Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

viernes, 8 de noviembre de 2019

Miguel Hernández fue detenido el 30 de abril de 1939 en Moura (Portugal)

(Documento de la policia en Rosal del la Frontera aportado por Augusto Thasio)

El 4 de mayo de 1939, un agente de Policía llamado Rafael Córdoba rellenaba el expediente carcelario de un joven de 29 años de edad que había sido detenido ese mismo día en la localidad portuguesa de Moura. Al agente que le detuvo le llamó la atención su acento español y, al no llevar nada que acreditase su nacionalidad portuguesa, fue arrestado por inmigración ilegal. Aún no sabía que el detenido era Miguel Hernández, que había comenzado en ese pueblo portugués su calvario por las prisiones de la dictadura franquista.
Ahora, el libro Miguel Hernández, su perdición encontrada, escrito por el onubense Augusto Thassio, ha desvelado algunos aspectos que se desconocían de los cinco días del primer encarcelamiento del poeta. Cinco duras jornadas que pasó en Rosal de la Frontera, localidad onubense limítrofe con el puesto fronterizo portugués donde se rellenó su ficha, y que supusieron el comienzo de su larga estancia en prisión hasta su muerte a los 32 años.

Por cinco pesetas

"Pasar de España a Portugal sin autorización". Es el delito que muestra la ficha rellenada ese día, que supuso el final del peregrinar de Hernández huyendo de "los de derechas que estaban a punto de ganar la Guerra Civil", explica Thassio.
Casi todos los historiadores coinciden en que, desde Alicante, llegó a Sevilla, luego a Cádiz y Jerez de la Frontera, y de allí a Huelva, buscando a un abogado en Valverde del Camino para facilitarle el paso a Portugal.
Se bajó de un camión y decidió vender su reloj, regalo de boda de Vicente Alexandre, en la localidad de Santo Aleixo.  El hombre al que se lo vendió lo delató a la policía portuguesa "por cinco miserables pesetas". Cuando la dictadura de Salazar se dio cuenta de que tenía en sus manos a un perseguido de Franco, lo extraditó inmediatamente a escasos metros, a Rosal de la Frontera, y estuvo cinco días internado en una pequeña celda. Ahí empezó su calvario carcelario con las primeras torturas.
Cuando fue detenido, llevaba encima "un billete de veinte escudos, una moneda de cinco centavos y cuatro más de diez; el libro "La destrucción o el amor" con una carta de su autor, Aleixandre, y un auto sacramental llamado "Quién te ha visto y quién te ve, y sombra de lo que eras", escrito por él mismo.
Curiosamente, aunque era amigo de Vicente Aleixandre o Neruda, en el momento de estar encarcelado en Rosal de la Frontera "no tuvo amigos influyentes que lo pudieran ayudar a escapar. Era cabrero, un hombre del pueblo y para el pueblo, que se compró unas alpargatas para atravesar la sierra hacia el Alentejo portugués", ha dicho.

La primera celda

Fueron sólo cinco días, pero en Rosal de la Frontera la huella del poeta es indeleble. Su celda se ha mantenido igual que entonces, y una semana cultural revive este septiembre parte de su historia, con actos como una ofrenda floral y lectura de poemas en la celda de Hernández y ante su busto.
Las actividades se trasladarán a los escenarios portugueses de la vida del poeta de aquellos días. Prácticamente se puede llegar a pie, ya que la frontera no está interrumpida por el Guadiana en aquella zona. Una facilidad que, también, fue fatal para el poeta en aquellos días de 1939.
Sin embargo, aún quedan incógnitas por investigar: Miguel tuvo un compañero de prisión, Francisco Guapo. Su mujer le dio al poeta comida y le lavó la ropa. A cambio, le escribió en un papel de estraza el poema "Hombre encarcelado", con un dibujo del barco que pensaba coger en Lisboa. Ese poema jamás fue encontrado.

Aniversario

Tahssio, nacido en 1950 en Isla Cristina, se enfrenta al que, quizá, es su reto más apasionante, tras haber publicado, influenciado por Juan Ramón Jiménez, García Lorca y el propio Miguel Hernández, obras como "Cartas de un esquizofrénico a Eloísa", "Cantos y leyendas de Rosal de la Frontera" o "El alma de Isla Cristina"..
En este trabajo, Thassio ha recuperado el expediente carcelario del poeta Miguel Hernández en un libro donde ha recopilado multitud de datos y lugares relacionados con el poeta. El volumen será publicado en conmemoración del 75 aniversario de la muerte del poeta, y servirá para conocer "una serie de datos que los biógrafos de Miguel desconocían".
Así, el libro recorre aquellos días de la primavera de 1939, desde que fue detenido en Moura y llevado a la frontera española en Rosal de la Frontera", mediante la investigación y relación con  los descendientes del poeta.

"Perseguidos" rescata el periplo de Miguel Hernández por cárceles de Huelva




















"Perseguidos" rescata el periplo de Miguel Hernández por cárceles de Huelva
"Perseguidos" rescata el periplo de Miguel Hernández por cárceles de Huelva
El 30 de abril de 1939, Miguel Hernández fue detenido en Moura (Portugal) y tres días más tarde las autoridades franquistas lo condujeron al depósito carcelario de Rosal de la Frontera (Huelva) [4 de mayo], el inicio de un periplo de 11 días por cárceles onubenses, que ahora rescata el libro "Perseguidos".
Obra del periodista onubense Rafael Moreno, el libro, apoyado en abundante material gráfico y documental, revela información sobre los interrogatorios y las torturas de las que el poeta fue objeto en estas cárceles y que él ocultó en las cartas que desde ellas escribió a su mujer Josefina pidiéndole que informara y que solicitara ayuda a gente cercana para que lo reclamaran en Orihuela.
Fue un joyero portugués el que le denunció a la policía de fronteras, cuando Hernández trataba de vender un reloj de oro [de pulseara dice Josefina Manresa] que le había regalado Vicente Aleixandre, al haberse quedado sin dinero en su huida hacia Portugal para lograr alcanzar, desde allí, América, ha explicado Moreno en la rueda de prensa de presentación del libro, editado por la CGT y en el que colabora la Junta de Andalucía.
Los soldados que lo apresaron, ha apuntado, recibieron cinco pesetas [veinte duros], y en Rosal permaneció hasta el 9 de mayo, día en que fue trasladado hasta la Prisión Provincial de Huelva, un centro que abandonaría dos días más tarde para ingresar en el de Madrid.
Fueron "once días agitados, repletos de miedos, acechanzas, traiciones, que abrieron la puerta de un rosario de traslados a presidio que tiene 2.300 kilómetros de recorrido por los cerrojos de media España, hasta que muere el 28 de marzo de 1942 en la enfermería del Reformatorio para Adultos de Alicante", relata el autor.
Moreno, a través de testimonios de personas que vivieron de cerca la realidad del poeta, traza la historia de Miguel Hernández tras su detención, además de otras que se recogen en el libro".
Dos de ellas son las de Tomás Gento y Emilio Fernández Seisdedos, quienes en primera persona vivieron los "horrores" del campo de concentración en el que en 1939, tras la caída de Cataluña, se convirtió la isla Saltés, una zona de marismas ubicada frente a Punta Umbría (Huelva).
Y una última repasa la biografía del republicano José Domínguez "El Sastre", cuyo testimonio, recogido en un manuscrito, ayuda a "arrojar luz" sobre el asesinato de 15 mujeres en la Puebla de Guzmán, que han pasado a la historia como "Las Rosas de Guzmán".

....................................
..................................................................

Miguel Hernández, detenido por «indocumentado»

El escritor onubense Augusto Thasio saca a la luz el expediente carcelario portugués del poeta

28.09.2017 | 01:02 /Diario Información
https://www.eldiario.es/fotos/Extracto-expediente-rellenado-fronterizo-Huelva-Portugal_EDIIMA20170919_0684_19.jpg
Miguel Hernández, detenido por «indocumentado»
 

En el documento figura que la causa de la detención fue no tener papeles y aparecen sus huellas dactilares.

El escritor onubense Augusto Thasio (Isla Cristina, 1950) ha efectuado una importante investigación sobre el recorrido, en su huida, del poeta Miguel Hernández por Andalucía y ha recuperado el expediente carcelario portugués. Este interesante trabajo lo recoge en su libro Miguel Hernández, su perdición encontrada, que se publicará próximamente dentro del 75 aniversario de la muerte del poeta. Es una edición internacional bilingüe, en español y portugués, con la colaboración de la Cámara Portuguesa como desagravio.
Estas aportaciones modifican motivos, fechas y lugares del recorrido y de las detenciones sufridas por el poeta oriolano. Thasio señala que el poeta sale del bello pueblo andaluz de Aroche cruzando la frontera portuguesa por la ribera del río Chanza y por el paso de Puerto Nogal, Cumbre el Cedro y Barranco, sierras que le recuerdan las de Orihuela y su época pastoril, que estuvo en la hacienda de Heredade do Machado y confirma que en el pueblo de Moura es denunciado, detenido y esposado el domingo 30 de abril de 1939 por dos guardinhas, por indocumentado dentro de «una taberna que también es comercio», lugar al que va el poeta para vender el reloj que le había regalado, por su boda con Josefina Manresa, su amigo Vicente Aleixandre.
Lo suben a un camión y es trasladado al cuartel de Sobral de Adiça, pueblo de «casas humildes, blancas y pequeñas». Al día siguiente, el 1 de mayo, «en el mismo camión», «es llevado al puesto fronterizo de Vila Verde de Ficalho, un pueblo dulce, de miel de romero y jara», nos cuenta en su bello libro en prosa poética Augusto Thasio. Este municipio está «separado del pueblo onubense de Rosal de la Frontera por una raya artificial trazada a lo largo de la sierra, sus respectivos habitantes de ambos lados se casan entre sí sin importarles idiomas y costumbres», en «la casa-palacio de los condes de Ficalho, transformada en prisión, Miguel es asateado por preguntas sobre el lugar por donde cruzó a Portugal, intenciones y motivos de pasar la raya indocumentado, pareceres sobre las afinidades de Franco y Salazar, e ideas políticas y revolucionarias». El 3 de mayo, nos confirma Thasio, apoyado en el expediente carcelario portugués que él ha recuperado y que llega ahora por primera vez al público hernandiano, es esposado, conducido a Rosal de la Frontera y encerrado en el depósito municipal, «humillado y sometido a un durísimo interrogatorio y golpeado con una vara y abofeteado». [El 4 de mayo el Cuerpo de Investiganci y Vigilancia de Fronteras le interroga  le instruye un atestado que da inicio a l Sumaro 21.001].
Incluye en su libro la entrevista que hizo en 1983 a la rosaleña Dña. Manuela, mujer de Francisco Guapo que compartía celda con el oriolano. Esta mujer le lavó la ropa y le llevó comida hasta el traslado del poeta a la prisión provincial de Huelva el día 9 de mayo de 1939 a las 6 de la madrugada y Miguel le regaló el manuscrito en papel de estraza del poema Hombre encarcelado, con un dibujo del barco que pensaba coger en Lisboa. Ese poema jamás fue encontrado. 

La aportación de Augusto del expediente carcelario portugués es muy importante. En él aparecen las fechas y lugares de detención y las huellas dactilares del poeta. Esta publicación afirma rotundamente sin lugar a dudas, que efectivamente como decía Miguel, el único cargo que pesaba sobre él era el haber cruzado indocumentado y sin autorización la raya.
En la actualidad, Miguel Hernández ha recibido homenajes en aquellos pueblos onubenses y portugueses. En Moura hay un olivar formando una estrella con el poema de Aceituneros; en Ficalho un monumento y un paseo con su nombre; en Santo Aleixo un parque; en Rosal de la Frontera, su huella permanece y constantemente hay actividades educativas y culturales hernandianas. Y además de un busto, está la celda que se ha reproducido tal y como fue.
.............................
  El poeta acababa de ser liberado, el 15 de septiembre 1939 de la cárcel de Torrijos. El 28 de septiembre de 1939, Miguel Hernández había salido de comer de casa de José Marín y Presentación Gutiérrez, padres de Ramón Sijé, y caminaba tranquilamente, con Justino Marín, por la calle Mayor de «tu pueblo y el mío», Orihuela, cuando fue denunciado por José María Martínez Pacheco El Patagorda y detenido en la puerta de la casa de Eusebio Escolano. Fue encerrado en el retén policial por el inspector Manuel Morell Roger y esposado por todo el pueblo fue trasladado al día siguiente a los sótanos del seminario oriolano de san Miguel, habilitado como prisión desde la república.

jueves, 7 de noviembre de 2019

martes, 5 de noviembre de 2019

«Miguel Hernández murió porque se mantuvo firme a sus ideas» Entrevista en "Aquí en Alicante" digital e impresa

«Miguel Hernández murió porque se mantuvo firme a sus ideas»

Nuevo libro que analiza con objetividad la vida del poeta oriolano universal y los falsos mitos que le rodean

 https://alicante.aquimediosdecomunicacion.com/2019/11/05/miguel-hernandez-murio-porque-se-mantuvo-firme-a-sus-ideas/

Entrevista > Ramón Fernández ‘Palmeral’ / Escritor de ‘Miguel Hernández. Poeta del pueblo. Biografía en 40 artículos’ (Piedrabuena -Ciudad Real-, 7-mayo-1947)
Nacido en la Mancha pero residente desde hace muchos años en nuestras tierras, Ramón Fernández (más conocido como ´Palmeral`) se ha convertido en un gran paladín de la cultura alicantina. Ha protagonizado exposiciones de pintura, editado revistas, impartido conferencias literarias, escrito libros…

También le puedeinteresar




Su último trabajo es una biografía de investigación sobre el gran poeta oriolano Miguel Hernández. Todavía quedan tópicos y mitos que ensombrecen la corta pero intensa vida del ‘poeta del pueblo’. Palmeral intenta indagar en ellos, detectar las falsedades y aclarar las certezas. Todo ello a través de 40 artículos monográficos.

A ti te encanta la poesía, pero tienes una predilección especial con Miguel Hernández. ¿Por qué eres tan hernandiano?

Cuando yo estudiaba BUP tenía una profesora de Literatura que era un poco rojeras (risas). Nos dijo que para aprobar el curso teníamos que memorizar el poema de Miguel titulado ‘Como el toro he nacido para el luto y el dolor’. Aquel fue mi primer contacto.
En los años 90 vine a trabajar a Alicante, visité su casa en Orihuela y recorrí la senda del poeta. Poco después conocí al investigador Gaspar Peral Baeza, quien tenía el mejor archivo existente sobre Miguel. Él fue mi mentor y me contagió la pasión por investigar su vida. También me hice amigo de su biógrafo José Luis Ferri.

«Los primeros biógrafos de Miguel Hernández quisieron mitificarle y se inventaron muchas cosas»

Han pasado ya 78 años desde la muerte de Miguel Hernández, y todavía siguen rondando falsos mitos en torno a su vida que requieren que tú escribas este libro…

Ten en cuenta que durante la Posguerra estuvo prohibido. La primera publicación oficial sobre su figura tras su muerte es de 1951, nueve años más tarde. También su viuda escribió un libro, pero no hay mucho más hasta décadas después.
Por tanto sus primeros biógrafos fueron españoles republicanos en el exilio o sudamericanos que lo estudiaban desde lejos. En aquella época era más conocido en América que en España. Al haber muerto en la cárcel franquista, su figura fue muy mitificada y muchos escribían inventándose cosas sobre él. Yo he limpiado todos los mitos que he podido.
Probablemente la biografía que escribió José Luis Ferris en 2002 sea la más completa. Es diferente a la mía, pues es cronológica. Mi libro tiene un formato monográfico por artículos. No es un relato ni hace falta leerse el libro entero para comprenderlo, cada lector puede buscar en el índice la parte concreta que le interesa.
Además la vida de Miguel fue tan compleja, sobre todo a raíz de la guerra y sus procesos judiciales, que nadie podemos asegurar conocerla al 100 %. Este libro tiene 400 páginas, pero bien podía haberlo ampliado a 800.

Siempre me ha impresionado cómo un sencillísimo pastor se convierte en poeta universal. ¿De dónde se sacó toda esa cultura?

Miguel era lo que hoy llamamos ‘un niño superdotado’. Sacaba unas notas tremendas. Logró una beca en el Colegio Santo Domingo de Orihuela porque los jesuitas se dieron cuenta de toda esta inteligencia, y querían darle una carrera religiosa para que entrara en su orden.
Sin embargo se acaba juntando con intelectuales oriolianos y alicantinos que le llevan por otro camino. Al ganar un premio literario local en Elche se anima a seguir escribiendo poesía más allá de su pueblo natal. Además se quería distanciar de su padre con quien tenía muy mala relación, hasta el punto que años después no fue ni a visitar a su hijo en la cárcel ni a llorarle en su propio entierro.
Miguel se marchó a Madrid en cuanto cumplió la mayoría de edad (21 años). Su primera obra ‘Perito en lunas’ no tuvo mucho éxito, pero poco a poco va consiguiendo publicar poemas en revistas prestigiosas. No hay genio oculto, quien vale vale, y al final se acaba haciendo famoso con sus siguientes obras.

«Algunos han querido darle fama de mujeriego, pero en realidad él siempre fue muy tímido»

¿Qué hay de las mujeres? Dicen que tuvo varias infidelidades…

Esto es otro mito. Algunos le han querido dar fama de mujeriego, cuando era más bien tímido. Además no era muy agraciado físicamente al sufrir hipertiroidismo (ojos saltones).
Sí que era bastante enamoradizo; primero fue de una vecina costurera, y luego de su futura esposa Josefina Manresa. Estuvieron un tiempo de novios, pero más tarde se enfadaron. Entonces conoció a otra mujer que no le hizo mucho caso, y después a la pintora Maruja Mallo, quien tenía ocho años más de él y cierta fama de ser bastante libertina. Ella le dejó pronto.
Al final volvió otra vez con Josefina y se casaron por lo civil. Durante el tiempo que estuvieron casados, no consta que Miguel tuviera ninguna infidelidad.

Cuéntanos algunos mitos más sobre Miguel

Siempre se ha dicho que fue la policía portuguesa quien lo entregó a la Guardia Civil. Esto es falso, tengo el atestado de entrega firmado por el Cuerpo de Investigación y Vigilancia de la Policía. Fue un cuerpo policial creado en la República.
También se dice que Miguel poseía un reloj de oro que le había regalado Vicente Aleixandre. En realidad era uno de pulsera normal y corriente. ¿Qué hacía un miliciano comunista con un reloj de oro en el frente de guerra? De hecho acabó vendiéndolo por 25 escudos portugueses y 40 centavos, sí hubiera sido de oro habría sacado bastante más.

«Si hubiera accedido a escribir poemas favorables al régimen franquista, seguramente habría tenido una mejor atención médica»

¿Crees que si hubiera tenido una buena atención médica en la cárcel podría haberse evitado su muerte?

Yo creo que sí. Miguel Hernández falleció porque se mantuvo siempre firme y leal a sus convenciones políticas y morales.
No se sabe muy bien a cuántas cárceles llegaron a trasladarle, dicen que entre 13 y 18. En algunas pasó mucho frío y hambre. Su amigo, el futuro obispo Luis Almarcha, podía haberle ayudado para trasladarle a la prisión de Valencia, que tenía un sanatorio. Sin embargo él le dijo que antes debía de “regenerarse”. Por aquella época Miguel, aparte de ser comunista, se había hecho ateo. Almarcha incluso le aconsejó que escribiera poemas favorables al régimen franquista, pero Miguel se negó.
Muchas veces en lugar de ir a verle un médico, le atendía un cura. Decían que tenía que salvar su alma antes que su cuerpo. Al final cuando le llegó el permiso de traslado al sanatorio de Valencia, estaba ya tan enfermo que no pudo ni levantarse de la cama. Los últimos días se tuvo que casar con su Josefina por la Iglesia, porque si no ella no habría podido ni cobrar la pensión de viudedad.

¿Dónde podemos comprar tu libro?

En varias librerías de Alicante y Orihuela. A finales de noviembre voy a presentarlo en la librería Pynchon&Co de Alicante. También está disponible en Amazon.



lunes, 4 de noviembre de 2019

Rojales recuerda al poeta Miguel Hernández

Rojales recuerda al poeta Miguel Hernández dedicándole una valla pintada por los alumnos del IES

La pintura se sitúa en una de las entradas al casco urbano

Archivo Miguel Hernández de Gaspar Peral Baeza. Alicante 2012

Ejemplar dedicado a Ramón Fernández Palmeral
Editado por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert
ISBN. 978-84-7784-614-7
Depósito legal a 587-2012

Archivo Miguel Hernández de Gaspar Peral Bae (1923-2017)

Texto de la deicatoria:
"Para mi amigo del alma, hernandiano de veras, Ramón Fernández Palmeral.Un fuerte abrazo"

Firmado. Gaspar
24-01-2013

.......................
Un libro imprescindible y necesario para los estudios hernandianos presentes y futuros.

domingo, 3 de noviembre de 2019

Presentación de Ramón Fernández Palmeral, por Francisco Javier Catalán, en la librería Codex de Orihuela

  

                 (José Antonio López Vicaíno, Ramón Fernández Palmeral y Francisco Javier Catalán. Izquierda  derechas)


                                                                    Presentación

 

Presentación de Ramón Fernández Palmeral, por Francisco Javier Catalán por
la presentación de su libro sobre la nueva biografía de Miguel Hernández

Ramón Palmeral estaría pues encuadrado en el grupo o modalidad de acercamiento popular y desinteresado al estudio de Miguel Hernández, junto a nombres como el de Vicente Ramos, Ramón Pérez Álvarez, Gaspar Peral Baeza, Manuel-Roberto Leonís, Antonio García-Molina o Francisco Martínez Marín, entre otros muchos y cada uno de ellos en su justa dimensión.

Francisco Javier Catalán Eugenio


   Ramón Fernández Palmeral es manchego de nacimiento y alicantino de adopción. Artista polifacético -escritor y artista plástico- y para el caso que nos ocupa, sincero y sentido admirador de Miguel Hernández. Hoy nos presenta en la librería Codex su libro Miguel Hernández. Poeta del pueblo (biografía en 40 artículos) editado por ECU de Alicante.
   Su acercamiento al poeta a lo largo de toda su vida lo es desde el cariño y la honestidad, sin mayor interés que el de honrar su memoria y honrarle contribuyendo a difundir su conocimiento en el más amplio sentido del término. De entrada esto comporta un cierto aval de credibilidad a su labor, al margen de cualquier otro tipo de consideración.
   Y es que a Miguel Hernández, poeta controvertido, cabe acercarse desde distintas vertientes o con distintos propósitos (hablamos de un poeta que, sin ninguna duda, trasciende lo puramente literario):
  - Acercamiento ideológico: su afiliación al Partido Comunista, más coyuntural que filosófica según una amplia corriente de investigación, ha provocado la clara y persistente instrumentalización política de Hernández, lo que se traduce, desde esta óptica, en una visión sesgada, parcial e interesada de su vida y obra que poco contribuye a su justo posicionamiento.
   -Acercamiento académico: en este ámbito el estudio del poeta se aborda por profesionales del mundo académico literario (filólogos, catedráticos y profesores de literatura fundamentalmente).
Y en buena lógica se va a atender esta empresa de un modo integrado en la actividad o el trabajo diario del estudioso, que dispone de formación previa e instrumentos de trabajo a su alcance en mayor medida que cualquier otro profesional, pues los posee por razón de su oficio.
   La agrupación de estos profesionales de las letras en torno de un mismo objeto de estudio, viene a constituir “de facto” una suerte de cuerpo de élite más o menos endogámico y cerrado, lo que en la práctica se traduce en un cierto adueñamiento, también y en este caso, del estudio de Miguel Hernández.
   -Acercamiento popular: éste es el que se produce por individuos sin ningún tipo de servidumbre política ni obediencia debida a consigna ideológica alguna. Y lo hacen necesariamente al margen de sus ocupaciones profesionales, que poco o nada tienen que ver con la investigación biográfica y literaria.
   De entrada y sólo por esta única razón, este acercamiento podría presumirse (presunción “iuris tantum” o salvo prueba en contrario) el más puro y honesto de todos ellos.
   Y este razonamiento personal se ilustra con claros ejemplos.
   A nadie escapa el interés partidista por mantener, alimentar y enarbolar el mito político de    Miguel Hernández, no tanto en cuanto luchador social con carácter genérico (nada que objetar) sino como afiliado al partido comunista y por ello paradigma excepcional y reivindicativo en la actualidad de los postulados ideológicos marxistas (nada más lejos de la realidad).
  El ejemplo más claro de coto cerrado a nivel académico respecto al estudio de la vida y obra del poeta de Orihuela, nos retrotrae al año 2002 cuando el escritor José Luis Ferris aborda el estudio biográfico de Miguel Hernández, apuntando una serie de conclusiones que en su día fueron meras conjeturas bien argumentadas y que despertaron la ira (de lo que fui testigo presencial en el II   Congreso Internacional Miguel Hernández) en el seno de la ortodoxia académica hernandiana.
   Conjeturas muchas de las cuales con posterioridad han sido documentalmente confirmadas.
   Y ejemplo muy válido de aproximación popular al autor de “El rayo que no cesa” viene representado por Fernández Palmeral.
   De Miguel Hernández se dice de modo impreciso que es un poeta autodidacta. De un modo preciso, sin embargo, cabe definir a Palmeral como biógrafo completamente autodidacta.
   Fernández Palmeral estaría pues encuadrado en este tercer grupo o modalidad de acercamiento popular y desinteresado al estudio de Miguel Hernández, junto a nombres como el de Vicente Ramos, Ramón Pérez Álvarez, Gaspar Peral Baeza, Manuel-Roberto Leonís, Antonio García-Molina o Francisco Martínez Marín, entre otros muchos y cada uno de ellos en su justa dimensión.
  Evidentemente esta triple división apuntada no alude a compartimentos estancos, sino permeables entre sí.
   Tampoco se trata aquí de ir repartiendo carnés de pureza hernandiana. Así, se puede abordar la vertiente política (comunista) de Miguel Hernández con total honestidad, aún a riesgo de errar en el planteamiento y conclusiones. Del mismo modo se puede ser profesional de las letras (vivir de esto) y entregarse al estudio de este poeta con absoluta devoción. Y desde luego los hay que se acercan a nivel popular al estudio de Miguel Hernández, sin mayor aspiración que la vanagloria personal del “personaje” en cuestión.
   La dilatada trayectoria de Fernández Palmeral en el ámbito que nos ocupa, el fruto editorial de ese ingente trabajo, así como la discreción y dignidad con las que ha transitado por este fascinante universo hernandiano, unido al carácter firme y directo del autor de este estudio monográfico, le hacen acometer este reto con total solvencia.
   Palmeral se toma muy en serio la empresa autoimpuesta y la lleva a niveles merecedores de gran consideración.
   Realiza un estudio cruzado y exegético sobre la base de lo ya escrito acerca del poeta de Orihuela, enriquecido con los propios conocimientos adquiridos fruto del trato con personas relevantes en la cosmogonía hernandiana, en ese universo popular hernandiano que fundamentalmente y en buena lógica irradia de Orihuela.
   Así, Palmeral pone en valor los conocimientos del oriolano Ramón Pérez Álvarez, gran amigo de Miguel hasta los últimos instantes de su vida (de hecho fue una de las personas que amortajó el cuerpo sin vida de Miguel y recogió los escasos enseres personales del poeta).
   Conocimientos de Pérez Álvarez recopilados por la Fundación Cultural Miguel Hernández en el libro “Hacia Miguel Hernández”, a partir de las colaboraciones de Ramón Pérez en la revista oriolana La Lucerna.
   Reconoce asimismo Ramón los conocimientos de Manuel-Roberto Leonís Ruíz, otro abnegado oriolano y estudioso hernandiano, con quien mantiene una estrecha relación de amistad.
    Y es que, aunque algunos lo pretendan, no es posible escribir sobre Miguel Hernández con la suficiente credibilidad sin “pisar” Orihuela al nivel que lo hace Palmeral.
    Y ello a pesar del estigma recaído durante tantos años (con razón) sobre la ciudad natal del poeta; pues como es habitual en todos los lugares y en épocas de conflicto bélico con las personas que se significan tanto políticamente como hizo Miguel, en esta tierra necesariamente habría de encontrar el poeta a sus peores enemigos, fruto de la envidia y el resentimiento amplificados por la relación de vecindad, así como también y por la misma razón a sus más leales amigos y defensores.
    La sorprendente e inesperada ingenuidad de Miguel Hernández, que nada tiene que ver con la integridad de sus ideales, fue lo que le impidió percatarse a tiempo de este gran peligro cuando decidió volver a Orihuela tras el fin de la guerra.
   Hace especial hincapié Ramón Fernández en su estrecha relación con el alicantino Gaspar Peral Baeza, poseedor del mayor archivo documental privado sobre Miguel Hernández; personaje éste imprescindible para cualquier estudioso hernandiano que aspire a ser reconocido como tal.
   Con la lectura de este libro constatamos que hay un minucioso estudio de campo realizado y mucho material documentado leído por su autor.
   El formato de artículos monográficos le permite abordar los temas hernandianos con mayor detenimiento y con un resultado que resulta no obstante ameno para el lector.
   La sensación cuando se acomete la lectura de este libro es la de estar conociendo determinados aspectos relevantes de la obra y especialmente de la vida de Miguel Hernández de un modo directo, del modo más natural, cercano y auténtico que uno puede aspirar a encontrar en un estudio biográfico sobre el poeta de Orihuela. Esto lo convierte en una obra doblemente atractiva.
Atractiva por lo coloquial que resulta su lectura y atractiva también por el magnetismo que provoca en el lector.
   Al tratar este libro aspectos muy concretizados de la vida y obra del autor de “Perito en lunas”, ello se traduce a su vez en un trabajo de carácter abierto. No es una biografía circular o cerrada, sino lineal. Y deja al lector a expensas de la energía y propósito de su autor de abordar nuevos aspectos relacionados con la figura de su admirado Miguel Hernández, que den lugar a sucesivas publicaciones en formato libro.
   La edición llevada a cabo por ECU (Editorial Club Universitario), una vez más y tras más de 25 años en el panorama editorial español, está claramente a la altura de la empresa acometida y resuelta satisfactoriamente por Fernández Palmeral.
   Mención aparte merece el detalle final del álbum de dibujos a plumilla, obra del propio Palmeral, alusivos a Miguel Hernández y que son una obra de arte en sí misma.

Francisco Javier Catalán Eugenio
Abogado y hernandiano
Orihuela, 29-X-2019


 Libro a la venta en Amazon y en librería Codex

sábado, 2 de noviembre de 2019

Miguel Hernández. Perito en lunas no es el primer libro de un poeta cabrero

Miguel Hernández. Perito en lunas no es el primer libro de un poeta cabrero

En el 106 aniversario del poeta oriolano Miguel Hernández, Antonia María Carrascal nos habla sobre la verdadera esencia de "Perito en lunas" en Revista MoonMagazine.


Miguel Hernández. Perito en lunas no es el primer libro de un poeta cabrero 4

Miguel Hernández. Perito en lunas no es el primer libro de un poeta cabrero

Artículo especial en el 106 aniversario de Miguel Hernández.


Miguel Hernández. Perito en lunas no es el primer libro de un poeta cabrero. Artículo de Antonia María Carrascal.
Portada de la primera edición de Perito en lunas. Todos los derechos reservados
Perito en lunas de Miguel Hernández no es el primer libro de un poeta cabrero, por una sencilla razón: cuando Miguel Hernández publicó por primera vez, no era el poeta cabrero de los poemas de su adolescencia. Ni era cabrero ya ni era el muchacho aprendiz de poeta que ensayaba versos al abrigo de las montañas oriolanas. El «milagro» había sucedido y el mito de adolescente e inculto que hacía versos se devela como lo que fue: un mito que, en su sagacidad, Miguel Hernández dejó que trascendiera desde que, después de una de las entrevistas que le hicieron en su primer viaje a Madrid, atisbó que ese apelativo podría ser un factor atrayente hacia su persona, que podría ayudar a sus intereses. Ser conocido y reconocido como poeta.

Perito en lunas se publicó en 1933 (el poeta sólo tenía 22 años), con prólogo de su amigo José Marín, conocido con el pseudónimo de Ramón Sijé. Lejos quedaban ya los primeros poemas de Miguel (de esa época se conservan más de cien poemas que han quedado autógrafos en un cuadernillo). Son estos primeros, en su mayoría, poemas de arte menor [son octavas reales] en estrofas que reflejan la tradición popular: romances, romancillos, endechas, redondillas… Pocas veces trabaja con eneasílabos, endecasílabos o alejandrinos. Los temas, como pastor que fuera en esa primera época, son de corte bucólico o pastoril o temas cotidianos, aunque con pocas referencias autobiográficas. No obstante, ya apunta con un fuerte espíritu creativo y creador de neologismos que enriquecen su no escaso vocabulario. Siente el joven Miguel necesidad de nuevos vocablos que responda a su exuberante ansia expresiva y así verbaliza adjetivos o sustantivos: «astro que tremulece», «temblorea una esquirla», o consigue adjetivos de sustantivos propios «noche baltasara».
Perito en lunas se publicó en 1933 con prólogo de su amigo Ramón Sijé. @CarrascalMara. #MiguelHernández. Por @CarrascalMara. Imágenes de la primera edición del #poemario cedidas por @rpyaque. Clic para tuitear No parecen estos los comienzos poéticos de un cabrero en el sentido de incultura que se supone que acompaña al término. Autodidacta, sí; pues, a la sólida formación recibida en el prestigioso colegio de Santo Domingo donde se adoctrinaba a «la flor y nata oriolana» a nivel de bachiller de la época, el muchacho se nutrió exhaustivamente con los libros de clásicos y no, procedentes de la Biblioteca Municipal, la del canónigo D. Luis Almarcha y la del propio Ramón Sijé, compensando así lo que el bachiller no acabado pudiera proporcionarle. La razón del abandono escolar fue una crisis financiera de su padre, tratante de ganado; padre que, por otra parte, fue siempre férreo opositor a la afición poética de Miguel y a su lectura de libros. Pensar, por consiguiente, en Miguel Hernández como joven inculto no queda exento del riesgo de equívoco.
Perito en lunas es la obra de un poeta autodidacta, no de un joven inculto. #MiguelHernández. Por @CarrascalMara. Imágenes de la primera edición del #poemario cedidas por @rpyaque. Clic para tuitear Su primer viaje a Madrid, 21 años, estuvo lleno de decepciones, enfermedad y penurias económicas que le llevaron incluso a dormir en el metro. Miguel vuelve a su Orihuela natal, pero el viaje no ha sido en vano. Allí se ha puesto en contacto con algunos de los escritores ya consagrados de la Generación del 27, esos que unos años antes han reivindicado en el Ateneo de Sevilla la figura de Góngora, en el tercer centenario de su muerte. Miguel no quiere quedarse atrás y, a la vuelta de Madrid, trae la idea de la que había de ser su contribución al poeta cordobés.
Miguel Hernández. Perito en lunas no es el primer libro de un poeta cabrero. Artículo de Antonia María Carrascal.
Fe de erratas de la primera edición de Perito en lunas. Derechos reservados.
Componen Perito en Lunas, un total de 42 octavas reales, forma métrica con la que Góngora había compuesto su Fábula de Polifemo y Galatea, e imita con precisión el lenguaje gongorino, si bien en las octavas de Hernández sigue aflorando la temática de su realidad cotidiana. Hacía años que Miguel no guardaba cabras, pero sí huía al monte para escribir siempre que tenía ocasión.
Recordemos que Miguel Hernández había contactado en Madrid con los poetas consagrados y es probable que cierto sentimiento de inferioridad cultural le obligara a tamaño esfuerzo para demostrar que él podía desafiar la perfección de sus coetáneos. Se lanza, por consiguiente, al cultivo de la forma de versificación y de la metáfora que, no sin cierta influencia del ultraísmo, empareja y encadena buscando la idea pura. Claro que por este ejercicio ha de pagar un precio: el libro resulta incomprensible para las mentes no versadas. No obstante, Miguel sigue adelante con el proyecto porque intuyo, y esto es una apreciación personal, que el poeta de Orihuela escribe, casi exclusivamente, para ser leído (y admirado) por esos poetas consagrados de los que espera aprobación y reconocimiento. Conclusión: Miguel no pudo vender los trecientos ejemplares (475 pesetas que financiara D. Luis Almarcha) y que el lector de la calle, y aun los que no, no lo comprendieron. A petición de su amigo Federico Andreu Riera que le pidió explicación sobre el contenido de las diferente octavas reales, Hernández concibió la idea de ponerles título, no siempre afortunados.
Eso sí, el titánico esfuerzo de tan docta creación puso las bases a su poesía futura, más nítida y emotiva.
Miguel Hernández tituló originariamente el libro como Poliedros, quizás por la semejanza semántica de octavas con octaedros. Fue a iniciativa  del editor Raimundo de los Reyes que se tomaría el nuevo nombre del verso número siete de la octava XXXV HORNO Y LUNA: «Oh tú, perito en lunas».
Muchas son las interpretaciones que se han hecho de las diferentes octavas que componen Perito en lunas. Baste como ejemplo el análisis de una de ellas tomada de la edición crítica de su obra completa, publicada por Espasa Calpe (colección Clásicos Castellanos, nueva serie, números 27, 28 y 29. Madrid 1992.
En Perito en Lunas, #MiguelHernández imita con precisión el lenguaje gongorino. @CarrascalMara. Clic para tuitear

La Fuerza expresiva de Perito en lunas


Octava XXXIV
HUEVO

Coral, canta una noche por un filo,
y por otro su luna siembra para
otra redonda noche: luna clara,
¡la más clara!, con un sol en sigilo.
Dirigible, al partir llevado en vilo,
si a las hirvientes sombras no rodara,
pronto un rejoneador galán de pico
iría sobre el potro en abanico.


Una realidad tan cotidiana como es el huevo se eleva hasta cimas poéticas insospechadas gracias al empleo continuo de metáforas de factura típicamente gongorina y ultraísta. Ya en el vocablo con el que se inicia el poema —coral— se combinan eficazmente dos recursos estilísticos: la metonimia de la parte por el todo (la referencia a la cresta alude al gallo) y la metáfora (el color rojo del coral y de la cresta del gallo es el fundamento que origina la sustitución de cresta por coral). Este es el contenido de la primera parte de la octava: un gallo anuncia con su canto la llegada del alba (verso 1), después de haber fecundado durante la noche a una gallina (verso 2), cuyo huevo —«luna clara»— está destinado a la sartén—«redonda noche»— (verso 3); metáfora esta que se justifica por la forma circular de la sartén y porque es oscura. El huevo es visto, imaginativamente, como una «luna clara», ya que es redondo y blanco por el exterior; «la más clara», por alusión a la clara de su interior; y «con un sol en sigilo», es decir, con la yema oculta, igual que el sol lo está en la noche (versos 3, 4). La segunda parte de la estrofa se inicia con la metáfora «dirigible» para referirse al huevo, a la que siguen «hirvientes sombras» y «rejoneador galán de pico», metáforas que aluden a la sartén y al gallo, respectivamente. Y este es el contenido de los cuatro siguientes versos con los que culmina el poema: si el huevo, llevado en vilo como un globo dirigible (verso 5), no fuera a parar volando hasta las hirvientes sartenes (verso 6), pronto saldría de él otro gallo montador y galante (verso 7) que fecundaría a otra gallina, a la vez que le clavaría el pico en la cabeza (verso 8).
Miguel Hernández. Perito en lunas no es el primer libro de un poeta cabrero. Artículo de Antonia María Carrascal.
Miguel Hernández
Como escribe Agustín Sánchez-Vidal, «Nos encontramos ante un juego de ciclos: el poema empieza con un gallo real que, por un lado, anuncia a la aurora y que, por otro, siembra un huevo. Éste, a su vez, es un microcosmos con su noche (la sartén), su sol (la yema) y su luna (la clara, o todo el huevo). De nuevo aparecerá el sol, hasta ahora “en sigilo” (alusión a lo escondido del astro y lo callado del ave, en su ausencia), que el gallo estaba a punto de anunciar al comenzar el poema. Esto sucedería si el huevo fuese a parar a la sartén, pero si esto no se realizara, el microcosmos seguiría su propio ciclo: de él saldría otro gallo que, a su vez, fecundaría otra gallina, y así sucesivamente».
Queda claro pues que el «oficio» que Miguel Hernández presenta en este su primer libro desmonta por completo la idea del pastor semianalfabeto con la que se ha venido tildando a esta joya de nuestra literatura cuyos únicos atributos por los que hay que compadecerle fueron su pobreza y su mala suerte.

Dedicado a Miguel Hernández en el 106 aniversario de su nacimiento por Antonia María Carrascal.

Miguel ‹Elrayoquenocesa› Hernández, por José Luis Ibáñez Salas

Miguel ‹Elrayoquenocesa› Hernández

José Luis Ibáñez Salas nos transmite sus impresiones sobre El rayo que no cesa de Miguel Hernández, «espléndido en su altura de pequeño afinador de almas pequeñas».


Miguel ‹Elrayoquenocesa› Hernández 1
Escribir El rayo que no cesa fue una hazaña de un hombre de apariencia vulgar que escondía en su interior de madera de héroe muy humano a un auténtico poeta de época.
El español Miguel Hernández escribió los poemas que forman parte de la edición que he leído de El rayo que no cesa poco antes de la Guerra Civil española que le iba a matar, entre 1934 y el ya fatídico año 36. Pero no es exacto, al poeta orihuelano le mataron los que ganaron la guerra y la provocaron directamente. Aunque esto no viene a cuento a la hora de hablar de este poemario excelso, me he creído en la obligación de hacerlo. Porque si uno lo lee sabiéndolo, uno se percata de lo aborrecible de aquellos tiempos, de aquellos seres humanos capaces de acabar con los días de cuantos se opusieran a sus intereses vetustos, miedosos, llenos de un odio terrible. Aquellos tiempos en los que Miguel Hernández escribía la dolorosa hermosura de sus poemas conmovedores. 
Dicho esto, he leído El rayo que no cesa como si tal cosa. Sin querer saber más de lo poco que sé sobre su autor, tan escasamente muerto pese a llevar tantas décadas moribundo. Espléndido en su altura de pequeño afinador de almas pequeñas.
Después de disfrutarlo muy lentamente, me entero de que este libro es fruto de una inmensa crisis humana, la de su autor y sus manos de hombre capaces de iluminarnos el «desplumar arcángeles glaciales» de una «nevada lilial».
El rayo que no cesa, de Miguel Hernández, un poemario excelso que no cae en el olvido y que provoca admiración en el #lector. @ibanezsalas nos cuenta lo que le ha sugerido la obra del poeta oriolano. Clic para tuitear
Miguel ‹Elrayoquenocesa› Hernández. El rayo que no cesa

Los silbos

De las poesías publicadas en 1934 y 1935 en El Gallo Crisis llego directamente al fabuloso y enorme ‹El silbo de afirmación en la aldea›, que me atrevo a masacrar al resumirlo así, como un ejercicio descarado de antipoesía que ya anuncio imperdonable:

Me seguían lujurias y cláxones,
deseos y tranvías.
¡Ay, cómo empequeñece
andar metido en esta muchedumbre!
Y miro y sólo veo
velocidad de vicio y de locura.
Lo que haya de venir, aquí lo espero
cultivando el romero y la pobreza.
Mi vida humilde, y por humilde, muda.
De 1934 es ‹El silbo vulnerado› y sus veinticinco sonetos impecables. ¿Impecables? Hasta Miguel Hernández (nunca lo llamamos Hernández a secas, ¿te das cuenta?) se permite pareados infames como este:

«que estoy triste,
lo mismo que un canario sin alpiste».

Que el tupido velo sea corrido y sea muy tupido él de por sí.
Deconstruyo también ‹El silbo vulnerado›, del que poco puedo decir que no diga semejante reunión de sonetos de fuego y flor al que retitulo ‹Tu corazón, una naranja helada›:

Me huele todo el cuerpo a recienhecho,
hace un olor que enamora.
¡Cuánto penar para morirse uno!
La tierra umbría
desde la eternidad está dispuesta
a recibir mi adiós definitivo
hecho una pura llaga campesina.
Así me quedo yo solo y maltrecho,
te me mueres de casta y de sencilla,
yo te libé la flor de la mejilla.
El fantasma del beso delincuente,
(soy un) ángel en rebelión,
tengo estos huesos hechos a las penas.
Adiós amor, adiós hasta la muerte.

El poema ‹El silbo de las ligaduras› cierra la colección de sonetos ‹El silbo vulnerado›. Sí, así es… Y acaba de esta manera:

        Cuando mi cuerpo vague
asunto ya del aire.

Miguel Hernández, espléndido en su altura de pequeño afinador de almas pequeñas. «Cuando mi cuerpo vague / asunto ya del aire». El rayo que no cesa, según @ibanezsalas. Clic para tuitear

El rayo

Y llegamos, llego yo, a los veintinueve poemas de lo que es propiamente El rayo que no cesa, el poemario que da título al libro que ha quedado canonizado tal y como te describo. El rayo que no cesa, que yo he sido capaz de dejar reducido a un único poema, al que podría llamar si me placiera ‹Mi corazón vestido de difunto›:
¿No cesará este rayo que me habita?
Este rayo ni cesa ni se agota.
Ir a tu corazón y hallar un hielo.
¡Cuánto penar para morirse uno!
Entro y dejo que el alma se me vaya,
voy entre pena y pena sonriendo,
te me mueres de casta y de sencilla,
yo te libé la flor de la mejilla
[¿de qué me suena a mí esto?].
Quiero que vengas, flor, desde tu ausencia,
una humedad de femenino oro…
Adiós amor, adiós hasta la muerte
[¿y esto otra vez?].
Como el toro he nacido para el luto,
como el toro burlado, como el toro,
mi corazón vestido de difunto.

Elegía y final

El último de los poemas de El rayo que no cesa fue escrito el 10 de enero de 1936, es el famosísimo ‹Elegía›, tan bien musicado y tan bien cantado y tan bien sentido por quien dedicara dos de sus magníficos elepés a cantar los poemas de Miguel Hernández, otro poeta, el músico, el cantor Joan Manuel Serrat. No puedo evitar hacer dos cosas: reproducirlo completo y permitirte que escuches la versión descomunalmente humana que de él hizo Serrat. Dos gigantes y una poesía universal, poderosamente sublime:
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Del ‹Soneto final› que cierra esta edición de 2012 que yo he leído, heredera de la ya clásica y canónica de este libro incandescente de título inolvidable, El rayo que no cesa, yo me quedo con estos tres versos:

…y tanta ruina
no es por otra desgracia ni por otra cosa
que por quererte y sólo por quererte.



José Luis Ibáñez Salas

Director de Anatomía de la Historia

viernes, 1 de noviembre de 2019

Miguel Hernández en la cultura de nuestro tiempo. Jueves 7-11-2019, en Alcalá de Henares

Alberto Chessa Sánchez (poeta Lincencauido en Filología Hispánica) José Luis Zerón Huguet poeta. Fundador de revista "Empireuma" y "La Luceran". Centro Cultural Gloria Fuertes. Avda Logroño, 179, Alclá de Henares, día 7 de noviembre a las 18.00 horas,.