Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

jueves, 25 de junio de 2015

Fotografías de la velada en Velintonia. Casa de Vicente Aleixandre. "Miguel Hernández vuelve a Velintonia". 19 de junio 2015















Participarán:
María Amaya Aleixandre (sobrina del Vicente Aleixandre)
Luis Eduardo Aute (cantautor)
José Cereijo
Asunción García Iglesias
Carmen García Iglesias
Lucía Izquierdo García (nuera del poeta)
Aitor L. Larrabide (directro de la Fundación de Orihuela)
Carmen Linares (cantante)
Miguel Losada
Javier Lostalé
Juan Carlos Mestre
Vicente Molina Foix
Miguel Molina
Jesucristo Riquelme
Luis Rosales Fouz
José Sacristán
Alejandro Sanz (Presidente de la Asociación)
Agustín Sánchez Vidal

Participacion especial de los astores:
José Sacristan
Miguel Molina

martes, 23 de junio de 2015

Vicente Aleixandre y Miguel Hernández: una amistad poética viva en Velintonia. Velada poética.


Acto poético en la casa de Vicente Aleixandre. Foto de Fernando Antequera
Acto poético en la casa de Vicente Aleixandre. Foto de Fernando Antequera

Anoche, la abandonada casa de Velintonia 3 volvió a abrir sus puertas a la poesía y a la música. El aire olía a verano en el jardín donde se alzaba el inmenso cedro plantado, en el año 1940, por el poeta Vicente Aleixandre (1898-1984), antiguo propietario de la morada. Eran entonces otros tiempos y otros crepúsculos manchaban aquellos cielos cercanos a la Moncloa, y eran distintos los rostros que visitaban la casa y su jardín: Luis Cernuda, Federico García Lorca, Gerardo Diego… También Miguel Hernández (1910-1942), aquel muchacho provocador llegado de Orihuela que todavía olía a sierra y que guardaba en el pecho un corazón inmenso que a veces se le salía por la boca y por los ojos grandes, melancólicos.
Él pisó la casa de Velintonia 3 en 1935. Aleixandre, tan acogedor como siempre, le recibió tras haberle llegado una atrevida carta suya en la que se interesaba por su poemario La destrucción o el amor, con el que acababa de recibir el Premio Nacional. El joven tenía entonces 24 años; su simpatía y espontaneidad calaron muy hondo en el alma del maduro Aleixandre, que desde aquel momento se desvivió por ayudarlo y guiarlo por el complejo mundo cultural madrileño de la época. Fue el comienzo de una hermosa amistad que duraría hasta la muerte del oriolano en 1942, en el Reformatorio de Adultos de Alicante, donde había sido encerrado y condenado a muerte tras la Guerra Civil por haber luchado en el bando de la II República. No dio tiempo a que fuera juzgado: las vergonzosas condiciones de la prisión le provocaron una tuberculosis que acabó con su vida sin que nadie se molestase en trasladarlo a un hospital.
La fructífera amistad entre Aleixandre y Hernández incluyó también una nutrida relación epistolar, parte de la cual podemos disfrutar hoy gracias a la obra que acaba de publicar el también oriolano Jesucrito Riquelme, De Nobel a novel. Epistolario inédito de Vicente Aleixandre a Miguel Hernández y Josefina Manresa, editado por Espasa. El volumen contiene 309 cartas escritas por Aleixandre a Miguel Hernández y a su esposa, Josefina Manresa; junto a un brillante estudio previo en el que Riquelme, experto hernandiano, nos introduce con maestría en esa esfera íntima de conexión entre los dos monstruos de la poesía.
De Novel a novel (Espasa, 2015)
La publicación del libro sirvió como excusa para el evento tan magnífico que tuvo lugar anoche en la casa de Vicente Aleixandre, organizado por la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre, maravillosamente presidida por el apasionado Alejandro Sanz, y con el apoyo de las Fundaciones de Miguel Hernández y Gerardo Diego. También estuvieron muy presentes la secretaria de la Asociación, Asunción García Iglesias, y el poeta Miguel Losada, que salpicaba de alegría a todos los visitantes. En el acto participaron, además de Jesucristo Riquelme, figuras próximas a los dos homenajeados, como María Amaya Aleixandre, sobrina de Vicente –y heredera de sus ojos azules- y Lucía Izquierdo, nuera de Miguel Hernández; poetas de la talla de Javier Lostalé, Juan Carlos Mestre y Vicente Molina Foix. Leyeron poemas y distintas cartas recogidas en el libro de Riquelme, resucitando a Vicente y a Miguel en el aire embelesado del anochecer.
También contamos con la presencia de los actores Miguel Molina y José Sacristán, veterano de los escenarios que nos deleitó con su voz honda y tormentosa, leyendo la elegía que Aleixandre compuso a la muerte de Hernández, y que comenzaba así: “No lo sé. Fue sin música. / Tus grandes ojos azules / abiertos se quedaron bajo el vacío ignorante, / cielo de losa oscura, / masa total que lenta desciende y te aboveda, / cuerpo tú solo, inmenso, / único hoy en la Tierra, / que contigo apretado por los soles escapa”. Aquellos “ojos azules abiertos”, en efecto, nadie consiguió cerrarlos cuando el gran Miguel murió, abandonado como un perro en la prisión alicantina.
Con Fernando Antequera y el actor José Sacristán
Con Fernando Antequera y el actor José Sacristán
No existiría la poesía sin la música. El evento comenzó con la voz rota y flamenca de Carmen Linares, que hizo suyos los versos de Miguel Hernández, y finalizó con un pequeño concierto del célebre Luis Eduardo Aute, que interpretó los temas “Anda” y “Giraluna”, y concluyó con el famoso “Al alba”, que el público entonó, emocionado, mientras la brisa nocturna jugaba con la vegetación del jardín, como si la presencia invisible pero imborrable de Aleixandre y Hernández estremeciera a la noche con una larga cadencia de suspiros.
Es la segunda vez que tengo el privilegio de entrar en Velintonia 3. La primera ocasión la hallé el año pasado, cuando Julia Labrador me habló del evento que tendría lugar para presentar el libro Entre dos oscuridades, el relámpago, coordinado por Alejandro Sanz, a quien conocí entonces. También me reencontré, en aquel junio de 2014, con Miguel Losada. Este año, me ha acompañado el poeta Fernando Antequera. Entre el notable público asistente se encontraba el encantador Antonio Miguel Carmona, político del PSOE que ha sido candidato a la alcaldía de Madrid en las últimas elecciones municipales. Carmona es el único político, hasta la fecha, que ha demostrado un interés fehaciente por comprar la casa de Vicente Aleixandre, que se halla en un triste estado de abandono. Entre sus propuestas está la de convertir Velintonia 3 en la Casa de la Poesía.
Madrid necesita la poesía y la poesía necesita esta casa en la que los fantasmas de los grandes escritores y artistas de varias generaciones todavía pasean sus sombras evanescentes por el jardín, por los anchos pasillos, por la puerta verde en la que un día podía encontrarse la sonrisa sincera de Vicente Aleixandre, que fue anoche nuestro invisible anfitrión.
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Miguel Hernández visita a Vicente Aleixandre

Miguel Hernández visita a Vicente Aleixandre

El poeta oriolano recibe un homenaje en la casa madrileña del Nobel de Literatura

20.06.2015 | 03:31/Información.
Miguel Hernández visita a Vicente Aleixandre
Miguel Hernández visita a Vicente Aleixandre
El acto contó con Carmen Linares, Aute, José Sacristán y Molina Foix, entre otros.
Miguel Hernández viajó ayer a Madrid. Y fue de visita a Velintonia, la casa donde tantas veces se reunió con Vicente Aleixandre. Su reencuentro se produjo, como no podía de otra manera, entre versos y poemas, entre cartas confidentes, y también entre amigos. Ahora se cumplen 80 años desde el primer encuentro entre ambos y la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre quiso rendir homenaje al poeta oriolano en la casa madrileña donde vivió el Nobel de Literatura.
Para ello se unió a la Fundación Miguel Hernández y el resultado fue una velada poética en la que intervinieron con canciones y lecturas poéticas figuras como Carmen Linares, Luis Eduardo Aute, José Sacristán, Miguel Molina y la nuera del autor alicantino, Lucía Izquierdo, entre otros.
Alrededor de 200 personas amantes de la poesía se dieron cita en Velintonia, justo debajo del cedro que el poeta sevillano plantó en 1940, tras la reconstrucción realizada después de ser bombardeada en la Guerra Civil. Carmen Linares, con su voz, fue la encargada de abrir el acto cantando a Hernández y Luis Eduardo Aute, el que con su música puso el broche de oro.
El actor Miguel Molina recitó un poema de Miguel Hernández, mientras el escritor ilicitano Vicente Molina Foix leyó un texto que escribió sobre el poeta hace años. La intervención del actor José Sacristán sirvió para escuchar de su voz la elegia que escribió Aleixandre a la muerte del poeta alicantino.
Entre medias, tras la presentación del acto por parte de Alejandro Sanz, director de la Asociación Vicente Aleixandre, intervino Jesucristo Riquelme, que acaba de recoger en un libro el epistolario del Nobel a Hernández y Josefina Manresa. María Amaya Aleixandre leyó la primera carta que escribió al poeta oriolano; el director de la Fundación Miguel Hernández, Aitor Larrabide, hizo lo mismo con una misiva del 35; Lucía Izquierdo y Javier Lostalé presentaron un texto propio. Carmen García Iglesias fue la encargada de poner voz a la última carta que escribió Aleixandre a Hernández. Fue el 23 de marzo de 1942, cinco días antes de su muerte.

Salvar la casa de Vicente Aleixandre, en calle Velintonia (Madri). Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre

Aleixandre, un libro, un inédito, un homenaje y ¿adiós a Velintonia?

Un libro homenaje con inéditos y una velada poética recuerdan los 30 años de la muerte del Nobel español en la que fuera su casa, abierta por "última vez" antes de ponerse en venta

Luis Eduardo Aute, durante el homenaje a Vicente Aleixandre en su casa madrileña, el 13 de junio de 2014. En primera fila, de abajo arriba, Alejandro Sanz, presidente de la Asociación de Amigos de Aleixandre, Vicente Molina Foix y Fernando Delgado. / Santi Burgos (EL PAÍS)
¿Será la última vez?
En la casa silenciosa y vacía sitiada de olvido de Vicente Aleixandre se oyó la voz del poeta… palpitaron sus versos, repitieron sus poemas, ladraron sus perros Sirios, sonaron las pisadas de sus amigos, retornaron las emociones de quienes charlaron con él, se escucharon por primera vez algunos inéditos, callaron ante esas evocaciones unas 200 personas allí, en Velintonia 3, forjada así en la leyenda literaria, entrada hoy en la realidad madrileña con el nombre calle Vicente Aleixandre 3.
Como si fuera la última vez.
Jardín de la casa de Aleixandre en Velintonia, 3. / Santi Burgos (EL PAÍS)
Por una tarde-noche más, el olvido fue desterrado de ese jardín tantas veces visitado por los poetas de la Generación del 27 y de unos cuantos más venidos de más allá. Ausentes y presentes, todos en el jardín, a la sombra, primero del atardecer y después de la noche, del cedro que el mismo Aleixandre plantó allí en 1927 (cuando con su familia se trasladó a la que sería su Casa). Pero 30 años después de su muerte, que se cumplirán el 13 de diciembre, las cosas no se aclaran sobre la venta de la vivienda. En vista de que tras dos negociacones con el Ministerio de Cultura no se ha llegado a ningún acuerdo, y pasados ya cinco años del último acercamiento, los herederos han puesto esa "Casa de la poesía" en manos de una inmobiliaria sin publicitarla, pero ya están pensando en hacerlo.
Pero la noche fue de la amistad. Otra vez del amor. Inseparables. Siempre los quereres de Vicente Aleixandre (Sevilla, 1898-Madrid, 1984) y de los demás que esta noche están a punto de volver a este poema:
“Se querían. / Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada / labios saliendo de la noche dura, / labios partidos, sangre, ¿sangre dónde? / Se querían en un lecho navío, mitad noche mitad luz….”.
El libro homenaje a Aleixandre: 'Entre dos oscuridades, el relámpago'. / Santi Burgos (EL PAÍS)
Lee así Luis Eduardo Aute el poema Se querían en busca de una palabra de la que nacerán acordes de guitarra. Cuando asomaba ya la medianoche, en el homenaje que le rindieron al premio Nobel español una treintena de poetas, docenas de amigos y conocidos y admiradores con el pretexto de recordar los 30 años de su muerte y presentar el libro conmemorativo Entre dos oscuridades, un relámpago, editado por La Revista Áurea, de Miguel Losada, con edición de Alejandro Sanz. Y convertido así en una de las novedades de la 73ª Feria del Libro de Madrid que termina este domingo 15 de junio.
Son 199 páginas que contienen textos de 25 poetas y narradores, una carta a Miguel Hernández donde confirman su amistad, a los que se suma una obertura con del poema inédito de Aleixandre, titulado La vida, en el cual se reproduce el facsímil de su manuscrito de tres páginas y la transcripción. Es un poema de su primera etapa, del llamado ciclo irracionalista, que dice:
“No te quejes de que los hombres sufran.
No te quejes, al despertar, de que todos los hombres sufran,
de que el dolor del mundo esté en las palmas de las manos,
mientras las plumas suaves vuelan libres, lejanas.
No te quejes, amorosa existencia, del dolor de vivir…”.
Todos en el jardín. Muchos convencidos de que es la última vez. Ahora sí. La casa de quien tanto influyó y ha influido en la literatura. En esa despedida, todos allí abrieron el libro de la vida de Vicente Aleixandre, como él quería y soñando con que no se cierre.
Y así, en la casa del casi olvido, primero se oyó la voz grabada del poeta leyendo uno de sus poemas: “¿Para quién escribo?, me preguntaba el cronista, el periodista / o simplemente el curioso…”. Eran las 9 y 28 de la tarde-noche del viernes 13 de junio de 2014. Tres minutos más tarde el poeta terminaba: “Para ti, hombre sin deificación que, sin quererlas mirar, / estás leyendo estas letras. // Para ti y todo lo que en ti vive, / yo estoy escribiendo”.
Ya había más sombras de noche que de día. Alejandro Sanz, presidente de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre, y uno de los organizadores del homenaje, recordó el motivo que los había convocado y lamentó que “la casa sea despreciada por las instituciones públicas”. Al menos esa noche era ajena al olvido, llena de voces en “una feliz y poética invasión”. Una casa, cuenta, “que lucha contra el olvido, contra la ignorancia que conducen al desprecio”.
La poeta Pureza Canelo, en el homenaje a Aleixandre. / Santi Burgos (EL PAÍS)
Luego una decena de poetas y amigos, empezando por Pureza Canelo, seguida por otros como Vicente Molina Foix, Javier Lostalé o Fernando Delgado, leyeron parte de los textos que aportaron a Entre dos oscuridades, un relámpago. Mientras, otros como José Manuel Caballero Bonald y Clara Janés se hicieron presentes a través de la voz de otros. Y entre todos crearon un fresco personal, poético y sentimental del escritor y de ese espacio donde estaban viviendo lo que escuchaban.La sobrina del Nobel y una de las herederas de la casa, María Amaya Aleixandre, confirmó que la rueda de la venta está en marcha.
A menos de una hora de la media noche, Luis Eduardo Aute empezó a cerrar la velada aleixandrina. Con el sonido huérfano de unas cuerdas de guitarra juntó la historia personal y literaria de la Generación del 27 de esa casa, la propia vida del anfitrión de ausencia presente y las vueltas que da la vida hasta el ahora al interpretar un tema suyo, cuyo título es prueba de la polinización silenciosa de los versos y palabras de Aleixandre: Giralunas. Una palabra que tal vez él creía suya, pero que a su vez sabía que revoloteaba en su cabeza tras haberla escuchado o leído quién sabe dónde, hasta que la convirtió en canción. Y dijo que al rastrearla se la topó en ese poema famoso de Aleixandre Se querían, en cuya segunda estrofa dice:
“Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso…”.
Pero Aute siguió escarbando en su memoria y descubrió que Federico García Lorca también la había usado en Apunte para una oda:
“Yo te he visto cortar el limón de la tarde
para teñir tus manos dormidas de amarillo,
y en momentos de dulce música de mi vida
te he visto en los rincones enlutada y pequeña,
pero lejana siempre, vieja y recién nacida.
Inmensa giraluna de fósforo y de plata,
pero lejana siempre, tendida, inaccesible
a la flauta que anhela clavar tu carne oscura”.
Y tras revolotear, ese Giralunas terminó en las letras y acordes de Aute que con su voz y guitarra cantaba:
“Hay quien sueña con los ríos / que conduzcan a EL Dorado / hay quien sueña con las fuentes / de la eterna juventud / Hay quien sueña con el oro / del becerro idolatrado / y quien sueña con la alquimia / que haga del vicio virtud. // Pero yo no pretendo / fortalezas ni fortuna, / solo un sueño soñaría… / entre un mar de girasoles / buscaría un Giraluna / que velara y desvelara / cada noche la otra cara / de la luna… / gira, gira, Giraluna / gira, gira, gira, luna / gira, gira y mírame…”
Como si todos pidieran que la Luna se girara a mirar esa casa de Velintonia amenazada de olvido. Como si fuera la última vez.


Salvemos la casa de Vicente Aleixandre para la poesía.

domingo, 21 de junio de 2015

Vicente Aleixandre y Miguel Hernándes en Velintonia, una leal amistada, dos poetas y dos destinos.

La edición de cartas inéditas del Nobel español obliga a mirar su obra poética con otra luz


Feria del Libro 2015
Vicente Aleixandre (izquierda) y Miguel Hernández, vistos por Sciammarella.
Más de medio siglo estuvo oculto en la oscuridad de un baúl de haya el amor especial de Vicente Aleixandre por Miguel Hernández.
Todo empezó con una carta en una primavera como esta, hace ya 80 años. La amistad de dos de los grandes poetas españoles del siglo XX que parecen eternizados en esquinas opuestas de la vida, la literatura y en el imaginario de la gente, pero que proceden del mismo punto al estar interesados en los secretos del amor y la muerte y reconocer que “son dos caras de la misma moneda”. Estaban, están, unidos por la belleza de descubrir en su vida y poesía lo que une al amor y la muerte.
De eso están hechos, y eso son, Aleixandre (1898-1984) y Hernández (1910-1942). Un Vicente Aleixandre generoso que sintió un amor embelesado y sin límites por el poeta de Orihuela que no se conocía hasta hoy, y al que llamaba “Miguelillo de mi corazón”,
Esa bella y secreta oscuridad es iluminada en un legado único: De Nobel a novel. Epistolario inédito de Vicente Aleixandre a Miguel Hernández y Josefina Manresa (Espasa), en edición de Jesucristo Riquelme. Hace año y medio se dio noticia de esta correspondencia al ser adquirida por la diputación de Jaén. Son 309 cartas escritas del puño y letra de Aleixandre, 26 de las cuales son a Hernández, entre 1935 y 1938, y el resto a su esposa Josefina Manresa, hasta el año de su muerte en 1984.

Primera página de la carta del 1 de septiembre de 1936.
640 páginas que sitúan y fijan la relación de amigos, hermanos, confidentes, cómplices y guías literarios entre ambos poetas. Uno maestro entonces, el otro aprendiz y discípulo. Uno protector y guía, el otro joven descubridor del mundo. Uno destinado a ser Nobel de Literatura, el otro a ser amado por el pueblo. Aleixandre en discreta presencia durante el túnel del franquismo, Hernández muerto en la cárcel al comienzo de esa oscuridad y silenciado por ella; y Aleixandre velando para que esa llama poética no se apagara.
No es solo un estudio preliminar que entrelaza lo personal con lo literario, sino que cada carta va acompañada de un pie de página exhaustivo. Doctor en Filología, catedrático de Lengua y Literatura de España y autor de obras como Miguel Hernández, un poeta del amor, la libertad y la juventud, Riquelme se asoma en la vida y sentimientos de Aleixandre y su anhelo de protección. Cartas con pasajes cotidianos, literarios y gritos apagados. Un amor sublimado que luego habrá de proyectarse en la protección y asesoría a la viuda de Hernández, su hijo Manuel Miguel y sus nietos.
Cuatro meses después de aquel encuentro que los poetas tienen en Madrid, en 1935, Aleixandre escribe: “Me alegró mucho tu carta. Qué bocanada de tu caliente tierra; qué chirriar de chicharras y qué frescura de río, y qué oreo de piel mojada me trajo tu carta. Miguel, Miguel, yo aquí estoy solo”.
Cartas de letra clara y muy espaciada, que “permite conocer el inmenso cariño que tenía mi tío a Miguel Hernández y Hernández un cariño extraordinario por él”, dice Amaya Aleixandre, sobrina del Nobel español y albacea de su legado. “La gente”, explica, “a veces, siente hacia algunas personas algo superior a lo esperado, un sentimiento que lo sorprende. Mi tío tuvo en Miguel Hernández un amor muy especial. La amistad en sí misma la consideraba un valor extraordinario. No creo que haya sido un sentimiento de homosexualidad. Cuando queremos a alguien lo queremos sin límite, con naturalidad. Era un amor paternal con una necesidad de protección hacia un poeta joven y bueno recién llegado. La categoría de Miguel Hernández le caló desde el comienzo”.
Es la amistad con alma. Un amor. Otro amor sin temores ni fantasmas. “Aleixandre sintió desde el primer encuentro una fuerte atracción por Hernández: un flechazo sentimental debido, entre otras causas, al don de gentes y la bonhomía del oriolano, a su simpatía, a su respeto y a sus ansias de ser un buen escritor”, explica Riquelme. “En las cartas de Aleixandre a Hernández se aprecia un sentimiento amoroso que cuajó en una relación que sublimó la amistad. Llegó a confesarle su dolorosa soledad y su desaliento por no poder declarar y disfrutar del amor libremente”, continúa el experto. Tal vez, agrega, lo más relevante de sus confidencias estribe en que proporciona la clave para comprender mejor su poesía inicial, “en especial La destrucción o el amor y su anterior Espadas como labios: Miguel Hernández por un lado, pero también Lorca o Cernuda estaban en el secreto de los sentimientos que pregonaba el primer Aleixandre”.
Como ese que abre La destrucción o el amor, que empieza así:

"Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.
Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima, con esa
indescifrable llamada de tus dientes.
Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo. (...)". ç

Para quienes viven envueltos de tanta poesía el amor es todo lo que desprenden, según Lucía Izquierdo, nuera de Hernández. Todo en ella es agradecimiento. Cuenta que en su familia siempre entendieron ese cariño porque Aleixandre quería protegerlo a él y a su familia: “Para nosotros el amor es a las personas. Cuando se trata de querer con el corazón y el alma no se da uno cuenta si es hombre o mujer”.
En las cartas se siente el palpitar de la vida, de unos sentimientos de naturaleza autónoma y anárquica que lo trastocan todo con irrefrenable felicidad y nobleza.

Afinidades políticas y poéticas

JESUCRISTO RIQUELME
1. Posición ideológica de Aleixandre contra los golpistas, en favor de la democracia y la república: Reflexiones sobre el exilio interior y sobre la imposibilidad física de participación en el conflicto bélico por la "mala salud de hierro" de Aleixandre.
2. Afinidades poéticas como trasfondo: "nosotros, los poetas activos" (dice Aleixandre a Miguel Hernández, MH). Es guía y escuchador de otros poetas jóvenes: Antonio Aparicio, Francisco Giner de los Ríos, o más avezados como Dámaso Alonso, MH... Alienta la obra de MH, y no olvida su teatro, sabedor de que con el teatro se podía ganar mejor el sustento de su vida.
3. Se desenmascaran mitos antialeixandrinos como el de difundir errónea y malintencionadamente la concesión del premio de poesía Francisco Franco en 1949. Nunca recibió dicho premio.
4. Aleixandre se define como poeta que canta y grita sobre la libertad y se regodea en ese "estar en el secreto" de las cosas íntimas de sus vidas: conecta con Lorca, con MH..., lucha contra la hipocresía social que terminó aislándolo en sus más profundos pesares sentimentales.
5. Aleixandre prestó auxilio moral, alimentario, económico y, tras la muerte de MH, editorial a MH. Muchos amigos acomodados de Aleixandre entregaron dinero no sólo a MH sino también a Josefina Manresa (y a su hijo) cuando MH había fallecido: "lo murieron".
De las cartas a Josefina, se pueden destacar dos aspectos:
1. La ayuda y el apoyo emocional y económico a Josefina Manresa (y su hijo).  La precariedad de Josefina se aprecia en estos detalles: sellos para que respondiera y borradores de Josefina escritos en sobres y papeles cuarteados y rasgados...
2. Aleixandre es el verdadero velador, protector y "encumbrador" de lo que hoy conocemos como ese Miguel Hernández popular y universal. Apoyado en sus amigos José Luis Cano y Leopoldo de Luis, junto a trámites de Dámaso Alonso, Aleixandre se erige en el asesor literario de Josefina Manresa: recopila y acopia textos dispersos e inéditos de MH, rescata y recupera esa obra y, mediante la fijación de textos, va conformando la pretendida obra completa de MH.
Nacieron aquella primavera del 35. Un Miguel Hernández de 24 años quiere leer el recién premiado La destrucción o el amor, de Aleixandre. Sin conocerlo, le envía una carta. Le pregunta si puede darle un ejemplar. Le escribe "en papel basto y líneas apretadas, escritas con una letra rodada y enérgica", que firmó como "Miguel Hernández / pastor de Orihuela". La carta se perdió, pero no su sentido en la memoria de Aleixandre.
El poeta sevillano lo recibe en su casa madrileña de Velintonia, 3, y le presta un poemario. Se vuelve a saber de ellos en mayo de ese mismo año cuando Aleixandre recibe un homenaje por aquella obra premiada y en una fotografía en la que aparece en el centro, rodeado de otros poetas, se ve cómo a la izquierda de la imagen alcanza a entrar un Miguel Hernández de perfil.
Silencio. Es hasta el 27 de julio del mismo año cuando aparece ya la primera carta de Aleixandre, desde Miraflores de la Sierra: “Mi querido Miguel: me acuerdo mucho de ti, de nuestras buenas tardes y de esa como reverberación de la tierra que metes en las habitaciones (…) Si ves a tu novia (¡ay!), cuéntame de ella y de ti, si no te es penoso. Cuando pienso en ella, me da pena. No me parece tu novia, pero sé que ella sufrirá, hasta que el sentimiento se le deshaga en la ausencia y en el olvido”.
Y hablan de sus actividades, de literatura, de la vida, de poesía y cuando los versos de Aleixandre se hacen menos cósmicos y más terruñeros, Hernández se siente más próximo: "el amor como fuerza cósmica y el cosmos como fuerza creadora. Lo plasma en sus odas como imitación, pero el panteísmo es un rasgo del Hernández más juvenil", explica Riquelme.
Sus vidas siguen, y el 24 de julio de 1937, Aleixandre lo describe: "...Él, rudo de cuerpo poseía la infinita delicadeza de los que tienen el alma no solo vidente, sino benevolente. Su planta en la tierra no era la del árbol que da sombra y refresca. Porque su calidad humana podía más que todo su parentesco, tan hermoso, con la naturaleza. // Era confiado y no guardaba daño. Creía en los hombres y esperaba en ellos".
Durante el encarcelamiento a Miguel Hernández, Aleixandre es la gran figura tutelar, la persona más próxima, asegura Riquelme: "Su ayuda fue moral, alimentaria, económica, y una vez fallecido, también editorial".
En la familia de Hernández solo tienen palabras de afecto y agradecimiento para Aleixandre. “Proyectó su cariño en Josefina, su hijo Miguel y sus nietos", recuerda Lucía Izquierdo. Cuando Manuel Miguel, su marido vivió unos años en Madrid, iba casi todos los días a comer con él. Un mes y medio antes de morir, Aleixandre le pidió a ella que fuera a verlo con sus hijos, que eran como sus nietos: "Cuando se quiere con el alma, ese querer no se olvida. No se acaba. Trasciende hacia los seres más queridos”.
En septiembre de 1936, ya iniciada la Guerra Civil, Aleixandre le dice: "Miguelillo, cómo sabes sorber como un gigante, como un hombre, toda forma de poesía. Ay, poeta, qué línea tan clara viene de tu sangre cuando me hablas. Qué bien te siento. En fin, Miguel, ya ves, quedamos en que se dan gritos de amor o gritos de muerte. A veces pienso si estos gritos unidos, en mí, serán consecuencia de que yo no he sido totalmente feliz en casi ningún amor".
Aleixandre nunca se olvida de la calidad poética de Hernández y aventura su porvenir en diciembre de 1937: "Es el segundo libro que publicas desde que nos conocemos. Te voy viendo crecer y dándome alegría. Como todo poeta verdadero, serás discutido. La envidia, triste flor de todas las edades, procurará hincarte el diente, aunque se lo melle. Fatalmente hay que contar contigo, y esto algunos no podrán perdonártelo".
Secretos, cartas que Josefina Manresa guardaba en un baúl de haya, en una de las cuales Aleixandre le dice a Hernández: “La amistad, sentimiento más modesto, pero no menos verdadero, reclama no diré sus derechos, pero sí sus… aspiraciones: entra en tu cuarto, revuelve el aire, hace constar su presencia. Miguel, Miguelillo, existo, existimos”.
** Esa memoria, esa amistad, será recordada el viernes 19 de junio bajo el título Miguel Hernández vuelve a Velintonia. Una velada que contará con medio centenar de poetas y artistas.

"Mi corazón tiene un saldo en contra, una ternura en el vacío"

[Miraflores de la Sierra] 1 de septiembre [1936][1]
Mi querido Miguel: me ha impresionado mucho la desgracia que aflige a tu Josefina y a los suyos, y con ella a ti. Me ha dado mucha compasión. Siempre es terrible perder a un padre querido, pero perderlo así tiene que serlo mucho más, mucho más penoso y tristísimo, con una angustia y un dolor que dejan casi [estu[pe]factos].[2] Y luego ese problema de tener que seguir viviendo; el problema material de subsistir sin medios para ello. Tú, con tu gran corazón, sufres por ellos y para ellos y te llenas de preocupación. Ayer hablé mucho de ti con Francisco Giner, de tus problemas, y le dije que a ver si podía hacer su padre algo en cuanto a empleos por ti. Le dije lo que hacías en Espasa-Calpe y que tu trabajo era temporal y terminaría pronto. Francisco es bueno y te admira, y se interesó mucho, y cree que quizá su padre pueda hacer por ti si sigue de ministro[3]. Se le ocurrió, improvisando (su padre es amigo de Olarra[4]), ver si el ministro se interesaba cerca del gerente[5] de Espasa para que pases a funcionario fijo. [6] Cuando regresemos todos a Madrid será el momento de ver qué puede hacerse por su parte. Tú ve pensando, y, si se te ocurre algo, cuando allí te entrevistes (conmigo) con Francisco, se lo dices. Todo esto todavía no es nada, de modo que no nos alegremos prematuramente. Pero tú ve pensando. Francisco estoy seguro de que hablará a su padre, cuando llegue el momento, con todo el cariño. Claro que hay que esperar a que pase esta guerra que sufre España. Esperemos que no tarde mucho.
Me alegro [de] que te gustara el poema. No, no era desconfianza para el lector (¿cómo iba a serlo, siendo el lector tú?): mis explicaciones no lo eran: eran deseo, gusto de comunicación contigo sobre él.[7] Como si hubiéramos charlado allá en Velintonia. Miguelillo, cómo sabes sorber como un gigante, como un hombre, toda forma de poesía.[8] Ay, poeta, qué línea tan clara viene de tu sangre cuando me hablas. Qué bien te siento. En fin, Miguel, ya ves, quedamos en que se dan gritos de amor o gritos de muerte. A veces pienso si estos gritos unidos, en mí, serán consecuencia de que yo no he sido totalmente feliz en casi ningún amor. He sufrido en el amor, pasando rápidamente de gloria a infierno, y viceversa, sin transición. Porque no me han querido nunca como yo he querido; aunque me hayan querido, nunca, ay, supieron quererme como mi corazón pedía. Solo una vez me quisieron así, con locura, con desatino, con frenesí... y entonces yo no quería. Ya ves. Otra vez quise de ese modo y fui querido lo mismo (es la única), y el fin fue trágico, de un modo que dejó huella en mí para mientras viviera.[9]
De modo que mi corazón tiene un saldo en contra, una ternura en el vacío, y ha trabajado para el aire, para el polvo. Quizá por eso no está gastado por otra parte, y vive y canta con el robusto anhelo de una juventud que para él no veo cuándo acabe. Creo que cuando muera. Porque me parece que será joven hasta la tumba. Desde un comienzo supo que el amor y la muerte son como dos caras de la misma misteriosa presencia, y que el amor, tan arrebatador, tan inaprensible, es como la delicada y mágica apariencia del último contacto, disolución en la unión para siempre. En algunos sitios, al momento del último goce físico en brazos del amor le llaman “la muerte chiquita”. Fíjate qué maravilla: ¡la muerte chiquita! Y eso es: porque es el aniquilamiento momentáneo sobre un cuerpo que mata. Y qué pena despertar, resucitar, para esa otra clase de muerte: la muerte vulgar de cada minuto. Pero, en fin, de todo se hace nuestra vida y no hay que renegar de nada.
Todo esto a propósito de un poema. Para que veas, que no son explicaciones, sino afán de comunicación contigo. Como la poesía está tan unida a la vida, hablar de una es hablar de la otra.[10] Y no es que yo piense en los incidentes concretos de mi vida cuando escribo. Es la mano de un hombre la que escribe, y lo que apetece al hombre poeta es que su poesía no sea suya solo, sino de otros hombres, otros que amaron y sufrieron, y que al oír la poesía digan algo que es suyo, como de otros, otros que amaron y sufrieron como ellos, antes que ellos, después que ellos...
Tú sabes de esto como yo. Tu corazón es de carne, y hay en la vena de tu poesía un latido que es comunión humana con otros corazones. Los poetas así, cuando cantamos nuestro[s] sentimientos no hablamos de nosotros, ¡no!; yo siento que por mí hablan muchos hombres que no escriben versos.
Miguelillo, parece que veo brillar tu mirada charlando de todas estas cosas. Anteayer escribí a Carlos Fenoll. Ayer a Pablo. No, no saldré de Miraflores por ahora. Cuando lo haga será para ir a Madrid, pero no creo que sea antes de fin de mes. Aquí hay tranquilidad. Estuve en Madrid, pero el calor me sentaba muy mal y me puse enfermo. Aquí estoy mejor; algún día salgo fuera de casa y voy un poco por algún camino en el campo, generalmente con Francisco. Hay ocasiones, como la presente, en que habitar un cuerpo de tercera resulta mortificante y desesperante. No te creas que estoy peor que otros años; más bien mejor, pero a ratos me apena ver fallar mi cuerpo por la salud y cuando más necesario me sería para hacer frente a todo.
Miguel, ya ves qué carta tan larga te estoy escribiendo. Le he preguntado a Manolo si sabe algo del posible jurado de tu concurso. Si lo hay y lo sabe, te lo comunicaré. Yo dudo que ahora se resuelva el asunto. Supongo que El labrador de más aire vendrá contigo de tu Orihuela. Ya nos reuniremos con él y con tus oriolanos.
Tu Josefina no me conoce. Pero dile que un amigo tuyo se acuerda de ella y a través de ti se une a su pena tan grande.
Escríbeme pronto. Ya ves yo. Y dime si todavía te podré escribir a Orihuela.
Miguelillo, me alegra mucho ver nuestra amistad tan honda. Qué fuerte me hace ella también. Mientras vivamos seremos amigos. Te abrazo mucho y siempre igual, hasta siempre. Vicente

"Miguel Hernández, el poeta de la tres heridas", 232 páginas 10.42 € en Amazon

Descripción del producto

 

(Un libro imprescidible para conocer el "Cancionaro y romancero de ausencias")

Reseña del editor Amazon en USA

Este libro recoge 140 poemas del “Cancionero y romancero de ausencias”, la obra más personal de Miguel Hernández, escrita en el periodo cuando murió su primer hijo y continuó en las cárceles franquistas en las que estuvo preso hasta su muerte. Para completar el periodo de creación carcelaria se incorporan los “Cuatro cuentos a Manolillo”, así como el epistolario de los últimos meses en prisión, donde daba cuenta a su esposa Josefina de su lenta agonía y el abandono médico que sufría. Ramón Fernández Palmeral, autor de otros libros sobre el poeta del pueblo, ha incorporado a la edición un amplio estudio comentado del “Cancionero hernandiano”, así como dos anexos con una breve biografía puesta al día, estudios de los dos procesos judiciales que a los que fue sometido, con una pormenorizada cronología de su periplo carcelario.  Se han unido 20 ilustraciones inéditas de Palmeral.

Autor Ramón Fernández Palmeral

Direcci´´on para comprar:
http://www.amazon.es/Miguel-Hernandez-poeta-tres-heridas/dp/1512169285/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1434877057&sr=1-1&keywords=miguel%2C+el+poeta+de+la+tres+heridas

domingo, 14 de junio de 2015

MIGUEL HERNÁNDEZ VUELVE A VELINTONIA

MIGUEL HERNÁNDEZ VUELVE A VELINTONIA
Viernes, 19 de junio de 2015, a las 21.00 horas (calle de Vicente Aleixandre, 3)

NOTA DE PRENSA

En marzo de 1935, el joven Miguel Hernández escribe a Vicente Aleixandre una carta en la que le dice que ha visto su reciente libro La destrucción o el amor, que no le es posible adquirirlo y que le quedaría muy reconocido si pudiera proporcionarle un ejemplar. A partir de entonces inician una profunda y fraternal amistad. Miguel empieza a visitar con regularidad la casa madrileña del poeta en la antigua calle de Velintonia 3 y a cartearse con su amigo cuando la distancia los separa.

Ochenta años después de ese primer encuentro, que coincide con la publicación del epistolario inédito de Aleixandre al poeta de Orihuela y a Josefina Manresa, la histórica y olvidada casa de Velintonia abrirá excepcionalmente sus puertas a la poesía el viernes 19 de junio, a las 21.00 horas, con una velada en recuerdo del autor de Perito en lunas, velada en la que intervendrán destacados poetas y artistas como Luis Eduardo Aute, Carmen Linares, Javier Lostalé, Juan Carlos Mestre, Vicente Molina Foix, Miguel Molina o José Sacristán, entre otros.

Con este acto, organizado por la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre en colaboración con la Fundación Cultural Miguel Hernández y con el apoyo de la Fundación Gerardo Diego y de la Caja Rural Central de Orihuela, la mítica residencia del poeta y premio Nobel Vicente Aleixandre volverá a ser por unas horas lo que siempre fue desde 1927 hasta 1984, exceptuando el periodo de la guerra civil: la Casa de la Poesía.

De la intensa e íntima amistad entre ambos poetas quedan numerosos testimonios, cartas y textos. Vicente dedica a su gran amigo no sólo una de las más hermosas elegías de nuestra lírica: «En la muerte de Miguel Hernández», sino hasta tres «encuentros»: «Evocación de Miguel Hernández», «Una visita» y «Miguel Hernández: nombre y voz». Hecho éste singular y significativo de la importancia que tuvo el poeta de Orihuela en la biografía sentimental del Nobel, como puede también desprenderse de la lectura del copioso epistolario aleixandrino de reciente publicación. Y tampoco hay que olvidar, por importante, la extensa dedicatoria que hace Miguel Hernández a Vicente Aleixandre de su Viento del pueblo o su «Oda entre arena y piedra a Vicente Aleixandre».

Esta histórica velada poética en recuerdo de Miguel Hernández —que se celebra también coincidiendo con los veinte años de lucha de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre por la salvaguardia de Velintonia—, será también un pretexto para la reivindicación pública de la casa para la poesía, para la denuncia ante su lamentable abandono institucional y para concienciar a los organismos públicos responsables de su conservación y salvación de su innegable valor histórico, cultural y patrimonial.
La velada poética, que se desarrollará en el jardín de Velintonia, bajo el hoy imponente cedro que plantó el propio Aleixandre en 1940 —reconstruida la casa tras la guerra civil—, acogerá a las más de doscientas personas que han ido solicitando, hasta completar el aforo, su imprescindible invitación nominativa, y contará también con la asistencia de decenas de poetas, escritores y de personas vinculadas al mundo de la cultura de Madrid, Orihuela y Jaén.

Se adjunta, en PDF, cartel de la velada.
Más información en el teléfono de la aava (619 22 96 76) o a través del correo electrónico: asociaciondeamigos@vicentealeixandre.es

Emilio Bascuñana del PP, recupera la alcaldía de Orihuela, en minoría

Esperemos que la gestión de la Casa-Museo de Miguel Hernández y la Fundación reciban el apoyo en personal que Monserrate de los Verdes le retiró, por culpa de los recortes, y que Bascuñana se dé cuenta que el nombre internacional de Orihuela de lo debe a Miguel Mernández.

..........................LA VERDAD.............

El líder del PP de Orihuela, Emilio Bascuñana, ha sido elegido alcalde con el apoyo de once votos frente a los ocho obtenidos por la candidata del PSPV-PSOE, Carolina Gracia, los 3 de Ciudadanos y otros tantos de Cambiemos y una abstención -presumiblemente de Foro Demócrata-, que ocuparán la bancada de la oposición.
"Hoy empieza una nueva etapa marcada por el cambio en la política que pide la ciudadanía", ha dicho Bascuñana durante un discurso de investidura donde ha insistido en una "nueva forma realista y sincera" de hacer política, "basada en la transparencia, el diálogo y la participación donde sensatez, rigor, seriedad y ejemplaridad sean los valores que nos guíen".
El líder del PP encabezará durante los próximos cuatro años, previsiblemente, un equipo de gobierno que tiene como misión fundamental "trabajar con determinación, tesón y perseverancia para mejorar el legado que nos cede" la anterior corporación, a la que ha reconocido el esfuerzo y felicitado por los logros conseguidos.
En esta línea, Basuñana ha instado al resto de formaciones a "abandonar prejuicios, intereses particulares y partidistas" para centrarse en el "beneficio" de Orihuela puesto que "ahora tenemos la oportunidad de conseguir "mayor igualdad y trabajar por una sociedad más justa e igualitaria".
Así mismo, el popular ha apostado por que la "honestidad, honradez y ejemplaridad se conviertan en los signos de identidad de Orihuela" y, la educación sea "algo más que un derecho, una realidad que nos lleve a recuperar los valores esenciales de la convivencia y mejore la formación y permita el progreso".
Ha expresado, del mismo modo, el "honor" que le supone ser elegido alcalde de la ciudad, reto que asume con "orgullo, responsabilidad y la vocación de servicio que me inculcaron desde niños".
Durante esta sesión plenaria que ha dado comienzo a las 12 horas también han intervenido los cabeza de lista del resto de formaciones tras la votación que se ha realizado mediante voto secreto.
Así, la primera en intervenir ha sido la líder de Foro Demócrata, Pepa Ferrando, quien ha felicitado al nuevo alcalde, a quien ha advertido de que "si en los próximos cuatro años no es capaz de llegar a algún acuerdo con otro partido lo va a tener difícil".
Por su parte, el candidato de Cambiemos Orihuela, Karlos Bernabé, ha expresado su "profundo respeto personal por el regidor" pero ha declarado que "desde el punto de vista político" no lo podía felicitar puesto que "nos va a gobernar un partido cuya estructura está corrupta", algo que ha tildado de "falsa renovación política".
En este sentido, ha recordado que su formación defendió el "cordón sanitario contra la corrupción" y ha advertido de que son el "germen de la futura primavera".
El líder de Ciudadanos, Juan Ignacio López-Bas, cuya posición de voto no se ha conocido hasta el pleno de hoy, se ha ofrecido públicamente a "colaborar y trabajar" con todas las fuerzas políticas en los próximos cuatro años para lograr el "progreso de la ciudad".
"Se trata de ponerse a trabajar y dd que los concejales dejen la mentira, insidia y calumnia como única arma política", ha añadido.
La socialista Carolina Gracia ha señalado que hoy se "abre una nueva etapa" en el ayuntamiento que "me hubiera gustado encabezar".
No obstante, ha mostrado su orgullo al haber formado parte de un gobierno -PSOE y Los Verdes- que ha "destronado la mancha de la corrupción en Orihuela" al tiempo que les ha ofrecido su colaboración para trabajar por la "igualdad, sostenibilidad y equidad".


 La Verdad , DOMINGO,14 DE JUNIO DE 2015

sábado, 6 de junio de 2015

Miguel Hernández vuelve a Velintonia. 19 de junio a las 21 horas. Madrid

Organiza en Madrid la Asociación de Amigos de Viceete Aleixandre. Premio Nobel de Literatura
asociaciondeamigos@vicentealeixandre.es

Participarán:
María Amaya Aleixandre
Luis Eduardo Aute
José Cereijo
Asunción García Iglesias
Carmen García Iglesias
Lucía Izquierdo García
Aitor L. Larrabide
Carmen Linares
Miguel Losada
Javier Lostalé
Juan Carlos Mestre
Vicente Molina Foix
Miguel Molina
Jesucristo Riquelme
Luis Rosales Fouz
José Sacristán
Alejandro Sanz
 ...................................................ENLACES..........
 Vicente Aleixandre y Miguel Hernández, una leal amistad:
 http://mhernandez-palmeral.blogspot.com.es/2015/06/21-vicente-aleixandre-y-miguel.html


MIGUEL HERNÁNDEZ VUELVE A VELINTONIA
Viernes, 19 de junio de 2015, a las 21.00 horas (calle de Vicente Aleixandre, 3)

NOTA DE PRENSA

En marzo de 1935, el joven Miguel Hernández escribe a Vicente Aleixandre una carta en la que le dice que ha visto su reciente libro La destrucción o el amor, que no le es posible adquirirlo y que le quedaría muy reconocido si pudiera proporcionarle un ejemplar. A partir de entonces inician una profunda y fraternal amistad. Miguel empieza a visitar con regularidad la casa madrileña del poeta en la antigua calle de Velintonia 3 y a cartearse con su amigo cuando la distancia los separa.

Ochenta años después de ese primer encuentro, que coincide con la publicación del epistolario inédito de Aleixandre al poeta de Orihuela y a Josefina Manresa, la histórica y olvidada casa de Velintonia abrirá excepcionalmente sus puertas a la poesía el viernes 19 de junio, a las 21.00 horas, con una velada en recuerdo del autor de Perito en lunas, velada en la que intervendrán destacados poetas y artistas como Luis Eduardo Aute, Carmen Linares, Javier Lostalé, Juan Carlos Mestre, Vicente Molina Foix, Miguel Molina o José Sacristán, entre otros.

Con este acto, organizado por la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre en colaboración con la Fundación Cultural Miguel Hernández y con el apoyo de la Fundación Gerardo Diego y de la Caja Rural Central de Orihuela, la mítica residencia del poeta y premio Nobel Vicente Aleixandre volverá a ser por unas horas lo que siempre fue desde 1927 hasta 1984, exceptuando el periodo de la guerra civil: la Casa de la Poesía.

De la intensa e íntima amistad entre ambos poetas quedan numerosos testimonios, cartas y textos. Vicente dedica a su gran amigo no sólo una de las más hermosas elegías de nuestra lírica: «En la muerte de Miguel Hernández», sino hasta tres «encuentros»: «Evocación de Miguel Hernández», «Una visita» y «Miguel Hernández: nombre y voz». Hecho éste singular y significativo de la importancia que tuvo el poeta de Orihuela en la biografía sentimental del Nobel, como puede también desprenderse de la lectura del copioso epistolario aleixandrino de reciente publicación. Y tampoco hay que olvidar, por importante, la extensa dedicatoria que hace Miguel Hernández a Vicente Aleixandre de su Viento del pueblo o su «Oda entre arena y piedra a Vicente Aleixandre».

Esta histórica velada poética en recuerdo de Miguel Hernández —que se celebra también coincidiendo con los veinte años de lucha de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre por la salvaguardia de Velintonia—, será también un pretexto para la reivindicación pública de la casa para la poesía, para la denuncia ante su lamentable abandono institucional y para concienciar a los organismos públicos responsables de su conservación y salvación de su innegable valor histórico, cultural y patrimonial.
La velada poética, que se desarrollará en el jardín de Velintonia, bajo el hoy imponente cedro que plantó el propio Aleixandre en 1940 —reconstruida la casa tras la guerra civil—, acogerá a las más de doscientas personas que han ido solicitando, hasta completar el aforo, su imprescindible invitación nominativa, y contará también con la asistencia de decenas de poetas, escritores y de personas vinculadas al mundo de la cultura de Madrid, Orihuela y Jaén.

Se adjunta, en PDF, cartel de la velada.
Más información en el teléfono de la aava (619 22 96 76) o a través del correo electrónico: asociaciondeamigos@vicentealeixandre.es


VER FOTOGRAFIAS DEL ACTOS DEL 19 DE JUNIO

jueves, 4 de junio de 2015

21.- Vicente Aleixandre y Miguel Hernández: una leal amistad, Por Ramón Fdez. Palmeral



                                                      (Miguel Hernández y Vicente Aleixandre, fotocomposición)
                    

    Este año de 2007 se cumple el XXX aniversario  de la concesión del Premio Nobel de Literatura 1977 al poeta sevillano Vicente Aleixandre (1898-1984). También es oportuno en esta efemérides literaria apoyar la iniciativa de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre, creada en 1995, cuyo portavoz es Alejandro Sanz, que intenta rescatar la casa de Vicente Aleixandre,  de las garras de la especulación, situada en la que fue  calle Velintonia [[i]], número 3 de Madrid, y que hoy lleva del nombre el poeta. Se ha creado una comisión técnica formada por el Ministerio de Cultura, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital, con la intención de realizar una oferta conjunta a los herederos del poeta y adquirir dicha casa, que pasaría a formar parte del Patrimonio Público. Estamos hablando de unos 3 ó 4 millones de €,  cantidad muy inferior a la de comprar un cuadro de Picasso, si saliera a subasta para el Museo Nacional Centro Reina Sofía, por ejemplo.
   Las últimas malas noticias que tenemos de mediados de mayo actual, son que el director general del Libro, Rogelio Blanco, representante del Ministerio de Cultura en esta negociación, explicó a Europa Press, que Cultura se ha retirado de la posible compra de la casa del Premio Nobel porque el «gasto era desproporcionado para los logros» y recordó que  Cultura y las dos Administraciones ofrecieron a los herederos 2´8 millones de euros, un millón más de la oferta presentada tras la tasación legal del municipio sólo por el valor "simbólico" del inmueble, mientras que los propietarios del edificio y herederos del poeta solicitan casi 7 millones de euros. Además en la  de Velintonia, 3 no hay nada de Aleixandre, "ni muebles, ni archivos, ni documentos, ni primeras ediciones, por lo tanto el contenido de este centro cultural tendríamos que inventarlo", alegó Blanco.
   Estos generalizados vandalismos a nuestra cultura literaria hispanoamericana nos deberían servir como ejemplo a la hora de salvar lo salvable en casos oportunos y puntuales, y que no ocurran casos lamentables como este de Vicente Aleixandre donde se va a perder la casa, sus libros, su correspondencia. Y estamos hablando de un Premio Nobel, ¿qué será entonces de un autor nacional o poco conocido?
   Por esta casa  pasaron todos los poetas de la Generación del 27, y los más importantes poetas contemporáneos; es, sin duda, un emblema de nuestra cultura, pero parece que a semejanza de lo que hacen en otros países civilizados de nuestro entorno, rescatar los vestigios de su patrimonio cultural, aquí en España y en Madrid, preferimos la picota y la espada a la pluma. Se ha llegado tarde, la especulación de los terrenos en Madrid es desorbitada, sólo una ley de expropiación sería viable.
     Entre los ilustres poetas que visitaron la casa de Aleixandre, uno fue Miguel Hernández.   Con este motivo hagamos una breve introducción a la amistad entre ambos autores, el primero autor de La destrucción o el amor, y el segundo de  El rayo que no cesa. Vicente Aleixandre dijo de Miguel que era como un hermano menor para él y además que «era un alma libre que miraba con clara mirada a los hombres».  Esta amistad fue larga y leal, veamos algunos encuentros.


[i]] El nombre de su calle Velintonia se debe que la anglófila Wellingtonia, nombrada así por las abundantes secoyas o meliosmas que antiguamente crecían en el lugar, apareciera en el diccionario hispano como Velintonia, aunque el Ayuntamiento se empeñara en ignorarlo. Hoy la calle se llama Vicente Aleixandre, en honor del poeta que la bautizó dos veces.

 ...........................
Artículo completo está  en el articulo 21 de mi libro "Miguel Hernández, el poeta del pueblo", publicado por Amazon.es 
    Por Ramón Fernández Palmera


FOTOGRAFIAS DEL ACTO DEL 19 DE JUNIO

lunes, 1 de junio de 2015

Epistolario inédito de Vicente Aleixandre a Miguel Hernández, por Jesucristo Riquelme

  Recopilado por Jesucristo Riquelme

 

De Nobel a novel. Epistolario inédito de Vicente Aleixandre a Miguel Hernández

Epistolario inédito de Vicente Aleixandre a Miguel Hernández y Josefina Manresa

Vicente Aleixandre
Libro (Tapa dura con sobrecubierta)
39.90 €
Por primera vez se publican las cartas que Vicente Aleixandre escribió al joven poeta Miguel Hernández y a su mujer, Josefina, cuando este fue encarcelado y tras su muerte

Sinopsis 

Quien encuentra un amigo encuentra un tesoro, reza el Eclesiastés. Vicente Aleixandre, nuestro último poeta Premio Nobel, amasó, con amor y sin esfuerzo, una riqueza sin igual a lo largo de sus 86 años de existencia. Aleixandre profesó una amistad fraternal y cómplice con el poeta oriolano, una amistad basada en la dignidad ética y literaria. Nada cuesta imaginar al sevillano vaticinando ante el novel poeta Miguel Hernández: «Yo adivino en ti al escritor que escribe saturado de futuro. Tuyo es el porvenir». Y así fue. Pero lo fue porque Aleixandre – consejando honrada y discretamente a Josefina Manresa, viuda de Hernández, y previendo que Miguel era de esos escritores, primero, personas, y, después, poetas de la misma estirpe de
honestidad– logró que el poeta del pueblo no desapareciera en el olvido del largo túnel franquista y que su obra fuera creciendo en valor merced a sus pesquisas y desvelos por proteger, reconstruir, recopilar, ordenar y fijar la poesía del oriolano. Para el prestigio como poeta del que Miguel Hernández goza dichosamente hoy y para el estreno de la difusión internacional fue imprescindible una figura de talla tan hondamente humana como la de Vicente Aleixandre.

La estrecha relación de hermanos, amigos y la de guía literario que supuso la magnífica poesía de Aleixandre para Miguel Hernández permitieron a ambos «estar en el secreto» de sus vidas. Las cartas de Aleixandre a Miguel Hernández y a Josefina Manresa nos proporcionan interesantísimas claves humanas para disfrutar de afectos tan íntimos como poco difundidos. Estamos ante un ejemplo de vida, ante una amistad más allá de la muerte y ante un epistolario que abarca cincuenta años (1935-1984) de nuestra más reciente historia.