1.- Miguel Hernández (Infancia y Juventud)
Miguel Hernández Gilabert nació a las seis de la mañana del
domingo 30 de octubre de 1910 en la calle San Juan, números 72, 80 u 82, de
Orihuela, según varios biógrafos, frente al convento de San Juan de la
Penitencia de las Clarisas y donde naciera también el poeta-panadero Carlos
Fenoll Felices. En una fotografía de Manuel Muñoz Hidalgo aparece su casa con el número 80.
María de Gracia Ifach dice que era el número 82 Con los años los números de la
casa natal han ido cambiando. En la partida de nacimiento no se nombra el
número de la casa, conocemos la casa pero no el número que tenía en 1910, lo
cual tampoco tiene gran importancia.
Inscrito en el Registro Civil en la Sección 1ª, Tomo 60, folio
188. La calle pasó a llamarse Antonio Piniés (de segundo apellido Roca de
Togores, barón de la Linde), actualmente, en 2012, y por decisión de la
corporación municipal ha pasado a recuperar su antiguo nombre, el de San Juan
de la Penitencia.
El 3 de abril 2008, en el
Diario Oficial de la Generalitat Valenciana se publicó la licitación de la
rehabilitación de la casa natal, lo cual fue un gran logro de la Fundación Cultural Miguel Hernández. Actualmente la casa se encuentra
rehabilitada, pero cerrada y sin ninguna función, pendiente de alguna partida
presupuestaria. En la acera de enfrente hay otra casa natal abandonada que se
debería recuperar para la cultura oriolana,
la del poeta-panadero Carlos Fenoll, nacido el 8 de agosto de 2012.
Era Miguel hijo de don
Miguel Hernández Sánchez (Visenterre), guarda jurado y tratante
de ganado, nacido en Redován el 24 de octubre de 1878 en la antigua Travesía
Mayor (Actual Calle Colón), (no tenemos constancia de la fecha de su
fallecimiento), a quien los negocios no le iban del todo mal, casado en segundas
nupcias con Concepción Gilabert Giner (Concheta) nacida en Orihuela en
1879, que falleció el 16 de diciembre de 1942. Se ocupaba de las tareas de la
casa y del cuidado de sus cuatro hijos, Vicente, Elvira, Miguel y Encarnación. Por orden de nacimiento era el tercer hijo.
Tres días después de nacer fue bautizado en la Parroquia de El Salvador con los
nombres de Miguel-Domingo, por haber nacido un domingo, aunque otros dicen que
el coadjutor se llamaba don Domingo Aparicio, y les ponía su nombre como
segundo nombre a todos los niños que bautizaba.
Era el tercer hijo, hermanos: Vicente
(1906-1979), Elvira (1908-1994), Miguel, Concha, Josefina, Monse y Encarnación
(1917-1993). Concha, Josefina y Monse fallecieron en la infancia.
Los «Visenterre», (los abuelos paternos
se llamaban Vicente y Vicenta, y un tío, hermano del padre, Vicente) era el
apodo de la familia, una familia no pobre, sino humilde y trabajadora,
propietario de un rebaño de cabras, leche y cabritos de carne, y era quien
comerciaba casi todo el ganado caprino de la zona que enviaba a su hermano
Francisco, el Corro, en tren a
Barcelona, que era donde vivía éste. Al
fallecer el Corro cambió la vida de
Miguel, pues fue sacado de los jesuitas.
El abuelo materno, Antonio Gilabert Berná era
tratante de caballos, posiblemente surtía de caballos a las plazas de toros
para la suerte de varas, esta actividad de tratante de caballerías era propia
de gitanos, esta familia le llamaban los Mansebos,
de etnia gitana, es decir que nuestro poeta tenía más sangre gitana que García
Lorca, que no tenía ninguna.
Don Miguel, según José Luis Ferris (2002, 28), tenía cierto capital
y era un hombre «duro y autoritario, tozudo y conservador, intransigente
y de carácter fuerte, marcó siempre las distancias entre él y sus vástagos sin
que le temblara el pulso». Mi parecer es que era un padre de su época, de
origen labrador, nacido en el último tercio del siglo XIX, tiempos confusos en
la política y en la economía con mentalidad práctica de supervivencia.
Orihuela era una población de economía
agrícola, industria del cáñamo y cría del gusano de seda, comercio local y sede
de numerosas órdenes religiosas y 33 iglesias, llamada Oleza por Gabriel Miró. Pero antes se llamó Orcelis,
Tudmir, Aurariola... Tierra de oro, que este es su verdadera
etimología. Ciudad protegida por la
Sierra de La Muela, donde los almorávides coronaron un castillo fortaleza. La situación política en España de 1910, era
la siguiente: Reinado de Alfonso XIII. Presidente del Gobierno don José
Canalejas y Méndez desde el 9 de Febrero, hasta el gobierno provisional de don
Manuel García Prieto el 12 de noviembre de 1912. El conflicto más importante
era la guerra de Marruecos, en el verano de 1909, la movilización de
reservistas provocó la Semana Trágica de Barcelona. En 1913 había sesenta y
cinco mil soldados destinados en Marruecos... La política local hasta
aproximadamente el año 1911 [...] se dio una situación de dominio indiscutido
de uno de los partidos turnantes: El Partido
Liberal.
Volviendo a la infancia de Miguel Hernández, a los cuatro años se trasladó la
familia a la calle Arriba, 73 (hoy Miguel Hernández), en un altozano colindando
con el monte y la parte de arriba de la ciudad, a espaldas de la iglesia de
Santo Domingo. Hoy convertida en
Casa-Museo desde 1981, adquirida por el
Ayuntamiento de Orihuela, podemos comprobar que tiene tres dormitorios, cocina,
pozo interior, huerta y corral. De
párvulo tuvo un profesor particular. A los ocho años empieza a asistir a la
escuela del Ave María, como alumno pobre, aunque otros opinan que no, bajo la tutela del seglar granadino don
Ignacio Gutiérrez Tienda, porque dependía también de los jesuitas. Iba al colegio
y también trabajaba en cuidar el ganado junto a su hermano Vicente, aprende a
ordeñar y las particularidades de este desprestigiado oficio; hoy día, los
cabreros se llaman: empresarios caprinos.
El
joven Miguel destacó en los estudios por su despierta inteligencia, llamó la
atención de los jesuitas, y, como era su costumbre seleccionar a los niños que
creían idóneos para pertenecer a la
Orden de Jesús, con trece años le
acogieron en el Colegio de Santo Domingo junto a los hijos de las clases
acomodadas con una beca para que siguiera la carrera eclesiástica, donde según
la tesis doctoral de Odón Betanzos, estudió: Gramática, Aritmética,
Geografía y Religión, aunque destacó en Gramática y Religión. A los dos años de
haber ingresado en el Colegio, y próximo a cumplir los quince años de
edad, su padre lo necesitaba como
jornalero, se puso a trabajar como
repartidor de leche con el ganado de su padre.
Otras versiones aseguran que los
jesuitas propusieron al padre ingresar a Miguel en dicha Orden de Jesús, y éste
no quiso desprenderse de un hijo/jornalero que necesitaba para seguir en sus
negocios ganaderos, puesto que solamente
tenía dos varones para las cabras, ya
que no era oficio para las mujeres.
Don Miguel saca a su hijo del Colegio de Santo
Domingo en marzo de 1925, y lo toma como
pastor, trabajo que no le gustaba, sobre
todo cuando desde el monte veía a sus antiguos compañeros del Colegio de Santo
Domingo. En esta época coincide con la muerte del tío Francisco, apodado Corro,
en Barcelona. Se ha desmentido por Ramón Pérez Álvarez que trabajara Miguel en la tienda de
textiles El Globo, situado en los Hostales, hasta que un incendio destruyó el
local, puesto que este incendio ocurrió el 9 de marzo de 1925, cuando asistía
al colegio.
Miguel
persiste en su auto-educación, visita la biblioteca del Círculo de Bellas Artes
y Círculo Radical, lee cuanto cae en sus manos y se deja asesorar por lecturas
en la biblioteca privada del canónigo don Luis Almarcha, que vivía en la misma
calle Arriba. Además jugaba en el equipo de futbol de la calle de Arriba La Repartiora»,
cuyo himno socoso y burlesco lo creo Miguel. El equipo rival era el C.D. Los
Yankees creado en 1933.
En sus comienzos, básicamente el equipo estaba formado por: Esteban Sanmartín;
Vicente Villagrasa, Chino; Verdú, Bigote, Cremades; Corro, Gramalier, Manuel
Soler Muñoz «Lolo», Colomina (padre
del escritor oriolano Antonio Colomina Riqueleme) y Segura. Curiosamente, el
guardameta era el famoso «Lolo» que fuera después portero del Orihuela C.F., a
quien Miguel le dedicó una elegía sin hacer muerto,
simplemente porque sufrió una brecha en la ceja y se los llevaron en camilla
del campo, éste hecho debió inspirar al poeta y por ello le dedictó «Elegía al guardameta» de estilo
encomiástico, A Lolo, sampedro joven en
la/ portería del cielo de Orihuela. Lo compara con San Pedro que guarda las
Puertas del Cielo.
Tu grillo, por tus labios promotores,
de plata compostura,
árbitro, domador de jugadores,
director de bravura,
¿no silbará la muerte por ventura?
de plata compostura,
árbitro, domador de jugadores,
director de bravura,
¿no silbará la muerte por ventura?
Esta elegía ha
sido ampliamente estudiada por José María Balcells en su ponencia
«Variaciones elegiácas hernandianas»
publicada en las Actas del III Congreso Internacional
Orihuela&Elche&Alicante, Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil
Albert, Tomo II, 2012, pp, 253-262. Donde comenta «Miguel Hernández, buen
conocedor de las exigencias del paradigma elegíaco, convierte, por arte de
birlibirloque literario, al herido en un muerto. Y aun recalca en varias
oportunidades que ese suceso tuvo consecuencias fatalas irreversibles…».
Advierte en la nota 7 de su ponencia que el poema hernandiano debió inspirar al
escritor Salvador García Jiménez para su noveal Coro de aluncinacinados (1975), cuando da por muerto al portero
Comba en lance de su torpeza con el larguero.
Miguel se
rebela contra la humillante decisión de su padre de excolarizarlo, y con
orgullo y tenacidad, y resuelta decisión, bajo una lluvia de tortazos y mal trato
a los veintiún años se macha a Madrid, tras ser dado en el Servicio Militar
como excedente de cupo, lo cual le desilusionó, puesto que él quería hacerlo
para salir del entorno paterno. De 2 de noviembre de 1932, es la data de la
carta que escribió a Jesús Poveda, que hacía el Servicio Militar en submarinos
de Cartagena, para que le informara de cómo redactar la instancia para ser
marino.
Artículo de mi próximo libro Miguel Hernández, el poeta del pueblo, (40 artículos).
Ramón Fernández Palmeral.