Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

domingo, 31 de octubre de 2010

Entrevista a María Moreno Soriano, por Pedro Soler de "La Verdad" de Alicante

(María Moreno y Palmeral en la Casa-Museo, el 28 de octubre de 2006)

«Él fue a la guerra, pero no pegó un tiro»
30.10.10 - PEDRO SOLER


«Me subía a sus hombros, me cogía higos, ordeñaba leche para mí»

María Moreno [Soriano], [cuñada ] y amiga de Miguel Hernández, recuerda momentos entrañables de la vida del poeta.

Infatigable. Se pasa el día de un lado a otro, facilitando los trámites de pensiones o llevando recetas, sin cobrar un euro. «Vivo de lo mío y ayudo. Mi vida es esa. Dar, dar y dar, hasta que me muera», afirma. La saludan a derecha e izquierda por las calles de Orihuela. En una bolsa de plástico, María Moreno Soriano lleva doblada una hoja de un periódico, en la que se lee: «Ningún oriolano debe nada a Miguel Hernández. Más bien, al revés». Es una frase de Pepa Ferrando, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Orihuela, con motivo de la disputa municipal en torno al nombramiento del famoso poeta como Síndico Honorífico.

María enseña la página y afirma: «Te voy a decir una cosa: la gente fascista me respeta. El Ayuntamiento es el facha número uno. Yo voy a los plenos y cuando no me gusta una cosa le hago la cruz y digo: arreglen las calles, que pongan urinarios… Yo soy republicana. La monarquía que viva a su aire, como yo». Pero no íbamos a hablar de política, sino de Miguel Hernández. A sus 84 años, hoy estará en la puerta de la casa en la que nació el poeta, en la Calle San Juan, hablando sobre él y sobre su vida, de la que tanto recuerda. Sus memorias, perfectamente ordenadas, darían para un hermoso libro sobre Miguel hecho hombre.

-¿Cómo conoció usted a Miguel Hernández?

-Porque mi hermano Francisco se casó con Elvira, la hermana mayor de Miguel. Yo soy cuñada de la hermana de Miguel. Mis sobrinas, también sobrinas de Miguel, siguen en Madrid. Mi hermano fue director del Banco Español de Crédito aquí en Orihuela, y luego lo enviaron a Madrid. Fue por aquellos años, cuando Miguel iba sin 'na' en los bolsillos, con su 'maletica' atada con un cordel. Se refugiaba en casa de mi hermano.

- ¿Qué sabe de Miguel niño?

- Muchas cosas. Su padre lo metió, al principio, en la tienda que la familia de Ramón Sijé tenía en la Calle Mayor. Estuvo un tiempo haciendo 'recaos'; pero el padre le dijo: «Para hacer 'recaos', te quiero con las cabras». Fue cuando se subía al monte y quiso entrar al colegio. Entró de monaguillo, y ahí tenía a Ramón Sijé y a sus amigos. Miguel nunca había sido un zagal de malas ideas. También estuvo con tres abogados escribiendo en aquellas máquinas antiguas. Me acuerdo de Arenas, que vivía en la Plaza Nueva. Su hijo, íntimo amigo de Miguel, ha vivido hasta ahora. Era gente rica. Yo también tuve conversaciones con él, hasta que murió.

- Usted se lleva con Miguel 16 años de diferencia. ¿Quién le ha contado estas cosas?

- Nadie. Yo he vivido todo lo que cuento. Yo no he sacado nada de ningún sitio. Es que lo he vivido.

- ¿Habló con él muchas veces?


- Sí. Como yo era más pequeña, me contaba historias, cuentos… que ahora no recuerdo. También aparezco en esa fotografía, en la que él está echando un discurso. Yo estoy allí llevando el cartel.

- ¿Alguna anécdota, algo curioso?

- Recuerdo cuando un día subió a mi casa con un chichón grande del que le salía sangre, porque se había dado con una piedra. Es que como él se bañaba en el río… O cuando se fue a Rusia y luego volvió. Me cogió a hombros y detrás de la puerta me hicieron una fotografía.

- ¿Qué recuerda de la amistad entre Miguel y Ramón Sijé? Luego se pelearon y…


- No se pelearon. Mira: Ramón Sijé era un enfermo. Tenía las manías de las tías. Era facha, pero las diferencias entre ellos surgieron porque la familia de Ramón era más rica y su padre los distanciaba; pero ellos, no. Aunque los padres no quisieran, ellos se veían en la casa de la panadería, en la Calle de Arriba, porque Ramón se hablaba con una hermana de la familia panadera. Luego, vino lo que vino: la guerra, una guerra mala. En Orihuela, Miguel se iba al horno, y se subía a San Miguel, con los amigos, donde tenían sus reuniones, y contaban sus cosas para que los fascistas no los vieran.

- ¿Y eso de que el padre maltrataba a Miguel?


- Noooo, noooo… Lo que pasaba era que, de noche, en vez de ponerse a dormir, Miguel leía y recitaba versos, por lo que molestaba a su hermano. Cuando el padre se enteraba, entraba a la habitación, para decirle que se pusiera a dormir y no molestara su hermano. El hermano mayor, el Vicente, se dedicaba a llevar el ganado a Barcelona en carro. Como era el mayor, aparte de que no le interesaban la cosas de Miguel, su padre lo consideraba más. Ha habido gente que ha querido que yo hablara mal del padre. ¡Claro que era muy recto! Entonces, en las casas estaba el hombre… y nadie respiraba. Recuerdo que la madre de Miguel estaba enferma, allí 'sentadica' en un rincón de la habitación, con una cosa en la boca para poder respirar… Pero es que estaba mejor sentada que en la cama. Pero no sabía entonces para qué era aquello.

- ¿Y de sus años de cárcel?

- Nosotros vivíamos en Alicante, porque a mi hermano lo enviaron allí. Fue cuando encerraron a Miguel en la prisión de Benalúa. Como no había comida, los miembros de la familia le enviábamos un 'tarrico' de leche, un chusco de 'cebá', otra cosa… Uno de mis hermanos y mi primo Ambrosio, que también estaban en esa cárcel, no sabían nada de él, porque estaba aparte, dormía en el suelo. No le daban de comer, no le llegaban nuestras cosas y enfermó. Tuvo un 'costipao' y no lo curaron. Fue entonces cuando un representante del obispo Almarcha se presentó en la cárcel y dijo que hablaran con Miguel porque le iban a quitar la pena de muerte, aunque tendría que seguir preso.

- ¿Qué sabe de su detención?

- Él salió de la cárcel de Ocaña y de otra en la que estuvo, y se vino a Orihuela… Si él no viene aquí, que le dijeron que se fuese directo a Portugal, no lo cogen. Lo denunció un tal Moré, que era cartero, y vivía detrás de la catedral. Fue él quien llamó al juzgado y les dijo: «Por aquí va Miguel Hernández». Estaba en la Calle Mayor.

- Fue el obispo Almarcha quien le dijo que se fuera a Portugal.

- No. Almarcha no se lo dijo. Almarcha era malo.

- No puede ser. Él fue quien pagó la edición de 'Perito en lunas'.


- De eso yo no sé nada, pero Almarcha era amigo del padre, no de Miguel.

- ¿Recuerda qué se hablaba entonces de él en Orihuela?

- Entonces, nada. Y ahora, pese a lo que dice la del Ayuntamiento, se están volcando porque el centenario es un acontecimiento mundial. Yo estoy en dos asociaciones y hacemos cosas.

- ¿Qué siente usted hacia el poeta: adoración, cariño, recuerdos…?

- Que era bueno, una persona normal, que no se metía con nadie y que no le dejaron hacer lo que él quería. Él fue a la guerra, pero no pegó un tiro. Iba a animar, a recitar sus poesías.

- ¿Se enteró usted cuando murió Miguel?

- Claro. Resulta que él y Josefina no se habían casado por la Iglesia, porque ya estaba la República. Le dijeron a Josefina que si no se casaban, no podían llevarlo a un hospital. Se casaron en la misma cárcel, pero fue demasiado tarde, porque estaba muy enfermo. Murió tuberculoso, porque le entró el 'costipao', y no lo llevaban a curar, ni le daban alimentos. Lo trataban mal. Yo vivía en Alicante con mi hermano, y claro que lloré. Es que me había tenido cariño, me subía a hombros, me cogía higos, me ordeñaba leche… Yo estaba con sus padres, con sus hermanos… ¡Si es como si hubiera vivido con ellos!

- Una vida que no para de recordar.


- Mientras pueda, lo haré. Mira: entré a los 16 años en la fábrica de la seda. Me puse enferma y tuve que ir a Madrid a que me curaran. Me hicieron cinco operaciones, por lo que quedé inútil. Entonces, Sor Felisa, una monja del hospital de San Carlos, me dijo que me viniera para Orihuela, porque no iba a durar mucho, que me quedaba un mes de vida. Y aquí estoy. Ya ves si vivo. Y eso que hago y hago y hago… ¡Ya lo creo que me queda para recordar…!

El hombre que compartió celda con el poeta

(Juan José Sánchez, José Ramón Clemente y Joaquín Santo Matas)
El hombre que compartió celda con el poeta
30.10.10 - JOAQUIIN SANTOMATAS. LA VERDAD /Ababol

El abogado José Ramón Clemente, con 98 años, es el único superviviente del grupo de reclusos que acompañó a Miguel Hernández en el Reformatorio de Adultos de Alicante
El hombre que compartió celda con el poeta

José Ramón Clemente, entre Juan José Sánchez y Joaquín Santo, en el Ateneo de Madrid. :: C.M.A.

Cuando Miguel llega, le tocó justo al lado. La estrecha celda, de apenas dos metros y medio de larga, llegó a albergar entre siete y nueve presos

Después de su largo recorrido carcelario por numerosos presidios (Huelva, Sevilla, Torrijos, el Seminario de Orihuela, tras su puesta en libertad el 15 de septiembre del 39 y ser denunciado por un vecino, los madrileños de Conde de Toreno y Yeserías, con Palencia de por medio, y por fin Ocaña), recala Miguel Hernández en el Reformatorio de Adultos de Alicante el 29 de junio de 1941.

Allí pregunta por algunos de los presos amigos o conocidos, más o menos vinculados con el mundo de la cultura, y consigue lo instalen en la celda 22 de la 4ª galería junto a su paisano Luis Fabregat Terrés, el pintor comunista Ricardo Fuente Alcocer, Rigoberto Martín Lloret, Luis Jiménez Esteve y el abogado José Ramón Clemente Torregrosa, éste el único que vive con 98 años y con el que he hablado de esos meses pasados junto al poeta en numerosas ocasiones, tanto en su casa madrileña de la Glorieta de Cuatro Caminos como en la alicantina de Maestro Gaztambide, o cuando el II Congreso Internacional de Miguel Hernández del año 2003 en el Ateneo de Madrid, donde no se atrevió a contar con serena objetividad sus experiencias personales porque se encontró con algunos radicales exaltados capaces de rebatírselas.

De todo ello, por fortuna, queda testimonio escrito y lo que resulta aún más valioso, grabación en DVD archivada en la Diputación Provincial donde lo cuenta con su propia voz y la locuaz lucidez que le ha acompañado siempre.

Ante cosas que ha escuchado y leído de otros que no estuvieron allí y por consiguiente no le echaron una mano ni supieron del trato a estos presos que nunca fue violento en medio de tantas carencias, ha venido mostrando asombro y a menudo indignación frente a varias historias inventadas sobre la etapa postrera de la vida de Miguel.

Digamos que José Ramón Clemente nació en Alicante en el año 1912, hijo del famoso letrado capitalino Federico Clemente, que fuera teniente de alcalde y diputado provincial, así como presidente de la Junta de Obras del Puerto y con calle rotulada en el centro de Alicante hasta la conclusión de la guerra civil, cuando trocó su nombre por el de Teniente Robles.

Ideas de izquierdas

Estudió Derecho en Madrid, licenciándose cuando sólo tenía 20 años, ejerciendo la carrera cuando cumplió los 21, que era entonces la mayoría de edad, como pasante de Antonio Pérez Torreblanca, fundador en Alicante de Izquierda Republicana, partido al que se afilió y dejó pronto por los desmanes frentepopulistas que no admitía como demócrata. También sería durante los meses de 1936, en que fue presidente de la Diputación Álvaro Botella Pérez, secretario y asesor jurídico del mismo.

Vio Clemente por vez primera a Miguel Hernández en la terraza del Ateneo de Alicante, del que también sería secretario, en 1933. Allí, en plena Explanada, entablaron una amistad que truncó el devenir propio del poeta y los tristes acontecimientos bélicos, recordando cómo le dijo que no lo llamara por su nombre de pila sino Visenterre, que era el apodo familiar por el que lo conocían en Orihuela.

Contar la vida de Clemente Torregrosa resultaría muy extenso. Fue un pionero del cine, realizando su primera película con argumento en 1929, fundó la Asociación Independiente de Cine Amateur por la que pasaron Almodóvar y Amenábar, llegando a obtener el Premio Internacional de Cine Underground.

Estallada la guerra civil y antes de ser movilizado, fue enviado por el presidente del Colegio de Abogados, José Guardiola Ortiz, a la Prisión Provincial como letrado de oficio para defender a José Antonio Primo de Rivera, pero éste rehusó al manifestarle que se haría su propia defensa, que percibió no serviría para nada porque se notaba que aquel tribunal lo tenía condenado a muerte de antemano. Pero fue testigo de todo el juicio.

Tras su movilización, andar por algunos frentes y ver concluir la guerra ya en Alicante, se presentó voluntariamente en el cuartel de Benalúa ante un requerimiento público dirigido a los que habían sido oficiales del Ejército de la República, en su caso teniente auditor. Lo cierto es que, tranquilo por no haber cometido delito alguno y sí haber ayudado como defensor a algunas personas del bando vencedor, fue condenado a treinta años, pena que le fue rebajada a veinte, pasando finalmente cuatro años encarcelado.

Cuando Miguel llega, le tocó justo al lado. La estrecha celda, de apenas dos metros y medio de largo y pensada para un par de reclusos, llegó a albergar entre siete y nueve. Al margen de los citados con anterioridad, por allí estuvieron también, de manera intermitente, los pintores Miguel Abad Miró y Melchor Aracil.

Con un lavabo y un retrete de los de suelo, para que no siempre le tocara a los mismos estar al lado de éste o por el contrario en el mejor sitio, que era bajo la ventana, establecían unos turnos rotatorios para dormir que llamaron del tresbolillo. Una luz tenue permanecía encendida toda la noche y en ese tiempo, por razones obvias, sólo podían levantarse a orinar. Los primeros días, cuando Clemente se daba la vuelta y veía a Miguel inerte con sus grandes ojos azules abiertos, pensaba que se había muerto hasta que lo notaba respirar; resulta que padecía una exoftalmia debida a un problema de tiroides que le impedía cerrar los ojos incluso durmiendo.

A lo largo de estos meses hablaba y escribía muy poco. Se pasaba las horas pensando en el patio, memorizando sus poemas que a veces reproducía en trocitos de papel higiénico. Comentaba cosas de su mujer y de su hijo Manolillo, al que podía ver a menudo y abrazar largamente el día de la Virgen de la Merced, 24 de septiembre, patrona de las prisiones, en que hubo fiesta especial. Sí le comentó a José Ramón su desencanto sobre algunas de las cosas que había vivido en Rusia cuando su viaje de 1937, aunque sin abjurar de sus ideales comunistas.

Ante la falta de medicamentos con los que tratar la tuberculosis que padecía y una deficiente alimentación, la salud de Miguel fue deteriorándose a pasos agigantados hasta que no quedó más remedio que ingresarlo en la enfermería. Allí iba a verlo, con una cánula puesta tras una punción que le hicieron (la cual se había infectado), ya sin apenas moverse ni poder escribir aunque perfectamente lúcido.

Y así llegaríamos a las cinco y media de la madrugada del 28 de marzo en que falleció por fimia pulmonar. La noticia se corrió enseguida por todo el recinto carcelario. Y la dirección permitió que se le rindiera un sencillo homenaje de despedida.

Llevado a hombros de compañeros y con el resto formando en el patio, a los sones de una marcha fúnebre que tocaron los músicos presos, su humilde féretro de pino fue sacado camino del cementerio alicantino, donde se depositó en un nicho bajo rotulado con el número 1009.

En 1986 serían trasladado a la Glorieta de Alicantinos Insignes que hay en la calle central del camposanto. Allí reposa junto con los restos de su hijo Manuel Miguel, fallecido en 1984, y su esposa Josefina Manresa, que moriría tres años después. Enfrente descansan el marino Julio Guillén Tato y el pintor Gastón Castelló, que casualmente ocupara durante dieciocho meses la misma celda que Miguel Hernández, aunque fue excarcelado en octubre de 1940 y por consiguiente no coincidió con él.

Semblanzas de Carmen Alemany


"Semblanza de Carmen Alemany con el III Congreso Internacional Miguel Hernández al dondo".
Carmen Alemany ha sido la presidenta del III Congreso Orihuela&Elceh&Alicante. Un congreso perfectamente organizado desde la capacidad organizativa e indiscutible de esta hernandiana y catedráticoa de Literatura, con los apoyos de las universidades de Alicante y Elche, Instituto Alicantino Juan Gil-Albert, de la Diputaciónde de Alicante, Ayuntamientos de Elche y Orihuela, Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela y Centro de Congreso de Elche.
Un trabajo impecable que ha dado sus frutos, puesto que las numerorosas ponencias y comunicaciones abren caminos hacia nuevas investigaciones hernandianas.

Álbum de vídeos y fotos, realiado por Palmeral

Videospalmeral.Alicante

"Aceituneros". Fotografía de Encarna Garcías desde Jaén



Primera fotografía del álbum hernandiano de la fotógraga Encarna García

Actores y artistas devuelven la voz a Miguel Hernández



Actores y artistas devuelven la voz a Miguel Hernández
Pilar Bardem y Aute participaron en las 12 horas de lectura dedicadas al poeta
Domingo, 31 de octubre del 2010 Imprimir Enviar esta noticia Aumentar/ Reducir texto
EL PERIÓDICO
MADRID


La voz bronca de un muerto, Paco Rabal, sonó ayer gracias a una grabación en el Instituto Cervantes de Madrid en la monumental lectura de poemas que lo largo de 12 horas quiso honrar a otro difunto, Miguel Hernández, en el centenario de su nacimiento. En el acto participaron artistas, intérpretes, escritores y familiares del poeta del pueblo y entre las caras conocidas pudieron verse -y oírse- a Pilar Bardem, Luis Eduardo Aute, Héctor Alterio, Juan Diego Botto, Charo López, Emilio Gutiérrez Caba y José Coronado.
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Información publicada en la página 55 de la sección de Espectáculos de la edición impresa del día 31 de octubre de 2010 VER ARCHIVO (.PDF)

Se oyó a Rabal recitar la famosa elegía dedicada al amigo Ramón Sijé: «Un manotazo duro, un golpe helado / un hachazo invisible y homicida, / un empujón brutal te ha derribado». Y fue el momento más emotivo de la celebración ya que parte de la concurrencia, inevitablemente, recordó a una tercera figura, Marcelino Camacho, fallecido la madrugada del viernes, cuyo homenaje tenía lugar a pocos metros de la sede del Instituto Cervantes. Pilar Bardem, presidenta de la sociedad de gestión de derechos AISGE, estableció comparaciones: «Marcelino fue un hombre bueno y, como Miguel, sufrió la cárcel y luchó por quitar el yugo a los trabajadores». Además, la madre de Javier Bardem dedicó al líder sindicalista el popular y encendido poema Para la libertad.

SIMBOLO ANTIFRANQUISTA / La directora del Instituto Cervantes, Carmen Cafarell, aseguró que la voz del poeta de Orihuela y símbolo de la lucha antifranquista, «no ha sido vencida por el tiempo, sino que por el contrario, cada día nos resulta más sólida, luminosa y presente».

No faltaron en el homenaje los familiares del autor, Lucía Izquierdo y María José Hernández, nuera y nieta, respectivamente, quienes también leyeron sus poemas. «Miguel Hernández fue un poeta tan inmenso y tan genial que estar a su altura es difícil», afirmó Izquierdo, que evocó también a Josefina Manresa, la viuda de Hernández fallecida en 1987, para quien el autor de Perito en lunas fue «el ser humano más increíble, hermoso y transparente que jamás conoció». Rosa Moreno Hernández, sobrina, recordó que su tío defendió la causa del pueblo, la libertad, hasta su último aliento. «Ahora -afirmó- nos corresponde a nosotros continuar con su tarea». El acto que transcurrió desde el mediodía de ayer hasta la medianoche fue insuficiente para Cafarell: « Doce horas son pocas para celebrar a quien a su paso deja la tierra más clara, más febril, más humana».

sábado, 30 de octubre de 2010

Conferencia de clausura de Juan Cano Ballesta


Juan Cano Ballesta, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Virginia EE.UU.), maestro indiscutible de los estudios hernandianos, fue elegido por Carmen Alemany Bay, presidenta del III Congreso Internacional Miguel Hernández para la cluasura del congreso del día 30 de octubre en el Centro de Congresos de Elche. Conferencia titulada "Viento del pueblo y la poesía oral (Hacia una nueva épica).
Durante la conferencia y al comentar Cano Ballesta el poema "Los cobardes", citó a Ramón Fernández Palmeral, con el comentario siguiente ""Los cobardes" no es uno de sus poemas líricos más acertados, quizás por ello, no lo publicó en revistas. Se escribe casi como un encargo, ante la falta de voluntarios para luchar en los frentes, en la guerra..." (Corresponde a la pág. 54 del libro "Simbología secreta de Viento del pueblo de Miguel Hernández". Editorial Palmeral, edición limitada a 100 ejemplares con ilustraciones de "Palmeral". 2010. Ver la edición en Internet el PDF

Maratón de lecturas en La Universidad de Antioquia



Maratón de lecturas de Miguel Hernández en la Universidad de Antioquia (Colombia)

El Grupo Poético Miguel Hernández de Alicante celebró recital ante la tumba del poeta


La manana del día 30 de octubre 2010 el Grupo Poético Miguel Hernández de Alicante celebró recital ante la tumba del poeta, para recordar el centenario, con la asistencia de numerosos poetas y público:

Poetas por orden de recital:
Ramón Palmeral,
Rafaela Lax,
Trinitario Rodríguez,
Virginia Pina,
José Antonio Charques,
Pilar Casasola,
Paco Martínez,
Eumenia Rodríguez,
Ana Martinlópez,
Agustín Conchilla,
Eduardo Romero,
Francisca Cerdá,
Pepa Zaragoza
Paca Zaragoza.

Aviso para hernandianos



El diario LA VERDAD de Alicante ha sacado el semanario de cultura "Ababol", de fecha 30 de octubre un especial dedicado a Miguel Hernández con artículos de Pablo Martínez Sarracina, Pedro Soler, Joaquín Santo Matas, Carmen Alemany, M.T. Bolívar, Juan José Sánchez Balaguer, Aitor Larrabide, José Antonio Lozano Teruel, Antonio Orte Fernández y García Pintado.

Gaspar Peral Baeza atesora la mayor colección privada sobre el poeta


Faro de presencias hernandianas
Desde el año 1950 ha recopilado miles de documentos del insigne oriolano cuyo centenario se cumple hoy, 30 de octubre
30.10.10 -
JOAQUÍN SANTO MATAS | LA VERDAD, ALICANTE. "Cultura y sociedad" pág.33

Cuando tanto se lleva escrito e indagado sobre Miguel Hernández, a menudo han convertido algunos autores sus obras en particulares romanceros y cancioneros de ausencias, relegando a un segundo plano de gratitudes al pródigo en resolver dudas o aportar su legado hernandiano inmenso, mutado a veces en látigo incomprendido cuando osa con afecto, desde el dato constatado y el documento irrefutable, rebatir a quien yerra, no públicamente sino en privado, lo que casi nunca admite el orgullo de buen grado.
También es cierto que hay otros escritores agradecidos, en recíproca actitud para con el que cede generoso todo el saber archivado en su densa biblioteca o en la memoria prodigiosa que posee, nítidos a la hora de manifestar en qué fuentes han bebido con mayor avidez.
Ese faro de quien anhela leer, saber, narrar y escuchar de Miguel es Gaspar Peral, genio vivo de la cultura alicantina, compilador del mayor fondo privado sobre el poeta que conocemos aquí y allá, una atalaya del hernandismo alicantino como lo define Aitor Larrabide que dio a conocer tan inmensa bibliografía en el número 220 de la revista ‘Anthropos’ dedicado al oriolano bajo el título de ‘Una nueva visión de su creación poética y la pluralidad de sus contextos’.
Fue ‘La Verdad’ proa intuitiva en publicar cuando corría el año 1933 aquel novicio ‘Perito en lunas’ inmerso en su colección ‘Sudeste’, salido del lápiz campestre de quien soñaba batallas de amor y campos de pluma que acabaron convertidos en ecos de sangre y cartas moribundas.
Peral conserva ediciones facsímiles de aquel libro como de los que fueron viendo la luz, en creciente combate y compromiso, hasta 1939 en que ya fuera de España le publica Manuel Altolaguirre en La Habana ‘Sino sangriento y otros poemas’.
Licenciado en Derecho no ejerciente, autor teatral y además experto en lo que la no reiteración me hace llamar ‘arte de Talía’, donde hace mucho tiempo publicó estudios sobre Carlos Arniches, comenzó hace justamente sesenta años a forjar su pasión por Miguel Hernández.
Escudriñando por una librería de Valencia comprará en 1950 un ejemplar de ‘El rayo que no cesa’, editado un año atrás por Espasa-Calpe en Buenos Aires, dentro de la Colección Austral. Desde entonces ha recopilado miles de documentos, desde libros hasta discos, pasando por revistas, opúsculos, recortes de prensa, carteles e imágenes gráficas que de un modo u otro tienen que ver con el poeta nacido junto al «Segura de oro caricioso que tu vega de amor cuida y consuela», parafraseándolo.
Con motivo del centenario, le falta tiempo y fuerza para poder catalogar con la precisión que requiere y de la que ha hecho siempre gala, lo que le va arribando aunque lo curioso es indagar en lo antiguo y más aún, por insólito, en lo que surgió durante la pasada dictadura.
En 1943, un año después de morir en el Reformatorio de Adultos de Alicante, le publicaba el poeta y crítico de arte Enrique Azcoaga el último de los sonetos de su libro ‘El canto cotidiano’ y que tituló ‘En la muerte de Miguel’, el primero tras la guerra civil, que pasó desapercibido por cualquier censura, con dos citas a Dios y este comienzo: «La tierra al recibirte habrá sentido/todo el calor del trigo más granado;/todo el amor de un hombre inacabado;/la gloria de un poeta conseguido».
Azcoaga había logrado con tan sólo veintiún años el Premio Nacional de Literatura por su primer libro ‘Línea y acento’ en 1933, a la par que Miguel sacaba a la luz su también obra primogénita. Ambos serían compañeros en las Misiones Pedagógicas, aquella ejemplar institución de la II República que llevó cultura general, orientación docente y educación urbana a los pueblos y aldeas más recónditos, sumidos en un hondo y vergonzante analfabetismo.
Cuando una presente y sesgada sombra del olvido decide recaer sobre la presencia viva del poeta en los pasados años de su oficial olvido, resulta interesante recalar en toda la bibliografía hernandiana surgida bajo el franquismo y que comienza en aquella selección de poesía y teatro que publicara Aguilar en 1952.
Ocho años más tarde hallamos números monográficos dedicados a su figura en tres revistas, la malagueña ‘Caracola’ y las madrileñas ‘Ínsula’ y ‘Cuadernos de Ágora’ aunque ya lo había recordado con anterioridad Alicante en el número 30 de ‘Verbo’ que se publicó en abril de 1956.
Y precisamente nos recuerda Gaspar Peral, que fue un activo concejal de Cultura entre 1961 y 1967, insuflador de aire fresco literario y pictórico sobre la escena alicantina, siendo por cierto sustituido en el cargo por José Vicente Beviá, cómo el 21 de junio de 1966 pronunció el pregón oficial de las Hogueras desde el balcón del Ayuntamiento y citó por dos veces a Miguel, al nombrar la palmera y la hoguera que el poeta llamó «alineación de bronce y geometría» y «Pentecostés de lenguas» respectivamente.
Como curiosidad de bibliófilo posee una relación de obras escritas en idiomas como el inglés, francés, italiano, checo u holandés amén de otras en lenguas muy restringidas como el nahuatl mexicano o las indígenas habladas en Filipinas, ya sean traducciones de sus poesías ya ensayos sobre su figura.
Fondo discográfico
Amplio y universal resulta también su fondo discográfico que comienza en 1966 con la grabación de unas poesías que editara igualmente Aguilar y termina este mismo año con Esmeralda Grao, Joan Manuel Serrat, Fraskito e Inés Fonseca, pasando por voces míticas como las de Paco Ibáñez o Alberto Cortez que pusiera música a las ‘Nanas de la cebolla’ en su apartamento de la playa de San Juan; o aquellos ‘Cien años de poesía. Poetas contemporáneos en sus versos’ donde se escucha al mismo Miguel Hernández recitando su ‘Canción del esposo soldado’: «Para el hijo será la paz que estoy forjando./Y al fin en un océano de irremediables huesos/tu corazón y el mío naufragarán, quedando/una mujer y un hombre gastados por los besos».
Próximamente está previsto se inaugure en la Lonja del Pescado una exposición organizada por el Patronato de Cultura de Alicante que muestre una parte significativa del aquí esbozado ‘Fondo Hernandiano de Gaspar Peral 1933-2010’ y que dejará justa constancia de la pasión de un hombre culto por el poeta y cuyo legado se rifan tantos estamentos
Miguel es dolor – «Ya es mi carne mi ruina y mi tormento»- y es pasión – «He poblado tu vientre de amor y sementera»-. Pero por encima de todo, es eso, el poeta de todos.

La familia del Poeta se ausenta en la entrega del título de Hijo Predilecto de la Provincia

La familia del Poeta se ausenta en la entrega del título de Hijo Predilecto de la Provincia
La alcaldesa, Mónica Lorente, recoge esta distinción en un acto protagonizado por la poesía en el colegio de Santo Domingo
30.10.10 - 01:46 -
ROCÍO VALLE | ORIHUELA.


Se trata del primer oriolano que es distinguido con este nombramiento
El Colegio Diocesano de Santo Domingo sintió entre los muros de su claustro música, luz y, sobre todo, mucha poesía del autor que se convirtió el pasado catorce de octubre «en el primer oriolano que recibe el nombramiento de Hijo Predilecto de Alicante», señaló la alcaldesa Mónica Lorente. Recayó en su persona el honor de recibir de la mano del presidente de la Diputación, Joaquín Ripoll, la medalla y el documento que certifica esta distinción que desde la institución provincial se ha concedido al poeta oriolano más universal, Miguel Hernández, «en la ciudad que hace cien años lo vio nacer», recordó.
Sin embargo, participaron de forma activa otras personas que quisieron poner voz a los versos del que hoy celebra el Centenario de su nacimiento, el poeta del pueblo porque se trataba de un momento en el que no podía faltar la poesía.
Entre estas personalidades se encontraban Enrique Llin, director del centro de recursos educativos de la Once de Alicante 'Espíritu Santo' que recitó 'El mundo de los demás', la autora de la canción que 'Miguel canta a la paz' y también profesora del colegio de Hurchillo, María Ángeles Martínez que leyó el poema 'La boca' y el entrenador del Orihuela CF, José Francisco Grau, 'Pato' que recordó a todos los asistentes los versos de 'Elegía a un guardameta'.

El homenaje de Serrat a Miguel Hernández llega a Orihuela

El homenaje de Serrat a Miguel Hernández llega a Orihuela
ABC / ALICANTE
Día 30/10/2010

Los últimos conciertos de la gira «Hijo de la luz y de la sombra», el homenaje de Joan Manuel Serrat a Miguel Hernández, se celebrarán esta noche y el próximo sábado en el Teatro Circo de Orihuela, ciudad natal del literato. Con independencia de la conmemoración este año del centenario del nacimiento del autor de «El rayo que no cesa», para Serrat su «celebración es otra», pues su «fidelidad seguirá en el tiempo».
Tras su paso por 37 ciudades españolas en una gira que arrancó el pasado mes de abril en Elche, Serrat mostró ayer su satisfacción por el éxito obtenido y el «lleno absoluto de los conciertos», Se trata de la segunda ocasión en que Serrat homenajea a Miguel Hernández, pues en 1972 ya editó un disco monográfico basado en sus textos. Una circunstancia que, una vez finalizada la gira, le ha conducido a reflexionar sobre el hecho de haber vuelto a poner música a sus letras. El cantautor explicó ayer que fue a los 18 años cuando cayó en sus manos el primer poema de Miguel Hernández, «una poesía ética fantástica y cercana a la que se podía acceder sin grandes esfuerzos. La poesía de un hombre dolido que nació en la pena y murió en la enfermedad y el abandono». Sobre la selección de los poemas para la confección del disco, Serrat explicó que su intención «siempre fue hacer buenas canciones y que en ningún momento se empecinó por ninguno».

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Los sectarios del ABC nada cuentas a sus lectores del centenario a Miguel Hernández que se cumple hoy 30 de octubre. Desimformar es una de la leyes del periodismo sectario e imparcial.