Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

jueves, 28 de diciembre de 2017

Falleció Gaspar Peral Baeza, estudioso de Miguel Hernández


 





Ramón Fernández Palmeral 28 de diciembre en Información

Falleció Gaspar Peral Baeza, estudioso de Miguel Hernández

El 21 de diciembre 2017 falleció el bibliófilo hernandiano Gaspar Peral Baeza, el mismo día en que cumplía noventa y tres años (93), por el propio peso de los años. El mes pasado estuvimos hablando por teléfono, me contó sus achaques porque a pesar de sus años mantenía una excelente memoria. Gaspar se había convertido en mi mentor necesario en los estudios hernandianos. Yo sabía que este momento fatal tenía que llegar debido a su avanzada edad, su muerte no nos ha cogido por sorpresa ni a familiares ni a amigos. Era una buena persona, siempre servicial, educado y dispuesto a ayudar a quienes llamaran a su casa de la Torre de las Águilas, donde se encontraba su oceánico archivo hernandiano, y su biblioteca especializada en temas alicantinos.
Nació en Alicante el 21 de diciembre de 1924, de profesión empresario del ramo agro-alimentario. Licenciado en Derecho. En los años cincuenta fundó Teatro de Cámara del Instituto de Estudios Alicantinos, y escribió varias obras dramáticas. Desempeñó la tenencia de Alcaldía de Cultura del Ayuntamiento de Alicante durante los años 1962 a 1967. Nos dejó su gran índice: Archivo Miguel Hernández de Gaspar Peral Baeza (2013), una obra imprescindible para los estudiosos del autor de El rayo que no cesa.


El monumento a Miguel Hernández en los Juzgados de Benalúa,




El monumento a Miguel Hernández en los Juzgados de Benalúa, del que hablas al final de tu artículo se inauguró el 28 de marzo de 1998, y es obra en hierro del escultor Agar Blasco, que es hijos de Arcadi Blasco, también escultor ceramista. Se levantó por iniciativa de la Asociación de Amigo de Miguel de Alicante que presidía el ya fallecido Julián Antonio Ramírez, al que conocí en Orihuela cuando le dieron  la Medalla al Mérito Hernandiano en 2006. 

martes, 26 de diciembre de 2017

Fotos inéditas de Gaspar Peral Baeza en la exposición de "Miguel Hernández en nuestro corazón" del 5 al 25 de marzo de 2010

 Ámbito Cultura de El Corte Inglés: Gaspar, Manolo Parra, Domy Duarte, Ramón Palmeral y Silvia Aguilar
Palmeral con su cuadro "Me llamo barro"
Fotos realizadas por Ramón Palmeral en marzo de 2010

Gaspar Peral, un intelectual hernandiano. Joaquin Santo Matas en Información 26-12-2017

Gaspar Peral, un intelectual hernandiano

26.12.2017 | 03:16/ Información
 
Ya no pudo acudir al «IV Congreso Internacional Miguel Hernández, poeta en el mundo» celebrado entre el 15 y el 18 del pasado noviembre. Le fallaban las fuerzas aunque no su espíritu y lucidísima cabeza a pesar de los 93 años. Cuando concluía ese mes, una caída con rotura de cadera lo postró definitivamente. Y ahora, tres semanas después, con el comienzo del invierno, se nos ha ido para siempre uno de los mayores hernandianos que ha dado esta tierra.

Desde que tengo uso de razón lo conozco pues mis padres eran íntimos amigos suyos y de Adela Ribelles, su mujer. Yo lo soy de su hijo Paco y fui condiscípulo de su hija María Adela con la que compartí estudios de Filosofía y Letras.

El fondo bibliográfico que poseía Gaspar Peral sobre Miguel Hernández resulta en verdad impresionante, sin duda el más completo de carácter privado que se conoce. Desde que comprara en una librería de València hacia 1950 un ejemplar de El rayo que no cesa, publicado en Buenos Aires dentro de la Colección Austral de Espasa-Calpe el año 1949, ha llevado casi siete décadas recopilando mucho de lo que sobre el poeta se ha escrito, dibujado, organizado o cantado amén de las obras del propio autor en diferentes ediciones, bien en castellano, bien traducidas a otros idiomas, todo ello perfectamente catalogado.

En 2012 lo editó bajo el título de Archivo Miguel Hernández de Gaspar Peral Baeza el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, heredero directo de aquel Instituto de Estudios Alicantinos del que fue director de la sección de Publicaciones y fundador del Teatro de Cámara del mismo cuando se creara en 1953 así como subdirector de la revista del IDEA.

Gaspar fue también un hombre de teatro, lector empedernido del mismo que escribiera las piezas Cartas en voz alta. en colaboración con Lorenzo Peral, y Un rincón donde dormir así como textos en prosa sobre Carlos Arniches y Pérez Pizarro, entre otros.

La revista Anthropos dedicó su número monográfico 220 del año 2008 a Miguel Hernández bajo el título de Una nueva visión de su creación poética y la pluralidad de sus contextos. Allí, con la participación inestimable de Aitor Larrabide, actual director de la Fundación Miguel Hernández, se dio a conocer la bibliografía de y sobre el poeta oriolano que conservaba Peral.

Investigadores y doctorandos fueron acudiendo a su vieja torre de la huerta alicantina para escudriñar en el inmenso archivo documental, pedirle consejo o un dato preciso. Porque Gaspar no sólo ha sido una enciclopedia hernandiana viviente sino poseedor de una memoria prodigiosa. Ambas circunstancias le hicieron ejercer funciones de corrector preciso ante los habituales errores cometidos por quienes del oriolano universal vienen escribiendo, tanto sobre aspectos biográficos como referentes al entorno histórico, geográfico, político o social.

El rigor en la consulta, la constatación del dato, el contrastarlo e incluso el simple repaso para evitar algún lapsus calami o simples despistes, no suelen ser normas de obligado cumplimiento entre determinados autores, alguno de los cuales ha llegado a citarlo como «Isaac Peral» a la hora de dedicarle su obra. Respecto a esos gazapos, existe una Antología donde en el lomo figura «Miguel Hernández Sánchez» que era como se llamaba su padre.

Hombre de vastísimos conocimientos, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Alicante entre 1961 y 1967 en que lo sustituyó otra persona preparada y cabal como José Vicente Beviá, supo insuflar de aire fresco el páramo lucentino desde una cordialidad que no escondía un carácter irónico y mordaz.

El vínculo de Miguel Hernández con la capital alicantina siempre existió desde aquel 1930 en que Juan Sansano, igualmente poeta de Orihuela, le comenzó a publicar en su periódico El Día aquellos novedosos versos, hasta su prisión, muerte y reposo eterno en el cementerio de La Florida.

Han sido frecuentemente obviados aquellos testimonios surgidos a partir de 1952 cuando Aguilar da a a conocer una selección de obras escogidas de poesía y teatro que constatan de qué manera Miguel Hernández estaba presente en las publicaciones literarias del franquismo más estricto aunque está claro que el régimen no colaboró de manera oficial lo más mínimo en la divulgación o recuerdo de escritores tildados de «rojos». Lamento que pruebas irrefutables de ello puedan enojar a quienes manifiestan el olvido, desprecio o simple ignorancia en los que cayera la figura de Miguel Hernández durante la pasada dictadura; pero resultan veritas veritatis.

Pionero en el recuerdo escrito fue Enrique Azcoaga, compañero de las Misiones Pedagógicas que ya el año 1943 le dedica el soneto En la muerte de Miguel, el último que aparece en su obra El canto cotidiano, editada en la Colección Adonais.

Por lo que respecta a las revistas, fue la malagueña Caracola quien dedicara un número monográfico a Miguel Hernández en octubre-noviembre de 1960 al igual, por las mismas fechas, que Ínsula y Cuadernos de Ágora de Madrid.

El propio Gaspar me contaba cómo siendo el pregonero de las Hogueras de San Juan el 21 de junio de 1966, delante de las autoridades civiles y militares del momento, nombró en su alocución al pueblo desde el balcón del Ayuntamiento a Miguel por dos veces; en concreto, al citar la palmera y la hoguera, recordó la definición que le dio el poeta, «alineación de bronce y geometría» y «Pentecostés de lenguas» respectivamente. Y no pasó nada en un tiempo donde en los libros de texto escolares era citado aunque escuetamente bajo la apostilla de «poeta malogrado por la guerra».

Habiendo yo indagado con amistosa libertad en su archivo y realizando una selección para la exposición que le organicé bajo los auspicios del Patronato Municipal de Cultura en la Lonja del Pescado con motivo del centenario del nacimiento de Miguel Hernández y se frustró a última hora por no sé qué desgraciada circunstancia, recuerdo obras que poseía de y sobre nuestro poeta oriolano en francés, holandés, italiano y checo así como en otras lenguas menos conocidas como el nahuatl mexicano o las indígenas habladas en Filipinas.

Guardaba también diversas carátulas de discos y cd´s desde 1966 de la mano, entre otros, de Joan Manuel Serrat, Paco Ibáñez, Inés Fonseca, la oriolana Esmeralda Grao, y el ilicitano Fraskito, recordando cómo las famosísimas Nanas de la cebolla fueron musicadas en su apartamento de la playa de San Juan por el cantautor argentino Alberto Cortez, que me lo contó personalmente, un invierno en el que paseaba de madrugada por el puerto pesquero en compañía de su mujer viendo preparar las barcas para salir a faenar y quedarse con el silbo tarareado de un pescador que encontró armónico, fue memorizando y encajó perfectamente con «la cebolla es escarcha cerrada y pobre...» que luego ha universalizado Serrat.

He llevado años luchando para que el Ayuntamiento de Alicante acogiera todo ese inmenso archivo hernandiano que Gaspar quiso donar e increíblemente no logró en vida. A cambio solo quería que el lugar de exhibición llevara su nombre o una modesta placa recordara su altruista gesto. Miguel Valor, otros más y muy recientemente Paco Sanguino saben del tema. Espero que una vez muerto lo consiga.

Hace un lustro llamé a Gaspar Peral en un artículo ·»faro y guía de presencias hernandianas·; su mejor homenaje postrero sería ese, que su Alicante donde muriera el poeta guardara tan inmenso fondo bibliográfico. Yo no le voy a escribir a la tierra pero en la suya yacente debe haber un hueco de gratitud lucentina y hernandiana a su figura.

lunes, 25 de diciembre de 2017

Gaspar me dedicó varios libros entre ellos "El rayo que no cesa" en 2010





https://palmeral2.blogspot.com.es/2017/12/dibujo-lapiz-de-mi-amigo-gaspar-peral.html

Catálogo de la exposición "Miguel Hernández en la cárcel de Alicante", del Archivo Histórico Provincial de Alicante

Comisarios:
Martía del Olmo Ibáñez
Severiano Hernández Vicente
Pablo Rosser Limiñana


Textos:
María del Olmo Ibáñez
Severiano Hernández Vicente
Emma de Ramón Acevedo
Silvestre Lacerda Almeida

Inciativa del
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTES

y DE LA GENERALITAt VALENCIANA, EDUCACIÓN Y DEPORTE




....................Comentario catálogo.....................................
El catálogo contiene 112 páginas, ilustrado a todo color, papel de gran calidad. Los textos están perfectamente documentados sobre el periodo carcelario de Miguel Hernández, con citas al pie de páginas de los autores de libro estudiados. Es una exposición y un catálogo que los alicantinos y estudiosos hernandianos no se deberúan perder. En la contraportada aparecen la ficha dactiloscopica de Miguel Hernández.

 ............................Artículo en Mundiario de la inauguración..................................
 Con esta magna e interesante exposición documentada con originales, se conmemora el Año Hernandiano con motivo del 75º aniversario de la muerte del poeta Miguel Hernández en el Reformatorio de Adultos de Alicante. Exposición que estará abierta al público en general y a alumnos. Se exhibirá en Alicante del 26 de octubre al 28 de enero de 2017 y después está programada otra en el Centro Documental de la Memoria Histórica en Salamanca a partir del 8 de febrero. @mundiario 

Ver articulo completo en MUNDIARIO de Ramón Palmeral

Album de Paco Ortega música a poemas de Hernández

Música a Miguel Hernández

El álbum 'La voz que no cesa' cierra todo un año de celebraciones por el 75 aniversario de la muerte del poeta



Miguel Hernández, en una imagen sin datar.
Miguel Hernández, en una imagen sin datar.
Como cierre a todo un año de celebraciones por el 75 aniversario de la muerte de Miguel Hernández, se presenta El canto que no cesa, un álbum producido por Paco Ortega, interpretado por grandes artistas del panorama musical nacional y con la colaboración de la Diputación de Jaén, que es propietaria del legado del poeta. El disco nace como un homenaje en el que se ha puesto música a poemas de Hernández, se han versionado canciones que ya existían o se han creado nuevas para recordarle. “He escogido a las voces que más me emocionan y que representan estilos diferentes”, declara Ortega.
Concha Buika, Miguel Ríos, Aziza Brahim, Sole Giménez y el propio Paco Ortega han preferido escoger poemas de Hernández para componer ellos mismos la música y cantarlos. “Hay que seguir hablando de él, le tenemos que seguir teniendo en cuenta”, destaca Sole Giménez, la exvocal del grupo Presunto Implicados. Giménez ha escogido Tus cartas son un vino para hacer su particular homenaje. “Tenía una musicalidad escondida, parecía que estaba esperándome”, confiesa la artista.
José Mercè y jovencísima Ana Corbel han realizado dos versiones nuevas de temas que ya se habían publicado en el pasado. En el caso del cantaor es La canción del esposo soldado, ya interpretada por Serrat. Mientras, Corbel reinterpreta Andaluces de Jaén de Paco Ibáñez. Serrat y Silvio Rodríguez entonan Elegía I y Elegía II, respectivamente, dos temas originales por licencia. Por último, Víctor Manuel y Mayte Martín cantan dos canciones nuevas y dedicadas al poeta.
“Cuando me llamo Paco (Ortega) me di cuenta de que ya tenía la canción perfecta”, declara Víctor Manuel. En 1976 el artista había creado un tema para un homenaje a Miguel Hernández que se celebraba en Orihuela, pero la censura prohibió el acto y el tema nunca se llegó a publicar. Parece que Para un homenaje a Miguel Hernández, que así se llama, estaba esperando a este momento para salir a la luz.
El disco que ya está a la venta en tiendas (por alrededor de 15 euros) y en internet (por unos 7 euros). Los beneficios que se obtengan irán a parar la ONG Quesada Solidaria que gestiona ayuda para los refugiados.

domingo, 24 de diciembre de 2017

Despedida de mi amigo y mentor Gaspar Peral Baeza

Despedida de mi amigo y mentor Gaspar Peral Baeza

Falleció a los 93 años un gran hernandiano Gaspar Peral Baeza, generoso con todos aquellos que acudimos a consultar su oceánico archivo sobre el poeta Miguel Hernández en su casa de Torre de las Águilas.




Ramón Palmeral y Gaspar Peral Baeza. / Palmeral.
Ramón Palmeral y Gaspar Peral Baeza. / Palmeral.
Esta mañana 23 de diciembre hemos despedido a una buena persona con serenidad y reflexión, y con pena contenida, como era Gaspar Peral Baeza, un amigo y también mi mentor en temas hernandianos.  A las 11,15 horas se inició la homilía en la capilla que tiene el tanatorio la Siempreviva, en el Vial de los Cipreses, situado a un kilómetro al Sur del Cementerio de Nuestra Señora del Remedio. Un camino por donde pasó hace 75 años, un domingo del 29 de marzo de 1942, el paupérrimo féretro de Miguel Hernández sobre un coche fúnebre tirado por caballos negros, tal vez, sin la típica cresta de  plumas de cuervos.
La homilía la oficio un sacerdote de color, lo hago tonar  por ser la única persona de este color que había entre los cientos de files asistentes. El sacerdote, tranquilo, pausado y sabio ofició una misa en la versión larga de 45 minutos, en la que antes de terminar llamó al atril del altar para dar un responso a Aitor L. Larrabide, Director de la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela que a título personal dijo que conoció a Gaspar en los años noventa para poder hacer su tesis de licenciatura sobre el poeta de El rayo que no cesa, y a continuación leyó unos versos del Cancionero y romancero de ausencias, en tono emocionado y casi con lágrimas en los ojos (una copia de los versos van metidos dentro del ataúd). A continuación José Antonio Charques y en nombres del Grupo Poético Miguel Hernández de Alicante, recitó de memoria –una memoria excepcional que posee– un poema propio, que sin apartar los ojos de ataúd nos emocionó a todos por su contenido elegiaco.
Luego el sacerdote roció con el hisopo el agua bendita sobre el ataúd con toda solemnidad y dio la mano a los hijos: Paco, Gaspar y Adela Peral Ribelles presentes en primera fila, junto a sus nietos.
Se abrió el ala lateral de la capilla y pasó muy cerca del mí, casi rozándome, el féretro hasta meterlo en el coche fúnebre, sin poder resistirme a dar sobre el pino barnizado en caoba, un par sordos golpes como una adiós definitivo y para siempre. No quise ir hasta al camposanto donde lo iban a enterrar en el panteón familiar, porque dejó dicho, antes de morir que no quería que lo incineraran.
Allí mismo me despedí dolorido de algunas caras conocidas como: Paco Esteve, Rosa Monzó Seva, José Luis Ferris, Joaquín Santo Matas y esposa, del pintor Carrasco que había venido desde Játiva, de Charques y de los hijos de Gaspar que en cuerpo de cadera rota tomó el camino del tétrico cementerio, detrás de su alma ya huida.
De regreso a mi casa, en mi coche, yo solo, recordé que, a Gaspar lo conocí en la Senda del Poeta del años 2002 a la entrada del cementerio, me lo presentó Manuel Parra Pozuelo, también amigo y escritor hernandiano, con el que me unía y me une una gran a mistad relacionada con la poesía. Desde aquel año, Gaspar al entesarse de que yo estaba preparando mi primer libro sobre Hernández, me invitó a consultar  notas en su “oceánico archivo”, que así lo llamaba desde que lo bautizara, años atrás, el famoso hernandiano Eutimio Martín, autor de El oficio de poeta, 2010.
No solamente consulté su archivo en su casa de la Torre de las Águilas, en la mítica calle Virgilio 5 de la Albufereta, sino que cultivé su amistad muchas tardes, y además le serví de conductor para llevarlo a Orihuela muchas veces como en 2006 cuando le dieron la Medalla al Mérito Hernandiano de la Fundación M.H.; otras veces para el III Congreso de Miguel Hernández inaugurado en la Lonja de Orihuela en 2010; o para el curso de verano sobre Ramón Sijé, en Orihuela en 2013, donde compartimos mesa de oradores. Así podría seguir contando viajes y anécdotas, y horas de impagable magisterio.
No voy a hablar del amplio currículum literario de Gaspar  porque hoy (23) el Diario Información le ha dedicado la página 74 completa en la Sección Cultural, escrita por José Luis Ferris, donde habla de él y de su entrañable amistad cierta, porque la famosa biografía en Tusquets de Hernández, salió del archivo de Gaspar.
Solamente me queda resaltar que Gaspar Peral Baeza había nacido el 21 de diciembre de 1924, el día de Santo Tomás, (Apóstol, el Incrédulo), y falleció a los 93 años, el mismo día que los cumplía, y empieza para nosotros el invierno. Gaspar me decía algunas veces: “Soy por naturaleza incrédulo como el apóstol Santo Tomás, santoral de mi nacimiento”.


(Nota.-
Lamento mucho que este artículo no lo puedas leer ni corregírmelo)

sábado, 23 de diciembre de 2017

Entrevista por la Medalla al Mérito Hernándiano a Gaspa Peral Baeza en 2006 para "El Eco Hernandiano"

MEDALLA AL MÉRITO HERNANDIANO 2006

“Para mí fue un descubrimiento,
ver que yo coincidía en él”

Nació en Alicante el 21 de diciembre de 1924. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Murcia. Se dedicó, en un principio, al mundo empresarial.
Fue fundador del Teatro de Cámara del Instituto de Estudios Alicantinos (1953). Fue teniente-alcalde y concejal de Cultura de la ciudad de Alicante (1961-1967). Miembro del Instituto de Estudios Alicantinos, del que fue presidente de la Sección de Publicaciones (1968-1973) y secretario técnico (1973-1974). Aficionado y conocedor del teatro español, ha escrito varias obras de este género: “Cartas en voz alta”, escrita en colaboración con Lorenzo Peral, y con la que consiguió el primer Premio de Teatro “Manuel Baeza” en 1955. En 1983 publicó “Un rincón donde dormir”.
Durante su etapa de subdirector de la revista del Instituto de Estudios Alicantinos, promovió la publicación de artículos, reseñas, etc., relacionadas con Miguel Hernández. Asimismo, fue el responsable de la edición de los “Cuentos” (1972) de Gabriel Sijé y del ensayo “La decadencia de la flauta y el reinado de los fantasmas” (1973), de Ramón Sijé. Ha ido formando una de las mejores bibliotecas y archivos temáticos hernandianos, que han servido a otros investigadores, aparte de colaborar generosamente con la Fundación Cultural Miguel Hernández y con la Sección Hernandiana de la Biblioteca Pública del Estado “Fernando de Loazes” de Orihuela. Forma también parte de la Asociación de Amigos de Miguel Hernández.
  1. En primer lugar, enhorabuena por el premio que ha recibido, la Medalla al Mérito Hernandiano. ¿Qué le ha parecido este homenaje a toda una vida dedicada al estudio del poeta oriolano más universal?

    Ante todo, he de rectificarle, yo no he estudiado al poeta más universal Miguel Hernández, lo he coleccionado. No me considero capaz de investigar, porque carezco de aptitudes críticas suficientes para hacer un estudio de tipo filológico, ni siquiera histórico ni biográfico, me he limitado a leerlo, a entusiasmarme con su poesía y volver a releerlo todos los días, casi.


  2. ¿En qué momento decidió acercarse a la figura de Miguel Hernández?

    Cuando años después de la muerte de Miguel, vamos a ponernos en los mediados años cuarenta, conocí a gente que en alguna forma se relacionó con Miguel o con su entorno, leí algún poema suyo publicado en alguna revista local y en alguna nacional; me entusiasmó, y cuando supe de la publicación de “El rayo que no cesa”, en la edición del año 49, que preparó José María de Cossío, conseguí un ejemplar; lo leí, me entusiasmó, probablemente, porque, fueron años en que yo estaba enamorado y este libro de poesía amorosa, pues, caló hondamente en mí.


  3. ¿Qué significa para usted este poeta?

    Para mí fue un descubrimiento, ver que yo coincidía en él, luego fui conociendo pasajes de su vida y su vida me entusiasmó tanto como su poesía. Me refiero a su vida dramática, trágica: desde sus primeros años de pastor, de cabrero, hasta los últimos años en ese viajar de prisión en prisión, hasta llegar el 28 de marzo del 42 con su muerte en una prisión de mi tierra, de mi pueblo, de Alicante.


  4. ¿Cuál sería la mejor manera de homenajear a este poeta?

    Leerlo, leerlo, no dejar de leerlo.


  5. ¿Qué le empujó a publicar la obra inédita de Ramón Sijé, “La decadencia de la flauta y el reinado de los fantasmas”?

    Pues me llevó el sentido de la amistad entre Miguel y Ramón, el deseo expresado por Miguel en una gran cantidad de momentos, de situaciones y de ocasiones, porque ese libro de su compañero del alma viera algún día la luz. Lo intentó.

    No es el momento de explicar las distintas circunstancias que impidieron que ese libro viera la luz. Se dejó de hablar ya de ese libro.

    Hubo algún intento por alguna institución local oriolana, no fraguó aquel intento, y yo, entonces, en un puesto que era el de presidente de la Sección de Publicaciones del Instituto de Estudios Alicantinos, tuve la oportunidad gracias a la colaboración de miembros de dicho instituto, oriolanos, que me lo pidieron; vi la ocasión óptima, que no podía dejar pasar que aquel deseo frustrado de Miguel en relación con la obra de Ramón no se pudiera llevar a cabo, y lo conseguí.


  6. ¿Cree que la figura de Ramón Sijé está reconocida en su ciudad natal?

    No, creo que no, ni en su ciudad natal ni en otros sitios, no. Yo pienso que a Ramón Sijé hay que estudiarlo olvidándose un poco de Miguel, estudiar a Ramón Sijé como Ramón Sijé.


  7. ¿Qué opina sobre la catalogación y digitalización de los fondos de Ramón Sijé, llevado a cabo por el III Taller de Empleo de la Fundación Cultural Miguel Hernández?

    A mí me parece una labor excelente. Todo lo que sea recoger material, documentos de cualquier orden que esté en relación con Ramón o con Miguel es una tarea importantísima. A mí como investigador, no, porque no soy investigador, pero, para otras personas que se consideren capacitadas para estudiarlos, es fundamental cuantos más datos puedan aportarse para el estudio de las obras de los dos.


  8. ¿Cómo conoció la Fundación Cultural Miguel Hernández?

    Pues, no lo sé, no lo recuerdo, parece que la conozco de siempre, en fin. Por establecer una fecha, yo diría que con motivo de la organización del primer Congreso hernandiano en el año 92, en el que tomé parte como congresista de base, cuando la idea estaba gestándose.


  9. Usted empezó a trabajar en el mundo empresarial, ¿qué le impulsó a dedicarse al teatro?

    Pues, tampoco lo sé, debe ser una cosa de familia. No sólo yo, otros familiares también hemos intentado hacer pinitos en el teatro, y, sobre todo, porque desde pequeño me acostumbré, porque me llevaba mi padre casi todos los domingos y, claro, pues, de ahí surgió esa afición mía al Arte Dramático. Luego, pues, intenté escribir alguna obra. Se han publicado dos, no he estrenado ninguna. Lo tuve que dejar porque no servía, por lo visto.


  10. Junto con el teatro, ¿cuál es su género predilecto?

    La poesía, por supuesto.


  11. Según su punto de vista, ¿cuáles son los problemas actuales del teatro español?

    Estoy completamente desconectado con el teatro. Me pasa como con Miguel Hernández.

    Tuve un autor predilecto, como alicantino, que fue don Carlos Arniches. También empecé a coleccionar, a formar una parte de archivo arnichesco y biblioteca teatral. Tengo más de 3.000 volúmenes. Hay quien ha dicho que es la biblioteca teatral privada alicantina más importante. Yo lo pongo en duda. Pero he ido poco a poco olvidándome del teatro con los años.


  12. De su colaboración con Lorenzo Peral, ¿cuál es la obra que recuerda con más afecto?

    “Cartas en voz alta”; fue una de las primeras que escribimos juntos y, además, consiguió un premio, el Premio “Manuel Baeza” de Teatro que se convocó sólo un año, y nos lo llevamos mi tío y yo. Otras que escribimos en colaboración no tuvieron tanto éxito, las presentábamos. Por avatares, circunstancias de uno y otro, se acabó la colaboración y, luego, seguí escribiendo yo solo, pero también sin éxito; solamente conseguí que se me publicara “Cartas en voz alta” en una revista que se llamaba “Revista Española”, que avalaba el famoso Rodríguez-Moñino. Luego, ya una escrita por mí solo, “Un rincón donde dormir”, que me la publicó la Caja de Ahorros Provincial.

    Ni una ni otra se han estrenado, aunque puedo considerar que “Cartas en voz alta” sí que se estrenó, porque se leyó, se hicieron lecturas dramáticas o lecturas dramatizadas en Alicante y en Elche.


  13. ¿Qué destacaría especialmente de su labor en el Instituto de Estudios Alicantinos?

    Mi entrega total a cualquier valor joven alicantino que acudiera con su obra y que fuera digna de publicarse


  14. ¿Está escribiendo actualmente?

    No. Escribo algún artículo que amigos que confían demasiado en mí me piden más bien locales incluso me pidió la Fundación un artículo, que vio la luz, me parece, en el número 9 de “El Eco Hernandiano” en su versión impresa, precisamente sobre la amistad de Miguel y Ramón


  15. ¿Tiene algún proyecto en mente?

    No, a mis años ya no.

María Martínez Martínez
María Antonieta M. Lidón
Mayte Sánchez Gómez

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Buzón del Internauta

Un dulce hasta siempre por Gaspar Peral Baeza

Un dulce hasta siempre por Gaspar Peral

23.12.2017 | 04:46 Información
 
Gaspar Peral Baeza en su estudio.
Hoy, mientras en el camposanto de Alicante despedimos a Gaspar Peral Baeza con golpes de tierra y paladas de silencio, me esfuerzo en recordar cuándo, cómo y dónde nos conocimos; cuándo, cómo y dónde conocí a uno de los hombre que más he admirado en esta ciudad y que ha estado presente en cualquier manifestación cultural celebrada en los últimos 80 años en esta tierra. Les hablo de una presencia constante, leal y entusiasta. Y ese simple detalle de amor a la cultura dice mucho, casi todo, de un hombre al que comencé a querer sin darme cuenta; un hombre que supuso para mí, como para tantos otros, el apoyo más firme a la hora de realizar mis investigaciones sobre Miguel Hernández; de modo que, en buena medida, mis libros se deben a él y al prodigioso archivo que logró edificar sobre el poeta durante los últimos 68 años.
Pero Gaspar, para quienes le conozcan algo menos, no era solo un recolector de hojas hernandianas, de palabras y objetos del poeta o sobre el poeta, que lo fue. Gaspar Peral ha sido una parte clara, luminosa y viva de la cultura de esta ciudad, un referente sin el que la historia de Alicante quedaría incompleta y minusválida.
Nació en Alicante el 21 de diciembre de 1924. Se licenció en Derecho por la Universidad de Murcia y se dedicó al mundo empresarial, aunque pronto, en 1954, fundó el Teatro de Cámara del Instituto de Estudios Alicantinos y de la Tertulia Teatral de Alicante. Fue teniente alcalde y concejal de cultura de su ciudad entre 1961-1967, y miembro del Instituto de Estudios Alicantinos, ejerciendo de presidente de la Sección de Publicaciones (1968-1973) y de secretario técnico (1973-1974). Lo cierto es que, desde muy temprano, Gaspar sintió una verdadera pasión por la cultura y, en especial, por el teatro. Él mismo confiesa que de pequeño acompañaba a su padre al Teatro Principal todos los domingos y que, probablemente, ahí nació su afición; una afición que le llevó a escribir varias obras, entre ellas, Cartas en voz alta, creada en colaboración con su tío Lorenzo Peral, y con la que consiguió el primer Premio de Teatro Manuel Baeza en 1955. Más tarde publicó Un rincón donde dormir. La emisora La Voz de Alicante puso en antena su drama El reloj no vuelve atrás, escrito en colaboración también con Lorenzo Peral (1958). Participó en los coloquios que, en 1955 se celebraron en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander, sobre «Problemas actuales del teatro de España» y fue el encargado de los actos conmemorativos del I Centenario del nacimiento de Carlos Arniches en 1966.
También es bueno recordar que durante su etapa de subdirector de la revista del Instituto de Estudios Alicantinos, Gaspar Peral promovió la publicación de artículos, ensayos y reseñas relacionadas con Miguel Hernández; de hecho, la abundante correspondencia con reconocidos estudiosos hernandianos propició que en esa revista se avanzaran importantes estudios. Asimismo fue responsable de la edición de los Cuentos de Gabriel Sijé (1972) y, sobre todo, del ensayo La decadencia de la flauta y el reino de los fantasmas (1973), trabajo de Ramón Sijé que permanecía inédito. «Fue como una autoimposición –confesó alguna vez el propio Gaspar– (?). Me sentí obligado a cumplir lo que Miguel, desgraciadamente, no pudo llevar a cabo...»
No voy a insistir aquí en que Gaspar Peral llevaba muy adentro, desde su juventud, allá por 1949, la pasión por la obra y la vida del poeta de Orihuela. Ese mismo año se casó con Adela Ribelles en la concatedral de San Nicolás. Era un 30 de octubre (día en el que nació Miguel Hernández) y la ceremonia fue oficiada por el padre Vendrell (sacerdote que vigiló con celo los últimos días del poeta en la enfermería del Reformatorio de Adultos de Alicante). Ironías del destino. Desde esa fecha, su casa se fue convirtiendo en un santuario hernandiano donde era difícil no encontrar el más extraño libro o artículo sobre Hernández. Él, todo humildad, siempre se adelantaba a aclarar que su archivo era el producto de un enamorado de la obra del poeta, pero nada más: «Yo no he estudiado al poeta más universal Miguel Hernández, lo he coleccionado (?), me he limitado a leerlo, a entusiasmarme con su poesía y volver a releerlo todos los días, casi».
Gaspar Peral Baeza ha sido uno de los hombres más generosos que he podido conocer. Allí, en su casa, en La Torre de las Águilas, entre el asfalto y la leyenda, desde la muerte de su esposa en 1988, hizo de la soledad una de sus mejores compañeras de viaje. Además de sus tres hijos biológicos, Francisco, Gaspar y Adela, la vivienda de Gaspar ha sido hasta hace poco un punto de peregrinaje para esos otros hijos que con el pretexto de consultar algún documento hernandiano, nos alimentamos de su bondad, de su sabiduría, de su descomunal corazón.
Hace apenas cuatro años, la Universidad Miguel Hernández de Elche, a petición de su Cátedra Miguel Hernández, concedió a Gaspar el Premio Cátedra Institucionales del Consejo Social, convirtiéndose así en el primer especialista en el poeta en recibir este reconocimiento. También en 2013, el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert publicó un libro ya imprescindible para cualquier investigador hernandiano, El Archivo Miguel Hernández de Gaspar Peral Baeza, volumen de 400 páginas que detalla los miles de documentos que contienen sus fondos. El 24 de febrero de 2015, este mismo organismo, en colaboración con la Fundación Cultural Miguel Hernández, inauguraba una merecidísima exposición dedicada a él y a su vida: «Miguel Hernández y Alicante en el Archivo de Gaspar Peral Baeza»; una muestra que pudo disfrutar como un niño feliz.
Cuando el pasado 15 de noviembre inauguramos en Orihuela el IV Congreso Internacional Miguel Hernández, muchos sabíamos que algo no sería igual. Gaspar no había faltado nunca a esa cita, pero esta vez, la enfermedad y una fractura de cadera fatal e inesperada, impidió su presencia.
El pasado jueves 21 de diciembre, al tiempo que cumplía 93 años y a la hora exacta en que entraba el invierno, Gaspar Peral apagó definitivamente los ojos. Hoy (por ayer) le hemos dicho adiós (o hasta siempre) en el cementerio alicantino donde reposan también los restos del poeta de su devoción. Hemos escuchado el silencio; un silencio de respeto profundo. Y al final, los versos de Miguel han caído lentos, sedosos, leves (como un sudario) sobre la frente calla de Gaspar en la voz de Aitor Larrabide, con el susurro amigo de Francisco Esteve Ramírez, con el alma y el aliento de quienes tuvimos la suerte de tenerlo cerca, de sentir su abrazo:

Sigo en la sombra, lleno de luz; ¿existe el día?
¿Esto es mi tumba o es mi bóveda materna?
Pasa el latido contra mi piel como una fría
losa que germinara caliente, roja, tierna.
Es posible que no haya nacido todavía,
o que haya muerto siempre. La sombra me gobierna.
Si esto es vivir, morir no sé yo qué sería,
ni sé lo que persigo con ansia tan eterna.

viernes, 22 de diciembre de 2017

Ha fallecido un gran hernandiano y amigo Gaspar Peral Baeza.

                      (Retrato de Gaspar Peral Baeza, por Ramón Palmeral, realizado al óleo en 2006)


Ayer 21 de diciembre 2017 falleció mi amigo y hernandiano Gaspar Peral Baeza el día que cumplía exactamente noventa y tres años (93), por el propio peso de los  años, porque la vida llega un momento que se acaba. El mes pasado estuvo hablando por teléfono con él, me contó sus achaques porque a pesar de sus años mantenía una excelente memoria. Gaspar se había convertido para mi es un archivo viviente sobre los estudios hernandiano, y no solamente para mí, sino ante con otros muchos hernandianos que no puedo nombrar aquí, en esta esquela dolorosa. Yo sabía que este momento tenía que llegar debido a su avanzad  edad, su muerte no nos ha cogido de sorpresa, pero es siempre doloroso perder a un buen amigo, y buena persona, siempre atento, educado y dispuesto a ayudar a quienes llamaran a su casa de la Torre de las Águilas, donde se encontraba su oceánico archivo hernandiano, y su biblioteca especializada en teman alicantinos.   

Nació en Alicante el 21 de diciembre de 1924 de profesional como empresario del ramo agro-alimentario. Licenciado en Derecho. En los años cincuenta fundó Teatro de Cámara del Instituto de Estudios Alicantinos, y escribió varias obras dramáticas.  Desempeñó la tenencia de alcaldía de Cultura del Ayuntamiento de Alicante durante los años 1962 a 1967. En la segunda época del Instituto de Estudios Alicantinos (1968-1983) presidí la Sección de Publicaciones (1968-1973), Secretario Técnico del I.E.A. (1973-1974) y después Vocal Secretario de la citada Sección de Publicaciones. Era Miembro de Honor del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert desde 1984. La Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela, me concedió la Medalla al Mérito Hernandiano  en enero del año 2006. Fue vocal del Patronato de la Fundación Cultural Miguel Hernández, de Orihuela, y miembro de la Asociación Amigos de Miguel Hernández. Su referente hernandiano titulado Archivo Miguel Hernández de Gaspar Peral Baeza, editado por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert se presentó. En enero de 2013 se presentó la exposición del Archivo Hernandiano de Gaspar. La Universidad Miguel Hernández, de Elche, cuyo Consejo Social, a petición de su Cátedra Miguel Hernández, dirigida por el profesor Francisco Esteve, le concedió el Premio Cátedras UMH, Cátedras Institucionales, en otro mes de enero, el del año 2013.     El 24 de febrero de 2015 se hizo una exposición Miguel Hernández y Alicante en el Archivo de Gaspar Peral Baeza.


¡Descansa en paz, amigo!

Ramón Fernández Palmeral


(Entierro sábado día 23 de diciembre a las 11 horas en la Siempreviva)

Video:

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Merecido homenaje a la pintora gallega Maruja Mallo


13 pintores socios de AGAEC inauguran en el centro cultural de Oroso una exposición-homenaje a Maruja Mallo, pintora a quien la Real Academia Gallega de Bellas Artes dedica este año.
Grupo de pintores que acudieron al acto de inauguración. / Mundiario.
Grupo de pintores que acudieron al acto de inauguración. / Mundiario.
Un total de 13 pintores gallegos socios de AGAEC inauguran una exposición con lo más granado de su quehacer artístico en el centro cultural de Oroso, el motivo de la muestra no es otro que rendir homenaje a la gran Maruja Mallo, pintora Gallega a quien la Real  Academia Gallega de B.B.A.A. dedica este año. Hizo la introducción el pintor Constantino Cuesta que cedió la palabra a la también pintora Beatriz Barcia, autora, a su vez, del cartel de la muestra. Nos introdujo esta sutilmente en el mundo que le tocó vivir a la homenajeada.
Nace Maruja en Viveiro, hija de un funcionario de Aduanas, muy joven se traslada con su familia a Madrid, donde comienza su formación artística en San Fernando, tomando contacto con los hombres y mujeres que constituyeron la famosa generación del 27, continuó su formación en París. Al cabo de unos años regresa a España y comienza a participar en exposiciones y en ilustraciones periodísticas. En el año 36 se va a la Argentina y continúa con sus exposiciones adquiriendo gran reconocimiento, exponiendo en Buenos Aires, Montevideo, Chile, Río de Janeiro, Nueva York, etc... no así cuando regresa a España, aquí, ni se la reconoció ni se le otorgó el reconocimiento merecido. Esto no sucedió solamente con Maruja Mallo, sus compañeras de la llamada generación del 27,  ni se las estudia ni se las tiene en cuenta en los libros de texto.
Son muchas las anécdotas que a lo largo de su vida jalonan la existencia de la Mallo. A estas mujeres se las denomina con el apelativo de, “Las sin sombrero”. ello es debido a que tanto ella como Margarita Manso acompañadas por Dalí y Lorca se atrevieron a pasear por la puerta del Sol en Madrid sin sombrero –signo de distinción, fue tal el impacto causado, que las insultaron y apedrearon.
Hoy es necesario dar voz y visibilidad no solo a Maruja Mallo sino a las Zambrano, Manso, Chacel, Santos, León y así un largo etc que nos precedieron desbrozando el camino y,que nunca obtuvieron el merecido reconocimiento a su valía, por el mero hecho de ser mujer. Hoy AGAEC y sus pintores lo hacen con Maruja Mallo, así podemos contemplar los trabajos de Ana F. Potel, Beatriz Barcia, Carmen Torres, Constantino Cuesta, Esther Molinero, Isabel Andrés, Lola Sanz, Mary Carmen Sampedro, Marina Cocós, Mary Carmen Calviño Iglesias, Mary Olivares, Pepa Mariño y Suly. Todos ellos con lo más granado de su trabajo, quieren rendir tributo y dar la visibilidad que merecen. Como asevera Beatriz, ”No habrá verdadera igualdad si no se reescribe la hisyoria con nuestros referentes femeninos". @mundiario

domingo, 10 de diciembre de 2017

Los amigos de Miguel Hernández. Documental

Los amigos de Miguel Hernández

Una serie documental sobre la Generación del 27 analiza la trascendencia de este grupo de intelectuales, incluido el poeta oriolano, con la participación del escritor e investigador alicantino José Luis Ferris

10.12.2017 | 01:19 /Información
Los amigos de Miguel Hernández
«Podría decir que la Generación del 27 es una parte de la historia de España del pasado siglo, pero no, es mucho más, es una parte que genera a la otra parte». Primer capítulo de la serie Generación del 27. La luz y la palabra. El escritor alicantino José Luis Ferris es uno de los investigadores que participa en este trabajo documental, dirigido por José Antonio Carmona, que en la actualidad emite Canal Sur y que trata de acercar a los poetas que coincidieron en el tiempo de forma brillante pero también a una época y a unas circunstancias que condicionaron su trabajo.
A lo largo de cuatro capítulos, el biógrafo de Miguel Hernández habla del poeta oriolano, pero también de Maruja Mallo y María Teresa de León, a las que ha dedicado sendos libros, y a la figura de Vicente Aleixandre, que fue el gran catalizador de este grupo de poetas en su casa madrileña de Velentonia.

La serie documental, que también ha dado origen a un largometraje de 75 minutos, con guion de Jorge Molina, trata en su primer capítulo de la España entre 1900 y 1927; el segundo, entre 1927 y 1931; el tercero, de 1931 al exilio, y el cuarto, de las mujeres de la Generación del 27.
«Sin ese grupo, sin ese periodo, no se entiende lo que pasó después. Ese momento es fundamental, esos primeros treinta años en los que se da el fenómeno de una dictadura, de una república y de una guerra civil son la seña de identidad del siglo XX. Y ellos vivieron esa época. Podemos decir que la historia de España está resumida en su primer tercio. Lo demás es una consecuencia de esa primera época», apunta Ferris.
García Lorca, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Manuel Altolaguirre, Dámaso Alonso y también Miguel Hernández, y las Sinsombrero, apodo con el que se conocía a las mujeres que pertenecían a este grupo, son parte de esta lista de poetas. «Creo que está sobrevalorado el sentido de la amistad entre los miembros del 27; hay que relativizar eso de que se llevaban de maravilla y de que eran todos fenomenales», destaca Ferris en el documental que grabó en un gran hotel de Madrid en el mes de julio.

Miguel Hernández, según su biógrafo, coge relevancia especial en el capítulo tercero que es el que toca la Guerra Civil y el exilio. «Hablo del periodo carcelario de Miguel, su encarcelamiento y su muerte». También hace referencia a las visitas del poeta oriolano a la casa de Aleixandre. «Al principio era semanal y luego fue mucho más frecuente».
La serie documental, de la que ayer por la noche se emitió el segundo capítulo, se centra sobre todo en Andalucía. «Hay mucha Andalucía en la Generación del 27, incluso autores que no eran andaluces se empapan de ello; el propio Miguel Hernández hace una obra absolutamente andaluza cuando muere Ignacio Sánchez Mejías; el primero que escribe sobre ello es Miguel Hernández, antes que Federico García Lorca».
José Antonio Mesa, director del Centro de la Generación del 27; Elena Diego, hija de Gerardo Diego; Jacobo Cortines, escritor y poeta; Mercedes Blesa, catedrática de Literatura de la Universidad Complutense, o Pepa Merlo, autora de Antología de mujeres poetas del 27, son otros de los investigadores y autores que han participado en este trabajo documental.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Miguel Hernández, afirmación intacta del ser poético, por Luis Ibáñez Lérida

A punto de finalizar la conmemoración del septuagésimo quinto aniversario de la muerte de Miguel Hernández, su caudal lírico de riqueza inagotable la convierte en palabra invicta en el tiempo.
Miguel Hernández. / RR SS.
Miguel Hernández. / RR SS.
Agravio histórico y literario nos encontramos ante Miguel Hernández. El interesado trasvase de legitimidad que ciñe su destino trágico a la de símbolo de la criminal represión fascista y mito de “poeta del pueblo”, es un apéndice secundario en su más profundo quehacer y vasta amplitud. Engendró con la determinación, convicción y pasión humana que le caracterizó, su propia y personal palabra poética, un verdadero arsenal de belleza en la lengua española.
En esa juntura de términos, su origen rural le confirió la germinal indumentaria de la frescura del signo y del rito que complementó con la obstinada afirmación del ser poético que contenía. Y que le empujó a encontrarse con otros horizontes humanos, traspasando los límites provincianos de Orihuela. “Miguel era tan campesino que llevaba un aura de tierra en torno a él. Tenía una cara de terrón o de papa que se saca de entre las raíces y conserva su frescura subterránea”. Un rostro marcado por las cicatrices de una explosión de carburo que sufrió en la infancia.
Pablo Neruda reconocía en él ese terruño cuya fértil sementera de almagre se convertiría en cosecha perenne. Condensar la dócil y simplona equivalencia del pastor aventajado o militante comunista en la insondable penetración anímica y psicológica del autor de El rayo que no cesa, es sencillamente desmerecer la intacta y poderosa huella que dejó tras de sí. En Miguel Hernández hay una esencialidad lírica solo comparable a su compromiso humano. Y en ambas alcanza cotas donde ninguna se desliga de la otra. Hasta tal punto que ese depurado, novedoso y expeditivo lenguaje acompañado de un ritmo tan rumoroso y quedo como enardecido y vigoroso, con resonancias clásicas y reflejos surrealistas, es cercado por el empuje atronador de su significación de justicia. @mundiario

Catálogo de la exposición de Manuel Molina

El 31 de octubre al 30 de noviembre en la sala Juana Francés de la Sede de la Universidad de Alicante.

El catálogo me ha llegado anónimamente.

Lamentablemente este catálogo ha llegado después de finalizar la exposición.

7 de diciembre de 2017

Pero ha merececido la pena esperar, porque el catálogo de 80 páginas, es una joya. Muy bien editado por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil Albert.

jueves, 7 de diciembre de 2017

Felicitacion de Navidad con la que me distingue mi amigo Ramón Rodríguez. 2017

Mi amigo y tocayo el gran dibujante Ramón Rodríguez, me felicita y distingue con una original viñeta en la que ha incorporado un retrato de Miguel Hernández con el poema "Llegó con tres heridas".

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Centenario del nacimiento de María Luisa Gómez-Mena, segunda mujer de Manuel Altolaguirre

María Luisa Gómez Mena: la mecenas olvidada del arte cubano

11 de julio de 2015 04:43 AM
ACTUALIZADO 12 de julio de 2015 11:33 AM

lunes, 4 de diciembre de 2017

Ángel Pascual Devesa, médico alicantino, atendió a Miguel Hernández en el Reformatorio

PASCUAL DEVESA, Ángel (Finestrat, 1890-Alicante, 1950). En la ciudad de Alicante, durante los años de la II República, predominaba en la política local un grupo de ciudadanos pertenecientes a una pequeña burguesía progresista, afiliados a partidos republicanos, miembros en muchos casos de la masonería, que se implicaron con entusiasmo en la labor modernizadora del nuevo régimen y abordaron una serie de cambios y mejoras urbanísticas –el desmonte de la Montañeta, la urbanización de la playa de San Juan–, así como la solución del problema de la enseñanza en la localidad, y participaron activamente en la vida cultural y en las fiestas de la ciudad. Eran, entre otros muchos, Lorenzo Carbonell, Franklin Albricias, Antonio Pérez Torreblanca, Eliseo Gómez Serrano, Jerónimo Gomáriz, Juan Estruch, Álvaro y Fermín Botella, Antonio Eulogio, Agustín Mora, etc. El triunfo del franquismo en la guerra civil dispersó a este grupo y destruyó esa labor iniciada el 14 de abril de 1931.

A esa burguesía progresista pertenecía Ángel Pascual Devesa. Su padre era farmacéutico y se instaló en Alicante, donde residió Ángel desde su infancia. Tuvo tres hermanos, Anita, Josefina –farmacéutica– y Andrés; éste último, médico como Ángel y también afiliado a IR y miembro de la masonería, murió el 25 de mayo de 1938, en el conocido como «bombardeo del mercado», que le sorprendió en su domicilio, en la calle San Francisco, donde estaba instalada la farmacia de su padre y en la que trabajaron Josefina y Anita. Casado con Vicenta Megías, Ángel Pascual tuvo cinco hijos, de los que llegaron a la edad adulta solo tres, Vicente, Ángel y Tomás, médicos también todos ellos. Tomás casó con Emma Gómez Martínez, hija de Eliseo Gómez Serrano, uno de los íntimos amigos y correligionario de Ángel Pascual.

Ángel estudió el bachillerato en Alicante y se licenció en Medicina en Valencia, a los 21 años de edad. Opositó a la Beneficencia Municipal y se especializó en puericultura, siendo también médico de la RENFE y del Reformatorio de Adultos. Entre 1932 y 1935, fue Decano del Colegio de Médicos, colaborando en las sesiones científicas de la Sociedad Médico-Quirúrgica.

En 1930, era vicepresidente primero del Ateneo de Alicante, lugar de encuentro de las personas de clara filiación progresista y republicana, que desarrolló su actividad durante la Dictadura de Primo de Rivera y la II República en paz, y que al estallar la guerra civil, trasladó sus instalaciones a la mansión de los Marqueses del Bosch, en la calle de Villavieja, siendo entonces dirigidas sus actividades, mucho más comprometidas, por la Alianza de Intelectuales Antifascistas, que desarrolló el programa cultural «Altavoz del Frente», para movilizar a la retaguardia en la defensa de la República. Entre los animadores del Ateneo estuvieron José Guardiola Ortiz, Franklin Albricias, Álvaro Botella, Óscar Esplá, Eduardo Irles, Juan Vidal Ramos, Francisco Figueras Pacheco, Julio y Germán Bernácer, José Juan Pérez, Rodríguez Albert, Juan Guerrero Ruiz, Ángel y Josefina Pascual Devesa, Eliseo Gómez Serrano, Miguel López González, José Ramón Clemente, Antonio Blanca, Rafael Millá, todos ellos destacados personajes de la vida cultural, social y política alicantina en los años treinta.

Muchos de estos intelectuales dieron conferencias en el Ateneo sobre temas de su especialidad y así se trataron en su sede cuestiones de gran actualidad en esos momentos: la teoría de la relatividad, la eutanasia y la eugenesia, la teosofía, el feminismo y el divorcio, la educación sexual, la influencia del ambiente sobre el delincuente, etc. Además, el Ateneo organizó homenajes diversos y ciclos dedicados a Beethoven, Jacinto Benavente, los hermanos Quintero, Gabriel Miró, Óscar Esplá, Goya, etc. Asimismo, pasaban por el Ateneo cuantos intelectuales de reconocido prestigio visitaban, por unas u otras razones, Alicante: la actriz Margarita Xirgu, Miguel de Unamuno, Rafael Alberti y Mª Teresa de León, Miguel Hernández y Ramón Sijé, Margarita Nelken, Luis Jiménez de Asua, Carmen Conde, Augusto Barcia, Mariano Ruiz Funes, Hildegart Rodríguez, el dirigente republicano Marcelino Domingo y el socialista Rodolfo Llopis. Asimismo, colaboraron constantemente con el Ateneo Rafael Altamira y Óscar Esplá que, junto a Gabriel Miró, eran los alicantinos más destacados en el terreno cultural.

Charla de Hernández Catá en el Ateneo de Alicante. A la izquierda, Ángel Pascual Devesa y Eliseo Gómez Serrano; a la derecha, el músico José Juan Pérez.

El Ateneo contaba con una sala de exposiciones, donde Emilio Varela fue desarrollando toda su trayectoria pictórica, con muestras casi anuales de su producción, sus retratos y autorretratos, sus paisajes de Aitana, la Marina y la ciudad de Alicante, y su visión del barrio antiguo y del puerto y el Paseo de los Mártires de la Libertad, captados estos últimos desde la terraza del propio Ateneo. Junto a él, expusieron en el Ateneo pintores y escultores ya reconocidos, como Lorenzo Aguirre, Heliodoro Guillén, Adelardo Parrilla o Fernando Cabrera, junto a quienes entonces comenzaban a despuntar en el ambiente artístico alicantino: Gastón Castelló, Manuel Baeza, González Santana, Adrián Carrillo, Melchor Aracil, José Pérezgil y el fotógrafo Ángel Custodio, La actividad musical era también muy destacada y por el Ateneo pasaron los pianistas Rodríguez Albert, Rafael Casasempere y Gonzalo Soriano, el violinista Telmo Vela, Joaquín Rodrigo o Agapito Marazuela. Precisamente desde el Ateneo surgió, en 1927, la Orquesta de Cámara de Alicante que dirigía José Juan Pérez y que debutó al año siguiente en el Teatro Principal. Asimismo se gestó allí el primer cine-club, impulsado por Antonia Blanca y José Ramón Clemente, que dedicó sesiones a Charles Chaplin y W.G. Pabst.

Ángel Pascual estaba muy ligado al mundo de les Fogueres, a cuya gestora perteneció en los años de la República y presidió en 1936: colaboró en muchos «llibrets», actuó como mantenedor en la elección de la Bellea del Foc y participó en otras numerosas actividades de la fiesta alicantina. Escribió poesía y estrenó algunas obras de teatro, y fue asiduo colaborador de varios periódicos alicantinos: Letras Levantinas, El Luchador, El Tío Cuc, Lucentum y Diario de Alicante, que contribuyó a adquirir en 1930.
Fundador en Alicante de Acción Republicana, en 1930 fue elegido vicepresidente de la Junta provincial de Alianza Republicana y se incorporó en octubre a la Junta Nacional de dicha organización. En marzo de 1931, fue nombrado presidente de Alianza Republicana en Alicante. Propuesto como candidato de Acción Republicana en las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931, no resultó elegido. Se incorporó después a Izquierda Republicana, de la que fue presidente de la Junta municipal de Alicante. En 1936, fue el candidato que obtuvo mas votos para compromisario en la elección del presidente de la República.
Miembro de la Logia «Constante Alona», con el nombre simbólico de Asclepiades. Fue Presidente de la Agrupación Regionalista Alicantina, que se constituyó en 1933 como una para «entidad de carácter apolítico, que ha de encaminar sus actividades a la exaltación del País Valenciano» y cuyo objetivo era «la reivindicación del regionalismo, que, por serlo, ya es eminentemente español». Esta asociación se impulsó desde el semanario El Tío Cuc y en su directiva figuraban también otros miembros de la burguesía alicantina, republicanos y masones en muchos casos.

Ángel Pascual fue detenido a los tres días de terminar la guerra civil y encarcelado en el Reformatorio de Adultos, donde trabajaba anteriormente, y donde continuó desarrollando su labor, atendiendo a muchos reclusos, entre ellos a Miguel Hernández. Fue depurado en el Ayuntamiento alicantino y separado de su puesto de médico municipal «por apoyar a los gobiernos marxistas y masones». El Tribunal especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo le condenó a 12 años de reclusión menor. Al salir de la cárcel, fue desterrado a Valencia, desde donde envió alguna colaboración, con pseudónimo, a Radio Londres.

Fue detenido de nuevo en 1947 bajo la acusación de intentar recomponer Izquierda Republicana en Alicante, y condenado de nuevo, por el delito de rebelión, a la pena de un año y seis meses de reclusión, siendo encarcelado en Chinchilla y Ocaña. En su informe al Gobierno Civil, la policía recordaba la constante vigilancia que se ejercía sobre «este individuo», que hacía frecuentes viajes a Madrid que se creía estaban en relación con su condena por el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo, pero que en realidad le daban la oportunidad de ponerse en contacto con una organización clandestina existente en esa ciudad, «Alianza Republicana», que fue descubierta y en consecuencia, Ángel Pascual detenido en Alicante junto a Rafael Pagán Navarro. Desde mayo de 1947, y «en reiteradas ocasiones», se ordenó su traslado desde el Reformatorio de Alicante a la Dirección general de Seguridad, a disposición del Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo, pero el traslado no se efectuó por encontrarse ya enfermo. Finalmente, el 26 de junio de 1948, y en atención a la gravedad de su enfermedad, la Dirección General de Prisiones autorizó su puesta en libertad condicional Poco después, en junio de 1950, moría en Alicante en su finca «Villa Vicenta», a los sesenta años.

Francisco Moreno Sáez
 La memoria recuperada represaliados del franquismo en la provincia de Alicante