Sinopsis:
jueves, 12 de enero de 2023
sábado, 31 de diciembre de 2022
CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIA de Miguel Hernández
CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIA de Miguel Hernández
Ramón Fernandez Palmeral
Libro: Miguel Hernández, el poeta de las tres heridas. Disponibles en Amazon
En el Cancionero y romancero de ausencia (CRA) se percibe el llanto, el dolor, la incomprensión, la injusticia, la angustia vital y las ausencias; es decir, el abandono a que ha sido sometido su destino, sin haber cometido en conciencia delito alguno, nada delictivo, sin sentirse culpable de nada, cuando él, tan sólo, ha sido un escritor y poeta al servicio de la «causa del pueblo», según manifestó en el Sumario 21.001 ante el juez castrense Manuel Martínez Gargallo. En sus último poemario culmina en la reflexión, el amor y la desesperanza en un diálogo interior o pensamiento interior escrito en silencio consigo mismo, como escribe en el subtítulo de la libreta «Para uso/del niño/ Miguel Hernández con domicilio en la cárcel…». Estos sentimientos los canta con sinceridad, con brío de trueno, como arrancados de su intimidad más honda y personal, la voz en el pozo amplificada, con una arquitectura lírica desprovista de galas o artificios florales preciosistas. Jesucristo Riquelme en su Obra Exenta de EDAF, 2012), escribe: «…en el Cancionero usa versos de arte mayor en 16 composiciones, el resto es como «lírica tradicional o poesía neo-populares». Es aquí, tras su madurez lírica y tras una larga trayectoria de formación, composiciones de aprendizaje y encargos para la arenga a las tropas milicianas, cuando surge, brota el manantial auténtico de la verdadera poesía hernandiana: de todo tipo de heridas, del sufrimiento, salida de la fibra humana, por consiguiente, los poemas del Cancionero…(CRA) no son temporales, sino eternos, un corpus poético que no caduca, que no es perecedero, que persiste en el tiempo por tratarse de una poesía lírica auténtica proyectiva, y no circunstancial, o como se suele decir, compuesta para arañar y dejar cicatrices en las heridas del alma humana. De aquí surge la propuesta cierta de la vigencia de Miguel Hernández en la sociedad actual, terriblemente maltratada.
Y como apunta Carmen Alemany «Desde el final de la guerra, y durante su clavario carcelario, sigue escribiendo poemas que hablan de dolor por la ausencia de Josefina y de su segundo hijo, por la muerte temprana del primero y la premonición de la suya» (2013: 261). Por ello, en este posicionamiento existencial, porque se trata de un testamento lírico a modo de autobiografía en condiciones infrahumanas y verdaderamente dolorosas, consigue que este poemario sea potencia vital y diferencial; opuesta a la poesía que yo llamo diverticular (o vacía) que se escribía en las vanguardias, por ello, Carlos Bousoño, considera que constituye «casi una revolución» para su época, por ser capaz de exponer los sentimientos más íntimos, esos cuyo dolor impide, por una u otra circunstancia, que personas normales podamos expresarlos con palabras escritas.
Al final del libro he añadido dos anexos con mis artículo «La forja de un poeta», resumen de una conferencia que di en el Ateneo de Alicante el 25 de marzo de 2010, con motivo de los actos del Centenario, con objeto de dar a conocer datos de la biografía del poeta que complementen el estudio y conocimientos sobre «el poeta del pueblo», al objeto de tener una visión más amplia de su trayectoria literaria y vital, sobre todo para los no iniciados en la biografía del universal poeta del rayo de metal crispado (v.1) del poema «Un carnívoro cuchillo». El segundo anexo es mi artículo «Los procesos judiciales contra Miguel Hernández», de una charla-coloquio que di en la Sede de la Universidad de Alicante, junto al también hernandiano y profesor Manuel Parra Pozuelo, el 25 de marzo de 2015, donde he ampliado artículos anteriores sobre los dos procesos el 21.001 y el 4.487-Ali, que le instruyeron, donde podemos comprobar la omisión de avales que le podían beneficiar en el proceso judicial, y sobre todo, las endebles acusaciones en el Consejo de Guerra como para condenarle a la pena de muerte.
A pesar de su juventud, 31 años cuando murió, tenía un profundo conocimiento del ser humano y de sus sentimientos, así como también un importante bagaje de lecturas de poetas áureos que amplificaron su visión tanto de la métrica y de la expresividad de lo inaprensible y eterno, que culminaron en una capacidad y maestría, poco común, para conmover al lector, a través de su punto de vista, entre lo autobiográfico, lo real, con cierto surrealismo vanguardista y febril, que, en cierta manera son creaciones cercano a lo onírico
He procurado extenderme en las vicisitudes de su enfermedad terminal para que comprendamos que en los últimos meses, ya no podía escribir, salvo algunas notas que dictaba a otros presos para que se las hicieran llegar a su mujer, pidiendo algodones por kilos para saturar la supuración de su pulmón izquierdo, o pidiendo medicinas y el consuelo de la presencia de su hijo Manolillo, como prolongación de su yo testamental en el tiempo y en el espacio.
El poeta-pastor, que había disfrutado en su juventud de una libertad bucólica en los montes oriolanos, que escribía a lomo de las cabras, que se bañaba esporádicamente en las balsas del Segura o en la alberca, que jugaba al fútbol, que pastoreaba el ganado por los caminos herbáceos hacia los pastos del palmeral de Oleza, cargado con su máquina de escribir portátil de la marca Corona. Había sido preso de un dolor espiritual e interior con la muerte de su esperado primogénito Manuel Ramón el 19 de octubre de 1938 de diez meses de vida «Y la noche se amontona/sin esperanzas de día…», en canción [42], sería otro «manotazo duro, un golpe helado/ un hachazo invisible y homicida…», en los versos doloridos de la «Elegía a Ramón Sijé», el compañero del alma «con quien tanto quería» o con quien tanto tenía en común y no le correspondió, era tal el remordimiento, le quería tanto que a su primer hijo le puso Ramón como segundo nombre de pila. Se compara al compañero del alma con este hijo del alma. Por estas fechas el poeta ya padecía fuertes cefaleas, patología estomacal y trastorno de ansiedades que le venían desde la Navidad del año anterior, de hecho a finales del 38 estuvo ingresado en un hospital de reposo en Benicasim o Beniàssim (en valenciano). Vicente Aleixandre dijo que padecía un ataque de neurisma por los abusos matrimoniales. No es del todo cierto puesto que el poeta padecía de cefaleas crónicas. Las enfermedades de Miguel fueron estudiadas por el médico y escritor Antonio López Alonso en su libro a Miguel Hernández lo mataron lentamente, Aqueronte. Ediciones Irreverentes, 2005.
Con este libro, enmiendo, corrijo y amplío algunos datos y apreciaciones de la vida del poeta de mi reciente libro Miguel Hernández, el poeta del pueblo, Amazon, USA, 2015, puesto que en la vida del poeta siempre aparecen cabos sueltos y nada se puede dar por concluido.
Al final del libro he unido 20 ilustraciones a plumilla de mi firma «Palmeral», que ilustran los poemas más destacados del Cancionero, en una interpretación plástica subjetiva de las impresiones transformadas en materia visual, lo que añade al presente libro un complemento artístico original.
El autor
Alicante, 7 de mayo de 2015
I
sábado, 24 de diciembre de 2022
La Navidad de 1937 Miguel Hernández pasó la Navidad en Cox, con Josefina y su primogenito recién nacido Manuel Ramón
La huella de Miguel Hernández en Teruel
Enviado por Teruel el 06/03/11 • En la sección de Apuntes,Aragón,Artes y letras
Escrito por: Ramón Fernández Palmeral
Miguel Hernández estuvo en el cerco de Teruel en manos nacionalistas a mediados de diciembre 1937. Dice un verso de su poema «Teruel» que Teruel es como un cadáver sobre el río, llevado por los sones de una victoria inmediata. Hay certezas de que el poeta estuvo pasando frío glaciar en una tienda de campaña en los Altos de Celadas, entró en el pueblo de Concud, al norte Teruel, posiblemente también en San Blas.
Dedicó
un trágico poema que se titula «Teruel», y además escribió en esas
frías tierras turolense «El soldado y la nieve», además pensó en esa
tierra cuando compuso «El herido» y «El tren de los heridos» y «El vuelo
de los hombres», sobre el valor de los aviadores republicanos, que
fueron incluidos en su libro El hombre acecha. Como periodista escribió en Teruel ¡Firmes en nuestros puestos!, y Un año de guerrilla en Galicia (IyII).
Los demás poetas estaban aquí y hacían un acto, pero el poeta combatiente por excelencia era Miguel […] a ninguna persona se le ocurre estar como a él en un puesto de mando en el Alto de Celadas, donde más nevaba, donde más frío hacía y donde más viento había… (p-352.Ferris. 2002)
El 19 de diciembre nació en Cox su primer hijo Manuel Ramón, se
encontraba en el Frente de Teruel y fue a Cox el 24 de eses mismo mes.
Ya tenía ejemplares de Viento del pueblo, y 3.000 pesetas que le habían pagado por derechos de autor (Josefina Manresa, p.67). Se sabe que uno de los ejemplares se lo regaló a Josefina Fenoll Felices, hermana de Carlos Fenoll, el poeta-panadero.
Miguel como Comisario de la Cultura participará en casi todos los frentes de combate: Extremadura, Jaén, Levante, Batalla de Teruel, viajará a Rusia, escribe sin descanso, en precarias condiciones, bajo las bombas: artículos, poesías, octavillas… Habla por los altavoces a los soldados y campesinos de la zona cautiva en poder de Franco. Habla del objeto de la lucha noble y heroica del pueblo español republicano o de la lucha. En plena contienda publica Viento del Pueblo (1937), el El Hombre acecha no llegó a salir a la calle. Libros de lucha. Poesías de guerra, urgente o de combate, versos que den ánimo a los hombres y mujeres que cada día mueren en los frentes de batalla y en la retaguardia por los bombardeos de los aviones nazis e italianos.
TERUEL
Líster, la vida, la cantera, el frío:
tú, la vida, tus fuerzas como llamas,
Teruel como un cadáver sobre un río.
…………………………………..
Sobre el cadáver de Teruel te impones,
y el alma en los disparos se te escapa
frente a la nieve y a sus municiones.
…………………………………….
Yo me encontré con este comandante,
bajo la luz de los dinamiteros,
en el camino de Teruel, delante.
EL SOLDADO Y LA NIEVE
Diciembre ha congelado sus aliento de dos filos,
y lo resopla desde los cielos congelados,
como una llama seca desarrollada en hilos,
como una larga ruina que ataca a los soldados.
(El hombre acecha. 1939.)
El poema “El vuelo de los hombres” está dedicado a los aviadores republicanos en la contienda de Teruel.
EL VUELO DE LOS HOMBRES
Sobre la piel del cielo, sobre sus precipicios,
se remontan los hombres. ¿Quién ha impulsado el vuelo?
Sonoros, derramados en aéreos ejercicios,
raptan la piel del cielo.
Otros poemas, si no escritos en Teruel, sí inspirados en esta sangrienta batalla, son «El Herido» y «El tren de los heridos».
EL HERIDO
Retoñaran aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.
(Fragmento)
EL TREN DE LOS HERIDOS
Van derramando piernas, brazos, ojos.
Van arrojando por el tren pedazos.
Pasan dejando rastros de amargura,
otra vía láctea de estelares miembros.
Silencio.
(Fragmento)
Miguel escribió unos sonetos en el Ciclo del Silbo Vulnerado, que no se editó en libro, el soneto “PRIMAVERA-ruinosa”. En el primer terceto escribe:
Pastores de Teruel, ¿Qué vais buscando
hierba en vuestros montes no encontradas?
Tampoco aquí las hay: ¡mira mi otero!
(Obras Completas pág. 452)
Fragmentos de Miguel Hernández, el poeta del pueblo ECU y Amazon, “Las huellas de Miguel Hernández en Teruel” (Ramón Fernández Palmeral).
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La ficción de TVE convirtió al poeta oriolano en uno de los protagonistas del primer capítulo de su tercera temporada
La tercera temporada del Ministerio del Tiempo arrancó anoche en TVE con Miguel Hernández como protagonista. Los autores de la ficción histórica y de género fantástico no han pasado por alto que en este 2017 se conmemora el 75 aniversario de la muerte del poeta oriolano y han realizado su particular homenaje al autor de ‘Perito en Lunas’.
El capítulo titulado ‘Con el tiempo en los talones’ trasladó a los espectadores a la Batalla de Teruel (1936) en la que luchó Miguel Hernández como alistado al bando republicano. Allí, Julián Martínez, el que hasta ahora había sido uno de los protagonistas de la serie, fallece en el fragor de la batalla para salvar la vida al autor de la Generación del 36. Este fue el recurso empleado por los guionistas para justificar la muerte de uno de los personajes más queridos por los espectadores tras la marcha de la ficción del actor Rodolfo Sancho.
Durante el capítulo los compañeros de patrulla de Martínez lamentan su muerte pero justifican que era necesaria con tal de salvar la vida del que estaba llamado a convertirse en uno de los poetas más importantes del siglo XX.
“Si Miguel Hernández hubiera muerto en la Batalla de Teruel no se habría casado con Josefina, ni hubiera escrito las Nanas de la Cebolla ni Vientos del pueblo”, explica una de las protagonistas durante el capítulo.
En la promoción de la tercera temporada de la serie ya se intuía que Miguel Hernández tendría relevancia en alguno de sus capítulos puesto que el spot de la serie se iniciaba con uno de los versos del poema ‘Canción última’.
https://www.diariodelavega.com/cuando-el-ministerio-del-tiempo-salvo-a-miguel-hernandez-en-la-batalla-de-teruel/
Fragmento poema "A Miguel Hernández en el 80 aniversario de su muerte"
Fragmento de un poema perteneciente al poemario "Sesenta y nueve poemas y un anexo", de Ramón Fernández Palmeral, comentado por Pilar Galán en la reevista Meer/Intenational de 24 de diciembre 2022:
A Miguel Hernández en el 80 aniversario de su muerte
Una corta aventura fue tu vida de poeta,
periodista y dramaturgo, ambicionando
la libertad de los pobres jornaleros
en el triste crepúsculo de los sueños inconclusos.
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Enlace al libro:
80 años de la muerte de Miguel Hernández, disponible en Amazon
Estadísticas de las visitas al portal de Miguel Hernández-multimedia centanario
Llegó desde que se creó a 1.030.112 visitas
Ayer, 22 de diciembre tuvo 1.545 visitas
Este mes a 16.555 visitas
El último mes tuvo 24.215
Portal dirigido por el hernandiano Ramón Fernández Palmeral (Alicante - España)
O deseo FELICES FIESTAS
jueves, 22 de diciembre de 2022
Comentarios e ilustraciones de "Viento del pueblo" en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
Al hernandiano Ramón Fernández Palmeral le publicaron "Simbología secreta de Viento del pueblo" en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes con las ilustraciones, tambien se encuentra en versión impresa en LULU, online:
https://www.cervantesvirtual.com/obra/simbologia-secreta-de-viento-del-pueblo-de-miguel-hernandez-945933/
El cuadro original de la portada del libro en halla en la Biblioteca María Moliner de Orihuela.
Aquí se muestra una de las ilsutraciones: "Rosario dinamitera":
Se haya impreso en Lulu,y Amazon, ideal para regalo de Navidad a hernandianos.
lunes, 19 de diciembre de 2022
Feliz Navidad 2022 y próspero año nuevo, de parte del administrador de este portal hernandiano
Los años se van volando
pero los dias son palomas
en el mar de 365 olas.
Ramón Pameral
(Poeta de Alicante)
domingo, 18 de diciembre de 2022
FALLADOS LOS PREMIOS DEL XI CERTAMEN ESCOLAR “LAS ABARCAS DESIERTAS” DEL COLEGIO PÚBLICO “SAGRADOS CORAZONES” DE REDOVÁN
FALLADOS LOS PREMIOS DEL XI CERTAMEN ESCOLAR “LAS ABARCAS DESIERTAS” DEL COLEGIO PÚBLICO “SAGRADOS CORAZONES” DE REDOVÁN
Orihuela, 19-12-22
El pasado miércoles día 14 de diciembre han sido fallados, en el Colegio Público “Sagrados Corazones” de Redován, los premios de la undécima edición del Certamen Escolar “Las abarcas desiertas”, organizado por la Cátedra Miguel Hernández de la UMH, las concejalías de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Redován, la Fundación Cultural Miguel Hernández y el propio Colegio Público “Sagrados Corazones”.
En este Certamen han participado alumnos del 3º Curso de Enseñanza Primaria, con una edad de 8 años. Entre las cuatro clases de este curso han participado 70 alumnos en total (10 de A; 17 de B; 16 de C; y 19 de D).
Los escolares galardonados han sido: Julia Riera García, de 3º A; Abdellah Bouhadef, de 3º B; Carmen Manzanera Espadas, de 3º C; y Miryam Zahir Marinova, de 3º D.
El Jurado calificador ha estado integrado por: José Luis Ferris, director de la Cátedra Miguel Hernández (UMH); Rebeca Martínez Rufete, concejala de Educación del Ayuntamiento de Redován; Clara Ezcurra, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Redován; Aitor L. Larrabide, director de la Fundación Cultural Miguel Hernández y vicepresidente de la Asociación de Amigos de Miguel Hernández; y Mª. Amparo Puertas Galiana, directora del Colegio Público “Sagrados Corazones”.
La entrega de los premios a los galardonados se realizará el viernes día 20 de enero de 2023, a las 17:30 horas, en el Centro Cultural Ricardo Ruiz Poveda. En ese acto se sortearán, entre los asistentes, cuatro lotes de libros donados por la Fundación Cultural Miguel Hernández, y se entregarán asimismo los premios a los ganadores.
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El macuto. Guerra Civil. Azules y rojos: ¿Qué llevaban en el macuto los soldados de la Guerra Civil?
(La miliciana, obra de Ramón Palmeral)
Azules y rojos: ¿Qué llevaban en el macuto los soldados de la Guerra Civil?
En «Soldado Azul» y «Soldado Rojo» (Arzalia), Fernando Calvo, experto en la contienda, retrata el lado más humano de aquellos jóvenes y recoge un compendio de las pastillas ideológicas (de gran diversidad) con las que cargaban los bandos políticos militares a los luchadores de cada zona
Entre el dolor y el horror de las guerras, son las historias más humanas las que consiguen mantener la esperanza. De todos los conflictos que
asolan nuestro pasado, son innumerables las anécdotas, curiosidades,
historias que han conseguido que no perdamos, aún ante la barbarie, la
confianza en el ser humano. Y, si hay un testigo desinteresado de las vivencias de los soldados,
un compañero fiel y sabedor de los más profundos secretos de quienes
lucharon, sufrieron, extrañaron, perdieron o ganaron, esos son los
macutos. Las bolsas provistas de cinchas para ser cargadas a las
espaldas, con variados compartimentos y tamaños según necesidades,
guardan más historias y secretos de las que somos conscientes. Eran
portadoras de munición, pero también de recuerdos y mensajes salvavidas,
de doctrinas, de asuntos personales, y por ello pueden llegar a ser
fundamentales para saber qué rondaba por las cabezas de los soldados de
según qué guerra. En este sentido, y de la mano de Arzalia Ediciones,
Fernando Calvo González-Regueral, profundo conocedor de la historia
militar y especialista en diversos aspectos de la Guerra Civil española, ha publicado «Soldado Azul» y «Soldado Rojo», dos libros que responden a un mismo subtítulo: «Las cosas que llevaban en el macuto los hombres que lucharon en la Guerra Civil».
Son unas obras que, con una ingente documentación, reflejan hasta qué
punto la palabra «macuto» obtuvo una segunda vida durante la contienda
acaecida en nuestro país, tal y como también demostró Rafael García
Serrano, escritor que luchó en ella: «El macuto es la mochila del soldado, pero también es la casa a cuestas, el armario ambulante
de quien hace la guerra, el piso de soltero de los combatientes. Una
radiografía de un macuto nos daría el estado de salud, física y moral,
del combatiente», relató.
El
análisis realizado por Calvo nace de que «mi editor, Ricardo Arjona,
hace unos años publicó unos libros facsimilares muy curiosos que les
daban a los soldados británicos en la Segunda Guerra Mundial, cuando
fueron a Francia en el desembarco de Normandía
y cuando entraron en Alemania. Unas obras sobre cómo comportarse con la
población civil, qué temas podían tratar y cuáles no, qué expresiones y
cuáles no. Entonces me preguntó como experto si se podría hacer algo
parecido con la Guerra Civil.
Yo le dije que no, puesto que en cada bando había gran diversidad
ideológica, pero sí podía hacer un compendio». Y así lo ha hecho. El
experto busca con estos libros revelar «con qué pastillas ideológicas
cargaban los bandos políticos militares de ambas zonas a los soldados»,
explica a LA RAZÓN. «Son diferentes en contenido. El soldado rojo
responde a una mezcla de las diferentes posiciones de izquierda que
había en el bando republicano, y el nacional, a las diferencias entre
falangistas y requetés». De esta manera, el experto aglutina los distintos idearios para saber qué leían los hombres que lucharon,
y el resultado está repleto de sorprendentes datos. Por ejemplo, «en el
bando nacional se utilizaron mucho los puntos programáticos de las
palabras españolas en el movimiento pro fascista, y esto lo publicamos
en un facsímil tal y como se les entregaba», explica Calvo. Por su
parte, subraya cómo «en el bando republicano, por ejemplo, los 13 puntos
de Negrín para ganar la guerra se imprimieron entonces en folletos o
carteles, y hemos intentado recuperar las piezas tal y como se dieron en
su época».
Cómo rezar y escribir
Es
curioso cómo cada ejército inculcaba a sus soldados asuntos ideológicos
tan dispares y de manera tan diversa. En «Soldado Azul», por ejemplo,
destaca un «Devocionario militar» y un «Credo de la Legión». Respecto a
este tomo, asegura el experto que, «cuando investigo, aunque conozca
bien el tema, siempre aparecen cosas nuevas o que me hacen reflexionar. En el bando nacional había muy pocos soldados ideologizados,
salvo los que provenían de la Falange y del Requeté. Entonces, más que
consignas políticas, lo que le daban a los soldados eran devocionarios
católicos. Es decir, al final, la lucha política en el bando nacional se
dirime a favor de la Iglesia, que es la que imprime más documentos y
los reparte mejor». Por el contrario, quizá lo más llamativo del lector
de «Soldado Rojo» resida en que, a pesar de que el Partido
Comunista pase por ser el más revolucionario, fija como objetivo ganar
la guerra antes que hacer la revolución. «Lanza proclamas eminentemente conservadoras, como respetar la propiedad privada o a las clases medias», explica el experto.
En 1936, antes de la guerra, España tenía unos 25 millones de habitantes, y el 40% de la población era analfabeta. Este dato aporta otra curiosidad al libro de «Soldado Rojo»: la «Cartilla escolar antifascista». Analiza Calvo que «en el ejército español anterior a la contienda, los capellanes adscritos a las unidades militares hacían de educadores y alfabetizaban a los soldados. El ejército nacional los mantuvo, pero el republicano suprimió al clero castrense. Entonces, esta pieza la llevaban los soldados para aprender a leer y a escribir». De esta manera, y a modo de los cuadernillos Rubio, en las páginas se observa cómo enseñaban la escritura de «República Democrática» o «Venceremos al fascismo».
Recordemos que la Guerra
Civil española fue una lucha entre hermanos, vecinos o amigos. Entre
personas del mismo país, que hablaban el mismo idioma, y por ello en
algún sentido fue una guerra «ecuánime». «Así como en la retaguardia hubo una violencia atroz en los dos bandos,
tanto organizada como indiscriminada, el soldado de primera línea –y
esto ocurre en otros conflictos– suele ser menos violento. Reconoce al
soldado de enfrente porque sabe que está pasando las mismas penurias que
él, y de hecho hay muchos testimonios que nos hablan de un trato muy
respetuoso entre los de primera línea, esas famosas escenas de
confraternización», destaca el experto.
Un rayo de esperanza, por tanto, entre tanto sufrimiento, e irradiado por el lado más humano de las personas, independientemente de las ideologías. Por ello, Calvo cree que «un soldado republicano del año 38 movilizado y uno nacional de esa misma fecha movilizado, quitando algunas cosas del uniforme, es casi lo mismo: un soldado español».
Dulces, tabaco, preservativos y una guitarraExplica Fernando Calvo que, si bien España es un país único en tantos sentidos, el soldado español también resulta peculiar respecto a los de otros países europeos. Es «un soldado dicharachero, con la mochila llena de cosas y, seguramente, todas estas piezas ideológicas que les daban ni las leían». Asegura que «eran gente humilde que llevaban las cartas de sus novias, muchos dulces para que no les bajara el azúcar cuando caminaban, paquetes de tabaco o preservativos por si se diera el caso. Hay muchísimas fotos en ambos bandos donde un guitarrista no faltaba. Cosas mucho más prosaicas y humanas que las consignas ideológicas». Afirma el especialista que existen anécdotas realmente entrañables de aquellos soldados, que debían ocupar sus mentes para no caer en el ensimismamiento del dolor de una guerra. «Cuentan muchas crónicas que a veces se intercambiaban noticias entre ambos bandos para contrastarlas y sacar la verdad, porque sabían que la Prensa de ambos lados mentían mucho», concluye.