y chaqueta,  una ropa que no estaba al alcance de una familia de cabreros o jornaleros pobres. Y las fotos eran casi como un artículo de lujo.

 El joven Miguel destacó en los estudios por su despierta inteligencia, llamó la atención de los jesuitas, y  como era  su costumbre seleccionar a los niños que creían idóneos para pertenecer  a la Compañía de Jesús,  con trece años le admitieron en el Colegio de Santo Domingo junto a los hijos de las clases acomodadas con una beca para que siguiera la carrera eclesiástica, donde estudió: Gramática, Aritmética, Geografía y Religión, aunque destacó en Gramática y Religión. A los dos años de haber ingresado en el Colegio, y próximo a cumplir los quince años de edad,  su padre lo necesitaba como jornalero al cuidado del rebaño familiar, y se puso a trabajar como pastor y repartidor de  la leche de casa en casa. No quería que estudiara. Si tenemos en cuenta la situación de los demás niños/jornaleros de su entorno social y rural Miguel fue un niño privilegiado,  porque fue a la escuela hasta los quince años, lo que supuso para él, además de su inteligencia innata, unos conocimientos que no estaban al alcance de cualquiera.

 Otras versiones aseguran que los jesuitas propusieron al padre ingresar a Miguel en dicha Orden de Jesús, y éste no quiso desprenderse de un hijo/jornalero que necesitaba para seguir en sus negocios ganaderos, puesto que  solamente tenía dos varones para las cabras,  ya que este no era oficio para  las mujeres.
 Don Miguel saca a su hijo del Colegio de Santo Domingo en marzo de 1925, lo que supuso para el joven una gran humillación, sobre todo cuando desde el monte veía a sus antiguos compañeros del Colegio de Santo Domingo. En esta época coincide con la muerte del tío Francisco, apodado Corro, en Barcelona con el que negociaba el envío de ganado por tren a Barcelona. Se ha desmentido por Ramón Pérez Álvarez que trabajara Miguel en la tienda de textiles El Globo, situado en los Hostales, hasta que un incendio destruyó el local, puesto que este incendio ocurrió el 9 de marzo de 1925, cuando todavía asistía al Colegio.


Ramón Fernández Palmeral

Autor del libro "Miguel Hernández, poeta del puebko en 40 artículos" de Venta en AMAZON







viernes, 27 de octubre de 2017

Exposición: Miguel Hernández en la cárcel de Alicante

El Archivo Histórico Provincial de Alicante reúne en una exposición por vez primera todos los expedientes carcelarios y judiciales de la represión sufrida por el poeta

27.10.2017 | 02:40
 
El vía crucis de Miguel Hernández
La muestra incluye documentos inéditos como el expediente abierto en Portugal con sus huellas.
«Cierra las puertas, echa la aldaba, carcelero. Ata duro a ese hombre: no le atarás el alma». Este verso de Las cárceles, de Miguel Hernández, junto a una de las fotos icónicas del oriolano saliendo del Ayuntamiento de València en la celebración del Congreso Internacional de Escritores e Intelectuales Antifascistas de 1937 –de Walter Reuter– da la bienvenida a la exposición inaugurada ayer en el Archivo Histórico Provincial de Alicante, que se podrá visitar hasta el 31 de enero.
Miguel Hernández y su entorno en la cárcel de Alicante. Un intento de silenciar la palabra reúne por primera vez todos los expedientes carcelarios, gubernativos y judiciales que acreditan la represión franquista sufrida por el poeta, en su mayoría de titularidad estatal albergados en el propio archivo alicantino, pero también del Archivo General de la Guerra Civil del Centro Documental de la Memoria Histórica (Salamanca), o de los archivos de Defensa e Interior.
Junto a ello se expone por primera vez en España el expediente policial abierto en Portugal tras ser detenido, donde se recogen las huellas dactilares del poeta y los oficios de su posterior extradición a España, como también se exhibe la ficha de ingreso en el Quinto Regimiento de Milicias Populares o el expediente del Consejo de Guerra en Orihuela, no vistos en Alicante.
El cometido de la muestra es «acercar al público el conocimiento de los principales documentos policiales y carcelarios que revelan las penalidades y el sufrimiento del poeta en sus últimos años y los avatares que sufrió en las cárceles», apuntó ayer el director general de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, Luis Lafuente, que confía en que en breve se sume a la muestra la correspondencia mantenida entre Miguel Hernández y Pablo Neruda durante ese tiempo.
Aunque el paso del poeta oriolano por prisión fue mucho y diverso –en Huelva, Madrid, Palencia, Ocaña– y pasó por dos consejos de guerra en Orihuela y Madrid, fue en el Reformatorio de Adultos de Alicante donde pasó casi dos años hasta su muerte en 1942. A su estancia allí y a su relación con otros intelectuales y artistas alicantinos en prisión se dedica una gran parte de la muestra, ya que compartió espacio con gente como Ricardo Fuente Alcocer –de quien se expone un retrato inédito realizado a Miguel Hernández, así como numerosas obras dedicadas al hijo del dibujante, Ricardo Fuente Caamaño, que asistió ayer a la inauguración–Gastón Castelló, Eusebio Oca, Miguel Abad, Miguel Signes o Melchor Aracil, entre otros .
El espacio recrea la casa de Miguel Hernández y muestra dos fotos de gran tamaño, de él y de Josefina y su hijo Miguelillo, cedidas. También se proyecta un documental con una entrevista a Josefina y el vínculo de Hernández con el cubano Pablo de la Torriente y la musicalización de algunos poemas por Silvio Rodríguez.
Carmen Amoraga, directora general de Cultura de la Generalitat, destacó la «parte personal» del poeta que se ve en la muestra y la directora del AHP, María del Olmo, incidió en la «parte humana» y en lo terrible que fue su estancia y la de sus compañeros en la prisión alicantina. La muestra está abierta a visitas de estudiantes;se prevé que pasen 10.000.

jueves, 26 de octubre de 2017

Exposición ‘Miguel Hernández en la cárcel de Alicante’ en el Archivo Historico Provincial



Exposición ‘Miguel Hernández en la cárcel de Alicante’ en el Archivo Historico Provincial
El jueves 26 de octubre el director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, Luis Lafuente, y la directora general de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana, Carmen Amoraga, inaugurarán la exposición ‘Miguel Hernández en la cárcel de Alicante: Un intento de silenciar la palabra’ en la sede del Archivo Histórico Provincial de Alicante, archivo de titularidad estatal que gestiona la Comunidad Autónoma. Está enmarcada en la conmemoración institucional del 2017 como Año Hernandiano con motivo del 75 aniversario de la muerte del poeta Miguel Hernández en el Reformatorio de Adultos de Alicante el 28 de marzo de 1942.
Por primera vez podrán contemplarse todos los expedientes carcelarios, gubernativos y de los tribunales que acreditan la represión sufrida por Miguel Hernández. Estos documentos son principalmente de titularidad estatal y se conservan en el Archivo Histórico Provincial de Alicante, en el Archivo General de la Guerra Civil del Centro Documental de la Memoria Histórica (Salamanca), en el Archivo General Militar del Ministerio de Defensa y en el Archivo del Ministerio del Interior.
La muestra también expondrá al público por primera vez en España el expediente policial abierto en Portugal tras su detención, donde se recogen las huellas dactilares del poeta y los oficios que documentan la detención y su posterior extradición a España. Esta documentación se conserva en el fondo de la PIDE del Arquivo Nacional da Torre do Tombo de Lisboa y su inclusión en la exposición ha sido resultado de la colaboración con la Direçao-Geral do Livro, dos Arquivos e das Bibliotecas de Portugal.
El Centro Documental de la Memoria Histórica y el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares han aportado fotografías y otros documentos de importancia como la ficha de ingreso en el Quinto Regimiento de Milicias Populares o su ficha del Registro-índice de la Población Reclusa.
La colaboración con el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau de La Habana permitirá contemplar el documental ‘Con Josefina Manresa en Orihuela’, entrevista realizada a la viuda del poeta por el cineasta Víctor Casaus en 1977, así como la musicalización e interpretación del poema ‘Elegía segunda’ por Silvio Rodríguez y de otros poemas de Miguel Hernández interpretados por destacados miembros de la denominada ‘Nueva Trova Cubana’.
También podrán verse en la exposición materiales propiedad de los familiares del poeta y de otros propietarios privados entre los que destaca el retrato del poeta de Ricardo Fuente Alcocer, catedrático de Dibujo del Instituto de Alicante y compañero suyo en la prisión alicantina.
Para recrear la vida cotidiana de los presos políticos en el Reformatorio de Adultos de Alicante y el ambiente carcelario de aquellos años, hijos y familiares de los presos han cedido importantes documentos pertenecientes a sus archivos personales, como los originales de obras artísticas que se realizaron en el Reformatorio de Adultos de Alicante.
Hasta el 8 de febrero
Lugar: Archivo Provincial de Alicante. C/Guillén de Castro, 3. Alicante



Inauguración: Fotos






lunes, 23 de octubre de 2017

Miguel Hernández, 75 años después. Miguel es el más popular de los peotas.


Octubre 22, 2017 - 11:40 p.m.
  Por: Víctor Diusabá Rojas. ElPaís. Opinión
 
“Las biografías son sólo la ropa y los botones del hombre, no se puede escribir la biografía del hombre mismo”. La definición de Mark Twain sirve para tomarse con cautela esos viajes que a ratos emprendemos a la vida de personajes.

He vuelto a recordar eso a propósito de los 75 años que se cumplen de la muerte de Miguel Hernández a manos de sus carceleros, aunque no faltará quien achaque las culpas a la tuberculosis. A Miguel, como a miles más, los asesinaron con la sevicia del hambre y el abandono, dieta de las mazmorras a donde los llevaron a terminar sus días de la peor manera.

Pero la historia que me ocupa es otra que ni siquiera se detiene más de una vez -esta misma- en las calidades del poeta, indiscutibles para todos en su tiempo y cada vez más apreciadas. Y lo que falta, porque acaban de aparecer versos suyos que andaban escondidos. Es así, no hay mayor engendro condenado al fracaso que la censura.

Por esas letras y por su lucha a favor de un mundo más justo, Miguel Hernández se proyectó -en vida y tras su última estación en la prisión de Alicante- como símbolo de generaciones. Un héroe íntegro que jamás dejó de ser el que fue, pese a que se quiso torcer la historia para poner su nombre a favor de causas diferentes a aquella con la que se casó para siempre en el 36 y que defendió en el mismo frente de batalla, la defensa de La República, una vez se dio el golpe que llevó a España a la Guerra Civil.

Por supuesto que no fue Miguel el último en ser objeto de manipulación, como tampoco el primero. Nada más provechoso para cualquier interés partidista que hacer propio el martirio de alguien.

Incluso, para ser justos, hubo sectores políticos cercanos a él que no tuvieron problema en seccionar su obra y hacer pública solo la que les interesaba. O tejer una innecesaria leyenda propagandística: la de ese pastor sin formación alguna que sacaba tiempo para hacer poesía inmortal. Claro que Miguel sí fue pastor, cómo no, pero como bien lo dijo muchas veces, “de las cabras de mi padre”, lo mismo que dijo a los de la generación del 27. Que no era su origen relativamente humilde el que debía tocarles el corazón para que lo admitieran como uno de ellos (a lo que siempre se negaron), sino que bastaba con lo que escribía y decía.

Por su lado, los franquistas se vieron obligados a inventar muchas mentiras en el fallido propósito de evitar que, tras el fusilamiento de Federico García Lorca, el mundo entero supiera que también eran capaces de matar a Miguel Hernández (bueno, y a Antonio Machado, aunque de otra manera).

Dijeron haberle “perdonado la ignorancia” de no respaldar a los golpistas. Luego, admitieron que si se le había castigado en exceso, no era fruto de la dureza del régimen sino de la ley. Y dejaron constancia de que si hubiera aguantado un poco más a que llegara la orden de internarlo en un hospital, quizás (solo quizás) se hubiera podido salvar.

Son 75 años de su partida, llevándose bajo la ropa, con los botones bien ajustados, esos dolores y muchos otros, incluidos el siempre abandono de su padre, que ni al entierro quiso ir, con la justificación de que su hijo se había buscado esa suerte que ahora le cobraba la vida. Y esa otra tronera abierta en su espíritu, fruto de la presión para convertirlo en creyente público con el fin de desmoralizar a quienes compartían con él ese suplicio de la prisión.

Una suma de pruebas a las que Miguel Hernández hizo frente, y de las que no debió arrepentirse ni en las últimas. Fiel a lo suyo: Tú, satisfecho. No te derrumbes. No sepas lo que pasa, ni lo que ocurre.

Sigue en Twitter @VictorDiusabaR

MIGUEL HERNANDEZ: LA OBRA COMPLETA. Jesuscrito Riquelme

MIGUEL HERNANDEZ: LA OBRA COMPLETA

 (En papel)

MIGUEL HERNANDEZ

, 2017
  • Nº de páginas: 1800 págs.
  • Encuadernación: Tela
  • Editorial: EDAF
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788441437784
  • 55.20 €
Edaf presenta la antología definitiva hasta la fecha de Miguel Hernández. En conmemoración del 75aniversario de su muerte, la editorial publica su obra completa ampliada, revisada y corregida. Pertenecientea la generación del 36, Miguel Hernández fue un joven poeta que emociona a jóvenes y mayores, un escritor defuste que humanizó y dignificó la palabra literaria comprometida con la vida y con las letras.Esta edición incorpora por primera vez en una obra completa fragmentos de obras dramáticas, imágenesinéditas o de escasa difusión, una corrección de su biografía, un manuscrito inédito (Las Fallas de Orihuela),biografías de célebres toreros y, en definitiva, una nueva perspectiva del poeta en cuanto a su su papel comonarrador de cuentos infantiles, dramaturgo y precursor de las técnicas del Nuevo Periodismo.

miércoles, 18 de octubre de 2017

Nueva edición de la "Obras Completas" de Miguel Hernández. revisiónde Jesucristo Riquelme

Una nueva edición de las ‘Obras completas’ del poeta, publicada tras más de ocho años de trabajo del catedrático Jesucristo Riquelme, revisa su producción e incluye 30 inéditos






Miguel Hernández sale de una de las jornadas del segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultural, celebrado en Valencia en julio de 1937. Abajo, manuscrito del poema Hijo de la luz y de la sombra.
Miguel Hernández sale de una de las jornadas del segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultural, celebrado en Valencia en julio de 1937. Abajo, manuscrito del poema Hijo de la luz y de la sombra.
Contaba Josefina Manresa, su viuda, que a Miguel Hernández le gustaba imitar el canto de los ruiseñores y justo después soltar un chiste verde. “Lo primero, a ella, le encantaba; lo segundo, no tanto”, recuerda Lucía Izquierdo, nuera del poeta y encargada de su legado. Acompañó ayer al catedrático Jesucristo Riquelme en la presentación de una nueva edición de las Obras completas del autor (1910-1942), que ha publicado Edaf y que supone una recopilación definitiva, corregida a fondo y ampliada de lo que dejó en vida. El compendio recoge cerca de 3.000 modificaciones en sus escritos, 30 piezas inéditas de diferentes géneros y 50 textos, “notoriamente alterados sobre lo conocido anteriormente”, asegura Riquelme.

Más de ocho años ha tardado este catedrático de Lengua y Literatura de la Universidad Miguel Hernández de Elche en realizar el trabajo junto al editor Carlos R. Talamás. Ha examinado el legado del poeta, rastreado varios archivos donde queda su huella, analizado manuscritos, correspondencia, testimonios...
Lo estudiado queda en este volumen de casi 2.000 páginas, donde brilla la poesía intensamente lavada, junto a crónicas de guerra, artículos de prensa, piezas dramáticas, cuentos, imágenes y rastros de una biografía feliz, desolada, combativa, hambrienta. “Se trata del escritor que con más repercusión popular ha convertido la palabra poética en ética”, comenta el responsable de este exhaustivo trabajo literario.

Ambición y pasión



Aleixandre, hermano y mentor


“¿Vas a dejar que me muera sin conocer a los nietos de mi hermano?”, le dijo Vicente Aleixandre a Josefina Manresa cuando ya al final de la vida de ambos, el poeta le rogó que le dejara conocer a los descendientes del poeta. Fue una amistad que marcó la vida de ambos. Él lo dio a conocer y se ocupó de difundir su obra tras su muerte. Pero no sólo de eso, enviaba regularmente dinero a su viuda o se encargó que recaudar entre otros escritores y conocidos cantidades para que les ayudaran a subsistir. Hubo un recuerdo este martes en la presentación de las Obras completas para la generosidad y la labor del Nobel. “Josefina ya estaba muy enferma cuando le pidió conocer a sus nietos, así que tuve que venir yo a Madrid con mis hijos para presentárselos”, recuerda Lucía Izquierdo. Tres meses después murió. “Vicente fue fundamental para Miguel, sin él, su difusión no hubiera sido la misma”.

Desde la tradición gongorina a la vanguardia de Perito en lunas,el brillante viaje de Miguel Hernández al tuétano de la literatura se extendió una década. Su vitalidad, su ambición, la pasión que puso, le llevaron a lo más alto en los estertores de la Generación del 27 y como cabeza visible de sus sucesores en el 36. Fue alentado y apadrinado principalmente por Vicente Aleixandre y recibido con reservas por Lorca. Se remozó en el barro de las trincheras, jaleó a los milicianos, jamás renunció a sus orígenes campesinos, horas de letargo entre rebaños como pastor, y murió suspirando por los hijos, en su viacrucis de prisiones, con apenas un inventario en el que sus carceleros contaron estas pertenencias: un mono, dos camisetas, un jersey, una camisa, un calzoncillo, dos fundas de almohada, una correa, una toalla, una servilleta, dos pañuelos, un par de calcetines, una manta, una cazuela y un bote.

Eso es todo lo que poseía en su celda de la cárcel de Alicante cuando murió el 28 de marzo de 1942, hace 75 años. Más valiosas fueron sus cuartillas, enmarañadas entre los constantes tachones de su pluma y que Riquelme ha reconstruido cuidadosamente. Poemas que ofrecen el retrato de un hombre cabal y entregado a la vorágine de una vida apasionada y combativa. Su figura deslumbró a Neruda. “Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela”, dijo el autor de Residencia en la tierra. “La áspera belleza tremenda de su corazón arraigado” cautivó a Juan Ramón Jiménez.

Pero fue Aleixandre quien lo cuidó, guió y se encargó de hacerlo grande tras su muerte, ayudando a sobrevivir a su viuda en los años crudos de la posguerra. Josefina Manresa fue musa constante para el poeta, tanto en su remilgo casto como en su pena de madre doliente. Pero tampoco hay que olvidar la pasión que vivió, tras una ruptura, con la pintora surrealista Maruja Mallo, referente del 27. “Junto a ella descubrió a fondo un amor carnal, una experiencia casi orgiástica, que le marcó tremendamente”, relata Riquelme.

Frente al “te me mueres de casta y de sencilla” para Josefina, presa de la beatería imperante en la Orihuela de los años veinte y treinta, queda la enjundia sexual de El rayo que no cesa, dedicado a Mallo. “Una relación carnal y gozosa que da lugar a esa pena por la pérdida de la sexualidad en lo que es una nueva interpretación de dicha obra en esta nueva edición”, asegura el especialista.

Lo mismo que aportan las nuevas transcripciones de poemas. “En muchos de ellos, el cambio de alguna palabra trastoca completamente su significado. Hemos verificado errores que implicaban revisiones de calado: tronco por trono o venoso por venenoso”, añade. Riquelme ha dispuesto de tiempo y acceso, pero faltan algunos aspectos, como el epistolario: “Aún es pronto. Recibimos constantemente cartas inéditas de diferentes archivos. Mientras hemos realizado este trabajo, nos habrán llegado alrededor de 100 cartas nuevas. El epistolario está en marcha, pero debe acometerse con cuidado”.

Queda por ahora este nuevo compendio que deja atrás las otras dos ediciones de obras completas antes publicadas por Losada en Argentina (1960) y Espasa Calpe (1992). Este nuevo volumen incluye además un variado archivo de imágenes con fotografías, documentos y originales. “Son claves para seguir el libro, tan importantes como muchos de los textos”, remata Riquelme.

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