El domingo, siete de noviembre, en la octava de la conmemoración del centésimo aniversario del nacimiento de Miguel Hernández, emitieron en La 2 un documental sobre el poeta. En la película, producida por la Fundación Pablo Iglesias sobre idea original y argumento de Alfonso Guerra, guión y dirección del cineasta Pedro Carvajal, se aludió brevemente a la muerte del suegro de Miguel Hernández, el guardia civil Manuel Manresa Pamies. A decir del reportaje, el padre de Josefina murió en Elda "por una bala perdida". Era el trece de agosto de 1936. Jueves y trece.

Una bala perdida que sería metralla. Porque en el mismo hecho también murieron varios guardias civiles más. A saber, el cabo José Marcos, Manuel Morales, Miguel Benítez Cuenca y Manuel Moreno Luna. Incluso alguna fuente citada por Ramón Fernández Palmeral, concretamente la ficha personal de Manuel Manresa, habla de que "fue muerto este guardia como igualmente un cabo y cinco guardias más".

Una bala perdida que fue certera. Porque le dio en la cabeza. Desfigurándolo. Como detallan algunos estudiosos.

Una bala perdida que... Que fue perdición para Jaime Ortín Cerdán. Porque Jaime Ortín Cerdán, "El Moreno", de profesión zapatero, sería fusilado a mediados de junio de 1939 acusado, entre otros crímenes -once en total- y con otros encausados, de matar a Manuel Manresa Pamies. Así se detalla, según César López Hurtado, en la Causa General Informativa que se conserva en el Archivo Histórico Nacional.

El caso de Jaime Ortín Cerdán nos lo detalla César López Hurtado en el reciente libro Villena Roja 1936-1939. Represión de guerra y posguerra. Según éste, Ortín Cerdán había nacido en Villena en 1909. Siendo joven fijó su residencia en Elda donde militó en la CNT y en las Juventudes Libertarias. Comprometido desde el inicio de la contienda en la causa republicana, en los últimos días de la guerra asumió importantes responsabilidades para la evacuación de compañeros, algunos en el legendario Stanbrook a quien el destino convirtió para muchos en el último cordón umbilical de la guerra hacia el exilio. Ortín, confiando embarcar posteriormente en el Marítima, embarque que no pudo ser, fue detenido en el puerto y sufrió los campos de concentración de los Almendros y de Albatera. Allí lo localizaron unos falangistas que lo buscaban y que se lo llevaron preso a Elda, donde fue torturado. Enviado a la cárcel de Alicante, sería juzgado y ejecutado.

Lo dicho, estos datos precisos, más o menos precisos porque hay alguna confusión de nombres que López Hurtado atribuye a algún error en la transcripción o anotación de los hechos, aparecen en Villena Roja 1936-1939. Represión de guerra y posguerra. Estos y muchos más.

Villena Roja, por su contenido, no es un libro amable. Duele. Parece que al poner la lupa sobre lo local, la historia, esta historia de sangres de guerra y de posguerra, esta historia de sangres de hunos y de otros, de otros y de hunos, se hace más intensa y más dolorosa. Nos empeñamos en la memoria histórica, de hecho el oficio de historiar no exige sino conocer el pasado, sino hacer memoria y no perderla, pero hay historias que duelen. Y nos tienta el no saber, nos tienta el apartar este cáliz de sangres de nuestras sangres. Pero no podemos vivir sin saber. Necesitamos saber. Aun nuestras miserias. Aun nuestras heridas.

En el prólogo, el catedrático de Historia Contemporánea en Murcia, Juan B. Vilar, nos recuerda certero que esta guerra fue una gran tragedia de la historia de España, desenlace "casi apocalíptico, de una profunda crisis socioeconómica, política y cultural que venía gestándose desde muy atrás" y "que terminó polarizando a la sociedad española en dos frentes no ya antagónicos sino incompatibles". Como nos advierte que el libro de César López Hurtado "es una sólida y prácticamente definitiva monografía sobre la temática estudiada [...] que se fundamenta en la utilización de un formidable elenco de fuentes documentales inéditas, impresas, hemerográficas y bibliográficas procedentes de una veintena larga de archivos, hemerotecas y bibliotecas nacionales, regionales y locales, así como en las fuentes orales aportadas por testimonios de cincuenta y cinco testigos entrevistados". Y dice más: "La desbordante información que aporta sobrepasa con mucho el tema de la represión de guerra y posguerra, para brindarnos un muy documentado, innovador y atrayente análisis del panorama socioeconómico, político-ideológico y cultural de Villena entre 1935 y 1939, que cautiva al lector de inmediato". Y así es.

Villena Roja 1936-1939. Represión de guerra y posguerra se presenta el 14 de diciembre en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura de Villena a las 21:00 horas. La presentación correrá a cargo de Carlos Barciela, catedrático de la Universidad de Alicante.