Rescatan las cartas que Vicente Aleixandre envió a Gregorio Prieto a lo largo de 50 años
Las sinceras y emotivas
misivas que el periodista y escritor Víctor Fernández saca a la luz
conforman una suerte de «memorias íntimas» del Nobel de Literatura
Durante casi medio e
l poeta y Premio Nobel de Literatura Vicente Aleixandre
(1898-1984) escribió unas cartas muy sinceras y emotivas a Gregorio
Prieto, el pintor que acaso mejor retrató a la Generación del 27. Ahora
salen a la luz algunas decenas de esas misivas en una recopilación
elaborada por el periodista y escritor Víctor Fernández y que la
Fundación Banco Santander incluye en su apreciable colección 'Cuadernos
de Obra Fundamental'.
Fernández es responsable de la selección y el prólogo de
'Visitar todos los cielos. Cartas a Gregorio Prieto (1924-1981)'.
«Son lo más cercano a unas memorias íntimas y reflejan el amor a la
vida de Aleixandre», asegura Fernández, que pudo investigar en los
archivos del pintor, donde halló más de 16.000 documentos de muy diversa
índole.
El 90 por ciento de las más de 70 cartas de Aleixandre que salen a la luz son inéditas
y permanecieron en el estudio del pintor, según explicó Fernández en la
presentación. Estuvo acompañado por Elvira Lindo, escritora para quien
la figura del Nobel «queda un poco perdida en los libros de literatura».
«Hay muchos libros por escribir sobre Aleixandre», dijo Lindo, para
quien la cartas traslucen «la solida amistad que mantuvieron a lo largo
del tiempo el poeta y el pintor». También el «gran escritor de cartas»
que fue Aleixandre.
«Entre ellos no hubo relación sentimental», asegura Fernández.
«Aleixandre se nos muestra muchas veces desnudo, profundísimo, veraz,
devoto de un amor panteísta que todo lo acoge», precisa el periodista y
escritor. Son sin duda cartas de «un amor humano y divino, carnal y
espiritual que en algunos momentos alcanza cotas de éxtasis lírico y
libertad absoluta» y que nos presentan «a un Aleixandre entregado al
amor y la vida por encima de la literatura», agrega. Advierte, con todo,
que estamos ante «un diálogo a medias» ya que, por desgracia, no se han
podido recuperar las cartas de Prieto a Aleixandre.
Asesor sentimental
El poeta tenía a Gregorio Prieto por
«una persona próxima y afín», con quien podía comentar cosas que no
trataba con otros escritores como Rafael Alberti. «Aleixandre se
convirtió en el asesor sentimental de Prieto», sostuvo Fernández, que
destacó la «complicidad» que evidencian textos con confidencias sobre
primeros amores, lecturas del Quijote, comentarios sobre el cine,
descripciones de García Lorca o Juan Ramón Jiménez.
«Demuestra sobre todo la devoción por vivir y reivindicar lo que es el arte, un arte comprometido con su tiempo».
«Amo a montones, esto es una catarata, me
voy quedando en todos los ojos y a todo le hallo su núcleo, su yema
esencial o meritoria que me lo hace deseable. Carnal o
espiritualmente....», asegura Aleixandre en una de las misivas de un
epistolario definible también como «un viaje místico y vital» y
«entreverado de consejos, confidencias, visiones de belleza, armonía,
arte, amistad, lecturas, estados de ánimo, de fondo la libertad de
mostrarse tal cual».
«Aleixandre da lo mejor de sí para llegar a Prieto»,
afirma Fernández, que destaca como a veces se percibe el talante
«invectivo y desconfiado de Prieto» confrontado «a la respuesta sosegada
y contundente, pero también llena de cariño y compasión de Aleixandre».
El volumen recoge también los poemas
contenidos en el archivo Gregorio Prieto que Alexaindre dedicó al pintor
de Valdepeñas, que tuvo a Julio Romero de Torres y Valle Inclán como
maestros en Bellas Artes y el Ateneo, donde conoció a Juan Ramón
Jiménez, Lorca, Emilio Prados, Concha Méndez, y otras figuras de la
época.
«El libro es una oda al amor», asegura Francisco Javier Expósito, responsable literario Fundación Banco Santander. «Las cartas nos hablan del Aleixandre poeta, pero sobre todo del ser humano maravilloso», concluye Expósito.
Desde que se conocieron en abril de 1924,
poeta y pintor mantuvieron una gran amistad hasta la muerte de Prieto, a
pesar de un distanciamiento tras la Guerra Civil consecuencia de un
malentendido, que se refleja en las cartas. Hay misivas muy cortas con
numerosos intentos de quedar, «que funcionaban como los wasap de la
actualidad», dice Fernáncez, así como cartas en las que habla del
nacimiento de sus poemarios y de sus compañeros: Lorca, Alberti o
Altolaguirre o Miguel Hernández.