Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com
Hoy 23 de septiembre José Carlos Rovira, profesor emérito de la Universidad de Alicante, publica un articulo en Opinión del diario de Información de Alicante en recuerdo de los 50 años de la muerte de Pablo Neruda, o dejo el enlace.
MIGUEL ABAD MIRÓ, INTÉRPRETE PLÁSTICO DE MIGUEL HERNÁNDEZ. Aproximación y valoración estética del artista
Por ADRIÁN ESPÍ VALDÉS Universidad de Alicante
I. - Proemio La intensa amistad -corta físicamente, en vida- que Miguel Abad Miró dispensó a Miguel Hernández se transforma con prontitud en un auténtico fervor, en emoción profunda por el hombre y por su poesía. Miguel Abad Miró es arquitecto -no lo era todavía- y es pintor extraordinario, por aquel entonces buen dibujante, de sesgo expresionista en tanto en cuanto que su obra trata de exteriorizar un cierto neorromanticismo no carente de alguna carga trágica, aunque nunca angustiada y, ni mucho menos, existencialista. Su pintura desemboca las más de las veces en una valoración y exaltación a la vez plástica y estética de las ideas personales, lo que le da o presta, sin duda, un notable valor étnico. La acentuación colorista a lo largo y lo ancho de su dilatada obra, su grafismo, nos llevan a considerar que su arte es, esencialmente, el resultado de la percepción visual convertida o traducida a forma libre, con carga psíquica evidente, emocional y subjetiva. Aunque en el caso de este pintor de Alcoy no hay que insistir en una deformación de la realidad para llegar a la expresión de los sentimientos. La belleza plástica emerge, en todo caso, y la precisión y robustez de un lenguaje esencialmente profundo.
II. - Cómo, cuándo y dónde conoce el pintor al poeta Aunque se ha publicado en diversos medios, el propio pintor lo ha dicho en conversaciones y entrevistas, es menester insistir en ello: «Yo conocía a Miguel Hernández sólo de oídas, como un poeta que se destacaba... en una ocasión un periodista amigo me invitó a participar en la tarea de ilustrar un libro con mis dibujos, era Poesía de la Guerra. Había varios poemas y yo elegí Canto a Méjico, de Machado, y Las manos, de Miguel. El poema de Miguel Hernández me impresionó mucho, y a su autor le impresionó también mi dubujo. Así nació nuestra fugaz amistad. Las cuatro o cinco veces que vino a Alicante estuvimos juntos; eran visitas con prisas y urgencias...»1. En efecto: al pintor se le ofrece la oportunidad de interpretar gráficamente al poeta de Orihuela. Es el poema fechado en Madrid en 15 de febrero de 1937: Dos especies de manos se enfrentan en la vida, brotan del corazón, irrumpen por los brazos saltan y desembocan sobre la luz herida a golpes y a zarpazos. La lectura, aún hoy, de estas tremendas palabras le impresionan a Miguel Abad. Idea, en efecto, dos manos, una de espaldas, escorzada, curtida y cortada por mil eventualidades, fuerte y viril, musculosa, que entiende que es la mano del obrero, del trabajador; la otra, en contraposición, resulta blanda, fofa, está cuajada de joyas, diseñada incluso con blandura, como de «relicario», afirma el propio autor. Es la mano que es «herramienta del alma», las «laboriosas manos de los trabajadores», las manos que «caerán sobre vosotros con dientes y cuchillos», la mano que le llena plenamente. Los orígenes más remotos y más cercanos de toda esta experiencia artística, hay que situarlos en torno a la figura de Antonio Blanca Pérez, director de «Nuestra Bandera», diario del P.C. que se tiraba en unos talleres de la calle Quintana donde luego, a partir de mayo del 39 se tiraría el periódico «Información». Blanca era también secretario del «Ateneo», ubicado entonces en un edificio muy cercano al Ayuntamiento.
En septiembre de 1937 el estudiante todavía de arquitectura Miguel Abad va a Alicante, y es cuando Blanca informa al alcoyano que el Socorro Internacional solicita la colaboración de dibujantes para ilustrar un libro de poesía de guerra para ser lanzado con un sentido más bien propagandístico, incluso «panfletario». Es el libro del que se hace cargo «Modernas Gráficas Gutemberg»: «Acabóse de imprimir esta colección de versos de nuestra Guerra, / en Alicante a 1 de Diciembre / de 1938...», y en esta breve antología, perfectamente seleccionada, en la que también figuran ilustraciones de Manuel González Santana, Melchor Aracil, Manuel Albert, Tomás Ferrándiz, que firmaba en tal época como «Mus» -de «Tomus»-, y poemas de Gabriel Baldrich, Leopoldo Urrutia, etc., se dice del ilustrador de Las manos'. «De Abad Miró lo poco que vamos conociendo nos lo revela como un artista de inspiración pura: libre de influencias, descentrador, de los últimos movimientos artísticos y técnicos, en las artes plásticas; en su dibujo, en este libro (pág. 22) hay vigor expresivo y una matización de modulaciones varias que, no obstante la diversidad de gesto, aparecen unidas por esta característica: su actitud contenida, sofrenada, de refinada concentración íntima en su caliente expresión»2. Un barroco discurso, sin duda, quizá la primera crítica que se le hace al pintor, pero crítica que apunta, precisamente, hacia esos parámetros de la expresividad y el expresionismo que más arriba hemos indicado.
-III. Se incrementa la amistad Hernández-Miró. «El rayo que no cesa» Blanca hace las presentaciones de Miguel Hernández y Miguel Miró un día. «Eran visitas con prisas y urgencias». Miguel Hernández tiene un hijo, pequeño y desnutrido, y, sin embargo, por su carácter y manera de ser es incapaz de pedir ayuda. Abad le acompaña a «Socorro Rojo». Leche en polvo, acaso unas galletas, productos de primera necesidad para un niño. Es éste un contacto directo, tremendamente humano. Luego, vinieron otros, esos «cuatro o cinco» que el pintor señala. El más inmediato vuelve a tener por interlocutor a Antonio Blanca, en el domicilio de éste. Era una tertulia reducida en donde se recitaban versos y se hablaba de música. Allí acudía Rodríguez Albert, el periodista Eusebio Oca. Y en el transcurso de una de estas reuniones Miguel Hernández declama unos versos de su poemario El rayo que no cesa. Dice Abad Miró que todos quedaron como «helados por la emoción». La musa erótica del poeta de Orihuela fluía, aparecía y se desvanecía en aquel ambiente culto y sosegado de una España en guerra, y en guerra consigo mismo, contienda perversa como asegurara mucho tiempo antes el humanista Juan Luis Vives: «La guerra entre hermanos es perversa, y va contra toda ley». Abad apunta que tales versos son absolutamente plásticos, enormemente pictóricos. Rodríguez Albert insiste en la musicalidad de los mismos, y Blanca propone una edición ilustrada por Miguel Abad, como dibujante, y por Rodríguez Albert de forma musical. Las circunstancias hacen que, ocasionalmente, Rafael Alberti esté en Alicante. Se asegura que va a ser designado ministro de propaganda de la República, el primer ministro al frente de esta parcela tan decisiva en la guerra civil, ya que hasta entonces no existe sino una dirección general. A él se le expone la idea, que acepta de inmediato. El proyecto, sin embargo, queda en mero proyecto sin posibilidad de convertirse en realidad, dado que a los pocos días Alberti sale de Alicante acompañando a Pasionaria. Acaso serían los primeros días del 39. No obstante El rayo que no cesa no para en absoluto de latir, de estar presente en el subconsciente de Miguel Abad. No es éste ni aquél poema en concreto. Son todos. Años después el pintor ingresa en el Reformatorio alicantino -celda 41, primera galería- y allí continúa martilleándole el poemario de Hernández. No ha coincidido con él en la cárcel, pero recordando aquella reunión en el domicilio de Antonio Blanca, acariciando aquél proyecto fallido de una edición con dibujos suyos, en 1942 Miguel Abad realiza unos bocetos a lápiz -dibujos pequeños- que se configuran en una ilustración dinámica y simbólica a la vez. El dibujo, es menester señalar, es producto también de diecinueve días de incomunicación total a causa del piojo verde y el tifus exentemático: 4.000 presos, doce en cada una de las celdas que estaban capacitadas únicamente para cobijar a uno.
Tu corazón una naranja helada... Mi corazón una febril granada... Toda la hondura -y el gran contraste- de estos versos están inspirando el dibujo. Acaso la amargura del poeta enamorado, su furor amatorio resbalando ante la mujer -objeto de su propia poesía- que no entendía o no alcanzaba los ardores del amante. La alegoría3 ofrece una lectura relativamente fácil por la utilización gráfica de unos símbolos, cinco en concreto, que mantienen una perfecta unión e interrelación entre sí, y son perfectamente asequibles. Intentemos la descripción y numeremos tales elementos: 1. - El árbol. 2. - La mujer. 3. - El caballo. 4. - El toro. 5. - La pareja de enamorados. L- Es un árbol enhiesto, de pie, recto, poblado de verdor y con las raíces fuertemente hundidas en la tierra esponjosa y fértil. A él queda unido, atado por las bridas, un caballo de hermosa estampa. 2. - La mujer -su mujer Josefina Manresa- constituye la figura central de la composición. También de pie, un tanto impávida, envuelta en su túnica talar y su vesta mediterránea. No entiende, no sabe, no se identifica con nada ni con nadie. Está en la escena pero acaso, desgraciadamente, no participa en ella. 3. - El corcel, trotador, en posición de «corveta», intenta la huida pero amarrado al árbol no puede zafarse de sus ataduras. Es la estampa de la libertad, del aire puro, frenada aquélla, contaminado éste. 4. - El toro que muge se doblega, no obstante, rodeando a la mujer -la musa- que parece asustada. Es el «eros» de Miguel, es el propio poeta, su corazón «de exasperadas fieras». -5. Una cierta función didáctica ofrece el abrazo, apasionado, de la joven pareja, en un plano muy secundario, a lo lejos, que contempla toda esta disposición tan cercana al mundo de la mitología y del simbolismo, y que no es otro, sin embargo, que el mundo en el que triunfa el amor o en el que el amor lo es y lo configura todo. La ilustración de Miguel Abad no es pues sino una visión del mundo hernandiano, de ese amor que ni cesa ni se interrumpe, ni disminuye ni acaba. Varios sonetos -todo el libro- estaba entonces como todavía lo está hoy en la mente, el corazón, los labios de Miguel Abad. No se trata de un poema en concreto, éste o aquél, pero quizá unos versos más que otros parece que marcan indeleblemente, indefectiblemente el proyecto del artista y conducen su lápiz. Veámoslo: No cesará este rayo que me habita el corazón de exasperadas fieras... ...como espadas y rígidas hogueras hacia mi corazón que muge y grita.
"Hay intensidad en este juego intertextual con Hernández y Molina: el
poeta señala motivos, versos de Hernández, y los glosa en sus poemas
hasta el punto de articular una historia personal y literaria de la
escritura del oriolano". José Carlos Rovira
Día que se presentó en Sala Altamira de la Sede de la Universidad de Alicante/ Foto Palmeral
Manuel Parra, recibiendo el I Premio en memoria de Ramiro MuñozPilar Cortés
Manuel Parra Pozuelo, Manolo Parra siempre, ha muerto. Hace
años se adentró en una senda dolorosa de silencio y olvido, privando a
su familia, a sus muchos amigos y compañeros, de su palabra, a menudo
llena de fervor, siempre repleta de convicciones y compromiso. Ayer le
dije a su nieto, arrasado en justas lágrimas, que debería siempre
sentirse orgulloso de su abuelo. Esta es la verdad esencial. Como tantos
nos sentimos ahora orgullosos de haberle conocido, de haber gozado de
sus magisterios.
Este manchego de Socuéllamos, tras viajes y aprehensiones de
otras culturas, llegó a Alicante y se incorporó con decisión a las
raíces de su vida: su militancia comunista –PCE y EUPV- y sindical en
CC.OO. Allí supimos de la luminosidad de sus ideas, de lo infatigable de
su vehemencia y aprovechamos sus experiencias en las victorias y en las
derrotas. Dos recuerdos. Uno: su afán por convencer, que tantas veces
le llevaba a repetir: “A ver si me entiendo yo”, acompañado de un gesto
con la mano que se levantaba hasta la cabeza. Y nos solía entender y
convencer. Otro: la noche del referéndum de la OTAN habíamos sido
vencidos “los del no”; en medio de la lógica tristeza alcanzó a levantar
el ánimo con una afirmación sorprendente: “Voy a beber
sistemáticamente”. No recuerdo lo que bebimos pero, otra vez, recordó
que de nada sirve prolongar las penas.
Pero para mí Manolo es, sobre todo, el sindicalista de la
enseñanza. Más allá de organizar secciones sindicales –incluida la de la
UA- había una profunda, evidente pasión porque se reconociera la fuerza
transformadora de la educación, la capilaridad humanística del saber.
La educación, en la mente de Manolo Parra, era la condición necesaria
para que las personas, la sociedad democrática misma, alcanzaran una
dignidad digna de tal nombre. Se hizo merecedor de muchos premios, pero,
me parece, ninguno le agradó más que el primer premio “Ramiro Muñoz”,
porque llevaba el nombre de su amigo entrañable, siempre indispensable,
y, también, porque premiaba el valor de sus aportaciones en defensa de
la educación pública.
Y luego, o, mejor, siempre, la poesía, sin menoscabo de otras
obras sobre memoria histórica o crítica literaria. Poesía como empeño de
la razón y los sentidos, poesía como tarea, como vínculo con el pasado y
con el futuro. Hernandiano de pura cepa, estudió al poeta de Orihuela
con pasión irrefrenable y no ocultó su deseo de –junto a otros autores-
parafrasearlo, de apropiarse de su enjundia y sus frutos. Poesía de
raigambre hernandiana como propuesta ética: un saber y una belleza a
difundir que no ignora las circunstancias históricas y biográficas del
autor.
Este es el sindicalista poeta dicho en tan pocas palabras que,
desde luego, no alcanzan a retener una vida plena en la que muchos
tuvimos la suerte inmensa de participar. Sirva esta estrofa para una
imposible despedida:
“Sueño de tierra en vientos sacudido.
Árbol de paz en tarde fenecida.
Arista por mis ansias recorrida.
Presencia de la luz en el olvido”.
Así él, que nos deja sacudidos, en paz, recorridos de sus
desvelos y luz intensa, faro inacabable en la memoria. Que en paz goce
de una nube de banderas rojas, de pupitres y lápices y de todos los
versos del mundo.
.......................
Video:
Manuel Parra Pozuela presentó la exposición Miguel Hernández, el el corazón, En el Corte Inglés.
Se
celebran 111 años del nacimiento de Miguel Hernández, poeta
indispensable de la cultura española del siglo XX y figura que fue de
cárcel en cárcel durante los primeros años del franquismo... hasta su
muerte
La Fundación Miguel Hernández facilita nuevos materiales sobre el autorlarazon
≈ Comentarios desactivados en Fallece Manuel Parra Pozuelo
Ha fallecido nuestro compañero Manolo Parra, promotor e integrante de
la Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la Memoria
Histórica.
El profesor y sindicalista Manuel Parra Pozuelo atesora una vasta
trayectoria profesional como docente en diferentes etapas educativas,
así como una relevante labor como sindicalista, ámbitos desde los que
que impulsó la creación de plataformas unitarias en la educación
pública. Inició su trayectoria profesional como maestro y,
posteriormente, desarrolló su labor docente como profesor de Enseñanzas
Medias, siendo su último destino el de catedrático de Lengua y
Literatura Española en el Instituto de Educación Secundaria Jorge Juan
de Alicante, donde dejó una honda huella entre alumnos y compañeros.
Contribuyó significativamente a impulsar la creación de la Federación
de Enseñanza de CCOO, desde la que luchó por la defensa de los
intereses de los trabajadores del sector y por facilitar el acceso a la
educación en sus diferentes niveles de las personas y colectivos con más
dificultades económicas y sociales.
Como representante sindical en el Consejo Social de la Universidad de
Alicante, fue un firme defensor de esta institución, especialmente en
la etapa de confrontación con el Consell de la Generalitat durante el
mandato de Eduardo Zaplana.
Una trayectoria que ha sido reconocida con diferentes premios y
distinciones, entre ellos el Premio Ramiro Muñoz en defensa de la
enseñanza pública, en su primera edición, convocado por el sindicato
CCOO-PV y la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC) de Alicante.
Manolo Parra es, además, un reconocido poeta y escritor. Sus últimos
trabajos poéticos se han publicado en numerosas revistas virtuales e
impresas, entre otras, Voces y Auca, de cuyo grupo
literario ha sido coordinador. Ha obtenido numerosos premios, entre los
que cabe destacar el primer premio y la flor natural de los Juegos
Florales de Ciudad Real (1963), el premio Vicente Mojica (1992) o el
premio Amantes de Teruel (1993). Además, ha publicado estudios de
crítica literaria y crónicas históricas, entre los que destacan los
trabajos sobre Pedro Lezcano Montalvo, Juan Alcaide Sánchez y Miguel
Hernández.
También es autor de otros estudios de Crítica literaria, como Algunos de los nuestros (2006), Miguel Hernández: una nueva visión (2010) y En torno a Miguel Hernández (2012). Así mismo, ha redactado Crónicas históricas como la Historia de la Federación de Enseñanza de CCOO del País Valenciano (1998) o La resistencia antifranquista y las Comisiones Obreras del País Valenciano (2007)
Como integrante de la Comisión Cívica ha contribuido a mantener viva
la historia de nuestro pasado reciente (II República, Guerra Civil y
Dictadura franquista) en Alicante, analizar sus causas, desarrollo y
consecuencias y transmitir sus lecciones y legados, así como a fomentar
el estudio, la investigación y la difusión de los hechos vinculados con
la memoria histórica y democrática, especialmente de aquellos
silenciados y ocultos por causa de la represión.
Se va una buena persona, de arraigadas convicciones, luchadora
infatigable por los derechos y libertades de sus conciudadanos y un
talante socarrón inconfundible.
La despedida civil tendrá lugar el lunes, 11 de septiembre de 2023, a
las 17.30 h., en el tanatorio la Siempreviva de Alicante (próximo al
Cementerio Municipal).
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PACÓ MOLLÁ, POETA DE PETREL
Biografía en Wikipedia
Francisco Mollá Montesinos, más conocido como Paco Mollá, nació el 1 de marzo de 1902 en Petrel (Alicante), fue un poeta español. Hijo de Francisco l'Hereu y Magdalena, un matrimonio humilde que vivía
en el n.º 16 de la calle Agost.
En 1908 la familia emigró a Brasil, para trabajar en la zona de
cafetales de Sao Paulo, donde tampoco asistió a ninguna escuela, pero
aprendió a leer y escribir a pesar del duro trabajo en la hacienda.
La lectura de los poetas portugueses João de Deus Ramos, Antero de Quental y Teixeira de Pascoaes, junto con clásicos españoles como Fray Luis de León,
en mitad de una naturaleza feraz, inspiraron sus primeros poemas. Pero
cumplidos los dieciocho años, la familia decidió regresar a España y
Paco dejó allí enterradas a dos hermanas, Cecilia y Magdalena, quedando
atrás su primer amor idealizado, la bella Jandira. Instalados en el n.º 3
de la calle de la calle Mayor, de nuevo en el pueblo que le vio nacer
para orgullo de sus habitantes, aprendió el oficio de montador mecánico
en la fábrica de calzados de Rodolfo Guarinos, en Elda
Realizó el servicio militar en Valencia y, por fin, en 1929
contrajo matrimonio con su compañera del alma, Justa Beltrán Tortosa,
sin que en la larga andadura de su amor hubiera hijos. Al iniciarse la
contienda civil, se alistó como voluntario en Sanidad, ascendió a
sargento y, posteriormente, a comisario político en el frente del
Guadarrama. Fue allí donde murió su hermano Bonifacio y donde contrajo
una grave enfermedad pulmonar cuyas secuelas arrastraría de por vida.
Fue a parar a la cárcel, pese a que jamás se probó su implicación en la
quema y destrucción de la capilla de Rabosa, y en el Reformatorio de
Adultos de Alicante tuvo su escuela poética, en compañía de presos como
Francisco Ferrándiz Alborz, José Capilla, Jorge Llopis y Miguel Hernández,
bajo la guía de Vicente Clavel, situación que reactivó su honda vena
poética. Trasladado a Carabanchel, salió de prisión el 16 de septiembre
de 1946 y su querida Justa fue a reunirse con él. En 1950 regresaron al
valle y se instalaron en Elda, comenzando a colaborar en periódicos y
revistas de la comarca, hasta que por fin pudo volver a Petrer, el
pueblo amado.
En 1967 publicó sus poemas en la antología titulada Cuando las
yemas revientan junto a Enrique Amat, Gabriel García Romeu y el
sacerdote Jesús Zaragoza, recopilador del volumen. A su debido tiempo
llegaron Orto en 1975, Luz en la senda y Alma en 1980, Canciones del
valle y Canciones del camino en 1988, así como Últimos poemas en 1991,
publicado póstumamente.
Tras una vida de intensa búsqueda del amor y la belleza, el poeta Paco Mollá falleció el 22 de diciembre de 1989 en el hospital de Elda.
El Ayuntamiento de Petrer organiza anualmente el Certamen de Poesía Paco Mollá.
Paco en el frente republicano de Guadalajara
En su defensa, Paco reconoció haber pertenecido a una logia eldense
durante sólo 20 días del año 1932, pero que tal hecho -dice- no había
significado absolutamente nada en sus ideas y en su vida, puesto que
había acudido a las reuniones tan sólo por curiosidad y por su afán de
aprender, ya que creía que era una sociedad cultural y filantrópica; por
ello -explicó-, en cuanto conoció sus características, se dio de baja.
También creía Paco que su actividad en la guerra no habría de ser
motivo de condena. Con 35 años se alistó como voluntario en Sanidad. Se
le envió al frente del Guadarrama y allí se le nombró sargento en su
batallón -la 30 Brigada, 2a División- y allí vio morir a su hermano
Bonifacio. Enfermo crónico de asma, padeció una pulmonía y fue
trasladado a un hospital de Madrid, donde quedó como delegado político
suplente dentro de la Compañía de Sanidad. El propio Paco alegó en su
defensa que nunca tuvo en sus manos un arma sino cuando, en una noche de
julio de 1936, se quedó en la casa del párroco de Petrel, don Bartolomé
Muñoz, defendiéndole de posibles atentados; pese a lo cual, el
sacerdote fue asesinado cerca de Villena el 6 de septiembre de 1936 por
milicianos de Petrel y Caudete. [El 13 de agosto de 1936 fue asesinado en Elda el suegro de Miguel Hernández].
La última acusación, su participación en la confiscación, primero, y
posterior destrucción de la imagen religiosa de Rabosa, no se pudo
probar. Aunque la defensa que hizo Paco de sí mismo era débil, ningún
testigo pudo relacionarlo con el activo concejal y ferviente
revolucionario que fue Pascual González, a quien juntamente con otros
miembros de las JJSS se le atribuía la ejecución de tales actos.
A pesar de que ninguna prueba resultó fehaciente, Paco fue condenado a
30 años de reclusión mayor, pero por su presunta adscripción a la
masonería se le privaba de la redención de penas por el trabajo, a la
libertad condicional e incluso a las visitas íntimas de su esposa.
Podemos seguir todo el desarrollo del proceso a través de la carta que,
casi dos años después de los hechos, Paco envió a su más querido amigo
en aquellos momentos: Doroteo Román.
El poeta en la cárcel
En Petrel (Alicante), al acabar la guerra civil, muchas de las personas que se habían
distinguido en la defensa de los ideales republicanos fueron confinados
en el cine de verano que había en la Explanada. Bastantes dirigentes
municipales, líderes de los sindicatos obreros o simples particulares,
habían huido de la ciudad a finales de marzo. Algunos no tuvieron tiempo
de salir de España y sufrieron la cárcel o la muerte, otros vivieron un
largo exilio en Francia, Marruecos o Hispanoamérica. Ciertamente la
reclusión en el cine de verano era el medio de control y ficha de todas
las personas significadas en el bando vencido. Petrel, que había vivido
unos hechos sangrientos durante la guerra y que había sido un pueblo en
el que «hasta las piedras eran socialistas» (El Mundo Obrero,
30 de noviembre de 1929), vivió una dura represión. No obstante, pronto
empezaron también las cartas de libertad para gran parte de los
encarcelados, mientras que otros, con proceso abierto, eran conducidos a
otras prisiones.
Paco Mollá fue uno de los que vivieron esa situación. A finales de
mayo de 1939 fue puesto en libertad sin cargos significativos, pero se
sentía muy incómodo en Petrel por la actitud de algunos de sus paisanos
que no perdonaban a la familia Mollá el papel que alguno de los hermanos
jugó durante la guerra (Paco había sido presidente de las Juventudes
Socialistas ya antes de la República, Bonifacio murió en el frente y
Vicente había logrado escapar a Argentina). Por ello, en septiembre de
1939 Justa y Paco se fueron a Elche, donde creían poder rehacer sus
vidas mejor que en Petrel, pero Justa no se hacía a vivir allí y la
pareja volvió al pueblo a principios de 1940. Inmediatamente Paco fue
acusado por determinados convecinos de haber participado en la quema y
destrucción de la capilla de Rabosa y de otras actividades políticas y
hechos violentos.
Paco y Justa en Madrid, 1946.
Sin ningún tipo de juicio, a mediados de febrero fue llevado a la
plaza de toros de Monóvar, convertida en prisión, donde pasó vanos meses
antes de ser trasladado a Alicante [Reformatorio de Adultos de Alicante donde estuvo preso Miguel Hernández]. A pie, Justa iba a verlo a Monóvar
casi todos los días para llevarle algo de comida, y de esos amargos
momentos dejó Paco testimonio en tristísimos poemas. Existe un curioso
documento, fechado el 24 de septiembre de 1940 por el director del
campo penitenciario de Monóvar, en el que se le concede a Paco el Premio
de Honor del certamen literario celebrado con motivo de la festividad
de la patrona de los reclusos (Virgen de la Merced).
Muerte del poeta Paco Mollá
El viernes 22 de diciembre de 1989. Esa tarde, cuando un sol que
había brillado cálido comenzaba a ocultarse, un hombre de 87 años
entraba en la eternidad desde la habitación 412 del hospital de Elda.
Paco Mollá, el poeta más líricamente puro que ha dado Petrel, dejaba su
rostro mirando al valle, reflejada en sus ojos la luz dorada de la
Sierra del Cid. Eran las cinco de la tarde, la hora de los encuentros.
Paco se reencontraba con Justa, la esposa que sólo ocho meses antes le
había precedido en el camino hacia lo Absoluto.
Ha pasado el tiempo, ahora mismo se cumplirán trece años de su muerte
y el uno de marzo pasado debimos celebrar el centenario de su
nacimiento. Se han escrito, es cierto, bastantes artículos y algún que
otro libro sobre la vida y obra de Paco pero quedan todavía muchos
aspectos por estudiar; Paco Mollá es un ejemplo de vida, de compromiso
con el ser humano, de acendrado amor a la naturaleza. Lo necesitaremos
siempre como modelo vital. Y en cuanto a su obra… yo no creo que una
obra de la categoría de la de Mollá se disuelva en el olvido, podrá
quedar sumergida durante más o menos tiempo pero finalmente emergerá
poderosa porque tiene la forma y el contenido que la hacen ser poesía
necesaria y verdadera. Queda mucha labor por hacer: siguen sin recogerse
en un corpus único todos los poemas que Paco publicó en distintas
revistas o los muchos inéditos escritos en cuadernos que espero que no
se hayan perdido. Y está absolutamente por trabajar su breve pero
intensa obra narrativa.
Hay, pues, mucho trabajo por hacer en cuanto a la edición y estudio
de su poesía, pero es necesario también seguir investigando aspectos
biográficos que condicionaron su obra. Hoy quisiera, como homenaje en su
centenario y desde esta revista en la que tantas veces colaboró,
contribuir con nuevos documentos a dar a conocer a los interesados una
etapa decisiva de nuestro poeta: su estancia en la cárcel y el comienzo
de su obra. Estas páginas son parte de una investigación sobre la
narrativa de Paco que espero dar pronto a la imprenta.
DON VÍCTOR VIÑES SERRANO, Director de segunda dase del Cuerpo de
prisiones, con destino en el Campo Penitenciario de Monóvar (Alicante)
VIAJE
Llegando a la total ausencia mía,
mirando ya sin ver peñas y pinos,
como llama hacia Dios me diluía.
Yo no sé qué recónditos caminos
en lo ignoto del espíritu andaría
que mi ignorancia se pobló de trinos,
la angustia de mi noche en alegría
y miel inmensurable mis espinos…
…No supe del regreso; ni sé nada
de la región por mi «otro» visitada,
mas se me duerme como un niño el viento…
El mundo es ya un espejo oscurecido
donde va el corazón -de un ansia herido-
entre un espiritual deslumbramiento.
Como
si del propio poeta se tratara, en aquellos momentos de las Misiones
Pedagógicas, la poesía de Miguel Hernández comienza un recorrido por
localidades pequeñas de la provincia de Jaén. Pegalajar, Albanchez de
Mágina, Torres, Bedmar y Garcíez, serán los lugares afortunados.
Esta
actividad, iniciativa de la diputación de Jaén y la Fundación Legado de
Miguel Hernández, cuenta con portas como Germán Terrón o Felicidad
González, además de la actuación dc cantautoras. Del 7 al 10 de
septiembre se desarrollará en las plazas de cada pueblo con asistencia
libre.
Pegalajar, uno de los lugares donde irá la poesía de Miguel Hernández
Poesía
y prosas de Carlos Fenoll (recopiladas por Manuel Molina, y ampliada
por María Dolores García Selma en su tesis de licenciatura y Ramón Palmeral.
1929: -“Canto al nuevo jardín oriolano”.Actualidad.Orihuela, 6 de junio.Nº 68. -“La verbena”. Actualidad.Orihuela. 4 de agosto. Nº 72. -“La barraca vieja”. Actualidad.Orihuela, 12 de septiembre. Nº 96. -“Las rosas de su patio”. Renacer.Orihuela, 7 de diciembre. Nº 5. -“María Cayuelas”.El Pueblo de Orihuela, 9 de diciembre,(se omite el Nº 95). -“Tradición”. El Pueblo de Orihuela, 23 de diciembre. Nº 96. -“La sonata Pastoril”. El Pueblo de Orihuela, 23 de diciembre. Nº 96.
1930: -“Oriolana”. Actualidad. Orihuela, 2 enero. Nº 97. -“Monserratica”. Actualidad. Orihuela,16 enero. Nº 99. -“La espera”. Actualidad. Orihuela, 6 febrero. Nº 102. -“Ramo de rosas”, El pueblo de Orihuela, nº 103 10 de febrero. -"Mariquilla", El Pueblo de orihuela, nº 105, 24 de febrero -“Jueves de carnaval”. ” Actualidad. Orihuela, 27 febrero. Nº 105. -“Galas primaverales”. Actualidad. Orihuela, 27 de marzo. Nº 109. -“Juventud”.Voluntad. Orihuela, 30 marzo. Nº 2. -“Es mi poesía”. Actualidad. Orihuela, 3 de abril. Nº 110. -“Clarines”. Voluntad. Orihuela, 15 de abril. Nº 3. -“Recital”. Actualidad. Orihuela, 17 de abril. Nº 112. -“Pascua de mona. Amor vino y guitarras”. El Pueblo de Orihuela, 23 de abril. Nº 113. -“El hospicio”. Voluntad. Orihuela, 30 de abril. Nº 4. -“Biblioteca”. ” Actualidad .Orihuela, 8 mayo. Nº 115. -“Petición”. Actualidad .Orihuela, 29 mayo.Nº 118. -“Inspiración”. Actualidad. Orihuela,12 de junio Nº 120. -“El campanario de San Juan”. El Pueblo de Orihuela,16 de junio. Nº 121. -“Emilio Carrere”. Voluntad. Orihuela, 30 de junio. Nº 8. -“Levantina”. El Pueblo de Orihuela,9 de julio. Nº 124. -“Vieja mesa de café”. Actualidad. Orihuela,10 de julio Nº 123. -“Teresa”. Actualidad. Orihuela, 31 de julio Nº 126. -“Canción a mi vida”. Actualidad. Orihuela, 21 de agosto. Nº 128. -“Noche de feria”. El Pueblo de Orihuela, 27 de agosto. Nº 130. -“Hospital. Canciones de noche”. El Pueblo de Orihuela, 2 de septiembre. Nº 131. -“Gabriel Miró en su obra Las cerezas del cementerio”. El Pueblo de Orihuela,30 de septiembre. Nº 135. -“Profanación”. Actualidad. Orihuela, 30 octubre. Nº 138. -“El monstruo del silencio”. Actualidad. Orihuela, 6 noviembre. Nº 139. -“A España”. Actualidad. Orihuela, 13 noviembre. Nº 140. -“El vigía”. Destellos. Orihuela, 15 noviembre. Firma “Delfín”. -“La columna rota”. Destellos. Orihuela, 15 y 30 de noviembre. Firma “Carlos de aquí”. -“Trallazos”. Destellos. Orihuela, 15 de noviembre. -“Desvelo”.El Día. Alicante, 20 noviembre. 1931: -“Esta noche”. El Pueblo de Orihuela, de enero. -“Primavera en el corazón”. El Pueblo de Orihuela,2 de febrero. -“Las dos sonrisas”. El Pueblo de Orihuela,10 de febrero.
1932: -“Súplica”
1933: -“Gitana”. Isla. Hojas de artes y letras. Cádiz. Nº 2-3. Conseguido a través de José Antonio Sáez Fernández.
1935: -“Clarines de guerra y versos de paz”. El Día. Alicante, 30 de septiembre. -“Hace un año”. El Día. Alicante, 7 octubre.
1936: -“Senda del amor, sola”. Silbo. Orihuela, mayo. -“Madrigal en octavilla. Silbo. Orihuela, junio. -“Esta
vida interior”.”Quise que mi vida fuera”.”En el mar”. “Dulce fruto”.
"Poemas" Silbo. Orihuela, junio. (Librito en colaboración de Jesús
Poveda y Justino Marín (Gabriel Sijé) Orihuela, junio -“Humo de apogeo”. Ambiente. Murcia,15 de julio.
1939: -“Canto a San Bartolo”. Junio. -“De hoy para mañana”. Marzo.
1940: “Ángel de chiquilla verde”. Arte joven. Alicante, enero.
1942: -“No reposes amor”.”Se fue empañando”. -“Cristo yacente”. -“Evocación”. Momento. Semana Santa. Orihuela. -“A la mujer alicantina”.Llibret homentge a la Bellea del Foc. Alicante, junio.
1946: -“ Presencia de Jesucristo en la primavera”. “Romancillo”. Semana Santa. Orihuela. -“Hora indecisa. Verbo. Alicante, agosto.
1947: -“Ramón Sijé en su vida de amor”. “Preludio otoñal”. Estilo. Elche, enero. -“Poemita provisional a Noli Ramos”. Verbo. Alicante, enero-febrero. -“Prisma de la feria”. Feria. Orihuela, agosto.
1948: -“Evocación”. Semana Santa. Orihuela. -“Recordando a Gabriel Miró”. Ifach. Alicante, mayo-junio.
1940 -“Elegía a Gabriel Sijé”. Juventud mariana. Orihuela, septiembre. -“No reposes amor”. Juventud mariana. Orihuela, diciembre. 1951: -“Clarines”.”Cristo en la primavera”. Semana Santa. Orihuela. Marchó con su familia a Barcelona.
1952: -“Reflorecer”. Semana Santa. Orihuela.
1955: -“Prólogo a “Versos en la calle”, de Manuel Molina. Ediciones Silbo. Alicante. Y están sin fechar(probablemente de antes de 1952). -“Primeros
versos para Magda”. Publicado en “Canto encadenado”. Instituto de
Estudios Alicantinos.1978. Edición de Manuel Molina. -“De entre los días venturosos”. “Herido va por el aire”. Recogidos en la misma obra- -“Soneto a Josefina”. En “Vida, pasión y muerte de un poeta” de Jesús Poveda.
1956.- Antología de poetas, incluye a Carlos Fenoll, "Verbo", abril y mayo de 1956 1973.- Antología de la poesía alicantina actual (1940-1972), de Manuel Molina.
Recopilación de Ramón Fernández Palmeral, 8 de agosto de 2023
Enlace al libro Biográfico: "Carlo Fenoll: Trayectoria Vital y Poética" Ayuntamiento de Orihuela. (En la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en PDFe impreso disponible en Amazon)