Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com
El asesor del Rector de la Universidad de Alicante Manuel Palomar, debería tener más cuidado a la hora de informar a una personalidad académica de este rango, y encima de Alicante. En el texto en valenciano del Sr. Palomar del catálogo de la exposición de Homenaje a Miguel Hernández 75X75, escribe que:
"Les imatges sobre Miguel Henández van començar amb el famós retrar a carbonet que el dramaturgo Antonio Buero Vallejo va dedcar en el penal d´Ocaña al gener de 1940 al poeta oriolá, comapany de presó i infortuni".
Pues bien, Buero Vallejo, en 1940 no era dramaturgo aún, porque "Historia de una escalera" es de 1949.
Segundo el famoso carboncillo de los dibujó en la cárcel de Toreno (Madrid) no fue el penal de Ocaña (el penal era un Reformatorio de Adultos), se lo dibujó el 25 de enero de 1940, tal y como está firmado el dibujo que se adjunta:
(Fotocopia del atestado intruido a Miguel, el 4 de mayo de 1939, por el Cuerpo de Ingatigación y Vigilancia por los Agentes: Antonio Márquez Bueno y Rafael Córdoba Collado).
Notas de Ramón Palmeral.-
No es cierto que la policia
portuguesa entrega a Miguel Hernández a la Guardia Civil, sino al Cuerpo
de Investigación y Vigilancia de Fronteras, que era de la Policía. La
Guardia Civil no intervino en el interrogatorio de Miguel, según se
puede ver en el sumario 21.001. Lo delató un portugués cuando Miguel
vendió el reloj de oro que la habia regalado Vicente Aleixandre cuando
se caso el 9 de marzo de 1937, antes de irse al Altavoz del Frente Sur,
callel La Llana nº 9. Jaén
Lo de un guardia civil que era de
Callosa de Segura no es así, era un paisano, un tal Salinas natural de Callosa de
Segura que era propietario de un cine, ver la página 122 de "Recuerdos de
la viudad de Miguel Hernández" que adjunto:
Para
saberlo todo sobre al asunto de la detención en Rosal de la Frontera
(Huelva), lo mejor es leer el sumario 21.001 de Juan Guerrero Zamora, y
hablar con Augusto Thassio, quien fue concejal de cultura del Rosal de la Frontera.
El Cuerpo de Investigación y Vigilancia desapareció en 1942 y creo el Cuerpo Superior de Polcía, antecedentes de la actual Policía Nacional.
No podemos estar a esta alturas con errores tan monumentales.
En el 73° aniversario de la muerte del poeta Miguel Hernández, el
escritor Ramón Fernández Palmeral presenta, a lo largo de 40 artículos
monográficos, un estudio biográfico de la vida y obra del poeta
oriolano. Este libro incluye las últimas investigaciones publicadas
sobre Hernández, siguiendo un planteamiento cronológico, y pretende
exponer los aspectos biográficos de modo objetivo, eludiendo los mitos y
tópicos creados en torno al llamado "poeta del pueblo". Gracias al
formato de artículos monográficos es posible profundizar con más detalle
en los temas que más interesan: su infancia y adolescencia, amistades
madrileñas, época de miliciano, amores, viajes a Rusia, obra,
enjuiciamiento y muerte por una negligente atención sanitaria
penitenciaria. Todo ello desde una crítica objetiva y actual, a la vez
que honesta, y desde el punto de vista del contexto histórico y la
realidad social de la época. Algunos de los artículos de este libro han
sido ya publicados por prestigiosas revistas, otros, en cambio, son
artículos inéditos.
Para
concluir hermosamente este Día Mundial de la Poesía de 2017, Paroles
Égales quiere ofrecerles el primer extracto de su próximo libro-disco, Miguel. Enteramente consagrado a Miguel Hernández, el CD será lanzado en 2017 para marcar el 75to aniversario de la muerte del inmenso poeta español.
Pastor,
poeta, combatiente incansable de la libertad, Hernández pagó con su
vida, el 28 de marzo de 1942, su oposición al régimen franquista. Al
ritmo de sus poemas presentados en español y francés en una nueva
traducción Ego/Parra, este libro-disco y el espectáculo correspondiente
dibujan su recorrido de lucha, amor y esperanza del poeta de Orihuela.
Su
grupo preferido de teatro para el oído les ha preparado un bello vídeo
accesible con tan solo un clic. Pueden contemplar las imágenes, pero
sobre todo dejarse llevar por la alquimia sonora de la guitarra y la
voz. Haga clic aquí: Desde que el alba … Depuis que l’aube veut être l’aube.
Sus siempre embriagados de poesía y de pájaros de primavera,
................................
Poema reciatdo y cantado de Miguel Hernández por Catyherine Ego & Arto Parra
Desde que el alba quiso ser alba, toda eres
madre. Quiso la luna profundamente llena.
En tu dolor lunar he visto dos mujeres,
y un removido abismo bajo una luz serena.
¡Qué olor a madreselva desgarrada y hendida!
¡Qué exaltación de labios y honduras generosas!
Bajo las huecas ropas aleteó la vida,
y sintieron vivas bruscamente las cosas.
Eres más clara. Eres más tierna. Eres más suave.
Ardes y te consumes con más recogimiento.
El nuevo amor te inspira la levedad del ave
y ocupa los caminos pausados de tu aliento.
Ríe, porque eres madre con luna. Así lo expresa
tu palidez rendida de recorrer lo rojo;
y ese cerezo exhausto que en tu corazón pesa,
y el ascua repentina que te agiganta el ojo.
Ríe, que todo ríe: que todo es madre leve.
Profundidad del mundo sobre el que te has quedado
sumiéndote y ahondándote mientras la luna mueve,
igual que tú, su hermosa cabeza hacia otro lado.
Nunca tan parecida tu frente al primer cielo.
Todo lo abres, todo lo alegras, madre, aurora.
Vienen rodando el hijo y el sol. Arcos de anhelo
te impulsan. Eres madre. Sonríe. Ríe. Llora.
"Poemas últimos" 1939-1941
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Turismo recupera las rutas temáticas de Miguel Hernández
Los visitantes podrán descubrir
el último domingo de cada mes la vida y obra del poeta a través de un
recorrido teatralizado en sus calles
21-03-2017 18:54
Un instante de la presentación en la Oficina de Turismo INFORMACIÓN
La concejal de Turismo de Orihuela, Sofía Álvarez, ha presentado esta mañana las nuevas Rutas Hernandianas que recorrerán la ciudad el último domingo de cada mes,
dentro de la programación con la que se conmemora el 75 aniversario de
la muerte de Miguel Hernández. Así, la Concejalía de Turismo ofrece
cuatro rutas temáticas sobre la vida y obra del poeta oriolano. La
primera, que será gratuita, tendrá lugar el próximo domingo 26 de marzo, a las 10.30 horas, bajo el título "Me llamo barro aunque Miguel me llame".El trayecto se centrará en la infancia y adolescencia del poeta.
En sus juegos con amigos en la calle y entre los que se encuentran
Meno, Carlujo, El Mella, Gavir, El Rosendo y Paná, así como en su
escolarización, que pese a ser interrumpida a los catorce años,
despierta en él un gran deseo de seguir formándose literariamente.
Así,
durante la ruta "recorreremos la Casa Museo de Miguel Hernández, el
Colegio de Santo Domingo y El Palmeral, mientras que en cada uno de
ellos se leerán poemas de Miguel Hernández".
De esta manera, los participantes seguirán los pasos de Miguel Hernández
por las calles de la ciudad, mientras que también "se dará a conocer el
patrimonio histórico, personajes, tradiciones y la evolución del modo
de vida de la ciudad, así como los elementos naturales que la circunda",
manifestó la edil.
Asimismo, Álvarez avanzó que durante los meses
de junio, julio, agosto y septiembre, "la ruta correspondiente se
realizará por la noche coincidiendo con la luna llena".
.........................../////.................OTRO..................
Esiste un catálogo de la RUTA DE MIGUEL HERNÁNDEZ EN ALICANTE CIUDAD, cuyo autor es Ramón Fernández Palmeral. Se editó en el libro "Miguel Hernández, poeta del pueblo" en mazon 2015.
En 2013 se envió al Ayuntamiento de Alicante. que rechazó su edición.
El lunes 20 se marzo 2017 se enció por correo ordinario a la Concejalía de Memoria Histórica del Ayuntamietno de Alicante. A la espoera de que lo puedan editar.
La Senda del Poeta
2017 se recorrerá este año los días 24, 25 y 26 de marzo. Las
inscripciones individuales y grupales están abiertas en la web
www.ivaj.gva.es hasta el 20 de marzo. También se ofrece información
telefónica en el número 966 478 100 o a través del correo
sendadelpoeta_ivaj@gva.es
Esta actividad de senderismo cultural, organizada anualmente por el
Institut Valencià de la Joventut (IVAJ) desde hace 20 años, se ha
consolidado como una iniciativa de carácter cultural, turístico y
medioambiental, dentro del concepto de ocio educativo, que promueve
valores tales como la participación y la convivencia intergeneracional
así como la solidaridad grupal dirigiéndose especialmente a jóvenes.
El principal objetivo es la difusión de la obra y vida del poeta
Miguel Hernández, que este año coincide con el 75 aniversario de la
muerte del poeta y el 20 aniversario de la universidad que lleva el
nombre del poeta.
El recorrido por los lugares más singulares y significativos cuenta
con la colaboración de diez municipios: Orihuela, Redovan, Callosa de
Segura, Cox, Granja de Rocamora, Albatera, San Isidro, Crevillente,
Elche y Alicante, que se recorren por este orden, así como de la
Diputación de Alicante, la Universidad Miguel Hernández, la Asociación
de Amigos de Miguel Hernández, la Fundación Cultural Miguel Hernández y
la Cátedra Miguel Hernández.
Itinerario de las tres etapas de la Senda 2017
La primera etapa, el 24 de marzo, comprende el itinerario desde
Orihuela hasta Albatera, con paradas en Redován, Callosa de Segura, Cox y
Granja de Rocamora; la segunda etapa, 25 de marzo, con salida desde
Albatera hasta Elche, con paradas en San Isidro y Crevillente, y la
tercera, el 26 de marzo, con salida de Elche hasta Alicante y parada en
Rebolledo.
El vídeo de la Senda del Poeta 2016, un resumen fotográfico de la
edición anterior, está disponible en la web del IVAJ, con música cedida
por Kepa Junquera que interpreta ‘Fandango Suite’.
La senda coincide con la senda internacional GR-125, realizando
paradas en cada localidad de la ruta jalonada con actos culturales de
poesía, teatro y música y paradas en lugares representativos (Descarga
la topoguía de El camino hernandiano (GR-125).
Por otro lado, la Residencia Juvenil La Florida del IVAJ en Alicante
ofrece en habitaciones individuales, con tarifas especiales ‘Senda del
Poeta’ desde 8,08 euros para grupos y desde 9,69 euros para
individuales. (Teléfono residencia: 965 918 250 Teléfono central de
reservas: 902 22 55 52).
Jaén, 20 mar (EFE).- Cerca de 35.000
estudiantes de 150 centros de Infantil, Primaria y Educación de Adultos
van a tomar parte entre el 27 y el 31 de marzo en la 3ª Semana Escolar
con Miguel Hernández y Josefina Manresa.
La iniciativa, presentada
hoy por el presidente de la Diputación Provincial de Jaén, Francisco
Reyes, y en la que también colabora la Junta de Andalucía, se enmarca
este año, "en el amplio programa de actividades, más de un centenar"
programadas en colaboración con otras administraciones públicas para
conmemorar el 75 aniversario "de la muerte de este genial escritor, que
se cumple el próximo 28 de marzo".
El máximo responsable de la
Diputación jiennense se ha mostrado convencido de que con estas
iniciativas están cumpliendo "con creces" el compromiso asumido con la
familia del poeta cuando se adquirió su legado literario en 2013, "de
contribuir a difundir universalmente la figura y la obra de Miguel
Hernández".
Francisco Reyes ha señalado que cuando al adquirir
estos fondos, la provincia de Jaén consiguió "un tesoro" que debe
enseñar y mostrar a todo el mundo, y los primeros que deben conocerlo
son los jiennenses".
"Nada mejor que nuestros escolares se
familiaricen con la poesía y el legado de este escritor, que tan bien
conectó con el pueblo, para que conozcan sus valores personales,
literarios y el renombre universal que ha alcanzado", ha apostillado.
Por
eso este es el tercer año en que la Diputación pone en marcha la
propuesta dirigida a los centros educativos, además de editarse unos
materiales didácticos específicos para que profesores y alumnado tengan
la oportunidad de conocer más en profundidad a este escritor.
Estos
materiales están adaptados a las edades de los escolares, que en esta
ocasión cursan los ciclos de Educación Infantil y Primaria y también
estudian en centros de adultos.
Así, para el nivel de 3 a 7 años
se ha elaborado un álbum ilustrado con el título "Miguel tiene un
museo", un libro para "acercarles la vida y obra hernandiana a través de
una historia en la que el poeta y su esposa realizan una visita a su
museo en Quesada".
A los escolares de entre 8 y 12 años se les
entregará la historia ilustrada que lleva por título "De Miguel para
Josefina con amor", en la que se "acentúa la importancia de su esposa en
la vida del autor y en su relación con la provincia jiennense, pero
también se ponen de manifiesto las costumbres sociales de la época en
que vivieron los dos protagonistas, las penalidades de la guerra o las
que sufrió el escritor durante su encarcelamiento".
Además de
estos dos libros, se ha elaborado una Guía del Profesorado que servirá a
los docentes como base y sugerencia de actividades de todo tipo, desde
talleres de manualidades y plástica, de lengua y comprensión lectora, de
música, arte y literatura, y matemáticas, hasta teatro o marionetas.
José Luis Ferris arroja luz sobre falsos mitos en torno a la figura de Miguel Hernández: “Deshacer esos tópicos humaniza más al poeta”
Autor
de la actualizada biografía ‘Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y
muerte de un poeta’, nos acerca a la esencia de este escritor brillante y
universal cuyos versos “servían hasta al enemigo”
Fuente: La Cerca - Miriam Martínez -
Lunes, 20 de marzo de 2017
José Luis Ferris
Como
les recordamos a través del Grupo Multimedia de Comunicación La Cerca,
este próximo 28 de marzo se cumplirá el LXXV aniversario del
fallecimiento (del triste fallecimiento en una cárcel de Alicante en la que prácticamente se dejó muriendo a su suerte) de uno de los más geniales poetas que ha visto este país.
Con la idea de detenernos un poco más en la figura de Miguel Hernández, tenemos ocasión de conversar con José Luis Ferris. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca;
poeta, novelista y autor de diversos ensayos, acaba de sacar una nueva
edición de la biografía ‘Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de
un poeta’, publicada por la Fundación José Manuel Lara. Les invitamos a escuchar al completo esta entrevista telefónica a José Luis Ferris. Si lo desean, pueden hacerlo a través del archivo de audio que acompaña a este texto.
Después
de todo lo que ha tenido (y seguirá teniendo) ocasión de investigar,
¿tiene José Luis la sensación de que llegará el momento en que seamos
plenamente conscientes de todo lo que rodeó al figura de alguien tan
significativo en tantas facetas como don Miguel Hernández?
“Creo
que a base de insistencia y de seguir ‘en la brecha’ revisando ediciones
y actualizando la biografía de Miguel Hernández, y realizando también
otras labores (como otra edición que he hecho para niños de cinco años y
otra para niños de ocho en distintas editoriales, incluso en la
editorial Oxford para adolescentes)… considero que esas ‘aproximaciones’ sí van dando sus frutos”, afirma.
Ferris
nos cuenta que “hay muchísima gente trabajando en esa dirección y
haciendo ediciones críticas e incluso adaptadas de la obra de Miguel
Hernández” y asegura que seguirán insistiendo en ello porque, a fin de
cuentas, el objetivo de todo esto y de escribir sobre la vida del poeta
es “que el lector vaya a la obra del poeta: no tiene sentido una
biografía si no consigues que le gente no vaya luego a la fuente
fundamental que es la obra”.
Portada del libro ‘Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta’
“Miguel Hernández es un poeta que los niños adoran si les sabes explicar quién fue”
Conversando con la nuera de Miguel Hernández (Lucía Izquierdo)
en La Cerca, ésta aseguraba que le gustaría que la figura de Miguel
estuviera más ligada aún a las aulas en todos los niveles educativos, un
poco en la línea de esas ‘otras labores’ a las que se refería José Luis
(trabajando en ediciones especiales para niños, para adolescentes,
etc.) con el fin de seguir haciendo que el poeta llegue a todos…
“Todo
lo que se haga en este sentido nunca estará de más”, afirma; nos cuenta
cómo, sobre todo a partir del centenario del nacimiento del poeta (que
fue en 2010), “las editoriales se pusieron mucho las pilas (y muchos
pedagogos también) y se hicieron bastantes libros” en torno al poeta;
“el problema es que cuando se acaba un centenario o se acaba una
conmemoración, parece que se ha olvidado”.
No obstante, señala
que Miguel Hernández “ha tenido un poquito de más de suerte porque hasta
hace nada ha sido un tema de los que entraban casi seguro en
Selectividad; por lo tanto, durante muchísimos años (por lo menos hasta
este año, que todavía sigue entrando en Selectividad) Miguel Hernández
ha sido un autor que, sobre todo en Bachillerato, los alumnos tenían que
leer y estudiar sí o sí”. José Luis Ferris,
que ha conocido en primera persona el mundo de las aulas (aunque más en
el ámbito universitario) y que visita todos los años muchos institutos
de enseñanzas medias, nos cuenta que cada curso se encuentra con unos
200 o 300 alumnos a los que les habla sobre la figura de Miguel
Hernández y a los que ve quedarse “bastante fascinados”; por eso
considera que “si se mantuviera dentro de los planes de estudio, algo
haríamos”.
Ferris afirma que Miguel Hernández “es un poeta que
los niños adoran si les sabes explicar quién fue: la vida en plena
naturaleza que tuvo, cómo era un enamorado (casi un San Francisco,
con ocho años) de los animales, del agua de la naturaleza… Si hubiera
más insistencia en ese sentido, creo que cuando uno llega a una edad más
madura, tendría a Miguel Hernández como un compañero de vida casi”.
Miguel Hernández
Un pastor fugaz y especial, que llevaba en la mochila libros de Góngora, del poeta francés Verlaine, de Garcilaso y Rubén Darío…
Este
nuevo trabajo de José Luis Ferris es un paso más en el objetivo de
deshacer los tópicos que han rodeado la figura de Miguel Hernández. ¿En
qué tipo de cuestiones hemos tendido socialmente a forjar y mantener una
visión equivocada tanto ‘del hombre’ como ‘del poeta’?
“El
primer trabajo (y quizá el más arduo) que hubo al escribir la biografía
del poeta fue precisamente el rescatarlo de debajo de una hojarasca de
tópicos, de leyendas, que eran muy cómodos para los profesores de
enseñanza…”, afirma.
“Pensar que había una mujer única en la vida
del poeta; pensar que era un poeta tremendamente pobre; que era un
poeta que se tuvo que educar a sí mismo porque no tuvo opción de ir a la
escuela; que era un poeta que toda la vida convivió con los animales y
con las cabras… -enumera-; pues todo eso es falso”.
José Luis
Ferris no duda que “deshacer esos tópicos humaniza más al poeta”, aunque
quizá ‘choque’ a algunos ahora para (por ejemplo) “explicar ‘El rayo
que no cesa’ a la sombra de otro amor que hubo en la vida de Miguel, de
otra mujer (como es el caso de Maruja Mallo, que es algo que se ha
podido comprobar ahora con muchísimos documentos), o cómo es posible que
detrás de un poema tan hermoso como ‘Las abarcas desiertas’ (hablando
de la pobreza de ese niño que cuando llega la Navidad se queda sin nada,
sin regalos de Los Reyes Magos)
no haya un escritor que no haya conocido la pobreza… Pues porque no la
hubo: Miguel Hernández vivía bien, en una gran austeridad (porque el
padre era alguien a quien no le gustaba que los hijos vivieran de una
manera excesivamente holgada) pero nunca faltó un plato de comida en su
casa ni ropa que ponerse, no faltó nada”, aclara.
Pero los ojos
de Miguel Hernández si vieron esa pobreza “en sus compañeros de su
calle, en muchos ‘niños yunteros’ que estudiaban apenas dos o tres años
en toda su vida… Pero es que Miguel estuvo diez años estudiando, diez
años escolarizado (hasta los quince años estuvo)… eso era mucho y no era
habitual, por tanto tampoco podemos hablar de una persona
autodidacta…”.
Efectivamente, se dedicó al pastoreo: muy poco
tiempo y cuando se lo pide su padre, pero Miguel en ese momento “ya era
una persona instruida, un pastor muy especial que llevaba en la mochila
libros de Góngora, de poetas franceses (como Verlaine), que llevaba a
Garcilaso, a Rubén Darío… De modo que el tópico del poeta indocumentado,
pobre y que se dedicó toda su vida a lo mismo… es falso, completamente
falso”.
Miguel Hernández
“Cartas,
diarios, de diplomáticos de la época lo confiesan con esas palabras: ‘A
Miguel lo han dejado en tierra’… A la hora de la verdad, la cúpula del Gobierno de la República y del Partido Comunista protegió a determinados poetas y a otros… los dejó en tierra”
Mucho
se ha dicho (y mucho, también se ha callado) de los roces que
existieron entre ‘las plumas’ (más o menos comprometidas) de aquella
época, sus mutuos recelos hacia ‘el compañero’… ¿Qué se puede descubrir
de la relación de Miguel con los compañeros que no lucharon como él?
¿Qué tipo de ‘discrepancias internas’ acabaron jugando un papel decisivo
en su devenir?
“Miguel Hernández despertaba auténticas pasiones
en la gente por su carácter, por su bondad, por ese entusiasmo que le
echaba a la vida (era una persona que llevaba siempre una sonrisa cosida
a la cara) y, dentro de esa imagen, también está la de un hombre que
nunca renunció a sus orígenes rurales: a vivir y, sobre todo, a vestir
de un modo sencillo… eso crea dos ‘alergias’ por parte de muchos de la
Generación del 27 que no dejaban de ser auténticos burgueses y que no
admitían dentro de su círculo a personas con ese aspecto como el de
Miguel (que desde luego era, quizá, el más limpio de todos porque
siempre estaba en el agua y era su obsesión, pero no se ponía corbata ni
zapatos, etc.); eso generó alergias…”, relata José Luis.
Prosigue
afirmando que, por otro lado, “ese carácter que imantaba también
desplazó a otros de ser ‘el centro de gravedad’ (como lo habían sido
antes de que llegara Miguel en el año 1935 y se instalara en Madrid); eso generó, a fin de cuentas, una alergia declarada, manifestada y, además, contada (con lágrimas) por Vicente Aleixandre muchos años después fundamentalmente referida a Federico García Lorca
que decía eso, que le tenía alergia a Miguel Hernández y que lo iba a
evitar en la medida de lo posible; así se lo decía a sus amigos: ‘si está Miguel sabes que no voy a ir a tu casa y, si quieres que vaya, pues tendrás que echarlo…’”.
También
se refiere a otro tipo de ‘roce’ o de enfrentamiento, que es el que
surge por dos lecturas distintas que se hacen de la Guerra Civil y del
compromiso del intelectual: “Miguel Hernández quiere estar ahí, no va a
dejar en ningún momento de ser un escritor de importancia pero no puede
pasar esos tres años en la retaguardia, él es incapaz de meterse en un
palacio para pasar allí la guerra haciendo revistas contra el fascismo;
él concibe que se puede hacer eso y también estar con los milicianos y
con el pueblo en la primera línea de fuego, y esa lectura es la que él
se aplicó a su vida y lo que hizo mientras que otros estaban en la
retaguardia”.
José Luis Ferris se refiere a “la gran injusticia
de la vida” cuando llega a esa “hora de la verdad en la que la cúpula
del Gobierno de la República y del Partido Comunista (al que pertenecía
Miguel, como Rafael Alberti
y como otros muchos) protegieron a determinados poetas y a otros los
dejaron en tierra; Alberti fue un privilegiado, como Santiago Ontañón, a
quienes ese último Gobierno de la República puso un coche para sacarlos
de Madrid y evitarles cualquier peligro y llevarlos a la provincia de
Alicante para que desde allí cogieran un avión y se fueran al exilio… y a
Miguel lo dejaron en tierra, literalmente, en Madrid; ha aparecido ya
lo que estábamos esperando: una serie de cartas, de diarios, de
diplomáticos de la época que lo confiesan con esas palabras: ‘A Miguel lo han dejado en tierra’…
Y eso sí que es verdad, no fue una época especialmente armónica y entre
los escritores y los intelectuales pararon estas cosas”, nos cuenta.
Miguel Hernández
El
reloj que le había regalado una de las personas que más lo quiso fue
culpable de su detención en Portugal; y, a poca distancia de allí, un
Guardia Civil paisano suyo fue el delator que desencadenó las palizas,
la cárcel… y la muerte para el poeta
Con respecto a la muerte de
Miguel, José Luis Ferris relata aquella historia que tampoco estuvo
exenta de mala suerte: “Consiguió lo más difícil, atravesar España,
salir, llegar a Portugal (su sueño era llegar a Lisboa y, allí, encontrarse con su mujer y su hijo y marcharse al exilio, a Chile, con Pablo Neruda)…
y, cuando ya había logrado lo más difícil, lo detienen en Portugal
porque pensaron que era un ladrón al considerar que llevaba un reloj
demasiado valioso (que era el que le había regalado Aleixandre cuando
Miguel se casó con Josefina); ese reloj fue el culpable de que lo
entregaran a la Policía Salazarista y que ésta lo devolviera a su vez al
puesto más cercano de la frontera con España (en Rosal de la Frontera, Huelva)…”.
Los
caprichos del azar no cesan conforme prosigue esta historia: “El primer
Guardia Civil que allí interroga a Miguel parece ser que se apiadó de
él y dijo ‘éste es un pobre hombre que no ha hecho nada malo… le voy a dejar salir’,
pero justamente cuando estaba a punto de dejarlo marchar, hubo un
cambio de turno, y entró otro Guardia Civil que (desgraciadamente) era
paisano de Miguel Hernández… A tantos kilómetros de la provincia de
Alicante, allí casi en Portugal, se fueron a encontrar dos paisanos (uno
de Orihuela
y otro del pueblo de al lado, de Callosa de Segura), y este Guardia
Civil se da cuenta de que era ‘el gran poeta de la revolución’ (como le
calificó) y lo delata”.
Cuenta Ferris que fue así y allí como
empezaron las primeras palizas y las primeras cárceles en las que orinó
sangre aquella noche. Desde ahí, “cárcel de Huelva, cárcel de Sevilla.
Cárcel de Torrijos, una falsa libertad, otra detención nueva, el Penal
de Orihuela (que era el seminario convertido en cárcel aquellos años),
vuelta a Madrid (a la prisión de Conde de Toreno), de ahí a la de Palencia,
de allí a Ocaña, de Ocaña a Albacete y de Albacete a Alicante, donde
llega en junio del año ’41 y donde pasaría los últimos meses de su
vida”.
“Miguel hacía una poseía tan universal y tan valiosa para todos, que hasta valía para el enemigo”
Miguel
Hernández tuvo como nadie el don de la poesía más espontánea, ésa capaz
de llegar a todos hasta ser considerado por muchos ‘poeta del pueblo’.
José Luis Ferris nos explica que lo que singularizaba al poeta era
“hacer algo que no hacía de manera artificial (como otros intentaron
hacer); la poesía de Miguel le brotaba de manera natural aunque tuviera
que trabajarla mucho para dejarla bien, perfecta, pero tenía unas
cualidades extraordinarias”.
De ahí que se muestre convencido de
que lo que más caracteriza a Miguel Hernández “es la capacidad para
convertir la experiencia personal propia en una experiencia colectiva;
en el momento en el que él escribe un poema en plena guerra hablando de
su experiencia de que va a ser padre y cuenta en la ‘Canción del esposo
soldado’ la ilusión que le espera y el futuro que desea para ese hijo,
en ese poema personal, íntimo, se están reflejando todos los que en ese
momento estaban pasando por la misma experiencia, y ese poema se
convierte en una auténtica ‘bandera’ que va de frente en frente y de la
que se van haciendo copias todos los milicianos…”.
Hasta el punto
de que, sonriendo, José Luis Ferris nos cuenta que encontró una versión
de esa ‘Canción del esposo soldado’ “en manos de un señor muy mayor que
había sido precisamente del ejército franquista, y el verso donde ponía
‘nacerá nuestro hijo con el puño cerrado, envuelto en un clamor de victoria y guitarras…’ lo habían cambiado los fascistas por ‘nacerá nuestro hijo con el brazo alzado…’,
habían cambiado ese verso para que cuadrara con el espíritu franquista;
Miguel hacía una poseía tan universal y tan valiosa para todos, que
hasta valía para el enemigo”.
José Luis Ferris
“Miguel era un enamorado del cine y yo creo que hubiera sido posiblemente un director como Luis Buñuel, si hubiera vivido”
Después
de lo cerca que la propia información ha permitido a Ferris estar de
Miguel Hernández en ‘su esencia’, ¿se atrevería a pronosticar si la
figura hubiera del poeta habría tenido ‘techo’ de haber salido La
República vencedora de aquella contienda?
“Yo creo que sorprende
que con 31 años (que es con la edad que lo pilla la muerte) tenga ya una
poesía tan alta y tan depurada -explica José Luis-; de hecho, la que
escribe en su última etapa en las cárceles (lo que va a llamarse después
‘Cancionero y romancero de ausencias’) me parece que es una poesía ya
casi insuperable… es una poesía muy ‘machadiana’, está la esencia de la
vida con palabras muy sencillas, y creo que ahí consigue lo más alto”.
José
Luis Ferris considera que si el devenir de la historia hubiera sido
diferente al que fue para Miguel Hernández, éste “hubiera seguido
dedicándose a la poesía pero de una manera ya menos obsesiva, menos
continua, y se hubiera dedicado a una pasión que confesó a mucha gente
en la cárcel (y estoy convencido de que lo hubiera logrado), que era el
cine: Miguel era un enamorado del cine y yo creo que hubiera sido
posiblemente un director como Luis Buñuel, si hubiera vivido”, concluye. Hasta
aquí esta versión por escrito de la entrevista, vía telefónica,
realizada a José Luis Ferris sobre la biografía ‘Miguel Hernández.
Pasiones, cárcel y muerte de un poeta’, publicada por la Fundación José Manuel Lara
de la que es autor. Si lo desean, les invitamos a escucharla al
completo mediante el archivo de audio que acompaña a este texto.
.........................
Notas de Ramón Palmeral.-
No es cierto que la policia
portuguesa entrega a Miguel Hernández a la Guardia Civil, sino al Cuerpo
de Investigación y Vigilancia de Fronteras, que era de la Policía. La
Guardia Civil no intervino en el interrogatorio de Miguel, según se
puede ver en el sumario 21.001. Lo delató un portugués cuando Miguel
vendió el reloj de oro que la habia regalado Vicente Aleixandre cuando
se caso el 9 de marzo de 1973, antes de irse al Altavoz del Frente Sur,
callel La Llana nº 9. Jaén
Lo de un guardia civil que era de
Callosa de Segura no es así, era un paisano, un tal Salinas natural de Callosa de
Segura que era propietario de un cine, ver la página 122 de "Recuerdos de
la viudad de Miguel Hernández" que adjunto:
Para saberlo todo sobre al asunto de la detención en Rosal de la Frontera (Huelva), lo mejor es leer el sumario 21.001 de Juan Guerrero Zamora, y hablar con Tasio, quien fue concejal de cultura del Rosal
No podemos estar a esta alturas con errores tan monumentales.
Hace 75 años murió en una prisión franquista el gran poeta de la Guerra Civil Española.
La fuerza de sus versos pervive
Quedan pocos registros de la voz de Miguel Hernández, que
suena un tanto monótona en una grabación. Sin embargo, los que lo
vieron leyendo en vivo sus poemas “de guerra” cuentan que la emoción era
sobrecogedora.
Durante el verano triste de 1939, Josefina Manresa le envió una
carta a su marido, quien se hallaba confinado en la cárcel madrileña de
Torrijos. Una carta más. Una de cientos. En ella Josefina le contaba
cómo se vivía en el pueblo el fin de la guerra —sobre todo siendo la
mujer, casi la viuda de uno que peleó con fervor en el bando de los
vencidos— y, lo más apremiante, las urgencias que padecía para alimentar
a su hijo Manuel Miguel, nacido en enero de ese año. Solo tenían pan y
cebollas para comer.
Es difícil imaginar, tratar de
medir el dolor del marido, el del padre. Un dolor de rabia y pena por
estar alejado de los suyos, por no poder hacer nada para paliar sus
carencias. Porque recordaba la cara de su primogénito, Manuel Ramón,
quien muriera desnutrido con apenas diez meses, tres antes del
nacimiento de su hermanito. Aquella vez el padre, que era poeta, destiló
la tragedia escribiendo el que quizá sea su poema más hermoso, 120
versos dedicados al niño y a Josefina, divididos en 24 estrofas
divididas en tres partes. Se llama “Hijo de la luz y de la sombra”.
El prisionero, que redactaba cartas y poesías en trozos de cartón, en
el reverso de hojas usadas incluso y muchas veces en papel higiénico,
respondió el 12 de setiembre: “El olor de la cebolla que comes me llega
hasta aquí, y mi niño se sentirá indignado de mamar y sacar su zumo en
vez de leche. Para que lo consueles te mando estas coplillas que le he
hecho, ya que para mí no hay otro quehacer que escribiros a vosotros o
desesperarme. Prefiero lo primero”. Estas “coplillas”, que serán luego
conocidas como “Las nanas de la cebolla”, integradas a la carta con
letra apurada, dicen cosas como La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda. […] Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
No verá nunca publicados estos ni ningún otro poema que escriba en
prisión. Póstumamente, el conjunto se llamará “Cancionero y romancero de
ausencias”. Tampoco verá casi a su compañera y a su hijo, apenas cuando
lo transfieran a una cárcel de Alicante, cerca de su pueblo.
La historia de Miguel Hernández
es compleja y ardua, jodida, intensísima, como el tiempo que le tocó,
como la realidad más allá de la poesía, como la Guerra Civil.
Parafraseando otros versos, llegó con tres heridas: la de la vida, la
del amor y la de la muerte. LA HERIDA DE LA VIDA
Contaba Vicente Aleixandre que cuando publicó “La destrucción o el amor”, Miguel Hernández,
que era pobrísimo, le escribió pidiéndole un ejemplar de regalo. Y que
al final de la misiva, bajo su firma, puso “Pastor de Orihuela”.
Orihuela, en el Levante valenciano, es hoy una ciudad pujante y
cosmopolita que cuenta con casi cien mil residentes, pero que cuando
nació Miguel Hernández Gilabert, el 30 de octubre de
1910, era, como la mayoría de pueblos españoles de esa época, poco más
que una villa feudal. Hernández fue el tercer hijo de un matrimonio
formado por una mujer enfermiza y un tipo basto y brutal que criaba
cabras. La pasó difícil desde pequeño: como sus hermanos apenas pisaron
la escuela, su padre, en una estúpida forma de justicia, solo le
permitió dos años de estudios, pese a que el chico fue becado por los
jesuitas vistas su innegable inteligencia y capacidades. Fascinado por
las palabras, se volvió autodidacta, y leyó y estudió con fruición mucha
poesía, sobre todo el Siglo de Oro, en especial a Góngora.
Elvio Romero, su más devoto exégeta, da por hecho que Hernández
comenzó a escuchar su propia voz misteriosa durante los largos días en
el campo, arreando el ganado. Y es muy posible, hay una marca silvestre,
casi salvaje en la vida y los trabajos del poeta. Esas ensoñaciones
entre la dehesa y las orillas del Segura, además de la necesidad de
amplitud para ensanchar el corazón, el espíritu andariego y la pasión
por la naturaleza —su amigo Pablo Neruda recordaría décadas después que
Hernández le contaba que se echaba en el pasto para oír la tierra, que
pegaba la oreja a las ubres de las vacas para sentir la circulación de
la leche—, le metieron pronto en el cuerpo la vocación y una actitud
disconforme ante la vida y las injusticias. Ello porque su padre,
asqueado de las veleidades poéticas del muchacho, comenzó a darle tundas
por descuidar a las cabras. Eso primero. Luego lo golpeaba por quítame
esta paja, en la cabeza, tanto que según Elvio Romero le dejó una
secuela de cefaleas y nerviosismo que lo acompañó hasta el fin. Dicho
sea de paso, Miguel Hernández sufrió hipertiroidismo (de ahí su mirada saltona).
Animado tras ganar un concurso en su pueblo —el único galardón de
toda su vida—, con 21 años viajó por primera vez a Madrid el último día
de 1931, ocho meses después de declarada la Segunda República. Tenía el
sueño de vivir de la poesía. Ahí conoció a Rafael Alberti y se acercó a
las fuentes de la Generación del 27, pero lo cierto es que la ciudad y
su ruido y sus luces lo aturullaron. Logró que le publicaran unos poemas
en la revista “Estampa”, donde lo presentaban como “el poeta cabrero”,
un exotismo que no le hacía gracia pero que decidió aprovechar,
desesperado por lograr cierto reconocimiento. Pero las puertas no
terminaron de abrírsele como sí de acabársele el dinero. Durmió en
vagones del metro antes de darse por vencido y, cinco meses después,
regresó a Orihuela, gris de frustración.
LA HERIDA DEL AMOR
Mientras terminaba de darle forma a su primer poemario, conoció en
Murcia a Federico García Lorca, entonces —y acaso siempre— la
encarnación poética de España. Sobre la relación que tuvieron hay dos
versiones opuestas: algunos, como Romero, afirman que fue un encuentro
entrañable; que Lorca, doce años mayor, le ofreció su apoyo, al cual
recurrió Hernández cuando salió el libro y este pasaba sin pena ni
gloria entre la crítica. Otros dicen que el debutante se mostró soberbio
y altanero con el maestro, y que este lo eludió y desdeñó por siempre;
que su sola presencia —tan vehemente— le causaba repelús.
En enero de 1933 salió “Perito en lunas”, un libro barroco,
enigmático: la impronta de Góngora es evidente. Al poeta, sin embargo,
le faltaba una musa, y con todo el vigor romántico de sus 22 años la
buscaba. Conoció a Josefina Manresa, una costurera hija de un guardia
civil, pobre y poco instruida como él. La espiaba cuando salía de la
notaría donde trabajaba, no se sabe bien haciendo qué (en su posterior
carnet del Partido Comunista pondrá, de ocupación, mecanógrafo).
La linda Josefina no entendía nada de poesía, salvo que casarse con
un poeta podía resultar un mal negocio. Hernández no cedió, y comenzaron
una larguísima relación epistolar que fue, al final, la forma como más
se conocerían.
En marzo de 1934 regresó a Madrid, con su libro y con un auto
sacramental que había escrito pero que no llegó a ver montado: no era el
mejor momento, se vivía la crisis republicana con el nuevo gobierno de
derecha, que había suspendido todas las reformas logradas hasta
entonces. La intelligentzia bullente estaba en las filas de la
izquierda, con la que Hernández se identificó plenamente. Comenzó a
trabajar con el insigne polígrafo José María de Cossío en la redacción
de la biblia de la tauromaquia: “Los toros”.
Durante los siguientes meses se politizó. Un día lo detuvieron por no
llevar papeles, y fue golpeado y vejado por los guardiaciviles.
Liberado, fue directo a buscar a Rafael Alberti para afiliarse al
Partido Comunista.
En ese tiempo iba y volvía a Orihuela, de los campos a la metrópoli,
de los aldeanos a los intelectuales, de Josefina a… Hernández conoció a
la pintora Maruja Mallo, extraordinaria, seductora, una femme fatale
ocho años mayor que le provocó romper con su novia, fríamente, por
carta, en el verano del 35. Y vivieron un romance huracanado que, sin
embargo, pasará, como otros para ella, mientras que nuestro
hipersensible personaje quedará de pena. Intentará repararse con la
poeta murciana María Zegarra, pero no. “¿No cesará este rayo que me
habita?”, escribe.
Con el dolor de sus tres mujeres sumado a la reciente muerte de Ramón
Sijé — anagrama de José Marín, su brillante “amigo del alma” al que le
dedicó su “Elegía”—, ensambló su segundo poemario, “El rayo que no
cesa”. Madrid ardía a inicios de 1936, el poeta desolado sintió que no
tenía más que hacer ahí, que necesitaba volver a su raíz, a la vida
serena. A Josefina. Pese al inmediato éxito del libro, regresó a
Orihuela. LA HERIDA DE LA MUERTE
El 17 de julio de 1936 Francisco Franco se sublevó en Melilla, dando
inicio a la Guerra Civil, y un mes después Lorca fue asesinado en
Granada. Al tiempo, una pandilla franquista mató al padre de Francisca y
Miguel Hernández, desesperado de sentirse inútil, volvió a la capital y
se alistó en el 5º Regimiento Republicano. Pronto fue nombrado
comisario político, aun sabiendo que si perdían la guerra, estaría
condenado a muerte.
Al cabo de unos meses lo trasladaron a la 10ª Brigada (el famoso
“Batallón del Talento”), que era donde iban a parar los intelectuales.
Hernández trabajó con la pasión que le ponía a todo en actividades de
propaganda y dirigiendo un periódico divulgativo. Mientras ello ocurría,
no dejaba de escribir, poesía pero también teatro, obsesionado con la
idea de que era posible un arte urgente, comprometido y verdadero a la
vez.
En marzo de 1937, sin embargo, dejó todo de lado, y fue a su pueblo a
casarse con Josefina Manresa. Él tenía 26 años, ella acaba de cumplir
22. Después de la boda partieron a Jaén, donde el poeta-comisario había
sido destacado. Y ahí Miguel y Josefina vivieron juntos por cuatro
semanas, el período más largo que compartirían. Ella tuvo que regresar a
su pueblo, pues su madre se moría. Cuando ello sucedió, vino acompañado
de la noticia de que esperaban a su primer hijo. De esa época es
“Canción del esposo soldado”.
En el verano de ese año publicó “Vientos del pueblo (Poesía en la
guerra)”, con sus versos más comprometidos, y conoció a César Vallejo en
un congreso. Luego, ya siendo un poeta famoso —pero en la coyuntura más
infeliz— viajó a Moscú, de donde volvió extenuado y enfermo. Pero no se
daba tregua, y después de una breve visita a su mujer embarazada,
partió otra vez a la batalla. En los meses siguientes luchó en los
frentes de Teruel, Andalucía y Extremadura. En octubre de 1938, sin
embargo, estuvo presente al momento de morir su hijo. Desolado y devoto,
le escribió a Josefina el simple, bellísimo “Menos tu vientre”.
El último libro que editó en vida, “El hombre acecha”, fue
secuestrado por el franquismo antes de salir de la imprenta, a inicios
de 1939, y tuvieron que pasar 42 años para que viera la luz. Con el fin
de la guerra y la derrota republicana, Neruda le ofreció asilo en la
Embajada de Chile, pero Hernández declinó. Sin embargo, sabiendo que su
vida corría verdadero peligro y preocupado por su familia, decidió fugar
a Portugal. Como no tenía dinero, tuvo que vender el reloj que le había
regalado en su matrimonio Vicente Aleixandre. La policía de Salazar, el
dictador portugués, lo tomó por un pillo y lo mandó de vuelta a
Madrid.
Fue condenado a muerte. Sus amigos influyentes intercedieron por él
ante el ministro Sánchez Mazas (muy recordado por quienes leyeron
“Soldados de Salamina”, de Javier Cercas). Franco habría dicho: “No,
otro Lorca no”, aludiendo que los republicanos no necesitaban otro
mártir. La condena fue trocada por 30 años de reclusión, que no
cumplió.
***
En 1972, el cantautor catalán Joan Manuel Serrat publicó el primero de
los dos discos que le dedicaría a Hernández, el mismo que significó una
ampliación del reconocimiento del poeta, sobre todo en Latinoamérica.
Muchos recuerdan hoy con emoción su adaptación de la segunda parte de
“El herido”, de “El hombre acecha”, rebautizado por Serrat “Para la
libertad”: Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño,
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado que retoño:
porque aún tengo la vida.
Miguel Hernández murió en la cárcel de Alicante el 28 de marzo de 1942,
víctima de tuberculosis. Tenía 31 años. Nadie pudo cerrárselos, así que
lo enterraron con los ojos azules y abiertos.
Recordamos en este 2017
los 75 años transcurridos desde el fallecimiento de Miguel Hernández en la cárcel
de Alicante, una muerte fruto del rencor y de la intolerancia en aquella España
trágica rebosante de oscuridad. Y, a pesar de que fue una terrible pérdida para
la vida, para la literatura y para la historia, nosotros, su familia, la
recordamos sin odio e inundados de esa bocanada de esperanza por un mundo mejor
que supone su obra. Escribía el poeta en sus versos...
"Florecerán los
besos sobre las almohadas.
Y en torno de los
cuerpos elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.
El odio se amortigua
detrás de la ventana.
Será la garra suave.
Dejadme la
esperanza".
Esa esperanza es la que
a mis hijos y a mí nos motiva cuando recordamos la figura y la obra de un
hombre extraordinario, dotado de una sensibilidad poética fuera de lo común y
un apasionamiento vital que lo han convertido en el poeta universal del pueblo.
Le recordamos a corazón abierto, con las armas que él mismo nos dejó: la
cultura como herramienta para cambiar la vida de la gente.
En este caso es el
mundo del arte..., sí... otra vez el arte. Son de nuevo los artistas, los
fieles protagonistas del noble deseo manifestado por Pablo Neruda:
"Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo
a plena luz es un deber de España, un deber de amor..." Ya lo hicieron
en 1976, en el Homenaje de los Pueblos de España a Miguel Hernández, lo
repitieron en 1992 en la Exposición 50x50, también en 2010 en
"La Memoria en el Laberinto", y ahora en esta magnífica muestra
de arte contemporáneo "Homenaje a Miguel Hernández 75 x 75",
en la que más de un centenar de pintores, venidos de muy diversos rincones,
ponen su talento al servicio del poeta. Es emocionante, es auténtico, es
poético... y demuestra que Miguel continúa haciendo poesía a pesar de haber
transcurrido tantos años desde su ausencia.
Des del naixement de la Regidoría de Memoria Histórica i Democrática, com a comprom.s ciar de. nou equip de Govern Municipal a Aiacant envers la nostra memoria, assumim la convicció de contribuir a. rescat, no només deis fets histories i la memoria de la Guerra Cv.i Espanyola i posterior repressió franquista a la ciutat d'Alacant, sino també de coHaborar en la projecció en expressions artistiques i culturáis actuals.
Per tant no hi ha «Mor manera d'homenatjar el nostre insigne poeta Miguel Hernández, en l'any que commemorem la seua mort fa 75 anys, que reunir nombrosos artistes per expressar
el seu art.
Migue, ho va fer amb la paraula, que encara perdura i omple els nostres cors, i els artistes d'aquesta exposició ho fan ara amb els seus pinzells, pintant, o amb les mans, esculpint.
Aquesta exposició i catáleg, per tant, vénen a subratllar ara el compromis d'aquesta Regidoría i de l'Ajuntament d'Alacant envers .'art, la cultura, .a i.ibertat i la seua memoria a la nostra cutat.
Col-laborar amb aquest objectiu amb la Comissió Cívica per a la Recuperado de la Memoria Histórica d'Alacant, organizadora d'aquesta impressionant exposició, que tant ha fet per > per a la Memória en temps difici.s per a la seua defensa és, a mes, un honor. Mai no podrem agrair com es mereix a la Comissió Cívica, i ais seus membres, tot el que han fet per Aiacant, «a seua Memória i el record deis que van lluitar per ella en el passat.
MARÍA JOSÉ ESPUCH
Regidora de Memória Histórica i Democrática. Ajuntament d'Alacant
Catálogo editado por la Comición Cívica por al recuperación de la Memoria Histórica de Alicante.
Ilustrado a todo color, no está numerado pero tienen 1 centimetro de grueso.
Recordamos en este 2017
los 75 años transcurridos desde el fallecimiento de Miguel Hernández en la cárcel
de Alicante, una muerte fruto del rencor y de la intolerancia en aquella España
trágica rebosante de oscuridad. Y, a pesar de que fue una terrible pérdida para
la vida, para la literatura y para la historia, nosotros, su familia, la
recordamos sin odio e inundados de esa bocanada de esperanza por un mundo mejor
que supone su obra. Escribía el poeta en sus versos...
"Florecerán los
besos sobre las almohadas.
Y en torno de los
cuerpos elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.
El odio se amortigua
detrás de la ventana.
Será la garra suave.
Dejadme la
esperanza".
Esa esperanza es la que
a mis hijos y a mí nos motiva cuando recordamos la figura y la obra de un
hombre extraordinario, dotado de una sensibilidad poética fuera de lo común y
un apasionamiento vital que lo han convertido en el poeta universal del pueblo.
Le recordamos a corazón abierto, con las armas que él mismo nos dejó: la
cultura como herramienta para cambiar la vida de la gente.
En este caso es el
mundo del arte..., sí... otra vez el arte. Son de nuevo los artistas, los
fieles protagonistas del noble deseo manifestado por Pablo Neruda:
"Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo
a plena luz es un deber de España, un deber de amor..." Ya lo hicieron
en 1976, en el Homenaje de los Pueblos de España a Miguel Hernández, lo
repitieron en 1992 en la Exposición 50x50, también en 2010 en
"La Memoria en el Laberinto", y ahora en esta magnífica muestra
de arte contemporáneo "Homenaje a Miguel Hernández 75 x 75",
en la que más de un centenar de pintores, venidos de muy diversos rincones,
ponen su talento al servicio del poeta. Es emocionante, es auténtico, es
poético... y demuestra que Miguel continúa haciendo poesía a pesar de haber
transcurrido tantos años desde su ausencia.