Pincha para leer "César Vallejo y Miguel Hernández" por Nicolás del Hierro, 1992
https://www.lanzadigital.com/pandora/pdf.raw?query=id:0000425247&page=4&lang=es&view=lanza
Pincha para leer "César Vallejo y Miguel Hernández" por Nicolás del Hierro, 1992
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“Y a los que te negaron en su laurel podrido, en tierra americana, el espacio que cubres con tu fluvial corona de rayo desangrado, déjame darles yo el desdeñoso olvido porque a mí me quisieron mutilar con tu ausencia”, escribió Neruda en A Miguel Hernández, asesinado en los presidios de España, en su poemario Canto General.
Del mismo modo, la admiración del poeta oriolano por el chileno quedó reflejada para la posteridad, entre otros en su Oda entre sangre y vino a Pablo Neruda.
El primer encuentro entre Neruda y Hernández se produjo en el Madrid de 1934, en una de las tertulias literarias organizadas en la cafetería de Correos.
“Nos enfrentamos por primera vez una noche de hace más de dos años. Acabábamos de llegar a Madrid, él con polvo en la frente y los talones de la India, yo con tierra de barbecho en las costuras de los pantalones. Y me sentí compañero entrañable suyo desde los primeros momentos”, escribe Miguel Hernández en su prosa Pablo Neruda, poeta del amor. Un primer momento compartido, de muchos otros, que marcaría la vida y obra del poeta oriolano.
A partir de esa noche de julio de 1934, Hernández entraría en contacto con algunos de los poetas más destacados del momento e iniciaría su evolución lírica hacia una poesía más comprometida y combativa, donde cabía lo humano, lo social y lo político. Una amistad que quedará grabada en la obra de estos dos grandes autores de la lírica castellana.
En los textos de Miguel Hernández se empieza a observar una simbiosis entre tradición y vanguardia. Su lírica da un giro hacia un tipo de poesía más impura, que comienza con su marcha a Madrid, las nuevas amistades y el inicio de la Guerra Civil española. El poeta oriolano abraza esa nueva corriente que se llamó surrealismo hispánico, cuyos máximos exponentes fueron grandes amigos de la generación del 27 como Vicente Aleixandre, que ayudó al poeta oriolano hasta su último aliento y después a su viuda. Una generación de la que Hernández no formó parte, aunque esa unión entre progreso y tradición le une estrechamente a ella, hasta ser considerado por Dámaso Alonso como “el genial epílogo del grupo”.
Las vivencias y amistades de Pablo Neruda en España también marcarán su evolución poética, que empieza con Residencia en la tierra, obra que causó gran impacto entre los poetas españoles de la Generación del 27. El chileno entabla amistad y colaboración con varios miembros de la generación, como Alberti, Aleixandre o Lorca, por quienes siente un gran respeto, igual que por el poeta oriolano. Las experiencias en España, entre otras vividas como cónsul de Chile, sentarán las bases de lo que sería una gran figura intelectual, no solo literaria, también política.
“La voz de Pablo Neruda es un clamor oceánico, que no se puede limitar; es un aliento demasiado primitivo y grande, que no admite presidios retóricos”, escribía Hernández en su primera crítica literaria publicada en el diario madrileño El Sol en enero de 1936. Ese mismo año, el poeta oriolano publica su primer gran éxito, El rayo que no cesa, en el que ya se observa esa mezcla entre raíces y vanguardia, esa evolución hacia el compromiso social, que irá creciendo con Vientos del pueblo y El hombre acecha. Obras que le convirtieron en uno de los grandes poetas del siglo XX. Así lo narra Pablo Neruda en su autobiografía Confieso que he vivido: “En un fuerte verano seco de Madrid, del Madrid anterior a la guerra, me encontré por primera vez con Miguel Hernández. Lo vi de inmediato como parte dura y permanente de nuestra gran poesía”.
Ese 1936 da comienzo la Guerra Civil española, el gobierno chileno clausura su consulado en Madrid. Pocas veces se volverían a encontrar Miguel Hernández y Pablo Neruda, aunque su relación llegará más allá de la muerte de Hernández en 1942 y del final de la vida de Neruda. Como le dijo el chileno a Hernández en su último encuentro, al visitar la Casa de las Flores, residencia de Neruda en Madrid, “la guerra es tan caprichosa como los sueños”.
[box type=”info” font=”verdana” fontsize=”11″ float=”right”]La influencia y amistad entre ambos poetas ha merecido el hermanamiento de la Cátedra Miguel Hernández de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y la Cátedra Pablo Neruda de la Universidad de Chile el pasado mes de enero. El objetivo de la unión es reforzar la relación entre las instituciones nerudianas y hernandianas y fomentar las investigaciones y las actividades culturales y educativas en torno a estos dos grandes poetas. Uno de los primeros frutos del reciente hermanamiento es la convocatoria conjunta de un Premio Novel de Poesía Universitaria. [/box]
M.Carmen Alabort (Universidad de Alicante)
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Enlace "Presencia neridiana en el proceso de creación y algunso poemas de Miguel Hernández",
por Carmne Alemany Bay
(Pablo Neruda, por Palmeral. El hombre acecha)
ODA A FEDERICO GARCÍA LORCA
SI
pudiera llorar de miedo en una casa sola,
si pudiera sacarme los ojos y comérmelos,
lo haría por tu voz de naranjo enlutado
y por tu poesía que sale dando gritos.
Porque por ti pintan de
azul los hospitales
y crecen las escuelas y los barrios marítimos,
y se pueblan de plumas los ángeles heridos,
y se cubren de escamas los pescados nupciales,
y van volando al cielo los erizos:
por ti las sastrerías con sus negras membranas
se llenan de cucharas y de sangre
y tragan cintas rotas, y se matan a besos,
y se visten de blanco.
Cuando vuelas vestido de
durazno,
cuando ríes con risa de arroz huracanado,
cuando para cantar sacudes las arterias y los dientes,
la garganta y los dedos,
me moriría por lo dulce que eres,
me moriría por los lagos rojos
en donde en medio del otoño vives
con un corcel caído y un dios ensangrentado,
me moriría por los cementerios
que como cenicientos ríos pasan
con agua y tumbas,
de noche, entre campanas ahogadas:
ríos espesos como dormitorios
de soldados enfermos, que de súbito crecen
hacia la muerte en ríos con números de mármol
y coronas podridas, y aceites funerales:
me moriría por verte de noche
mirar pasar las cruces anegadas,
de pie llorando,
porque ante el río de la muerte lloras
abandonadamente, heridamente,
lloras llorando, con los ojos llenos
de lágrimas, de lágrimas, de lágrimas.
Si pudiera de noche, perdidamente
solo,
acumular olvido y sombra y humo
sobre ferrocarriles y vapores,
con un embudo negro,
mordiendo las cenizas,
lo haría por el árbol en que creces,
por los nidos de aguas doradas que reúnes,
y por la enredadera que te cubre los huesos
comunicándote el secreto de la noche.
Ciudades con olor a cebolla
mojada
esperan que tú pases cantando roncamente,
y silenciosos barcos de esperma te persiguen,
y golondrinas verdes hacen nido en tu pelo,
y además caracoles y semanas,
mástiles enrollados y cerezas
definitivamente circulan cuando asoman
tu pálida cabeza de quince ojos
y tu boca de sangre sumergida.
Si pudiera llenar de hollín
las alcaldías
y, sollozando, derribar relojes,
sería para ver cuándo a tu casa
llega el verano con los labios rotos,
llegan muchas personas de traje agonizante,
llegan regiones de triste esplendor,
llegan arados muertos y amapolas,
llegan enterradores y jinetes,
llegan planetas y mapas con sangre,
llegan buzos cubiertos de ceniza,
llegan enmascarados arrastrando doncellas
atravesadas por grandes cuchillos,
llegan raíces, venas, hospitales,
manantiales, hormigas,
llega la noche con la cama en donde
muere entre las arañas un húsar solitario,
llega una rosa de odio y alfileres,
llega una embarcación amarillenta,
llega un día de viento con un niño,
llego yo con Oliverio, Norah
Vicente Aleixandre, Delia,
Maruca, Malva Marina, María Luisa y Larco,
la Rubia, Rafael Ugarte,
Cotapos, Rafael Alberti,
Carlos, Bebé, Manolo Altolaguirre,
Molinari,
Rosales, Concha Méndez,
y otros que se me olvidan. [Aquí está Miguel Hernández]
Ven a que te corone, joven de la salud
y de la mariposa, joven puro
como un negro relámpago perpetuamente libre,
y conversando entre nosotros,
ahora, cuando no queda nadie entre las rocas,
hablemos sencillamente como eres tú y soy yo:
para qué sirven los versos si no es para el rocío?
Para qué sirven los versos
si no es para esa noche
en que un puñal amargo nos averigua, para ese día,
para ese crepúsculo, para ese rincón roto
donde el golpeado corazón del hombre se dispone a morir?
Sobre todo de noche,
de noche hay muchas estrellas,
todas dentro de un río
como una cinta junto a las ventanas
de las casas llenas de pobres gentes.
Alguien se les ha muerto,
tal vez
han perdido sus colocaciones en las oficinas,
en los hospitales, en los ascensores,
en las minas,
sufren los seres tercamente heridos
y hay propósito y llanto en todas partes:
mientras las estrellas corren dentro de un río interminable
hay mucho llanto en las ventanas,
los umbrales están gastados por el llanto,
las alcobas están mojadas por el llanto
que llega en forma de ola a morder las alfombras.
Federico,
tú ves el mundo, las calles,
el vinagre,
las despedidas en las estaciones
cuando el humo levanta sus ruedas decisivas
hacia donde no hay nada sino algunas
separaciones, piedras, vías férreas.
Hay tantas gentes haciendo
preguntas
por todas partes.
Hay el ciego sangriento, y el iracundo, y el
desanimado,
y el miserable, el árbol de las uñas,
el bandolero con la envidia a cuestas.
Así es la vida, Federico,
aquí tienes
las cosas que te puede ofrecer mi amistad
de melancólico varón varonil.
Ya sabes por ti mismo muchas cosas.
Y otras irás sabiendo lentamente.
(Pablo Neruda, Residencia en la tierra, Madrid, 1935)
(Lorca y Miguel Hernández)
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Poema estudiado por el profesor José María Balcells, en la ponencia "Miguel Hernández y los poetas hispanoamericanos", "Neruda:entusiasmo, memoria", (Actas IV Congreso Miguel Hernandez p.139, Alicante, 2019)
Enlace "Presencia neridiana en el proceso de creación y algunso poemas de Miguel Hernández",
por Carmne Alemany Bay
Edición de Caja Murcia 1992
Introducción de Francisco Javier Díez de Revenga y Mariano de Paco
Relación de elenco de ponentes:
Jesús Manuel Alda Tesán
Carmen Alemany Bay
José María Balcells
Antonio Bjuero Vallejo
Giovanni Caravaggio
Biture Ciplijauskaité
Carmen Conde
Francisco J. Díez de Castro
Francisco Favier Díez de Revenga
María Josefa Díez de Revenga
Francisco Esteve Ramirez
Jaciento Luis Guereña
Juan Guerrero Zamora
jaciento López Gorgé
Leopoldo de Luis
Eutimio Martín
Guiuseppe Mazzochi
Gabriell Morelli
José Muñoz Garrigós
Marinao de Paco
María Payeras Grau
Javier Pérez Bazo
Olga Perotti
Antonio Piedra
Vicente Ramos
Jesucristo Riquelme
José Carlos Rovira
Mnaudel Ruiz-Funes Fernández
Sege Salaün
Virtudes Serrano
Cátedra de teatro de la Universidad de Murcia, 1981
Director: César Oliva
202 páginas
Fundación Caja Murcia 2010. Centenario del nacimiento de Miguel Hernández
VV-AA ponentes de diferentes Uniersidades.
Libro de 370 Páginas
Portada del auto sacramental "Quien te ha visto y quien te ve y sombra de lo que era".
Páginas 230.
Introducción de Aitor L. Larrabide.
Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela, 2017, contiene ilustraciones y 328 páginas.
Libro compendio de 17 articulo hernandianos del catedrátrico de Literatura de la Universidad de Murcia y Patrono de dicha Fundación. Al final del libro hay un indice de artículo del autor.
(Escultura de hierro de Agar Blasco. Fotografia de David Fernández/ 3-02-2021)
Donde hoy se encuentran los Juzgados de Benalúa en Alicante, estuvo el Reformatorio de Adultos de Alicante, donde entre otros muchos presos republicanos, murió el poeta Miguel Hernández el 28 de marzo de 1942, hace agora 79 años.
3.-El MONUMENTO A MIGUEL HERNÁNDEZ
Hay un monumento de hierro, una estructura de forma plástica erigido al universal poeta Miguel Hernández que se levantó en 1998, en el lugar exacto que ocupaba la enfermería de la cárcel del Reformatorio de Adultos en Alicante, y que hoy es una zona ajardinada de la plaza de los Juzgados de Benalúa paralela a la calle Pardo Gimeno, cuyo autor es el escultor Agar Blasco (hija de Arcadi Blasco). En la placa al pie del monumentos reza la siguiente cita: «La Asociación de Estudios de Miguel Hernández levantó este monumento en el lugar exacto que ocupaba la enfermería de la cárcel donde murió el poeta el 28 de marzo de 1942» (que dirigió Julián Ramírez). Tras la muerte de Miguel amortajado se hicieron dos dibujos atribuidos al escultor José María Torregrosa. Otro de los dibujos puede ser de otro preso Eusebio Oca Pérez, según Miguel Signes. Eusebio ilustró “Dos cuentos para Manolillo”, según descubrió José Carlos Rovira. Parece ser que hay más cuentos inéditos.
En año 2005, se celebró un evento floral organizado por la Sede de la Universidad de Alicante, que ha elegido este día 18 como «Día de Miguel Hernández» adelantándose 10 días al próximo 28 de marzo (coincide con las vacaciones de la Semana Santa) que se cumplirá el sexagésimo tercer (63) aniversario de la muerte del poeta oriolano M.H. Este entrañable acto no sería tan significativo si los auténtico protagonistas no hubieran sido los niños alumnos del Colegio Público San Roque, una torrente de nueva sangre hernandiana. Entre las autoridades presentes me llamó agradó ver a Vicente Magro, Presidente de la Audiencia Provincial de Alicante en una lección de ética cultural-judicial; al Rector de la Universidad de Alicante Jiménez Raneda; al incombustible Director de la Sede de la Universidad Manuel Alcaraz; al veterano político socialista Beviá Pastor; y al no menos veterano hernandiano Julián Ramírez.
Conmemoración en los que se celebraron talleres, lecturas de poemas por grupos poéticos alicantinos, más una muy elogiable conferencia en la Sede de la plaza Canalejas: «Miguel Hernández: mayoral que no cesa» del poeta extremeño Félix Grande (Premio Nacional de las Letras Españolas 2004), que al finalizar de la misma nos recitó de memoria, para sombro de los asistentes, el soneto 26 de El rayo que no cesa «Por una senda van los hortelanos...» y además como colofón de una tarde mágica, después de los aplausos y todo el público de pie, recitó el primer cuarteto de «Soneto final».
Anualmente en la Sede de la Universidad Ciudad de Alicante (Canalejas) el poeta Manuel Parra organiza recitales de poetas locales en cada aniversario de la muerte del universal poeta.
Por ello creo que, en estas entrañables y activas fechas para los hernandianos de corazón «desmesurado», es necesario hacer una breve síntesis y recordatorio del injusto proceso y muerte del poeta oriolano, merece una reflexión en estos tiempos de violencia en que lo bélico se nos vende como un acto de defensa propia.
(Tomado del opúsculo "La ruta de Miguel Hernández en Alicante", de Ramón Fernández Palmeral)
La relación de Miguel Hernández y la ciudad de Alicante ha quedado testimoniada en distintos documentos, algunos de ellos se conservan en el Archivo Municipal. En el fondo de fotografías de Francisco Sánchez Ors podemos encontrar distintas imágenes del poeta oriolano, desde su infancia y juventud hasta su presencia en el frente andaluz durante la guerra civil. También se encuentran reproducidos el impresionante dibujo de Eusebio Oca a un Miguel Hernández ya fallecido y el retrato realizado por Ricardo Fuentes. El fotógrafo Sánchez acompañó años más tarde a Vicente Aleixandre y a Vicente Ramos en su visita a la tumba del poeta en abril de 1952.
En la hemeroteca podemos seguir la huella de Miguel a través de varias colaboraciones en la prensa local, como es el caso de El Día dirigido por su paisano el poeta Juan Sansano que ya publicó algunos de sus poemas en 1930. En el Ateneo de nuestra ciudad, verdadero centro de la vida cultural, se presentó en compañía de su amigo Ramón Sijé en abril de 1933. Así consta en las páginas de El Luchador y Diario de Alicante que anunciaron este acto en los días previos y recogieron posteriormente la crónica de la charla.
Volvería Miguel Hernández años más tarde al Ateneo, ya en la época de la guerra civil cuando se había trasladado al palacio del Marqués del Bosh al final de la calle Mayor. Fue el sábado 21 de agosto de 1937 cuando tuvo lugar ese homenaje público, al parecer el primero y único en nuestras tierras de su trayectoria vital. Vicente Ramos ha dejado testimonio escrito de este acto al que asistió y donde pudo estrechar la mano de Hernández. También los periódicos de la época le prestaron la debida atención y en distintos artículos hablaron del recital del escritor oriolano.
Por último hemos querido dejar constancia de varias imágenes del expediente penitenciario de Miguel Hernández, publicado por el fiscal Miguel Gutiérrez en su libro Proceso y expediente contra Miguel Hernández donde lo analiza jurídicamente. Otra instantánea es la que se ha extraído del libro de registro del cementerio municipal de Alicante donde figura su inscripción tras su fallecimiento el 28 de marzo de 1942.
Jurado.
Orihuela-Elche-Alicante / del 15 al 18 de noviembre de 2017
Edición de Jose Ferrándiz Lozano, José Luis Ferris, Aitor L. Larrabide y Eva Valero Juan
Publica Instritut Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, 2019, Alicante España
ISBN: 978-84-7784-812-7
Contiene ponencua y comunicaciones en un total de 664 páginas.
Se halla la comunicaciñonde Ramón Fernández Palmeral titulada: Miguel Hernández en la Era Digital.
Patrocinadores:
Instituto Alicanti no de Cultura Juan Giñ-Albert
Centro de Estudios Literarios Iberoamericnos Mario Benedetti
Universidad de Alicante
Cátedra Miguel Hernánde de Elche
Fundación Cultural Miguel Hernádez
Excm. Ayuntameitno de Orihuela
Ayuntamieno de Elche / Ajuntament D´Elx
Libro: "Miguel Hernández y los poetas hispanoamericanos y otras paginas" por José María Balcells
Publica la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela en la colección Biblioteca Hernandia. Varia. 2020.
Imprimie Serigráfica, S.L. de Murcia
Contiene 312 paginas