Estos antologadores se refieren así a Debravo: “Hijo de campesinos muy humildes, concluyó la primaria en Turrialba, becado por la Junta de Educación. Luego, trabajó de empleado del Seguro Social, lo que le obligó a continuos traslados, y sólo concluirá sus estudios de bachillerato a las edad de 27 años, después de uno de sus regresos a Turrialba”. En efecto, al morir acababa de matricularse en la universidad. Agregan que fundó el grupo Poetas de Turrialba y que participó en la Asociación de Escritores Costarricenses. Era una “obra en expansión” fruto de una juventud creativa, que recuerda al español Miguel Hernández , y que auguraba amplios desarrollos posteriores, atisbados en su ya de por sí extensa producción.
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Sinopsis:
Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com
lunes, 10 de septiembre de 2012
Algunos homenajes a Miguel Hernández en el exilio Republicano Español de 1943
Por MANUEL AZNAR SOLER
Para Cecilio Alonso
Miguel Hernández, cautivo y desarmado, fue en 1939 un
vencido republicano que tuvo la desgracia de no poder
exiliarse, es decir, de tratar de exiliarse por la frontera portuguesa.
Devuelto por la policía del dictador Oliveira Salazar
a la policía franquista1, el 4 de mayo de 1939 se
inicia la geografía carcelaria del poeta hasta su muerte,
ocurrida el 28 de marzo de 1942 en la prisión del Reformatorio
de Adultos de Alicante.
La muerte de Miguel Hernández fue valorada por el
exilio republicano como la muerte de un poeta que, como
Federico García Lorca o Antonio Machado, se convirtió
inmediatamente en símbolo antifranquista. Porque, en
efecto, si el asesinato de García Lorca el 19 de agosto de
1936 había constituido la imagen más negra de la barbarie
fascista durante la guerra civil y si Antonio Machado
había fallecido el 22 de febrero de 1939 en su exilio francés
de Collioure, enfermo de amargura y de derrota, la
muerte de Miguel Hernández en 1942 representó la
muerte de un poeta leal a los valores éticos y políticos por
los cuales medio millón de republicanos españoles, para
escapar a la cárcel o el fusilamiento, habían tenido que
exiliarse. Así, García Lorca, Machado y Hernández, tres
poetas mártires, iban a constituirse en tres símbolos luminosos
de la memoria tricolor, en tres santos de la religión
laica republicana.
La personalidad literaria de Miguel Hernández ha merecido
lógicamente la atención crítica y el homenaje poético
de buena parte de nuestros mejores escritores en el
exilio, desde Rafael Alberti a María Zambrano, sin olvidar,
entre otros, a Manuel Altolaguirre, Antonio Aparicio,
Max Aub, Luis Cernuda, Juan Chabás, Manuel Durán,
Juan Gil-Albert, Jacinto-Luis Guereña, Jorge Guillén, José
Herrera Petere, Ángel Lázaro, María Teresa León, Jorge
Luzuriaga, Pascual Pla y Beltrán, Juan Rejano, José Rubia
Barcia, Antonio Sánchez Barbudo, Adolfo Sánchez Vázquez
o Arturo Serrano Plaja.2 Con motivo de su muerte,
silenciada por la prensa franquista, el exilio republicano
español organizó homenajes a su memoria en la inmensa
mayoría de países de acogida. Pero creo que, además del
de La Habana, el celebrado en la República Dominicana
es uno de los menos conocidos y, por ello, vale la pena,
con las limitaciones de rigor, salvarlo del olvido.
La noticia de la muerte del poeta en una cárcel franquista
conmocionó obviamente al exilio republicano español.
Sirva como ejemplo la nota anónima que, a modo
de introducción a un poema de Francisco Giner de los
Ríos sobre Miguel Hernández, publicó entonces la revista
Cuadernos Americanos, testimonio de la dura acusación
política que merecieron los responsables de la misma:
Miguel Hernández, joven poeta español, murió, hoy se
sabe, en una cárcel franquista. Luchador republicano,
como sus hermanos los creadores todos, fue condenado
a muerte en cuanto terminó la mal llamada guerra civil.
Sin embargo, la intervención de una elevadísima autoridad
eclesiástica —no española— logró que Miguel Hernández
fuera libertado a los pocos días.
[...] En el Ateneo Dominicano, cuya amplia sala de conferencias
se encontraba totalmente llena de público, hicieron
uso de la palabra los poetas Luis Scheker8 y Jesús
Poveda y los escritores Manuel Valldeperes y Vicente Llorens,
habiendo declamado varias poesías de Miguel Hernández,
Ruddy del Moral 9, actualmente profesor de
declamación del Conservatorio Nacional.
A partir de este número —y no pudiéndolo hacer simultáneamente,
por carencia de espacio— comenzamos la publicación
íntegra de los trabajos leídos en el referido acto.10
Aclaremos que Democracia fue un «semanario hispanoamericano
» cuyo primer número apareció el sábado
31 de enero de 1942 en la capital de la República Dominicana
—llamada entonces Ciudad Trujillo y hoy Santo
Domingo—, revista que Vicente Llorens afirma que «representaba
a republicanos y socialistas» y que «más
que otros periódicos Democracia ofrecía abundantes informaciones
sobre las actividades de los emigrados en
Santo Domingo publicando entrevistas, reseñas de sus libros,
conferencias y exposiciones. En este sentido constituye
una de las mejores crónicas de la emigración,
avalorada por la parte gráfica»11.
No es de extrañar, por tanto, que este homenaje a Miguel
Hernández mereciera una atención particular por
parte de Democracia, revista en la que se publicaron en
dos entregas los textos íntegros de las intervenciones de los
exiliados republicanos españoles Jesús Poveda, Vicente Llorens
y Manuel Valldeperes, así como un poema del poeta
dominicano Luis Scheker...
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Para Cecilio Alonso
Miguel Hernández, cautivo y desarmado, fue en 1939 un
vencido republicano que tuvo la desgracia de no poder
exiliarse, es decir, de tratar de exiliarse por la frontera portuguesa.
Devuelto por la policía del dictador Oliveira Salazar
a la policía franquista1, el 4 de mayo de 1939 se
inicia la geografía carcelaria del poeta hasta su muerte,
ocurrida el 28 de marzo de 1942 en la prisión del Reformatorio
de Adultos de Alicante.
La muerte de Miguel Hernández fue valorada por el
exilio republicano como la muerte de un poeta que, como
Federico García Lorca o Antonio Machado, se convirtió
inmediatamente en símbolo antifranquista. Porque, en
efecto, si el asesinato de García Lorca el 19 de agosto de
1936 había constituido la imagen más negra de la barbarie
fascista durante la guerra civil y si Antonio Machado
había fallecido el 22 de febrero de 1939 en su exilio francés
de Collioure, enfermo de amargura y de derrota, la
muerte de Miguel Hernández en 1942 representó la
muerte de un poeta leal a los valores éticos y políticos por
los cuales medio millón de republicanos españoles, para
escapar a la cárcel o el fusilamiento, habían tenido que
exiliarse. Así, García Lorca, Machado y Hernández, tres
poetas mártires, iban a constituirse en tres símbolos luminosos
de la memoria tricolor, en tres santos de la religión
laica republicana.
La personalidad literaria de Miguel Hernández ha merecido
lógicamente la atención crítica y el homenaje poético
de buena parte de nuestros mejores escritores en el
exilio, desde Rafael Alberti a María Zambrano, sin olvidar,
entre otros, a Manuel Altolaguirre, Antonio Aparicio,
Max Aub, Luis Cernuda, Juan Chabás, Manuel Durán,
Juan Gil-Albert, Jacinto-Luis Guereña, Jorge Guillén, José
Herrera Petere, Ángel Lázaro, María Teresa León, Jorge
Luzuriaga, Pascual Pla y Beltrán, Juan Rejano, José Rubia
Barcia, Antonio Sánchez Barbudo, Adolfo Sánchez Vázquez
o Arturo Serrano Plaja.2 Con motivo de su muerte,
silenciada por la prensa franquista, el exilio republicano
español organizó homenajes a su memoria en la inmensa
mayoría de países de acogida. Pero creo que, además del
de La Habana, el celebrado en la República Dominicana
es uno de los menos conocidos y, por ello, vale la pena,
con las limitaciones de rigor, salvarlo del olvido.
La noticia de la muerte del poeta en una cárcel franquista
conmocionó obviamente al exilio republicano español.
Sirva como ejemplo la nota anónima que, a modo
de introducción a un poema de Francisco Giner de los
Ríos sobre Miguel Hernández, publicó entonces la revista
Cuadernos Americanos, testimonio de la dura acusación
política que merecieron los responsables de la misma:
Miguel Hernández, joven poeta español, murió, hoy se
sabe, en una cárcel franquista. Luchador republicano,
como sus hermanos los creadores todos, fue condenado
a muerte en cuanto terminó la mal llamada guerra civil.
Sin embargo, la intervención de una elevadísima autoridad
eclesiástica —no española— logró que Miguel Hernández
fuera libertado a los pocos días.
[...] En el Ateneo Dominicano, cuya amplia sala de conferencias
se encontraba totalmente llena de público, hicieron
uso de la palabra los poetas Luis Scheker8 y Jesús
Poveda y los escritores Manuel Valldeperes y Vicente Llorens,
habiendo declamado varias poesías de Miguel Hernández,
Ruddy del Moral 9, actualmente profesor de
declamación del Conservatorio Nacional.
A partir de este número —y no pudiéndolo hacer simultáneamente,
por carencia de espacio— comenzamos la publicación
íntegra de los trabajos leídos en el referido acto.10
Aclaremos que Democracia fue un «semanario hispanoamericano
» cuyo primer número apareció el sábado
31 de enero de 1942 en la capital de la República Dominicana
—llamada entonces Ciudad Trujillo y hoy Santo
Domingo—, revista que Vicente Llorens afirma que «representaba
a republicanos y socialistas» y que «más
que otros periódicos Democracia ofrecía abundantes informaciones
sobre las actividades de los emigrados en
Santo Domingo publicando entrevistas, reseñas de sus libros,
conferencias y exposiciones. En este sentido constituye
una de las mejores crónicas de la emigración,
avalorada por la parte gráfica»11.
No es de extrañar, por tanto, que este homenaje a Miguel
Hernández mereciera una atención particular por
parte de Democracia, revista en la que se publicaron en
dos entregas los textos íntegros de las intervenciones de los
exiliados republicanos españoles Jesús Poveda, Vicente Llorens
y Manuel Valldeperes, así como un poema del poeta
dominicano Luis Scheker...
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viernes, 7 de septiembre de 2012
sábado, 1 de septiembre de 2012
viernes, 31 de agosto de 2012
Primeros cantautores de Miguel Hernández
jueves, 30 de agosto de 2012
CURSO DE VERANO UMH: "LA MÚSICA EN MIGUEL HERNÁNDEZ".
Del 27 al 28 de septiembre en la sede de la UMH en Orihuela. (Campus de Las Salesas)
Dirigido a todos los interesados, pertenezcan o no a la Universidad Miguel Hernández.
Organiza la Cátedra M. Hernández (UMH) y la Fundación cultural M. Hernández.
Matrícula gratuita. Plazo de inscripción hasta el 24 de septiembre.
Inscripción en la web: http://www.umh.es/fpogestion/aspx/Preinscripcion/Preinscripcion.aspx (Tipo de enseñanza: Curso de verano. Enseñanza: La música en Miguel HErnández) .
Email; cursosdeverano@umh.es.- Tfno 965222188.
CURSO DE VERANO UNIVERSIDAD MIGUEL HERNÁNDEZ
LA MÚSICA EN MIGUEL HERNÁNDEZ
27 - 28 DE SEPTIEMBRE 2012
Orihuela. Campus de las Salesas
Día 27 de septiembre, jueves
9:00 horas.- Acto de inauguración del Curso.
Intervienen: Dª Esther Sitges, vicerrectora de Cultura y Extensión Universitaria (UMH); Dª Rosa Martínez Martínez, concejala de Educación del Excmo. Ayuntamiento de Orihuela; D. Aitor L. Larrabide, director de la Fundación Cultural M. Hernández; D. Francisco Esteve y D. Juan José Sánchez, directores del Curso.
9:30 horas: Conferencia inaugural: “Miguel Hernández a través de los cantautores”, a cargo de D. Fernando González Lucini, periodista musical y autor del libro sobre los cantautores hernandianos: Miguel Hernández ¡Dejádme la esperanza!
10: 30 horas.- Descanso.
11:00 horas.- Presentación del Curso a cargo de los Directores, D. Francisco Esteve y D. Juan José Sánchez.
11: 30 horas- Conferencia: “Influencias del flamenco en la obra hernandiana”, a cargo de D. José Gelardo, autor del libro: El flamenco y Miguel Hernández.
12:30 horas.- Mesa redonda:
Modera: D.Francisco Esteve Ramírez, Director de la Cátedra Miguel Hernández (UMH) Intervienen: D.Fernando González Lucini y D.José Gelardo.
16:00 horas.- Conferencia: “Función cultural de la música”, a cargo de D. Luis Ivars, compositor musical.
17:30 horas.- Descanso.
18:00 horas.- Encuentro con el cantaor flamenco D.Juan Pérez Páez.
19:30 horas.- Taller de creación y autoproducción musical a cargo de “Produccions delpoble”.
Día 28 de septiembre, viernes
9:00 horas.- Conferencia: “Amistades musicales de Miguel Hernández”, a cargo de D. Oscar Moreno Ferrández, autor del libro La música y Miguel Hernández.
10:30 horas.- Descanso.
11:00 horas.- Conferencia: “El canto popularista en Miguel Hernández”, a cargo de D. Aitor L. Larrabide, filólogo y director de la Fundación Cultural Miguel Hernández.
12:30 horas.- Mesa redonda
Modera: D. Juan José Sánchez, secretario académico de la Cátedra Miguel Hernández.
Intervienen: D. Gaspar Peral, D. Oscar Moreno y D.Aitor L. Larrabide.
16:00 horas.- Encuentro con el cantautor D. Adolfo Celdrán.
17:30 horas.- Descanso.
18:00 horas.- Taller de creación y autoproducción musical a cargo de “Produccions delpoble”.
19:00 horas.- Primera presentación pública del disco “Miguel Hernández/ Poemas selectos” a cargo de su director el poeta y músico vigués de D.David Fernández Rivera y D. Aitor L. Larrabide.
lunes, 27 de agosto de 2012
Otra visita a la poesía de Miguel Hernández
Otra visita a la poesía de Miguel Hernández
Rafael Prats
Levante.emv.com
Mañana, 28 de agosto [2012], nos dejaron dos creadores sugestivos: en 2001, el escultor madrileño Juan Muñoz, que supo ubicar adecuadamente la figura humana en el espacio; y, hace un lustro, el escritor vallisoletano Francisco Umbral, que superó en los sesenta el lenguaje decimonónico de las columnas de los diarios aquellas que firmaron don José María Pemán y César González Ruano, otorgando al texto un nuevo estilo que hoy nos permite disfrutar con gente como nuestros paisanos Manuel Vicent y Juan José Millás.
Durante este mes de agosto que ahora vence, el legado del poeta Miguel Hernández ha dejado Alcoy, su residencia de los últimos años, para trasladarse a Jaén, una ciudad que debe agradecerle al oriolano un poema, ese que cantó el valenciano Paco Ibáñez: «Andaluces de Jaén,/ aceituneros altivos,/ decidme en el alma, ¿quién,/ quién levantó los olivos?»
Gracias a mis mayores, empecé a conocer la poesía en lengua castellana con versos del Marqués de Santillana («Moza tan fermosa/ non vi en la frontera,/ como una vaquera/ de la Finojosa»), Jorge Manrique «€cómo, a nuestro parescer,/ cualquiere tiempo pasado/ fue mejor»), Espronceda («Con diez cañones por banda,/ viento en popa a toda vela€») y similares.
Pero uno crece y termina por elegir a sus poetas. Mis primeras elecciones correspondieron a Antonio Machado y García Lorca, pero no tardó en llegar, junto con Neruda, el que ocuparía un lugar de honor en mi personal parnaso. Un privilegio que sigue ostentando hasta ahora, pues estos días de canícula me ha vuelto a acompañar con Viento del Pueblo y El rayo que no cesa.
También he estado leyendo Poemas de madrugada, de los que es autora mi convecina Pilar Sanjuán, a quien también le atrae el alicantino; tanto es así que le dedica sus últimos versos y, así, el libro se cierra con la siguiente estrofa: «Déjame amarte, que me pierda en tus poemas./ Que grite al aire la impotencia de muerte injusta/ que no encuentro otra manera de tenerte/ que volviendo a tu huerto y a tu higuera/ Compañero Miguel, compañero del alma».
En cuanto a preferencias sigo estando prendado del soneto cuya primera estrofa dice: «Te me mueres de casta y de sencilla:/ estoy convicto, amor, estoy confeso/ de que, raptor intrépido de un beso,/ yo te libé la flor de la mejilla». Josefina fue la mujer que enamoró a Miguel; casta y sencilla, el rubor debió embargarle cada vez que el poeta le besaba.
Su legado, en Alcoy o en Jaén, estará bien cuidado, porque su obra está por encima de límites comarcales o provinciales para ser el eslabón que nos une a Garcilaso, Góngora, Lope, Quevedo.
rafa.parts@telefonica.net
Rafael Prats
Levante.emv.com
Mañana, 28 de agosto [2012], nos dejaron dos creadores sugestivos: en 2001, el escultor madrileño Juan Muñoz, que supo ubicar adecuadamente la figura humana en el espacio; y, hace un lustro, el escritor vallisoletano Francisco Umbral, que superó en los sesenta el lenguaje decimonónico de las columnas de los diarios aquellas que firmaron don José María Pemán y César González Ruano, otorgando al texto un nuevo estilo que hoy nos permite disfrutar con gente como nuestros paisanos Manuel Vicent y Juan José Millás.
Durante este mes de agosto que ahora vence, el legado del poeta Miguel Hernández ha dejado Alcoy, su residencia de los últimos años, para trasladarse a Jaén, una ciudad que debe agradecerle al oriolano un poema, ese que cantó el valenciano Paco Ibáñez: «Andaluces de Jaén,/ aceituneros altivos,/ decidme en el alma, ¿quién,/ quién levantó los olivos?»
Gracias a mis mayores, empecé a conocer la poesía en lengua castellana con versos del Marqués de Santillana («Moza tan fermosa/ non vi en la frontera,/ como una vaquera/ de la Finojosa»), Jorge Manrique «€cómo, a nuestro parescer,/ cualquiere tiempo pasado/ fue mejor»), Espronceda («Con diez cañones por banda,/ viento en popa a toda vela€») y similares.
Pero uno crece y termina por elegir a sus poetas. Mis primeras elecciones correspondieron a Antonio Machado y García Lorca, pero no tardó en llegar, junto con Neruda, el que ocuparía un lugar de honor en mi personal parnaso. Un privilegio que sigue ostentando hasta ahora, pues estos días de canícula me ha vuelto a acompañar con Viento del Pueblo y El rayo que no cesa.
También he estado leyendo Poemas de madrugada, de los que es autora mi convecina Pilar Sanjuán, a quien también le atrae el alicantino; tanto es así que le dedica sus últimos versos y, así, el libro se cierra con la siguiente estrofa: «Déjame amarte, que me pierda en tus poemas./ Que grite al aire la impotencia de muerte injusta/ que no encuentro otra manera de tenerte/ que volviendo a tu huerto y a tu higuera/ Compañero Miguel, compañero del alma».
En cuanto a preferencias sigo estando prendado del soneto cuya primera estrofa dice: «Te me mueres de casta y de sencilla:/ estoy convicto, amor, estoy confeso/ de que, raptor intrépido de un beso,/ yo te libé la flor de la mejilla». Josefina fue la mujer que enamoró a Miguel; casta y sencilla, el rubor debió embargarle cada vez que el poeta le besaba.
Su legado, en Alcoy o en Jaén, estará bien cuidado, porque su obra está por encima de límites comarcales o provinciales para ser el eslabón que nos une a Garcilaso, Góngora, Lope, Quevedo.
rafa.parts@telefonica.net
sábado, 25 de agosto de 2012
Pepe Cases "Sesca", comentarios sobre Carlos Fenoll
Contexto de vida entre Miguel Hernández y Carlos Fenoll
martes, 21 de agosto de 2012
Miguel Hernández es uno de los poetas más humanos de la poesía española
por Anabel Sáiz Ripoll
Doctora en Filología
Miguel Hernández es uno de los poetas más humanos de la poesía española, junto con Antonio Machado y Blas de Otero.
En Miguel Hernández hay una estrecha relación entre vida y obra. Su obra es madura y no responde al mito de que Miguel Hernández fuese un pobre pastor de cabras que estuvo en la guerra y que escribió poesía. No, él elaboró una obra poética sólida, equilibrada, llena de pasión y sentimiento. Fue autodidacta, sí; pero con una buena preparación técnica.
Miguel Hernández maneja con propiedad tanto los recursos de la poesía clásica como los de la poesía popular. Para él su vida es el centro de su obra. En sus obras hay una tonalidad trágica dominante. Su poesía surge del corazón y la vida impregna sus poemas. Su vitalismo trágico reside en lo cotidiano, no en el más allá; sino en un presentimiento que tiene el poeta, desde el principio, de la muerte.
Ya en Sino sangriento se advierte la fatalidad que planea sobre su vitalismo:
"De sangre en sangre vengo,
como el mar de ola en ola,
de color de amapola el alma tengo,
de amapola sin suerte es mi destino,
y llego de amapola en amapola
a dar en la cornada de mi sino".
A lo largo de su producción repite una serie de símbolos como el del toro, que es la vida en plenitud, pero con un destino trágico. Ese toro resume su cosmovisión (el ejemplo clarísimo lo leemos en su soneto "Como el toro"). El toro representa la virilidad, la fuerza, la violencia, la masculinidad, la hombría, la libertad más o menos ilimitada; porque él siempre fue un hombre incomprendido por su padre, por sus hermanos, por la gente del pueblo e, incluso, por su mujer.
Continúa...
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sábado, 18 de agosto de 2012
Los vínculos de Miguel Hernández y Josefina Manresa con Jaén

Por Ramón Fernández Palmeral
En febrero del 37 Miguel Hernández es destinado al Altavoz del Frente Sur, en Jaén con el comandante Carlos (Vittorio Vidali, de origen italiano), que le da oportunidad de hacer viajes por los pueblos para declamar sus poemas en los lugares públicos y arengar a los milicianos para levantar la moral. El 9 de marzo de 1937 contrae matrimonio, vestido con uniforme militar, con Josefina Manresa Marhuenda, testigos de boda fuero Carlos Fenoll y Jesús Poveda. Salen para el frente de Jaén; compuso su famoso poema Aceituneros (de Jaén) para su libro Viento del pueblo (1937). Vivieron en calle La Llana nº9 (hoy Francisco Coello). Asistió como agente de propaganda al asalto del Santuario de la Virgen de la Cabeza (Andújar) defendido por el capitán Cortés de la Guardia Civil, según contó el propio Miguel en el Ateneo de Alicante. Existe una fotografía donde se ve a Miguel junto al diputado Martínez Cartón, jefe de la XVI Brigada, con prismáticos, a Vittorio Vidali o comandante Carlos, a otros oficiales en ese frente. El asalto duró ocho meses, el Santuario se tomó el 1 de mayo de 1937 a las 15´15 horas. El capitán Santiago Cortés González murió en combate y le concedieron la Cruz Laureada de San Fernando. (Hoy hay un cartel en el Santuario que dice: La Guardia Civil muere pero no se rinde).
Josefina Manresa, hija de Manuel Manresa Pamies y de Josefina Marhuenda Ruiz nacida en Quesada (Jaén) el 2 de enero de 1916, llega a Orihuela en 1927, adonde es destinado su padre, natural de Cox (Alicante) y guardia civil de profesión. Josefina es la mayor de una familia compuesta por cinco hermanos.

(Josefina Manresa en Quesada con unos vecinos)
En Jaén conocen a los poetas José Herrera Petere y a su mujer Carmen Soler (recién casados también), Pedro Garfias, al diputado Martínez Cartón, a Andrés Pérez Balmés, a Martínez León dibujante y al fotógrafo Trellez, Braña... El 19 de abril Josefina se macha a Cox por enfermedad de su madre que moriría el 22 de abril y Miguel viene al entierro. Después regresa solo a Jaén, pero queda muy triste al estar sin su mujer que ha de cuidar de sus hermanos huérfanos de padre y madre.
La figura de Miguel había sido aprovechada por los comisarios políticos al máximo rendimiento, se le tomó como a un símbolo de la izquierda, un Ché Guevara actual. Sin embargo y como asegura César Moreno «La guerra mitificó sin duda a Miguel Hernández, agigantando desmedidamente su figura». Sus poemas aparecieron en todos los romanceros de la guerra civil, revistas y periódicos como una forma de propaganda, como un «modelo revolucionario» de campesino para plagiar. Su nombre se encuentra en los libros más destacados de la época como Romancero de la guerra civil española (1936), de la sección de publicaciones del Ministerio de Instrucción pública (nov.1936), en Romancero general de la guerra de España (1936), en Poetas en la España Leal, Ediciones Españolas. Madrid-Valencia, 1937, en Versos en la guerra Socorro Rojo de Alicante (1938). En revistas de gran tirada como El Mono Azul de la Alianza Intelectuales Antifascistas, o el Altavoz del Frente Sur, y otras más que no podemos enumerar en este corto espacio. La actividad poemática como arma de guerra cubre un amplio abanico como nos ofrece César de Vicente Hernando en su libro antológico Poesía de la guerra civil española (1936-1939), editorial AKAL, 1994.
Los colaboradores de estos medios de propaganda eran poetas de renombre: Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, José Bergamín, León Felipe, Vivanco, Rafael Dieste, Miguel Hernández, Moreno Villa, Pascual Pla y Beltrán, José Herrera Petere, Pedro Garfias, Arturo Serrano Plaja, Luis Cernuda, Juan Gil-Albert, otros menos conocidos como Lorenzo Varela, Leopoldo Urrutia (de Luis), Baldrich, José Antonio Balbontín etc. El romancero de mayor importancia fue el militar para elevar la moral de los soldados milicianos. Entre estos últimos hay algunos importantes relacionados con la Defensa de Madrid: Defensa de Madrid, Defensa de Cataluña, de Rafael Alberti; ¡Alerta, los madrileños!, de Manuel Altolaguirre; y Lidia de Mola en Madrid, de Antonio Aparicio.
En 1 de Julio de 1937 se encuentra en Valencia; es cuando entrega el original de Viento del pueblo al Socorro Rojo. En la ciudad del Turia firmó junto a otros escritores la «Ponencia colectiva» que se lee el día 10 de Julio. Publicada en Hora de España, Valencia, número 8.
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