Sinopsis:
Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com
lunes, 6 de noviembre de 2017
domingo, 5 de noviembre de 2017
Jerez de la Frontera (Cádiz). Miguel Hernández
Miguel Hernández ya tiene su placa en la Biblioteca

Inauguración de la placa ayer a Miguel Hernández en la Biblioteca.
/
vanesa lobo
R. D.
miércoles, 1 de noviembre de 2017
La Caja de las Letras (Instituto Cervantes) recibe una primera edición de 'Perito en lunas' (1933) de Miguel Hernández
31/10/2017 - 17:47
Más noticias sobre:
La Caja de las Letras guarda
desde este martes 31 de octubre un legado de Miguel Hernández 75 años
después de su muerte, una primera edición de su obra más temprana, el
poemario 'Perito en lunas' (1933) y que permanecerá bajo llave en la
antigua cámara acorazada del Instituto Cervantes durante tres años.
MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
La cesión de este legado 'in memoriam',
que depositó el alcalde de Orihuela (Alicante), Emilio Bascuñana, es la
primera parte de un gran homenaje al escritor (1910-1942) que continúa
con un acto en el que participarán el ministro de Educación, Cultura y
Deporte, Íñigo Méndez de Vigo; el director del Cervantes, Juan Manuel
Bonet, y el poeta Luis García Montero.
El libro donado por el Ayuntamiento de
Orihuela es un primer ejemplar de hojas amarillentas y cubiertas
grisáceas que tiene además pegada en la última página una fe de erratas,
lo que singulariza el breve volumen. Cuenta con un denso prólogo de
Ramón Sijé. Publicado en enero de 1933 por Ediciones Sudeste,
dependiente del diario murciano 'La Verdad', se editaron 300 ejemplares
con coste de 425 pesetas.
Uno de esos escasos ejemplares, propiedad
de la Fundación Cultural Miguel Hernández, reposa desde este mediodía en
la caja de seguridad número 1567 de la Caja de las Letras. Es el legado
número 30 que recibe este singular espacio, y el tercero que se entrega
in memoriam (cuando ha fallecido el homenajeado): los anteriores fueron
Gabriel García Márquez y Antonio Buero Vallejo.
El director del Cervantes afirmó que esta
incorporación póstuma permite incluir a "la gran voz poética de la
Generación del 36", autor de obras que se encuentran "entre las más
altas de la literatura española del siglo XX".
Por su parte, el alcalde de Orihuela,
ciudad natal del escritor, ha calificado de "muy ilusionante y
emocionante" la donación del legado "al igual que lo fue para Miguel
Hernández su primer viaje a Madrid. Para Bascuñana, es "un milagro" que
haya quedado una obra literaria "tan insigne en tan pocos años de vida"
del autor.
Coincidiendo con el Año Hernandiano, el
Instituto Cervantes ha comenzado a divulgar la obra del escritor por sus
centros, en especial en aquellos ubicados en países con idiomas en los
que se publiquen ediciones bilingües así como en el Cervantes de Manila,
cuya biblioteca está dedicada a Miguel Hernández.
martes, 31 de octubre de 2017
Los diez poemas imprescindibles de Miguel Hernández, según Lara Gómez Ruiz. La Vanguardia
Los diez poemas imprescindibles de Miguel Hernández
- Repaso de la vida y obra del poeta, uno de los principales referentes de la cultura española
Lara Gómez Ruiz, Barcelona
Quien lo conoció destacaba su gentileza y su arte innato para expresar el máximo con las mínimas palabras. Hablamos de Miguel Hernández, uno de los poetas y dramaturgos de mayor relevancia que ha tenido la cultura española. Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36, el poeta mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como “genial epígono” de la generación del 27.
Hernández tuvo que abandonar el país tras tomar parte activa de la Guerra Civil. Por desgracia fue descubierto en la frontera con Portugal, donde fue detenido y sentenciado a muerte. Su condena fue conmutada por una pena de 30 años de prisión, pero jamás llegó a cumplirla ya que la tuberculosis acabó con el artista el 28 de marzo de 1942.
Este sábado se cumplen 75 años de la muerte del poeta, y por ello, hacemos un repaso de su vida y obra, con 10 de sus imprescindibles poemas centrados en un estilo que se denominó ‘poesía de guerra’ y del que es uno de los principales referentes.
Cancionero y romancero de ausencias
Llamo a la juventud
Canción última
Florecerán los besos sobre las almohadas. Y en torno de los cuerpos elevará la sábana su intensa enredadera nocturna, perfumada. El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave. Dejadme la esperanza.
Tristes guerras
Tristes armas, si no son las palabras. Tristes, tristes.
Tristes hombres, si no mueren de amores. Tristes, tristes.
Jornaleros
Españoles que España habéis ganado labrándola entre lluvias y entre soles. Rabadanes del hambre y del arado: españoles.
Esta España que, nunca satisfecha de malograr la flor de la cizaña, de una cosecha pasa a otra cosecha: esta España.
El rayo que no cesa
¿No cesará esta terca estalactita de cultivar sus duras cabelleras como espadas y rígidas hogueras hacia mi corazón que muge y grita?
Vientos del pueblo me llevan
Las manos
La mano es la herramienta del alma, su mensaje, y el cuerpo tiene en ella su rama combatiente. Alzad, moved las manos en un gran oleaje, hombres de mi simiente.
Escribí en el arenal
Una ráfaga de mar, tantas claras veces ida, vino y los borró.
Sentado sobre los muertos
Que mi voz suba a los montes y baje a la tierra y truene, eso pide mi garganta desde ahora y desde siempre.
lunes, 30 de octubre de 2017
Hoy se cumplen los 107 años del nacimiento de Miguel Hernández
1.- MIGUEL HÉRNADEZ (Infancia y Juventud)
Miguel
Hernández Gilabert nació a las seis de la mañana del
domingo 30 de octubre de 1910 en la calle San Juan, números 72, 80 u 82, de
Orihuela, según varios biógrafos, frente al convento de San Juan de la
Penitencia de las Clarisa. En una fotografía de Manuel Muñoz Hidalgo aparece su casa con el número 80. María de
Gracia Ifach dice que era el número 82. Con los años el
número de la casa natal ha ido cambiando. En la partida de nacimiento no se nombra
el número de la casa, conocemos la casa pero no el número que tenía en 1910, lo
cual tampoco tiene gran importancia, pues la casa natal está localizada y
rehabilitada. Fue inscrito en el
Registro Civil en la Sección 1ª, Tomo 60, folio 188. Esta calle pasó a
tomar el nombre del falangista Antonio Piniés (de segundo apellido Roca de
Togores, barón de la Linde); actualmente, en 2012 y por decisión de la
corporación municipal la calle ha pasado a recuperar su antiguo nombre, el de
San Juan de la Penitencia.
El 3 de
abril 2008, en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana se publicó la
licitación de la rehabilitación de la casa natal, lo cual fue un gran logro de
la Fundación Cultural Miguel Hernández. Actualmente la casa se encuentra
rehabilitada, pero cerrada y sin ninguna función, pendiente de alguna partida
presupuestaria que la convierta en un espacio interactivo, como continuación a
la actual Casa-Museo. En la acera de enfrente hay otra casa natal abandonada
que se debería recuperar para la cultura oriolana, se trata de la casa natal
del poeta Carlos Fenoll Felices, nacido el 8 de agosto de 1912. En la
misma calle y mismo años nació el filósofo Augusto Pescador Sarget, siendo
compañeros en el Colegio de Santo Domingo, y se iniciaron durante los años de
juventud en las inquietudes literarias y políticas.
Era
Miguel hijo de Miguel Hernández Sánchez de apodo «Visenterre», guarda jurado y
tratante de ganado, nacido en Redován el 24 de octubre de 1878 en la antigua
Travesía Mayor (Actual Calle Colón), falleció 26 de diciembre de 1952 (según
investigaciones de Julio Calvet), a quien los negocios no le iban del todo
mal, casado en segundas nupcias con Concepción Gilabert Giner (Concheta) nacida en Orihuela en 1879, que
falleció el 16 de diciembre de 1942. Se ocupaba de las tareas de la casa y del
cuidado de sus hijos. Tres días después de nacer fue bautizado en la Parroquia
de El Salvador con los nombres de Miguel-Domingo, por haber nacido un domingo,
aunque otros dicen que el coadjutor se llamaba don Domingo Aparicio, y les ponía su nombre como segundo
nombre a todos los niños que bautizaba.
Fueron siete hermanos: Vicente (1906-1979),
Elvira (1908-1994), Miguel, Concha, Josefina, Monse y Encarnación (1917-1993).
Concha, Josefina y Monse fallecieron en la infancia.
El apodo de la familia, como es de costumbre
nombrar a las familias en los pueblos era el de los Visenterre, (los abuelos paternos se llamaban Vicente y Vicenta, y
un tío, hermano del padre también
Vicente). Una familia no pobre, sino humilde y trabajadora, propietario
de un rebaño de cabras, leche y cabritos de carne, además era quien comerciaba
casi todo el ganado caprino de la Vega Baja que enviaba a su hermano Francisco,
el Corro, en tren a Barcelona, que
era donde vivía éste. Al fallecer el Corro cambió la vida de Miguel, pues
fue sacado del colegio de Santo Domingo el 25 de marzo de 1925 donde estudiaba Bachiller.
El abuelo materno, Antonio Gilabert Berná era tratante de caballos, posiblemente surtía
de caballos a las plazas de toros para la suerte de varas, esta actividad de
tratante de caballerías era propia de gitanos, a esta familia la conocían por
el apodo de los Mansebos, de etnia
gitana, es decir que nuestro poeta tenía más sangre gitana que el autor del Romancero gitano, que por el contrario, no tenía
ninguna.
El padre de Miguel, según José Luis Ferris Miguel Hernández. Proceso y muerte de un
poeta, (2008, p. 28), tenía cierto capital y era un hombre «duro y
autoritario, tozudo y conservador, intransigente y de carácter fuerte, marcó
siempre las distancias entre él y sus vástagos sin que le temblara el pulso».
Mi parecer es que era un padre propio de su época, donde los hijos llaman a sus
progenitores de usted, de origen labrador hecho así mismo por el trabajo,
nacido en el último tercio del siglo XIX, tiempos confusos en la política y en
la economía con mentalidad práctica de subsistencia.
Orihuela era una población de economía
agrícola, industria del cáñamo y cría del gusano de seda, comercio local y sede
de numerosas órdenes religiosas con 33 iglesias, bautizada literariamente como Oleza por Gabriel Miró. Pero antes se llamó Orcelis, Tudmir,
Aurariola... Tierra de oro, que este es su verdadera etimología, aunque
no consta que hubiera minas de oro, quizás más por el Pájaro Oriol (pájaro de
oro con espada) que es símbolo de la ciudad. También es sede de “La Diablesa”
un paso de Semana Santa que no puede entrar en la catedral.
Ciudad protegida de los fríos del Norte por la
Sierra de La Muela (464,1 m, de altitud),
donde se alza una gigantesca cruz de hierro que desapareció durante la
guerra civil y vuelta a levantar en 1942. Sobre un cerro de menor cota se
encuentra el monte de San Miguel los
almorávides coronaron un castillo fortaleza, actualmente en ruinas, y en cuya
falta se eleva el Seminario de San Miguel del siglo XVIII, por eso se dice
popularmente que Orihuela es el demonio porque está a los pies de San Miguel.
De la conquista de este castillo por los cristianos nació la leyenda, más que
historia, de la heroína Hermenegilda-Eugenia, la Armengola, que se celebra cada 17 de julio, de Moros y Cristianos.
La situación política en España de 1910, era la siguiente: Reinado de
Alfonso XIII. Presidente del Gobierno don José Canalejas y
Méndez desde el 9 de febrero, hasta el gobierno provisional de don Manuel
García Prieto el 12 de noviembre de 1912. El conflicto más
importante era la guerra de Marruecos, en el verano de 1909, la movilización de
reservistas provocó la Semana Trágica de Barcelona. En 1913 había sesenta y
cinco mil soldados destinados en Marruecos, con considerables bajas del
Ejército español. La política local hasta aproximadamente el año 1911 se dio una situación de dominio indiscutido
de uno de los partidos turnantes: El Partido Liberal.
Volviendo a la infancia de Hernández, a los cuatro años se trasladó la
familia a la calle Arriba, 73 (hoy calle Miguel Hernández donde se sitúa su
Casa-Museo), en un altozano colindando con el monte en la parte de arriba de la
ciudad, a espaldas de la capilla y colegio de Santo Domingo. Hoy convertida en Casa-Museo desde 1981, adquirida por el Ayuntamiento de
Orihuela, podemos comprobar que tiene tres dormitorios, cocina, patio interior
con pozo de agua, corral y huerta con higueras y limoneros. De párvulo estuvo en Nuestra Señora de
Monserrate. A los ocho años empieza a asistir a la escuela del Ave María, como
alumno pobre, bajo la tutela del seglar
granadino don Ignacio Gutiérrez Tienda, que dependía
también de los jesuitas. Iba al colegio y también ayudaba en cuidar el ganado
junto a su hermano mayor Vicente, aprende a ordeñar y las particularidades de
este; hoy día, al oficio de cabreros se llaman: empresarios caprinos.
Existe una foto de niño bien vestido en
la portada de Breve biografía poética, de Miguel Hernández edición de José Luis Ferris, (F.C.M.H., 2000), que nos muestra a un
niño regordete bien alimentado, con camisa de pañuelo y chaqueta, una ropa que no estaba al alcance de una
familia de cabreros o jornaleros pobres. Y las fotos eran casi como un artículo
de lujo.
El joven Miguel destacó en los estudios por su
despierta inteligencia, llamó la atención de los jesuitas, y como era
su costumbre seleccionar a los niños que creían idóneos para
pertenecer a la Compañía de Jesús, con trece años le admitieron en el Colegio de
Santo Domingo junto a los hijos de las clases acomodadas con una beca para que
siguiera la carrera eclesiástica, donde estudió: Gramática, Aritmética,
Geografía y Religión, aunque destacó en Gramática y Religión. A los dos años de
haber ingresado en el Colegio, y próximo a cumplir los quince años de
edad, su padre lo necesitaba como
jornalero al cuidado del rebaño familiar, y se puso a trabajar como pastor y
repartidor de la leche de casa en casa.
No quería que estudiara. Si tenemos en cuenta la situación de los demás
niños/jornaleros de su entorno social y rural Miguel fue un niño
privilegiado, porque fue a la escuela hasta
los quince años, lo que supuso para él, además de su inteligencia innata, unos
conocimientos que no estaban al alcance de cualquiera.
Otras versiones aseguran que los jesuitas
propusieron al padre ingresar a Miguel en dicha Orden de Jesús, y éste no quiso
desprenderse de un hijo/jornalero que necesitaba para seguir en sus negocios
ganaderos, puesto que solamente tenía
dos varones para las cabras, ya que este
no era oficio para las mujeres.
Don Miguel saca a su hijo del Colegio de Santo
Domingo en marzo de 1925, lo que supuso para el joven una gran humillación,
sobre todo cuando desde el monte veía a sus antiguos compañeros del Colegio de
Santo Domingo. En esta época coincide con la muerte del tío Francisco, apodado Corro,
en Barcelona con el que negociaba el envío de ganado por tren a Barcelona. Se
ha desmentido por Ramón Pérez Álvarez que trabajara Miguel en la tienda de textiles
El Globo, situado en los Hostales, hasta que un incendio destruyó el local,
puesto que este incendio ocurrió el 9 de marzo de 1925, cuando todavía asistía
al Colegio.
Ramón Fernández Palmeral
Autor del libro "Miguel Hernández, poeta del puebko en 40 artículos" de Venta en AMAZON
viernes, 27 de octubre de 2017
Exposición: Miguel Hernández en la cárcel de Alicante
El Archivo Histórico Provincial de Alicante reúne en una exposición por vez primera todos los expedientes carcelarios y judiciales de la represión sufrida por el poeta
áfrica prado 27.10.2017 | 02:40
El vía crucis de Miguel Hernández
La muestra incluye documentos inéditos como el expediente abierto en Portugal con sus huellas.
«Cierra las puertas, echa la aldaba, carcelero. Ata duro a ese hombre: no le atarás el alma». Este verso de Las cárceles, de Miguel Hernández,
junto a una de las fotos icónicas del oriolano saliendo del
Ayuntamiento de València en la celebración del Congreso Internacional de
Escritores e Intelectuales Antifascistas de 1937 –de Walter Reuter– da
la bienvenida a la exposición inaugurada ayer en el Archivo Histórico Provincial de Alicante, que se podrá visitar hasta el 31 de enero.Miguel Hernández y su entorno en la cárcel de Alicante. Un intento de silenciar la palabra reúne por primera vez todos los expedientes carcelarios, gubernativos y judiciales que acreditan la represión franquista sufrida por el poeta, en su mayoría de titularidad estatal albergados en el propio archivo alicantino, pero también del Archivo General de la Guerra Civil del Centro Documental de la Memoria Histórica (Salamanca), o de los archivos de Defensa e Interior.
Junto a ello se expone por primera vez en España el expediente policial abierto en Portugal tras ser detenido, donde se recogen las huellas dactilares del poeta y los oficios de su posterior extradición a España, como también se exhibe la ficha de ingreso en el Quinto Regimiento de Milicias Populares o el expediente del Consejo de Guerra en Orihuela, no vistos en Alicante.
El cometido de la muestra es «acercar al público el conocimiento de los principales documentos policiales y carcelarios que revelan las penalidades y el sufrimiento del poeta en sus últimos años y los avatares que sufrió en las cárceles», apuntó ayer el director general de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, Luis Lafuente, que confía en que en breve se sume a la muestra la correspondencia mantenida entre Miguel Hernández y Pablo Neruda durante ese tiempo.
Aunque el paso del poeta oriolano por prisión fue mucho y diverso –en Huelva, Madrid, Palencia, Ocaña– y pasó por dos consejos de guerra en Orihuela y Madrid, fue en el Reformatorio de Adultos de Alicante donde pasó casi dos años hasta su muerte en 1942. A su estancia allí y a su relación con otros intelectuales y artistas alicantinos en prisión se dedica una gran parte de la muestra, ya que compartió espacio con gente como Ricardo Fuente Alcocer –de quien se expone un retrato inédito realizado a Miguel Hernández, así como numerosas obras dedicadas al hijo del dibujante, Ricardo Fuente Caamaño, que asistió ayer a la inauguración–Gastón Castelló, Eusebio Oca, Miguel Abad, Miguel Signes o Melchor Aracil, entre otros .
El espacio recrea la casa de Miguel Hernández y muestra dos fotos de gran tamaño, de él y de Josefina y su hijo Miguelillo, cedidas. También se proyecta un documental con una entrevista a Josefina y el vínculo de Hernández con el cubano Pablo de la Torriente y la musicalización de algunos poemas por Silvio Rodríguez.
Carmen Amoraga, directora general de Cultura de la Generalitat, destacó la «parte personal» del poeta que se ve en la muestra y la directora del AHP, María del Olmo, incidió en la «parte humana» y en lo terrible que fue su estancia y la de sus compañeros en la prisión alicantina. La muestra está abierta a visitas de estudiantes;se prevé que pasen 10.000.
jueves, 26 de octubre de 2017
Exposición ‘Miguel Hernández en la cárcel de Alicante’ en el Archivo Historico Provincial
Exposición ‘Miguel Hernández en la cárcel de Alicante’
en el Archivo Historico Provincial
25 octubre, 2017 | Por Logopress -
Editor | Categoría: Arte, Educación y Política |
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El jueves 26 de octubre el director
general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, Luis Lafuente, y la directora
general de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana, Carmen Amoraga,
inaugurarán la exposición ‘Miguel Hernández en la cárcel de Alicante: Un
intento de silenciar la palabra’ en la sede del Archivo Histórico Provincial de
Alicante, archivo de titularidad estatal que gestiona la Comunidad Autónoma.
Está enmarcada en la conmemoración institucional del 2017 como Año Hernandiano
con motivo del 75 aniversario de la muerte del poeta Miguel Hernández en el
Reformatorio de Adultos de Alicante el 28 de marzo de 1942.
Por primera vez podrán contemplarse todos los
expedientes carcelarios, gubernativos y de los tribunales que acreditan la
represión sufrida por Miguel Hernández. Estos documentos son principalmente de
titularidad estatal y se conservan en el Archivo Histórico Provincial de
Alicante, en el Archivo General de la Guerra Civil del Centro Documental de la
Memoria Histórica (Salamanca), en el Archivo General Militar del Ministerio de
Defensa y en el Archivo del Ministerio del Interior.
La muestra también expondrá al público por primera vez
en España el expediente policial abierto en Portugal tras su detención, donde
se recogen las huellas dactilares del poeta y los oficios que documentan la
detención y su posterior extradición a España. Esta documentación se conserva
en el fondo de la PIDE del Arquivo Nacional da Torre do Tombo de Lisboa y su
inclusión en la exposición ha sido resultado de la colaboración con la
Direçao-Geral do Livro, dos Arquivos e das Bibliotecas de Portugal.
El Centro Documental de la Memoria Histórica y el
Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares han aportado
fotografías y otros documentos de importancia como la ficha de ingreso en el
Quinto Regimiento de Milicias Populares o su ficha del Registro-índice de la
Población Reclusa.
La colaboración con el Centro Cultural Pablo de la
Torriente Brau de La Habana permitirá contemplar el documental ‘Con Josefina
Manresa en Orihuela’, entrevista realizada a la viuda del poeta por el cineasta
Víctor Casaus en 1977, así como la musicalización e interpretación del poema
‘Elegía segunda’ por Silvio Rodríguez y de otros poemas de Miguel Hernández
interpretados por destacados miembros de la denominada ‘Nueva Trova Cubana’.
También podrán verse en la exposición materiales
propiedad de los familiares del poeta y de otros propietarios privados entre
los que destaca el retrato del poeta de Ricardo Fuente Alcocer, catedrático de
Dibujo del Instituto de Alicante y compañero suyo en la prisión alicantina.
Para recrear la vida cotidiana de los presos políticos
en el Reformatorio de Adultos de Alicante y el ambiente carcelario de aquellos
años, hijos y familiares de los presos han cedido importantes documentos
pertenecientes a sus archivos personales, como los originales de obras
artísticas que se realizaron en el Reformatorio de Adultos de Alicante.
lunes, 23 de octubre de 2017
Miguel Hernández, 75 años después. Miguel es el más popular de los peotas.
Octubre 22, 2017 - 11:40 p.m.
Por:
Víctor Diusabá Rojas. ElPaís. Opinión
“Las biografías
son sólo la ropa y los botones del hombre, no se puede escribir la
biografía del hombre mismo”. La definición de Mark Twain sirve para
tomarse con cautela esos viajes que a ratos emprendemos a la vida de
personajes.
He vuelto a recordar eso a propósito de los 75 años que se cumplen de la muerte de Miguel Hernández a manos de sus carceleros, aunque no faltará quien achaque las culpas a la tuberculosis. A Miguel, como a miles más, los asesinaron con la sevicia del hambre y el abandono, dieta de las mazmorras a donde los llevaron a terminar sus días de la peor manera.
Pero la historia que me ocupa es otra que ni siquiera se detiene más de una vez -esta misma- en las calidades del poeta, indiscutibles para todos en su tiempo y cada vez más apreciadas. Y lo que falta, porque acaban de aparecer versos suyos que andaban escondidos. Es así, no hay mayor engendro condenado al fracaso que la censura.
Por esas letras y por su lucha a favor de un mundo más justo, Miguel Hernández se proyectó -en vida y tras su última estación en la prisión de Alicante- como símbolo de generaciones. Un héroe íntegro que jamás dejó de ser el que fue, pese a que se quiso torcer la historia para poner su nombre a favor de causas diferentes a aquella con la que se casó para siempre en el 36 y que defendió en el mismo frente de batalla, la defensa de La República, una vez se dio el golpe que llevó a España a la Guerra Civil.
Por supuesto que no fue Miguel el último en ser objeto de manipulación, como tampoco el primero. Nada más provechoso para cualquier interés partidista que hacer propio el martirio de alguien.
Incluso, para ser justos, hubo sectores políticos cercanos a él que no tuvieron problema en seccionar su obra y hacer pública solo la que les interesaba. O tejer una innecesaria leyenda propagandística: la de ese pastor sin formación alguna que sacaba tiempo para hacer poesía inmortal. Claro que Miguel sí fue pastor, cómo no, pero como bien lo dijo muchas veces, “de las cabras de mi padre”, lo mismo que dijo a los de la generación del 27. Que no era su origen relativamente humilde el que debía tocarles el corazón para que lo admitieran como uno de ellos (a lo que siempre se negaron), sino que bastaba con lo que escribía y decía.
Por su lado, los franquistas se vieron obligados a inventar muchas mentiras en el fallido propósito de evitar que, tras el fusilamiento de Federico García Lorca, el mundo entero supiera que también eran capaces de matar a Miguel Hernández (bueno, y a Antonio Machado, aunque de otra manera).
Dijeron haberle “perdonado la ignorancia” de no respaldar a los golpistas. Luego, admitieron que si se le había castigado en exceso, no era fruto de la dureza del régimen sino de la ley. Y dejaron constancia de que si hubiera aguantado un poco más a que llegara la orden de internarlo en un hospital, quizás (solo quizás) se hubiera podido salvar.
Son 75 años de su partida, llevándose bajo la ropa, con los botones bien ajustados, esos dolores y muchos otros, incluidos el siempre abandono de su padre, que ni al entierro quiso ir, con la justificación de que su hijo se había buscado esa suerte que ahora le cobraba la vida. Y esa otra tronera abierta en su espíritu, fruto de la presión para convertirlo en creyente público con el fin de desmoralizar a quienes compartían con él ese suplicio de la prisión.
Una suma de pruebas a las que Miguel Hernández hizo frente, y de las que no debió arrepentirse ni en las últimas. Fiel a lo suyo: Tú, satisfecho. No te derrumbes. No sepas lo que pasa, ni lo que ocurre.
Sigue en Twitter @VictorDiusabaR
He vuelto a recordar eso a propósito de los 75 años que se cumplen de la muerte de Miguel Hernández a manos de sus carceleros, aunque no faltará quien achaque las culpas a la tuberculosis. A Miguel, como a miles más, los asesinaron con la sevicia del hambre y el abandono, dieta de las mazmorras a donde los llevaron a terminar sus días de la peor manera.
Pero la historia que me ocupa es otra que ni siquiera se detiene más de una vez -esta misma- en las calidades del poeta, indiscutibles para todos en su tiempo y cada vez más apreciadas. Y lo que falta, porque acaban de aparecer versos suyos que andaban escondidos. Es así, no hay mayor engendro condenado al fracaso que la censura.
Por esas letras y por su lucha a favor de un mundo más justo, Miguel Hernández se proyectó -en vida y tras su última estación en la prisión de Alicante- como símbolo de generaciones. Un héroe íntegro que jamás dejó de ser el que fue, pese a que se quiso torcer la historia para poner su nombre a favor de causas diferentes a aquella con la que se casó para siempre en el 36 y que defendió en el mismo frente de batalla, la defensa de La República, una vez se dio el golpe que llevó a España a la Guerra Civil.
Por supuesto que no fue Miguel el último en ser objeto de manipulación, como tampoco el primero. Nada más provechoso para cualquier interés partidista que hacer propio el martirio de alguien.
Incluso, para ser justos, hubo sectores políticos cercanos a él que no tuvieron problema en seccionar su obra y hacer pública solo la que les interesaba. O tejer una innecesaria leyenda propagandística: la de ese pastor sin formación alguna que sacaba tiempo para hacer poesía inmortal. Claro que Miguel sí fue pastor, cómo no, pero como bien lo dijo muchas veces, “de las cabras de mi padre”, lo mismo que dijo a los de la generación del 27. Que no era su origen relativamente humilde el que debía tocarles el corazón para que lo admitieran como uno de ellos (a lo que siempre se negaron), sino que bastaba con lo que escribía y decía.
Por su lado, los franquistas se vieron obligados a inventar muchas mentiras en el fallido propósito de evitar que, tras el fusilamiento de Federico García Lorca, el mundo entero supiera que también eran capaces de matar a Miguel Hernández (bueno, y a Antonio Machado, aunque de otra manera).
Dijeron haberle “perdonado la ignorancia” de no respaldar a los golpistas. Luego, admitieron que si se le había castigado en exceso, no era fruto de la dureza del régimen sino de la ley. Y dejaron constancia de que si hubiera aguantado un poco más a que llegara la orden de internarlo en un hospital, quizás (solo quizás) se hubiera podido salvar.
Son 75 años de su partida, llevándose bajo la ropa, con los botones bien ajustados, esos dolores y muchos otros, incluidos el siempre abandono de su padre, que ni al entierro quiso ir, con la justificación de que su hijo se había buscado esa suerte que ahora le cobraba la vida. Y esa otra tronera abierta en su espíritu, fruto de la presión para convertirlo en creyente público con el fin de desmoralizar a quienes compartían con él ese suplicio de la prisión.
Una suma de pruebas a las que Miguel Hernández hizo frente, y de las que no debió arrepentirse ni en las últimas. Fiel a lo suyo: Tú, satisfecho. No te derrumbes. No sepas lo que pasa, ni lo que ocurre.
Sigue en Twitter @VictorDiusabaR
MIGUEL HERNANDEZ: LA OBRA COMPLETA. Jesuscrito Riquelme
MIGUEL HERNANDEZ: LA OBRA COMPLETA
(En papel)MIGUEL HERNANDEZ
, 2017- Nº de páginas: 1800 págs.
- Encuadernación: Tela
- Editorial: EDAF
- Lengua: CASTELLANO
- ISBN: 9788441437784
- 55.20 €
Edaf presenta la antología definitiva hasta la fecha de
Miguel Hernández. En conmemoración del 75aniversario de su muerte, la editorial publica su obra
completa ampliada, revisada y corregida. Pertenecientea la generación del 36, Miguel Hernández fue un joven
poeta que emociona a jóvenes y mayores, un escritor defuste que humanizó y dignificó la palabra literaria
comprometida con la vida y con las letras.Esta edición incorpora por primera vez en una obra
completa fragmentos de obras dramáticas, imágenesinéditas o de escasa difusión, una corrección de su
biografía, un manuscrito inédito (Las Fallas de Orihuela),biografías de célebres toreros y, en definitiva, una nueva
perspectiva del poeta en cuanto a su su papel comonarrador de cuentos infantiles, dramaturgo y precursor
de las técnicas del Nuevo Periodismo.
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