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"Sentí el impulso de meterme en la cama de Hernández"
Música
La cantautora leonesa Isamil9, que ha dedicado su último disco a
Miguel Hernández, ha podido presentarlo en el pueblo del poeta,
Orihuela, dentro de los actos del 110 aniversario de su nacimiento. Un
viaje inolvidable, cargado de emociones, impulsos y lágrimas que jamás
olvidará
Isamil9, leonesa, cantautora, poeta,
Isabel Revilla del Río,
es de esas gentes que sólo pone su voz al servicio de las causas en las
que cree; frente al silencio de los olvidados, desfavorecidos o tirados
en las cunetas; frente al manto que cubre vidas y biografías que
lucharon contra opresores, especialmente vidas y obras de mujeres,
tantas mujeres, la represaliada omañesa Genara, por ejemplo.
Isamil camina
al lado de los que creen y luchan, por su tierra o su trabajo, por su
futuro o el Vestas o la mina... y siempre pone su voz y su sensibilidad
al servicio de los poemas de Miguel Hernández, el poeta, que tanto
significa para ella y al que ha dedicado su último disco, Me sobra el
corazón.
Pone su voz al servicio de aquello en lo que cree
porque, repite, «el silencio no es una opción, el silencio impuesto o
mantenido por miedo, por autoimposición, es una losa que hay que
levantar pues nunca es tarde para recolocar los sentimientos».
Muchas causas. Y
Miguel Hernández.
Por
eso acaba de vivir unos días muy especiales pues ha presentado su disco
sobre el poeta de Orihuela... en Orihuela, dentro de unas jornadas que
conmemoran el 110 aniversario del nacimiento de Hernández, el 30 de
octubre de 1910. «Es algo que se comenzó a gestar cuando Aitor
Larrabide, secretario de la Fundación Miguel Hernández, conoció mi libro
disco y contactó conmigo. Íbamos a hacer algo en marzo, no pudo ser,
pero sí fue posible ahora, gracias al esfuerzo de la Fundación, del
Ateneo Cultural ‘Viento del pueblo’ y al ayuntamiento de
Orihuela. Y a mis ganas, para qué ocultarlo».
(Mujeres e la vida de Miguel Hernández)
La emoción de Isamil9 era
tan evidente que, además del concierto, «recordaré el viaje, ir hacia
Orihuela, toda mi vida», pese al contratiempo de algunos problemas que
surgieron en el concierto, que provocaron un deficiente sonido que,
lamenta la leonesa, «tengo que reconocer que la voz que allí se escuchó
no fue la de Isamil9, provocándome además nervios e inseguridad; menos
mal que estuve arropada, muy arropada, por María Vázquez, María, de
nuestro colectivo Mil9, que recita ‘Vientos del pueblo’ yo creo que como
nadie; y por Carla Lozano, la ilustradora, que participó en el libro
disco y allí pintó un cuadro en directo, que después se sorteó entre los
asistentes».
Pero, al margen de este disgusto con el sonido,
Isamil9 se quedará para siempre con la emoción de pisar las huellas de
Miguel Hernández. «No se explicar, creo que no se puede explicar, lo
que sentí al llegar a su pueblo, a su casa donde vivió, con sus padres,
donde está el patio de la higuera en el que Miguel se sentaba a
refrescar y donde nacieron algunos de sus poemas. Ver los cerros por
detrás de esa casa, su maleta, sus abarcas, su habitación...» y,
seguramente, muchas cosas más pues Isamil9 es incapaz de contener las
emociones y seguir contando. «Solo puedo decir que aunque se nos fue muy
pronto ¡cuánto nos dejo! y cuán agradecida le estoy pues creo que
cuanto más cantó sus canciones más me empapó de esos valores que él
representa, que él nos legó pese a su corta vida».
Recuerda
Isamil9 cómo necesitaba entonces abrazarse con María pero no era
posible, como no era posible hacer realidad el deseo que en ese momento
le rondaba la cabeza. «Me apetecía decirle a Tomás, el guía, que me
dejara meterme en su cama, que cerraran las ventanas y a la mañana
siguiente me iba, feliz, que ya no necesitaba ni dar el concierto».
Y recordó Isamil9 en Orihuela, y recuerda nuevamente de regreso, unas palabras de Vicente Aleixandre sobre Miguel Hernández que tienen gran vigencia en estos días, meses, que nos ha tocado vivir: «Donde había un dolor allí estaba Miguel».
Y
esa frase, dice rotunda Isabel, va a ser su lema de vida: «Si con
alguna de mis canciones, de mis cartas, de mis poemas, consigo mitigar
el dolor de alguien, por pequeño que sea lo que disminuya, pensaré que
mi vida ha tenido sentido. Creo que ésa es la lección que Miguel
Hernández me ha regalado en este viaje, que me gustaría volver a repetir
con más gente y con el consejo que siempre me da Sol (Gómez Arteaga): Vete llorada de casa, que esta vez no pudo ser».