Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

domingo, 28 de marzo de 2021

MIGUEL HERNÁNDEZ AMORDAZADO, por Antonio Parra Ruiz

 

 

 

 

MIGUEL HERNÁNDEZ AMORDAZADO

 

 

A Miguel Hernández en el 79 Aniversario de su muerte

 

 

En mis anteriores escritos hernandianos me he referido, en general, a Miguel Hernández y los demás protagonistas de la Tahona de Carlos Fenoll pero, en éste, me voy a detener principalmente en Miguel, ahondando y profundizando tanto en su personalidad como en sus aconteceres que marcaron su vida, sin extenderme demasiado.

Miguel Hernández Gilabert nació en Orihuela (Alicante) el 30/octubre/1910 y murió en el Reformatorio de Adultos de Alicante el 28/marzo/1942, cuando contaba 31 años, hecho éste que truncó, en parte, su brillante carrera literaria. Nació en el seno de una familia modesta, aunque acomodada (su padre era tratante y se dedicaba a la cría de ganado caprino) y de confesión religiosa; acentuada en Miguel a raíz de su paso como colegial en las Escuelas del Ave María (anexas al Colegio de Santo Domingo) y, en el mismo Colegio, donde comenzó el Bachillerato; influyendo también su vecino y amigo, por entonces canónigo, Don Luis Almarcha y, posteriormente, su gran amigo y compañero José Marín Gutiérrez (Ramón Sijé).

En su etapa juvenil oriolana, Miguel, tuvo incontables amigos; no sólo en su entorno donde residía de la calle de Arriba, sino del resto de la localidad en todos sus ámbitos; sobre todo en el terreno literario, a raíz de sus publicaciones poéticas en los periódicos oriolanos y, luego, en la ciudad de Elche (donde obtuvo un premio literario) y, en las vecinas de Murcia y Alicante (Revista Sudeste cuyo creador y director fue Raimundo de los Reyes -Murcia 22/10/1896-Madrid 22/11/1964- donde publicó el primer libro de Miguel Perito en lunas y, en el periódico El Día cuyo fundador y director fue el oriolano Juan Sansano Benisa, Orihuela 30/09/1887-Alicante 19/01/1955). Fueron sus amigos Carlos Fenoll y Ramón Sijé los que metieron a Miguel en el mundillo literario local dándolo a conocer en la Prensa, donde comenzó a publicar sus poemas, siendo el primero de ellos titulado “Pastoril” publicado en El Pueblo de Orihuela el 13/01/1930, recibiendo a continuación parabienes y trabando amistad con los escritores y poetas locales del momento como Abelardo Teruel, José María Ballesteros Meseguer y Juan Sansano desde Alicante, entrecruzándose entre ellos escritos y poemas de ponderación; también desde Orihuela tendrá ocasión de conocer y tener amistad con los poetas Antonio Oliver Belmás y su esposa Carmen Conde (fundadores de la Universidad Popular de Cartagena) y la poetisa de La Unión (Murcia) María Cegarra Salcedo.

Miguel, aconsejado por Ramón Sijé y los demás amigos de la Tahona se lanza a la aventura literaria, marchando hacia Madrid el día 30/noviembre/1931, o sea, a los siete meses de la proclamación de la República en España; después llegarían cinco viajes mas, hasta asentarse definitivamente en Madrid. En este primer viaje, que fue totalmente improductivo y decepcionante, visita a doña Concha de Albornoz con carta de recomendación del abogado José Martínez Arenas; por mediación de Sijé, se presenta a Ernesto Giménez Caballero director de El Robinsón Literario quien le publica un artículo donde prácticamente se mofa de él (este escritor de ideas falangistas ya armó la marimorena en su visita posterior a Orihuela para inaugurar el busto de Gabriel Miró) y, por último, al redactor prestigioso de la Revista Estampa Francisco Martínez Corbalán, que fue la más esperanzadora, donde le hace un reportaje y se lo publica. El día 15/mayo/1932 regresa a Orihuela totalmente desalentado.

El segundo viaje a Madrid lo realizó en marzo de 1934, y por mediación de Sijé y Juan Guerrero Ruiz visita a José Bergamín, director de la revista de corte católico Cruz y Raya, para ofrecerle los primeros actos del auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras para su edición cuando complete su obra, lo que acepta Bergamín que le adelanta un anticipo de la futura edición, permitiéndole demorar su regreso a Orihuela; además conoce a través de Bergamín al matrimonio Manuel Altolaguirre y Concha Méndez y otros escritores que se reunían con ellos como Emilio Prados y Luis Cernuda, regresando a Orihuela en el mes de abril.

Concluido su auto sacramental, Miguel realiza su tercer viaje a Madrid el 19/julio/1934 donde Bergamín, cumpliendo su promesa, edita la obra en su revista Cruz y Raya y, es a partir de aquí, cuando toma contacto con lo más florido de los intelectuales de Madrid; toma amistad con María Zambrano enrolada en las Misiones pedagógicas (cuya misión era la de llevar la cultura a todos los rincones de España y, donde se incorporaría también Miguel) y también con el grupo literario afín a Bergamín, como José María de Cossío, Luis Felipe Vivanco, José Herrera Petere y Luis Rosales pero, sobre todo, el principal encuentro que le marcaría en el futuro fue con Pablo Neruda, que llegaría a ser embajador de Chile en España y Rafael Alberti. Regresa a Orihuela a primeros de agosto.

El cuarto viaje lo realiza Miguel el 30/noviembre/1934, para presentación y edición de la obra teatral El torero más valiente escrita por Miguel en estos meses, con motivo del fallecimiento inesperado del literato y torero Ignacio Sánchez Mejías (1891-1934) por grave cogida en Manzanares (Ciudad Real): lo acompaña su primo Antonio Gilabert Aguilar, que lo hace para probar fortuna como actor, lo que no consiguió. Entra en contacto y se relaciona con los pintores de la llamada “Escuela de Vallecas”, entre ellos: Benjamín Palencia, Alberto Sánchez, Miguel Prieto, Rodríguez Luna, Eduardo Vicente Pérez (autor de los tres lienzos de la Catedral de Orihuela y un retrato de Justino Marín-Gabriel Sijé), Ramón Gaya y Maruja Mallo (quien según los historiadores mantuvo una tórrida relación sentimental con Miguel). Regresó a Orihuela en diciembre de este año, sin haber podido editar su obra teatral, lo que consigue más adelante.

En febrero de 1935 realiza el quinto viaje a Madrid. Conoce a Enrique Azcoaga y se enrola y colabora en las Misiones Pedagógicas, viajando por Castilla la Vieja, La Mancha y Andalucía. En esta etapa tan importante, José María de Cossío lo contratará para trabajar en la redacción de la “Enciclopedia Los toros” escribiendo y recabando datos de las biografías de varios toreros. Entabla una gran amistad con Vicente Aleixandre, siendo invitado y participando en su cena homenaje celebrada el mes de junio. Miguel se asienta definitivamente en Madrid codeándose ya con los más destacados escritores y poetas del momento.

Aún realizó un sexto viaje de Orihuela a Madrid en julio de 1936, esta vez para enrolarse como voluntario en el 5º Regimiento al mando de Valentín González El Campesino -Malcocinado-Badajoz, 04/11/1904-Madrid, 20/10/1983-; siendo nombrado como Comisario de Cultura. En Madrid con fecha 25/septiembre/1936 se le expide el Carnet Militar nº 7590, figurando en el mismo con domicilio en Vallehermoso 96, de estado soltero, 26 años, de profesión mecanógrafo, perteneciente a la Organización del Partido Comunista con número 120395 y destinado a la Sección de Zapadores.

Una vez asentado definitivamente en Madrid, ya se va codeando con la flor y nata de los literatos de la época, sobre todo, con Pablo Neruda y Vicente Aleixandre, cuya relación y amistad con Miguel Hernández fue fundamental; comenzando a concebir y editar a lo largo de los años que vivió su obra máxima, con los títulos y fechas siguientes: Los hijos de la piedra, Año 1935 (Teatro); El rayo que no cesa, Año 1936 (en este libro está incluida la célebre Elegía a Ramón Sijé); Viento del pueblo, Año 1937 (poesía de guerra); El labrador de más aire, Año 1937 (Teatro); Teatro en la guerra, Año 1937 (Teatro); Cancionero y romancero de ausencias, Años 1938-1941; El hombre acecha, Años 1937-1938 (esta edición fue secuestrada y posteriormente a su muerte recuperada y publicada en 1981); Nanas de la cebolla, Año 1939. También después de su muerte, se han editado Antologías con la inclusión de poesías inéditas.

Miguel casó con Josefina Manresa Marhuenda el día 9/marzo/1937, por lo civil en el Juzgado de Orihuela, celebrándose el convite de bodas en casa de sus padres en la calle de Arriba; fue una celebración familiar, donde asistieron sus tres amigos Carlos Fenoll, Jesús Poveda y José Murcia. Una vez finalizado el convite, el matrimonio se dirigió en viaje de novios hasta Alicante y, desde allí, hacia Jaén adonde Miguel fue destinado en el Altavoz del Frente Sur republicano. Al poco tiempo, sin apenas paladear la felicidad de ambos cónyuges, Josefina tiene que regresar a Cox ante la grave enfermedad de su madre, que fallece a los pocos días, dejando en desamparo a sus cuatro hermanos -tres niñas de corta edad que ingresan en una guardería de Orihuela y, un chico de 17 años que se lo lleva Miguel a Andalucía-, quedando en Cox Josefina para atención de la casa, en espera de un hijo -Manuel Ramón- que nace en diciembre de 1937, acudiendo Miguel desde el frente de Teruel para verlo, falleciendo el hijo a los pocos meses en octubre de 1938: después tuvo un segundo hijo -Manuel Miguel- al que apenas pudo ver por encontrarse en el largo y penoso proceso carcelario y, a quién dedicó las famosas Nanas de la cebolla. En este periplo de cárceles Miguel recibió toda clase de penalidades y vejaciones hasta enfermar, dadas las nefastas e infrahumanas condiciones en que se encontraban todas ellas; en la prisión de la Plaza de Conde de Toreno de Madrid, Miguel coincide en la galería de los condenados a muerte, con Antonio Buero Vallejo quien le hace un retrato. Por último, llega hasta el Reformatorio de Adultos de Alicante, donde coincide con Ramón Pérez Álvarez también condenado a muerte, en tan lamentable estado de salud, agravado con tuberculosis, falleciendo sin trasladarlo ni recibir la asistencia médica precisa en el Sanatorio antituberculoso de Valencia.

Miguel Hernández ha sido una persona controvertida, dando lugar a muchas conjeturas; ya que cuesta trabajo creer que, alguien que vivió tanto en su niñez como en su adolescencia en un ambiente religioso, pudiese llegar a abjurar de sus creencias recibidas, tanto como para distanciarse de su amigo Ramón Sijé, adoptando el marxismo y las doctrinas imbuidas por  Pablo Neruda y Vicente Aleixandre hasta el punto de afiliarse al Partido Comunista e ingresar como voluntario en el 5º Regimiento de El Campesino (a quien Miguel dedicó una poesía ensalzándolo, cuando en sus biografías está considerado poco menos que un sádico); pero esto tiene un razonamiento y es el de que, Miguel desde un principio conoció las grandes injusticias cometidas del patrón contra el obrero y el sometimiento de los fuertes contra los débiles; al mismo tiempo que la Iglesia, en aquél tiempo, hacía alguna dejación de funciones arrimando el hombro al más fuerte. Por todo esto él se afilió equivocadamente al Partido Comunista creyendo que sería la panacea donde se iban a remediar todos estos males y donde él podía desarrollar su doctrina (todo esto que digo, lo expone un gran amigo suyo que lo conocía muy bien y eran como hermanos: me estoy refiriendo a Efrén Fenoll Felices, en su magnífico Artículo titulado “AL VUELO DE SU AIRE” en el ABC del 28/03/1992, que transcribo en mi Conferencia-Homenaje a Efrén).

Miguel Hernández (al igual que sus compañeros de la Tahona) se adhiere a la República desde su implantación, defendiéndola hasta el final de una manera constante y consecuente con sus ideas como eran las de defensa al más débil y de alcanzar la paz y el bienestar social, como así lo pregonaba aquélla: esto lo hizo hasta el final de su vida, como lo demostró al corroborar todos los cargos que le hicieron cuando fue juzgado hasta ser condenado a muerte, e incluso rechazar el ofrecimiento de haberse adherido al bando del vencedor, lo que le hubiese supuesto la libertad y poder vivir junto a su familia hasta el final de sus días; pero Miguel no se doblegó, como lo dijo en su poesía de Vientos del pueblo sobre los bueyes murió con el orgullo en el asta y, sin embargo, la República no respondió a sus expectativas, cuando podía haber gobernado en España si hubiese seguido unas buenas directrices durante un tiempo impredecible.

Porque vamos a analizar la situación: cuando se declaró la laicidad del Estado ¿por qué no se hizo su cumplimiento de forma razonada y progresiva sin violencia ni altercados?; no obstante, se quitaron tajantemente los crucifijos de las escuelas e incluso, encarcelaron a los profesores que las regentaban, quizás porque no eran miembros afines de sus partidos políticos. Más adelante, se formaron innumerables checas con la finalidad de detener a las personas que no eran de su cuerda para, acto seguido, darles el conocido paseíllo y asesinarlas sin piedad y a sangre fría; ¿y la quema de iglesias, conventos, imágenes y, sobre todo, asesinatos de sacerdotes y monjas violadas y asesinadas? Mientras tanto, el Gobierno ¿qué hacía?; se cruzaba de brazos y daba la espalda a los acontecimientos, sin tomar las medidas oportunas con contundencia; tenía en su poder las fuerzas de Seguridad -que habían sido reforzadas y modernizadas- y haber atajado de raíz estos desmanes, pero no las pusieron en práctica -parece ser que estaban contentos con este desorden- que, de haber continuado en el tiempo, ¿hasta dónde se hubiese llegado? Luego, con el Alzamiento militar se llegó a más de lo mismo con las represalias consiguientes, pagando el pato los que menos culpa tenían. En fin, son reflexiones mías sobre un periodo de tiempo que fue nefasto en España, que dicen se debe olvidar, pero que yo considero se debe recordar de vez en cuando para que no vuelva a ocurrir.

Volviendo a Miguel sobre su personalidad y forma de ser, me atengo al refrán que dice por sus obras los conoceréis y, en esta ocasión yo digo por sus escritos los conoceréis, estudiando algunas de sus poesías en donde demuestra su gran corazón y sentimientos.

En la famosa Elegía a Ramón Sijé nos va a revelar Miguel que, a pesar de su distanciamiento con Ramón en los últimos años, por motivo de apartarse de sus creencias religiosas, sin embargo, en la poesía se confirma que siguen inmersas en Miguel: en su lectura se muestran las distintas fases por las que atraviesa una persona al perder a un ser querido.

En primer lugar, refleja la perplejidad y el dolor ante un hecho inesperado que sienta como un golpetazo recibido, así dice:

 

Tanto dolor se agrupa en mi costado,

que por doler me duele hasta el aliento.

 

Un manotazo duro, un golpe helado,

un hachazo invisible y homicida,

un empujón brutal te ha derribado.

Continúa el protagonista en un gran estado de ansiedad:

No perdono a la muerte enamorada,

no perdono a la vida desatenta,

no perdono a la tierra ni a la nada.

Es tal el dolor que puede incluso perder la cabeza y caer en el desatino:

En mis manos levanto una tormenta

de piedras, rayos y hachas estridentes

sedienta de catástrofes y hambrienta.

Ante lo irremediable, quisiera levantar el cadáver y revivirlo con sus propios medios:

Quiero minar la tierra hasta encontrarte

y besarte la noble calavera

y desamordazarte y regresarte.

Por último, ante la imposibilidad de poder hacer nada ante la muerte, recurre a sus creencias religiosas de la resurrección del alma y el cuerpo (lo que demuestra que Miguel no ha perdido la fe en sus primitivas creencias religiosas):

Volverás a mi huerto y a mi higuera:

por los altos andamios de las flores

pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas

de los enamorados labradores.

Otra poesía desgarradora donde Miguel demuestra su sentimiento y amparo por los más débiles es la de EL NIÑO YUNTERO; aquí reivindica los Derechos del Niño a llevar una vida feliz y sin cargas en su niñez; quizás fue el primero en hacerlo, que comienza así:

Carne de yugo ha nacido

más humillado que bello,

con el cuello perseguido

por el yugo para el cuello.             

A Miguel se le achaca el alentar a las tropas animándolas para hacer la guerra; cuando eso no es así como lo demuestra en el alegato contra la guerra en la poesía de LA GUERRA, MADRE y, cuando va a la guerra porque el deber se lo impone lo hace para conseguir la paz, como lo demuestra en CANCIÓN DEL ESPOSO SOLDADO:

Para el hijo será la paz que estoy forjando.

Y al fin en un océano de irremediables huesos

tu corazón y el mío naufragarán, quedando

una mujer y un hombre gastados por los besos.

 

Por fin en VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN, se rebela contra el cacique que oprime al pueblo y el patrón al obrero:

No soy de un pueblo de bueyes,

que soy de un pueblo que embargan

yacimientos de leones,

desfiladeros de águilas

y cordilleras de toros

con el orgullo en el asta.

Nunca medraron los bueyes

en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo

sobre el cuello de esta raza?

¿Quién ha puesto al huracán

jamás ni yugos ni trabas,

ni quién al rayo detuvo

prisionero en una jaula?

Esta es una pequeña muestra de la personalidad y carácter de Miguel Hernández, que no se arredra ante nada y dice al pan lo que es pan y al vino lo que es vino, defendiendo al débil ante el fuerte y su mujer, Josefina Manresa, también lo secunda en todo sufriendo también ella las consecuencias de la guerra; quizás ella más que Miguel, ya que quedó sola ante el peligro.

Ahora, como estamos en Marzo, fecha en que se celebra el 79 aniversario de su muerte, ocurrida el 28/marzo/1942 (sábado y víspera del Domingo de Ramos) a los 31 años, quiero dedicarle este Homenaje, diciendo de él que fue un enamorado del mes de Marzo, ya que le dedicó una maravillosa poesía titulada ¡MARZO VIENE…! que es un hermoso cántico a la Naturaleza describiendo y descubriendo el nacimiento de la Primavera (es una poesía primeriza fechada “En la huerta, 28 de febrero de 1930”) pero, ¡quién le iba a decir a Miguel que el mes de marzo iba a ser tan aciago para él!, quizá de haberlo presentido lo hubiese aborrecido.

(Aprovecho para decir que mi vida también ha estado marcada por el mes de Marzo, esta vez en doble sentido totalmente opuesto, pues nací en Huéscar (Granada) el día 21 de marzo de 1943 en la Calle de Las Campanas nº 4, o sea, el mismo día del nacimiento de la Primavera con un futuro muy esperanzador, pero este mes de Marzo de 2021 -año marcado por el COVID- también ha sido nefasto para mí al fallecer mi querida esposa Piedad, después de una convivencia feliz de 54 años).

A continuación transcribo íntegramente la poesía de Miguel para disfrute de todos:

¡Marzo! ¡Viene Marzo…! El astro de rubios

cabellos, la huerta satura y orea.

Son las brisas tibias y llenas de efluvios…

¡Marzo! ¡Viene Marzo! ¡Bienvenido sea!

 

El amplio horizonte no ostenta vellones

de nieblas, ni nubes de colores densos:

los grandiosos cielos, regios pabellones

son diáfanos, puros azules intensos.

 

Las flores despiertan de su frío sueño

abriendo a los besos del sol sus corolas;

sobre los sembrados de verdor risueño

florecen sangrientas miles de amapolas.

 

El ruiseñor teje la canción primera;

el límpido arroyo musical suspira…

El vaho perfumado de la primavera

en ráfagas cálidas por doquier se aspira.

 

Los undosos huertos de las rojas frutas

estallan de blancos azahares en pomas,

mientras sus cosechas por cientos de rutas

transportan los carros esparciendo aromas.

 

Bulliciosas aves van en batallones

por el claro espacio batiendo las alas.

El almendro, mágico, rompe sus botones

y los tallos viste con sus níveas galas.

 

Medran las moreras… El rudo huertano

lanza tras la yunta su tonada, queda,

mientras piensa, alegre, que pronto el gusano

le dará montones de amarilla seda…

 

Buscan los jilgueros donde hacer su nido,

croa la rana al borde de la limpia alberca…

¡Todo, todo dice del Abril florido!

que a gigantes vuelos se acerca, ¡se acerca!...

 

Entre rumorosas y amenas riberas

su caudal fecundo derrama el Segura:

remécense gráciles las altas palmeras…

¡La huerta está ebria de luz y hermosura!

 

La noche se cierra de estrellas cuajada…

Entre sus misterios el amor incita…

El alma cansina siéntese alentada

y el corazón viejo juvenil palpita…

 

¡Marzo! ¡Viene Marzo pródigo y amigo

reanimando vidas y sembrando flores!

¡Marzo, te saludo! ¡Marzo, te bendigo…!

¡Tú has hecho que en mi alma broten los amores!

En cuanto al título del Artículo sobre la palabra “Amordazado”, eso es lo que quisieron hacer, ponerle una mordaza y que no hablase por decir las cosas claras y, al no poder hacerlo en vida lo intentaron después de su muerte en la época franquista; acosando a sus amigos y enviando a la guardia civil a sus domicilios para destruir los posibles escritos que tuviesen de Miguel (mi suegro fue uno de los afectados y, yo creo que fue por eso que no habló nunca de Miguel) e incluso, disolviendo las manifestaciones que celebraban en su honor sus simpatizantes.

Sobre este tema tengo una anécdota que contar que, en su día me causó rabia. En Orihuela por los años 60 (concretamente yo me refiero al Año 1963), se celebraba anualmente del 1 al 12 de Octubre una Feria Exposición de Fibras Agrotextiles en el interior de la Glorieta Gabriel Miró; además de fibras, montaban casetas de exposición de automóviles y alguna de libros para la venta al público; yo, a la primera que acudía era a esta para curiosear; en una de las estanterías había expuesta una Enciclopedia de nueve tomos del tamaño de un folio: se trataba de la Enciclopedia Universal Sopena, de la Editorial Ramón Sopena recién editada, que era como una primicia donde se incorporaban numerosos vocablos nuevos y americanismos (en el interior de las portadas anterior y posterior de cada tomo, figuran fotografías de las capitales de las provincias sudamericanas): era como una ampliación de la primera Enciclopedia que tenían que era mucho más reducida en cantidad, tamaño y calidad y, gracias al éxito obtenido, decidieron hacer la nueva. Tanto me interesó que decidí comprarla, con una financiación a plazos pues era muy costosa; me dijeron que al cabo de cinco años recibiría un Suplemento con las novedades surgidas en ese tiempo. He de decir que esta Enciclopedia ha satisfecho mis necesidades pero con el único lunar detectado que me indignó, referente a la biografía de Miguel Hernández (como se sabe, en este tipo de enciclopedias las biografías vienen un tanto reducidas o abreviadas, excepto en las Bibliotecas Públicas). En el tomo 4º de la palabra “HERNÁNDEZ” observo con estupor lo siguiente: El segundo apellido de Miguel viene con el segundo apellido de su madre “Giner”, que es el que utilizó en un principio Miguel para darse a conocer como poeta, pero eso no es lo peor; lo peor es que al final dice lo siguiente: “Murió en un accidente en 1942 en la provincia de Alicante” y yo me pregunto, como todos los lectores se preguntarán ¿de qué accidente están hablando?, si lo hubo ¿cómo se produjo y en qué circunstancias? O sea, nos quedamos a dos velas. Luego, a los cinco años llega el Suplemento (un único tomo de la “A” a la “Z”) y en la palabra “HERNÁNDEZ” el tío “Paco” que lo ha silenciado, nos desvela el secreto de ese accidente: “Murió en la enfermería de la cárcel de Alicante el 28 de marzo de 1942”. ¿Hasta dónde llega la manipulación franquista? No hay más comentarios (a continuación adjunto las pruebas).

 

Antonio Ángel Parra Ruiz

Orihuela a 28 de Marzo de 2021

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Orihuela (Alicante). Tarjeta Postal de la Feria Exposición de Fibras Agrotextiles.

 

 

                           

 

 

 



 

(A la atención de Ramón Fernández Palmeral)

Miguel Hernández.El poeta del silencio, de Erasmo Peraza


 

Un día como hoy 28 de marzo 1942 murió MIGUEL HERNÁNDEZ hace 79 años

     

 El fallecimiento del poeta del pueblo  (páginas 43 y 44 del libro Miguel Hernández, el poeta de las tres heridas, dispononible en Amazon)

 Miguel Hernández murió solo y con los ojos abiertos a las 5:30 horas de un sábado el 28 de marzo de 1942, víspera de un Domingo de Ramos, su compañero de cama Joaquín Ramón Rocamora (estaba allí porque había sido operado de un ojos), estaba durmiendo después de haber estado casi toda la noche a su lado, que es quien le incorporaba cuando hacía falta y le curaba las llagas, que apestaban. Los enfermeros no querían entrar de noche. Los enfermeros de imaginaria  eran  Vicente Beneyto Luna y Blas Parreño Morell. Antonio Ramón Cuenca era el encargado de la limpieza de la enfermería, a pesar de que le dijeron que la enfermedad de Miguel era contagiosa, él le estuvo limpiando la zona de su cama hasta dos días antes de su muerte, en unas condiciones pésimas, los médicos también eran reclusos. El medico auxiliar recluso Ángel Payá, manifestó al Jefe del Servicio que: «trataron de cerrarle los ojos, incluso él mismo intentó mas tarde hacerlo no habiéndolo conseguido por tratarse de un enfermo que tenía el hábito de dormir con los ojos abiertos».  El médico oficial Dr. José María Pérez Miralles redactó un informe en suya prescripción dice que «no pudieron cerrarle los párpados por los medios mecánicos corrientes, ya que en vida dicho individuo recluso padecía un síndrome típico de hipertiroidismo con sus facies de terror (síntoma de Kaus) con su triada de fijeza, insistencia y resplandor en la mirada» y en otro párrafo añade que. «Su síntoma psíquico puesto de manifiesto en su producción literaria y que encaja en lo que Pende llama taquipsiquia –viveza mental y emotividad exagerada-  típica de dicho síntoma». El Dr. José María Pérez Miralles. Parecía más un médico psiquiatra que un médico forense, que sería lo correcto hacerle una autopsia después de muerto. En la enciclopedia médica la taquipsiquia, del gr. tachýs (rápido) y psyché (alma o mente), es la aceleración patológica de la actividad psíquica que se presenta en algunas enfermedades mentales y trastornos psíquicos, particularmente en aquellos que cursan con episodios de crisis delirantes como la psicosis y la manía. Por ello, y si lo dice un médico, Miguel padecía trastornos psíquicos, que llevado a campo de la literatura puede ocasionar sinestesias, alucinaciones y momentos de euforia o decaimiento...

 

 


 Continuia en el libro de Amazon 

"La heridas son abismos que separan la sangre" dice el poeta Joé Luis Ferris .

 

sábado, 27 de marzo de 2021

Miguel Hernández en la Ciudad Lineal, por Ricardo Martinez

 

Miguel Hernández en la Ciudad Lineal

viernes, 26 de febrero de 2021

Hace unos años hablando con un amigo de la niñez me comentó que si sabían en que parte de la Ciudad Lineal había estado Miguel Hernández, el famoso poeta. Consultado su Legado de Miguel Hernández, de la Diputación de Jaén, es fácil averiguar el lugar. Veamos cómo.



Miguel Hernández menciona por primera vez a la Ciudad Lineal en su carta del día 22 de diciembre de 1936 dirigida a su mujer, Josefina Manresa. Dice así:

 




“Voy a tratar de tener una casa en Ciudad Lineal para los dos. Es un pueblecito de las afueras de Madrid donde trabajo escribiendo para las tropas. Aquí no ofrecen peligro ninguno los bombardeos porque está todo de campo. No es como Madrid, donde te verías expuesta a un sinfín de peligros y de molestias para encontrar comida. Yo te digo, nena mía, que si tienes de verdad ganas de venir conmigo, como yo de ir contigo, vengas enseguida” SIC.



Esta carta fue escrita poco antes de contraer matrimonio y cuando ya Miguel era Comisario Político del Ejército de Maniobra y se dedicaba a escribir arengas para la tropa.



En su carta a Josefina del día 25 de enero de 1937, decía así:

 






“No quiero mandarte más cartas desde Ciudad Lineal porque han de pasar por la censura del Cuartel y me fastidia que se enteren tantas personas de lo que digo …”



y más adelante en la misma:



“En cuanto vea que no hay peligro te traigo, nos casamos, nos gozamos, aunque la guerra no se haya acabado. En la Ciudad Lineal, donde trabajo y duermo, aunque voy a Madrid casi a diario en coche o en tranvía, hay casas muy bonitas y estoy seguro de que encontraré una para los dos solitos, lejos de todas las cosas que no sean nuestro querer.” SIC



Curiosamente no se cita a la Ciudad Lineal en la correspondencia que intercambió con Vicente Aleixandre, cuyo tío vivía en laCiudad Lineal. Posiblemente Vicente no llegó a enterarse del paradero provisional de Miguel, ya que este último utilizaba como dirección para correspondencia la calle Marqués de Cubas en el centro de Madrid.



Hasta aquí son las citas que conocemos de Miguel Hernández sobre la Ciudad Lineal, con las cuales no podemos saber en qué lugar de los cinco kilómetros trescientos metros de la barriada estuvo hospedado.

 



Plano parcelario de 1929. Marcada con una X donde estaba Villa Mara. Ayuntamiento de Madrid.



Por suerte contamos con “Las memorias de Rosario, La Dinamitera”, en las que podemos leer lo siguiente:



"... la comandancia estaba en la Ciudad Lineal, frente el colegio de huérfanos de la Armada, en la que también habla tropas nuestras. Estos compañeros me llevaron a la Ciudad Lineal (hoy creo que esta calle es Arturo Soria, aunque no estoy segura) y allí vi a todo el Estado Mayor: Campesino, Valeriano, Marquina, José Campos, Navas, y varios mas. El Estado Mayor estaba ubicado en un chalet -frente al colegio de huerfanos de la Armada que, como digo este nuevo cuartel estaba repleto de soldados,..." SIC



Las líneas anteriores de La Dinamitera se refieren a octubre de 1936 y, más adelante en su relato, dice que la Comandancia del Estado Mayor fue trasladada enseguida a la calle O`Donnell. Esto nos hace suponer que Miguel Hernández debió de abandonar también la sede de la Ciudad Lineal a principios del año 1937.



 

Fotos cenitales de 1927 y 1943. En rojo Villa Mara, el CHA en amarillo, en azul la calle Arturo Soria y en verde la avenida de San Luis. Ayuntamiento de Madrid.



Por tanto, sabemos que estuvo hospedado frente al Colegio deHuérfanos de la Armada, CHA, calle Arturo Soria número 285; es decir, en Villa Mara, que pertenecía a doña Adela María de las Maravillas Guirado Garrido -viuda de don José Miguel Almodóvar y Madrona-. Se trataba de una parcela 10.000 metros cuadrados. En ella se encontraba uno de los hoteles de lujo de la Ciudad, una vivienda con 9 estancias en tres alturas, y otra vivienda anexa de planta baja bastante grande.



 

Publicidad de la Ciudad Lineal del tipo de casa de Villa Mara.



 

Foto aérea del año 1927. Con X marcada la finca de Villa Mara.



 

Villa Mara vista desde el CHA con motivo de la vista del Rey Alfonso XIII al colegio en 1917.



Imaginamos que Estado Mayor de la República debió de elegir esta casa por permitir tener a la tropa en la misma finca, además que el CHA también debió de ser utilizado como cuartel. Para saber más sobre la CiudadLineal durante la Guerra Civil pueden leer este artículo.

 




Fotos de las maniobras realizadas por el Ejército Republicano en la Ciudad Lineal durante la Guerra Civil. Fueron presenciadas por el General Miaja y le vemos en la puerta del CHA. Foto: Alfonso (AGA).



En marzo de 1939, al finalizar la Guerra Civil, Miguel Hernández volvió a la Ciudad Lineal. En ella se ocultaba parte del Gobierno y del Partido Comunista y debió de ser llamado como apoyo, no obstante, Miguel pertenecía al partido. En una carta que dirigió el 19 de abril de 1939 a José María Cossío (1), recordaba que a ambos les requirieron la documentación cuando paseaban por la Ciudad Lineal, y Cossío pudo quedar libre gracias a un salvoconducto que Miguel tenía del Comisariado General de Guerra (2).



 

Vista cenital del CHA y Villa Mara en 1976. Ayuntamiento de Madrid.




El lugar que ocupó Villa Mara vista con 93 años de diferencia. Fotos tomadas desde la azotea del CHA.



Autor: Ricardo Márquez


En este blog también colabora José Manuel Seseña.



 

Fuentes consultadas:



Diputación de Jaén - Guía del Legado (dipujaen.es)



Libro: Un paseo por la Ciudad Lineal, de David Miguel Sánchez Fernández.





Notas:



1 – José María Cossío contrató a Miguel Hernández para que le ayudase en la editorial Espasa Calpe, para redactar su enciclopedia taurina. Aunque era de derechas fue un gran amigo de Miguel Hernández.



2 – La Ciudad Lineal fue el lugar de enfrentamiento entre los anarquistas y comunistas en marzo de 1939, por lo que había numerosos controles.

domingo, 21 de marzo de 2021

Marzo en un mes hernandiano. Hace 79 años que murio el 28 de marzo de 1942. Biografia de Miguel Hernández

 

 


 Miguel Hernández, el poeta del pueblo (biografia en 40 artículos)

Publicado en la editorial ECU de Alicante, 402 páginas, con índice onomástico.

 Autor: Ramón Fernández Palmeral,

Libro disponible en Amazon

 https://www.amazon.es/Miguel-Hern%C3%A1ndez-pueblo-biograf%C3%ADa-art%C3%ADculos/dp/8417577874

 

 Página 285 de libro citado

  Muerte de Migue Hernández

   Falleció el poeta del pueblo el sábado 28 de marzo de 1942 a las 5.30 horas en la Enfermería del Reformatorio.  Los versos póstumos atribuidos por el poeta paraguayo Elvio Romero a Miguel, supuestamente escritos en la pared de la enfermería: «Adiós, hermanos, camaradas, amigos, / despedidme del sol y de los trigos»./ No pertenecen a Miguel sino  a Antonio Aparicio.  Elvio se los atribuyó llevado más que nada por un estado de emoción o como escribe Aitor L. Larrabide en la pág.122 de su tesis doctoral: «El patético y decimonónico final parece sacado más de un folletín que de una biografía, por muy novelada que esta sea». Ramón Pérez Álvarez  entregó al oficial Antonio Illán los objetos personales.  Nada se hizo por salvarle, el jefe médico doctor José María  Pérez Miralles solicitó su traslado al Hospital Provincial de Alicante, los cuidados médicos eran nulos. Se solicitó su traslado al Sanatorio de antituberculosos de Porta Coeli, Valencia. Debido al avanzado estado de Miguel poco se podía hacer allí, puesto que la estreptomicina no llegó hasta 1944.

   En calle Pardo Jimeno número 15 vivió Elvira, la hermana de Miguel, y también una temporada Josefina, antes de que se marchara a la calle de San Nicolás donde vivían sus tíos maternos. En la casa de Pardo Jimeno, la familia le hizo el velatorio, nos lo cuenta Josefina Manresa, en la página 145 de su libro Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández, Ediciones de la Torre, Madrid, 1980:

      «En la casa de su hermana [Elvira] pasamos la noche sin acostarnos, ella, su marido, Ismael [Terrés] –marido de su hermana Encarnación y, que llegó de Orihuela después del entierro-. Al día siguiente, a las 10 de la mañana se le dio sepultura en presencia de Justino Marín, hermano de Ramón Sijé, que le extrañó que lo metieran en el nicho por la parte de los pies, cosa que él ignoraba: una prima mía, de Cox; mi tío, hermano de mi madre; Elvira, su marido [Francisco Moreno]; Vicente, hermano de Miguel; Ismael; Miguel Abad; Ricardo Fuente; mis tíos, los de la calle san Nicolás y dos hombres que vinieron de Orihuela con Justino; y yo...»

  Nada dice Josefina de los padres de Miguel, ¿Tan mal avenido estaba don Miguel que no asistió al entierro de su propio hijo?

Se presentó en Orihuela y en Alicante