Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

viernes, 10 de abril de 2015

Recuerdos de Encarna Terrés Hernández, sobrina del poeta

Orihuela

Hay otros allegados que no recibieron nada del legado material del poeta pero sí han crecido al amparo de su figura

 09:59  
Encarna Terrés, sobrina de Miguel Hernández, en su domicilio en Orihuela, donde guarda numerosos libros escritos por y sobre el poeta.
Encarna Terrés, sobrina de Miguel Hernández, en su domicilio en Orihuela, donde guarda numerosos libros escritos por y sobre el poeta.  loino

Legado inmaterial de Miguel Hernández. El año del Centenario ha puesto en primer plano y ante los flashes a la nuera y los nietos de Miguel Hernández, la familia de su hijo Manuel Miguel. Aún así, hay otros allegados que no recibieron nada del legado material del poeta pero sí han crecido al amparo de su figura como escritor y como tío, heredando emotivos recuerdos y anécdotas. Elvira y Encarna son sus sobrinas, hijas de las hermanas del escritor.

m. l. m. Ya ha pasado el Centenario de Miguel Hernández y con él los homenajes y nombramientos a título póstumo que diversas instituciones le han dedicado al poeta durante todo el año. Los hijos de Manuel Miguel (segundo hijo del escritor) son los herederos del legado material del escritor nacido en Orihuela en 1910 y han sido blanco de todos los focos durante el Año Hernandiano. Pero hay otros herederos de los que no se ha hablado tanto.

Los sobrinos de Miguel Hernández también recibieron un pedazo de la herencia del literato nada más nacer. Este legado no adoptó forma de documentos, manuscritos u obras de arte, pero sí de recuerdos e historias que les transmitieron sus padres, hermanos del poeta. Todos han crecido bajo el influjo de la figura del autor de "Perito en lunas" y han escuchado a sus padres los relatos acerca del "tío Miguel". Elvira, la hija de la hermana mayor de Miguel Hernández, es la única de la familia que le conoció.
"Tengo recuerdos de cuando entramos en un patio de la cárcel, que me pareció muy grande, el día de las Mercedes (el único día del año que se nos dejaba entrar a los niños)", comenta la sobrina mayor del poeta, que actualmente reside en Madrid y que respondió a las preguntas de este diario a través del correo electrónico. Elvira añade que lo primero que vio cuando entró a la penitenciaría fue "la sonrisa grande, alegre y cariñosa" de su tío.

Hermano
La madre de Elvira Moreno Hernández, que se llamaba igual que su hija, estuvo con su hermano en Madrid, puesto que su familia se había trasladado allí por motivos laborales. Más tarde, cuando el poeta fue trasladado a la cárcel de Alicante, su hermana ya se había trasladado a esta ciudad por las mismas causas.
La hija de Encarna Hernández, hermana pequeña del poeta, tiene recuerdos algo más amargos. El momento grabado en su memoria que más se acerca a la vida del poeta es el anuncio de su muerte. "Yo estaba con mi abuela (Concepción Gilabert) y recuerdo que se puso a llorar y a gritar porque su hijo se había muerto", comenta Encarna Terrés Hernández, que reside en Orihuela.
Tanto Elvira como Encarna saben que crecieron, al igual que sus hijos y sus nietos, en un ambiente especial. Ambas son amantes de la literatura que escribió Miguel Hernández. La primera reconoce que le emociona "hasta las lágrimas" la "Elegía a Ramón Sijé", la segunda tiene estanterías repletas de ediciones de poemarios de Hernández y de libros que otros han escrito sobre él y su obra.
Encarna asegura que el poeta nunca pasó necesidad, puesto que sus padres vivían con ciertas comodidades. El padre del poeta, que, a su juicio, nunca fue consciente de la importancia de la obra de Miguel Hernández, tenía negocios relacionados con el ganado. "Era un hombre de otra época", dice sobre su abuelo. Por su parte, Elvira asegura que sus abuelos estaban orgullosos de su tío poeta, si bien indica que los primeros escritos del poeta "pasaban inadvertidos". "Creo haber oído decir que el tío Vicente (hermano mayor del poeta) había recitado algún poema del tío Miguel en el Casino de Orihuela", añade.
Tras leer y releer las obras de su tío, ambas sobrinas coinciden en destacar la empatía del escritor con los que sufren. Elvira se queda "con su capacidad para sentir como propio el dolor ajeno". Su prima subraya la denuncia latente en cada poema de la "injusticia". "Si hubiese seguido vivo, le habrían dado el Nobel", dice Encarna.

Barro
Las dos sobrinas del que llamaban Barro, aunque se llamase Miguel, se muestran satisfechas con el rosario de homenajes que este año se ha dedicado a la figura de su tío. Encarna está impaciente por ir al Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid para ver su nombre expuesto como socio de esta prestigiosa entidad. Por su parte, Elvira disfrutó con el concierto de Joan Manuel Serrat en el Teatro de la Zarzuela y lamenta que haya gente que "siga censurando y difundiendo mentiras hipócritas y absurdas sobre él y su familia". Ambas creen que su tío se merece todos los reconocimientos de los que ha sido objeto este último año.
Así, aunque el año de conmemoraciones se haya dado por finalizado, estas "herederas" seguirán reivindicando el nombre de su tío como uno de los máximos exponentes de la literatura española del siglo XX. Porque ambas homenajean a Miguel Hernández a diario y hacen que su testimonio de vida siga pasando de generación en generación.