Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

lunes, 30 de diciembre de 2013

El final de año de 1932, Federio García Lorca estuvo en Alicante con La Barraca

Foto realizada por Juan Guerro Ruiz


FEDERICO GARCÍA LORCA CON LA BARRACA EN ALICANTE
                                   Por Gaspar Peral Baeza

Pubicado en la revista PERITO nº 9 del 9 de octubre de 2006
 


 TEXTO:


     En el diario local EL LUCHADOR de 28 de diciembre de 1932 se publicó una noticia con el titular siguiente: “Ha llegado a Alicante ‘La Barraca’. Teatro Universitario”.

     La Barraca la formaban, como actores, un grupo de estudiantes universitarios que aprovechaban sus vacaciones para llevar a los pueblos de España el esplendoroso repertorio de nuestro teatro clásico. Estaban  dirigidos por Federico García Lorca, y  co-dirigidos por Eduardo Ugarte (yerno del ilustre autor teatral alicantino don Carlos Arniches al estar casado con una hija de éste, Pilar). Nació este itinerante grupo teatral, no profesional, como una sección  de la Unión Federal de Estudiantes Hispanos. Comenzó su andadura escénica en Burgo de Osma (Soria) el 10 de julio de 1932, una vez  que se consiguió el impulso y la subvención del Ministerio de Instrucción Pública, cuya cartera la ocupaba don  Fernando Giner de los Ríos.
     En Alicante presentó dos programas, que detallaba el anuncio periodístico aludido antes. Uno, popular, a base de los entremeses cervantinos y otro “para público más restringido”, un auto sacramental calderoniano. Resulta incomprensible que en el libro dedicado a historiar a esta agrupación teatral estudiantil, La Barraca. Teatro Universitario, seguido de Federico García Lorca y sus canciones para La Barraca, de Luis Sáenz de la Calzada (Madrid, Residencia de Estudiantes/Fundación Sierra Pambley, 1998, p. 221) se diga: “VII actuación. Diciembre de 1932-enero de 1933. Itinerario: Alicante, Elche y Murcia. Sólo se llevó La vida es sueño”.  
     Las  dos funciones tuvieron lugar en el Teatro Principal, donde estaba actuando tarde y noche la Compañía de revistas de Sara Fenor que había estrenado La pipa de oro, libro de Enrique Paradas y Joaquín Jiménez, música de los compositores alicantinos Ernesto Pérez Rosillo y José María Mollá, la cual solamente fue representada a  las diez de la noche del 29 y 31 (más el 30, tarde y noche). Dejando que a las seis de la tarde de dichos 29 y 31 pudiera presentar su repertorio el grupo La Barraca.
      La entrada a las representaciones estudiantiles era gratuita,  por medio de invitación que había que recoger, también según otro anuncio periodístico, en fecha y horas determinadas, en el local del Ateneo alicantino. Por cierto, en el artículo “El Ateneo y el Grupo Teatral de Altavoz del Frente (Apuntes y recuerdos)”, de  José Ramón Clemente, publicado en la revista CANELOBRE (nº 7/8, verano-otoño 1986), se afirma, en la página 140, que  “Como estudiante mantuve contacto e incluso en cierta forma intervine en La Barraca, el teatro universitario que dirigían García Lorca y Ugarte, que poco antes de la guerra estuvo en Alicante a mis instancias y a las de la FUE (...)”.
     En la función del día 29, primera representación, se pusieron en escena los entremeses originales de Miguel de Cervantes titulados La cueva de Salamanca (decorado y trajes de Santiago Ontañón), La guarda cuidadosa (decorados y figurines de Alfonso Ponce de León) y Los dos habladores (escenografía y vestuario de Ramón Gaya).  Este último entremés se anunciaba como de Escuela Cervantina, por su dudosa atribución  al autor del Quijote. La gracia y el donaire de las breves piezas, que fueron correctamente interpretados por los juveniles actores-estudiantes, hicieron las delicias de los espectadores.
     La segunda representación, seis de la tarde del día 31 de diciembre de 1932, San Silvestre, fin de año, comenzó con la lectura de unas cuartillas, como se solía hacer siempre, por parte de Federico García Lorca, explicativas de lo que significaba el grupo estudiantil en su entrega a la difusión del teatro español del Siglo de Oro. Después de este prólogo -según la crítica, “pórtico admirable a todas las maravillas que siguiéronle”, se ofreció al público, que abarrotaba el Teatro, el auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca titulado La vida es sueño, con realización plástica de Benjamín Palencia (quien había diseñado el escudo de La Barraca: la rueda y la carátula), e ilustrado musicalmente con cantatas de la época. He de significar que la obra que aquí se montó fue el Auto alegórico y no la comedia filosófica de idénticos título y  autor. Los espectadores de aquella tarde en el Principal tuvieron la posibilidad de aplaudir a Federico García Lorca  no sólo como director de escena sino como actor, ya que interpretó el personaje de LA SOMBRA. La crítica local de entonces describió al poeta granadino “envuelto en amplios tules negros con un tocado bicorne del que pendían también oscurísimos velos”. Sin embargo, en el libro Unos pocos amigos verdaderos, de Santiago Ontañón y José Mª Moreiro, con prólogo de Rafael Alberti (Madrid, Fundación Banco Exterior, 1988, p. 147), se dice que “Federico, que iba en calidad de director, tan sólo hizo una vez de actor; por cierto, bastante mal. Hizo de la noche en el auto de Calderón y salió envuelto en unos mantos de tul, negros, que resultaban catastróficos. Nosotros le decíamos que parecía una viuda tibetana y él se reía, como siempre, con aquella sonrisa que llenaba el mundo”. En las ediciones del auto calderoniano que he consultado, el personaje  que citan Ontañón y Moreiro es LA SOMBRA y no la noche. El crítico J. Ferrándiz Torremocha, en EL LUCHADOR de fecha 3 de enero de 1933, se deshace en elogios y, entre otras cosas, dice que  el público, que llenaba por completo el aforo, “ovacionó con entusiasmo, absorto, deslumbrado, la innegable, la total hermosura del espectáculo (...) e hizo objeto de una clamorosa ovación al Ministro de Instrucción Pública que desde un palco presenció el espectáculo, testimoniando así su conformidad a esta labor de cultura que La Barraca lleva por España.”. Añadamos que don Fernando de los Ríos, Ministro de Instrucción Pública, valedor de la creación y desenvolvimiento de este teatro estudiantil, había llegado unos días antes a Alicante con el propósito de asistir a las funciones y ver la actuación de su hija Laura de los Ríos, estudiante-actriz del grupo entonces y que tiempo después contraería matrimonio con Francisco García Lorca, hermano del poeta.
     Otros dos ministros del Gobierno republicano estaban en Alicante aquel 31 de diciembre de 1932. El de Agricultura, Marcelino Domingo, y el de Obras Públicas, Indalecio Prieto. No asistieron, que se sepa, a las tardes teatrales alicantinas de LA BARRACA. (Véase, al respecto, mi artículo “Fin de año con García Lorca”, ABC,  Madrid, ed. de Alicante, 21 diciembre 1994, p. 56.  La Nochevieja de 1932 todo el grupo teatral la celebró en el Hotel Palace  de nuestra ciudad).
     Federico García Lorca hizo un gran reconocimiento del público alicantino. De él dijo lo que sigue (O.C., Madrid, Aguilar, 1962, 4ª ed., p. 1717): “Yo he presenciado en Alicante cómo todo un pueblo se ponía en vilo al presenciar una representación de la cumbre del teatro católico: ’La vida es sueño’. No se diga que no lo sentían. Para entenderlo, las luces todas de la teología son necesarias. Pero para sentirlo, el teatro es el mismo para la señora encopetada como para la criada (...)”.
     Quedan varias referencias gráficas de la estancia de Federico García Lorca y LA BARRACA en Alicante. En especial, se ha publicado mucho la fotografía tomada  en la playa de El Postiguet por Juan Guerrero Ruiz, Secretario del Ayuntamiento de Alicante y Bibliotecario del Ateneo alicantino, a quien Federico García Lorca denominó “Cónsul general de la Poesía”, en la que aparecen Antonio Blanca, periodista, José Juan Pérez, músico, director de la Orquesta de Cámara, el poeta granadino con el uniforme del grupo teatral, y Gastón Castelló, pintor. Renuncio a detallar los libros y otras publicaciones en los que aparece esta fotografía con la fecha equivocada, e incluso en el texto que la acompaña.     
     LA BARRACA y Federico siguieron su ruta artística: Elche y Murcia. Un par de  días después, el 2 de enero de 1933, en la ciudad del Segura fue donde se conocieron, en casa del periodista Raimundo de los Reyes, un poeta ya consagrado, Federico García Lorca, y un joven poeta ilusionado, Miguel Hernández, que llegaba hasta allí con motivo de la última corrección de pruebas de su incipiente libro Perito en lunas.
      A propósito: asesinado Federico en Víznar (18-19 agosto 1936), ¿fue designado Miguel Hernández director de LA BARRACA en 1937? El propio Miguel, en la Declaración indagatoria ante el Juez Militar de Prensa, en Madrid, a seis de julio de 1939,   dice que “hace constar que desde enero del 37 en que sale del 1er. Bon. Movil a marzo del mismo año estuvo en ‘La Barraca’ tratando de reorganizarla.” (Proceso a Miguel Hernández. El Sumario 21.001, de Juan Guerrero Zamora,  Madrid, Dossat, 1990, p. 81). Pero este es un asunto que excede al señalado inicialmente y del que  Aitor L. Larrabide  ya se ha ocupado en parte de un trabajo suyo, próximo a publicarse, titulado  “El laberinto inextricable de Miguel Hernández: su viaje a Rusia en la prensa alicantina y valenciana (1937)”. 

                   (Juan Guerrero Zamora y F. García Lorca en el Postiguet. 1932)

viernes, 20 de diciembre de 2013

Feliz Navidad y Próspero Año 2014

(Autor del dibujo Palmeral 2013)

Os deseo a todos mi lectores, amigos y compañeros Feliz Navidad y un Próspero año nuevo 2014.
Hay que ser optimistas, positivos y generar esperzanzas, confianza y seguridad.



sábado, 14 de diciembre de 2013

El archivo de Juan Negrín y López vuelve del exilio

Carmen Negrín, nieta del presidente del Gobierno de la República, cede los 150.000 documentos originales conservados durante siete décadas para su consulta pública

Juan Negrín, presidente del Gobierno de la República, durante una visita al frente del Ebro en 1938. / Archivo Fundación Juan Negrín

Las guerras duran menos que sus secretos. Es probable que algunos embrollos de la española se clarifiquen en 2014, cuando se cumplen 75 de su final, gracias a la apertura al público de un archivo básico, cuya mera supervivencia resulta novelesca. Miles de documentos oficiales, que el último presidente del Gobierno republicano, el socialista Juan Negrín, trasladó en varias fases a Francia, podrán consultarse a partir de febrero gracias a la decisión de Carmen Negrín, nieta del político, de ceder el fondo al Cabildo de Gran Canaria para abrirlo a la investigación. Después de dos guerras (la española y la mundial), numerosas diferencias familiares e incluso un raro episodio de asalto, el legado de Negrín ha retornado desde Francia en un carguero, que depositó las históricas cajas en un muelle de Las Palmas llamado Primo de Rivera.

Arsenal histórico

Los fondos reconstruyen la actividad del Gobierno durante la guerra: informes secretos, libros de contabilidad, fotos de bombardeos, telegramas, planos y mapas del frente o listados de prisioneros.
En el exilio, Negrín acrecentó su fondo con material sobre la ayuda a refugiados, los campos de concentración, además de cartas con distintas personalidades.
Y se diría que provocación con provocación se paga. El lugar elegido por el Cabildo de Gran Canaria para depositar los documentos es la antigua caja de reclutas de Las Palmas, un edificio que en 1936 estuvo al servicio de militares rebeldes y ahora honrará la figura de una de las bestias negras del franquismo. Ayer, Carmen Negrín, impulsora de la recuperación de la figura de su abuelo, cedió a la institución canaria alrededor de 150.000 documentos originales relativos a los años de guerra (en su mayoría) y de exilio. Para mayor seguridad, una copia será depositada en los Archivos Nacionales de Francia y otra ya está en manos del Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. Pero será la Fundación Juan Negrín, una entidad privada sin ánimo de lucro fundada en Las Palmas por un grupo de admiradores de Negrín en 1992, la responsable del uso y custodia del legado, que se prevé abrir al público en febrero, cuando se inaugure el rehabilitado edificio militar.
La memoria de Negrín vuelve así a la isla donde nació en 1892, en una adinerada saga burguesa, que le costeó estudios de Medicina en Alemania allanándole el camino hacia lo que parecía su destino: una preeminente carrera científica (Negrín formó a Severo Ochoa y Grande Covián en Madrid) que le truncaron las guerras del siglo XX. A pesar de sus simpatías conservadoras y religiosas su familia pagó un alto precio por el protagonismo político de Juan Negrín, que debió bregar con la encarcelación de su padre por el único delito del parentesco y la confiscación de buena parte del patrimonio. Aunque el político falleció sin dejar instrucciones explícitas sobre el depósito de su archivo, su nieta cree que responde a sus deseos: “Cuando se llevó los documentos fue con la idea de que la República regresaría y los papeles se devolverían al Estado”.
Un carné de Negrín / ARCHIVO FUNDACIÓN JUAN NEGRÍN
A ella, que vivió entre los tres y los nueve años con su abuelo y su pareja, Feliciana López de Dom Pablo, ni se le ha pasado por la cabeza comerciar con el legado. “No es algo que se deba vender. Tiene mucho valor y no tiene precio”, subraya. Los historiadores coinciden. Tal vez se trate de la colección documental más valiosa del exilio. “Es un archivo crucial. Negrín consiguió sacar fuera y casi mantener intacto (las pérdidas fueron menores, creo) el material de Presidencia del Gobierno, el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Defensa. Hay joyas estupendas”, opina Enrique Moradiellos, biógrafo del socialista.
Poco antes de morir, en 1956, el político comenzó a escribir sus memorias
Entre ellas, la génesis de sus memorias, que tituló Contribución a la historia de la guerra de España (guerra mundial en España), documentación oficial sobre el oro trasladado a Moscú y vendido para comprar armas. La colección alumbrará sombras sobre su ruptura con Indalecio Prieto, que había sido su mentor político, sobre la pérdida del tesoro del Vita, sobre sus relaciones con la URSS, que alimentaron el principal sambenito que acompaña su figura. También sobre su pensamiento político, más propio de un estadista que de un entregado estalinista. “Frente al rechazo de otros refugiados, él defendía que España entrase en el Plan Marshall”, afirma el historiador canario Sergio Millares, que también llama la atención sobre su respeto a la libertad religiosa. “Después de una etapa caótica, logra imponer cierto orden y da instrucciones para normalizar la vida religiosa”.
Hasta los noventa nadie ajeno a la familia tuvo acceso al fondo. Sergio Millares, que asesora a la Fundación, fue el primero en tocar los documentos que conservaba Juan Negrín jr, el primogénito del político. Durante un año los fotocopió y escaneó. En paralelo, Carmen Negrín, que había descubierto que guardaba otra parte del tesoro documental en el sótano de la casa donde vivía y donde había muerto su abuelo, invitó a Gabriel Jackson a desempolvar la historia. “Fuimos los primeros en abril aquellos fajos de papeles envueltos en periódicos del 39. Yo deshacía nudos, quitaba el polvo, lloré de emoción, fue bonito”, revive en un avión rumbo a Las Palmas, días antes de formalizar la cesión al Cabildo de Gran Canaria.
Una miniatura de la Constitución de 1931. / ARCHIVO FUNDACIÓN JUAN NEGRÍN
Tras la muerte de Juan Negrín jr, Carmen reunificó el archivo y comenzó a facilitar el acceso a algunos historiadores como Ángel Viñas, Helen Graham o Ricardo Miralles. Con cuentagotas. La familia Negrín lleva décadas instalada en la desconfianza, una reacción natural después de la demonización del político socialista que, cuando murió en París en 1956, pidió que se ocultase el hecho durante 48 horas temeroso acaso de desatar nuevas polémicas. Negrín tuvo buenos amigos, pero sobre todo tuvo buenos enemigos. Fuera y dentro de su partido, que acabaría expulsándolo como un apestado. En 2009 el PSOE devolvió a su nieta el carné de militante del abuelo.
Así que a Carmen le ha costado decidir el destino de un archivo con el que ha convivido casi toda su vida. “Al principio lo que yo quería era responder a todas las bestialidades que se decían de él y limpiar su imagen. Y pensé que en el archivo estarían las pruebas, pero al meterme en ello pensé que tenía que ser algo público y transparente”, expone.
En el pasado su tío había ofrecido el legado a Gabriel Jackson para la Universidad de California. “Pedía un precio alto pero no exorbitante en el caso de que uno pudiera asegurar que los documentos incluían importante y nueva información sobre el liderazgo político de Juan Negrín en tiempo de guerra. Al mismo tiempo que me aseguraba que así era, me dijo que no me permitiría ver los documentos y que ni siquiera me enviaría un listado de títulos o resúmenes. En esas circunstancias tuve que decirle, con profundo pesar, que no podía pedir a quienes regentaban la universidad hacer una compra cara, de la cual no podría dar una descripción completa”, revivía Jackson en un texto escrito para una exposición dedicada a Negrín en 2005.
La familia entregó documentos sobre el oro de Moscú, que el régimen ocultó
La única directriz sobre su legado que marcó el político se refería al oro de Moscú. Ordenó, a su muerte, devolver al Estado documentos que luego el régimen encerró bajo veinte llaves en el Banco de España hasta que Ángel Viñas accedió a ellos en los setenta y desmontó el gran mito del saqueo del oro por la URSS.
Entre lo devuelto figuraban el decreto firmado por Azaña y Negrín autorizando al ministro de Hacienda (Negrín) a trasladar al lugar “que estime más seguro” y “en el momento que estime más oportuno” las reservas metálicas del Banco de España, así como varias órdenes de venta de oro al Comisariado del Pueblo de Finanzas de la URSS, firmadas por Largo Caballero (mientras fue presidente del Gobierno) y Negrín.
En el archivo depositado ahora en Canarias existe más documentación sobre aquel episodio, incluida una nota manuscrita del propio Negrín sobre el asunto en la que explica que la decisión no se tomó “para complacer a los rusos”. “Ellos fueron los primeros sorprendidos cuando se les propuso”. Negrín escribe que el primer objetivo consistía en poner a salvo el oro y el segundo en convertirlo en divisas para necesidades de la República. La decisión se tomó bajo la presión de una inminente llegada de las tropas sublevadas a Madrid. “Los últimos envíos se hicieron estando la línea de ferrocarril (por Aranjuez) bajo el fuego enemigo”. Y no solo les perturbaban los rebeldes: “Nos mueve la preocupación de que grupos de incontrolados se hicieran por un golpe de mano con los depósitos del Banco (…) Cuando las fuerzas mandadas por Durruti fueran a Madrid se supo por informaciones al parecer fidedignas que intentaban convertirse en 'fuerzas de protección' del Banco de España. Felizmente ya entonces, y sin que ellos lo supieran, ya el oro no estaba en Madrid, sino en Cartagena”.

martes, 10 de diciembre de 2013

Una nueva casa para el poeta Miguel Hernández en Quesada (Jaén)



Una nueva casa para el poeta
El proyecto del museo de Miguel Hernández en la localidad jienense de Quesada ya está aprobado, con un presupuesto de 500.000 euros, y las obras comenzarán a primeros de año para abrir el 30 de octubre de 2014         Cultura
cristina martínez 06.12.2013 | 23:49
Fachada del Museo Zabaleta, en cuya planta baja se ubicará el legado de Miguel Hernández.
informaciÓN
·                            será el nuevo hogar de Miguel Hernández, un espacio donde conocer su literatura, sus versos, sus escritos, y donde acercarse un poco más a su personalidad, a su vida. Pero también será un centro en el que, por encima de todo, se respire la esencia de los postulados de la Institución Libre de Enseñanza, el valor de la cultura como algo vital para que los pueblos avancen.
Esa filosofía es la que ha puesto en marcha el museo que Miguel Hernández y Josefina Manresa tendrán en Quesada a partir del 30 de octubre de 2014, fecha en la que este proyecto espera ser una realidad, coincidiendo con el día de nacimiento del poeta oriolano. Allí, en la localidad de Jaén donde nació la esposa del escritor, se mostrará una buena parte de la totalidad del legado que la familia de Miguel decidió trasladar desde Elche hasta Jaén a finales de agosto del año pasado, tras firmar un acuerdo con la Diputación de esa provincia.
Así, parte del legado estará en el Instituto de Estudios Giennenses y el resto en el nuevo centro de Quesada, que se ubicará en la planta baja del Museo Zabaleta. Serán unos 500 metros cuadrados los que ocupará el legado del poeta, según el proyecto aprobado ya por el Ayuntamiento de Quesada que tendrá un coste de medio millones de euros, entre obra civil y musealización, que financiarán la Diputación y el consistorio.
El proyecto saldrá a licitación en breve y se espera que las obras arranquen a principios del próximo año. Los trabajos de obra civil (algo más de 300.000 euros) permitirán adaptar una parte del museo dedicado ahora al pintor y que no tiene uso, al nuevo centro, y posteriormente se realizará la ejecución de la musealización (unos 170.000 euros).
Francisco Escudero, gestor del legado que integran 5.600 documentos y futuro director del museo, asegura que el nuevo espacio tendrá una sala común con Zabaleta a la entrada, «para relacionar a ambos artistas como dos creadores de la tierra», para pasar posteriormente al propio museo del poeta, dividido en cinco salas, cada una de ellas relacionada con los libros que marcan una etapa de su vida, y precedido por un busto de bronce, aún por realizar.
La primera sala se dedica al poeta pastor, en referencia a su primera etapa, «a los primeros poemas, su época infantil y de adolescencia, todo en torno a Perito en lunas». El segundo espacio se centra en el poeta enamorado, sobre El rayo que no cesa, versos dedicados a Josefina. Le seguirá el apartado dedicado al poeta soldado, con Viento del pueblo, «su libro de poesía heroica y optimista, de exaltación de la causa de los trabajadores», y al segundo libro de la guerra, El hombre acecha, que es «una poesía más íntima, con cierto pesimismo, sobre el horror de la guerra». La cuarta sala será la del poeta mártir, su etapa carcelaria, con Cancionero y romancero de ausencias, una época «más depurada, que a mi juicio es la poesía cumbre de Miguel». El museo la cerrará el poeta mito, «el postmortem, cuando el escritor ya se ha convertido en mito universal, con los homenajes que le han rendido, su vigencia actual, el valor didáctico de sus textos, la presencia internacional, las traducciones...», apunta Escudero.
Cada una de estas salas tendrá vitrinas con la reproducción de poemas, sus cartas, objetos personales, fotografías... «Habrá también algunas recreaciones de determinados ambientes, como las trincheras de la guerra o el habitáculo carcelario de Miguel, para llevar al público a que se transporte en el tiempo».
El museo pretende ser un centro «informativo», pero va a tener además «una misión emotiva, ya que queremos llegar al corazón de la gente, y una misión didáctica, ya que tiene que servir para que la gente recapacite sobre el valor de la cultura, la necesidad de transmitir los valores positivos que encierra el poeta con su ejemplo de vida y con su obra, su compromiso social y espíritu solidario, para mostrar que el valor de la cultura es vital y que un pueblo sin cultura es un pueblo sin alma».
Francisco Escudero asegura que «nuestra voluntad» es abrir el museo a la colaboración e implicación de otras entidades públicas y privadas, como universidades y colectivos culturales, porque «tiene que ser algo de todo el mundo».