Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

lunes, 26 de marzo de 2012

In Memoriam: a Miguel que muere solo

Así dedicó el profesor italiano Antonio Fantucci, profesor de la Universidad de Murcia, su poema 'Mane, Domine, Nobiscum' inspirado por la muerte del gran poeta español Miguel Hernández. Publicado en la revista "Momento" de Semana Santa de 1942, el Domigno de Ramos, un día después de la muerte de Miguel.

Años más tarde, el Sumo Pontífice Juan Pablo II publica su Carta Apostólica MANE DOMINE NOBISCUM al Episcopado, al Clero y a los fieles para el Año de la Eucaristía 2004-2005.

En su introducción comienza: “Quédate con nosotros, Señor, porque atardece y el día va de caída» (cf.Lc 24,29). Ésta fue la invitación apremiante que, la tarde misma del día de la resurrección, los dos discípulos que se dirigían hacia Emaús hicieron al Caminante que a lo largo del trayecto se había unido a ellos. Abrumados por tristes pensamientos, no se imaginaban que aquel desconocido fuera precisamente su Maestro, ya resucitado”.

Escribo estas notas a pocos días de la Pascua, luego de conocer que en Orihuela - su pueblo - la Casa natal de Miguel Hernández se encuentra en estado de abandono, pese a los anuncios sobre su restauración, y a las intenciones de fundaciones y otras instituciones.

Un extraño documento de la Prisión de Alicante donde falleciera Miguel a los 31 años cuenta que los médicos no pudieron cerrar sus ojos después de muerto.¿Estarán cerrados los nuestros?
No soy español, no me considero por tanto juez del abandono de los tesoros de esa nación, pero como persona, como ser humano considero que todos aquellos que día a día vemos con espanto como la guerra, el terrorismo y la miseria siguen asolando el planeta tenemos la obligación de manifestar nuestro dolor ante la pérdida cultural que representa.

Perito en Lunas, así titulo Hernández a su primer trabajo, más tarde describiría magistralmente las miserias de la guerra fraticida, el hambre con que su mujer alimentaba a su hijo, la desesperanza de un cuerpo “tiznado” por la pena. “Cuanto penar para morirse uno”

No conozco Orihuela y tal vez nunca pueda hacerlo, pero reclamo por el derecho de mis hijos y del resto de las personas de esta Tierra a preservar la memoria de aquellos que cómo Miguel Hernández iluminaron con su arte las épocas más oscuras. Permitamos a Miguel quedarse con nosotros o mejor quedémonos con él.