Hoy 28 de marzo a las 5.30 se cumple el 72 aniversario de la muerte en Alicante del universal poeta Miguel Hernández. Se celebran recitales en Ambito Cultural de el Corte Inglés y en la Sede de la Universidad (canalejas), a las 19.30 y 20.15, respectivamente. La afición por la poesía en Alicante se debe en gran parte a este poeta y al ambiente creado alrededor de los muchos grupos que proliferaron sobre el año 2000 en las revistas: Esencias, Palmeral, Perito, Auca y Numen.
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28.- PROCESO, CÁRCELES Y
MUERTE DE UN POETA
(Por Ramón Fernández Palmeral)
Proceso y cárceles.- Los trabajos más completos sobre
el proceso contra Miguel Hernández Gilabert, se pueden consultar en los libros de
Juan Guerrero Zamora, pionero en los estudios
hernandianos, y en el de Miguel
Gutiérrez Carbonell, Teniente-Fiscal en la Audiencia
de Alicante, el periodista Enrique Cerdán Tato, los de Vicente Ramos y en el más reciente de José Luis Ferris .
El
libro de Juan Guerrero Zamora Proceso a Miguel Hernández, El Sumario 21.001, (Editorial Dossat, Madrid, 1990)
es el más completo hasta la fecha, por los documentos aportados y las
entrevistas que hizo a Josefina Manresa en Cox.
El libro del Fiscal Miguel Gutiérrez Carbonell aporta el Proceso Expediente Penitenciario, y además una
información jurídica muy clarificadora sobre la justicia durante el franquismo:
«Uno de los posibles ensayos sobre el derecho represivo franquista
(1936-1945)», p. 6 a 10 (Compás, Alicante, 1992), donde hace un ensayo al
proceso contra Miguel Hernández que como escribe Carbonell: «vulneración al
derecho a Recursos, garantías universales reconocidas, ahora y siempre». En
septiembre de 1990, el diario Información
publicó un artículo sobre el hallazgo del
Procedimiento Sumarísimo de Urgencia 21.001 por una Comisión Técnica nombrada
en 1989 por del Ayuntamiento de Alicante donde estaba como presidente Enrique
Cerdán Tato, y vocales José Carlos Rovira, Miguel Gutiérrez Carbonell y
Francisco Hellín Otín.
Es decir, a nuestro entender un juicio
sumarísimo sin garantías y sin derechos a recurrir contra las sentencias
sumariales, un juicio kafkiano, el abogado defensor había de ser militar como
el Fiscal. El Presidente del Tribunal fue el comandante Pablo Alfaro Alfaro.
Lo inadmisible, escribe Gutiérrez Carbonell, los autos se ponen de
manifiesto al defensor, que antes no ha intervenido, «por un término que nunca
excederá de tres horas». Tres horas para preparar la defensa, inaudito,
injusto.
Al finalizar la guerra incivil, Miguel salió
desde Cox para Sevilla, Jerez y Cádiz el 22 de abril de 1939, con un
salvoconducto que le facilitó Ismael Terrés (cuñado, marido de su hermana Encarnación) en
Alcoy (CRIM). Estuvo en Cádiz buscando a Pedro Pérez Clotet (natural de Villaluenga del Rosario y director
de la revista Isla, se conocieron en el 33 con motivo de la publicación
de Perito en lunas) pero Clotet estaba en Ronda, buscó al abogado Diego
Romero Pérez en Valverde del Camino (Sevilla) según su
libro M.H. en mi recuerdo (Camas ,1992), era el contacto pensado por
Miguel para pasar a Portugal, y como no
le encontró, ni a Romero Murube por recomendación de Llosent, decidió pasar
solo a Portugal y le detuvo la policía portuguesa de Salazar en Santo Aleixo, y el día 4 de mayo de 1939 lo entregaron a la
policía española (carabineros) en Rosal de la Frontera (Huelva). Se ha dicho,
por algunos autores, que esta policía era la Benemérita, pero no es cierto, en
aquellos años el Cuerpo de Investigación y Vigilancia de Fronteras dependía del
Cuerpo de Carabineros del Reino [[i]
] que fue suprimido por la Ley de 15 de mayo de 1940 e integrado en la Guardia
Civil. Y «estrechado a preguntas»,
según los informes, le interrogaron durante cinco días, ingresó en la prisión
de Torrijos, Madrid, el 18 de mayo.
Elvio Romero, escribe en el Prólogo de la
Edición de Lautaro, MH Destino y Poesía, Buenos Aires de 1958: «Ocho días duraron las vejaciones y
las interrogaciones infamantes en Rosal de la Frontera. Fuerte siempre, sin que
haya sufrido suplantación su firmeza ni su pujanza, comienza a cobrar
conciencia de lo que le esperaba; abarca con una sola mirada lo que la prisión
tiene de sobrante tiniebla y de malos momentos».
Pasaron las primeras diligencias al Juzgado Militar permanente nº 5,
Rodicio Arias, se inhibe, según Gutiérrez
Carbonell (pg.14), al Juzgado Especial de Prensa, presidido por Manuel Martínez
Gargallo, que toma bajo su cargo el
Sumario de MH, por tratarse de un periodista. Ante la falta de libertad de
expresión había un Juzgado Especial de Prensa para estos temas llamados de
imprenta. Se le instruye: «procedimiento
sumarísimo de urgencia nº 21.001, constará de unas 75 páginas.» Nos dice Carbonell que este tipo de
procedimientos sumarísimos se amparaban en el Código Penal Militar, artículo
649 y Decreto 11-04-1931, que se volvió a regular en 1936, y se amplió a todos
los delitos derivados del Movimiento Nacional.
El procesado permanecía preso (art. 653-1º). Este procedimiento
sumarísimo vulneraba el derecho de defensa, porque era secreto, el defensor era
militar y no intervenía en el previo al
Juicio Oral. El mismo Instructor es quien realiza el Auto resumen de calificación. El Tribunal no tenía
independencia.
Pide
Miguel a Josefina que tome su defensa el abogado oriolano Juan Bellod Salmerón, que no se hizo cargo de su
defensa, aunque sí le avaló con una carta «generosos sentimientos y honda
formación religiosa» desde Valencia. Luego a través de Eduardo Llosent, le puso
en contacto con el abogado sevillano Diego Romero Pérez empezó a preparar los autos de la defensa, y
empezó a buscar los avales o documentos de buena conducta, según la declaración
indagatoria de Miguel ante el Juez Especial de Prensa, entre los que nombró,
figuran: Cossío, Bellod, Luis Almarcha, Ernesto Giménez y Rafael Sánchez Mazas. El 14 de julio la alcaldía de
Orihuela envía un informe negativo de Miguel «tendencias izquierdistas». El 15
de septiembre del 39, de forma inexplicable, es puesto en libertad en la
Prisión de Torrijos, quizá por la mediación de Cossío, y poco probable lo de la intermediación del cardenal francés
Baudrillart con Franco. En Madrid estuvo
en casa del escultor Víctor González Gil y se entrevista con Eduardo Llosent (director
de la revista Mediodía, al que había conocido en Misiones
Pedagógicas,
quería prepararle un refugio en la Dehesa del Hornill), acude también a
la Embajada de Chile, Carlos Morla Lynch le ofreció asilo, pero Miguel no aceptó y regresa a Cox a ver a su mujer y a su segundo
hijo Manuel Miguel que por entonces tenía nueve meses, y el día 29, día de San
Miguel, es detenido otra vez en Orihuela
por el «Patagorda» y encarcelado en el Seminario de esa ciudad, su padre no
subió a verle, pasó a la prisión del
Conde de Toreno el 3 de diciembre. El 18 de enero 40 el Consejo de Guerra le
pide pena de muerte. El 15 de septiembre del 40 ingresó en la prisión de
Palencia, pide a su mujer que vaya a
visitarle, allí sufrió una neumonía, ingresa en la prisión de Yesería, el 29 de
noviembre ingresa en la prisión de Ocaña, donde escribe a Josefina Sigo haciendo turismo...
Miguel, ya enfermo,
y después de más de un año de «turismo carcelario», logró que le enviaran al
Reformatorio de Adultos de Alicante (hoy Juzgados de Benalúa), ingresó el 29 de
junio de 1941, procedente de Ocaña con escala en Albacete. Escribe cuatro cuentos para su
hijo Manolillo (para cuando sepa leer), dos de ellos han permanecido inéditos
hasta 2010.
Recibe varias
visitas de su hermano mayor Vicente. Una
de las autorizaciones para entrar en la Prisión, es de fecha 3 de febrero de
1942. En carta a Vicente Escudero Esquer de 1975, le dice «en aquella enfermería donde
habían 90-100 hombres tendidos, quitándose las puses los unos a los otros con
trapos sucios, pues allí no entraba un médico o un practicante en siete u ocho
días. Aquello era inhumano […] yo llegué a entrar allí era terrible. La cabida
del Reformatorio es de 2.000 personas y había 9.000»