Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

martes, 13 de julio de 2010

“CARLOS FENOLL Y LA CALLE DEL HORNO”

(Carlos Fenoll Felices)
“CARLOS FENOLL Y LA CALLE DEL HORNO”

A mi buen amigo Ramón Fernández ‘Palmeral’


Cuando mis amigos, estudiosos hernandianos, se han enterado que fui en mi niñez vecino de Carlos Fenoll, todos me han animado a escribir algún artículo en este año del Centenario sobre mis recuerdos del que fuera entrañable amigo de Miguel Hernández y de Ramón Sijé, y compañero de ambos en las tertulias literarias de la tahona.

Efectivamente, el que esto les escribe, nació en la oriolana calle de Triana, pero con tan sólo dos años de edad nos mudamos a la calle del Horno de la Subida a San Miguel (ése era su nombre completo), allí permanecí hasta mi marcha a Madrid.

La calle del Horno comenzaba donde terminaba la plaza Caturla, estaba compuesta de dos hileras de casas unifamiliares, tan pegadas unas de otras que todos vivíamos casi en comunidad. Mi casa, al final de la calle, era la que servía de nexo de unión entre las dos filas, siendo la de más altura y la única que tenía fachada mirando hacia la plaza Caturla. En dirección ascendente, a la izquierda comenzaba la calle con la taberna y vivienda de Teresa “La Chalá”, siempre abarrotada de albañiles y estibadores de La Lonja que almorzaban o cenaban en sus mesas el típico plato de habas hervidas acompañado del Jumilla. A continuación había un almacén cuyo propietario era un comerciante muy conocido por el sobrenombre de “Jeromo el del Puente”. Seguía una casa donde vivía José María Parra—sargento de Marina en la Base Naval de Cartagena— con su esposa Almudena García y sus hijos. En la parte de arriba residía Antonio “El Peladilla” con su esposa Josefa y sus hijos. Al lado tenía su vivienda Carlos Fenoll con su familia. Seguía la vivienda de Paco García, conocido popularmente por “El señorito Paco”, y su numerosa familia, los que peinan canas puede que lo recuerden por su indumentaria, siempre vestía con capa, sombrero y portaba un bastón. Hombre culto y meticuloso, su afición era tocar la guitarra en la intimidad, aunque nunca llegó a dominar este instrumento musical.

Dando la vuelta hacia la izquierda se encontraba la casa y obrador de la confitería Sevilla. Seguidamente la vivienda de Gabriel y Carmen, cuyo hijo era Pepe Tormo “El Chepaíco”, este hombre fue entrenador de juveniles, era muy buena persona, gustaba de organizar procesiones para los chiquillos, falleció muy joven en su casa, en la agonía, lo último que exclamó fue: “¡Viva María Auxiliadora!”

En la otra fila, subiendo a la derecha, en primer lugar estaba la casa de mi tía Concha, vivía con su marido y una numerosa prole, uno de sus hijos (Bienvenido López Riquelme), fue famoso jugador de fútbol, llegando a militar en primera división, siendo medio volante del Sevilla en los años 50. La vivienda contigua era la de mi prima Antonia, vivía con su marido Ramón “El Rondollo” y sus dos hijos: “Ramonico” y Conchita. El primero fue un gran jugador de fútbol que formó parte de la plantilla del Hércules, le quiso fichar el Atlético de Madrid, pero en el reconocimiento médico le detectaron una lesión cardíaca que frustró su carrera deportiva. Justo al lado vivía una familia de apellido Rada, creo recordar que eran de La Romana y fueron a parar a Orihuela por motivos laborales. Pegado a ellos y frente a la de Carlos Fenoll, vivía Rafael y su esposa Asunción, él era albañil y ella vendía plátanos en la calle del Río, sus hijos Rafael, Pepe y Margarita. Un poco más arriba tenía su domicilio Nicolás “El Barquillero”, este hombre en sus ratos de ocio tocaba la flauta con la nariz, su oficio era “menaor”, fabricaba sogas y cuerdas de cáñamo con “la mena” en la Cuesta de San Miguel por donde tenía salida su vivienda, su esposa Dolores, también vendía plátanos en el mercado. Dividiendo la calle, mi casa y la de Pedro Albarracín, conocido en toda la ciudad por “El Pipiripipi”, su esposa Carmen y sus hijos Teresa, Manuel, Fina y Carmina. Por entonces vivían de la dulcería que ellos mismos elaboraban.

La convivencia entre los vecinos era muy familiar, por las noches del duro verano las mujeres rociaban la calle y sacaban las mesas y sillas a la puerta para cenar “al fresco”, era el veraneo de los trabajadores, ninguna familia de aquella calle se podía permitir unas vacaciones lejos de su hogar. Pero centrándonos un poco más en el personaje que hoy nos ocupa, mi vecino de entonces Carlos Fenoll Felices, entre su casa y la mía sólo había una en medio, la del “Señorito Paco”. Él, como panadero trabajaba de noche, por el día estaba casi siempre en su casa, solía descansar en su puerta sentado en una silla baja de anea, se la ponía de lado apoyando su brazo derecho sobre el respaldo, siempre salía en verano vistiendo un pantalón bastante ancho para su fino talle y una camiseta blanca de tirantes, de las llamadas entonces de “sport”. Era un hombre extrovertido, dicharachero, buena persona, gustaba de contarnos cuentos a los chiquillos, nos recitaba poemas y cuando se sentaba en su puerta todos los críos andábamos siempre cerca de él para que nos relatara sus escarceos taurinos: “Que si le di una manoletina, que si tenía unos cuernos como un perchero...”. Sus hijos, Antoñito y Carlines, eran mis compañeros de juegos infantiles, jugábamos a las bolas (canicas) utilizando los hoyos que había en la calle que todavía su pavimento era de tierra. Cuando nos daba sed, entrábamos en su casa—las puertas de estas viviendas siempre permanecían por el día abiertas— y, sin más, nos dirigíamos a una tinaja de agua que había cerca de la cocina, y con el beneplácito de su amable esposa Ascensión, sacábamos con un cazo metálico el agua y tras ponerla en un vaso nos saciábamos —el agua potable la servían por entonces los aguadores a domicilio—. Ascensión Ávila, esposa de Carlos, era una mujer muy atractiva, yo en mi corta estatura la veía alta, se recogía su negro pelo sobre la nuca con un moño, de finos modales, vestía siempre elegantemente, mi madre y ella congeniaron mucho y llegaron a ser muy buenas amigas.

Carlos Fenoll pasaba gran parte de su tiempo leyendo o escribiendo sobre su mesa de comedor, era su gran pasión, pero también le gustaba el flamenco. Recuerdo que una calurosa tarde se encontraba “El señorito Paco” afinando su guitarra y Carlos, cansado de oírle tocar las cuerdas como si las mimara le soltó: “¡Paco, no temple más la guitarra y arránquese con un buen fandango!”. El pobre Paco no pudo hacerlo ya que apenas sabía interpretar algunos compases.

Carlos Fenoll era muy participativo, en aquella época las calles de Orihuela celebraban la Cruz de Mayo, se adornaban con ramaje de álamos, flores, banderitas y cadenetas, se ponían en los balcones cobertores y bombillas. La familia Fenoll colaboraba en todo ello como la que más.

La marcha hacia Barcelona de Carlos Fenoll y su familia, hecho que ocurrió—según un escrito de Leonís— en 1951, hizo que en aquella entrañable calle se notara el vacío que habían dejado. En la casa que había vivido se instaló una chica llamada Conchita que trabajaba cosiendo en su domicilio para algunas sastrerías de la ciudad. Su ausencia, la de su esposa y sus hijos, dejaron un poco huérfana a la calle del Horno.



Autor:Antonio Colomina Riquelme


Ver el portal CARLOS FENOLL: MULTIMEDIA-CENTENARIO

La ruta de Miguel Hernández en Alicante



"La ruta de Miguel Hernández" folleto informativo para los que vienen a Alicante ciudad buscando lugares en los que estuvo el universal poeta Miguel Hernández. Con fotografías de los monumentos y lugares.
Edición no venal de 100 ejemplares. Autor Ramón Fernández Palmeral

Ir a la versión digital en pdf (prohibida su reproducción parcial o total)

Homenaje del mundo de la música y la cultura a Miguel Hernández

Toledo
Homenaje del mundo de la música y la cultura a Miguel Hernández
Artemisa y la Asociación Amigos de la Música celebraron un acto en Quintanar
ABC / TOLEDO
Día 13/07/2010


El Palacio de los Rada (s.XVII), más conocido por la Casa de Piedra de Quintanar de la Orden, acogió el pasado domingo el homenaje que rindió el mundo de la música y la cultura al poeta Miguel Hernández, en un acto organizado por el Colectivo Poético Artemisa y la Asociación Amigos de la Música de Castilla-La Mancha.
De esta manera, el XVII Festival de Música de La Mancha y distintas personalidades de la cultura participaron en este homenaje con motivo del próximo aniversario de su nacimiento, el 30 de octubre de 1910, cuando nacía el rayo Miguel Hernández en Orihuela (Alicante), más conocido por el poeta de entrelunas.
El acto, que fue presentado por la catedrática de Lengua y Literatura Elisa Romero, contó entre otros invitados con la presencia del viceconsejero de Educación, Pedro Pablo Novillo, quién recordó que su propio abuelo coincidió con Miguel Hernández en la cárcel de Ocaña. Novillo leyó el poema «Hijo de la luz y de la Sombra», que dedicó a todas las Josefinas que sufrieron el dolor de tener a sus maridos como presos políticos.
Por su parte, Elisa Romero Huidobro habló de algunos de los aspectos más desconocidos de Miguel Hernández, que tuvo una vida bregada de estudios e interrupciones frecuentes para volver siempre a las majadas: «Ordeña ubres de cabra y versos a la vez, para forjar con unas y con otros la palabra exacta y las imágenes únicas, hechas de dureza pero de celebración constante de las albricias de la vida. Y esa querencia pertinaz a la adivinación de su destino».
También se refirió a la estancia de Miguel Hernández en Madrid, donde traba amistades diferentes y conoce distintas estéticas. «La Revista de Occidente o la Universidad Popular, por cuyo encargo participa en cuatro misiones pedagógicas como recitador, titerero, bibliotecario, músico y proyectando cine. También la cuarta misión, en La Mancha, en marzo de 1936 durante su estancia en Puertollano», explicó.
Elisa Romero descubrió una de las facetas más
desconocidas de Miguel Hernández, en la que su voz de poeta, su voz de hombre, se confunde con la de padre enamorado. «El último juguete que le fabrica a Manolillo es un cuadernito con dos cuentos infantiles manuscritos e ilustrados por él mismo. Nunca se lo pudo entregar al niño. Los dos cuentos —El conejito y El potro obscuro—, bajo aparentes simplismo e ingenuidad de argumento y estructura, transmiten al lector sus propios miedos y deseos», dijo.
Participaron en el acto el compositor Tomás Marco, los cantantes líricos Elisa Belmonte, Roberto Tejerina y Matilde López Barrajón y el poeta Atonio Martín-Carrillo, entre otros.

´"Ningún oriolano le debe nada a Miguel Hernández"

Pepa Ferrando: ´Ningún oriolano le debe nada a Miguel Hernández, más bien al revés´
La elección de la primera mujer nombrada Síndico Portador del Oriol se empaña por una polémica en torno al poeta
Diario Información, 13 de julio


M. LUISA MAS
Lo que ayer tenía que haber sido un pleno tranquilo con motivo de la aprobación del nombramiento como Síndico Portador del Oriol de María del Carmen Martínez, acabó por ser otra pelea más entre equipo de Gobierno y grupos de la oposición. El objeto de la polémica fue, otra vez, Miguel Hernández y su nombramiento como Síndico Honorífico a título póstumo de la Gloriosa Enseña del Oriol.
El centenario del literato se parece a cualquier cosa menos a una celebración. La última "perla", en palabras del concejal de Los Verdes Manuel Culiáñez, fue la declaración que hizo la concejal de Cultura, Pepa Ferrando, a tenor de la discusión de una moción que tenía como fin nombrar a Hernández Síndico Honorífico. "Ningún oriolano le debe nada a Miguel Hernández. Más bien al revés. Es grande porque sus conciudadanos lo hacen grande", dijo la edil.

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....................NOTA EDITORIAL..............
El nombre de Orihuela es conocido en el mundo entero por Miguel Hernández y el obispo Luis Almarcha, que lo de la Semanan Santa les va mucho.
¿Por qué está el nombre de Orihuela todos los días en los periódicos provinciales y nacionales, en hispanoamérica y en portales digitales?
¿Qué noticias produce Orihuela, además de las judiciales como hemos visto estos días en TVE, para que tenga un nombre internacional, como lo tiene ahora?
¿Cuantas multinacionales se han instalado en su territorio?
¿Cual es su índice de empleo?
¿A qué van los turistas a Orihuela?
¿Por qué es un lugar de peregrinaje o Meca de escritores y poetas?

Lo que es manifiesto y evidente, es que la encomienda de Pepa Ferrando es frenar toda inicitiva cultural, artística o municipal que lleve el nombre a Miguel Hernández. ¿A quién perjudica todo esto. A los ciudadanos oriolanos, porque Miguel ya está muerto? La cuestión es qué puedo yo hacer para aprovechar el nombre de Miguel como una marca, y no que puedo yo hacer por Miguel, que la fama le sobra?

Partece que les duele como un alfiler clavado en la uña, que a su paisano, al todavía señalan como "el rojo" le hagan homenajes es toda España y en Hispanoamérica.
Que vayan poetas del mundo a su Casa-Museo a hacerse la foto y a soltar lágrimas.

lunes, 12 de julio de 2010

Hubo un complot contra Miguel Hernández

Hubo un complot contra Miguel Hernández

12/07/2010 Diario de León


-”Parece irregular el procedimiento contra Miguel Hernández...

1397058884 Todo fue un complot en contra de Hernández dirigido por Almarcha y la falange oriolana. Ellos querían que se quedase en Orihuela para sentenciarlo y fusilarlo. Al no poder juzgar al poeta en su tierra natal, «pierden» los dos avales que Hernández entrega en el juzgado de Orihuela. Y en el sumario 21.001 nunca aparecieron esos documentos. De octubre a noviembre de 1939 en Orihuela son juzgados y sentenciados a muerte 17 republicanos. El 24 de noviembre de 1939 se recibe en el Gobierno Civil de Alicante un oficio de la Dirección General de Prisiones solicitando el traslado de Miguel Hernández desde la Prisión de Orihuela a la Provincial de Madrid, a disposición del juez militar de prensa. El Gobierno Civil solicita al jefe de la prisión de San Miguel de Orihuela entregar a la fuerza de la Guardia Civil a Miguel Hernández para su traslado a Madrid, esto ocurre el día 3 de diciembre de 1939. Hernández va acompañado del preso Valeriano Manso Fernández. La intención de Orihuela era fusilar al poeta. De todas formas, el vicario Luis Almarcha se salió con la suya.

«El obispo Almarcha delató a sacerdotes durante la Guerra Civil»

«El obispo Almarcha delató a sacerdotes durante la Guerra Civil»

12/07/2010 m. a. nepomuceno | Diario de León



El investigador leonés Santos Escarabajal García.
Foto insertada por Nepomuceno


Ha publicado trabajos en numerosas revistas y periódicos españoles como El Eco Hernandiano, La Lucerna y Empiurema, de Orihuela. En 1999 y 2005 publicó en México la primera y segunda edición de poemas de Miguel Hernández traducidos. En 2008 saca a la luz su libro sobre el anarquista Antonio Pujazón ( El infierno en Orihuela 1936-1940 ). Actualmente investiga los dibujos de Miguel Hernández muerto.

-”Comenzó a estudiar a Miguel Hernández hace más de quince años en Elche y Alicante. ¿Por qué ese interés hacia la figura del poeta oriolano?


-”Me llevó a ello su manera metafórica de expresar las condiciones del pueblo, la manera en que él luchaba porque esas condiciones fueran más justas y equitativas. Esas ideas lo llevaron al otro extremo del poder, que después se volvió en contra de él, porque no estaba del lado vencedor. Al irme adentrando en su vida, he encontrado situaciones que han llamado mi atención, como su amistad con Almarcha, sus relaciones con algunos falangistas, así como con escritores y artistas que no le ayudaron finalmente a nada.

-”Como leonés, la figura del que fuera obispo de esta ciudad Luis Alamarcha no le resulta ajena, ¿qué representó en la vida de Miguel Hernánez?

-”Voy a contestarle con relación al pasado, pues contestarle con relación al presente sería una falta grave a la memoria de los involucrados, pues somos víctimas de las circunstancias. Luis Almarcha, fue el «abogado del diablo» en la vida de Miguel, pues si bien le ayudó financieramente en un principio para la publicación de algunos de sus primeros trabajos, casi al finalizar la vida del poeta lo condena a muerte junto con el sistema franquista a pasar sus últimos días en prisión, cuando bien pudo sacarlo en libertad para que estuviera al lado de las personas que más quería. Sin embargo, la Iglesia y el Estado poseían el poder y Luis Almarcha «salvó su alma» al casarlo canónicamente con Josefina, y lo dejó morir en la cárcel para ejemplo y escarmiento de los seguidores de conciencia republicana, es decir Almarcha fue el autor intelectual de la muerte del poeta.

-”¿Pudo ayudar para que Miguel Hernández saliera del penal de Alicante y fuera trasladado al sanatorio de Porta Coeli?

-”Hasta lo que yo he podido investigar, el vicario de Orihuela iba al juzgado militar número uno de Alicante a decirle al juez a quién tenía que fusilar y a quién no. Cuando Luis Almarcha se encontraba en Murcia en plena Guerra Civi, fue descubierto por los republicanos Antonio Sequeros y Vicente Escudero, quienes negociaron su libertad para que dijera en dónde se escondían algunos sacerdotes, entre ellos Pascual Oliván Palacios, que fue ejecutado el 24 de agosto de 1936. Los cinco meses en que Almarcha estuvo «escondido» en Murcia, de agosto a diciembre de 1936, fueron paseados 16 sacerdotes a las afueras de Orihuela, donde los ejecutaban. Él tuvo mucho poder, no como civil, pero sí como religioso y pudo haber salvado a mucha gente, pero no lo hizo; siempre miró por sus intereses y se supo manejar entre los franquistas y algunos republicanos. Sus habilidades fueron recompensadas con el Obispado de León, respaldado por el general Franco.

-”¿Por qué fue detenido de nuevo Hernández en Orihuela el 28 de septiembre del 39?

-”Fue una imprudencia. Regresó a Orihuela a ver a su mujer e hijo. Acababa de salir de comer de casa de los padres de su amigo Ramón Sijé y fue visto por un oficial del juzgado que lo denunció. Es detenido en Orihuela el 28 de septiembre de 1939 e ingresa al día siguiente en la prisión de San Miguel, quedando a disposición del juez militar de Orihuela y al mismo tiempo a disposición del juez militar de prensa de Madrid. El 1 de octubre el juez de Orihuela le toma declaración y, entre otras cosas, Miguel dice que antes del Glorioso Movimiento Nacional, no pertenecía a ningún partido político y en septiembre del 36 se afilio al PC. Que hace entrega de un certificado hecho por Juan Bellot Salmeron, secretario provincial de milicias de F.E.T. y de las J.O.N.S. de Valencia, y otro de Diego Romero Pérez, alférez provisional de Infanteria perteneciente a la Auditoria del Ejercito de Madrid. A Hernández le incoan un nuevo sumario, el número 4.487, para que fuera juzgado y sentenciado en Orihuela. El día 23 de octubre se manda un oficio por el juez militar de prensa, Martínez Gargallo, al jefe de la cárcel y no al juez de Orihuela.

«-˜Nanas de la cebolla-™ se lo dictó Hernández a Isern en la cárcel»

«-˜Nanas de la cebolla-™ se lo dictó Hernández a Isern en la cárcel»

12/07/2010 Diario de León


1397058884 Este periódico publicó hace unos días que el manuscrito de las «Nanas de la cebolla» no es original de Miguel, sino dictado a su compañero de cárcel Luis Rodríguez Isern. Sin embargo, los propietarios actuales de los manuscritos lo niegan, ¿qué piensa al respecto de su autenticidad?

1397058884 No conozco de manera directa los documentos. Sin embargo, sé que esos documentos han sido analizados por el mejor biógrafo de Miguel Hernández hasta la fecha: Eutimio Martín. Y sus comentarios son respetados por la autoridad que él tiene en esta materia. He visto el debate entre Eutimio y los poseedores de tales documentos, los responsables del Centro Hernandiano de Estudios e Investigación de Elche, y pienso que lo que Eutimio persigue es que se diga la verdad de lo que rodeo la vida de Miguel.

-”Habiendo declaraciones escritas de Isern, ¿por qué dudan que el manuscrito lo dictó pero no lo escribió de puño y letra Hernández?

1397058884 Que los miembros del Centro Hernandiano de Elche, que parece que se quieren inmortalizar en sus puestos, llamen al investigador Eutimio Martín Garcìa «mentiroso» por afirmar que el poema Nanas de la cebolla, no fue escrito de puño y letra por Miguel Hernández, sino dictado a Luis Rodríguez Isern, no es de recibo. Hay pruebas de que la letra del escrito original es de Rodríguez Isern, pues Miguel Hernández se lo dicto mientras lo componía. Los calígrafos han dicho que no son de Hernández.

Letras de Deusto. Homenaje a Miguel Hernández



Sumario
Homenaje a Miguel Hernández
AITOR L. LARRABIDE y FRANCISCO SOGUERO, Miguel Hernández en su siglo (1910-1942).................. 9
MERCEDES ACILLONA, Josefina y la construcción de la memoria de Miguel Hernández............ 11
JOSÉ Luis FERRIS, Pablo Neruda en la vida y en la obra de Miguel Hernández......... 29
ÁNGEL L. PRIETO DE PAULA, Un sol en su galaxia: Miguel Hernández arrojado de su biografía.......... 47
INMACULADA GÓMEZ VERA, La creación imagística en la poética de Miguel Hernández:
los seres duales........ 59
FRANCISCO ESTEVE RAMÍREZ, Arte y compromiso en Miguel Hernández........ 75
DAMARIS NAVARRO TORREGROSA, El discurso de género en la obra poética de Miguel Hernández. Una relectura desde el feminismo........... 91
FRANCISCO JAVIER DIEZ DE REVENGA, Miguel Hernández construye su primer libro (Más
sobre las octavas excluidas de "Perito en lunas").......... 107
CARMEN ALEMANY BAY, Tradicionalismo y vanguardia en "Perito en lunas" ("Monja con¬
fitera").................. 117
Luis MARIANO ABAD MERINO, El niño yuntero: realidad y tradición literaria......... 129
JOSÉ ANTONIO TORREGROSA DÍAZ, "Elegía" a Ramón Sijé: Claves para una lectura literal........... 159
AITOR L. LARRABIDE, La huella de Miguel Hernández. Textos inéditos de José Herrera Petere............. 183
GASPAR PERAL BAEZA, Literatura dramática en homenaje a Miguel Hernández y escenificaciones de su obra poética. Avance informativo-bibliográfico............ 209
JOSÉ MARÍA PIÑEIRO, Leer hoy a Miguel Hernández si, pero no: Un recuerdo emotivo y
una valoraciónsa.......225

Publicado por la Secretaría de la Facultad de Filologúa y letras. Universidad de Desuto
Apartado, 1
E-48080 Bilbao
Telefono 944 13 90 63

domingo, 11 de julio de 2010

ESPAÑA 1-Holanda 0


Somos los nuevos campeones del mundo de fútbol.

Ramón Palmera recita en la Feria del Libro de Alicante


Ramón Palmeral recitó en la Feria del Libro de Alicante su poema "Quiero empuñar el alma cuando canto", dedicado a Miguel Hernández. 10 de julio 2010.

Poemas de Ricardo Picó a Miguel Hernández












AL GRAN MIGUEL HERNÁNDEZ

Los pueblos alicantinos
esconden una grandeza:
guardan las huellas vivas
de un poeta con nobleza.

De un hombre que al caminar
impregnó el aire de sueños,
escribiendo en soledad y
plasmando con tinta y sangre
sus cantos a la verdad.

Su nobleza la expresaba
con su amor al ser humano
y al consolar con su pluma
el llanto de sus hermanos.

Dolores y frustraciones
cantos y alegrías,
trasmitió en su pluma eterna
llena de melancolía.

El gran Neruda contó
que lloró con sus poemas
y que en España existía
un Poeta de valía.

La grandeza de su obra
hoy se torna insuperable.

Los poemas de Miguel
son canciones admirables,
que las canta el mundo entero
con reverencia y esmero.

Porque el gran Miguel Hernández
es amor, dolor y vida,
reflejado en sus cantares
de pasiones, de verdades.

¡Por el gran Miguel Hernández
el poeta del amor!
aquél que nos enseñó
a transmutar del dolor.


Autor:Ricardo Picó Mor



Notas a Miguel Hernández


El rayo que no cesa
fue tu obra más sublime,
dejasteis huellas eternas
al plasmar en esos versos
tus dolores más terribles.

Del carnívoro cuchillo nos hablasteis,
enseñasteis en tus letras las heridas
que las penas, los dolores y una huida
causaron en tu piel y en tu vida.

Un llanto inmenso en tu alma
por haber perdido a tu hijo querido.
Ropas con olores, paños con aromas,
luchas sin calores, sábanas sin sombras.
Eso lo plasmasteis en el cancionero
aquél que escribisteis como un romancero.

Cantos al mundo le das
a pesar que ya no estás.
Y cuando leemos tus versos
comprendemos tu valor
para superar tus penurias,
tus llantos y tu dolor.

Un canalla y asesino
intento acallar tu voz,
encerrándote en la cárcel
donde te mató la tos.

De soldado con valor
y señor de la cultura
a víctima de un tirano
que se endiosó en tu tortura.

Mas sólo encerró tu cuerpo,
pues tu talento inmortal
cual el ave de los cielos
en recorrido triunfal.


Surca horizontes vivos
para combatir el mal
donde poetas y actores,
pueblo llano y escritores
rememoran tus dolores
y todos tus sinsabores.

Eres ejemplo de vida
y del poeta ideal,
aquél que cuenta las cosas
sean espinas o sean rosas.

Con esta pluma Miguel
te revelaré un secreto:
todavía en estos tiempos
hay lobos enfurecidos,
que bajo la piel del cordero
permanecen escondidos.

Perseguirán al poeta
para que calle su voz,
para que doble su pluma
ante cualquier acto atroz.

Autor:Ricardo Picó Mora

Honrar a los muertos

ELVIRA LINDO OPINIÓN
Honrar a los muertos

ELVIRA LINDO 11/07/2010. EL PAÍS. DOMINICAL

De la guerra civil española he escrito poco. O nada. No por falta de interés, que lo tengo desde que era una adolescente progre en un barrio donde eran progres hasta los curas. No he escrito nada sobre la guerra, y reflexiono sobre ese "por qué no" mientras escribo: porque en estos últimos años parece ser asunto obligado de todo columnista, del que sabe y del que no, del que escribe con conocimiento y sensatez y del que más que escribir grita. Prefiero leer sobre la guerra, antes que caer en esa práctica de usar la desgraciada historia para politiquear en el campo de batalla actual, que nada tiene que ver con aquel otro campo de batalla en el que murieron en torno a medio millón de personas. No he escrito sobre la guerra porque no sé. O porque detesto escribir desde una trinchera.
O porque uno va aprendiendo a callar cuando cree que un artículo más sobre la guerra es prescindible. Sin embargo, la guerra ha estado siempre presente en mi vida: en la visión de los vencedores o los amoldados, que es la que la mayoría respiramos en la infancia, y luego, en ese cambio paulatino que propiciaron los poetas, sobre todo los poetas, asesinados, muertos, exiliados, que se iban colando en nuestros gustos adolescentes dando voz a una invertebrada manera de ser de izquierdas. Hay que agradecerle a esos cantautores que fueron desapareciendo en los ochenta aplastados por el pop que colaran en los hogares la poesía de Lorca, Blas de Otero, Alberti, Machado o Miguel Hernández. Miguel Hernández. Si en mi infancia había una virgen de escayola tirando a yeyé que presidía mi cama, en 1976 la virgen niña fue sustituida por un póster con el célebre retrato que hizo en la cárcel Buero Vallejo de Miguel Hernández y unos versos de Vientos del pueblo. Sé que no es nada épico, sino generacional. Como tampoco es reseñable que en el tocadiscos la voz de Serrat diera voz a sus Nanas de la cebolla.
Paseábamos el otro día por Madrid por la anchurosa calle de Príncipe de Vergara y vimos una placa que decía, más o menos, "en este edificio compuso Miguel Hernández las Nanas de la cebolla". ¿Compuso? Estaba redactado con tal torpeza que parecía que se rendía homenaje al compositor del disco de Serrat y, había algo más triste: la nula referencia a su encierro tras esos muros de ladrillo rojo podía hacer creer al ignorante que aquel viejo edificio hubiera sido una residencia de escritores, cuando fue en realidad una cárcel donde el poeta se acercaba a su final por dos caminos, el de la condena a muerte al ser considerado elemento peligrosísimo para el régimen franquista y el de su deteriorada salud. Vengo leyendo desde hace un tiempo que la familia de Hernández lucha porque se anule esa condena y el alicantino sea considerado por la justicia española como inocente de los cargos que se le imputaban. No llego a entender este empeño. El amor que profeso con fidelidad invariable a la poesía de Miguel Hernández desde mis 14 años se vio y se ve aumentado por su figura cívica, por el hecho de que luchara en la guerra, escribiera desde la trinchera y muriera tratado como un perro en una cárcel franquista. La anulación de esa pena no cambia nada, no cambia sus años de cárcel, ni los intentos infructuosos que algunas personas del bando vencedor hicieron por sacarle de la cárcel, no cambia la pena por no ver a su hijo ni el desamor de su padre ni el abandono brutal en el que pudo sentirse.
Cuando surgen esos intentos de modificar el pasado, como trasladar los restos de Machado a España (algo que estuvo en la "cabeza" del presidente), tiendo a pensar que para hacer honor al triste final de cada una de esas personas tan emblemáticas de la cultura española es mejor mantenerlos en el lugar en el que se vieron obligados a morir. Mejor recordar que el viejo Machado pasó la frontera andando con su pobre madre; mejor recordar que Miguel Hernández fue condenado a muerte por un tribunal militar franquista; mejor saber que don Francisco, el padre de Federico García Lorca, está enterrado en un cementerio de Nueva York como prueba del asesinato de su hijo, del exilio, del brutal cambio de vida al que se vio forzado. ¿De qué sirve anular sentencias? ¿Devuelve la vida a los muertos, les evita el sufrimiento? En mi opinión, la labor ha de ser la contraria: contar sin ningún maquillaje simbólico lo que padecieron y las mentiras que se propagaron sobre ellos. Visitar la tumba de Machado en Colliure, bien cerca de España, por cierto, es una peregrinación emocionante para quien venere, como es mi caso, la figura literaria y humana de ese poeta. El amado santo laico. Por cierto, los restos de Fernando de los Ríos, embajador de la República en Estados Unidos desde 1937 y consuegro del padre de Lorca, sí que se trasladaron al cementerio civil de Madrid en 1980.
Creo haber visto la foto de ese segundo "entierro" en algún libro de memorias. Debió ser algo íntimo. En la foto aparece la familia y algún dirigente socialista. En 1980 no estaba prohibido hablar de la guerra, la realidad es que nadie tenía mucho interés en recordarla. Pero esto no es un artículo sobre la contienda. En absoluto. Sino sobre la manera en que creo (puedo equivocarme) que hay que honrar el recuerdo. De la guerra yo no escribo. No sé.