Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

lunes, 7 de septiembre de 2009

Rosario, "la Dinamitera"


Para las generaciones nacidas en democracia es difícil entender que la lucha política por una sociedad más justa sea necesariamente violenta, y que esta lucha, a muerte, sea glorificada y engrandecida. Ya sea por falta de "verdaderos" valores políticos o por desapasionamiento, creo que los jóvenes de hoy no estaríamos dispuestos a dar la vida casi por ninguna causa social –quizás por amor a algunos seres queridos, si ésta puede considerarse una causa social-.

Esta reflexión viene después de acercarme a la figura de “Rosario, la dinamitera”, retratada por Laura en la viñeta que presento de la historieta que vengo comentando: Días de Rejones. Rosario Sánchez Mora era amiga de María Aranguren, esposa del hijo del dibujante José Robledano Torres, José Robledano Piqueras. A pesar de lo confusas que pueden resultar las referencias a las relaciones amistosas y familiares en el guión de esta historieta, el trabajo de Felipe Hernández Cava es magnífico en la riqueza de referentes históricos que nos presenta con gran humanidad y cercanía: “Rosario, que perdió una mano lanzando cartuchos, y que iba al círculo de Bellas Artes a dibujar del natural”. Después de conocer a la dinamitera, a una le fascina el arrojo de la joven Rosario Sánchez Mora, que con sólo 17 años se lanzó a alistarse en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), para ir de miliciana, rifle al hombro, dispuesta a dejarse la vida en la lucha contra el fascismo como todo combatiente. En su labor como dinamitera a Rosario le estalló una bomba de mano, salvó la vida pero perdió el brazo derecho. Su mutilación le valió el reconocimiento y la amistad del poeta Miguel Hernández, que le dedicó este poema:

Rosario, dinamitera,
sobre tu mano bonita
celaba la dinamita
sus atributos de fiera.
Nadie al mirarla creyera
que había en su corazón
una desesperación,
de cristales, de metralla
ansiosa de una batalla,
sedienta de una explosión.

Era tu mano derecha,
capaz de fundir leones,
la flor de las municiones
y el anhelo de la mecha.
Rosario, buena cosecha,
alta como un campanario
sembrabas al adversario
de dinamita furiosa
y era tu mano una rosa
enfurecida, Rosario.

Buitrago ha sido testigo
de la condición de rayo
de las hazañas que callo
y de la mano que digo.
¡Bien conoció el enemigo
la mano de esta doncella,
que hoy no es mano porque de ella,
que ni un solo dedo agita,
se prendó la dinamita
y la convirtió en estrella!

Rosario, dinamitera,
puedes ser varón y eres
la nata de las mujeres,
la espuma de la trinchera.
Digna como una bandera
de triunfos y resplandores,
dinamiteros pastores,
vedla agitando su aliento
y dad las bombas al viento
del alma de los traidores.


26-12-37 (Socorro Rojo)

Miguel Hernández. Poemario "Viento del pueblo" (1936-1937).

En 1937 Rosario conoció al que sería su marido Francisco Burcet Lucini, sargento de la Sección de Muleros del Regimiento, el mismo año, volvió al frente como cartera y más tarde, se casó con él. Al año siguiente, trabajó para otra de las mujeres legendarias de nuestra historia, Dolores Ibárruri, La Pasionaria. Ese mismo año tuvo a su hija Elena. En 1939, cuando la guerra se daba por perdida para los republicanos, Rosario intentó escapar con otros 15.000 republicanos que no pudieron exiliarse. Su padre fue fusilado, su marido estaba en paradero desconocido y ella fue encarcelada hasta 1942; Rosario pudo ser liberada, pero otros amigos suyos no tuvieron la misma suerte; ella salió de la cárcel el día que Miguel Hernández murió en prisión. Después de ser liberada, decidió volver a Madrid para encontrarse con su hija Elena que ya tenía cuatro años. Rehizo su vida montando un negocio de venta de tabaco en Madrid y se casó de nuevo, ya que le fue muy difícil volver a encontrar al que fue pero dejó de ser su marido tras la anulación de los matrimonios civiles en la dictadura franquista. Rosario murió el 18 de Abril del 2008, pero gracias a algunos documentos videográficos como este, podemos volver a sentirla como si hablase hoy con nosotros:

Fuentes de la noticia