Día 07/12/2012 - 02.06h
En 2013 se espera la publicación de nuevo material y la creación de la fundación de Miguel Hernández en Quesada (Jaén), donde la familia ha trasladado el legado
El año 2013 marcará el inicio de una nueva etapa para el legado de Miguel Hernández,
que después de varios años de conversaciones (y disensiones) entre los
herederos del poeta y el Ayuntamiento de Elche, acabará constituido en
una nueva fundación con sede en la población jienense de Quesada, tierra natal de Josefina Manresa, esposa de Hernández.
La crisis económica fue la causa esgrimida por el gobierno
municipal de Elche (PP) para rescindir unilateralmente el convenio de
cesión por veinte años que el anterior equipo socialista había suscrito
con la familia, y que suponía una dotación anual de 150.000 euros para la difusión cultural de la obra,
la publicación de material y la creación de un museo. Los herederos del
poeta afirmaron entonces que la verdadera razón de esta decisión era
ideológica, asegurando que ese canon -que incluye también una partida
para la familia- no tendría por qué ser sufragado con los impuestos de
los ilicitanos, sino con la ayuda de empresas privadas, organismos
públicos y los derechos generados por el propio legado literario.
Para José Luis Ferri, biógrafo de
Hernández, el destino final del legado tiene una importancia relativa,
«porque lo verdaderamente relevante es su obra, que ya está publicada en
su totalidad». Según Ferri, de los 5.000 manuscritos que conforman el
legado, «sólo queda por sacar a la luz la correspondencia entre Vicente
Alexandre y Josefina, que iba a publicarse con motivo del centenario del
nacimiento del poeta hace dos años, pero que al final no se hizo».
«Siempre es posible que aparezca algún poema manuscrito que Hernández
pudiera escribir a un niño enfermo en Extremadura o cosas así, pero
aparte de eso, ya se conoce todo», asegura este experto.
La herencia del autor
Según el calendario que maneja la familia, entre enero y
febrero debería constituirse la Fundación que gestionará la herencia del
autor de «El rayo que no cesa», formado por manuscritos,
correspondencia, dibujos y algunos objetos personales, como por ejemplo
los juguetes que construyó para su hijo, su máquina de escribir o la lecheras en las que Josefina sacaba poemas de la cárcel cuando iba a visitarlo.
Los bajos del Museo Zabaleta de Quesada alojarán una selección de este
material, dividiéndolo en varias secciones temáticas en las que se
distinguirá al poeta pastor, del poeta enamorado y el poeta soldado, así
como su relación con esta población de Jaén. El Instituto de Estudios Giennenses será
el encargado de conservar los originales de los escritos, a los que
tendrán acceso los investigadores. En principio, la exposición sólo
albergará facsímiles de las obras más importantes.
ABC.es
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