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vientosdelpuebloamh
May 13
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Según
El experto hernandiano Jesucristo Riquelme ha dado el visto bueno a la
autenticidad de una carta de Miguel Hernández a Ramón Sijé que, en
condiciones de deterioro, ha aparecido en posesión de personas privadas.
La
carta parece ser de abril de 1932, cuando el poeta seguía en Madrid
pasando muchas penalidades por la falta de recursos y la imposibilidad
de encontrar trabajo. Ya preparaba su regreso a Orihuela, aunque siempre
tenía esperanza en un golpe de suerte.
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Cristina Martínez, Información 2 de mayo de 2023
En abril de 1932, apenas cuatro meses después de que Miguel Hernández (1910-1942)
llegase a Madrid, las cosas no iban como él hubiera querido. Vivió
primero en la pensión Morante; después cambió y hasta tuvo que dormir en
casa del filósofo Augusto Pescador o de Alfredo Serna, que había
estudiado Farmacia, también oriolanos.
El joven poeta no conseguía trabajo y el poco dinero que le
proporcionó su madre antes de marchar y que su gran amigo Ramón Sijé
(1913-1935) le iba mandando no era suficiente. Hasta aquí nada nuevo.
Son datos recogidos en las numerosas investigaciones realizadas en torno
al poeta oriolano y, también, en las cartas que envió a Sijé.
Un epistolario integrado por 16 misivas que acaba de sumar una
más, gracias al descubrimiento realizado por Jesucristo Riquelme, que ha
localizado una carta inédita dirigida al escritor y abogado, fechada el 3 de abril de 1932. El documento se encuentra muy deteriorado tras sufrir los estragos de una inundación, con partes que ya no se pueden integrar.
En ella, el autor de Elegía, obra que dedicó a su
"hermano", se queja de su situación ("No puedo seguir aquí de ningún
modo") y le pide ayuda para conseguir el dinero necesario con el que
comprar un billete de tren de vuelta a Orihuela. Afirma estar enfermo y se disculpa por quejarse tanto. También dice que está leyendo a Dostoievski.
El experto hernandiano, autor del epistolario completo del poeta,
tuvo contacto con esta carta a través de la Fundación Legado de Miguel
Hernández de Jaén, que le contactó tras haber recibido la consulta de Pepa Blasco Juan, que pedía autentificar el manuscrito.
"Me puse en contacto con ella y me desplacé a Valencia para ver la
carta", destaca Riquelme. "Nada más verla pude ubicar el papel y la
letra; no hay ninguna duda de que es auténtica".
La Fundación Legado contactó a Riquelme después de que Pepa Blasco pidiera autentificar el manuscrito
Cuenta Riquelme que Sijé (Jose Marín, en realidad) guardó
cuidadosamente las cartas de Miguel y, a su muerte, pasó a ser
custodiado junto a su legado primero por sus padres; después por su
hermano Justino, que lo depositó en la librería Biblion, ubicada junto
al río. Más tarde, su hermana, Mari Lola Marín Gutiérrez, casada con
José Torres López, los trasladó a su domicilio en el Paseo de Calvo
Sotelo. Y allí fue donde una inundación destrozó parte del legado.
Fue José Torres quien le entregó la carta a Federico Espuch,
admirador y conocedor de la obra del poeta, en correspondencia a un
favor. Y este a su amigo José Blasco Verdú, padre de la propietaria
actual, que era seguidor también del oriolano.
Parte del legado
En 1972, Francisco Martínez Marín recogió este epistolario del fondo de Ramón Sijé, Yo, Miguel, pero la carta ahora descubierta no está incluida. ·El aspecto del papel y del deterioro es idéntico a otras cartas de ese legado: el tamaño, el color y la textura de papel·.
El texto está escrito con lápiz de carboncillo o grafito
"con trazos inequívocos", apunta el investigador. "No obstante hay un
trazo que podría hacer pensar que la grafía es diferente a la habitual".
Se trata de la M de la firma. "Es una grafía redondeada y no la letra
picuda o angulosa frecuente en otros autógrafos de Miguel Hernández,
pero tenemos muestras fidedignas de otras cartas dirigidas a Sijé desde
Madrid con ese trazo redondeado en la M".
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Descifrar la fecha fue uno de los mayores retos, ya que se
encuentra prácticamente borrada y desaparecido el trozo de papel. "Sólo
se leen los números del día y del mes, separados por un guion. Al
principio parecía 31 y 5, pero el 14 de mayo, toma el tren para volver a
Orihuela". Por otro lado, Riquelme se dio cuenta de que el aparente 1
es un pliegue del papel, igual que la raya superior del 5, que es
finalmente un 4. "Es irregular, como el 4 de que usa en otras cartas".
Además, en la correspondencia enviada por el poeta oriolano a su
amigo y mentor había un vacío en abril. "Durante el mes de marzo había
escrito a Sijé los días 6, 17 y 22; en abril solo teníamos constancia de
una carta, el día 15, por lo que esta llena ese hueco".
Fragmentos del texto
"[Querido]
hermano: Supongo recibirías el lunes (al mis[mo ti]empo que yo una
tarjeta tuya) mi carta. ¿No has [pod]ido lograr que te diera los diez
duros el señor Alcalde? No te molestes más en ir a ver a ese buen
señor".
"[Si pue]des, pide a quien los dé con gusto los
duros que nece[sito o] un billete hasta Orihuela... No te extrañe,
herma[no: no p]uedo seguir aquí de ningún modo... No te [puedo contar]
lo lamentable de mi situación".
"[ ] además, estoy enfermo, toso...".
"Tal vez son estas las [últim]as penas que te escriba; ya son bastantes para junt[tar] a las tuyas".