El centro cultural Las Clarisas acoge la presentación de las memorias de Josefina Manresa
Antonio Gutiérrez, ex secretario general de CC.OO., ofrece una
auténtica lección sobre los valores cívicos al hablar del libro
“Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández”
Los recuerdos de Josefina Manresa, esposa del poeta Miguel
Hernández, sirvieron ayer de hilo conductor para realizar todo un
alegato en pro de la justicia y la libertad en boca del ex secretario
general de CCOO, Antonio Gutiérrez
Invitado por el Ayuntamiento ilicitano para presentar la publicación
de las memorias de Josefina, Gutiérrez dio una auténtica lección de
valores cívicos y de respeto al espíritu democrático, marco de nuestra
convivencia. El acto tuvo lugar anoche en el centro cultural de Las
Clarisas, y contó con la presencia del alcalde de Elche, Carlos
González, del concejal de Hacienda y Recursos Humanos del Ayuntamiento
de Orihuela, Rafael Almagro, y del Senador de Ciudadanos por la
Comunidad Valenciana, Luis Crisol.
El centro cultural Las Clarisas fue anoche escenario de un entrañable
homenaje a
Josefina Manresa, esposa del poeta Miguel Hernández y musa
de su inspiración poética. En el marco de los actos conmemorativos del
75 aniversario de la muerte del poeta organizados por el Ajuntament
d´Elx, se presentaron las memorias de Josefina, sus “
Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández”
de la editorial madrileña Ediciones De la Torre, con prólogo de Alfonso
Guerra. El Ayuntamiento ilicitano invitó para la ocasión al que fuera
durante los años 90 Secretario General de CCOO, Antonio Gutiérrez. Ante
la presencia del alcalde Carlos González, Gutiérrez ofreció un discurso
de reconocimiento a la memoria de esta mujer luchadora, que sirvió
además para colocar los puntos sobre las íes en materia de convivencia
en este país, con un profundo sentido de la justicia, el valor de la
libertad y de la solidaridad. Destacó el respeto que siempre profesó
Josefina hacia Miguel en su toma de decisiones, incluso cuando no eran
las más adecuadas en un contexto histórico tremendo, y ello resultó ser,
a juicio de Gutiérrez, una gran prueba del amor que Josefina siempre
demostró hacia el poeta. El acto sirvió para que Gutiérrez reivindicara
el papel activo que Josefina desempeñó “no detrás del poeta, sino a su
lado”, y destacó su fortaleza en momentos muy duros de la historia de
este país.
Josefina lo fue todo para Miguel. Fue novia, amante, esposa, madre de
sus hijos, musa de inspiración poética y guardiana de su legado en los
duros años de la clandestinidad. La importancia de Josefina en la
inspiración del libro de sonetos amorosos
El rayo que no cesa,
es indudable, y la calidad y sensibilidad de dichos versos merecieron el
elogio general de la élite cultural del momento, entre ellos del propio
Juan Ramón Jiménez. Tras la muerte de Miguel Hernández, en 1942,
Josefina, dedicó toda su vida a velar por el recuerdo y la difusión de
la obra de su marido y guardó con celo sus manuscritos durante los años
más duros del franquismo. Llegó a Elche en el año 1950, y en esta
ciudad acogedora encontró el lugar que le dio la oportunidad de empezar
de cero después de unos durísimos años de postguerra. Aquí encontró la
hospitalidad necesaria para comenzar una vida nueva con su hijo, y aquí
nacieron sus nietos, herederos de la obra del poeta. Josefina falleció
en Elche el 18 de febrero de 1987 y sus restos descansan, junto a los
del poeta y su hijo, en el cementerio de Alicante.